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LA FAMILIA COMO UN REGALO

EN LA FAMILIA, LA PRIMERA COMUNIDAD DE VIDA, LOS ESPOSOS DEBEN COMPARTIR TODAS LAS RESPONSABILIDADES COMO FIELES COMPAÑEROS DE VIAJE.

momento en que me comenta que le resulta cansado cuidar de Dany porque es sumamente travieso. Pero, continúa, Naty y Dany son “dos maravillosos regalos de Dios”. Y son la causa de la felicidad tanto de su marido como de ella.

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Por otra parte, tengo muy grabado el recuerdo de una entrevista que le hicieron a un periodista por su larga carrera de logros profesionales. Había entrevistado a los presidentes de Estados Unidos, de Cuba, de Francia, de Alemania, al primer ministro de Gran Bretaña y un largo etcétera. Comentó -el afamado comunicador- que se sentía halagado con tantos reconocimientos.

De pronto, interrumpió el hilo conductor de la entrevista y añadió:

Pero hay algo que no me perdono a mí mismo. Con tantos viajes y entrevistas a mis hijos los vi nacer y poco más, pero, después, no supe nada de ellos. Cuando me percaté del paso del tiempo, me di cuenta que ya eran profesionistas mayores y éramos unos perfectos extraños que dormíamos bajo el mismo techo. No me tenían ninguna confianza y nunca se acercaban a pedirme un favor o a preguntarme algo. ¡Ha sido una verdadera pena y siento un fracaso en mi papel de padre!

Ahora colaboran con la esposa en la tarea de cocinar y, por supuesto, en mil asuntos de la limpieza de la casa.

Hay una doctora que tiene dos hijos: Naty y Dany. Algunas veces el marido lleva a su trabajo a la niña, de cinco años, y la doctora carga con su bebé de escasos dos años al consultorio. Desde luego llega el

En conclusión, la familia es por naturaleza la primera comunidad de vida, de educación y de perfeccionamiento humano.

El hombre, como ser histórico, ha ido acumulando experiencias de su entorno, conocimiento de sus semejantes y consciencia de sí mismo. Conocimiento del bien y del mal y conciencia moral. La noción del “pecado”, por implicar una relación con la divinidad, reclama atender a la parte ofendida. No puede deducirse sólo de la experiencia ordinaria y natural, sino que necesita recurrir a la amplia experiencia humana y religiosa. Los libros sagrados, en especial la Biblia, son indispensables en este proceso de maduración. La lucha denodada del hombre por verse libre de la culpa, es tema recurrente en la mejor literatura universal.

Pero el hombre solo no puede liberarse. Necesita un redentor. Un salvador. Así es como aparece Jesús, el Redentor del hombre. La obra redentora de Cristo consiste en destruir el pecado, obra multiforme del Demonio, el asesino desde los orígenes, actuante en el hombre y en el mundo. Liberar del pecado es obra de cósmica grandeza y celestial bondad.

De las fuentes bíblicas -Génesis 3- podemos deducir la siguiente descripción: “El pecado es un acto humano que conlleva una desobediencia a Dios, en cuanto que transgrede un precepto divino”. Es un acto externo, pero que se origina en el interior del hombre. Allí se cocina y origina. Es una autodeterminación contraria a la voluntad de Dios. Implica por tanto una rebelión contra el supremo dominio de Dios sobre cualquiera de sus creaturas. Es un acto de soberbia que se concreta en la transgresión del precepto, pero que afecta al legislador.

En el libro del Génesis tenemos el pecado modelo (de origen), que describe el proceso psicológico y religioso mediante el cual se llega a la aberración grotesca de “creerse dios”. Veamos:

· Adán-Eva aparecen como una pareja adulta, usufructuando del jardín y de la íntima amistad con Dios. Allí todo es don.

· Eva dialoga con la serpiente en

Por Mario De Gasper N Gasper N Obispo Em Rito De Quer Taro