Edición Digital 160812

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Opinión

EL MUNDO I Jueves 16/08/2012

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PALESTRA

LA ECONOMÍA

Choque o disolución de civilizaciones

Simple, el dinero no alcanza ¿Y entonces?

EN DERECHO existe el principio “ex aequo et bono”, esto es, el juez, el Tribunal en última instancia, debe decidir conforme a la equidad y lo bueno, la equidad y la conciencia. Más allá de eso es la anarquía, la barbarie.

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a, en los últimos años de nuestra carrera de abogado, el profesor de derecho procesal nos indicaba uno de los dogmas inamovibles de los principios jurídicos y procesales: Una vez que un tribunal dicta una medida cautelar, ambas partes del proceso tendrán que abstenerse de ejecutar cualquier acto hasta que se dicte la sentencia. Si lo hicieren, el Tribunal de la causa no le dará curso, ni siquiera para darle entrada en el expediente, no lo tomará en cuenta y lo entenderá como presión indebida de la parte actuante. Difícilmente un abointerpretación, la primera e ingado litigante demandante o demandado se atrevería a violar este concep- evitable medida cautelar de la CCJ fue to consustancial con el ejercicio del de- ordenar que las partes se abstuvieran recho, porque se podría alegar negli- de cualquier actuación hasta que se dictara sentencia. Ni la Sala gencia, ignorancia o parconstitucional ni los magiscialidad del magistrado. trados nombrados recienteEsto viene al caso porque mente por la Asamblea son observamos, no sin sorpartes, ellos son el objeto de presa, cómo ante la Corla decisión. De allí que exte Interamericana de traña que uno de ellos se preDerechos Humanos, Juan José Monsant sente ante la CCJ y actúe coaún antes de dictarse la Aristimuño mo parte beneficiada, visentencia, el gobierno de Exembajador ciando de por sí el proceso, Venezuela inició una sevenezolano en El Salvador lo que supone para el conrie de descalificaciones sumo de la opinión pública a la institución y a los propios magistrados. Dictada la sen- una ligereza inexplicable e inexcusatencia donde estuvo presente la parte ble o una pretensión de presión ante reclamante y demandada, el Tribunal el tribunal supranacional. Supremo de Justicia de Venezuela Lo anterior viene por lo que hemos veaceptó el fallo, pero lo interpretó, por nido observando en nuestro contilo que en definitiva la burló; ese fue en nente, mucho más grave que una meel caso del aspirante presidencial Le- ra interpretación judicial es la proopoldo López, donde el tribunal ve- puesta ideológica reactualizada de sesnezolano aceptó que podría presen- go totalitaria, pero que se encuentra tarse como candidato, pero que seguía en la substancia misma de la existenimpedido para administrar el cargo, si cia del sistema político basado en la democracia republicana, los valores lo llegara a obtener. Hemos leído igualmente cómo en El occidentales y la libertad del hombre. Salvador, ante un conflicto de compe- Se trata del rol del Estado en la societencia, la Asamblea Legislativa acudió dad. Desde luego la aparición del Esante la Corte Centroamericana de Jus- tado como expresión jurídica nacioticia para que decidiese en cuanto a nal e internacional fue un avance de la una interpretación del texto constitu- civilización, ciudades-estados, estacional surgida entre la Corte Suprema do-nacional fue la consecuencia del de Justicia y el Poder Legislativo. Inde- absolutismo desbocado y excluyente. pendientemente que se considere que Llegó para organizar, poner frenos, líla CCJ tenga o no competencia para co- mites territoriales y personales, gesnocer del conflicto, lo cierto es que en tionar y tramitar el bien común en baDerecho existe el principio “ex aequo se al reconocimiento y respeto absoet bono”, esto es, el juez, el Tribunal en luto al principio de la legalidad. Pero última instancia, debe decidir confor- no más, solo respuestas ante situaciome a la equidad y lo bueno, la equidad nes históricas inaceptables llevaron a y la conciencia. Más allá de eso es la pensadores, políticos y militares a imaanarquía, la barbarie. El otro principio ginar que el Estado era anterior al homes que los jueces, el tribunal, cualquier bre y se encontraba por encima del bien tribunal debe decidir sin presión o co- individual y la naturaleza humana. acción para que su fallo sea válido y El Estado nació para el hombre, para aplicable. Una de las partes ante la CCJ asentar una nación jurídicamente exisfue la Asamblea Nacional salvadore- tente en un territorio donde todos fueña y, una vez aceptada la demanda de ren iguales ante la ley y nadie por en-

cima del otro, ni siquiera el rey y su corte. Se extinguió el absolutismo, nacieron los tres poderes, el equilibrio republicano, se establecieron los derechos del hombre y del ciudadano. Han pasado siglos desde ello, quizás muchos y la humanidad busca perfeccionar la comunidad nacional e internacional, su relación con el ambiente, el desarrollo, la solidaridad entre los pueblos, la producción, la participación en la cosa pública, la eficacia y la transparencia. Ante esta crisis entre lo viejo y lo que debe avecinarse en un paso más en la historia de la civilización nos encontramos para avanzar, detenernos o retroceder. Detenernos es más de lo mismo, significa una comunidad asentada en privilegios sectoriales, partidistas, económicos, militares, religiosos o raciales, que prefiere un sistema sin cambios sustanciales. Otro, más reaccionario propone un regreso al estatismo, al absolutismo con matices liberales, donde la separación de poderes, el control ciudadano, la transparencia, la alternabilidad en el ejercicio público cede paso a un pretendido mesianismo como el Socialismo del siglo XXI, el indigenista como el de Evo Morales, personalista como el de Vladimir Putín, partidista como el Frente Sandinista, el Partido Justicialista, el FMLN o la misma irrupción del Tea Party que propone un absolutismo ecónomico sin Estado, todos respondiendo en el fondo un desprecio absoluto por el hombre, su continuidad, libertad y dignidad. Nos encontramos en presencia de un choque de civilizaciones como predijo Samuel Huntington, pero de un alcance más allá y peligroso que entre Oriente y Occidente, de allí que el fortalecimiento de las diversas expresiones de la sociedad civil pasen a constituirse en guardianes del progreso y de las libertades individuales, controladores de la tentación absolutista que se observa.

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o se necesitan estadísticas comparativas, ni análisis de mercados para concluir que la situación económica de El Salvador es apremiante y quien más la resiente son las amas de casa que, con la misma cantidad de dinero, tienen que vestir, dar de comer y satisfacer las necesidades básicas de los miembros de su familia. El Salvador se ha vuelto un país caro. Se gana lo mismo y se gasta más. Por más esfuerzos que se hagan por aplicar una economía de hogar dirigida a evitar excesos y superficialidades, no hay forma de sentirse holgado de dinero. Ni quienes compran en partes: un poquito en el supermercado, otro tanto en el mercado y hasta en las ventas de la calle logran respirar con tranquilidad. La situación se vuelve más apremiante en la medida que aumentan los miembros del grupo familiar. Si son bebés, leche, vacunas, citas al médico, medicinas son elementos inamovibles de los gastos quincenales; y si son más grandes, el dinero se dirige a estudios (de kínder a universidad), uniformes, libros, comida, fiestas infantiles de los compañeros de grado, pasaje de buses, fotocopias, salidas entre amigos, salud… La lista es interminable. Nadie que se estime buen padre lamentará lo que al final resulta ser una inversión más que gasto, porque se hace en función de darle al país un mejor ciudadano; sin embargo, es imposible reparar en el sacrificio físico y moral que todos los días hacen para salir adelante, quienes pertenecen a la clase mayoritaria del país: LA MEDIA. ¿Cómo hacen las familias que viven con un salario mínimo? ¿Las madres solteras? ¿Y quienes tienen más de dos hijos y sólo un miembro de la casa con empleo? Obvio que no es fácil para ninguno de ellos y que al final, por la misma necesidad, se terminan consolando con un: “¡Ni modo, ahí vamos viendo cómo hacemos!”. Y ese “ni modo” más que ser visto como un reto de país, pareciera ser la excusa en la que se están amparando quienes lo gobiernan para no hacer nada concreto. Da la impresión que nuesAna Giralt tros funcionarios duermen tranquilos Periodista y sin pena, creyendo que la gente está bien porque ellos están haciendo lo correcto; caso contrario, se percibirían o más bien, se ejecutarían acciones de Estado más efectivas, que le permitan a muchos salir de su ahogo financiero. Es cierto que hay subsidios, pero son ayudas momentáneas que pueden desaparecer tan rápido como pasar a otro rango de consumo de energía eléctrica, por citar un ejemplo. Alternativas disparejas, dado que dejan de lado a un grueso de la clase media. No se trata de promover medidas asistencialistas que a la larga terminan ahogando a la economía por el exceso de ingresos y nada de egresos; se trata de aplicar una visión de país que refleje que se va hacia un rumbo adecuado, con más oportunidades de empleos, con alternativas de transporte que permitan equilibrar los altos precios de los combustibles (se usa carro por necesidad, no por lujo), con servicios básicos cobijados por inversiones efectivas y no trastocadas a mitad de su ejecución; con incentivos fiscales que promuevan la instalación de más empresas importantes en el país, bajo la garantía del respeto a las “reglas del juego”. De lo que se trata es de trabajar en función de la gente. No de generarles esperanza, porque eso se hace cada tres o cinco años, sino oportunidades concretas. Se trata de asumir el compromiso con hechos y no con palabras. De caer en la cuenta que existe una situación económica muy difícil para millares de personas que trabajan para vivir y viven para trabajar, para quienes la situación de la Corte Suprema de Justicia y el reparto de cuotas políticas no resulta una prioridad, y no porque no sea importante, sino porque con su solución o sin ella, el dinero les alcanzará lo mismo.


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