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AÑO NO. 35 • EDICIÓN 11079
LUNES 21
DE MARZO DE 2016 / SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA
(P/12)
ECONOMICA
NACIONALES (P/5)
TOGA
La Iglesia Católica censura el método lucha CMD; acoge reclamos médicos
Pedro Vergés asume la Presidencia de la comisión de asuntos jurídicos en la OEA
(P/9)
El Banco Popular sube a $25,000 millones el capital social autorizado
NACIONALES (P/4)
Medina y Margarita recorren barrios de la capital; acogerán asueto por la SS
Obama en Cuba; da primer paso en la nueva relación (P/20)
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, su esposa Michelle y sus hijas Sasha y Malia llegaron ayer a La Habana, Cuba, visitaron La Habana Vieja, el centro histórico de la capital, un paseo que tuvieron que realizar protegidos por paraguas debido a las lluvias que les ha recibido en la ciudad caribeña. EFE.
editorial Dejar huellas Sólo quienes asumen decisiones y riesgos pueden dejar huellas en la historia. Y es una afirmación válida para los diferentes ámbitos de la vida política, económica, científica, deportiva, artística y social. Lo es, incluso, en la guerra, y en la diplomacia ni se diga. Creemos que esta visita del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama y su familia, a La Habana, Cuba, desde este domingo 20 de marzo y por dos días y medio, es una decisión diplomática de una gran significación histórica para recomponer las relaciones entre ambas naciones. Ella viene a consolidar los vínculos, restablecidos parcialmente desde el año pasado, de unas relaciones rotas y una enemistad desde hacía más de cinco décadas. No hay dudas que marca una nueva etapa entre Estados Unidos y Cuba. El mandatario estadounidense llegó al aeropuerto internacional José Martí para seguirle los pasos al también presidente Calvin Coolidge, quien visitó la isla en 1928. Es decir, hace 88 años. Esta visita igual ayudará a que Cuba vuelva plenamente al sistema americano al que pertenece y que por razones políticas había sido excluida. El otro aspecto positivo será que las autoridades cubanas no encontrarán en el bloqueo la excusa perfecta para justificar muchas de sus deficiencias y errores internos.