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RENZO LAUTARO ROSAL

ELLOS GENERARON LAS CONDICIONES PARA EL RELEVO, Y AHORA ESTE HA LLEGADO.

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Una encuesta, cuatro punteros, pero separados en dos bloques. Adelante, una que se esperara y su acompañante, la aparente sorpresa. Pero ojo, en la política no hay sorpresas, solo sorprendidos. Lo que muchos estiman como el producto de una red social, que por primera ocasión hace su aparición, representa algo más. No sale de la nada, tampoco es una respuesta de coyuntura; pero tampoco es un actor individual que busca protagonismo electoral.

La llegada del “protagonista del momento” representa la consolidación de ese tipo de actor que elegantemente podemos denominar “los emergentes”. Han estado en los círculos secundarios de la política por décadas, pero es hasta en las últimas cuando se consolidan, desplazan a los actores tradicionales. Tienen los mismos o más recursos que los actores antes exclusivos. Pero sus espacios de maniobra van en alza; han pasado de la subordinación a la convivencia, y de esta al protagonismo y direccionalidad de las decisiones.

Antes sus centros de interés eran los gobiernos locales, los círculos destinados al control político territorial. De allí escalaron hasta tener representación en el Congreso. Pero eso no es suficiente. Ahora van por más y lo están logrando. Lo que ahora tenemos por delante es la representación visible de ese proceso de gestación de un poder que colisiona, se enfrenta a las corrientes tradicionales. Incluso tiene un discurso antioligárquico. Propone la nacionalización de la energía eléctrica. También cuestionan los acuerdos comerciales porque han beneficiado a los de siempre. Pero al final, y allí radica lo preocupante, se erigen como la llegada y desplazamiento de un bloque de poder por otro, con diferentes modos, aparente cercanía con las personas; pero en realidad con similares o peores despropósitos que los círculos de poder relevados.

Estos últimos, los representantes de las luces que se apagan no quieren asumir que su posibilidad de somatar la mesa ha ido de más a menos. Se resisten a afrontar una realidad: el poder y sus juegos no son infinitos, menos aún si estos se han jugado en extremo mal; con lógica de azadón, extremadamente cerrados, considerándose aún reminiscencias de la conquista y asiduos practicantes de expresiones propias de siglos pasados. Ellos generaron las condiciones para el relevo, y ahora este ha llegado. Quieran o no asumir, sus tiempos llegaron a este momento. Pero como en los juegos de poder no hay vacíos, estos son llenados por una nueva expresión de desalmados, pero que quieren aparentar que tienen guante de seda, que son nuevos, que harán lo que los otros no pudieron o no quisieron. Nada de ello es cierto.

Roberto Antonio Wagner

Los Guatemaltecos Estamos

LISTOS PARA RECIBIR LA VIGÉSIMA

EDICIÓN DE FILGUA CON LOS BRAZOS ABIERTOS.

Bienvenido sea un discurso de la política internacional y aún más de estas elecciones que cobran fuerza en cantidad de anuncios, vayas, memes y videos de tik tok pero que en términos de calidad siguen dejando mucho que desear. Solo con escuchar los discursos de la mayoría, incluso sus lemas que no solo son vulgares sino también mal escritos se nota que a la clase política le hace falta lectura en abundancia, para que por lo menos guarden las apariencias que ya ni eso logra. Pero basta de elecciones, lo bueno es que se viene la vigésima edición de la Feria Internacional del Libro en Guatemala mejor cono conocida como Figlua que está por realizarse del 6 al 16 de julio en Fórum Majadas.

Seguramente algunos de los miembros de la Asociación Gremial de Editores de Guatemala recordarán como un ayer la celebración de la primera Filgua en el año 2000 pero mucho ha pasado en esos 20 años. La feria se pasó de celebrar cada dos años a ser un evento anual debido a las necesidades de las editoriales, los costos logísticos, pero sobre todo a la demanda de los guatemaltecos por tener acceso a más libros y un espacio de encuentro que nos permite conocer nuevas obras literarias así como reencontrarnos con nuevas ediciones de obras clásicas. Esta feria ha demostrado no solo un deseo de la población por la lectura sino la necesidad de un país con una historia trágica de encontrar información, cultura, entretenimiento en los libros y al final la lectura nos hace libres. Es importante reconocer dos elementos importantes que anteceden esta edición de Filgua. Primero, que el año pasado el Congreso aprobó un aumento en el aporte del Estado para la celebración de ferias de libro que ha permitido que eventos de este tipo lleguen a departamentos como Retalhuleu y Chiquimula con actividades para todas las edades, pero enfocadas en la niñez y juventud. Luego es imperativo reconocer la labor de las autoridades del Ministerio de Cultura y Deportes, que, en mi opinión, han tenido una gestión que sobresale por mucho de las otras dependencias del Estado y que han mostrado un fuerte apoyo, incluso en los momentos difíciles de la pandemia a la celebración de la feria y lo siguen demostrando.

Así es como, después de tres años difíciles por los estragos que causó la pandemia del Covid-19 que los organizadores resintieron hasta el año pasado cuando la feria se tuvo que celebrar en otras fechas, los guatemaltecos estamos listos para recibir la vigésima edición de Filgua con los brazos abiertos. El país invitado de honor será nuestra hermana República de El Salvador, que aparte de los distinguidos representantes oficiales que vendrán al país esperemos que también vengan muchos salvadoreños a visitar la misma. Así, que desde ya marque su agenda y desde ya vayan dejando un rubro en sus ahorros para algo que nunca dejará de ser una excelente inversión: los libros. Nos veremos ahí. @robertoantoniow