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Decálogo del Servidor Publico UN SERVIDOR PÚBLICO TAMBIÉN

ES UNA PERSONA QUE TIENE SUS PROPIOS PROBLEMAS Y LUCHA

SUS PROPIAS BATALLAS,

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El servicio público debe ser entendido como un privilegio. El privilegio de servir. De dar, de construir país y dar lo mejor que sí.

Un servidor público comprende que su trabajo responde a una misión: la de SERVIR. Por ende, el servicio público, construye patria.

Un servidor público, sabe que su verdadero jefe y a quien se deben sus jefes no es algún “alto funcionario” en la oficina sino la ciudadanía, esa que recibe los servicios del Estado, esa que hace cola para el trámite, esa que vota y paga el sueldo del servidor público con los impuestos que tributa.

Un servidor público entiende que su trabajo es la base fundamental para el bienestar de todas las personas en el País. El servidor publico que está en la ventanilla recibiendo papelería, en el pasillo barriendo el piso o en la oficina tomando decisiones, merece ser tratados con respeto, pero también el servidor público debe tratar a quienes sirve con respeto. Porque es lo correcto a hacer. Porque es lo que se espera de usted. Pero también porque hoy está usted de un lado de la ventanilla, pero también está, como cualquier ciudadano, del otro lado, en otra oficina, haciendo cualquier otra gestión.

El respeto es de dos vías. Como cualquier otro profesional, un servidor público no debe salir más tarde de su hora de trabajo por capricho de sus superiores, pero tampoco cerrar la ventanilla más temprano por capricho propio. El tiempo que usted pasa trabajando es tan valioso como el tiempo de a quien usted se debe y a quien usted sirve. El respeto a su tiempo y el respeto al tiempo de la ciudadanía es igualmente valioso.

El dinero que usted toca, administra, maneja o por el cual decide es Sagrado. Cada centavo que llega a sus manos es producto del esfuerzo del trabajo de mucha gente que, confiando en usted, paga sus impuestos debidamente.

Quien llega a ser servidor público comprende que el peso de que sus decisiones impactan en muchas personas, como también sus omisiones y errores. Entiende que la ciudadanía tiene los ojos puestos en usted y mucha esperanza en su gestión. Por ello su trabajo no es trivial ni menos importante que el de quien trabaja en el sector privado.

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