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Opinión DESPEJAR MISAEL TAMAYO NÚÑEZ
Si hoy fueran las elecciones presidenciales, la alianza opositora PRI-PAN-PRD pierde. Las encuestas son claras en ese sentido y hoy parece que los aliados alimentan un sueño guajiro. Pero en política no hay nada escrito y tampoco hay enemigo pequeño; 16 meses, casi año y medio, serían suficientes para construir un frente amplio que sume partidos y ciudadanía, sindicatos obreros y patronales, intelectuales, mujeres, jóvenes, etcétera. Parece difícil pero no imposible.
Digo esto porque parece que Morena se duerme en sus laureles, atenidos como están al padrinazgo directo y/o indirecto del presidente Andrés Manuel López Obrador, tanto las “corcholatas”, como los aspirantes a gobernador, senadores, diputados federales, locales y hasta presidentes municipales. Muchos, podemos apostar, se verán sorprendidos por la derrota.
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Existe el run-run de que muchos ex priístas y ex perredistas de Guerrero ya preparan su ingreso a Morena, porque es el partido que les falta por recorrer, pero también el que les garantiza o bien el acceso al poder, o bien el retorno al mismo.
Y saben también que mientras AMLO esté visible y en el ánimo de la opinión pública, las elecciones de cualquier nivel serán factibles de triunfo. Una vez fuera el líder del lópezobradorismo nacional, los quiero ver rascándose cada uno con sus propias uñas.
Opinión
Citlalli Hernández
competir en sus partidos de origen, o que los sacrifiquen para nominar a alguna mujer
Y lo interesante es que los reacomodos también serán a la inversa; es decir, los morenistas comenzarán a migrar a otros partidos que sí les permitan postularse, dado el alto nivel de competencia dentro de Morena, donde -quieran o no- ya hay tribus formadas y forjando sus propios cuadros.
Si lo duda, amable lector, eso ya lo vimos la semana pasada, cuando el subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía Berdeja, renunció a su cargo para postularse a la gubernatura de Coahuila por el Partido del Trabajo, una vez que la dirigencia de Morena optó por la candidatura del senador Armando Guadiana.
Es tan grave el asunto, que trascendió que Morena ya impugnó la candidatura de Mejía Berdeja, quien en realidad es un advenedizo en el partido guinda, porque más bien él era emecista, y en 2018 acompañó junto con su jefe político, Luis Walton Aburto, la candidatura presidencial del panista Ricardo Anaya Cortés.
Veremos a muchos retornar al PRD y, de hecho, ya los están convocando, como a los hijos pródigos, para que vuelvan al redil.
En cuanto a los priístas, ellos no son tan rijosos y basta que les pongan a una buena “chiva de la campana”, y no tienen empacho en seguirlo.
¿Por qué Claudia y por qué el Metro?
La oposición tiene un método ruidoso. Está enfocado a algunos perfiles visibles de la Cuarta Transformación. Lo que merece el pueblo de México, supone la oposición, no son ideas ni propuestas, no un proyecto ni principios; vaya, ¡ni pedir disculpas por sus malos gobiernos! En cambio, paga millones de pesos a sus consultores quienes señalan que la mentira, el odio y el ataque personal deben ser la ruta durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
¿En quiénes enfocan ese método y en qué consiste? Primero, a quienes ponemos por encima de cualquier interés personal el compromiso con un proyecto de nación. Aplican marcaje personal mediático —sobre todo en redes sociales— y detonan un ataque sistemático para descalificarnos. Desde sus códigos totalitarios se lee un deseo de aniquilarnos por lo que somos y por cómo pensamos.
rar su modo de vida y su esquema de negocios y, por eso mismo, su desesperación es tan peligrosa: no piensan en el país ni en servir a la patria. Sólo añoran el poder para servirse y servirle a sus cuates, buscan regresar a su “normalidad” política. Agreguemos a esto que PRI y PAN gobiernan cada vez menos territorios del país y que les ha ido mal juntos. Pero si no se aliaban, desaparecían; el resultado es que ya se quitaron la máscara.
Es claro que en su crisis está la obsesión de volver a ser la mayoría en las Cámaras y retomar el gobierno del país. No ignoran que, en 2024 no podrán ganarle a Morena y creen que podrán focalizar su conquista en la Ciudad de México para desde ahí volver a tomar fuerza.
Dise O Gr Fico Y Redes Sociales
Antonio Gonzalez
Producci N Y Taller
Antonio Gonzalez
Periodico el Faro de la Costa Chica es una publicación diaria que se imprime en sus propios talleres con circulación en la región de la Costa Chica de Guerrero, Tlapa y Oaxaca
NO SE DEVUELVEN ORIGINALES, AUNQUE ESTOS NO SE HAYAN PUBLICADO, REGISTRO EN TRÁMITE.
Marquelia Gro. Col. ISSTE
C.P.


Sé, amable lector, que este es un tema incómodo para los recalcitrantes morenistas, donde por cierto no todos son lópezobradoristas, sino que llegaron a ese partido por ambición. Pero es necesario espulgar un asunto como éste, para que no les suceda como en 2021, cuando perdieron importantes escaños en la Cámara de Diputados, al grado de que se puso en riesgo su mayoría calificada y por lo cual en esta segunda mitad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador se les ha dificultado sacar las reformas constitucionales que aún son necesarias para lo que ellos llaman la Cuarta Transformación de México.
Pero a diferencia de lo que sucedió para la elección de 2018 y 2021, tiempos en que el PRD sufrió la pérdida de muchos líderes y gente de la base, para las elecciones de 2024 ya no será igual. Sí podremos ver algunos reacomodos, pero todo parece indicar que la movilidad entre partidos ya no será masiva, pero sí selectiva. Es decir, que migrarán personas muy focalizadas y por motivos muy personales, como el hecho de que no les permitan
Aunque hay que decir que tras la elección del 2021 sí hubo consecuencias de la derrota y el PRI perdió algunos activos en el estado, como los hermanos Taja, quienes se salieron con cajas destempladas, lo cierto es que no hay nada que temer. Como se dice en el rancho, son arañas que no llegan a media pared, pues el haber sido beneficiados con obras y proveedurías en el gobierno de Héctor Astudillo Flores, Ricardo y Javier Taja no tienen cara para reclamar algo. Incluso así se los mandaron a decir por redes sociales.
Diría Astudillo que aún no son los tiempos. Pero todo político sabe que aunque aparente calma, el tiempo siempre apremia y debe aprovecharse cada minuto. Por eso los vemos hasta anunciando lo que comen en redes sociales, o sus vacaciones, o hasta cuando hacen ejercicio, porque saben que la política es como andar en bicicleta: si dejan de pedalear, se caen.
En resumen, vale más que los morenistas despierten y velen armas. Sus adversarios andan como león rugiente, esperando la oportunidad de desplazarlos. Recuerden que no hay peor enemigo que el que ya lo perdió todo, pues a partir de ahí todo es ganancia.
Por otro lado, está el trato displicente para quienes muestran un cálculo timorato en sus posiciones de respaldo a la 4T o, en su defecto, imprudencia pública en sus críticas. A esas personas se les reserva un apapacho del tipo: “Qué bueno que no todos son radicales y hay gente como tú con criterio propio”. Se sazona con un poco de la conocida cizaña de los voceros del viejo régimen. Ah, pero si esa persona, que sentían suya por estar en el lugar cómodo del pacto político sin el pueblo, de pronto sale a defender o a respaldar al Presidente, entonces se le dirige un ataque, amable recordatorio de que tiene más “amigos” cuando se coloca en la neutralidad o, cuando menos, fuera de la mal llamada “polarización”. Es evidente que la oposición no tiene un proyecto de país, no tiene siquiera identidad. ¿Qué representan?, ¿a quiénes representan? Más allá del odio al Presidente y al pueblo que le respalda, ¿qué les constituye? No tienen propuesta ni una visión de país que puedan externar. Queda claro, pues, que los residuos del PRI, PAN y PRD no se juntaron en torno a ideas, sino por supervivencia.
Para este grupúsculo, vencer a Andrés Manuel López Obrador o detener el empuje de cambio que arropa la mayoría del pueblo de México se ha vuelto ya una obsesión. Significa para ellos recupe-
Con todo esto en mente, vale revisitar los acontecimientos que se han desatado en el Metro: uno tras otro, sistemáticos y ruidosos, no es extraño pensar que hay sabotaje. Allí se asoma esa manía y vileza de la oposición que se empeña en señalar a un gobierno de la 4T y, más, a una de las posibles sucesoras del Presidente. La oposición supone allí la remota posibilidad de aniquilar a quien consideran incómoda por ser leal al proyecto de la 4T.
Así, este grupúsculo desesperado arriesga la apuesta. ¿Quién podría ser el brazo que ejecute su método? ¿Por qué lo haría? ¿Podría ser, quizás, el líder sindical que ha visto afectados sus negocios y privilegios? El nombre es Fernando Espino y lleva 44 años al frente del sindicato del Metro de la CDMX. Tiene decenas de familiares en la nómina del Metro, ha sido cinco veces diputado del PRI, tiene acceso a los talleres y un amplio conocimiento del funcionamiento de este transporte público.
El sabotaje de la oposición toma forma: se concretaría al contar con el apoyo de alguien que tiene el pulso desde las entrañas del Metro y un amplio margen de operación allí, desde las entrañas y las sombras. Toca exigir que esta ciudad siga a la vanguardia de todo y detener el paso al oportunismo político. Somos millones en esta ciudad y en este país quienes sabemos de qué son capaces los representantes del viejo régimen. El Metro, nuestro sistema de transporte, es colectivo y no un nido de vilezas.