ANDRAGOGÍA (Ensayo)

CENTRO UNIVERSITARIO DEL SUR OCCIDENTE UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA MAESTRÍA EN DOCENCIA UNIVERSITARIA CON ÉNFASIS EN ANDRAGOGÍA

ANDRAGOGÍA ENSAYO

José Eliú Lima Pérez

Mazatenango Suchitepéquez, marzo 2021 1

ANDRAGOGÍA José Eliú Lima Pérez Ingeniero en Alimentos Maestría en docencia universitaria con énfasis en Andragogía Universidad de San Carlos de Guatemala Mazatenango, Suchitepéquez eliulimaz@gmail.com Resumen: En este ensayo se genera una descripción referente a la Andragogía, ciencia enfocada al proceso de aprendizaje en adultos, bajo el contexto de la formación universitaria. Se describe una breve reseña del término, donde la praxis andragógica como tal se ha desarrollado desde la antigüedad. Así también, se hace referencia de los niveles y principios andragógicos propuestos por Malcom Knowles, siendo el modelo utilizado en la formación de adultos. Finalmente se realiza una comparación entre el docente pedagógico y andragógico y las estrategias recomendadas para la formación en un ambiente que favorezca la Andragogía en las aulas universitarias.

Palabras claves: Andragogía, educación universitaria, discente, adulto, facilitador.

El ser humano nunca deja de aprender, frase acuñada con un significado especial que ha prevalecido en la historia. Sin embargo, existe dos momentos en este proceso de aprendizaje, inicialmente el individuo es guiado en su infancia mediante teoría y técnicas pedagógicas establecidas por la sociedad, donde poco o nada puede cambiar según su contexto, a menos que de forma externa sea sustituido para responder a cambios culturales, sociales o tecnológicos.

Conforme avanza su desarrollo como persona individual y social, él puede fijar el mecanismo de aprendizaje, con base a sus experiencias y con base a lo que realmente desea o necesita aprender. Es en este segundo momento donde aparece una ciencia, establecida de manera formal en el siglo pasado por Malcolm Shepard Knowles, pero con una histórico y amplio camino en todos los ámbitos de la Humanidad, que es la Andragogía. (Sánchez, 2015). Aunque según registros se reconoce al alemán Alexander Kapp que en 1833 hizo uso del término para hacer referencia del discurso platónico (Castillo, 2018).

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Esta ciencia ha permitido establecer estrategias congruentes al contexto social y fisiológico de adultos, que desde siempre se han desarrollado, un ejemplo de ello es la retórica socrática, diseño donde un guía permite realizar una serie de preguntas hacia una persona con el fin que ella pueda realizar una reflexión sobre un fenómeno determinado, mediante sus experiencias y el grado de valor que esto le confiera a su vida. En términos modernos esto se define como anclaje del conocimiento, donde una persona adulta utiliza esos criterios vividos para apropiarse del nuevo conocimiento y pueda reconstruir sus pensamientos con valor significativo. Cabe entonces realizar la interrogante ¿en que momento se puede definir un ser humano como adulto?

Generalmente una persona se considera como adulto cuando satisface criterios desde la perspectiva fisiológica, psicológica, social y/o legal, con sus adeptos y contrarios de acuerdo con el contexto donde se realiza el análisis. Pero ¿los estudiantes universitarios ya pueden ser considerados como adultos? ¿será mejor las estrategias, criterios pedagógicos o andragógicos durante la formación universitaria? Para las personas que han tenido la oportunidad de continuar sus estudios universitarios, es en este espacio donde se presenta ese momento de transición del aprendizaje, ya que el promedio de edad que una persona desarrolla su carrera universitaria en el país, en el grado de licenciado, oscila entre los 18 a 25 años. En este rango de edad se denomina una adultez emergente, donde el individuo explora su identidad como miembro adulto de la sociedad, son más independientes con su entorno familiar, viva o no en la misma casa, entre otros.

(Torres, 2015).

Al tomar en consideración la premisa anterior, se puede mencionar que la Pedagogía no esta aislada de la Andragogía; aunque la Andragogía puede tomar estrategias pedagógicas, difícilmente será lo contrario. Todo ello durante la transición de madurez del estudiante durante

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su formación universitaria, con base a su individualidad y contexto social, fase importante para los fundamentos andragógicos.

Esta Figura 1. Modelo andragógico de Malcolm Knowles

importancia

conceptualización

y

radica

en

aplicación

la del

modelo de aprendizaje andragógico. Para Knowles, citado por Castillo (2018), el modelo holístico propuesto está basado en tres niveles, como se observa en la figura 1. El primer nivel hace referencia a las metas y aprendizajes que el individuo tiene en función de su contexto social, las necesidades individuales que cubrirá por la construcción de un nuevo conocimiento y la interrelación a su comunidad o institución, base primordial dada la naturaleza epistemológico Fuente: Castillo, (2018).

social de

del todo

sujeto fenómeno

educativo. Por ejemplo, si un individuo sale de su comunidad a formarse, con el

tiempo regresa y utiliza ese conocimiento para crecimiento personal o familiar, pero no es ajeno a la sociedad donde se desenvuelve, dada a esta interrelación también se ve beneficiada la comunidad al tener un profesional entre sus miembros y la institución donde se formó ya adquiere un prestigio dentro de este nuevo contexto social.

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El segundo nivel indica que todo individuo ha pasado por vivencias que son fuentes enriquecedoras para su propio proceso de aprendizaje. Debido que estas diferencias están basadas en particularidades y, al tener muchas opiniones respecto a una materia o fenómeno permite tener perspectivas que incluso el facilitador no las había considerado. Estas diferencias también abarcan a posiciones de punto de vista, ideológicos, religiosos, ritmo de trabajo, estilos de aprendizaje.

Pareciera que en un grupo heterogéneo es más difícil desarrollar una estrategia didáctica, sin embargo, esto resulta ser erróneo y de manera paradójica estas diferencias, bien encausadas por el facilitador mediante un clima de confianza y de mutuo respeto, el intercambio de ideas resulta beneficioso para todo el grupo de discentes, incluso hay un crecimiento en el facilitador. Por ello la importancia del liderazgo del facilitador, para potencializar en beneficio común todas las diferencias que puedan encontrarse en un grupo de adultos.

Después de haber sido considerados los dos niveles previos por parte del facilitador, ya se cuenta con la perspectiva general para esta ciencia y se empieza a desarrollar los principios andragógicos propuestos por Knowles.

Necesidad de saber del alumno: Al tomar la decisión del adulto de aprender, éste necesita saber los contenidos, las estrategias didácticas, modalidad de formación, el proceso de evaluación, la interacción con sus pares, entre otros; con estos insumos el discente adulto podrá establecer horarios, tiempos, canales de comunicación para alcanzar su meta trazada cuando decidió emprender de nuevo en su aprendizaje. Es imperativo este primer acercamiento entre facilitadores y discentes, de esta manera se intercambia está información vital y quienes acepten el reto les será más fácil completar su formación, caso contrario, los índices de deserción se incrementarán de manera considerable.

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Concepto personal del alumno: La naturaleza del discente adulto se define por su autonomía, esto le enmarca su responsabilidad y compromiso hacia el programa o formación que iniciará. Esto le conllevará incrementar su autorregulación y disciplina para alcanzar el objetivo trazado, sin necesidad de que un agente externo esté vigilante del avance de su formación. De acuerdo con Zimmerman, citado por García (2018) en el momento que un discente tiene consciencia de su aprendizaje, se convierten en adultos proactivos que relacionan los objetivos del aprendizaje con sus metas personales, además que están conscientes de sus limitaciones y fortalezas, lo cual potencializa su autorregulación en beneficio de su aprendizaje.

Experiencia del alumno: Los conocimientos previos del participante es un recurso valioso en la dinámica andragógica, esa vasta información permite enriquecer y en algunos casos reconstruir o redefinir la temática. Por ello, fomentar el diálogo es muy importante, para que los discentes puedan opinar con base a sus conocimientos generales, los cuales pueden venir de su vida laboral, familiar, académica o informativa (ésta última si la consulta es en redes sociales, muchas veces puede venir distorsionada o mal informada). Todo lo que pueda aportar el discente, es enriquecedor para su formación, así como el de sus pares, incluso al facilitador, dado el principio de horizontalidad que posee la Andragogía.

Disposición para aprender: El diseño curricular, la planificación, selección de estrategias didácticas, modalidad de formación, todo debe estar basado en función de los intereses del discente, para que pueda utilizar a un corto o mediano plazo este conocimiento o habilidad de manera significativa. Si bien es cierto los contenidos programáticos del curso están establecidos por parte de la Institución, con base a un perfil profesional, éstos pueden ser contextualizados al que hacer diario del adulto, por ejemplo, el curso de Bioquímica, los contenidos de las macro y micromoléculas deben ser cubiertas como marco primordial de esta ciencia, sin embargo, en la 6

práctica es diferente para un nutricionista, agrónomo o tecnólogo de alimentos, por tanto, debe validarse con los discentes el contenido del programa y en conjunto analizar sí el contexto planteada es de utilidad para sus interés, en este momento también en consenso pueden definirse las estrategias didácticas y toda aquella actividad que sume para su formación.

Inclinación al aprendizaje: El discente adulto requiere que la información sea contextualizada a sus actividades diarias, hacia aquello que le resulta familiar, por ello, dentro de las estrategias que predominan en la Andragogía se encuentran los estudios de casos, estrategias por proyectos, foros entre otros para lograr vincular el nuevo conocimiento adquirido, tanto en conocimientos, habilidades y actitudes. De acuerdo con Veytia (2015), el docente tiene el compromiso de desarrollar estrategias andragógicas cuando se trabajan con adultos y si es necesario debe utilizar la mediación tecnológica para lograrlo. Al utilizar una diversidad de estrategias el proceso de aprendizaje será dinámico y atrayente para la persona adulta.

Motivación para aprender: Este podría ser el factor clave para el éxito del proceso de formación andragógico, debido que el adulto esta motivado de concluir un aprendizaje, promovido por un impulso hacia una mejora salarial, obtener un puesto de trabajo, alcanzar un grado de autoridad dentro de su ámbito laboral, o bien, también puede ser solo por voluntad, moda, disfrutar de haber alcanzado culminado su formación. Sea la razón por la cual un adulto inicia un proceso de aprendizaje, siempre le antecede una motivación propia.

Estos tres niveles propuestos por Knowles deben ser considerados por el docente andragógico para apoyar a los discentes adultos durante su formación y que está sea significativa para cada uno de ellos y así alcanzar los resultados esperados en todos los actores del proceso andragógico. Por lo que el perfil del docente cambia circunstancialmente al momento de trabajar con personas adultas, diferentes cuando se trabaja con niños. En la tabla 1, se puede observar las 7

diferencias entre estos profesionales de los procesos de aprendizaje, el facilitador andragógico promueve los ambientes necesarios para ofrecer a los discentes adultos el clima para interactuar entre ellos, ya que también el facilitador aprende de la suma de las experiencias que se comparten.

Tabla 1. Diferencias entre pedagogo y andragogo Características Dirección de la formación hacia el discente Establecimiento de objetivos o competencias Desarrollo del programa Actitud durante la sesión de trabajo Actividades o acciones de aprendizaje

Pedagogo Vertical

Andragogo Horizontal

Generado por el docente

Con asentimiento del discente

Desarrollado por el docente Autoridad, formal

Avance de metas u objetivos

Información cuantitativa, paternalista

Tipos de evaluación utilizada

Heteroevaluación

Consensuado con el discente Amistosa, colaborativo, de apoyo, apertura, respetuoso Genera técnicas de investigación, técnicas cooperativas, estudios de casos.

El facilitador implica al discente en la consecución de sus metas.

Heteroevaluación, coevaluación, autoevaluación

Establece estrategias (en su mayoría) de transmisión

Fuente: Adaptado de Sánchez (2015) Por tanto, el facilitador andragógico además de contar con la pericia y experiencia necesaria es vital que mantenga el entusiasmo dentro la relación con las personas, con un alto grado de empatía y comunicación, tanto verbal como no verbal. Junto a lo anterior, debe manejar de manera apropiada su inteligencia emocional para ayudar y/o encausar a los adultos, quienes muchas veces son directos en opiniones o salen por la tangente cuando están bajo presiones externas. De acuerdo con Urzua (2017) la inteligencia emocional es establecer un diálogo equilibrado entre la inteligencia y la emoción, de tal manera que no se actúe de manera lógica y fría, ni tampoco de forma apasionada o visceral, bajo la vista de un adulto, esto hace generar confianza hacia el facilitador.

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También existen diferencias entre las estrategias utilizadas en la didáctica andragógica con las pedagógicas. Las primeras van en función de promover un aprendizaje cooperativo y auto formativo, con poca participación del facilitador, más que proveer apoyo y directrices para el desarrollo de estas. Se pueden enumerar los estudios de casos, estrategia de proyectos, foros, debates, portafolio educativo. También puede utilizarse una mediación tecnológica, para Veytia (2015) puede utilizarse foros en línea, redes sociales, chats, wiki, blogs, e-portafolios, entre otros.

En conclusión, la Andragogía ofrece al docente una estructura definida con estrategias necesarias para desarrollar un proceso de aprendizaje cuando el protagonista de este proceso son personas adultas. Durante la formación universitaria, a nivel de licenciatura, existe un proceso de transición entre estrategias pedagógicas y andragógicas, quedando para el segundo o tercer año el uso de metodologías andragógicas, dado que responden a la madurez que va adquiriendo el discente.

No debe olvidarse que el discente adulto es un ente social, donde no solo se beneficia él como persona o profesional al momento de culminar su proceso de aprendizaje, sino también su comunidad y la Institución que le favoreció para finalizar su formación.

Sus criterios o

experiencias provienen de sus acciones particulares, por tanto, el facilitador debe contar con la argucia de aprovechar esta información en beneficio de todos.

Existen diferencias entre los perfiles de un profesos pedagogo con un facilitador andragogo, dado al sujeto epistemológico hacia donde se genera el aprendizaje. Consecuentemente las estrategias deben estar contextualizadas a los intereses del discente, que pueden ser presenciales o mediante una mediación tecnológica, de tal manera apoyar la formación de los estudiantes universitarios, a partir de un anclaje de conocimientos previos para la construcción metacognitiva, desarrollo de habilidades y fortalecimiento de actitudes o valores.

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REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍA Alonzo, P. (2012). La Andragogía como disciplina propulsora de conocimiento en la educación superior. Revista electrónica Educare, 16(1), 15-26. https://www.redalyc.org/pdf/1941/194124281003.pdf Castillo, F. (2018). Andragogía, andragogos y sus aportaciones. Voces De La Educación, 3(6), 64-76. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6521968 Castillo, F. (2014). Andragogía. Procesos formativos entre adultos. Carteles editores.

García, A. (2018). Autorregulación del aprendizaje y educación alternativa. [Tesis de doctorado, Universidad Complutense de Madrid]. https://eprints.ucm.es/id/eprint/49375/1/T40286.pdf Sánchez, I. (2015). La Andragogía de Malcolm Knowles: teoría y tecnología de la educación de adultos. [Tesis de doctorado, Universidad Cardenal Herrera-CEU]. https://repositorioinstitucional.ceu.es/bitstream/10637/7599/1/La%20andragog%C3%ADa%20de%20Malc om%20Knowles_teor%C3%ADa%20y%20tecnolog%C3%ADa%20de%20la%20educaci %C3%B3n%20de%20adultos_Tesis_Iluminada%20S%C3%A1nchez%20Domenech.pdf Torres, F. (2015). Estatus adulto, consolidación de identidad, religiosidad y trascendencia como predictores del bienestar psicológico en la adultez emergente. [Tesis de doctorado, Universitat de València]. https://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/49960/TESIS%20DOCTORAL_FRANCISCA%20TORRES%20JIM%C3%89NEZ.pdf?sequence=1 Urzua, F. (2017). La inteligencia emocional en docentes de las carreras de plan diario del centro universitario del oriente. [Tesis de maestría, Universidad de San Carlos de Guatemala] http://www.repositorio.usac.edu.gt/8601/1/19%20MDU%20T-3074-2494UrzuaNavas.pdf Veytia, M. (2015). Estrategias andragógicas para estudiantes de posgrado a partir de procesos de mediación tecnológica. Revista Atena 3(31), 45-54. https://www.redalyc.org/pdf/4780/478047207005.pdf

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