Página 04 Opinión
Tapachula de Córdova y Ordóñez, Chiapas; Viernes 17 de Noviembre de 2023
INDICADOR POLÍTICO
Riesgo: Camacho a CSG Como Marcelo a AMLO Carlos Ramírez Los demonios de 1993-1994 volvieron a soltarse: hace 30 años, Manuel Camacho Solís pareció tener el beneplácito del presidente Salinas de Gortari para desarrollar lo que se llamó “la campaña contra la campaña” de Luis Donaldo Colosio; hoy, Marcelo Ebrard Casaubón, operador político de Camacho y de López Obrador, parece reproducir el mismo escenario: su regreso -aunque nunca se fue- a Morena pareció ser producto de un acuerdo político con el Presidente de la República. En ambos casos, Salinas y López Obrador han tenido el control directo de la operación política de sus propias sucesiones presidenciales; los tiempos políticos no se repiten de manera automática por la dinámica del desarrollo de las contradicciones políticas y de poder, pero Camacho y Ebrard han dejado entrever escenarios controlados por los Presidentes salientes en turno. En este contexto, la reacción inmediata de la virtual candidata morenista Claudia Sheinbaum Pardo y del operador político lopezobradorista Epigmenio Ibarra, detuvieron en seco el ambiente que dejó Ebrard de estar creando un partido dentro del partido Morena, asumirse por sí mismo como
la segunda fuerza política de la 4-T y anunciar su candidatura presidencial en 2030. Si la candidata Sheinbaum comete el mismo error de Colosio y no da a conocer de manera pública el contenido de sus conversaciones-negociacionesacuerdos en lo oscurito con Ebrard, entonces estaríamos ante un escenario en el que el presidente López Obrador pudiera estar estimulando a Ebrard con una campaña contra la campaña de Sheinbaum, dejando entrever que el Excanciller podría ser la cuña del Presidente saliente en el próximo sexenio para evitar autonomías de la Exjefa de Gobierno ya en funciones de Presidenta de la República. Por razones interpretadas pero no claras, Salinas anunció el nombramiento de Camacho -el gran derrotado en la sucesión de noviembre de 1993- el día en que Colosio iniciaba de manera formal su campaña presidencial, dejando indicios de las prioridades presidenciales: el comisionado Camacho recibió más apoyos de Salinas que el candidato Colosio, aunque con la certeza de que no existían condiciones para que Salinas pudiera quitarle la candidatura a Colosio -aunque amenazó con hacerlo- y entregársela a Camacho, aunque en las pulsaciones de los juegos de poder el gran perdedor fue el candidato Colosio. En esos meses de noviembre de 1993 a marzo de 1994, Ebrard
funcionó como el eslabón clave de tipo político entre el presidente Salinas y el comisionado Camacho y fue uno de los pivotes para boicotear en medios de comunicación la campaña del candidato oficial Colosio. En esos meses, Ebrard fue el niño político consentido de Salinas -sucedáneo del quemado Joseph Marie Córdoba Montoya- por su capacidad para generar conflictos y distractores. En su conferencia de prensa del pasado lunes 13, Ebrard presentó un escenario virtual en el que lo proyectaba como parte de un juego político planeado en el viejo modelo de “Andrés y yo” y los pocos datos que se tienen de su encuentro con Sheinbaum no dejaron buen sabor político por el estilo arrogante de Ebrard, comenzando con su lenguaje corporal. La decisión de Ebrard de asumirse como segunda fuerza dentro de Morena, adelantar la configuración de un bloque legislativo de poder ebrardista y mencionar la próxima candidatura presidencial de 2030 como su objetivo desde Morena en la presidencia de Sheinbaum fue un mensaje contra la autoridad política de la virtual candidata de Morena, dejando en el ambiente la posible existencia -cuando menos en interpretación política históricade que vendrá un maximato político que decidiría la candidatura sucesoria después de Sheinbaum, algo que Salinas había previsto con Zedillo como sucesor de Colosio.
Ebrard es un experto en el juego malicioso del poder político; por eso estuvo manejando un clima de expectativas en los últimos seis días previos a su conferencia de prensa, dejando entrever conversaciones secretas no con Sheinbaum, sino con López Obrador, por lo que sus pronunciamientos clave en la conferencia del lunes pasado habrían estado salpicadas de sensaciones de acuerdo político directamente con el Presidente de la República. López Obrador tiene la suficiente fuerza política para poner a Sheinbaum y quitarla en el momento que quiera -si es que quiere- y nada pasaría si -como Salinas- se avienta el tiro de dos destapes presidenciales antes de la selección. Pero lo único que queda claro es que sin un desmentido directo, Ebrard parecería tener el beneplácito presidencial para repetir el modelo salinista de una campaña contra la campaña oficial. Política Para Dummies: en política las novedades se copian a sí mismas. El contenido de esta columna es responsabilidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica. car l o sr am i r ezh @ elindependiente.com.mx http://elindependiente.com.mx @carlosramirezh Canal YouTube: https: //youtube.com/@el_ independiente
Dos Mujeres y una Silla Presidencial Más allá de la filias y las fobias ideológicas hay que celebrar las conquistas que las mujeres hemos logrado respecto a la vida política de México. Reconozco y lamento la lentitud, retrocesos y dificultades que hemos encontrado en este camino, pero no ha sido en vano. El que hoy yo esté redactando esta columna en un importante diario, que el Congreso sea paritario, que la política exterior sea feminista y que las candidaturas de mujeres se multipliquen en cada elección son indicadores de que la lucha ha valido la pena. En la historia presidencial de México existen solamente 8 candidatas, de las cuales dos de ellas competirán en las megaelecciones del 2024. La lógica de las campañas y de los electores en México ha cambiado. En 1982 fue cuando por primera vez una mujer, la activista y madre de un
joven desaparecido, Rosario Ibarra, se presentó como candidata a la Presidencia por parte del Partido Revolucionario de los Trabajadores. Esta candidatura se sabía estaba destinada a perder, pero su objetivo era visibilizar el tema de las víctimas de desapariciones forzadas. A la segunda candidatura de Rosario Ibarra en 1988, le siguieron la de Cecilia Soto (PT) en 1988, la de Marcela Lombardo (PPS) también en 1988, Patricia Mercado (PSD) en 2006, Josefina Vázquez Mota (PAN) en 2012 y Margarita Zavala (independiente) en 2018. Como se puede observar, a excepción de Josefina Vázquez Mota, las demás mujeres fueron postuladas por partidos pequeños, sin posibilidades de triunfo y, en consecuencia, poco se les tomaba en cuenta ya que no lograron alcanzar más del 2.76% de los votos. El caso de Vázquez Mota fue relevante debido a que por primera vez una de las tres principales fuerzas políticas en el país postulaba a una mujer, más allá de su candidatura el partido nunca la apoyó y su campaña estuvo marcada por un fallido evento en el Estadio Azul el cual sufrió una visible inasistencia. Josefina alcanzó un 26% de los votos, pero su campaña estuvo plagada de alusiones y frases como “una mujer con muchos pantalones” que hacían referencia a que su estilo de gobernar sería con “atributos masculinos”. La estrategia de Josefina
buscaba contrarrestar la idea de que ser mujer era una “debilidad” y por lo tanto no generaba un discurso congruente con la equidad de género. Hoy, las cosas han cambiado en nuestro país, las principales fuerzas políticas han elegido a sus candidatas, las cuales no solamente cuentan con una trayectoria que avala su nombramiento, sino que ambas son la carta más fuerte para la captación de votos entre el electorado, siendo altamente probable que una de ellas llegue a la Presidencia de México. Ahora bien, debemos estar muy atentos sobre las propuestas de ambas candidatas, pues un cargo en manos de una mujer no significa una política feminista. De hecho, los errores y señalamientos del actual Gobierno Federal y de Claudia Sheinbaum en la CDMX respecto a los derechos de las mujeres y al movimiento feminista es una de las críticas que enfrenta la candidata morenista. Además, una de las grandes preocupaciones con Claudia es que pueda tener el cargo, pero no el poder, situación que en muchas ocasiones ha caracterizado a una falsa y obligada paridad. Por su parte, Xóchitl Gálvez podrá lograr un fuerte aliado en el movimiento feminista que ha sido defraudado y amenazado por el
Ana Vanessa Cárdenas Zanatta Presidente, pero deberá convencer con sólidas propuestas, toda vez que deberá imponer su liderazgo al interior del Frente Amplio, que, al no contar con un eje común, más allá del de derrotar a Morena, genera desconfianza e incredulidad. Así las cosas, las elecciones 2024 representan un hito en términos del avance de las mujeres hacia los altos cargos de dirigencia de nuestro país al tener a dos fuertes candidatas, en términos de estrategia política al posicionar como una fortaleza el hecho de ser mujer, pero también en una buena parte de la sociedad que está dispuesta a dar su voto a cualquiera de ellas sin cuestionar su género y dentro de la cual, muchas mujeres esperamos que este momento se traduzca en un parteaguas para gobernar con perspectiva de género. Anhelamos que una mujer en la silla presidencial signifique erradicar la violencia política, acabar con los feminicidios, disminuir las brechas salariales y avanzar en igualdad de derechos y oportunidades, esperemos que no nos decepcionen. Sun