TECNOLOGÍA EDUCATIVA PARA LA EDUCACIÓN EN ADULTOS (Ensayo)

CENTRO UNIVERSITARIO DEL SUR OCCIDENTE UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA MAESTRÍA EN DOCENCIA UNIVERSITARIA CON ÉNFASIS EN ANDRAGOGÍA

TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS PARA LA EDUCACIÓN EN ADULTOS ENSAYO

José Eliú Lima Pérez

Mazatenango, Suchitepéquez, marzo 2021 1

TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS PARA LA EDUCACIÓN DE ADULTOS José Eliú Lima Pérez Ingeniero en Alimentos Maestría en docencia universitaria con énfasis en Andragogía Universidad de San Carlos de Guatemala Mazatenango, Suchitepéquez eliulimaz@gmail.com Resumen: La mediación tecnológica en un proceso de formación andragógico, debe ser un fin dado al contexto actual donde se desenvuelven los discentes adultos, en ello radica la importancia de reconocer las diferentes tecnologías que cubren las TIC, TAC y TEP, con estos fundamentos se desarrolla de manera eficaz una modalidad presencial, blended learning o e-learning, con interrelación de manera armónica con la comunicación sincrónica y asincrónica. Este ensayo descriptivo proveerá información concerniente a estas tecnologías educativas en el marco de la Andragogía.

Palabras claves: Sincrónico, asincrónico, TIC, TAC, TEP, e-learning, blended learning.

En la concepción del modelo andragógico, se hace referencia sobre la importancia de propiciar ambientes que favorezcan el intercambio de experiencias entre los actores del proceso de aprendizaje, discentes adultos y facilitadores. Además, insta al facilitador que diversifique las estrategias didácticas con el fin de ofrecer al adulto la oportunidad de generar su conocimiento a su propio ritmo, debido que es una particularidad que presenta las personas. En virtud de lo anterior, se permite entonces realizar una mediación tecnológica en el proceso andragógico, para así potencializar las capacidades de los adultos al dinamizar su formación mediante el uso de las tecnologías de información y comunicación (TIC´s).

Estas tecnologías pueden remontarse desde los ábacos, sin embargo, el precursor de estas tecnologías modernas aparece en el siglo XIX, cuando Herman Hollerith desarrolló un tipo de tarjeta perforada y junto con máquinas que interpretaban estos códigos, lograba recopilar la información de censo de Estados Unidos (Campos, 2018). Este hito marca la carrera acelerada de la generación de tecnologías que en nuestro tiempo forma parte de nuestro quehacer diario, siendo 2

en la década de 1970 donde se construye la base de la estructura de la computadora que aún en nuestros tiempos los encontramos en las computadoras de escritorio, portátiles y teléfonos móviles.

A pesar de este avance estas computadoras tenían limitaciones, sin embargo, en esa misma década aparece un sistema de interconexión entre computadoras, en el ámbito militar, derivado de la guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética. No fue sino hasta la década de los 80 cuando esta infraestructura tecnológica estuvo a disposición de la sociedad civil. Según Muñoz, citado por Campos (2018) manifiesta: “En 1985 empiezan a aparecer programas que se incorporan a la enseñanza en centros de estudio, son los primeros tutoriales de ofimática que sirven para aprender el sistema operativo de moda en aquel entonces MS-DO (de Microsoft) y paulatina y progresivamente aplicaciones como Frame Work, Wordstar, AmiPro, Wordperfect, DBASE, WINDOWS. Se empiezan a enseñar lenguajes de programación como PASCAL, C, COBOL, BASIC, DBASE. Comienza a instalarse las primeras aulas de informática en los centros” Este acceso a estos nuevos conocimientos fue de gran utilidad, pero aún hacía falta la masificación de la información, transmisión de archivos, etc. Esto se logró mediante la World Wide Web (Web). Cabe aclarar que la web e internet no es lo mismo, siendo la última la interconexión entre computadoras, mientras que la web se desplaza sobre la internet. Todo esto hace la infraestructura que conocemos como TIC y es una herramienta valiosa en el contexto actual de los procesos de aprendizaje, independientemente de la modalidad de la formación, ya que permite integrarse de mejor manera en la dinámica que los nuevos adultos hacen uso de estas tecnologías para comunicarse, realizan sus actividades de ocio o acciones tan sencillas como consultar la hora del día en un móvil.

3

Antes de la pandemia por Covid-19, el uso de las TIC por parte de los facilitadores era en la mayoría de las instituciones opcional, se fortalecía mediante capacitaciones andragógicas en técnicas para desarrollar en clases o realizar las reflexiones en ese espacio físico, pero no en el uso sistemático de estas tecnologías. En muchos casos, la renuencia hacia el uso de esta herramienta es por desconocimiento en la mayor parte del gremio de la docencia, aunque la desconfianza de valor significativo que aporta hacia el discente es otro factor para considerar.

Tras haber migrado, de manera forzada, hacia el uso de las TIC como herramientas para el proceso de aprendizaje en todos los niveles, debido a la suspensión de actividades, ahora debe evaluarse el grado del impacto que tuvo. Para el caso de la educación en adultos, a nivel universitario, la exigencia hacia un aprendizaje significativo para su vida se mantiene, solo cambia la dinámica conque se desarrolla la formación, se ha abierto un amplio canal de comunicación e información para que pueda aprovechar y obtener lo que requiera.

Con base a ello, las TIC deben poseer una mediación andragógica, de manera sistemática, organizada, planificada y generada de manera consciente para ofrecer a los discentes adultos las herramientas, pero con un enfoque hacia el enriquecimiento y fortalecimiento de su aprendizaje.

Es en este momento donde se da el valor agregado a las TIC, transformándose en lo que se denominadas TAC, las tecnologías del aprendizaje y conocimiento, que valiéndose de las TIC como medio hacia el discente se promueve un aprendizaje significativo, sumando una variedad de nuevas actividades didácticas y realizando mejoras a algunas ya existentes (Martínez, 2016).

Entonces, ¿cómo se puede diferenciar cuando se hace uso de la TIC y TAC en un proceso andragógico? Un ejemplo puede observarse en una sesión, tipo videoconferencia, mediante una plataforma como Teams, Meet, Zoom, entre otros. Al momento de realizar este momento sincrónico durante un proceso de formación, se utiliza la TIC pero si se limita a una clase magistral, 4

si solo se utiliza la plataforma sin mayor interacción, ¿realmente se realiza un eficaz proceso de aprendizaje? ¿se alcanza a motivar al adulto mediante esta dinámica? La respuesta claramente es no. Por ello, durante ese momento de interacción sincrónica con los discentes, de manera consciente y planificada se puede utilizar una plataforma en línea para desarrollar una actividad que conlleve a una interacción dinámica, por ejemplo, utilizar Padlet para una lluvia de ideas al inicio o una fijación del tema al final de la sesión.

Por tanto, si existe diferencias entre las TIC y TAC, que el facilitador andragogo debe reconocer para evitar desaprovechar estas tecnologías que ya están en la web. De acuerdo con Valarezo (2019) el objetivo de las TAC es hacer un cambio significativo en la metodología del empleo de las TIC, debe asegurarse el dominio de éstas, en primera instancia, pero utilizarlas como medios didáctico efectivos para el aprendizaje y construcción del conocimiento. Cuando el andragogo hace uso efectivo de las TAC, promueve de manera efectiva el desarrollo del aprendizaje entre los discentes, al permitir que ellos participen directamente en estos momentos y dejen ser solo espectadores del uso de las TIC. Una nueva concepción aparece en el marco de las tecnologías, la cual se les ha denominado TEP, acróstico de las tecnologías del empoderamiento y la participación, éstas hacen referencia a un contexto social desde el ámbito virtual, donde se puede trabajar sin límites ni el contacto físico entre personas que crean contenido para y por los consumidores hacia un fin específico. Para la Andragogía es importante dado a los fundamentos de la misma ciencia, donde se indica la interacción social a todo nivel y que los productos finales promueva la construcción del conocimiento entre todos los integrantes de un proceso de aprendizaje.

Con estos conceptos, en la andragogía se puede desarrollar esta mediación tecnológica a partir de dos maneras de ejecución del proceso de aprendizaje, la modalidad de entrega y los 5

momentos del desarrollo de la formación, éstas no son ajenas unas de la otras, por el contrario, el están interrelacionadas. Como se observa en la figura 1, existen tres modalidades de entrega de mediación tecnológica, siendo presencial, B-learning, E-learning, y dos momentos de interacción, siendo mediante comunicación sincrónica o asincrónica.

Figura 1. Interrelación entre la modalidad y momento del desarrollo de la mediación tecnológica

Fuente: Elaboración propia Con relación a los momentos de la utilización de las TIC o TAC, se han definido dos, siendo éstas la comunicación sincrónica, que se desarrolla de manera simultánea entre el facilitador y discentes, utilizada preferentemente, pero no excluyente, en las modalidades que no son presenciales, acá se puede considerar las plataformas de videoconferencia, chats, mensajería, redes sociales. El otro momento de interacción se genera mediante una comunicación asincrónica, donde el facilitador deja actividades significativas, consensuadas con los discentes, en una plataforma, con o sin temporalización, para que sea desarrollada en la misma o bien sea el medio para que se pueda cargar las actividades ya resueltas, por ejemplo, el área de Teams, Google Classroom, Moodle, aunque también plataformas donde pueda alojarse material audiovisual como YouTube.

6

Respecto a las modalidades donde se puede utilizar estas tecnologías se cuentan con la presencial, e-learning y b-learning. En la primera, bajo el contexto andragógico y la premisa que los adultos, dado a sus múltiples actividades poseen como mínimo un dispositivo con conexión a internet se puede planificar y facilitar actividades en plataformas digitales para mantener activa su atención y de cierta manera crear un momento de pausa. Un ejemplo de esto podría ser la gamificación, entre estas plataformas esta Kahoot, Quizlet, Socrative, Padlet, entre muchas que están a disposición gratuita, pero si se desea obtener un mayor beneficio, la mayoría ofrece la opción de generar más actividades mediante una cuota económica.

En el otro extremo, se encuentra la modalidad e-learning, donde no hay presencia física de un facilitador y se encuentra la plataforma lista para el discente, interesado en su formación. Una de las debilidades de esta modalidad es cuando el diseño no tiene una mediación andragógica, en nuestro caso, dado al sujeto epistemológico en estudio, sin embargo, es aplicable también a la pedagogía. La falta de un diseño sistemático que permita la integración de las TIC en el diseño de actividades hace que estas plataformas no sean amigables con el usuario.

Parte de este

inconveniente, según Melo (2018), se debe al desconocimiento, parcial o total, de modelos que ayudan a esta transición por parte de los docentes, indica como un ejemplo el modelo SAMR, acróstico en inglés de los pasos que conlleva este modelo que es Substitution, Augmentation, Modification, Redefinition para realizar dicha integración de las TIC. Una dinámica que consigue resultados positivos, tanto para el facilitador, discente e institución, es programar encuentros con interacción sincrónica entre facilitador y discentes, así la distancia no es un impedimento para realizar consensos, resolución de dudas y lo mejor, participar en su construcción de conocimiento. Se sugiere que como mínimo existe una comunicación sincrónica al inicio, para socializar el contenido, manejo de la plataforma y la interacción entre 7

pares, esta última acción permite establecer redes de comunicación social, mediante plataformas como Facebook, Whatsapp, Kaizala, Telegram, que son los más conocidos.

Una forma de ser eficiente como facilitador andragógico, en estos encuentros sincrónicos indicados, es mediante la aplicación del modelo Gilly Salmon, donde se manifiesta cinco momentos secuenciales para el éxito en una sesión virtual siendo el acceso y motivación inicial, socialización en línea, intercambio de información, construcción de conocimiento y desarrollo.

Aunque existen otros modelos que facilitan la tutoría virtual como el modelo Addie (Análisis, diseño, desarrollo, implementación, evaluación), modelo Kirkpatrik (respuesta, aprendizaje, desempeño y resultados).

Por último, se tiene la modalidad blended learning o b-learning, que es la simbiosis entre la modalidad presencial y e-learning, donde se debe potencializar toda la mediación tecnológica, lo mejor de las dos modalidades, así como una armonía entre la comunicación sincrónica y asincrónica.

A manera de concluir, en la actualidad no se puede pensar en el desarrollo de un proceso de aprendizaje, aislado del uso de las TIC, que son de uso común en las personas, sobretodo en los adultos, sin embargo, es imperativo que desde la política de la Institución educativa, de manera sistemática y organizada, esta infraestructura adquiera la mediación andragógica requerida, mediante el uso de tecnologías del aprendizaje y conocimiento, donde el docente se convierte en un facilitador del aprendizaje, perfil que se define en un docente andragogo. Además, el facilitador andragogo debe mantener su espíritu de actualización en TIC, TAC y porque no TEP, aplicar modelos efectivos durante su tutoría virtual, todo con la meta de proveer herramientas al discente adulto para la construcción de su conocimiento, desarrollo de habilidades y fortalecimiento de sus valores como ser humano.

8

REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍA Bolívar, W. (2014). Capacitación B-Learning, cambios en la práctica docente. Revista ciencia y poder aéreo 1(9), 167-181. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5682915.pdf Campos, H. (2018). Uso, creencias y actitudes sobre las TIC en los procesos de enseñanzaaprendizaje del personal académico de un Centro Público de Investigación. Caso: CIBNOR. [Tesis de doctorado, Universidad Internacional Iberoamericana]. http://dspace.cibnor.mx:8080/bitstream/handle/123456789/3000/campos_h%20TESIS%20DOCTORAL.p df?sequence=1&isAllowed=y García, A. (2018). Autorregulación del aprendizaje y educación alternativa. [Tesis de doctorado, Universidad Complutense de Madrid]. https://eprints.ucm.es/id/eprint/49375/1/T40286.pdf Martínez, O. (2016). Programa de Formación Docente de las Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento (Tac) en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador Núcleo Barinas (Venezuela). Revista Scientific 1(1), 90-114. https://www.indteca.com/ojs/index.php/Revista_Scientific/article/view/11 Melo, M. (2018). La integración de las TIC como vía para optimizar el proceso enseñanzaaprendizaje en la educación superior en Colombia. [Tesis de doctorado, Universidad de Alicante]. https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/80508/1/tesis_myriam_melo_hernandez.pdf Sánchez, I. (2015). La Andragogía de Malcolm Knowles: teoría y tecnología de la educación de adultos. [Tesis de doctorado, Universidad Cardenal Herrera-CEU]. https://repositorioinstitucional.ceu.es/bitstream/10637/7599/1/La%20andragog%C3%ADa%20de%20Malc om%20Knowles_teor%C3%ADa%20y%20tecnolog%C3%ADa%20de%20la%20educaci %C3%B3n%20de%20adultos_Tesis_Iluminada%20S%C3%A1nchez%20Domenech.pdf Valarezo, (2019). Las tecnologías del aprendizaje y el conocimiento en la formación docente.

Revista Conrado 15(68), 180-186. http://scielo.sld.cu/pdf/rc/v15n68/1990-8644-rc-15-68180.pdf Veytia, M. (2015). Estrategias andragógicas para estudiantes de posgrado a partir de procesos de mediación tecnológica. Revista Atena 3(31), 45-54. https://www.redalyc.org/pdf/4780/478047207005.pdf

9