El Guajhú # 1

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2 EL GUAJHÚ Revista de, con y por las letras. Año 1 N.° 1 Noviembre 2013 As - Py COLABORADORES: Diego Florentín Santiago Montiel Gustavo Ortigoza Juan Méndez Natalia Mosteiro Walter Cañete Arandurä “El Bosque”, Centro Cultural EQUIPO EDITORIAL: Camila Recalde Delia Espínola Giselle Caputo CONTACTO: elguajhu@gmail.com (.wordpress; .tumblr; .facebook) CRÉDITOS: El Guajhú permite la copia y difusión de los contenidos de este número siempre que se reconozca a los autores y la distribución se realice con fines no comerciales.

SUMARIO

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El inframundo literario paraguayo: Santiago Montiel

5 Nelson Roura: Un itinerario hacia su poesía

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Entonces surge la interrogante: ¿existe la literatura fractal?

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«Proibido en la plasa lo niños y lo perros» Teatro paraguayo ite

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El Guajhú y el sonido de uno mismo

12 «El zapallo que se hizo cosmos»

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En defensa de los championes y del tereré

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Y, hablando de historia de la litaratura

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La hermenéutica literaria como una herramienta para el diálogo

18 Versatilidad y utilidad, dos caras de una misma lingüística


3 EDITORIAL

Nos da mucho gusto presentar el primer número de la Revista El Guajhú dirigida a todo aquel que disfruta de la expresión literaria y se encuentra interesado o envuelto de una u otra manera en el mundo de las Letras. Este material comprende la lengua como una realidad dinámica y con infinitas posibilidades; redime, destaca y en ocasiones se sorprende de la vitalidad de las letras, queremos que nuestro aullido literario escudriñe los recovecos más abstrusos así como los generosamente estudiados por su innegable valor, que se filtre por las rendijas de los supuestos y que su eco perdure animando la curiosidad del lector. Aportamos un espacio de debate, un material de referencia comprometido con la literatura, la lengua y la realidad nacional, un escenario de difusión en el que prevalece ante todo la naturaleza humana en cuanto a su estructura de pensamiento y su desestructurado mundo emotivo, ése que solo puede ser comprendido por medio de los símbolos y gracias a la intuición. Hemos decidido conservar la arcaica grafía de la palabra «guajhú» con la intención de guardar fidelidad al título del cuento en el que se inspira este proyecto y a cuyo autor rendimos homenaje en esta ocasión dedicándole una sección particular. Con esta iniciativa queremos dar cabida al trabajo colaborativo, esperamos una respuesta activa de parte de nuestros destinatarios para así generar una relación basada en la retroalimentación. ¿Qué significa todo esto? Que nuestro equipo editorial tiene las puertas y ventanas abiertas a todos los que se sientan inspirados de alguna manera con este emprendimiento y quieran materializar esa inspiración, ya sea por medio de la escritura, el arte visual o cualquier otro aporte humano. Nos encantaría suscitar conversación y correspondencia, por lo que los animamos a escribirnos a alguna de nuestras direcciones en línea y ser parte del aullido, de la acción con compromiso, del trabajo afectuoso.


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El inframundo literario paraguayo:Santiago Montiel

No son pocos quienes están ávidos de nuevas ficciones de sello nacional, y aunque pareciera ser que nuestra realidad acapara toda la fantasía, los artistas están ahí, generando tumulto en las periferias

de la conciencia. Para toparse con ellos hará falta seguir las sombras y los ecos que generan por la noche, porque el arte nuevo en nuestro país está en continuo movimiento, un día puede estar hablando apaciblemente en un café y al otro gritando enloquecido en la calle, puede ser que se lo encuentre amaneciendo en una guitarra o soñando en la frontera, puede estar de viaje tocando puertas, visitando amigos o irrumpiendo en la rutina de algún internauta distraído que casualmente llegó a una página mágica. Uno debe vivir la persecución del resplandor del arte para alcanzarlo y fue en una de esas corridas que pude alcanzar e interrogar a cierto personaje muy esquivo, Santiago Montiel, quien siempre con las manos y la mente ocupadas me contó:

«¿Por qué se escribe? No sabría decirlo. Me viene la escena de una película yanqui, Robin Hood, un culebrón de los tantos, donde uno de los personajes reflexiona sobre unas palabras inscritas en un monumento, acariciando con un dedo las formas de cada letra, le comenta a un niño: “Mira, hijo, esta es la ciencia de la memoria”. Creo que es lo único rescatable de la película, y lo más probable es que la frase pertenezca a quién sabe quién; pero para mí fue un momento de lucidez tremenda. Las columnas inclinadas me observan caminar, sus luces tímidas formaban aureolas sobre el cemento opaco de la calle. La avenida solitaria se extendía como un surco de río y el mar de los árboles se agitaba quejándose de la noche. Mi caminar era lento y la cadena de ladridos presagiaba alguna amenza cercana. Mis pies se movían solos por la correntada dura y de a ratos me rozaban como exhalaciones vehículos apresurados. En el cielo la luna rondaba entre oscuras nubes, mostrando su lacerado perfil. No miraba atrás. Adivinaba un peligro, cerca, pegado a mis hmbros. De niño solía ofuscarme en noches como éstas y desmayaba en algún rincón; despertaba más tarde como si el malestar se hubiera disipado en un chasquido. Sentía en la piel ráfagas frías y la vista se me nublaba, trataba de musitar una oración, pero la lengua no me respondía y mi mente olvidada de razón no me pertenecía. Un rayo negro cruzó mi interior y caí desmoronado. Empecé a reptar hacia adelante, quería escapar. Cobré fuerza al mirar esa luna infectada que me llamaba y agazapándome empecé a correr y las zarpas de mis manos sacaban chispas al rozar el cemento. El oxígeno fétido que inhalaba se cortaba al viento en un humo denso ingrávido. Corrí hacia la luna que me ocultaba algo, tentando a mis nervios erizados que escribían en el aire leyendas de locura. Atravesé el monte, llegué al cerro, ese falo de tierra erecta, excitado por la luna que se mece sobre él sin nunca siquiera rozarlo. Y quedé entre aullidos desesperados, su perfil oculto guarda mi mal, ella no me responde, sigue altiva, oscuramente melancólica.

»Héroes del Silencio fue la banda que no sólo me trajo la conexión más fuerte con la música, con la energía de hacer y reventar por lo que uno siente; también me regaló la entrada al mundo de las letras, de sus influencias literarias. Así dimensioné su importancia. Así mi curiosidad se volcó hacia los libros. Así mi búsqueda tomó el camino de las palabras. Leía a Roa Bastos sin pestañear y entender las tramas de sus novelas, pero había en sus palabras lo que aparentemente necesitaba.

Ka´aguy pytu meme Mombyry ore ko´ë Rohesa´o ko yvy

»En una oportunidad, hablando con unos amigos, alguien habló del guión de Pulp Fiction, de su estructura, de lo jocoso del parlamento, del diseño de sus personajes. Hasta ese momento, el cine, para mí, era entretenimiento; no más. Rápidamente, alquilé un par de películas de Tarantino y cambié los libros por el cine. Mis intentos de cuentos por guiones. Los haikus se desvanecieron. Llegaron las sinopsis, los argumentos, la fotografía y sus formas. El audiovisual me ganó y subí a su vagón sin mucha vuelta. El documental se convirtió en obsesión, el documental como fuese, en todas sus formas. Por su capacidad de sentir y repensar(nos). »Mi camino con la escritura: un zigzag, un intento de búsqueda, de encontrar el registro más cómodo y sincero desde donde hablar.»

Sentarse, ver el sol mudarse de horizonte y no encallar jamás

En definitiva, nos habla una persona con todos los sentido atentos, un constructor de imágenes que se vale de todas las posibilidades materiales. Y ya que estamos en el tema, le pedí permiso para que El Guajhú pudiera dar una lectura pública de una de sus historias, uno de esos pasajes llenos de tensión tan bien lograda que afectó hasta mis pulsaciones, además -bastante obvio- culmina con un aullido indeleble. En su estilo puede apreciarse una habilidad especial para las descripciones, en las que puede evidenciarse al Santiago lector, observador, testigo omnisciente; como consecuencia apreciamos imágenes de lo más vívidas. Su escritura no deja de lado la lírica y puede entreverse que tiene un sexto sentido para evocar la esencia de las cosas, se hace presente el pacto secreto entre arte y mímesis además de la búsqueda contínua por hablar de la realidad, su realidad, nuestra realidad, esta realidad, he ahí el aspecto universal de su expresión literaria. Sin duda, estaremos pendientes del nacimiento de su primera novela. Para conocer su lado cineasta nada más busquen a Los limpias en Youtube, una mirada muy cruda de algo que vemos todos los días. Para acceder a sus escritos pueden googlearlo, lo encontrarán en abrapalabraonline.wordpress.com., página del taller Abrapalabra dirigido por Lía Colombino, este colectivo ha publicado dos antologías bajo el sello La Ura, en la primera encontramos el relato aquí publicado. Aparte, datamos la existencia de un bello libro de haikus Haiku, haiku’i y no tanto, en el que además se experimenta con la lengua guaraní y la métrica japonesa, cosa que combina más que bien ya que ambos idiomas llevan en su adn la virtud de poder condensar en pocas letras las más complejas realidades.

|Por D. E. E. P.|


Nelson Roura,un itinerario hacia su poesía

Son a veces extrañas y diver-

sas las maneras en que uno, como lector, llega a encontrarse con un autor cualquiera y luego hasta llega a quererlo. Un día, intentando decidir a qué poeta paraguayo abordar para un ensayo de crítica literaria y preguntando aquí y allá sobre alguno medio desconocido, me hablaron de Nelson Roura. Siempre estuve interesada en la producción poética de los escritores de la década del 60 y la incisiva representatividad que tuvo Roura para esa generación, según me contaba la misma persona que me lo nombró, resultó ser una fuerte llamada de atención para mi curiosidad. Lógicamente nunca escribí aquel ensayo ya que, como comúnmente nos sucede a algunos, preferí aferrarme a un escritor sobre quien no tuviera tanto que desenmarañar: error. Aun así, de vez en cuando recordaba al poeta, o por lo menos internamente me repetía su nombre y apellido para dejar establecida y reafirmada la tarea de investigarlo. Así fue que al fin un día me dediqué a hacerlo. Roura, Nelson (Asunción, 1945-1969). A pesar de su corta existencia dio signos de una alta creación literaria, rezaba la breve biografía que se incluye en el Proceso de la Literatura Paraguaya de Victorio Suárez; y, por supuesto, se explicaban más detalles: como que fue uno de los más promisorios exponentes de su promoción y que se mostró combativo ante las difíciles circunstancias por las que atravesó el país durante los primeros años de la consolidación de la dictadura stronista. En esa misma ocasión leí sus poemas, lamenté que haya muerto a los 24 años y admiré con extraña consternación que sólo tuviera 20 años cuando publicó su primer y único poemario en vida, al que llamó con gran humildad Poemas (1965). En una primera lectura, se intuyen en los versos de Roura atisbos que funcionan como el reflejo de una personalidad aguda escondida tras de ellos, cuestiones crípticas sobre el autor que difícilmente se encuentren descifradas en alguna de sus biografías o críticas literarias. Un tiempo después habría de entender esas impresiones, cuando Alberto, bibliotecario de la Manzana de la Rivera y primo del poeta, me

contara, en una de esas improvisadas conversaciones que derivan en una casualidad, que poco y nada recordaba de Nelson, aunque en su familia comentaban siempre que fue un buen tipo, un tipazo, pero que también era bastante ensimismado, hasta tímido se diría y que poseía una particular obsesión por la lectura, cuestión que lo llevó a ser una persona precipitadamente instruida, me decía. Según Alberto, Nelson se encerraba días enteros leyendo los libros que había conseguido para su sustanciosa biblioteca, algunos de edición inédita o de difícil acceso para cualquier lector del país, de esos tomos que nadie tiene y todos quieren tener pero que sólo él tenía. A veces no comía por pasarse el tiempo leyendo y eso dio motivos a la diabetes para que se lo llevara tan temprano, continuó Alberto. Algunos años después de la muerte del poeta, casi todos los tomos de la biblioteca de su propiedad, fueron confiscados por el régimen de Alfredo Stroessner, en una abrupta y prototípica irrupción a su domicilio. Dicen que lo habían vinculado a la militancia de oposición, pero él ya estaba muerto cuando se llevaron los libros y esa ya es otra historia, una a la que habría que dedicarle otro título para sumar a más de las tantas anécdotas que mutilaron la trayectoria de la literatura paraguaya. Después de la conversación con Alberto, releí los poemas y esta vez el autor resultó ser pura revelación. Con las referencias anteriormente relatadas más la diversidad de tonos, materias y universos revelados en cada verso accedí, por fin, como a un destino único a su poesía. José Neisen escribió, en el prólogo de Nenúfar del Silencio (1989), poemario póstumo que reúne la primera obra de Roura más una compilación de su poesía inédita, que en ella se conjugan el lirismo de la gran tradición romántica, la paradoja de las asociaciones surrealistas, el humor acre de la poesía satírica y la dimensión épica de la conciencia social y política. Y… a pesar de que parezca difícil conjugar todas esas características en un solo poeta: ese fue el autor al que encontré y ésta es su poesía:

Fotografías: Portal Guaraní Pintura digital: «Wherever the Wind Blows»  •  Lim Heng Swee

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AQUÍ DISIMULA EL SUSPIRO con un canto y contempla, en la distancia el éxtasis en el vientre de las nubes. DESASIDO, NÁUFRAGO, navegante sin rumbo, transeúnte de camino laberíntico, tu sola luz mis pasos guía, Eres puerto y eres faro, hoguera y llama, donde la ciega mariposa quemas sus alas.

CALEIDOSCOPIO

EL SOL, cebado por las ratas amarillentas de perfume, ya podridos de ilusión, gasta, los espúreos centavos, que guarda en el bolsillo derecho del corazón. El sol baja a Asunción a tomar tereré, y el patrón de la cervecería le indica que debe meterse en la botella. Por qué? Ya verá. Explosión en el corazón. Más abajo, los cadáveres desnudos hasta el cuello riendo sin motivo: “Son ralea”, explica el duque y manda detener el fusilamiento. “¡Comenzad”! Las perlas ruedan sobre la nieve, montaña abajo,

ay! casi aplastan a una niña y las moscas se reúnen para observar el curioso fenómeno violeta. Dios sacude con carcajadas la nieve, y la muerte trajina, vieja por el hambre con el dolor bajo el brazo, maldiciendo haber nacido, y chupando una pastilla para la tos. Un mujik revienta pulgas con el extremo de un látigo sosteniendo por el terrateniente del Koljoch. Los militares del Paraguay se pasean por las plazas primaverales llevando cuadernos bajo el brazo como si fueran a la escuela. Bum! Bum! - llegó la navidad. Todos, vamos, en fila, a cantar en portugués tiempos de amor. Beethoven se abraza

a una columna queriendo explicar la luz. ¡Lluvia, canta! Mao Tse Tung se limpia con el pañuelo amarillo la sangre que le ha producido el choque. En Siberia está mi amor! es la nieve jugando con el sol; y una rosa en sus cabellos blancos. Floración de nieves sumarias junto al sol. En Paraguay celebran el curso del río y el discurso. ¡Mariscal del Campo, mastica las hierbas y no pisotees las florecillas!

|Por Giselle Caputo|


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Entonces surge la interrogante: ¿existe la literatura fractal?

¿Q

ué es lo fractal? Es difícil responder a esta pregunta sin sufrir un estupor divino, un desliz de los supuestos, un indicio certero del orden exacto que se esconde en el caos, lo fractal surge como resultado de la repetición de un mismo patrón relacionado a diferentes escalas. En matemática, la sucesión de Fibonacci se basa en lo que se dio en llamar fractalidad, es una sucesión de números infinita caracterizada porque cada término es la suma de los dos anteriores, al relacionar un número con el anterior por medio de una división, se halla el número Phi (1.618033988749895), el cual también puede obtenerse en el plano geométrico a partir de cierta relación entre dos segmentos. Lo impresionante de la dimensión fractal es la manera en que se presenta físicamente en la naturaleza, es decir, este patrón de relaciones se evidencia en la fisionomía de los seres vivos, las plantas, los animales e incluso el universo. La tesis fractal propone que una estructura compleja es fruto de la reiteración a diferentes escalas de una misma fórmula, se trata de un sistema lógico que impulsa el desarrollo y la estructura vital y que genera modelos extraordinarios y complejos. La dimensión fractal que armoniza el universo fue utilizada por Da Vinci en su creación artística, también lo hizo Claude Debussy en el ámbito musical y muchos otros artistas que se vieron atraídos por este fenómeno, no en vano Borges asegura que Phi es uno de los nombres de Dios. Ahora bien, esta tendencia también tuvo eco en la literatura. Héctor A. Piccoli en «El manifiesto fractal» (2002), propone revalorizar el ritmo y la musicalidad frente a la prosa poética libre. Por su parte, Pablo Paniagua en su libro Palabras fractales cita una serie de elementos que aportan un paradigma fractal a la construcción verbal, entre los que se destacan: el desdoblamiento, la visión caleidoscópica, la dinámica circular, dinámica cíclica, dinámica laberíntica, de repetición, de mutación, juego de espejos y proceso invertido. Las mil y una noches es un ejemplo interesante, por tratarse de cuentos dentro de cuentos. En el cuento de Julio Cortázar «Continuidad de los parques», notamos la dinámica circular además de límites borrosos entre contenido y continente, otro autor en cuya obra se pueden notar constantemente rasgos de tipo fractal, es Jorge Luis Borges, especialmente en cuentos como «Las LA CALLE ruinas circulares» y «El Jardín de senderos que se bifurcan». En algunos casos, tanto la forma como el fondo son fractales, Es una calle larga y silenciosa. en otros solo la dimensión semántica. En el siguiente ejemplo se hace alusión a una reiteración sistemática e indeterminaAndo en tinieblas y tropiezo y caigo da, este es el caso de la Monadología de Leibnitz, quien meny me levanto y piso con pies ciegos ciona: Cada porción de materia puede concebirse como un jardín lleno de plantas y como un estanque lleno de peces. las piedras mudas y las hojas secas Pero cada rama de la planta, cada miembro del animal, cada y alguien detrás de mí también las pisa: gota de sus humores, es también ese jardín o ese estanque. Son técnicas narrativas que se encuentran presentes en la si me detengo, se detiene; literatura, y que forman parte de su atractivo estructural, no si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie. podría pautar una serie de instrucciones para la creación fractal en el plano verbal pero sí se destaca su atractivo y Todo está oscuro y sin salida, lo maravilloso de poder plasmarlo artísticamente como un eco de divinidad en la mente humana. y doy vueltas y vueltas en esquinas

que dan siempre a la calle

donde nadie me espera ni me sigue,

donde yo sigo a un hombre que tropieza

y se levanta y dice al verme: nadie. [ Octavio Paz ]

ARTE POÉTICA (Fragmento)

Sentir que la vigilia es otro sueño

que sueña no soñar y que la muerte

que teme nuestra carne es esa muerte

de cada noche, que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo

de los días del hombre y de sus años,

convertir el ultraje de los años

en una música, un rumor y un símbolo,

ver en la muerte el sueño, en el ocaso

un triste oro, tal es la poesía

que es inmortal y pobre. La poesía

vuelve como la aurora y el ocaso. [ Jorge Luis Borges ]

|Por Camila Recalde|

Dibujo: «Espejo mágico»  •  M. C. Escher  •  (c) 2000 Cordon art BV - Baarn - the Netherlands. All rights reserved.


«PROIBIDO EN LA PLASA LO NIÑOS Y LO PERROS» TEATRO PARAGUAYOite «El teatro del pueblo es variado, múltiple, sorprendente. Sencillamente yo gusto de esas expresiones insólitas que se hallan en cualquier lugar, reclamando lo que le pertenece, explorando lo que es suyo, exhibiendo lo propio, estableciendo sus íntimos cánones, revisando sus límites y asaltando los extremos, aún desconocidos. La cotidianidad tediosa y cruel, reclama la multiplicación del imaginario» Moncho Azuaga

Proibido en la plasa lo niños y lo perros es una obra teatral del dramaturgo paraguayo Moncho Azuaga, estrenada por primera vez en 1988 y a partir de allí mostrada en diferentes momentos y lugares de nuestro país. En el mes de agosto pasado volvió a ver la luz, esta vez representada por alumnos del Taller Integral de Actuación (TIA), bajo la dirección de Juan Méndez. La historia cuenta la reciente llegada del payaso “el señor Fulgencio” (con sus globos cornetas, bombos y platillos) a un pueblo cualquiera de Paraguay en el que descubre que los niños no pueden jugar. A partir de allí se comienza a revelar la causa del conflicto en el comportamiento represor de los adultos, quienes con sus dogmas y estereotipos regulan la vida social y política del lugar. Las tiernas escenas en las que aparecen

EG: ¿Podrías darnos tu opinión personal sobre la obra en su dimensión literaria? JM: La obra de Moncho Azuaga tiene una característica particular, se adscribe dentro de un parámetro que se llama teatro de la crueldad. Aparecen el humor negro y las situaciones que son más agobiantes y delicadas para la sociedad. Sus obras están estructuradas dentro de lo que sería el teatro épico, por episodios (un episodio termina, el otro sigue y el público va conectando todos los episodios). Se plantean varias situaciones a nivel de texto, la riqueza justamente radica en que es un texto que se puede enfocar desde distintas aristas. Cuando yo le pedí a Moncho hacer la obra, él accedió con mil gustos porque quiere que los alumnos exploren y experimenten su obra.

Foto: E’a

los niños jugando a escondidas, se tornan inmediatamente duras cuando emergen los adultos poniendo su medida de absurda y cruel disciplina. Entre el humor y la tragedia van floreciendo diferentes personajes: el Sr. Presidente, el Guardián, el Intendente, un coro de padres y otro de niños completamente alienados. Por momentos resulta angustioso descubrir en ellos al retrato exacto de los protagonistas de nuestra sociedad. Así es como esta obra de crítica social logra mantener al espectador saltando de la risa al llanto: con excelentes dramatizaciones y una puesta en escena más que elocuente. El Guajhú habló con el director de la obra, Juan Méndez, quien nos relató sus impresiones al respecto y a quien agradecemos la amena conversación.

EG: Entonces fue una decisión tuya, ¿por qué la elegiste? JM: En primer lugar, porque es un dramaturgo nacional y contemporáneo. No todos los países tienen la oportunidad de encontrarse con el autor a la media cuadra de la calle y poder representar su obra. Le tenés a Josefina Plá, a Julio Correa, pero son de otros tiempos y son geniales, son digamos palabra mayor. Pero por qué no un autor contemporáneo, alguien que reivindicó la lucha por la democracia tanto tiempo. Su obra tiene esa finalidad, lo que se cuenta es el aspecto macabro de la dictadura y se plantea a nivel de juego. Vos le ves a un niño jugando, los niños juegan y cuentan que su mamá y su papá se pelean mientras una nena le peina a su muñeca. Te podes reír incluso al ver la obra, pero si vos

te detenés a pensar en eso, es una realidad cruel. EG: Sí, la obra provoca precisamente eso, que uno se ría y de repente le den ganas de llorar o sienta miedo, una sucesión de emociones… JM: Sí, hay una mezcla de cosas. EG: Además, aparecen canciones que nosotros cantábamos cuando éramos niños y eso como que te hace sentir identificado. Canciones que aparentemente son muy inocentes como «Marche soldado/ cabeza de papel/ el que no marcha/ fuera del cuartel», pero que podrían tener un mensaje más profundo. JM: Y sí, justamente esa es la idea, creo yo, de fondo. Pero cuando nosotros interpretamos de una manera las intenciones, son ideas nuestras en realidad, en el proceso de «laboratorio» se gestan.

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8 EG: ¿Cuáles fueron los desafíos al llevar la obra a escena? ¿Qué aspectos te resultaron más gratificantes y enriquecedores? JM: Toda obra tiene desafíos. Yo creo que el mayor desafío que nosotros asumimos con los chicos fue el encontrarle la vuelta en esta época, en este tiempo, a una obra escrita para otro tiempo, para la dictadura. Nosotros reconocimos eso pero también nos encontramos con que ella sigue, es vigente, está ahí cada vez más presente. Los derechos del niño no son respetados, la situación de la sociedad sigue teniendo realmente esos rasgos (dictatoriales). Entonces el desafío con la obra fue encontrar por ejemplo la línea en que íbamos a montar la obra, porque como ustedes habrán visto, nosotros trabajamos también ese sentido, más que nada. No queríamos presentar una obra densa y aburrida, queríamos que la teatralidad predomine realmente en todo el espectáculo, que los actores tengan la oportunidad de entrar en varios personajes, como en los juegos de los niños que se turnan para interpretar un mismo rol, tipo el famoso «yo quiero ser el doctor ahora».

EG: ¿Qué pensás de la metáfora de los niños en la obra? ¿Qué se intenta expresar por medio de ese personaje colectivo? JM: Y… muchas cosas. En principio lo obvio, lo lógico que podemos encontrar aquí es el verdadero valor que tiene la niñez en toda cultura social, o sea, qué es lo que estamos formando realmente ahora para el futuro, con qué le alimentamos socialmente a los niños, son respuestas que se obtendrán en el futuro. Eso es lo fundamental, reflexionar sobre cómo son tratados nuestros niños, qué derechos tienen y si se cumplen o se respetan. EG: Como que nosotros les damos las reglas del juego de la vida y ellos se adaptan a eso. JM: Exacto. Y después a nadie le gusta cuando son grandes, nos quejamos, por ahí pasa lo esencial. O sea que la metáfora de los niños en esta obra es todo el Paraguay, completo, eso es interesante. Con respecto a la pregunta anterior, sobre los resultados que esperábamos de la obra, la verdad que queríamos hacer una buena puesta, como le dije a los chicos. Normalmente soy muy arriesgado en jugar con el no saber cómo va a responder la gente, no teníamos idea de qué iba a pasar al final de la obra, era como sacar un nuevo producto. Una vez que empieza la obra siempre todos están nerviosos, preocupados, pero cuando el público comienza a participar del espectáculo es como que se comodan todas esas emociones. Para mí lo más importante es la respuesta. Nosotros planteamos códigos corporales y visuales que fueron muy grandes y se entendieron demasiado bien.

EG: ¿Cómo se trabaja con los símbolos en una pieza teatral? En esta obra específicamente. Don Fulgencio por ejemplo parece identificarse con la justicia. JM: En este caso, Don Fulgencio era un payaso, le teníamos de aquí para allá y justamente en esa época así estaba la justicia y sigue así lastimosamente, capaz que hoy ya no es un payaso sino un tipo con corbata pero sigue pasando lo mismo. Entonces tenemos aquí ese simbolismo con diferentes personajes: el científico loco, el granjero, el anciano, la maestra, eran como, si se quiere, piezas cinceladas para la estructura dictatorial de la época. Los niños, fíjate, eran sacados de la escuela para juntar algodón, era terrible, se transgredió algo fundamental. EG: Es como que cada personaje representa un sector más amplio y se convierte en símbolo? JM: Lo que pasa es que nosotros a todo eso que está ahí lo hicimos un poquito más grande para dar mayor impacto y hay cuestiones corporales que trabajamos muchísimo y que se reflejó en el resultado final.

EG: La obra en sí plantea una tendencia represora y alienante en contextos institucionales, familiares, comunitarios y sociales. Visto de esta manera ¿Puede el ser humano lograr su libertad? JM: La propuesta de la obra para el final real no es la que nosotros representamos, varía un poco, nosotros usamos un contenido muy fuerte que es el final de la reja, entonces los niños quedan condicionados, censurados. La obra propone justamente lo contrario de lo que se ve en otra obra de Moncho Azuaga que es La sagrada familia, donde aparece otro tema, el de los mecanismos y estrategias que utiliza la sociedad como soluciones preestablecidas a problemas. Pero probablemente esas soluciones no sean las mejores (las personas tenemos el poder creador de plantear soluciones diferentes a las acostumbradas, generalmente ineficaces). Es decir, tenés un camino más estrecho y otro más ancho, es uno mismo el que toma la decisión. De repente, con la obra lo que nosotros queríamos era prevenir a ese Paraguay falto de historia, porque el paraguayo no conoce su historia, no entiende ni sabe lo que pasó en la dictadura, y en esto hay una riesgo de que vuelva a suceder, porque no tenemos memoria histórica. Entonces en la puesta hay justamente una intención de comprometer al arte con esa memoria histórica. Así, para el espectador terminar de ver la puesta no acaba allí, vos te vas a tu casa y seguís pen-

sando en eso por días, incluso te acordás y reflexionas los temas planteados cuando ves a un niño jugar, cuando caminás, cuando ves una imagen recordás la obra. Y como respuesta a la pregunta que me hacés, el camino a la libertad me parece interesante pero cada uno debe construir ese camino aunque a veces la sociedad nos someta. A nosotros como paraguayos nos falta práctica todavía con la democracia, estamos en un estado democrático pero nos falta identificar mejor lo que es la libertad. Yo creo que el valor teatral, artístico, es un elemento clave en este momento en el país, se necesita gente que piense, gente que cuestione y esa es la idea de la obra. Es un ejercicio, pero ¿dónde generalmente se enseña ese ejercicio? Es muy complejo, la reforma educativa por ejemplo dice una cosa pero al final en su discurso se busca una educación globalizadora (rápida y poco crítica). En mi época, por ejemplo, teníamos muchas materias que ahora están condensadas en una sola, ahora todo es muy general, ya no hay profundidad en nada. Entonces nos volvemos, hasta si se quiere, en un tipo de persona que responde a una estructura materialista pero que no va poder sostenerse nunca porque carece de profundidad, es difícil, justamente por eso es importante entender este fenómeno del teatro. Hoy día se piensa solamente en dar un espectáculo con el riesgo de perder el fin principal que es el de comunicar, el actor lo que hace es comunicar ¿Qué es lo que comunica? Esto, una historia de vida.


9 EG: ¿Te parece entonces que el teatro actual refleja un compromiso social? JM: No. Porque justamente no contamos con dramaturgia contemporánea con características sociales. Tenemos por supuesto a Hugo Robles, que es uno de los máximos representantes, o Moncho Azuaga pero no existe una tendencia fuerte. Hubo un grupo que intentó hacer eso pero terminó siendo extremista ¿Y qué pasó? Se volvió radical, con una tendencia socialista. Ya no comunican una idea para que el público reaccione y analice, si no que te dan una respuesta ya hecha ¿Pero qué es lo positivo en todo esto? Que no hay nada escrito, hay muchos jóvenes que están estudiando teatro que esperemos que cimienten un teatro floreciente. Antes tenías que esperar mucho tiempo para ver una obra, hoy en día hasta tenés dieciséis obras en un mismo día, es una locura pero es genial, también hay encuentros en el interior. A mi me parece que estamos en un camino interesante y que van a venir mejores tiempos.

OTRA PERSPECTIVA Conversando con Gustavo Ortigoza (Actor) La obra dramática es un preparado en el que intervienen, se comunican y relacionan el escritor, el director, los actores y el público, cada uno de estos actantes se superponen y aportan una parte esencial de la creación, la consistencia de la misma depende del nivel de compenetración que se logra entre ellos, el actor busca entender al escritor a través de la mirada del director. Gustavo nos relata parte de su experiencia al representar la obra: «Como actor lo que querés hacer es que el espectador se burle de la desgracia. Es como estar relatando una historia súper trágica y es simpático otra vez. Como, por ejemplo, la escena de la guerra, de los niños que juegan a la guerra, vos (público) te cagas de la risa, (porque) están jugando», la guerra es algo terrible en sí misma y en la obra se nos presenta desde una perspectiva infantil. «Yo me sentía jugando, estaba en el escenario:   jugando. Todo lo marcado eran juegos (...) Y todo   partía de jugar. Por eso capaz que el director lo logró, yo creo que se debe mucho al director todo esto que logramos». Él describe su trabajo como una conexión con el personaje que representa y a la vez consigo mismo: «De repente estaba en los ensayos y venían ráfagas de recuerdos de cuando era niño y... ¡guau! Esa es la parte genial que me gusta de ser actor, poder recordar y utilizar esa memoria para expresar un sentimiento. Con cada personaje distinto es así, en una situación de tristeza por ejemplo, que yo pueda utilizar una memoria y que el público entienda, que el público reciba el mensaje, eso es lo increíble. Esto es lo que pasa, cuando vos estas creando, dónde está todo el trabajo emocional: en el momento de los ensayos. Cuando es el día de la puesta, un actor se preocupa por muchas cosas técnicas y también por el movimiento del lenguaje, el cuerpo pues es una forma de lenguaje también, transmite, cómo moverse y esas cosas, todo es consciente, la emoción es consciente, yo hago que se active y se desactive esa emoción, pero está trabajado. Y qué es lo que se hace, todo ese personaje que uno construye, el director se encarga de que se vea natural, real, y lo hace con todos los personajes. En este caso eran personajes muy exagerados, a mí me parecieron muy exagerados, por eso es que yo no entiendo cómo es que a las personas les impactó, o sea la crítica fue muy buena. A mí me parecieron, todos los personajes, loquísimos. En mi trabajo, en mis personajes por ejemplo, uno de los que más me gustó fue el de interpretar una mariposa. Fue un desafío, con pantomima y sin hablar, entré con una mariposa jugando y nada más, sólo con mis dedos, eso para mí fue algo loco. Yo me tenía que imaginar que tenía una mariposa y a través de eso hacerle creer a las personas que tenía una mariposa en mi mano! Y yo sentí que tenía una mariposa en mi mano. Y para mí eso fue genial, el lograr eso.» Así, cada personaje se nutre de las distintas personas que trabajan en el proyecto y que se ven unidas por un mismo motor: el amor por el arte dramático, el cual tiene la capacidad de conectar a las personas superando barreras físicas y mentales, logrando vinculaciones en distintos niveles y en este caso fortaleciendo un compromiso con nuestra sociedad. «Lo que el director quiso transmitir creo que es muy claro, porque era justamente hacer que todos recuerden cómo era antes y hagan catarsis, que entiendan también cómo son ahora, volver a entender cómo era un niño y a disfrutar del momento.» «¡Esto es un teatro callejero!»


«Barcino no había dejado de aullar durante toda la noche; era un aúllo lúgubre, espeluznante. Varias veces, Tomás Riquelme, que era de carácter violento y huraño, estuvo tentado de espantarle a pedradas. Pero un temor supersticioso lo contuvo. Y se resignó a soportar de mala gana aquel guajhú que, por momentos, en el silencio de la alta noche, semejaba la voz lastimera de un ser humano.» El Guajhú, cuento publicado en 1938 por Gabriel Casaccia, dentro de la compilación que lleva el mismo nombre, presenta la historia de Tomás, un hombre quien tras la muerte de su hermano, Ceferino, se ve terriblemente asediado por los aullidos de Barcino, el perro dilecto del difunto. El escenario de la narración es la transformación del irremediable odio experimentado por Tomás hacia Ceferino, en una perturbación enfermiza que lo lleva vivir los peores días, todo esto representado en medio del sospechoso y reposado paisaje de la Areguá de los años 30. Al comienzo, el escritor describe a los personajes, quienes en forma y fondo están influenciados por los arquetipos de Caín y Abel. Luego, se repasan los antecedentes de la conflictiva relación fraternal: ambos son de padres diferentes, pero sus caracteres se oponen al de sus progenitores (el hermano de padre bueno es malo y viceversa). El detonante de esta oposición de temperamentos fue la trágica muerte del padre de Tomás, quien años atrás y por motivos de celos, fue asesinado por el filoso padre de Ceferino; de aquí que el menor guarde un odio heredado hacia el mayor y lo mire desde la más temprana infancia con iracunda voracidad. Pero, además del sugestivo argumento, lo que da profundidad y actualidad a esta breve ficción es la manera en que el escritor aregüeño lleva la trama por lugares donde prácticamente la acción pasa a segundo plano para que sobresalga la descripción de un factor primigenio de la existencia humana: el de la confrontación de las instintivas pasiones contra la irrupción del fuego calcinador de la conciencia moral, que es razón y es culpa. Con todo eso, el tono general del relato es el del ahogo. El lector enfoca al cuento desde el punto de vista del protagonista, por lo que el espanto y la angustia se impregnan en el lector fácilmente. «El odio que Tomás experimen- taba por su hermano lo sintió avasallador y ciego hasta que la última palada de tierra cayó sobre su sepultura. Pero ni bien clavaron en ella una pequeña cruz de madera negra, troncóse su odio en piadoso enternecimiento y derramó lágrimas de sincera pena. Pero antes ¡no!; tuvo que desaparecer el ataºúd bajo tierra para experimentar aquel nuevo sentimiento. Fue todo uno clavar aquella buena mujer la cruz en tierra y parecerle que con ella golpeaba en su corazón. Echóse sobre la tumba delante de los concurrentes, y lloró por Ceferino. Imarangatú eté jha oyejhá-y jhú etéva. Los asistentes quedaron sin saber qué pensar de esas muestras de desesperación» A pesar de este abatimiento, Barcino se va a pasar los días aullando. A partir de la noche en que es enterrado su dueño, el perro comienza a derramar en los oídos de Tomás su obstinado lamento, a

10 El ú h j a do i Gu n o s o l m e s i y m o n de u

|Por Giselle Caputo|


veces real a veces imaginario, hasta el final del cuento. «Comenzó a creer que ese aullido era creación de su fantasía (…) Por momentos, se volvía casi humano. Apenas podía pensar, la cabeza le daba vueltas, como si fuera a desvanecerse. Allí enfrente estaban el almacén y peluquería de Cardozo (…) Entró(…) Una hora después, completamente borracho, perdido el miedo, sin acordarse de Barcino y sus aullidos, Tomás comenzó a volverse locuaz, a decir chistes y a recobrar su antiguo aplomo y desfachatez. Entre risotadas y bromas de los amigos, aunque a medida que avanzaba en el relato, todos iban quedándose serios, contó con mucha soltura que, con una barrena, le había hecho dos o tres agujeritos a la canoa de su hermano, el cual recién en medio del lago había advertido que hacía agua. Añadió que él desde la orilla había oído sus gritos de socorro, y presenciado el hundimiento de la canoa, así como los esfuerzos que hiciera para salvarse. De repente callóse sobresaltado y de un salto se asomó a la puerta. Escrutó con mirada ávida las sombras de la noche. Nada. Los concurrentes se hallaban inquietos por ese cuento del hundimiento de la canoa y esos movimientos imprevistos. Con mirada de extravío, Tomás volvió a su sitio; y luego, confesó en voz baja que lo que había relatado era Yapurei (…)Pero ya era tarde. Nadie le quitaba de la cabeza a algunos de los presentes que Tomás había matado a su hermano. De pronto, agarrando a uno de los circunstantes del brazo, le dijo con voz mate: -¿Rejhendú-pa?-. Había vuelto a oír el plañido de Barcino.» La voz canina y prolongada sólo encuentra trascendencia en la figura de Tomás. Los aúllos se convierten en tormentos internos que conjugados con cierta habilidad supersticiosa (o patológica), funcionan como un solo símbolo, el cual representa a los reproches que Tomás espera que lleguen del fantasma de Ceferino. Como es común en las personas, el protagonista realiza una transferencia y vuelca el sonido de s u remordimiento en los alaridos del jagua. Barcino es, entonces, el significante de una autocrítica. El cuento es atrapante y ensordecedor, da para leerlo de un tirón, sus accidentes dan miedo y ternura a la vez. Pero hay que rescatar que con mirada clínica podría ponérsele rápidamente nombre y apellido al padecimiento delirante de Tomás. En todo caso, lo que aquí importa es el retrato perfecto de la pesadilla casacciana que, como en toda narrativa psicológica, se alimenta siempre de los abrumadores efectos producidos en los hombres a causa de las pasiones insanas. El final del cuento es sublime. Cansado de tanto guajhú y tanta paranoia, el protagonista, ya débil y mareado, decide hacerse de valor y en medio de la incipiente noche ata al perro y suben juntos a un bote. Se internan en las aguas del lago Ypacarai. Por un momento intercambian miradas, pero antes de empezar a sentir compasión por Barcino, Tomás lo arroja salvajemente por la borda. Inmediatamente el hombre se desmaya y golpeándose la cabeza queda tendido en la superficie húmeda del bote. Entonces, Casaccia describe la escena con mayor carga poética: en medio de la espesura de la noche Tomás recobra el conocimiento y por un segundo todo se dispersa, inmóvil y herido contempla el silencioso cielo, pero antes de entregarse al sueño perentorio, el hermano menor vuelve a escuchar los aúllos lastimeros que afloran de todas partes, sin embargo esta vez, cosa asombrosa, «no siente inquietud alguna».

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ones i s a p ras osotros t s e n u de n oco de a vida» n ó r p i urac de tan e nuest d d a d n caul e «L u n p o ó e f i d oche mas, 5] urac R d a a i L l [Máx como

Dibujo: Walter Paul Cañete


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«El zapallo que se hizo cosmos» «Los otros días iba caminando muy entretenido y me encuentro con el arroyo más raro del mundo: figúrese que la orilla de este lado la tenía del otro.» «Cuando la felicidad nos sale al paso nunca lleva el hábito con que nosotros pensábamos encontrarla.» «Es el acento el que convence y no la palabra.» «Hay que regocijarse de que las espinas estén recubiertas de rosas.» «El acto sexual es un saludo que intercambian dos almas.»

|Por D. E. E. P.|

Macedonio Fernández (1874-1952)

E

s difícil elegir por dónde empezar a hablar de Macedonio, para describirlo con pocas palabras: un pensador, un cuestionador. Un personaje como pocos, un verdadero practicante de la empatía. Es ese escritor movido por las dudas, veía discordancias por doquier y nos las describe de manera excepcional, llegando a comparársele con el autor del Ulysses. Para saciar a la sociedad se dedicó al derecho en su juventud; luego de quedar viudo, decidió vivir según sus propios términos, de los cuales podemos tener un atisbo gracias a sus escritos y de los testimonios, dicen que vivía nada más que «con una sartén, un calentador Primus, una pava para el mate, una guitarra y una fotografía de William James», con quien mantuvo correspondencia. Macedonio Fernández fue alguien que descreía muchos de los axiomas que mol-

dean a las personas, intentó descifrar la funcionalidad de la vida (ésta vida) y la muerte, valiéndose de diferentes estrategias, principalmente la ironía y la paradoja1, el absurdo se hace tangible con su pluma. En 1927 se postuló como candidato a presidente de la nación en un intento fallido de llevar a cabo una campaña electoral surrealista. Colaboró con la revista Martín Fierro. Jorge Luis Borges declaró estar profundamente influenciado por su amistad, por su persona y por su literatura. Acerca de su estilo, dice el mismo Macedonio: “La tentativa estética presente en mi obra es una provocación a la escuela realista. El desafío que persigo culmina en el uso de las incongruencias, hasta hacer al lector olvidar la identidad de los personajes, su continuidad, la ordenación temporal, efectos antes de las causas, etcétera, por lo que

invito al lector a no detenerse a desenredar absurdos, cohonestar contradicciones, sino que siga el cauce de arrastre emocional que la lectura vaya promoviendo minúsculamente en él”.2 El cuento que publicamos a continuación trata de la épica vida de un zapallo, que bien se podría comparar con la vida de una idea, un pensamiento o una voluntad implacable. Se nota, en cada palabra del escritor, la contemplación profunda y constante, el relacionamiento de las causas y sus efectos, la puntería hacia lo primordial y lo incognoscible. El espíritu de crecimiento, de lucha y tenacidad es lo que más llama la atención del singular personaje principal, razón y sentimiento que mueve también a esta revista que acaba de nacer.

Dicen de él

Jorge Luis Borges: Definir a Macedionio Fernández parece una empresa imposible; es como definir el rojo en términos de otro color; entiendo que el epíteto genial, por lo que afirma y lo que excluye, es quizá el más preciso que puede hallarse. Una de las felicidades de mi vida es haber sido amigo de Macedonio, es haberlo visto vivir. LeopoldoMarechal: Lo conocí en el tiempo de la revista Martín Fierro de la cual formó parte activa, a pesar de ser bastante mayor que nosotros; convivimos en aquellos días de feliz recuerdo para mí. Era un verdadero metafísico, es decir aquel que empieza por tener una problemática interna profunda y cuyos gestos y meditaciones van guiados a resolver, a dar una orientación a esa problemática. Manuel Payrou: A Macedonio me lo presentaron, en 1928, los hermanos Santiago y Juan Dabove(...) Nos encontramos en el despacho de bebidas de un almacén de Rivadavia y Misiones y en una tenida de vino. Macedonio se creían que era una invención nuestra, de los jóvenes escritores de aquella época. Francisco Luis Bernal: Suele ser mirado como a un hombre extravagante. Yo creo que Macedonio era un hombre muy serio, al cual le preocupaban muy seriamente los problemas del hombre: el amor, la muerte, la libertad.

Fuentes: 1Juan Pablo Lucchelli nos otorga una singular clasificación de estos chistes macedónicos en un artículo publicado en el diario Página 12: http://www.pagina12.com.ar/1999/suple/psico/99-07/99-07-01/psico01.htm || 2 www.educ.ar


13 El zapallo que se hizo Cosmos (Cuento del Crecimiento) ¶ Dedicado al señor Decano de una Facultad de Agronomía. ¿Le pondré “doctor”, o “distinguido colega”? A lo mejor es abogado... ¶ Érase un Zapallo creciendo solitario en ricas tierras del Chaco. Favorecido por una zona excepcional que le daba de todo, criado con libertad y sin la luz solar en condiciones óptimas, como una verdadera esperanza de la Vida. Su historia íntima nos cuenta que iba alimentándose a expensas de las plantas más débiles de su contorno, darwinianamente; siento tener que decirlo, haciéndolo antipático. Pero la historia externa es la que nos interesa, ésa que solo podrían relatar los azorados habitantes del Chaco que iban a verse envueltos en la pulpa zapallar, absorbidos por sus poderosas raíces. ¶ La primera noticia que se tuvo de su existencia fue la de los sonoros crujidos del simple natural crecimiento. Los primeros colonos que lo vieron habrían de espantarse, pues ya entonces pesaría varias toneladas y aumentaba de volumen instante a instante. Ya media legua de diámetro cuando llegaron los primeros hacheros mandados por las autoridades para seccionarle el tronco, ya de doscientos metros de circunferencia; los obreros desistían más que por la fatiga de la labor por los ruidos espeluznantes de ciertos movimientos de equilibración, impuestos por la inestabilidad de su volumen que crecía por saltos. ¶ Cundía el pavor. Es imposible ahora aproximársele porque se hace el vacío en su entorno, mientras las raíces imposibles de cortar siguen creciendo. En la desesperación de vérselo venir encima, se piensa en sujetarlo con cables. En vano. Comienza a divisarse desde Montevideo, desde donde se divisa pronto lo irregular nuestro, como nosotros desde aquí observamos lo inestable de Europa. Ya se apresta a sorberse el Río de la Plata. ¶ Como no hay tiempo de reunir una conferencia panamericana – Ginebra y las chancillerías europeas están advertidas- cada uno discurre y propone lo eficaz. ¿Lucha, conciliación, suscitación de un sentimiento piadoso en el Zapallo, súplica, armisticio? Se piensa en hacer crecer otro Zapallo en elJapón, mimándolo para apresurar al máximo su prosperidad, hasta que se encuentren y se entredestruyan, sin que, empero, ninguno sobrezapalle al otro. ¿Y el ejército? ¶ Opiniones de los científicos; qué pensaron los niños, encantados seguramente; emociones de las señoras; indignación de un procurador; entusiasmo de un agrimensor y de un toma-medidas de sastrería; indumentaria para el Zapallo; una cocinera que se le planta delante y lo examina, retirándose una legua por día; un serrucho que siente su nada; ¿y Einstein?; frente a la facultad de medicina alguien que insinúa: ¿Purgarlo? Todas estas primeras chanzas habían cesado. Llegaba demasiado urgente el momento en que lo que más convenía era mudarse adentro. Bastante ridículo y humillante es el meterse en él con precipitación, aunque se olvide el reloj o el sombrero en alguna parte y apagando previamente el cigarrillo, porque ya no va quedando mundo fuera del Zapallo. ¶ A medida que crece es más rápido su ritmo de dilatación; no bien es una cosa ya

es otra: no ha alcanzado la figura de un buque que ya parece una isla. Sus poros ya tienen cinco metros de diámetro, ya veinte, ya cincuenta. Parece presentir que todavía el Cosmos podría producir un cataclismo para perderlo, un maremoto o una hendidura de América. ¿No preferirá, por amor propio, estallar, astillarse, antes de ser metido dentro de un Zapallo? Para verlo crecer volamos en avión; es una cordillera flotando sobre el mar. Los hombres son absorbidos como moscas; los coreanos, en la antípoda, se santiguan y saben que su suerte es cuestión de horas.¶ El Cosmos desata, en el paroxismo, el combate final. Despeña formidables tempestades, radiaciones insospechadas, temblores de tierra, quizás reservados desde u origen por si tuviera que luchar con otro mundo. ¶ “¡Cuidaos de toda célula que ande cerca de vosotros! ¡Basta que una de ellas encuentre su todo-comodidad de vivir!” ¿Por qué no se nos advirtió? El alma de cada célula dice despacito: “yo quiero apoderarme de todo el ‘stock’, de toda la ‘existencia en plaza’ de Materia, llenar el espacio y, tal vez, con espacios siderales; yo puedo ser el Individuo-Universo, la Persona Inmortal del Mundo, ellatido único”. Nosotros no la escuchamos ¡y nos hallamos en la inminencia de un Mundo deZapallo, con los hombres, las ciudades y las almas dentro! ¶ ¿Qué puede herirlo ya? Es cuestión de que el Zapallo se sirva sus últimos apetitos, para su sosiego final. Apenas le falta Australia y Polinesia. ¶ Perros que no vivían más de quince años, zapallos que apenas resistían uno y hombres que rara vez llegaban a los cien... ¡Así es la sorpresa! Decíamos: es un monstruo que no puede durar. Y aquí nos tenéis adentro. ¿Nacer y morir para nacer y morir? Se habrá dicho el Zapallo: ¡oh, ya no! El escorpión, que cuando se pica a sí mismo y se aniquila, parte al instante al depósito de la vida escorpiónica para su nueva esperanza de perduración; se envenena sólo para que le den vida nueva. ¿Por qué no configurar el Escorpión, el Pino, la Lombriz, el Hombre, la Cigüeña, el Ruiseñor la Hiedra, inmortales? Y por sobre todos el Zapallo, Personación del Cosmos; con los jugadores de póker viendo tranquilamente y alternando los enamorados, todo en el espacio diáfano y unitario del Zapallo. ¶ Practicamos sinceramente la Metafísica Cucurbitácea. Nos convencimos de que, dada la relatividad de las magnitudes todas, nadie de nosotros sabrá nunca si vive o no dentro de un zapallo y hasta dentro de un ataúd y si no seremos células del Plasma Inmortal. Tenía que suceder: Totalidad todo Interna. Limitada, Inmóvil (sin Traslación), sin Relación, por ello Sin Muerte. ¶ Parece que en estos últimos momentos, según coincidencia de signos, el Zapallo se alista para conquistar no ya la pobre Tierra, sino la Creación. Al parecer, prepara su desafío contra la Vía Láctea. Días más, y el Zapallo será el Ser, la Realidad y su Cáscara. ¶ (El Zapallo me ha permitido que para vosotros –queridos cofrades de la Zapallería- yo escriba mal y pobre su leyenda e historia. ¶ Vivimos en ese mundo que todos sabíamos pero todo en cáscara ahora, con relaciones solo internas y, sí, sin muerte. ¶ Esto es mejor que antes.) ¶ 1944


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En defensa de los championes y del tereré

nada y de que «habitualmente» se sirve fría es otra definición errada, porque «siempre» se sirve fría. De lo contrario se convertiría en «mate», que es lo que consumen los argentinos, uruguayos y parte de los brasileros (Río de la Plata). Evidentemente el vocablo fue introducido por la Academia Argentina de Letras, teniendo en cuenta que en Corrientes (Taragüi, como la llaman ellos) es muy común usar muchas palabras en guaraní. En la definición se deben incluir la guampa y la bombilla, y los remedios refrescantes (y otras hierbas). Ya que no se vio nunca que el tereré se pueda consumir sin contar con una guampa y una bombilla (equipo de tereré). Lo de las hierbas (remedios yuyos) ya es opcional. Además falta la explicación de que es una palabra de origen onomatopéyico. Algunas definiciones copiadas del DRAE:

T

engo que empezar esta defensa de nuestro «champión» explicando el concepto de «antonomasia». Ya que este es el que se utiliza para formar el sustantivo en cuestión. Es decir, se toma el nombre propio de un calzado (la marca Champion), por ser, entre todos las de su clase, el más importante, conocido o característico. Nombre apelativo: 2. m. Gram. nombre común. Lo mismo ocurre con los nombres comunes: rímel, maicena, tebeo, patovica (no registrado en el DRAE, pero de amplio uso en la Argentina), etc. Todos estos sustantivos (nombres comunes o sustantivos comunes) provienen de una marca (nombre propio). Así caen por tierra cinco argumentos comúnmente esgrimidos por los que se oponen a esta palabra: 1) Es una marca. 2) No figura en el DRAE. 3) Ya no existe esa marca. 4) Solo se usa en Paraguay. 5) Es un anglicismo. Otros ejemplos: Mecenas = mecenas; Anfitrión = anfitrión; Biró – Meyer = birome; Don Juan Tenorio = donjuán (DRAE 22ª¨edición); Pharos = faro. En cuanto a la acentuación. Independientemente de que se pronuncie como diptongo o como hiato, champión debe tildarse siempre, ya que a los efectos de la escritura es un diptongo. Y en el otro caso, si algunos lo pronuncian como hiato, también debe tildarse. Ya que en ambos casos se tratará de una aguda (oxítona) acabada en ‘n’. Otro tema que alguna vez habrá que aclarar de una vez por todas, es la diferencia entre escritura y pronunciación, a la hora de poner las tildes. La gente (incluimos a los profesores en este concepto) muchas veces no sabe que para la separación en sílabas —a los efectos gráficos— no tiene nada que ver la articulación (pronunciación) de la palabra. Pero esta es harina de otro costal (Entiéndase, costal = ‘bolsa’. Ya que estamos hablando en «paraguayo»). La Academia Paraguaya de la Lengua Española no tiene muy claro si se debe incluir «champión» en el Diccionario de la RAE. (DRAE) En una visita que hicimos con mis alumnos de la Carrera de Letras a la docta institución (en agosto de 2013), nos percatamos de que ni siquiera sabían que el vocablo «tereré» figuraba en el DRAE con una definición equivocada. Dice el diccionario académico que se trata de una ‘infusión’ que habitualmente se sirve fría. De infusión no tiene

|Por Diego Florentín|


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Como se puede observar en las definiciones de arriba (DRAE en línea, www.rae.es en fecha: 16/sep/2013), al hablar de la «bombilla», jamás se menciona al tereré. Y no se toma jamás el tereré sin ella. Solo hablan de la «infusión» (es decir el mate). En la parte que el DRAE dice «también las hay de metal» (las bombillas), se comete otra imprecisión clara: casi siempre son de metal. Yo en toda mi vida vi una bombilla que no sea de metal. Claro que hay bombillas no metálicas, pero nunca serán más que las de metal. Esto implica una supina ignorancia sobre el uso de esta costumbre típicamente rioplatense (aunque también se extiende a Chile y otros países). Por eso también es inexacto lo de «sorber el mate en América». Dice que la bombilla «se introduce en el líquido». Eso es otra muestra del desconocimiento de esta costumbre. Se introduce la bombilla en la yerba cebada con agua. Es decir, la yerba está impregnada del líquido. No es como una pajita en una botella de Coca Cola, que es la imagen más cercana que en España y otros países se tiene cuando se habla de ‘sorber’. En la definición de «guampa» jamás hacen referencia al tereré. Quizá la guampa corra la misma suerte (discriminación) que el champión. Dejan de lado dos palabras que nos identifican más que la mandioca (es más paraguayo que la mandioca, suele decirse). Ya que la mandioca se consume en muchos otros países. La denominan «yuca». En cambio el tereré, con su guampa y su bombilla, y el champión, no se encontrarán en ninguna otra latitud del mundo. Salvo que se encuentren con un paraguayo en ese lugar. Es decir, es lo que más claramente nos identifica en todo el mundo: nuestro modo de hablar y de denominar los objetos. No existe otra palabra para reemplazar «champión». Pese a que seudointelectuales o gente que generalmente viene del extranjero, creyéndose más sofisticada, intente utilizar las «zapatillas» argentinas, o los «tenis» españoles, o las alpargatas, o las ojotas, o calzados deportivos…; cualquier paraguayo, a la hora de ir de compras, pide «championes». No sirve otra palabra. No hay sinónimos. Los paraguayos usamos championes y tomamos tereré. Con remedio yuyo. Dice el DRAE:

Sí. Otra «perlita». «Yuyo» solo figura en Uruguay como «hierba medicinal». Lo que quiero demostrar con esto es que hay una confusión terrible sobre un montón de palabras usadas en la zona lingüística del Río de la Plata, y en la llamada Zona Guaranítica. Y la Academia Paraguaya, no está al tanto. O por lo menos no ha llamado la atención sobre estas imprecisiones y omisiones.

Otra más:

Aquí se ve la definición de «yerba». En ningún lugar se menciona al Paraguay. Todo es Argentina y Uruguay. Es el «té de los jesuitas. Se menciona de nuevo el mate, olvidando flagrantemente a nuestro tereré. (Igual que cuando definía la bombilla y la guampa.) Es por eso que se necesita una institución, o una instancia, diferente. Mi idea siempre fue que la Universidad debe cumplir un papel decisivo en estas cuestiones. Es en la universidad donde se deben debatir estos temas. Es en la carrera de Letras donde se deben dar estas discusiones, estos debates. La Universidad está muy desconectada de la realidad. (Pero ese también es tema para un próximo artículo) El hecho es que los académicos paraguayos jamás cayeron en la cuenta de estas graves omisiones e inexactitudes en torno al tereré, a la bombilla, a la guampa y otras hierbas (=y otros yuyos, en paraguayo).


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Y, hablando de historia de la literatura

Si bien abundan libros de historia de la literatura y teoría literaria en los que uno puede

enterarse rápidamente sobre las cuestiones biográficas de las grandes generaciones, existe también un género dentro del mundo del comic que se inspira en el pasado y en los personajes reales de la historia mundial. Son muchos los artistas que se sienten tentados a plasmar de esta manera: su versión de los hechos que nos hacen ser la sociedad que somos hoy, o que bien buscan poner luz donde las ramas más formales como la historiografía, decidieron pasar de largo. En esta ocasión me gustaría recomendar una excelente obra de arte, historia y teoría narrativa, un acercamiento inédito a la generación beat. Editado por Paul Buhle, The Beats es una novela gráfica que nos trae al presente la vida de los escritores y artistas plásticos vinculados con esta corriente. Kerouac, Ginsberg y Burroughs son los personajes que ocupan mayor parte de la obra, quedando retratados en su vida privada y pública. Pero además se da un acercamiento al movimiento sociocultural y artístico de los tempranos años 50 en Estados Unidos, pasando por los subversivos 60, hasta la entrada de la década del 70; entre estos hechos podemos nombrar el renacimiento poético de San Francisco, el papel de la casa editorial City Lights y un buen número de biografías a tener en cuenta para un mejor zoom, como por ejemplo la relevancia que tuvieron las protagonistas femeninas; novias, amantes, esposas y madres que también fueron grandes artistas: escritoras, guionistas, artistas plásticas, actrices o una mezcla de todo ello. La contracultura que esta generación impuso al público adormecido no se borraría ya, pues era su particular manera de ser y de ver, la que fue volcada a su escritura. El rechazo a los valores clásicos, la defensa de la libertad individual, la influencia de la filosofía oriental, la reflexión social e histórica, el cuestionamiento sobre la «cruda realidad», son los principales matices de una generación que en un intento por desnombrarse terminó por identificarse con la palabra beat, que en la jerga afroamericana significaría «la generación abatida». La obra en sí es un gran proyecto que integra a diecisiete artistas, de los que destacan el guionista Harvey Pekar y el dibujante Ed Piskor, quienes ya habían colaborado en la tira American Splendor; Trina Robbins, dibujante de cómics feministas y el colaborador de la revista Mad, Peter Kuper. El editor del libro, Paul Buhle, es catedrático de la Universidad de Brown, autor y editor de estudios sobre historia y cultura popular, series de historietas no ficcionales, fundador del periódico Radical América y biógrafo oficial de Cyril Lionel Robert James. De la versión en español se encargó 451 Editores, con la traducción de Santiago García. Por supuesto que no podemos recomendar sin dar algunas direcciones de dónde encontrar, yo me topé con esta genial novela histórica en la web, siendo fanática de los comics, este hallazgo fue el resultado de una ruta regular.

|Por Delia Espínola|

POEMA DEL 16 DE SEPTIEMBRE DE 1961 Qué terriblemente triste me siento al pensar de mi madre dormida en su cama que algún día morirá aunque ella se diga: “la muerte no debe preocuparnos, después de esta vida empezamos otra” Qué terriblemente triste me siento de todos modos— Que no tenga vino que me haga olvidar mi diente cariado es bastante malo pero que todo mi cuerpo esté pudriéndose y el cuerpo de mi madre se pudra hacia la muerte, es tan enloquecedoramente triste. Salí al amanecer puro: pero, por qué debería alegrarme ante un amanecer que levanta otro rumor de guerra, y por qué debería estar triste: ¿no es por lo menos el aire puro y fresco? Contemplé las flores: una de ellas ha caído: otra acaba de abrirse: ni una ni otra estaba triste o alegre. Súbitamente comprendí que todas las cosas sólo van y vienen incluido cualquier sentimiento de tristeza: también se irá: triste hoy alegre mañana: sobrio hoy borracho mañana ¿por qué inquietarse tanto? Todos en el mundo tienen defectos lo mismo que yo. ¿Por qué deprimirse? Es sólo un sentimiento que viene y va. Todo viene y va. ¡Qué extraordinario! !Guerras dañinas existirán siempre! Formas agradables se van también. Ya que todo viene y va: ¿por qué estar triste? ¿o alegre? Enfermo hoy sano mañana. Pero tan triste sigo siendo el mismo. Todo viniendo y yendo en todas partes, los mismos lugares viniendo y yendo. De cualquier modo todos terminaremos en el cielo, juntos en esa dorada gloria eterna que he visto. ¡Oh! qué condenadamente triste es que no pueda escribir bien sobre ello. Esto es un intento a la fácil ligereza de la poesía ciardiana. Debería de hacerlo a mi manera. Pero eso también se irá, las preocupaciones acerca del estilo. Acerca de la tristeza. ¡Mi gatito ronroneando feliz odia las puertas! Y a veces está triste y silencioso, nariz caliente, sollozos, y un leve maullido doliente. Allí van las aves, volando hacia el oeste un momento. ¿Quién llegará a conocer el mundo antes de que se vaya? [ Jack Kerouac ]


a tarea de la crítica literaria no es fácil, la comprensión se vaya partirde delque esinterrogarlo, debatir condando él, a amodo sobre todo si existe un propósito auténtico tudio de sus diferentes ángulos, en el ámbito por extraer información significativa de un de un encuentro revelador entre el que habla texto. Sin embargo, uno de los nuevos enfoy el que dice. ques, que a pesar de su origen filosófico ha Con todo esto, sigue la autora: alcanzado gran relevancia en los estudios «la hermenéutica no pretende “desliterarios, es la hermenéutica. cubrir” significados, algo que está Sandra David Hernández, en su ensayo «La allí pero que hay que encontrar, sino hermenéutica como una teoría para la interaventurarse a conjeturar significapretación literaria» (en Hermenéutica literaciones emanadas de la intuición y la ria. México, 2011), nos brinda algunas líneas sensibilidad humana, su trabajo es el generales por las cuales transitar para llegar de extraer interpretaciones, estimarlas, a interpretaciones más abarcativas y a pesar así como el de compararlas con otras. (Schleiermacher, de que la teoría literaria no cuenta aún con Es necesario compartir la interpretauna técnica propia para el abordaje hermeción, se trata de cotejar entre distintas 1977: 171) néutico de textos literarios, la autora da un interpretaciones para llegar a la más soporte teórico considerable, con el que se podría acceder adecuada. Siguiendo por esta vía descubriremos a este campo, inagotable e histórico, con sólidos fundaque las interpretaciones forjan conceptos que mentos para apoyar lo que se dice o interpreta. permiten penetrar en la realidad y crear munSegún Hernández, si se afirma con solvencia en las genedos, a través de las palabras que forman el texto ralidades teóricas de la hermenéutica, cualquier intérprete y a partir de los significados que se establecen de literatura podrá generar disquisiciones adecuadas o de en la comprensión. Todo esto mediado siempre calidad. Resulta imprescindible contar con la capacidad por el lenguaje.» analítica y creativa por parte de quien pretende tomar el Para la hermenéutica, entonces, no existe interpretación papel de Hermes1, aquel que ha elegido comprender el que pueda deslindarse completamente de su contexto, mensaje y traducirlo para que el otro, o los otros, puedan dado que es algo que llega con el texto. Por esto, es neceentenderlo, percibirlo como en un principio se manifestó. sario considerar la realidad a la que un texto se refiere y Por lo que el hecho de interpretar no es tan sencillo. no perder de vista la tradición cultural a la que pertenecen Lo primero es afianzarse en el significado de la hermenéutanto el autor como el intérprete, pues la interpretación se tica, que: da dentro de cierta comunidad. Estos son algunos de los «se revela como la disciplina de la interpretación puntos que resultan críticos para la hermenéutica y que y análisis que no sólo busca la comprensión sino podrían ser útiles para cualquier análisis literario. también el entendimiento, indispensable cuanHernández concluye en que la hermenéutica debe ser endo existen varios sentidos y respuestas posibles tendida como un elemento fundamental que nos permite en lo que se trata de comprender» conocer el sentido de la sociedad y del hombre mismo, a En tal sentido, la hermenéutica nos dice que por el todo través de las obras del hombre de todos los tiempos. se debe llegar a las partes y viceversa, es decir que no se Visto lo anterior queda al descubierto que la consigna más pueden separar las partes de un texto para interpretarlas trascendental que ha aportado la hermenéutica a los estucon miras a constituir la interpretadios literarios consiste en ver al texto ción del todo, al modo que lo hiciecomo un espacio en el cual se den ron varias teorías literarias del siglo conversaciones solidarias, en las que XX, las cuales auspiciaron el ejercicio se pueda descubrir al hombre que lo del close reading2, enfocando su produjo y reconocer, por otra parte, atención únicamente hacia algunos al hombre que lo interpreta, con sus aspectos inconcluyentes de la obra y valores, conjeturas y preconceptos. silenciando por efecto otras dimenLa tarea hermenéutica nos ha legasiones esenciales de significación. do la brillante noción de que todo Así, al seccionar los escritos, aquellas escrito es, en definitiva, un lugar teorías literarias cayeron en graves fértil para el diálogo fructífero, no descontextualizaciones y perdieron solo entre el todo y las partes de un la comprensión deseada, empobretexto, sino también entre dos mociendo los discursos. mentos, dos interpretaciones o dos Así, otro punto trascendente aborpersonas diferentes que reconocen dado por Hernández, es que para inla misma identidad, es decir, la natuterpretar en clave hermenéutica haraleza, el pensamiento y la existencia bría que valorar la idea de que no humana. debería concebirse la obra literaria como algo dado y estático, hay que

Imagen: «Intromisión documental»  •  Raúl Arias

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Hermes, de la mitología griega, dios mediador que está simbólicamente en el origen de la palabra hermeneia, que significa inicialmente 'interpretación' y 'expresión'. Homero en el Himno XVIII, describe a Hermes como el «raudo mensajero de los dioses», «el de la profética voz», encargado de hacerinteligibles y expresar en palabras humanos los mensajes de los dioses.

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«La hermenéutica se apoya en una base dialéctica: interpretar un texto significa entrar en un diálogo con él, plantearle preguntas y dejar que él también nos plantee preguntas»

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New criticism (nueva crítica, en idioma inglés), es una corriente de la teoría literaria del siglo XX, originada en Estados Unidos. Propone una lectura atenta del texto (close reading), que preste particular atención a sus ambigüedades y contradicciones internas, propiamente lingüísticas y literarias, con voluntad de excluir los componentes psicológicos e históricos de los estudios literarios, en la creencia de que hay que analizar a la obra en sí.

La hermenéutica literaria como una herramienta para el diálogo

|Por Giselle Caputo|


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Versatilidad y utilidad, dos caras de una misma lingüística

nálisis El nombre «análisis del discurso» engloba una gran variedad de métodos

y teorías que estudian las producciones discursivas que genera el ser humano en su relacionamiento con los demás y con el mundo, el mundo que él mismo va creando a partir de sus discursos. Lo que nos lleva a las preguntas principales, ¿qué es discurso?, ¿qué es texto?, ¿cuál es el material que puede ser analizado? Pueden incluirse aquí desde las conversaciones más triviales a las más formales, y de las más espontáneas hasta las más complejas. Así también las producciones cinematográficas, la difusión de noticias, la publicidad en todas sus formas, los discursos públicos, las obras literarias, los tratados científicos y un largo etcétera que incluye textos orales y escritos, imágenes y letras, lo que pueda ser percibido, interpretado y genere una respuesta. El análisis del discurso es también conocido como «análisis crítico del discurso» o más recientemente como «estudio crítico del discurso». Esto se debe al énfasis que debe ponerse en la actitud y la tarea de crítica de las creaciones discursivas, en cuanto a los componentes, la manera de formular y la función que realizan dentro de un contexto específico. Cada enunciado atiende a una causa y a un fin maximizados en varias capas de intenciones que corresponden a su vez a diferentes entes. El ser humano, inmerso en el juego de las interacciones sociales no suele reparar en la manera que cada producción discursiva influye en su manera de ser. Los estudios críticos del discurso se iniciaron en la segunda mitad del siglo XX, a partir de la gramática textual, los estudios conversacionales y retóricos. En su evolución se fue concentrando en un fenómeno más que interesante, importante: la relación entre discurso y abuso de poder. Esta perspectiva parte de la idea de que las representaciones mentales y construcciones particulares del mundo son instrumentales y significativas en la reproducción de la dominación, que las prácticas discursivas cambiantes forman parte de un proceso más amplio de cambio social y cultural; distinguiendo de esta manera, al lenguaje como un elemento

|Por D. E. E. P.|

emancipador, en el sentido de eliminación de las relaciones de poder -siempre que se trate de un lenguaje que resulte del análisis crítico de la actuación represora del lenguaje-.1 En otras palabras, podemos decir que nuestra imagen del mundo se transfiere a nuestro discurso y éste a su vez es transferido al ámbito de actuación de cada persona, repercutiendo en los sistemas de relaciones y roles que establecemos con los demás, y por sobre todo aceptamos. Este tipo de investigaciones lleva a demostrar cómo las conductas sociales son legitimadas por medio del discurso. Para esta clase de trabajo el investigador se vale de diferentes disciplinas aparte de la lingüística y sus ramas (la sociología, la antropología, la filosofía, la psicología y demás ciencias humanas, según sea el objetivo crítico). La finalidad está constituida en un esclarecimiento de las funciones del discurso para la consecución de un cambio en los sistemas injustos que rigen la vida actual, por medio de la asunción de una mentalidad crítica y de una disertación continua. Los métodos pueden variar y son válidos los análisis: sintácticos, de los turnos conversacionales, de las estrategias retóricas, de las estructuras textuales, de la interacción, estudios sociocognitivos, de sociología política o etnografía de la comunicación y otros más. Pero todos confluyen en la interpretación y el análisis de la dimensión estratégico enunciativa y la dimensión topicalizante o de construcción de saberes.2 Podríamos resumir que se estudian problemas sociales específicos a costa de una transdisciplinariedad o interdisciplinariedad. Se examina cómo las actitudes e ideologías son expresadas y reproducidas en el discurso y la comunicación.3 Difícilmente existan personas sin ideología o principios básicos, que utiliza como base para la toma de decisiones y la producción discursiva. El estudio crítico de los discursos proporciona pautas elementales para comprender los axiomas en los que se sustenta el orden social y se delimita el campo de posibilidades sobre la que podrá moverse el pensamiento. Como bien dijo Michel Focault, el poder transita a través de los individuos, no se aplica a ellos.


19 Recomendaciones para un rápido análisis crítico de los textos más cercanos. Tome un periódico o prenda el televisor. Lea/escuche con atención e intentando mantener cierta distancia emocional en cuanto al mundo virtual que se le presenta. Puede recurrir a una muletilla de base, tome al referente como un mundo de ficción y será más fácil desapegarse de la historia. No olvide que tanto las páginas que tiene en mano, como el programa que está usted mirando, fueron procesados por muchas personas; que alguien eligió, según sus ideales e intenciones, las palabras que ustede recibe y las imágenes que usted ve, que alguien decidió de qué manera contar la historia y qué no contar; que alguien espera una reacción específica de parte de usted, en base a la información manipulada que

está recibiendo, el límite de reacciones esperadas en su conducta es (normalmente) como sigue: confusión, incertidumbre, no pertenencia/pertenencia, discriminación, impotencia, placer/alegría o tristeza/enojo con alguien o algo/institución, miedo, ansiedad, terror. Tenga en cuenta las siguientes premisas desgajadas del legajo de Max Weber, quien asegura ya a comienzos de 1900 que las prácticas ideológicas de dominación, presentes en toda sociedad burguesa, se estabilizan por obediencia y legitimación, en donde contribuyen:

1) Legitimación. Para que una información o discurso ejerza algún tipo de dominio o control sobre las personas, deberá presentarse como racional, correcta y admitible por las leyes o axiomas universales. Para lograr esa aceptación, las grandes máquinas de poder recurren a narrativizar su mundo de ensueño como el único posible y deseable. 2) Disimulo. La narrativización para corresponderse con su farsa debe utilizar algunas estrategias discursivas como el epíteto (ej.: «la era de la comunicación», pero quién puede comunicar, cómo comunica y qué comunica), el eufemismo (ej.: «guerra preventiva», prevención de qué, por qué y para qué es necesaria; «libre comercio», de qué, de quiénes, cómo) y los tropos o sus grandilocuentes metáforas, metonimias, etc. 3)  Unificación. El objetivo de las transformaciones mundiales basadas en las ideologías de dominación es la de lograr la uniformidad, se genera por ejemplo una única globalización posible, un único lenguaje valorable, un único método de gobierno admisible y cuestiones subsiguientes... 4) Fragmentación. El discurso queda uniformado pero la realidad es de segregación, en este punto queda expuesta la desigualdad imperante y necesaria para la estabilidad del sistema que rige y domina nuestra sociedad, donde unos muchos viven deseando lo que unos cuantos poseen y ostentan como máximo galardón en la competencia por la supervivencia. Por un lado «los del primer mundo», por otro «los del tercer mundo» o «países en vías de desarrollo», los de moda, los pasados de moda, aquí yo, allá ellos... 5)Reificación. Obviamente la transmisión de esta ideología del individualismo, el consumo y la competencia debe considerarse natural pese a ser un producto cultural y por ello un bien material, una creación más del ser humano. Siendo ya natural, se vuelve incuestionable el status quo y nace un sempiterno porvenir, cuya base y garantía estará siempre instalada en los discursos sin discusión que rodean nuestro entorno. Los conocimientos de gramática, del léxico y de la retórica resultan muy útiles para identificar los recursos que proliferan en todo texto mediático público de paga. También realizar constantes ejercicios de lectura heterogénea del medio social ayudan a identificar y dilucidar los fines con que son utilizadas las estrategias retóricas, leer también puede considerarse como observar con detenimiento los acontecimientos y los productos creados por las personas. Preste mucha atención a los discursos presentes en todas las instancias de la realidad y podrá elaborar una interminable lista de enfáticos, elipsis, metáforas, implicaturas, presuposiciones, anáforas y catáforas; al tiempo, se dará cuenta de que toda realidad es, en muchas más ocasiones de la que imagina, una representación manipulada por un pequeño titiritero de gran poder, una representación que es fijada en la memoria bajo la premisa de veracidad u ubjetividad, resultado de una supuesta libertad de expresión, de la que el público al final no es parte, ni lo será si sigue siendo sujeto pasivo en el

Imagen: Honoré • En: Pequeña historia del trabajo: Ilustrada, Augusto Bianco & Tabaré.

interjuego de la comunicación. Por todo esto, señor, señora, cerciórese de que los personajes y las historias son como los describieron, de que la información sea completa, de la perspectiva tomada para relatar la historia, intente dilucidar cuáles son los bandos que se proponen en la notica, qué dirían los protagonistas sin un mediador que prediga y limite sus respuestas. Póngase en el asiento de un Francis Bacon, de un gran Sócrates o un Aaron Swartz condenado y sea todo lo objetivo posible, luego dictamine una opinión, la suya, una racionalizada y sopesada, una no tan contaminada por los intereses particulares de los astutos emisores, la que no le vendieron, sino a la que usted llegó con su propio esmero solidario y ansia de conocimiento. Usted puede ser periodista del año sin intermediarios, historiador veraz y confiable, una persona con autonomía, soberano patriota del Planeta Tierra.


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