El Creacionista# 11

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2019 Sept.

El Creacionista

No. 11

EDICIÓN ESPECIAL: ESCRITORES POBLANOS

GERARDO LINO

NOÉ VÁZQUEZ

JUAN CARLOS CANALES

¡VIVA MÉXICO! Que las vivas en nombre de la creación no terminen, que la independencia de ideas aperture historias de esperanzas nuevas, contempladas en la originalidad, en los valores y las vivas hacia un mundo donde todos tengamos un lugar para seguir imaginando. ¡Viva la ensoñación, Viva la libertad de expresión, Viva el ánimo de la creación, Viva el atrevimiento y la provocación que nace de la misma pasión por la escritura! Tenemos la fortuna de poder manifestar lo que pensamos, aunque nuestro patriotismo este encausado en distintas ideologías, todos formamos parte de una lucha por el bienestar de los nuestros y donde nuestra voz pueda ser escuchada. Las voces son muchas, unidas, bajo un mismo canto podemos abrir nuevos caminos, derribar los múltiples muros que forma la ignorancia y la falta de tolerancia. Dejar crear a otros y escuchar lo que tienen que decir, es una forma de brindar solidaridad a quienes empiezan a ejercer la escritura, ellos también sueñan fuera de filtros establecidos, imaginan más allá de las redes y sobre todo tienen esa chispa extraordinaria que tienen los nuevos inicios. Photo by Larry Costales

Fe y oportunidad para las nuevas generaciones. Alma Carbajal G.


AGRADECIMIENTOS

EN ESTA EDICIÓN DEL MES PATRIO, SE PRESENTAN LEYENDAS DE LA LITERATURA CONTEMPORÁNEA, PARA QUE LOS CÍRCULOS, LOS COLECTIVOS Y LAS COMUNIDADES LITERARIAS QUE ESTÁN POR VENIR, TENGAN EN CUENTA QUE EL ARTE DE LA CREACIÓN SIGUE SIENDO CONDISCÍPULA , DE TODO AQUEL QUE MAGNIFIQUE, ADORE O TRASGREDA SUS IMAGINACIONES Y VIVENCIAS. LOS AUTORES PRESENTADOS SON UN EJEMPLO DE INDEPENDENCIA PROPIA, LOCURA Y CONVICCIÓN, EN EL DEVENIR CREATIVO. AGRADECEMOS LA COLABORACIÓN DE: GERARDO LINO, NOÉ VÁZQUEZ Y JUAN CARLOS CANALES; ASÍ COMO LA LABOR DEL POETA CÉSAR ROMERO PARA COMPILAR CADA UNA DE LAS OBRAS DE LOS PRINCIPALES EXPONENTES POBLANOS DE LA LITERATURA.

Photo by David Ortega


Chica de los humedales GERARDO LINO

Qué belleza fue verla a mitad de la calle sin nadie y sólo el agua. Llevaba el agua ella. Cómo decir sus ojos. Su coleta en medio de la tarde. Agua, agua le pido, me la trae, cargándola ella, Y claro: que le pago. Después llovió a todo lo que da.

Photo by Aline de Nadai

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Photo by Eunice Stahl

Nadar decir en medio de la calle. Inundada, en el puro eco. Rozagante. Llenando. Ah, ella como si nada. Bucear la calle sola. Viene. Coleta y ojos. Muchacha libre. Agua.

Esplende el sol de mรกs Pero la calle sigue Llena de agua, alberca Aun sin ella: bucear.

Persisten sus imรกgenes Pero su nombre, no. Unas, por el tiempo agresor. Ella, porque no lo ha dicho.

Se hunden, bucean o flotan En la calle, la misma alberca sola.


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MARTHA NOÉ VÁZQUEZ "El cuerpo es la memoria de absolutamente todo lo que se ha vivido alguna vez". Miller Alice

Sigo pensando que algo no está bien con Martha, nuestra vecina. Algo no embona, no cuadra. Sucedía con mucha frecuencia que escuchaba sus soliloquios dentro de su casa, y ella, siempre sola. En ocasiones sufríamos sus intensas y agitadas risas, luego sus larguísimos, interminables episodios de llanto. Lo escuchábamos todo, tal vez era su propia soledad la que se expresaba. Sentía que sus motivaciones eran incomprensibles y extrañas. Tal vez la juzgaba sin conocerla.

Ella habitaba su casa sola, tal vez eso era lo que me conmovía y me extrañaba. Cierto día la vi platicando sin nadie a la vista, parecía discutir un asunto trivial consigo misma, con un amigo imaginario, o con su alter ego. ¿Qué podría yo saber de todo eso? Martha me observó detenidamente y luego comentó algo con su invisible interlocutor, me pareció que recibía una respuesta de inmediato porque, en un momento, riéndose como una adolescente, le recriminó festivamente su inaudible (e imaginaria) réplica. Me pregunté qué le diría. ¿Qué clase de discurso recibía ella de las sombras con las que conversaba? Tal vez yo le gustaba a ella o a su amigo imaginario, o tal vez a los dos. ¿Quién podría saberlo?


Cierto día dejé de verla salir, como todos los días, al restaurante de comida china en el que trabajaba. La verdad es que Martha me parecía un ser humano muy triste, tenía cierto patetismo que sólo poseen las personas solitarias. Por eso estaba al tanto de lo que pudiera sucederle.

Pasaron los días y no había rastro de ella. Temeroso de que hubiera cometido suicidio con una sobredosis de ansiolíticos comencé a acercarme a su puerta, buscaba el tufillo agrio de un cadáver en descomposición dentro de su casa pero todo parecía normal. Otras veces, por la noche, creía escuchar un sonido que venía de su habitación, pensaba que tal vez eran los ruidos naturales de su agonía lenta y gradual.

Photo by Levin Anton

Pasó una semana y ya consideraba a mi vecina muerta o desaparecida. Empecé a temer la visita de los oficiales de policía haciendo las consabidas preguntas incómodas: “¿Conocía usted a la hoy occisa?” y “¿Cuándo fue la última vez que la vio?”. Luego, las sospechas naturales sobre el vecino, es decir, yo mismo. Empecé a imaginar que un juez expedía una orden de aprehensión en mi contra, el interrogatorio en el Ministerio Público, el auto de formal prisión, la cárcel preventiva en lo que se desahogan las pruebas y se hacen las investigaciones. Después, la tortura por parte de los elementos de la Policía Judicial para luego firmar un documento incriminatorio que yo escupiría con la saliva mezclada con sangre de mi boca y diciendo que conmigo no funcionarían sus técnicas estilo Gestapo. Más tarde, la condena luego del debido proceso, el infierno personal, el escarnio sobre mi persona y todo por haber estado en el lugar y el momento equivocado.


Mis temores comenzaron a agravarse, pensando en el destino de Martha. Yo comía lo menos posible y dormía muy poco. Al no poder conciliar el sueño empecé a revisar compulsivamente el Manual Merck para hipocondriacos llegando a la conclusión de que yo tenía Insomnio Familiar Fatal. Para mí, era inminente que entraría en un proceso tortuoso de degradación que terminaría en un coma. Tampoco me ayudaba mucho el temor de empezar a escuchar las voces con las que hablaba Martha. La crisis final se presentó como un colapso nervioso y un ataque de pánico por lo que me tuvieron que trasladar al Hospital Rafael Serrano, conocida casa de reposo en donde se me recomendó una estancia breve para poner en orden esas ideas paranoicas sobre mi vecina Martha. Ya estando en ese respetable hospital recibí una carta de mi madre en la que me aclaraba que Martha estaba viva, que era feliz, que había conocido a un tipo estupendo que la amaba, que había cambiado de trabajo. En fin, que ella estaba bien y que no me preocupara. Pero no lo sé. ¿Y las voces con las que hablaba? ¿Y los gritos dentro de su casa? ¿Y las intensas carcajadas solitarias? No sé, no sé. Yo sigo aquí en el hospital pensando que algo no está bien con Martha. Photo by Levin Anton


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POETRY JUAN CARLOS CANALES

Es de noche. Uno cae al sueño como se cae a un abismo

Los pájaros han detenido el vuelo. Escrituran el cielo con el rumor de su aleteo casi ciego

Photo by JR Korpa

El sueño y el mar se confunden: Raíces de una misma espuma


POETRY JUAN CARLOS CANALES

Caemos y nos miramos caer. Como Altazor, rodamos interminablemente sobre las rocas de los sueĂąos. El roce del viento nos lastima sin testimonio, sin dejarnos huella, sin la constancia de una herida

Caemos por un espacio curvo. El tiempo se extiende o se contrae como la luz, como la materia de la que estamos hechos

El dolor es una materia laxa, amorfa que se extiende sin ningĂşn signo. Caemos, sin hallar una palabra que nos recoja al vuelo

Photo by JR Korpa


Frases para resucitar la creaciĂłn

Photo by Elijah O'Donnell

"Todos los grandes hechos y todos los grandes pensamientos tienen un comienzo ridĂ­culo". Albert Camus.


Microfiction drops

THERAPY A.C. El reloj marca las tres de la tarde. Como todos los miércoles emerge la inusitada ira contra los sacos de vísceras que caminan indiscriminadamente por la ciudad. Me llamo Ana y llevo diez años en terapia, tremendamente el cansancio mental de las sesiones aún me parece entretenido. Al final para cuando termina la hora, el episodio de mis aflicciones parece no contener – aburridas – incongruencias. El terapeuta es un editor diestro, para valorar tras la pantalla de mi rostro, que significaciones pueden traer un poco de razón a los días por venir Photo by Alina Grubnyak


El Creacionista 2019 Alma Carbajal ©


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