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NÚÑEZ

nador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, en realidad faltaba la pelea en el Tribunal que, siendo la máxima autoridad electoral en el país, es la definitiva. Obviamente, en el Tribunal Alito llevaba amplias ventajas, pues bastaba con demostrar que quienes tomaron esa decisión fueron los consejeros nacionales y, además, que la mayoría de los consejos estatales del partido avalaron esa decisión, con excepción de Guerrero, por supuesto, para refutar cualquier violación a los estatutos.

Amarrada la parte estatutaria, a los magistrados no les quedaba de otra más que respetar la vida interna del partido y las decisiones del máximo órgano de gobierno, como recientemente hicieron en el caso del dirigente de Morena, Mario Delgado Carrillo, quien estaba básicamente en la misma situación que Alito, con la diferencia de que la decisión de prolongar el mandato de los dirigentes morenistas se tomó en septiembre pasado también por acuerdo del consejo político nacional.

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Ambos dirigentes alegaban que los consejeros del INE y los magistrados electorales habían invadido las esferas partidistas, en detrimento de la democracia interna y, por ende, de la democracia del país en su conjunto.

De hecho, si recordamos, hace dos semanas todos los partidos estaban de acuerdo en acotar las atribuciones de los magistrados del TEPJF, una vez que se aprobó el Plan B para hacer cambios administrativos en el INE (actualmente congelado de manera indefinida por la Suprema Corte).

Pero a diferencia de lo que sucedió con el INE, cuando la oposición tomó esa bandera para acusar a AMLO y su partido de destruir a las instituciones democráticas de México, en el caso del Tribunal Electoral hubo amplio consenso.

Sin embargo, finalmente la propuesta de reformar el TEPJF se estancó en la Cámara de Diputados, porque poco a poco los dirigentes partidistas se fueron deslindando, ante las acusaciones de Movimiento Ciudadano en el sentido de que venía un albazo contra la máxima instancia electoral del país.

Sobre todo, hubo oposición dentro de el propio Morena, porque había cláusulas que presuntamente afectaban a las mujeres, pues se exponía que el Tribunal se obligaba a respetar los acuerdos internos de los par- tidos en materia de equidad de género, con lo cual las féminas que se sintieran afectadas por decisiones de sus dirigentes no podrían acudir a esa instancia.

De no haber sido por esta cláusula, muy seguramente la reforma el Tribunal habría avanzado, ya que el más grande enojo de los dirigentes de los partidos es que tanto el INE como el Tribunal se habían estado adjudicando atribuciones que legalmente no les competen, y vulnerando la vida interna de los institutos políticos, echando abajo de última hora decisiones tomadas por consenso interno y con base en las leyes vigentes.

No es de extrañar que ante este escenario de cambios, los magistrados fueron presionados para aceptar las decisiones ya tomadas, primero en Morena, y ahora en el Partido Revolucionario Institucional.

Volviendo al tema, con Alito frente al PRI en el escenario de 2024, las candidaturas federales (diputados y senadores), así como las gubernaturas que serán renovadas, dependerán del campechano y su equipo.

Automáticamente, la decisión de antenoche marca también la vida política en los estados, tanto dentro del PRI como al seno de la alianza Va por México. Quizás por eso el rumor de que Manuel Añorve Baños viene en caballo de hacienda por Acapulco, mientras que el PRD, a sabiendas de que un partido aliado no se puede llevar todo, está peleando la senaduría para Evodio Velázquez Aguirre. Por el contrario, con base en acuerdos ya signados y hechos públicos, al seno de la alianza será el PAN el que lleve mano en la elección presidencial, lo cual afecta sobremanera a gente como Claudia Ruiz Massieu, Beatriz Paredes Rangel, entre otras figuras del tricolor que ya están moviéndose por la candidatura presidencial.

Finalmente, decir que Alito logró su cometido, de quedarse hasta 2024 y definir las candidaturas, de acuerdo con uno los audios que se ventilaron de él. Aquellos que votaron por él como dirigente, haciéndole campaña a modo y pese a las denuncias que hubo al respecto, deben estar lamentándose aquella decisión, entre ellos los priístas de Guerrero. Claramente le dieron alas a un alacrán, un hombre impresentable que terminó por entregar la candidatura presidencial a los blanquiazules.

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