Cuaderno El Capirote 2016. Baeza (Jaén)

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“EL CAPIROTE” Tertulia Cofrade de BAEZA - Cuaderno Cofrade nº 13 - AÑO 2016

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EJEMPLAR GRATUITO

EDITA: Asociación Cultural Tertulia Cofrade “El Capirote”. Baeza (Jaén) SEDE SOCIAL: C/ San Francisco nº 22 – 2º Izda. Registro General de Asociaciones, sección 1ª, número 3141. C.I.F.: G-23570278 E-MAIL: tertulia.elcapirote@gmail.com FACEBOOK: El Capirote Tertulia Cofrade DIRECTOR: Damián Cruz Martínez EQUIPO DE REDACCIÓN: Sebastián Cabrera Checa Nazario Gutiérrez Martínez Ventura Salazar García IMPRESIÓN: Publimax Impresores - Baeza - Tel. 953 74 41 41

PORTADA:

Fotografía: Manuel Higueras Cruz “La Madre de Dios”, la apellidan cariñosamente sus cofrades. Ella es la más antigua de nuestras Dolorosas, primorosa Reina entre varales y rosas, entre encajes y finas blondas, perfumada de amor puro, Soberana, Virgen e Inmaculada, con tristeza en su mirada, de siete dolores traspasada. No se puede comparar la palidez de su rostro con la luna plateada, que ante su belleza se torna en triste luna menguada, no se puede comparar su pena que alumbra a las espadañas y hace saltar las saetas entre rejas enlazadas. Dulce y siempre primorosa, de Baeza Emperatriz y en el cielo “Fervorosa”.

CONTRAPORTADA:

Fotografía: Isabel & Pedro Fotógrafos

Foto: José Quesada Fotógrafo

Alrededor del Gólgota, tras la muerte de Jesús en la cruz, una terrible tormenta y una gran oscuridad lo cubrió todo. Las tinieblas ahuyentaron a quienes asistían al sacrificio y en el Calvario tan sólo quedaron los amigos de Jesús y su Madre transida de dolor y angustia. El momento del Descendimiento del cuerpo del Señor debió ser terrible y al mismo tiempo muy precipitado. Así vemos a Nicodemo y José de Arimatea en el misterio baezano, un misterio lleno de verdad, de arte, de duelo y de amor. De verdad porque es la historia real la que se nos muestra; de arte porque es innegable el neobarroquismo del artista y su manera de atraer nuestras miradas hacia los detalles; de duelo en el que María no está sola, a su lado San Juan y las Tres Marías que dan nombre al misterio. Y de amor, porque no hay amor más grande que el de dar la vida por quien quieres.


Foto: Antonio J. García

Sumario 3

EDITORIAL: La Redacción

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PREMIOS “OVACIÓN DE GALA 2015”: El Capirote

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EL ARTÍCULO: Por José Francisco Garrido Lemus

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LA POESÍA DE LA PASIÓN: Por Juan Cruz Cruz

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LA SEMANA SANTA EN LA RED: LA PASIÓN Por Manuel Dionisio Lozano Guerra

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EL PREGÓN DEL COSTALERO Por Jose Juan García de Lara Torres. Pregonero de 2015

32

LA MÚSICA EN LA SEMANA SANTA: Por Sebastián Cabrera Checa

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EL CARTEL “EL CAPIROTE 2016”: El Capirote

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NUESTRA MEMORIA EN IMÁGENES: Por Fernando Viedma Puche y Damián Cruz Martínez

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ARTE Y ARTISTAS DE LA PASIÓN: Por Francisco Cruz Ruiz

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“LA PASIÓN SEGÚN...EL FERROL”: Fr. José Anido Rodríguez O. de M

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CUADERNO DE OPINIÓN: Antonia Martínez Murillo

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“BALANCE DE LA SEMANA SANTA DE 2015” Por Damián Cruz Martínez

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“LA RELIQUIA”: Por Ventura Salazar García

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ESENCIAS COFRADES: Por Sebastián Cabrera Checa

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“LA TRABAJADERA”: Por Francisco Juan Coto Vega

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“CRUZ DE GUÍA”: Rvdo. Mons. D. Alberto José González Chaves

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EFEMÉRIDES 2016: Por José García Checa


Foto: Juan Miguel Salido

Editorial

Estamos viviendo el Año de la Misericordia, que comenzó el pasado día 8 de diciembre y finalizará el próximo 20 de noviembre. Como es bien sabido, el día 13 de marzo de 2015, el Papa Francisco proclamó solemnemente el Jubileo de la Misericordia, un Año Santo extraordinario con motivo del quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II. Es un tiempo que la Iglesia nos ofrece para meditar sobre los muchos dones que nos otorga el Espíritu de Dios, entre los que sobresale especialmente su infinito Amor hacia todo el género humano, sin excepciones y sin distinciones de raza, ideología o religión. Merece la pena pararse a pensar, al menos un momento, en la respuesta que damos a la Misericordia de Dios. La verdad es que, a poco que se mire, el panorama que nos ofrece el mundo actual es desolador. La injusticia parece imperar por doquier; la insolidaridad campa a sus anchas. Las guerras, las hambrunas y las epidemias provocadas por enfermedades remediables se ceban en los más desfavorecidos y provocan un sufrimiento difícilmente tolerable. El drama de los refugiados que mueren por centenares en las aguas del Mediterráneo, ante la pasividad culpable de Europa, es solo una de las múltiples caras que adopta esta tragedia cotidiana. En medio de tal vorágine, quizá pasen inadvertidos en los medios de comunicación de mayor alcance los acontecimientos relativos a los ataques que sufren no pocas comunidades cristianas: quema de templos, profanaciones de Hostias Consagradas, ataques contra fieles sin distinguir si son clérigos o seglares, adultos o niños. Nada de esto debería silenciarse, por lo que, desde nuestra modesta tribuna, queremos denunciarlo como otra de las grandes iniquidades de nuestra época. Lamentablemente, las persecuciones contra la Cristiandad no son solo cosa del pasado. En lugares como Siria, Nigeria, Sudán, China y tantos otros, proclamar la Fe en Cristo es una heroicidad que puede costar la vida. El fanatismo y la intolerancia pretenden ahogar en la sangre de los mártires la Buena Noticia que nos legó Jesús. Es cierto que en nuestro país vivimos un escenario bien distinto, y que los cristianos gozamos de un entorno cultural y jurídico favorable que, al menos sobre el papel, garan-

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tiza nuestra libertad de culto. Ahora bien, no por ello debemos caer en un exceso de confianza ni en la autocomplacencia, pues se detectan algunas tendencias que suscitan, como mínimo, una razonable inquietud. En las redes sociales, en particular, han encontrado los sectores más virulentamente antirreligiosos un cauce para dar difusión inmediata a sus soflamas contra la Iglesia y contra las tradiciones de fervor popular más acendradas. Paralelamente, ciertos promotores de una presunta “nueva política” (que ni es tan nueva ni es tan solo política), quizá para disimular su falta de propuestas en aras de una verdadera justicia social, nutren sus discursos populistas con un rancio y casposo anticlericalismo más propio de tiempos decimonónicos. Mientras sus arremetidas no pasen de la mera impertinencia verbal hay pocos motivos para la desazón, pero conviene mantenerse alerta, pues ya hay constancia de conatos que han ido mucho más allá de las palabras. ¡Cómo no mencionar, a título de ejemplo, el asalto sacrílego de que fue objeto la capilla de la Universidad Complutense en marzo de 2011, cuyo juicio tuvo lugar en fechas recientes! Nos sentimos en la obligación de recordar a quienes llevaron a cabo tan vandálico acto, así como a quienes lo justifican e incluso lo aplauden, que un amplio número de universidades públicas de Alemania cuentan con templos católicos en lugares de privilegio dentro de sus campus, sin que eso suscite el más mínimo rechazo entre los ciudadanos con otras creencias ni suponga una merma para la laicidad del estado. ¿Por qué negar para España un modelo análogo de convivencia y tolerancia? Ante este tipo de ataques, los cristianos debemos responder con las armas de que nos dotó Jesucristo, que son la Paz y el Perdón. Eso es lo que nos reclama la Iglesia en el Jubileo de la Misericordia. Bien entendido que ello no va en detrimento de la firmeza en la defensa de nuestras convicciones. Misericordia no es apatía. Por eso, reclamamos también de las autoridades, tanto civiles como eclesiásticas (cada una en el ámbito que le corresponda), un discurso institucional firme que ampare los derechos de los cristianos y exija respeto a nuestro Credo, a nuestras tradiciones y a nuestro acervo cultural. Desde esta Asociación queremos dedicar el esfuerzo que hemos realizado en la consecución del Cuaderno Cofrade de 2016 a todos los cristianos perseguidos, a todos los mártires de estas nuevas persecuciones y a todos los valerosos cofrades y católicos que levantan sus voces ante la injusticia y trabajan día a día por los derechos humanos. Una nueva Semana Santa nace en escasas horas en Baeza, una nueva oportunidad de conmemorar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo; una nueva oportunidad de dar expresión pública de nuestra Fe en un ejercicio responsable de libertad… Deseamos que todos los cofrades asuman esta vivencia en todo su valor y con la coherencia que requiere un momento tan especial como es este Año de la Misericordia en el que nos encontramos. El Equipo de Redacción

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Foto: Isabel y Pedro Fotógrafos

Premios "Ovación de Gala"

La víspera del día de la Inmaculada Concepción de María, es decir, el 5 de diciembre pasado, fue el día escogido por los miembros de nuestra asociación para hacer entrega de los Premios de Semana Santa “Ovación de Gala” que la Tertulia promueve cada año. El Salón del Centenario del Nuevo Casino de Baeza, se vio completamente abarrotado por un público que asistió, como siempre, para disfrutar de una estupenda jornada cofrade, por ello “El Capirote”, quiso expresar su profunda gratitud a todos ellos y a los que han sido protagonistas de esta historia apasionante que cada año sucede por primavera. A los costaleros, a las bandas, a la Agrupación Arciprestal de Cofradías, a los párrocos y capellanes, y a todas las autoridades, instituciones, personas y entidades que hicieron posible una nueva celebración de la Semana Santa en Baeza. Estos galardones, como ya saben nuestros lectores, son elegidos exclusivamente por los socios de nuestra tertulia; en tres modalidades o categorías: “Mejor Desfile Procesional”, “Mejor Escuadra de Costaleros u Horquilleros” y “Mejor Detalle o Acontecimiento de la Semana Santa”. Del resultado final del escrutinio de los votos emitidos por nuestros socios resultaron los siguientes premios: Premio al “Mejor Desfile Procesional en 2015”: Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Rescate y María Santísima de la Trinidad. La hermandad de la mañana del Jueves Santo baezano, se ha convertido, por méritos propios durante los últimos años, en una de las cofradías más notorias de la Semana Santa de Baeza en cuanto al aspecto procesional, y en cuanto a su actividad cofrade se refiere. El trabajo callado, esperanzado y constante de su dinámica Junta de Gobierno, está llevando a esta hermandad a poder definir una personalidad procesional propia, que está calando muy satisfactoriamente en todos los aspectos, no sólo en sus propios hermanos cofrades, sino también, en el gusto general de la ciudadanía, que asiste complacida al cre-

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El impulso que ha supuesto la remodelación del hábito estatutario, impuesto ya en todo su guión procesional, ha demostrado que con trabajo y constancia se puede conseguir cualquier empresa por difícil que parezca. Más aún, cuando desde la propia cofradía se ha trabajado incansablemente y en conciencia para ofrecer ayuda y posibilidades a todos sus hermanos y hermanas, y así poder conseguir con brillantez este gran logro durante los plazos establecidos para llevarlo a cabo, y todo ello, a pesar del gran inconveniente que ha supuesto la tremenda crisis económica. Ahora sí se puede decir que la cofradía se ha convertido estéticamente de manera clara en todo un cortejo riguroso, serio, elegante y sobrio, en el que el gusto por los detalles se pone de manifiesto en toda su máxima expresión durante su magnífica Estación de Penitencia. Fervor, piedra, música, luz y flores se aúnan en un blanco universo trinitario, que es en lo que se convierte Baeza cada mañana de Jueves Santo, cuando salen a la calle, Jesús del Rescate y María Santísima de la Trinidad. Premio a la “Mejor Escuadra de Costaleros” de la Semana Santa de 2015: Costaleros del Paso de Palio de María Santísima de Gracia y Esperanza, de la Cofradía de la Caída. Este galardón, el más disputado cada año de cuantos otorga nuestra Asociación, lo recibe esta excelente cuadrilla, que desde sus inicios se ha caracterizado por tener una manera de andar propia, una personalidad que ha calado hondo en el pueblo de Baeza y un esfuerzo por mejorar día a día, año tras año, para demostrar que los costaleros sobre dos hombros pueden lograr cualquier meta que se propongan.

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Foto: Juan Miguel Salido

cimiento enorme que la penitencial de El Rescate poco a poco está consiguiendo.


Foto: Carlos Arcos

Los costaleros del paso de palio de María Santísima de Gracia y Esperanza, tienen cada año una tarea muy complicada, sobre todo la difícil salida por la puerta del Convento de la Magdalena, ya que les hace cargar con mucho tiento y midiendo cuidadosamente cada movimiento para preservar intacto el precioso exorno de la Virgen a la que tanto quieren. Las “levantás” son siempre vibrantes, y su paso por el nuevo itinerario de la calle Imagen, muy emotivo, como lo es también el paso por las estrecheces de la calle Sacramento al son de las preciosas marchas de la Banda de Música, que no hacen sino poner a prueba aún más su oficio y su maestría costalera. Así pues, felicitamos muy de corazón a este grupo de bravos costaleros y capataces, que cada año nos hacen sentir de manera extraordinaria esas horas tan sublimes en las que pasean la hermosura y el dolor de la Madre de la Gracia y de la Esperanza bajo el palio estrellado, que es el cielo de Baeza la noche del Miércoles Santo. Premio al “Mejor Acontecimiento de la Semana Santa de 2015”: A la Primera Salida penitencial de María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos. El pasado Domingo de Ramos por la tarde-noche, la Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos, de la Cofradía de la Sagrada Oración de Nuestro Señor Jesucristo en el Huerto de los Olivos, nos regalaba uno de los momentos más emocionantes de la Semana Santa, saliendo en procesión de penitencia bajo el arco plateresco de la insigne iglesia parroquial de Santa María del Alcázar y San Andrés, llevada por una cuadrilla de valientes costaleros y a la manera tradicional típica baezana, sobre los dos hombros. Llegó por fin el momento deseado. Las campanas sonaron jubilosas para anunciar que la bella Señora del Rosario salía por fin a la calles de su barrio; tan humilde como humildemente llegó a

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Baeza un día no muy lejano. María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos, obra magnífica de Antonio Parras, fue bendecida el 5 de noviembre de 2011 y los hermanos de la Cofradía del Huerto han hecho un gran esfuerzo para lograr que acompañase a su Hijo tan sólo cuatro años después. Todo un logro conseguir su propia cuadrilla para un paso aún por finiquitar y que se irá completando en años venideros, enseres de acompañamiento, banda de música, etc. Gran gozo para la Hermandad, que hizo que brotaran lágrimas de alegría a la par que saltaran en el pecho nuestros corazones, que no hacían otra cosa sino saludar a la Dulcísima Señora, que a manos llenas nos ofrece un camino cargado de bendiciones. Era de ley por tanto que los socios de “El Capirote” estimasen este acontecimiento vivido como el más importante de la celebración pasionista de este pasado año. Ella, ya es nuestra. Así lo sentimos desde el primer momento que la vimos y así lo proclamamos ahora y por siempre. Porque hemos tenido la dicha de haberla recibido en nuestra casa, en nuestra Baeza, y desde ese momento nos ha robado nuestros corazones penitentes. Terminada la entrega de premios de esta edición, desde “El Capirote” se quiso transmitir como siempre, nuestro más sincero respeto, reconocimiento y admiración a todas nuestras cofradías y hermandades por el enorme esfuerzo realizado durante todo el curso cofrade pasado; la entrega total, amorosa y desmedida de todos sus miembros en el laborioso y constante trabajo desarrollado, y cómo no, a la más ferviente y apasionada dedicación que todos y cada uno de los baezanos sin excepción, cada uno desde sus respectivos puestos, han ido aportando generosamente, para así, poder celebrar esta Semana de Pasión, esta Semana Grande, como así la consideramos todos los cristianos de nuestra querida Baeza.

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Foto: Isabel y Pedro Fotóghrafos

El Capirote


Foto: Juan Miguel Salido

El Artículo

LA REPRESENTACIÓN HERÁLDICA DE LA CIUDAD DE BAEZA: UNA CORRUPCIÓN INADVERTIDA

A D. Diego Orzáez Fernández –maestro de “baezanía”– in memoriam Sin su aliento y sus aportaciones no habría sido posible este artículo. Amable lector o lectora, ¿podría decirme cómo es el escudo de Baeza? Si está leyendo este artículo, no me cabe duda de que ni siquiera necesita mirar las fotos que lo acompañan1 para estar seguro o segura de que la descripción que tiene en mente es la correcta. Sin embargo, le pido que se tome un momento para comprobar todos los detalles del escudo, para cerciorarse de la exactitud de su conocimiento. ¿Es realmente todo –y repito, todo– como Vd. lo pinta en su mente? Si es así, lo o la felicito muy sinceramente, porque la representación heráldica de la ciudad de Baeza ha sufrido un proceso de transformación a lo largo del tiempo que ha dado lugar a una sucesión de formatos distintos; de los cuales el más reciente, y el que prevalece en la actualidad creemos que ha corrompido seriamente el mensaje originalmente cifrado en nuestra heráldica; un mensaje con el que la ciudad de Baeza no sólo se ha identificado, sino que ha utilizado para identificarse durante los últimos setecientos años. He aquí, pues, los distintos formatos por los que ha pasado nuestra heráldica municipal en sus representaciones monumentales2:

Antonio J. García Cruz no sólo es autor de las magníficas fotografías que acompañan este artículo, sino que con su incansable investigación de cuantos datos ofrece la Red sobre nuestro tema, es quien verdaderamente ha hecho posible la realización de este artículo. 2 Nos limitamos al estudio de éstas dado que son las de más fácil acceso. No obstante, las representaciones muebles o impresas que conocemos no desmienten en ningún punto las descripciones y el análisis que ofrecemos en este texto. En cualquier caso, en los próximos meses –D.m.– esperamos poder ofrecer a nuestros lectores un estudio detallado de la representación monumental de nuestra heráldica municipal en un blog en línea que en este momento se encuentra en proceso de ejecución. 1

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1. Encontramos el más antiguo (y el que acumula un mayor número de ejemplares) en la torre de la catedral (1395). El mismo despliega la cruz patriarcal entre ambas torres del alcázar, mientras muestra una gran cruz de S. Andrés a modo de timbre, es decir, en el exterior del escudo descansando sobre el jefe del mismo. 2. El segundo formato, parece tener su primera ejecución en la Fuente de Santa María (1564). En el mismo la cruz de S. Andrés se introduce por primera vez dentro del escudo. Dicha cruz, todavía a gran tamaño, viene a ocupar todo el campo de aquel en posición acolada al conjunto de sus otros muebles. 3. Un tercer formato, que solo encontramos en la Fuente del Moro (1882), arranca la cruz de S. Andrés de la posición anterior para ubicarla, aún a gran tamaño –pues cubre el ancho completo de la representación– y dentro del campo de la misma, surmontando al resto de los muebles. 4. Y el formato final, aparecido en la Fuente del Arca del Agua (1883). Es este el que indiscutiblemente ha acabado imponiéndose hoy día (al menos desde los años ochenta del s. XX) tras un tiempo de compartir protagonismo con una variante del referido en tercer lugar3. En él, se consagra la reducción de la cruz de S. Andrés a un tamaño menor, apropiado para ser colocada entre las dos torres del Alcázar, justo sobre la puerta del mismo, en la posición de la cruz que –en solitario– siempre había ocupado ese espacio, es decir, la cruz patriarcal. Establecidos los cuatro formatos y su cronología, queda patente la transformación que ha sufrido nuestra heráldica. En cualquier caso, de la anterior secuenciación interesa sobre todo destacar cómo los tres primeros formatos aún mantienen una clara distinción entre, por una parte, En ella la cruz de S. Andrés reduce su anchura, y aunque continúa surmontando las torres del Alcázar, adquiere un tamaño que casi posibilitaría su encaje entre las mismas.

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Foto: Juan Miguel Salido

un símbolo complejo –la cruz patriarcal, entre las dos torres, surmontando la puerta del Alcázar– y, por otra parte, un símbolo simple –la cruz de S. Andrés– que, aún en distintas posiciones, se presenta siempre ajena al referido símbolo complejo. Sólo el formato final borra tal distinción y amalgama ambos símbolos (complejo y simple). Llegados a este punto hemos de hacernos la siguiente pregunta: ¿tiene esto alguna importancia? En nuestra opinión la respuesta es “sí, y mucha”. Se trata de dos símbolos que sin confundirse interactúan para contar una leyenda; de modo que su amalgama o mera acumulación viene a corromper no sólo la representación de la leyenda, cuya transmisión pretendía llevar a cabo nuestra heráldica, sino del mensaje que la misma encerraba; un mensaje que representaba en sí mismo la identidad colectiva que la élite medieval deseaba para representar a la ciudad ante sus ciudadanos y ante el mundo. ¿Pero cuál es esa leyenda cuya representación gráfica constituye la heráldica de la ciudad de Baeza? Empecemos por dar un pequeño contexto histórico que ayude a entenderla. En 1226 el Alcázar de Baeza (que no la ciudad) había sido temporalmente entregado a las tropas de Fernando III de Castilla por Al-Bayyasi –emir de Baeza– con quien el rey castellano colaboraba en la pugna que aquel mantenía contra el califato almohade. A la muerte de Al-Bayyasi, la consiguiente reacción califal dio lugar a un ataque sobre las tropas castellanas que aseguraban el Alcázar. Las mismas repelieron el ataque y consolidaron su posición, lo que dio lugar, en primera instancia, a que la población musulmana de la ciudad (desesperando de recibir nueva ayuda para hacerse con el Alcázar) la abandonara y, en segundo término, a que –definitivamente en 1227– se iniciara la repoblación cristiana de Baeza.

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Llegados a este punto volvamos nuestra atención hasta la cruz luminosa que flotaba sobre el Alcázar. Con total unanimidad –en todas las versiones de nuestra heráldica– la cruz presente entre ambas torres del Alcázar no es la cruz latina (aquella en la que murió Jesucristo), es decir, el símbolo que mejor pudiera asociarse al Dios cristiano, sino la cruz patriarcal o también llamada arzobispal, o sea, la de doble travesaño. ¿Por qué? ¿Tiene esto algún significado? Las interpretaciones ofrecidas al respecto por los tratadistas de Época Moderna ni coinciden ni son en absoluto concluyentes: Gonzalo Argote de Molina6 la identifica con la insignia del Espíritu Santo, mientras para Ximena Jurado7 se trataría de la cruz que el arzobispo toledano don Rodrigo Ximénez de Rada llevó a la Batalla de las Navas de Tolosa (1212). A la vista de esta última interpretación nosotros nos preguntamos: ¿por qué habría de favorecer nuestra heráldica, sin razón específica alguna, la cruz arzobispal de Ximénez de Rada por encima de la propia cruz de Cristo? Y en cuanto a la atribución a la cruz patriarcal de una supuesta representación del Espíritu Santo8, ciertamente no conocemos otros recursos paralelos a tal simbolismo en el mundo de la heráldica. Por nuestra parte, y coincidiendo con la interpretación dada por D. José P. Cruz Cabrera9, creemos que la presencia de la cruz patriarcal en la heráldica baezana encuentra su explicación en otra leyenda; una leyenda que habría acontecido 80 años antes, es decir, en 1147. Es en este año cuando Alfonso VII de León (El Emperador) conquista Baeza, ven4 González González, Julio (2006). Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto Jerónimo Zurita, ed. Las conquistas de Fernando III en Andalucía. Edición Facsímil. Valladolid: Editorial Maxtor. ISBN 84-9761-277-9 5 A pesar del contenido de la leyenda parece que en aquella ocasión las tropas califales no convirtieron su ataque al Alcázar en un auténtico asedio (aun dominando el resto de la ciudad) ya que se temían la llegada de refuerzos cristianos. 6 V. Nobleza de Andalucía (1588) 7 V. Antigüedades del Reino de Jaén (1639) 8 Una interpretación que incluso ha llegado a ciertas guías con las que se quiere divulgar el conocimiento de nuestra ciudad. 9 Cruz Cabrera, José P.: Patrimonio arquitectónico y urbano en Baeza (S. XVI-XVIII), aristocracia urbana y conmemoración pública, Universidad de Granada – Asociación Cultural Baezana (Arte y Arqueología, 46), Granada 199

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Foto: Pilar Almonacid

Ésta sería, sumariamente, la secuencia de hechos que establece la historia académica4. Por su parte, la heráldica baezana se limita a representar tan solo una leyenda puntual encajada dentro de esta secuencia de hechos; sin embargo, y a pesar de su origen legendario, la misma está preñada de un potentísimo significado político-religioso. Y es que según esa leyenda, durante una noche del asedio al Alcázar5, los castellanos –considerando ya inútil toda resistencia– abandonaron secretamente la fortaleza en un intento por alcanzar la seguridad de su propia retaguardia. En su huida, y al llegar al cerro de La Asomada, dirigieron la vista por última vez sobre la ciudad. Para su sorpresa, sobre el Alcázar de la misma vieron flotar una resplandeciente cruz. Ante la magnitud del signo que estaban contemplando, aquellos soldados no dudaron un instante que realmente era voluntad de Dios que ellos, y no su enemigo infiel, fueran quienes habrían de guardar finalmente aquel Alcázar. La cruz fue pues, la “llave” –de ahí que aparezcan representadas dos llaves sobre la puerta del Alcázar– que aseguró la posesión de la ciudad para quienes pasaron a definirla –y a definirse a sí mismos– mediante aquella leyenda; cuyos hechos, según la misma, habrían sucedido el día 30 de noviembre: día del martirio de S. Andrés apóstol.


ciendo así la resistencia que la ciudad oponía al avance de sus tropas que marchaban a la conquista de Almería. Siempre según la leyenda, tal hazaña tuvo lugar el día de Santiago apóstol (25 de julio), merced a la aparición milagrosa de S. Isidoro de Sevilla; el cual animó al rey a no desistir del cerco que había puesto a la ciudad. Este es, por cierto, el origen legendario del Pendón de Baeza y de su cofradía, y este es (en nuestra opinión) el origen del uso de la cruz patriarcal o arzobispal en nuestra heráldica: representaría a S. Isidoro, arzobispo de Sevilla, a quien mediante este símbolo meramente visual nuestra heráldica presentaría, de nuevo 80 años después, como el constante y decisivo intercesor ante Dios para que la ciudad de Baeza pasara definitivamente a manos cristianas, lo que equivale a decir aquí, castellanas. Otros hechos vienen, además, a reforzar nuestra hipótesis: en 1147 la catedral baezana fue puesta bajo su advocación y la propia ciudad tomó al santo visigodo como su primer patrón. ¿Pero por qué se presenta a san Isidoro de Sevilla, una y otra vez, como el decisivo intercesor ante la divinidad en las distintas empresas con las que Castilla y León intenta asegurarse la conquista de la ciudad? Lejos de tratarse de un capricho estamos ante una asociación altamente significativa: en el imaginario medieval (y hasta la actualidad) san Isidoro (c. 556-636) supone la más perfecta encarnación del reino visigodo de Toledo y de sus logros intelectuales y espirituales. El éxito de su intercesión ante Dios constituiría pues una manifestación palpable de que era voluntad divina conceder al reino de Castilla la posibilidad de reintegrar para la cristiandad los territorios que, habiendo estado bajo la autoridad político-espiritual del reino visigodo de Toledo, se hallaban a la altura del s. XIII bajo dominio islámico. No se trataba pues de una guerra injusta, movida por simple ambición humana, sino de lograr la reintegración a la cristiandad de un territorio que –a la vista de los signos sobrenaturales– legítimamente le correspondía: el recurso a la intercesión de san Isidoro supone, pues, la legitimación espiritual y moral de una guerra presentada así como una “reconquista”. Queda claro, pues, o así lo entendemos nosotros, que la heráldica municipal baezana no se limita a representar a la ciudad, sino que constituye, quizá, el primer símbolo plástico en el que aparece representada visualmente toda una ideología justificativa de la conquista del valle del Guadalquivir que Castilla emprendió precisamente con la adquisición de nuestra ciudad. De hecho, la aparición de la heráldica baezana a fines del s. XIII10 viene a coincidir con el periodo en el que se consolida la leyenda hagiográfica isidoriana; la cual tiene otra destacada expresión heráldica coetánea en las armas municipales de la misma ciudad de Sevilla, en las que el propio san Isidoro (junto a su hermano san Leandro) aparece conversando con Fernando III de Castilla. Se trata de un símbolo aún más evidente –aunque heráldicamente menos logrado que el desplegado por las armas de Baeza11– del deseo de promover la ideología reconquistadora tal y como la enunciábamos más arriba. “La impronta más antigua de parte de sus piezas armeras, la hallamos en un sello céreo del año 1282 conservado en el Archivo Histórico Nacional.” (Cf.http://baezafotografiaehistoria.blogspot.ie/2016/01/escudo-de-baeza-y-curiosidades.html) 11 Aunque parece que fue ejecutado materialmente en el tercer cuarto del s. XIV. V. Montaner Frutos, Alberto: El pendón de San Isidoro o de Baeza: sustento legendario y constitución emblemática, Emblemata, 15 (2009), pp. 29-70 (http://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/29/55/03montaner.pdf) 10

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o Foto: Antonio J. GarcĂ­a


A su vez, la consolidación de la leyenda hagiográfica isidoriana a fines del s. XIII –a la que sin duda contribuyeron las mencionadas realizaciones heráldicas– acabó originando, sin duda, la elaboración del pendón de san Isidoro o de Baeza , máxima representación plástica de dicha leyenda que, por su presencia entre las tropas durante la conquista de Andalucía, se convirtió en el símbolo más ampliamente conocido, y en el más poderoso, a la hora de representar la ideología reconquistadora que quiere encarnar y la leyenda en que la misma se sustenta. Establecida, creemos, la capital importancia del papel que juega la cruz patriarcal en las armas de nuestra ciudad, llevemos ahora nuestra atención sobre la cruz de san Andrés. Según lo dicho anteriormente, su presencia en nuestra heráldica vendría a anclar temporalmente el suceso legendario narrado por el escudo. Sin embargo, limitarnos a esta explicación sería no hacer verdadera justicia a su auténtico valor simbólico. Además, dada la falta de unanimidad en las fuentes a la hora de determinar el día exacto en que Baeza pasó definitivamente a manos cristianas12, la presencia unánime de la cruz de san Andrés en todas las versiones de nuestra heráldica ha de tener, con total seguridad, una importancia simbólica cuyo mensaje en ningún caso debía faltar en nuestro diseño armero. Observemos, en primer lugar, como el formato original de nuestra heráldica ubica esta cruz fuera del escudo; marcando así claramente que la cruz aspada no formó parte, en ningún caso, de la visión narrada en el mismo, sino que simboliza algo externo a ella –como ya sabemos, el día en que la misma tuvo lugar. Pero su valor simbólico no se ciñe a la representación de una fecha: la cruz representa primariamente al santo que sufrió martirio en ella, a san Andrés, y por ende sugiere su intercesión ante Dios para alcanzar de su voluntad la “reconquista” de la ciudad. El hecho de que la misma tuviera lugar el día exacto en que la Iglesia celebra la memoria del santo sería, tan solo, la causa de que tal intercesión se hiciera conocida a ojos de los hombres. ¿Pero a qué se debe que la intercesión de san Andrés fuera destacada con tanto interés; quizá incluso forzando la cronología de los acontecimientos? En nuestra opinión, esto obedece a la confluencia sobre este factor de una multiplicidad de importantes lecturas simbólicas. Por un lado, san Andrés –hermano de san Pedro– es el Protocletos, es decir, el primero de los apóstoles llamados por Jesús, además de ser uno de los primeros mártires de la fe cristiana. Sería difícil, pues, encontrar un intercesor más apropiado para una ciudad que, a su vez, sería la primera del valle del Guadalquivir en pasar a manos cristianas, y que por ello mismo se encontraba llamada al “martirio” en su lucha fronteriza contra un enemigo que lo era, sobre todo, por combatir la fe de sus nuevos moradores. Por otro lado, la intercesión de san Andrés concedía a la “reconquista” de Baeza un patronazgo de dimensión universal, sobrepasando así el de “carácter nacional” con el que dotaba a la empresa la mera intercesión de san Isidoro. De ahí que la gran cruz aspada no solo aparezca fuera del escudo –como razonamos más arriba– sino que lo haga en un plano superior al mismo, estableciendo así una escala ascendente de intercesión que, en última instancia, apunta al cielo, es decir, a Dios, cuya voluntad –para mayor gloria suya

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“El 1 de diciembre de 1226 o el 30 de noviembre de 1227, según fuentes árabes o cristianas.” Cruz Cabrera, José P., opus cit., pp. 109-110 12

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y confirmación de la fe de sus fieles– quedaba cumplida con la realización de los hechos representados en el escudo. Así, llegados a este punto, esperamos haber mostrado con suficiencia no solo la relevancia del significado codificado en cada una de las cruces con las que se construyó el mensaje que transmite nuestra heráldica municipal, sino también lo esencial para tal fin del respeto a las respectivas posiciones de sus cruces en el conjunto. Así pues, de lo dicho hasta aquí será fácil deducir que, para nosotros, el formato más antiguo de nuestra heráldica constituye sin lugar a dudas la realización más perfecta de la misma. Entendemos, no obstante, como aceptables el segundo y el tercero de los formatos monumentales, ya que aun no respetando la posición ideal de ambas cruces, en ningún caso las amalgamas, con lo que, al menos, no contribuyen a la confusión de sus significados. Y es que ambas cruces –en sus respectivas posiciones de los formatos dos y tres– se ubican en espacios que les son propios, no invadiendo el de la otra, a la vez que conservan el papel que en verdad les pertenece sin distorsionar, en modo alguno, el sistema de significado construido por el conjunto de los elementos que configuran estas armas. Desgraciadamente, ninguno de estos tres formatos es el usado en la actualidad. Al contrario: hoy en día las reproducciones al uso de nuestra heráldica se basan en el cuarto de los formatos monumentales; y el mismo, al introducir la corona real como timbre de las armas municipales13, desplazó la cruz de san Andrés de su posición original sin acertar, por su parte, a ubicarla en ninguna de las posiciones que más arriba hemos considerado aceptables. En su lugar, presenta una realización, si se quiere estéticamente lógica, que no obstante desbarata todo el simbolismo que –como hemos tratado de explicar– tan ingeniosamente se había expresado en la realización original de nuestra heráldica. Y es que, desgraciadamente, este cuarto formato monumental –tan solo un año después de su primera ejecución– hizo fortuna a través de la versión impresa del mismo aparecida en la obra Noticias y Documentos para la Historia de Baeza de Fernando de Cózar Martínez (1884)14. De aquí fue obviamente copiado por las distintas administraciones municipales de la Restauración Borbónica15, y aunque casi desapareció bajo el Franquismo16, ha sido lamentablemente recuperado –ya en exclusividad– a partir de los años ochenta del s. XX. Llegados a este punto, convendría precisar, que con este artículo no pretendemos responsabilizar a nadie de ningún error. No abundan los estudios heráldicos o iconológicos al alcance del gran público, y tampoco conocemos ningún intento anterior de desentrañar con cierta hondura el simbolismo de nuestras armas municipales. Es de entender pues, que quienes han decidido el formato actual de nuestra heráldica ciudadana se hayan guiado por criterios estéticos que desgraciadamente –y como hemos tratado de demostrar– no han hecho ningún favor a un símbolo medieval cuyo significado profundo permanecía desUn añadido que solo se generaliza en la armería municipal bien entrado el s. XIX. Reeditada en 2006 por la Editorial Universidad de Granada con un estudio preliminar de Da. Mª Antonia Carmona Ruiz 15 Véanse sus ejecuciones en el actual cementerio municipal o en la placa dedicada a D. Julio Burell en el I.E.S. Santísima Trinidad. 16 Probablemente debido al pequeño estudio titulado El escudo de la ciudad de Baeza que D. José Molina Hipólito publicó en la revista Baeza (núm. 8, año II, invierno de 1956). 13 14

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Foto: Isabel y Pedro Fotógrafos

conocido a ojos de artistas y administradores contemporáneos. Esperamos, sin embargo, que a partir de este momento lo aquí manifestado sea tomado en cuenta para rectificar – por quien tiene la autoridad y los recursos para ello– lo que consideramos una lamentable corrupción del patrimonio heráldico de la ciudad de Baeza17. Un patrimonio que se originó precisamente en un momento histórico –el s. XIII– en el que Baeza, quizá como nunca antes ni después, se encontraba inserta en el corazón de la más destaca actualidad política a nivel de todo el reino. Y así creemos que, en aquel contexto, las élites de la sociedad castellana quisieron, con el diseño de nuestra heráldica y la leyenda que encarna, no sólo identificar a nuestra ciudad, sino también contribuir a través de su representación heráldica a definir y publicitar el principal proyecto político-religioso que en aquel momento tenía ante sí el reino de Castilla, y en el cual Baeza acababa de integrarse. Un proyecto reconquistador que, a través de la propia Baeza, el reino de Castilla había empezado a llevar a cabo en ese juego político-religioso-militar que, adquirida nuestra ciudad, se había abierto ante ella en el valle del Guadalquivir. La importancia, pues, de nuestra heráldica como uno de los símbolos del proyecto político-religioso representado por la Reconquista castellano-leonesa es algo que esperamos haya quedado claro a través de estas líneas. Con ellas, hemos querido recalcar la necesidad de conocer esta manifestación heráldica en su integridad, para que el mensaje que encierra, y cuya importancia desborda –o así lo creemos nosotros– la mera representación de nuestra ciudad, deje de estar corrompido por el formato erróneo que ha acabado adquiriendo en nuestros días. Nota Cofrade Finalmente, y dada la naturaleza cofrade de esta publicación, no queremos terminar sin hacer un llamamiento al uso apropiado de la heráldica municipal por parte de nuestras hermandades. Y es que las armas de la ciudad representan a esta corporativamente, y por eso no son apropiadas para simbolizar a colectivos que por su naturaleza o función no se identifiquen plenamente con el ámbito municipal. Por esta razón, sólo las corporaciones patronales o las que en una localidad son filiales en exclusiva de una hermandad matriz, tienen derecho al uso distintivo de las armas de su municipio dentro de la heráldica que las identifica18. Las demás hermandades, en tanto que en ningún caso ostentan un estatus de exclusividad dentro de su municipio, sino que dentro del mismo comparten su estatus con otras corporaciones en pie de igualdad, deben abstenerse del uso de unas armas que sólo al municipio en su conjunto representan. José F. Garrido Lemus (Dublín, marzo de 2016) El día 4 de marzo de 2016 se accedió por última vez a las webs citadas en este artículo. Lo dicho en este párrafo tampoco implica posicionamiento alguno por nuestra parte ante el reciente diseño de un Identificativo Visual (y de un Identificativo Turístico/Exterior) realizado bajo el auspicio de la administración municipal baezana. Dichos logotipos no dejan de ser un intento lógico por adaptar la representación simbólico-visual de la ciudad a la mentalidad y a los usos y medios contemporáneos. 18 Mención aparte merecen las imágenes que por la devoción que suscitan dentro de una localidad han sido distinguidas con la medalla de su ciudad. En este caso, las armas de la misma sí pueden utilizarse en el trono o paso de la imagen en cuestión, del mismo modo que en cualquier insignia confeccionada al efecto de conmemorar tal distinción. 17

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Foto: Manuel Higueras

La Poesía de la Pasión por Juan Cruz Cruz

LA PASIÓN DE CRISTO: MISERICORDIA, NO JUSTICIA ¿Te duele? Me preguntaba el médico, mientras me palpaba el cerco de una herida. Como yo no decía nada, insistió: “Del 1 al 10, ¿te duele?” A modo de respuesta musité: siete. Con eso quedaba, a mi parecer, evaluado el grado de mi dolencia. Al contemplar la Pasión de Jesús, no hay otro modo de evaluarla que a través de una escala no numérica que va de menor a mayor, de la justicia a la misericordia. ¿Dios obra con nosotros por justicia o por misericordia? Si lo hiciera por justicia, ya habríamos desaparecido de la tierra. En el siglo XVII, autores literarios y filósofos morales hablan de la “misericordia”, procurando definirla frente a la justicia. Dar a cada uno de lo mío es propio de la misericordia, pero “dar a cada uno lo que es suyo” es propio de la justicia. Pero Dios no nos debe nada. Si lo que doy por misericordia no es algo debido a otro, o sea, si es don gratuito, responde a un acto que previamente es amor, pues desea un bien para otro. Pero la misericordia es algo más que amor: pues nos lanza a vencer la desdicha o miseria de los demás, dando un auxilio. La misericordia otorga un don que no tiene en cuenta un aspecto particular, sino nuestra condición humana, limitada e impotente, desplegada en un mundo donde cabe el horror de la guerra, de la pobreza, de la enfermedad incurable, de la traición, del sufrimiento infantil, del aplastamiento por el poder: el mal físico y el mal moral. Ahora bien, la misericordia es compasión de la desdicha y miseria ajena, pues nos entristece el mal que nos afecta a nosotros mismos: sufrimos por la desdicha ajena en cuanto la consideramos como nuestra. El otro que sufre su miseria es de los nuestros, es nuestro semejante, es como yo.

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Decía Aristóteles -un pagano- que la misericordia llega a su extremo remediando los males que el otro sufre sin merecerlo.Pero un cristiano sabe, además,que la mayoría de los

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Durante el Siglo de Oro era frecuente leer que la misericordia es una “justicia primera”, y que la justicia es una “misericordia segunda”: en el fondo la misericordia no anula la justicia, la rebasa. Así lo expresaba mi admirado Alonso de Bonilla en unos emocionantes versos sobre la misericordia y la justicia: Hombre, si por tu malicia padeces hambre y discordia, vete a la misericordia: que hay más pan que por justicia… Que aunque de Adán la malicia dio hambre por su discordia, de Dios la misericordia da más pan que por justicia.

Foto: Juan Miguel Salido

males que nos afligen son merecidos efectos de nuestra ambición,de nuestras traiciones, de nuestros odios. Y a esos efectos se ha dirigido Cristo en su Pasión: para perdonarlos, para purificarlos, para llenar al mundo de gracia, si el hombre libremente quiere.

Es tierra de maldición la del mundano placer, pues no hay un pan que comer en esa jurisdicción. Que no es manjar de codicia el tener con Dios discordia: vete a la misericordia que hay más pan que por justicia. Si bien lo pensamos, sólo Dios puede ser misericordioso: “Porque querer y poder remediar todas las miserias y privaciones, tanto comunes como particulares -dice un autor castellano- sólo puede hacerlo un sujeto que está libre totalmente de males y desgracias, lo cual únicamente puede convenir a la inaccesible majestad de Dios. Por esta causa también su efecto es el más excelente de todos, que consiste en aliviar y remediar totalmente, sin obligación de su parte, las necesidades de los demás”. Se dice con frecuencia que nuestro mundo es tan imperfecto que por él campean el mal físico y moral, la enfermedad incurable, la muerte inevitable, la guerra exterminadora, el sufrimiento de los inocentes, el poder que aplasta a individuos y pueblos. Pero hay una actitud en la que el hombre defiende ahí la dignidad de Dios, la intención profunda del creador que quiere que el mundo se perfeccione a través del hombre: hace que el corazón humano se parezca al divino y lo pone al servicio de los demás. Es la actitud de la misericordia humana, en la que Dios baja continuamente al mundo en la forma de un gesto humano donante. Nuestra misericordia es embajadora directa de Dios, aunque un pálido reflejo suyo. Sin esa misericordia, ni siquiera la justicia respondería a las intenciones divinas.

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Así se entiende que Don Quijote dijera muy convencido a Sancho: “Al culpado que cayere debajo de tu jurisdicción considérale hombre miserable, sujeto a las condiciones de la depravada naturaleza nuestra, y en todo cuanto fuere de tu parte, sin hacer agravio a la contraria, muéstratele piadoso y clemente, porque aunque los atributos de Dios todos son iguales, más resplandece y campea a nuestro ver el de la misericordia que el de la justicia (Quijote, II, 42). Y en otra parte le advierte: “Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia (Quijote II, 42). Y remata su vibrante filosofía con este certero pensamiento: “La misericordia se ríe de la justicia” (Quijote, I, 22). Porque en el fondo, la justicia de Dios es la misericordia. En el momento de su Pasión, Jesús entra en la cárcel de nuestra condición miserable y nos libera por las buenas, a todos los que cumplimos justa condena. ¿No está loco? Sí, ¡loco de amor! Y no tolera que se mantengan como esclavos encadenados aquellos que fueron hechos libres, a su imagen divina.

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Foto: Francisco J. Salido

Juan Cruz Cruz Profesor Honorario de la Universidad de Navarra


Foto: Javier Ruiz Olivera

La Semana Santa en la red por Manuel Dionisio Lozano Guerra LA PASIÓN Para este año 2016 y para nuestra sección de la Semana Santa en la Red, he solicitado, o mejor dicho he comprometido, a un grupo de cofrades que durante todo el año aman, viven y disfrutan con toda la vida que hay en las hermandades para dar paso a emocionarse en esos días deseados por todos, por esa semana que no son sólo siete días, son los Siete Días Santos. Ellos son María Mena, Manolo Esteban, Nacho Sánchez y como Diputado Mayor Víctor García-Rayo, o lo que es lo mismo, los miembros de La Pasión. La Pasión no es para nada desconocida para nosotros, los cofrades baezanos, y aún a riesgo de equivocarme diría que en el mundo cofrade nacional, pues es muy fácil comprobar, a través de las redes sociales, que es un programa -si bien de información local- seguido en cualquier rincón de nuestra España Cofrade. Esta una conjunción de programa TV y RRSS a la vez que hace lo hace dinámico, con una interactividad que permite la conjunción, de estar siempre informando de lo que está aconteciendo casi en esos mismos momentos, de grandes reportajes, de los conciertos que se pueden disfrutar, de esa tertulia “La Papeleta”… en definitiva este espacio nos da idea de la gran calidad cofrade y personal que tienen sus miembros. Para el que no los conozca os dejo aquí los enlaces en las RRSS en las que aparecen: elcorreoweb.es/elcorreotv https://www.facebook.com/LaPasionCTV/ @LaPasionCTV

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Antes de dar paso a nuestros amigos, quiero agradecer desde estas líneas al equipo de La Pasión que nos hayan dedicado unos minutos para realizar esta entrevista para todos

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nosotros, los cofrades baezanos, ya que unos minutos en estos momentos para ellos significa un parón en sus preparativos del programa televisivo. ¡Con permiso! Amigo Víctor: ya hemos bajado la luz de nuestras habitaciones, hemos encendido nuestro incensario y nos quedamos junto a vosotros, hoy pegados a estas hojas de nuestro cuaderno, nosotros nos entendemos. Y por supuesto junto a vosotros La Pasión no acaba. - En primer lugar y a modo de presentación para los cofrades baezanos, me gustaría que vosotros mismos os presentéis ante ellos y nos digáis que es La Pasión. La Pasión es el programa cofrade de televisión que dirige Víctor García-Rayo en El Correo de Andalucía Televisión, fruto de diecisiete años de trabajo. Es además una familia y una manera de entender los latidos del corazón de la ciudad de Sevilla. Una vez hecha la presentación, quiero indicar al lector que La Pasión es algo más que una sección dedicada a la Semana Santa de Sevilla del periódico el Correo de Andalucía, fundado en 1899 por el beato Marcelo Spínola. Dicho esto me gustaría tener con vosotros una pequeña conversación sobre vuestro trabajo, devociones. - ¿Cómo se os ocurrió la idea de realizar la web? ¿En lugar de web hablamos mejor de un servicio de información cofrade integral? Pues lo que engloba a La Pasión es algo más que una web, estáis en las redes sociales, canal de tv y en YouTube e incluso una publicación que el periódico imprime, MasPasión7. No es exactamente así. La Pasión es un programa de televisión que alojamos en la web del periódico una vez realizado. La web del periódico está consolidada desde hace años. Ya era una realidad cuando el equipo de La Pasión llegó a la casa. En las redes sociales funcionamos desde hace dos años y participamos en la revista desde nuestra llegada a este proyecto.

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- La Pasión no acaba, el lema del programa es algo más que un simple lema es una declaración de intenciones por lo que supongo que el Lunes de Pascua es cuando da comienzo la Semana Santa. Claro. Siempre he mantenido que todas las cosas en la vida son limitadas, que un día termina. Pero hay algo en nuestro cielo, en nuestra forma de ser y sentir que jamás perece. Se llama pasión. Y esa pasión, es verdad, no acaba. Además vivo el amor a la Semana santa con tanta intensidad que, como bien dices, mi pasión por ella no acaba, no puede limitarse en el calendario. - ¿Os queda algo aún por hacer a nivel de la comunicación cofrade? Mucho. Cada día sueñas algo, aprendes algo, sientes la necesidad de aportar algo. - En Baeza comenzó a llegar dicho periódico a raíz de los diferentes coleccionables que por esta época lanzaba al público y que es fácil de encontrar en las bibliotecas y en las paredes de los cofrades. De esa ilusión por abrir todo lo que rodea a la Semana Pasionista al resto de Andalucía qué es lo que queda, y lo que ha desaparecido a qué se ha debido. Queda todo. El Correo, en todos sus medios, sigue apostando muy fuerte por la Semana Santa. Los tiempos cambian y hoy es muy complicado que la sociedad te pida algún producto en papel. - ¿La dedicación a la actualización de los contenidos, suponemos, es sacada del tiempo de ocio o el dedicado a la familia? Siempre. Pero si llevas la profesión y la responsabilidad en las venas tampoco puedes hacer otra cosa. - Como asiduo visitante de vuestros medios cofrades, he observado que es una página muy trabajada, completa con gran cantidad de contenidos, entrevistas y sobre todo actualidad ¿Se le podría añadir algo más, dar una vuelta más de tuerca?

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Seguramente. La verdad es que participan muchos compañeros en la misma pero también estamos dedicados a otras actividades. Algo iremos innovando, seguro. - Hablemos de la financiación de la página; subvenciones, ayudas… ¿o no hay más cera, en este caso nunca mejor dicho, que la que arde? Cierto. Nuestro departamento comercial de El Correo hace todo lo que puede, que es mucho, pero al final es muy difícil financiar cualquier proyecto. - Podemos observar que todo gira alrededor de la red, hablemos un poco de la red. Las corporaciones poco a poco van integrando sus servicios dentro de la misma e incluso ya es frecuente que la solicitud de la papeleta de sitio se pueda realizar por este medio. Sobre el uso y provecho de Internet para las cofradías nos podéis indicar si hay más ventajas que inconvenientes y si se le podría sacar más provecho a la misma. Hay siempre más ventajas en el uso de la red y las tecnologías. Es evidente que el mal uso puede ser negativo pero la red empieza a ser el medio más idóneo para transmitir todo - Volviendo un poco al programa semanal, el cual posee secciones fijas de información, debate y entrevistas ¿Cuándo comenzáis a configurar el programa, al terminar el anterior programa o dejáis unos días? Trabajamos con una semana, al menos, de antelación si bien me gusta dejar un espacio concreto para la última hora de la actualidad. Aunque es un programa semanal, está muy pegado a cualquier noticia. La Pasión siempre se hace en directo. - Estamos hablando del mundo cofrade, pero éste está regido por personas ¿Os han puesto muchas zancadillas en el transcurrir por esta “carrera oficial” tanto en la Sevilla cofrade como en la civil?

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Como programa, jamás. Nos sentimos muy queridos. Aunque La Pasión lleva dos años en la parrilla de El Correo es realmente un producto que nace en 1999 y que ha estado en otras dos televisiones anteriores. Se trata de un programa muy asentado en la ciudad, esperado siempre. - Como uno más de vuestros servicios tenéis en elcorreo tv parte en la programación, es fácil ver a lo largo del día retransmisiones de la pasada Semana Santa, pero los martes realizáis vuestro programa ¿Los cofrades baezanos podemos ver este programa en directo o en diferido? El programa se emite los martes en directo y se ofrece de manera simultánea en www.elcorreoweb. es Ahora en cuaresma se emiten dos ediciones. La segunda se ofrece los jueves. Por tanto, los martes y los jueves puedes verlos tanto en la televisión si estás en Sevilla como en la web si estás fuera. - El año pasado pudimos disfrutar de vuestras retransmisiones del paso de las corporaciones por varios puntos de interés. Este despliegue tanto material como humano es de suponer que supuso un esfuerzo pero también un antes y un después para vosotros, hablando personalmente, como para la empresa ¿Pero cómo fue esa experiencia de ser la voz de la fe para todos? Muy gratificante. Ser la referencia es una responsabilidad muy notable. Es un gasto económico de gran dimensión pero también una obligación. Sevilla espera la apuesta de El Correo cada cuaresma. - Hablando de retransmisiones, también hemos podido disfrutar de procesiones no penitenciales, como de la Procesión de S.D.M. el Jueves que más reluce el sol, o las salidas de las HH rocieras e incluso alguna de la provincia como la Asunción de Cantillana, quizás me olvide alguna pido disculpas. ¿Tenéis previsto ampliar estas retransmisiones? Sí. Estas retransmisiones se han convertido en un referente para la televisión. Muchas localidades y no pocas hermandades de la ciudad han puesto su confianza en nuestros profesionales para transmitir sus salidas extraordinarias o eventos anuales. Hemos creado un departamento sólo para ellos. ¿Sentís el carácter distinto, propio de las Glorias y Sacramentales? Lo sentimos, pero la apuesta televisiva por ellas es un universo aun por descubrir. - ¿Cuándo esta Semana Santa los cofrades nos conectemos a vuestros medios, qué vamos a poder disfrutar? ¿Para este 2016 habrá novedades? Además de lo que ofrecimos la pasada Semana Santa, este año incorporamos como novedad la utilización de un sistema CABLECAM que dará mucho que hablar. Además ofrecemos en directo la cuesta del Bacalao. Va a ser un año muy especial. - ¿Creéis que con las distintas plantas que habéis ido construyendo, habéis logrado construir “la Casa de Hermandad en internet” donde todos tenemos cabida? Puede ser, pero creemos que estamos en los cimientos. Poco a poco vamos creciendo. - A la hora de dedicar contenidos obviamente la capital tiene un mayor peso. ¿Pero la provincia sevillana consideráis qué queda ampliamente representada en la parrilla informativa? No todavía no. Miramos a la provincia pero queda mucho terreno aún por recorrer en ese aspecto.

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¿Os habéis planteado tratar de vez en cuando algún monográfico sobre otros puntos de nuestra geografía? Alguna vez sí, pero nunca llegó a buen puerto. Es una materia pendiente. - ¿Para la Semana Santa os habéis planteado crear un Cartel anunciador de la Semana Santa? [De ser así, como se produce el proceso de elección. Si os interesa nos podéis enviar en archivo el cartel para acompañar a la entrevista en el Cuaderno Cofrade.] No nos hemos planteado un cartel de la Pasión para la Semana Santa, pero terminaremos haciéndolo. Este año por vez primera hacemos una Gala La Pasión en FIBES (Palacio de Exposiciones y Congresos) con una cabida para 1.400 personas. - No quiero olvidarme de vuestro canal en YouTube, es asombroso el ver las reproducciones de vuestras emisiones del programa o de las retransmisiones de las cofradías ¿Os esperabais esta respuesta del mundo cofrade? Estamos contentos, pero YouTube no es prioritario para nosotros. Nos alegra mucho que haya muchas personas que vean La Pasión a través de nuestras subidas a la red. - En cuanto a la aportación de los cofrades a la divulgación de todos los cultos, eventos, conciertos, Estaciones Penitenciales,... que se desarrollan por toda nuestra geografía, ¿piensas que se le da la mayor divulgación posible o en esta faceta se infravalora la aportación que se puede prestar? En nuestro caso hacemos un esfuerzo importante, pero la cantidad de información es demasiado amplia. - Sevilla en Semana Santa, no necesita más comentarios ni más detalles para darla a conocer; pero a los cofrades baezanos nos gustaría que nos indiquéis ese detalle, ese pellizco que la hace especial para vosotros. Llevas razón, siempre digo que la Semana Santa de Sevilla se cuenta sola. No hay un detalle que la haga especial. Es especial en sí misma. Solo tienes que acercarte…y dejar que te hable el corazón. - Un tema que ha sobrepasado de la propia Sevilla es el tema de La Madrugada, La Madrugá, y toda la problemática con los horarios, itinerarios, cruces, parones… ¿Ha sobrepasado el propio entendimiento? Sí, ha sido todo un exceso. ¿Creéis que se han olvidado por momentos el motivo principal de las Estaciones Penitenciales? Seguramente. Cada Hermandad ha pensado en lo que creía que era lo mejor para sus hermanos y el debate se ha quedado en minutos y recorridos. ¿Han sido egoístas las corporaciones? Ha faltado desde el principio un mayor espíritu de renuncia. - Da la sensación que ese día es el único conflictivo de toda la Semana Santa ¿Pero no creéis que ese mismo problema lo hay en otras jornadas y qué quizás por tratarse del día y cofradías que la componen, las llamadas “mediáticas”, se ha disparado la incertidumbre?

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No es que sean mediáticas. La madrugá es la noche más importante de Sevilla. Pero es cierto que hay días, como el Martes Santo por ejemplo, que necesitan una solución urgente. - La Semana Santa de Baeza la componen veintiuna cofradías. No sabemos si tenéis conocimiento de la misma o es una gran desconocida para vosotros, de ser así os invitamos a que acudáis a Baeza en cualquier época del año y os enseñamos las mismas. Pero en caso de que la conozcáis, qué destacarías de lo que conocéis de la Semana Santa de nuestra ciudad. Muchas gracias. No la conocemos. Apenas algunas fotografías y vídeos por internet. Pero estamos abiertos a explorar los caminos que sean necesarios para crecer como cofrades. - Personalmente, sabemos que pertenecéis a algunas Hermandades pero nos gustaría que nos indicaseis a cuales y cómo llegasteis a ellas. Manolo Esteban es de La Paz, Nacho Sánchez del Baratillo y del Gran Poder y María Mena de la Resurrección. Yo soy hermano del Baratillo y de la Esperanza de Triana. - Y en ellas estáis comprometidos en juntas de gobierno o grupos internos o simplemente realizáis la Estación de Penitencia. Hay de todo. Manolo es costalero en La Paz y músico de Las Cigarreras el resto de la Semana Santa. Nacho es nazareno y acólito y María también viste la túnica de su Hermandad. En cuanto a mi hace años que mi trabajo en la retransmisión en directo no me permite salir de nazareno. - Amigo, Víctor has ocupado el atril para pregonar Las Glorias en el año2010, en 2015 a las HH de Triana, además de los taurinos (tú otra gran pasión) pero y el atril del Maestranza, últimamente suena tu nombre entre los finalistas.

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¿Sueñas con verte con el chaqué en el escenario? No lo sueño, no. Cuando me preguntan estas cosas me pongo muy nervioso. Me veo en ese enredo con más edad, más viejo, no ahora. ¿Corbata azul caridad o verde esperanza? (Risas) Fíjate que ambas estarían cerca del corazón. Sería seguro lo que diga el fiscal de mi casa, que es mi mujer, claro. Y ya para finalizar, y no entretenerte más de la cuenta, un par de cuestiones que os dejamos abiertas. - ¿Cual es el futuro próximo de La Pasión, evolucionará a una nueva versión o permanecerá tal cual? Es un programa que tiene muchos años pero está obligado a seguir creciendo. No debe permanecer igual, sino atender a los cofrades y a los tiempos. No cambiará su espíritu, pero hay que evolucionar siempre. A modo de despedida, os cedo este apartado para que añadáis cualquier detalle, información que se me haya pasado y que deberíamos saber … Y POR SUPUESTO MUCHISIMAS GRACIAS POR ATENDERNOS Muchas gracias por vuestra atención, por el tacto, por esta entrevista que dedicáis a un grupo de cofrades que siente en el alma que La Pasión…no acaba.

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El Pregón del Costalero

por José Juan García de Lara Torres - Pregonero del Costalero de 2015 “VUESTRA SOY, PARA VOS NACÍ, ¿QUÉ MANDÁIS HACER DE MI? Con estas palabras de Santa Teresa de Jesús, recogidas en uno de sus poemas, comenzaba el año pasado el encargo que me hacían mis amigos de la Tertulia Cofrade El Capirote, para pronunciar el XXII Pregón del Costalero, a los que una vez más y aprovechando este medio, quiero volver a dar las gracias por honrarme con tal privilegio. Porque, créanme, para una persona de Baeza, amante de su ciudad, de sus tradiciones y de manera especial de su Semana Santa, el ser designado para pregonar sobre uno de los múltiples aspectos que la componen, como es el caso del mundo del costalero, es todo un privilegio. Y si a eso sumamos mi condición de antiguo costalero, portando durante muchos años a mi Bendita Imagen de la Virgen de las Lágrimas de la Cofradía de la Columna de Baeza, la satisfacción es plena, pues la elaboración de este pregón me hizo revivir y recordar todos aquellos días de ensayos y convivencia, todos aquellos Miércoles Santos, donde los 24 costaleros de su paso de palio, acercábamos, al igual que lo siguen haciendo hoy, a la Madre de Dios a todos los Baezanos. Por ese motivo, mi pregón, os puedo asegurar que estaba empapado de total esencia costalera.

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Foto: Carlos Arcos

Retomando lo que señalaba al principio, he de explicar, que comencé con este bello poema de la Santa de Ávila por dos motivos. Primero, como humilde recordatorio sobre lo que el pasado año de 2015 la Iglesia celebraba, el V Centenario del nacimiento de una de las personas más relevantes para la historia de la cristiandad, pues Santa Teresa, con su vida ejemplar y con su obra, ha conseguido romper las limitaciones temporales y llegar a los corazones de muchos cristianos, los de su tiempo, los cristianos de hoy día y sin duda, los cristianos que vendrán después, logrando sembrar entre nosotros la semilla del inmenso amor que a Dios le tenía. Y segundo, porque esas palabras suyas me sirvieron como hilo conductor de lo que quería exponer, presentando un paralelismo -salvando las distancias, claro- de cómo aceptaba ella a Dios y su misión con Él y por Él, y de cómo, los auténticos costaleros, en otra escala infinitamente menor al papel de la Santa, aceptan también su misión encomendada, la de

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Con todo ello quise pues fortalecer la idea del importante papel que tienen hoy los costaleros y costaleras de Baeza en nuestra Semana Santa. Para a partir de ahí, empezar a desgranar la labor de estos. Antes, expuse unas breves consideraciones sobre lo que para mí es la Semana Santa y el papel de las Cofradías en esta, concluyendo, que independientemente de lo que pensemos cada uno, el sentimiento cristiano ha de prevalecer por encima de cualquier otra cosa, pues de no ser así, sería algo carente de sentido. Pero teniendo en cuenta que ello no necesariamente conlleva otras exclusiones, pues siempre he sido de la opinión de que la Semana Santa es susceptible de otras consideraciones. La conjunción de todo esto, hace que cada uno tengamos nuestra propia Semana Santa, aquella con la que estamos familiarizados, que se ha forjado en nosotros con nuestras vivencias y recuerdos, que va evolucionando con el paso del tiempo y que forma parte fundamental de nuestra identidad cristiana. Y para el buen encauzamiento de todo esto, están nuestras Cofradías, las cuales con su labor diaria, no solo reducida a esos importantes días, deben ser, en palabras del Papa Francisco, “camino de vida cristiana” para llevarnos a encontrar a Dios. Y en ese contexto, está la encomiable labor del costalero, pues ellos son los encargados de mostrarnos, año tras año, el mensaje del Evangelio. Costaleros que estarán ayudados en esa labor por otros agentes, entre los que destaqué a los capataces, ya que ellos son los responsables de que todo llegue a buen fin, y a las bandas de cornetas y tambores y agrupaciones musicales, cuyos sones suenan a alivio y consuelo y que tanto auge han experimentado en nuestra ciudad, habiendo conseguido además ser un punto de reunión y encuentro para la juventud Baezana.

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Foto: Manuel Higueras

portar con verdadero sentimiento cristiano las Imágenes Sagradas de su devoción. Porque efectivamente, Cristo no sólo está en su morada permanente del sagrario, Cristo está en todas partes y como no, lo está también en la Semana Santa y en especial entre aquellos que con su esfuerzo y sufrimiento, nos acercan de manera sincera, su Pasión, Muerte y Resurrección.


Así pues, la transcendencia y el papel fundamental del costalero en nuestra Semana Santa, bajo mi punto de vista, es algo innegable. Transcendencia que como quedó apuntada, no es algo exclusivo de nuestro presente, aunque sí es cierto, que fue a partir de la década de los años 80 cuando supuso un verdadero revulsivo para esta celebración. Revulsivo que ha hecho que hoy vivamos y gocemos de una buena “salud costalera”, que sigue evolucionando y donde han jugado y juegan un papel fundamental la mujer y los jóvenes baezanos, que bien han sabido incorporarse y encontrar su sitio preeminente. Muchos son pues los costaleros y costaleras que merecen este reconocimiento y así lo pedía en mi pregón. Los que están, los que estarán y los que estuvieron y no por eso han dejado de serlo. Todos ellos son un pilar fundamental de Nuestra Semana Santa. Yo, como dije al principio, también fui uno de esos costaleros, por eso, una parte muy querida para mí en este pregón fue la relativa a mi experiencia y vivencias, que además me ayudó a esbozar momentos puntuales de nuestra Semana Santa y de sus 21 Cofradías. En definitiva, mis palabras quise que sirvieran de aliento para todo este amplio colectivo y quise que sirvieran también para valorar como se merecen a todas aquellas personas que con su trabajo debajo de los pasos constituyen la esencia misma de Nuestra Semana Santa. No quisiera dar por terminado este artículo sin agradecer también desde aquí, a mi presentadora y amiga Josefa Inés Montoro, las bonitas palabras dedicadas hacia mi persona, gracias Pepi. Y cómo no, gracias también a todos y cuantos tuvisteis a bien acompañarme en aquel inolvidable día.

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Foto: Pilar Almonacid

La Música en la Semana Santa

por Sebastián Cabrera Checa

TRES MÚSICOS GIENNENSES EN LA HISTORIA DE LA MÚSICA PROCESIONAL

La historia de la Música Procesional escrita particularmente para la formación de Banda de Música, está laureada por grandes músicos y compositores, que han dejado como legado su impronta artística y su destreza compositiva creando auténticas joyas musicales. Ellos han servido de modelos a otros autores posteriores, que han tomado sus brillantes obras como ejemplo a seguir y espejo donde mirarse. Quizás, no hayamos reparado en que de entre los grandes compositores de este género musical, destaquen algunos músicos giennenses, para mayor honra de nuestra tierra, que han saboreado merecidamente la gloria de formar parte de ese elenco de maestros consagrados de la Música escrita para la Semana Santa, por haber creado pentagramas penitentes, que han sido acogidos por la gente como verdaderos cánticos preciosos que definen ese sentir religioso-festivo de todo un pueblo. Al igual que se dice que al imaginero lo toca Dios para tallar de manera magistral en la madera las imágenes sagradas, también al músico-compositor, el mismo Dios le insufla su aliento divino para poder crear esas perfectas armonías, que escritas sobre un papel pautado, e interpretadas en esa primavera donde todos los sentidos se conjugan, toman vida propia para hacer estremecerse a cualquiera que presencie las trágicas escenas de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, o a quien contemple el suave balanceo de las bambalinas de un paso de palio, que con su cadencia primorosa, va endulzando el llanto y la pena a la Santísima Virgen María, Madre Dolorosa. Hablemos pues de tres compositores de Jaén. Dos de ellos maestros consumados de esta forma musical. El tercero, el más joven, auténtica promesa y esperanza de un género real-

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mente vivo, quien con un presente repleto de éxitos clamorosos, ya presagia un futuro esperanzador que lo encamina hacia el sendero de la inmortalidad musical al igual que los otros dos grandes maestros. PEDRO GÁMEZ LASERNA. (Jódar 1907- Sevilla 1987) Está considerado como “uno de los grandes compositores andaluces del siglo XX”, con más de 2.000 composiciones registradas. Nació en la popular calle galduriense del “Espino”. Sus padres fueron Leandro Gámez Navarrete y María Laserna Lorente. Fue el tercero de cuatro hermanos, quedándose huérfano de madre con tan solo seis años. Tuvo una infancia muy corta. Asistió poco a la escuela y mucho al duro y laborioso trabajo del esparto. Si bien, sus especiales dotes musicales y quizás el afán de su padre porque Pedro Gámez Laserna. su hijo fuese adquiriendo cierta cultura lo encaminan a conoFoto de la A. C. SAUDAR de Jodar cer a José Miguel Morillas, aficionado a la música, para que le enseñara las primeras lecciones de solfeo, ya que su padre era un guitarrista aficionado y le gustaba que también su hijo se ejercitara en el arte de la Música. Pronto entró a la Sociedad Filarmónica de Jódar, que estaba dirigida por el republicano Manuel García Sales. Con él estudió para dedicarse al trombón y luego más tarde a la trompa, instrumento en el que luego se especializaría. Las pocas perspectivas laborales que ofrecía Jódar en aquella época, hacía que los jóvenes de las clases populares, dotados de un alto índice de intelectualidad, sólo pudiesen dedicarse a la vida religiosa o militar, y éste fue el camino que eligió el joven Gámez, ingresando a los 16 años en el Ejército, como educando, en la Banda del Regimiento de Infantería de la Reina nº 2 de Córdoba, matriculándose en el Conservatorio, para estudiar solfeo, violín, armonía y composición con profesores de la talla de García Domínguez y Mariano Gómez Camarero. Una vez finalizada su formación militar en 1928, concursa a una plaza para Profesor de trombón en la Banda Municipal de Córdoba, donde tras conseguirla, permanece hasta 1943, pasando posteriormente a Madrid, para allí formar parte de la Banda Sinfónica Municipal, dirigida en aquel entonces por José María Martín Domingo. Allí siguió sumido en su personal reto de avanzar profesionalmente, aprendiendo de todo cuanto le rodeaba, terminando finalmente con sobresaliente la carrera, obteniendo también la primera plaza en las oposiciones al Cuerpo Nacional de Directores de Músicas Militares en septiembre de 1945, destacando con unas maneras no muy comunes sobre el pentagrama que lo hacían destacar sobre sus compañeros, siendo por esto invitado en algunas ocasiones a dirigir la propia banda, que también alternó con la profesión de pianista del Teatro “Calderón de la Barca” de Madrid, o incluso, dirigiendo la banda taurino-musical “Los Califas”.

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Tras tres meses en concepto de prácticas en la Música del Regimiento de Infantería del Inmemorial del Cuartel General del Ejército de Madrid, regresó nuevamente a Córdoba en diciembre de ese mismo año, recalando otra vez en la primera banda a la que perteneció. En 1945 gana las oposiciones de Sargento músico, y en septiembre de dicho año, las de Teniente Director, con el número uno, siendo por esto destinado al Regimiento de Lepanto nº 2 a finales de año. Asciende a Capitán en 1950 y en 1957 sería destinado a Sevilla, a petición propia, al Regimiento de Infantería de Soria nº 9, sustituyendo a su amigo y compositor Juan Vicente Mas Quiles, ascendiendo posteriormente a Comandante-Director de tan prestigiosa Banda en 1964. En ese destino permanece hasta su muerte en 1987. Es en la ciudad hispalense, donde Gámez Laserna vería cumplidas sus máximas aspiraciones como compositor, al ser esta ciudad proclive a dotar a las Imágenes religiosas de sus cofradías de marchas procesionales propias que las identificasen. Llegó a decir el maestro: “yo empecé a componer en Sevilla porque así lo quiso la Macarena”. Y desde entonces, Gámez Laserna estará para siempre, unido a la Virgen Macarena y a Sevilla. Tanto entusiasmo tuvo don Pedro con ello, que prometió que cada año compondría una marcha procesional distinta. En cuanto a la construcción de las marchas de don Pedro, diremos que son de una solemnidad abismal y de un acierto exquisito para el oído del cofrade. Son, la mayoría, marchas alegres, muy del estilo de su antecesor en el cargo de Director del Soria Nº 9, el Maestro don Manuel López Farfán. Gámez Laserna hacía sencillo lo difícil. La complejidad musical que otorgaba a sus marchas las vestía de transparencia y claridad de ideas, de elegancia, belleza, equilibrio, armonía, originali-

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dad y lirismo, correspondiendo de esta manera a todo lo que un paso procesional expresa en la calle. Desde su primera marcha, “Cristo de la Misericordia” (1935) compuesta para el patrón de su ciudad natal, son numerosísimas las marchas procesionales dedicadas a cofradías sevillanas y cordobesas: “Saeta Cordobesa” (1949), en la que funde la saetilla dentro de la marcha urdiéndola de manera brillante con ricas armonías y contrapuntos, como ya habían hecho anteriormente Farfán, o Pascual Marquina Narro en su “Procesión de Semana Santa en Sevilla”; “Sevilla Cofradiera” y “Victoria y Paz” (1964);“Salve Regina Martyrum”(1952); “Virgen del Subterráneo” (1961), con un excepcional trío de cornetas; “Ntra. Sra. del Patrocinio” (1960); “Virgen de la Estrella”; “Cristo de la Sed” (1970); “Cristo de la Caridad”; “Ntra. Sra. de la Piedad”; “La Sagrada Cena”; “El Cachorro” Saeta sevillana (1967); “Ante el Gran Poder”; “Virgen del Socorro” (1962); “Virgen de la Oliva” (1970); “Ángeles del Cister”; “María Santísima del Subterráneo” (1961); o “Sevilla cofradiera” (1972), cuyo trío es de una elegancia y solemnidad sublimes. Además de estar dedicada al Consejo General de Hermandades y Cofradías; etc…

Foto: Antonio J. García

Dicen que sus “saetas instrumentales” son el germen donde reside su grandísima personalidad musical, y que el sello con el que viste a sus marchas las convierte en verdaderos tesoros de la música de Pasión, impregnándolas con un cierto carácter militarista y aportando unas instrumentaciones muy completas y logradas, enalteciendo sus originales melodías y dándole gran lucimiento a los instrumentos, teniendo siempre en cuenta sus tesituras y posibilidades tímbricas. Pronto quedó viudo, como ya le había ocurrido también a su padre. Y esa soledad, marcó también sus propias composiciones, mitigadas siempre por el cariño de sus hijos, nietos y familia, y por los muchos homenajes que la Sevilla cofrade le tributara, al que consideraran “Maestro de maestros”.

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Su funeral se celebró en la Basílica de la Esperanza Macarena el 26 de diciembre de 1987. Allí recibió el homenaje postrero de sus amigos. Mientras, en el atrio, sonaba su marcha “Pasa la Virgen Macarena” (1959), esa marcha universal, sobre la que los expertos dicen que “el poder de emoción alcanza cotas inimaginables pues toda ella es un compendio de júbilo, deleite y gozo ante la Señora de Sevilla, que se vigoriza en su delicioso trío final”. Cada vez que se interpreta esta marcha, el incomparable ante el mayestático palio de la Esperanza Macarena, toma fuerza esa frase célebre que Stravinski dejó para la posteridad. Porque nada más entrar las cornetas en el inicio de la marcha, ya estaremos escuchando lo que vemos, y viendo lo que escuchamos. En resumen, Gámez Laserna es toda una cátedra de cómo hacer música para un palio; y para eso, no había ni hay mejor lugar que Sevilla, ni palio modélico por excelencia, como es el de la Macarena. PEDRO MORALES MUÑOZ. (Lopera, 1923). Pedro Morales, es ante todo una leyenda viva de la música procesional. La Semana Santa de buena parte de Andalucía, va ligada a su figura, ya que sus marchas procesionales de Semana Santa acompañan a los pasos de vírgenes y cristos, dando a las mismas un realce especial que emociona. Pedro Morales Muñoz nació músico, era una vocación que llevaba en su interior desde pequeño. Alumno del gran Pedro Gámez Laserna y a su vez Maestro de una generación actual de buenos compositores, Pedro Morales cumplió, Pedro Morales Muñoz. con su dirección en la Banda del Soria 9, de la cual fue su Foto del Blog de la Banda director desde 1967 hasta 1984, un episodio, que va desde “Pedro Morales” de Lopera que Gámez Laserna dejase la batuta de esta mítica banda a su alumno, hasta que Abel Moreno la tomase en los años ochenta. Nace en Lópera (Jaén), el 24 de Enero de 1923 a la sombra de la Ermita del Cristo del Humilladero. A la temprana edad de ocho años, comienza a estudiar música en su pueblo natal, donde el maestro de la banda Pedro Gil Lerín le adjudica el flautín por ser el instrumento más pequeño y acorde con sus posibilidades físicas, no obstante, el clarinete sería el instrumento que estudiase con profesionalidad y el que le llevó a ampliar conocimientos musicales en la ciudad de Córdoba, dirigido también especialmente en el inicio del estudio de la Armonía, por su maestro, Pedro Gámez Laserna. A los 20 años ingresa en el Cuerpo de Músicos Militares, obteniendo plaza de sargento, por lo que es destinado a la música militar de Córdoba, por entonces dirigida por don Pedro Gámez, el cual, le anima y prepara para que continúe sus estudios musicales en Madrid. En esta ciudad, completa los estudios de Armonía, contrapunto, fuga y dirección de orquesta y coral, preparándose, una vez terminada la carrera musical, para las oposiciones al cuerpo de Directores Militares con el profesor Gil Lerín.

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En 1954, el entonces Ministerio del Ejército, convocó oposiciones para cubrir 23 vacantes en el Cuerpo de Músicos Militares. Tras una larga y dura oposición, obtiene la plaza de Director de Música Militar, dándose la curiosa anécdota de ser el único que aprobara en aquella convocatoria.

Foto: Manuel Higueras

Seguidamente efectúa un curso de Formación Militar y es promovido al empleo de Teniente Director de Música del Regimiento Granada 34, de guarnición en Huelva. Tras su toma de posesión del destino como Director de la Música de Huelva, es destinado a la Música del Regimiento Soria 9, donde ya se encontraba como director su maestro y amigo Pedro Gámez Laserna, por lo que compartiría con él la dirección de la prestigiosa banda durante un año, tiempo este que hace que Morales encuentre en la ciudad de Sevilla el lugar donde poder desarrollar su Música. En 1962, al ascender a Capitán, tiene que ocupar otra vacante y opta por dirigir a la Banda de la Academia de Infantería de Toledo, al frente de la cual permanece cinco años; periodo suficiente para dotar con su trabajo a la citada banda de gran prestigio por su variado repertorio así como por su magistral dirección. 1967 es el año de su regreso definitivo a Sevilla, esta vez como Director de la Música del Regimiento de Infantería Soria 9, sustituyendo en el cargo al que hasta entonces había sido su director titular, su amigo y maestro Pedro Gámez Laserna. El jiennense, no tardó en andar por los fueros musicales de Farfán, y luego de Santiago Ramos y Pedro Gámez, por lo que pronto empezaría a estrenar marchas procesionales con un claro sabor sevillano, alegre y sobre todo, enfatizadas por el uso sobresaliente de la corneta. En el año 1968, cuando iba dirigiendo la banda de Soria 9 tras la Virgen de la Macarena, al entrar en la Campana, le vino la inspiración y anotó en un pequeño papel de música (siempre habitual en sus bolsillos), las primeras notas de “Esperanza Macarena” (1968), marcha que se convierte en referencia para que posteriores autores intenten reflejar en sus composiciones su estilo y su carácter.

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También en este mismo año compone “Virgen de la Paz”, dedicada a la hermandad del barrio del porvenir, convirtiéndose desde el mismo año de su estreno, en una de las marchas más interpretadas por todas las bandas tanto locales como a nivel nacional. Después, escribe “Virgen de los Negritos” (1972), la cual presenta la particularidad de comenzar con unas notas de la famosa canción de Machín, “Angelitos Negros”; “Virgen de las Angustias” (1978), dedicada a la hermandad de Alcalá del Río; “Virgen del Refugio” (1981), marcha que obtuvo el primer premio del concurso convocado por el ayuntamiento de Sevilla en el año 1980; “Dulce Nombre de Jesús” (1982), dedicada a la imagen del mismo nombre de la hermandad de la Quinta Angustia de Sevilla ; “Cristo de la Conversión” (1985), segunda marcha dedicada a la hermandad de Montserrat; “Virgen del Dulce Nombre” (1986), compuesta para la hermandad de “La Bofetá”; “Virgen de Consolación” (1987), para la hermandad de Carrión de los Céspedes; “Paz y Amparo” (1988), dedicada a la hermandad de la borriquita de Cádiz. En la década de los noventa, son destacados ejemplos de composición las marchas premiadas en los diversos concursos a los que se presentó, en las cuales demuestra el conocimiento sin reservas de la Armonía, el Contrapunto y la Fuga, así como de las tesituras y posibilidades de todos y cada uno de los instrumentos. El empleo de acordes singulares, resoluciones excepcionales, apoyaturas, etc., hace de sus composiciones singulares piezas de estudio por otros autores que ven en ellas el ejemplo desarrollado de lo escrito en los tratados de composición y armonía. Destacan “Soledad” (1991), marcha presentada bajo este lema al concurso convocado por la Fundación Sevillana de Electricidad y que obtuvo el segundo premio, posteriormente retitulada “La Soledad” para dedicársela a la dolorosa de la parroquia de San Lorenzo de Sevilla. “Virgen de la Cabeza” (1991), finalista en el citado concurso y dedicada a la hermandad de las Siete Palabras, o “Esperanza” (1997), tercer premio del I concurso de marchas “Maestro Perfecto Artola” de la ciudad de Málaga. Además de las mencionadas anteriormente, en esta década compone un gran número de marchas que va dedicando a Hermandades que por una causa u otra son próximas al au-

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Foto: Manuel Higueras

La segunda marcha dedicada a una hermandad sevillana, será “Virgen de Montserrat” (1970), partitura compuesta a la dolorosa del mismo nombre, con un carácter más profundo y sentido.


Foto: José Juan García de Lara

tor. Así “Amor y Socorro” (1994), dedicada a la hermandad sevillana del Amor; “Sentencia de Cristo” (1994) y “Virgen de la Esperanza”, ambas dedicadas a la hermandad de la Macarena; “Al Cielo con Ella” (1995), dedicada a la Hermandad del Dulce Nombre, “Cristo de la Exaltación” (1996) y “Nuestra Señora de las Lágrimas” (1996), dedicadas ambas a la Hermandad de la Exaltación; “Santa María de la O” (1997), dedicada a la hermandad sevillana de la O; o su marcha más importante de la década reseñada, por cuanto engloba el sentimiento y dolor padecido durante la enfermedad y fallecimiento de su hijo y que lleva por título “Juan Jesús” (1997). Después “Esperanza Coronada” (1997-98), para la cofradía de Málaga; “Esperanza, Reina de Triana” (1998); “Reina del Baratillo” (1998); “Señorita de Triana” (1999), compuesta para la Hermandad del Cachorro; “Madre de las Mercedes Coronada” (2000), dedicada a la hermandad de santa Genoveva; “Hiniesta de San Julián” (2001), dedicada a la hermandad hispalense de la Hiniesta; “Reina de Monserrat” (2001); “Consolación” (2002) dedicada a la hermandad de la Sed; “Dolores de Vera Cruz” (2002) para Aznalcóllar; “Esperanza y Pastora de Hinojos” (2003), para Huelva; “Reina del Amor” (2003) para Pino Montano; “Madre y Señora del Buen Fin” (2005) para la hermandad sevillana de la Lanzada; “Santa María de la Paz” (2006) para Utrera; “Montesión” (2009), etc… Aunque la mayor parte de sus composiciones de marchas procesionales están dedicadas a Sevilla y su provincia, el maestro Pedro Morales también ha dejado su impronta musical a su querida Jaén con dos marchas, una dedicada a la Virgen de la Encina (1974), de Baños de la Encina y “Soberana y Jaenera” (2005) dedicada a María Santísima de la Amargura. En el año 2005 recibía Pedro Morales el Premio Demófilo, de la Fundación Antonio Machado, en reconocimiento a su trayectoria profesional. En la antesala de la Semana Santa del año 2006, en la iglesia de la Virgen del Dulce Nombre de Sevilla, tenía lugar la presentación de un CD con 12 marchas de procesión de Semana Santa compuestas por el Maestro loperano, interpretadas por la Banda de Música “María Santísima de la Victoria” (Las Cigarreras) de Sevilla, bajo la dirección de Bartolomé Gómez Meliá. A pesar de todo, Pedro Morales se siente orgulloso ya que la casi totalidad de las hermandades hispalenses tienen alguna composición suya dedicada a sus imágenes, y apunta que “sigo teniendo ahora más trabajo y compongo más si cabe que cuando estaba en activo, y eso me da fuerzas para seguir viviendo”.

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Este entrañable músico, además de ser un excelente compositor, es una persona sencilla, bondadosa y que trasmite sinceridad, ánimo y profesionalidad, en definitiva toda una institución. Sin duda, el mejor referente para la etapa más fructífera en cuanto a la comercialización del género de la marcha procesional. Por último destacaremos la labor de uno de los jóvenes compositores más destacados de la última generación, el Ubetense CRISTÓBAL LÓPEZ GÁNDARA. (Úbeda, 1998).

Cristóbal López Gándara. Foto de Lascigarreras.net

Este joven Músico, Nace en Úbeda en el año 1988, donde realiza sus primeros estudios musicales, primero a nivel particular, para más tarde ingresar en el Conservatorio Profesional de Música “María de Molina” de su ciudad natal, donde finaliza con brillantes calificaciones los estudios de Grado Medio en la especialidad de piano y las de Grado Elemental en la especialidad de trompeta.

Después, se traslada a Granada, donde en 2014 finaliza sus estudios de Grado Superior de Música en la especialidad de Composición en el Real Conservatorio Superior de Música “Victoria Eugenia” de la ciudad de la Alhambra, con dos de los compositores más reconocidos a nivel nacional e internacional: Juan Cruz-Guevara y el catedrático Francisco González Pastor. Actualmente estudia Dirección de Orquesta en el Conservatorio Superior de Música de Málaga con el reputado director de orquesta y paisano de Linares, Ángel Luis Pérez Garrido entre otros muchos más profesores y especialistas de reconocido prestigio. Ha dirigido en ciertas ocasiones a la Agrupación Musical Ubetense, así como a su banda juvenil, gracias a la confianza que Rafael Martínez Redondo, su director, ha depositado siempre en él. Por eso, La A.M.U. es la primera formación que estrena su música para Banda Sinfónica, en 2007. Ha compuesto y estrenado todo tipo de música, desde la religiosa, como marchas de procesión o música vocal y coral, música electroacústica y electrónica en vivo, hasta culta o clásica. Podemos decir, que Cristóbal López Gándara es un especialista en composición para Banda Sinfónica, donde se enclava gran parte de su repertorio, desde el género clásico, con pasodobles y marchas de procesión, hasta formas de más grandes dimensiones, como oberturas sinfónicas, suites, poemas sinfónicos, e incluso Sinfonías. Totalmente comprometido con la Semana Santa, a la que está ligado desde la infancia, dirige las formaciones Agrupación Musical Nuestra Señora de Gracia desde sus comienzos (2003) y la Banda de CCTT María Santísima del Amor desde 2005, con la que recientemente ha grabado toda su obra para dicho tipo de formación. Hay que decir también, que

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Foto: Antonio J. García

es autor de un gran número de composiciones escritas para Agrupaciones Musicales y de Cornetas y Tambores, y Música de Capilla, que están alcanzando una popularidad inusitada por su fuerza y atractivo armónico. En el ámbito profesional, ha trabajado y estrenado sus obras para bandas de música de toda la geografía andaluza como: la Sociedad Filarmónica de Jaén, Banda Ntra. Sra. De las Nieves de Olivares (Sevilla), Banda Sinfónica “Ciudad de Baeza”, Banda Municipal de Coria del Río, Banda María Santísima de la Victoria (Las Cigarreras) de Sevilla, Banda María Santísima de la Estrella de Córdoba, Banda maría santísima de la Esperanza de Córdoba, Agrupación Musical Ubetense, Agrupación Musical Santa Cecilia de Úbeda, Banda Sinfónica Municipal de Quintanar de la Orden, Banda Sinfónica del Real Conservatorio Superior “Victoria Eugenia” de Granada, Banda Municipal de Villalba del Alcor de Córdoba, Banda “Amigos de la Música” de Dúrcal, Banda “Castell Vermell” de Ibi, Banda Municipal de Música de Jaén, Banda del Maestro Tejera de Sevilla, Banda “La Oliva” de Salteras, Banda Sinfónica del Liceo de Moguer, Banda

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“Nuestra Señora del Sol” de Sevilla, Banda “Julian Cerdán” de Sanlucar de Barrameda, Banda “Maestro Dueñas” del Puerto de Santa María, y Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, etc… Incluso, ha traspasando las fronteras y llegando a Sudamérica, entre otros, a países hispanoamericanos como son Perú o Costa Rica. Ha obtenido numerosos premios y reconocimientos como el Primer Premio del VI Concurso de Composición del RCSM “Victoria Eugenia” de Granada en la modalidad de Orquesta Sinfónica (2012); el Primer Premio en el II Concurso de composición de Ibi (Alicante) (2012); Primer Premio I Concurso de composición del Conservatorio “Maestro Chicano Muñoz” de Lucena (Córdoba) (2013); Finalista del Concurso de Composición Internacional de Pozo Estrecho (2013); Segundo Premio del Concurso Internacional de Composición de San Pedro del Pinatar (2014); Primer Premio del IV Concurso Internacional de Composición de Ibi (Alicante) (2014); Matrícula de Honos en Actividad Académica Dirigida del Título Superior de Composición del RCSMG “Victoria Eugenia de Granada (2014); Premio Joven Promesa, JAC de Úbeda (2015) etc… A pesar de su corta edad, ha compuesto obras a muchas y diversas hermandades de toda la geografía andaluza, como por ejemplo y por citar algunas: “Jesús Caído” (2008); “Dolorosa del Cerro” (2009); “Y Fue Sentenciado” (2009); “Tus Dolores, Madre” (2010); “Reina del Gavellar” (2011); “Ave María” (2011); “Triana en sus Penas” (2012); “Dulcenombre Nazarena” (2012); “Golgotha” (2013); “Jesús Despojado” (2013); “Caridad” (2013); “Lágrimas de Amargura” (2013); “Mater Eucharistiae” (2014) “Regina Regum” (2014); “VI Estación” (2014); “Dolores, Saeta Onubense” (2015); “Madre Cigarrera” (2015); “Spes Nostra” (2015); “Virgen de la Merced” (2015); “Consagración” (2015); “Madre de Dolores y Angustias” (2015); “Carmelitana” (2015); “Pasa la Virgen de la Caridad” (2015); “Aniversario en la Albarizuela” (2015); “Esperanzas” (2015); “Al Verde Ocaso” (2015); “Granada del Rosario” (2016); o incluso, con su última obra estrenada hace unos días por la Banda Municipal de Sevilla: “Concierto Andaluz para Corneta y Banda Sinfónica” (2016), primera obra que se escribe para este tipo de instrumento. Sin temor a equivocarnos, diremos que Cristóbal López Gándara está innovando y triunfando últimamente en este campo de la composición de la Música Procesional, y tenemos la suerte de contemplar el nacimiento de un talento musical, que está retomando la fama de los compositores giennenses que le precedieron en este capítulo y que le dieron tanta gloria al género musical cofrade. Por todo esto, no nos cabe más que desearle desde aquí toda la suerte del mundo en su brillantísima carrera compositiva. (Las notas biográficas de Pedro Gámez Laserna y de Pedro Morales Muñoz, son un extracto de lo escrito por los Cronistas oficiales de las localidades giennenses de Jódar y Lopera, don Ildefonso Alcalá Moreno y don José Luis Pantoja Vallejo, respectivamente, leídas en sendos homenajes a dichos Maestros Compositores, realizados en sus correspondientes localidades de nacimiento. Las de Cristóbal López Gándara, están sacadas de su propio Currículum Vitae)

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El Cartel de El Capirote INTRODUCCIÓN

La Tertulia Cofrade “El Capirote” dio comienzo a sus actividades del curso cofrade con el acto público de presentación de su cartel conmemorativo de la Semana Santa baezana. De acuerdo con una tradición sólo ocasionalmente alterada, dicho acto suele tener lugar en las proximidades de la festividad de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora, como modesta ofrenda a Nuestra Santísima Madre y reafirmación de tan excelso dogma. En esta ocasión, la presentación tuvo lugar el sábado previo a tal festividad; es decir, el día 5 de diciembre de 2015, a las 20:30 horas. La ceremonia aunó tanto la presentación del cartel de 2016 como la entrega de los premios Ovación de Gala, en sus tres modalidades, correspondientes a la Semana Santa anterior. Por segunda vez consecutiva la Sociedad Cultural “Nuevo Casino” de Baeza tuvo la deferencia de poner a disposición de “El Capirote” su Salón del Centenario como lugar de celebración, con una afluencia de público que desbordó las previsiones más optimistas. Actuó de maestro de ceremonias Damián Cruz Martínez, presidente de la Tertulia, quien, tras los saludos de rigor, llevó a cabo una invocación inmaculista que dio testimonio fehaciente de que, un año más, “El Capirote” ofrecía su cartel de Semana Santa a María, Madre de Dios y Madre Nuestra, bajo la advocación de su Inmaculada Concepción. Como ya ocurriera en el Cuaderno Cofrade de 2015, organizaremos el presente artículo en tres partes. Primeramente describiremos el grupo escultórico que protagoniza el cartel, situándolo en su contexto devocional y artístico. Seguidamente haremos referencia tanto a la instantánea como al fotógrafo que la ha hecho posible. Finalmente aludiremos a la persona que asumió su semblanza y presentación pública.

LA OBRA El cartel de la Asociación Cultural Tertulia Cofrade “El Capirote” para la Semana Santa de 2016 tiene como motivo la Última Cena de Jesús, que preside la Mesa Pascual flanqueado por sus Apóstoles. Son, como es fácil de adivinar, las imágenes que componen

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La Santa Cena es la cofradía penitencial más joven de las que procesionan por las calles de Baeza en su Semana Santa. Su fundación se fecha el 31 de agosto de 1985, gracias al entusiasmo de un grupo de jóvenes baezanos que puso todo su empeño en incorporar ese pasaje evangélico al elenco pasionista baezano, con sede canónica en la Santa Iglesia Catedral. Sin duda, ese momento supuso un jalón de excepcional importancia dentro del resurgir cofradiero que vivió nuestra ciudad durante las últimas dos décadas del siglo XX. Su historia, por tanto, es relativamente corta, pero no por ello menos relevante, pues está plagada de momentos sumamente emotivos. Especialmente difíciles fueron los primeros años, pues no debe olvidarse que se trataba de una cofradía que partía prácticamente de cero, por lo que tuvo que realizar un ingente esfuerzo para la adquisición tanto de sus imágenes titulares, como de los enseres requeridos para llevar a cabo una estación de penitencia en condiciones dignas. Su primera salida procesional tuvo que esperar hasta 1994, previa autorización del Obispo de la Diócesis, a la sazón Don Santiago García Aracil. Gracias a ello, el 30 de marzo de ese año, Miércoles Santo, el Misterio de la Santa Cena recorrió las calles de Baeza integrado en la procesión de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Columna y Nuestra Señora de las Lágrimas. A partir de la Semana Santa siguiente pudo hacer ya su estación, en solitario y con guión propio, en la tarde del Domingo de Ramos, como sigue haciendo en la actualidad. El paso de palio, María Santísima de la Paz, tuvo que esperar hasta 2008 para poder hacer su primera salida desde el templo catedralicio, con un esplendor que todavía perdura en nuestro recuerdo. “El Capirote” otorgó un reconocimiento doble a aquel magno evento: por un lado, le concedió, por vota-

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Foto: Pilar Almonacid

el primer paso de la Cofradía del Santísimo Cristo del Amor en su Santa Cena y María Santísima de la Paz. La Directiva de “El Capirote” tenía en mente desde hacía tiempo dedicar un cartel a este paso completo, pero con una atmósfera que requería ciertas condiciones especiales que finalmente se cumplieron en la Semana Santa de 2015.


Foto: Antonio J. García

ción de sus socios, el premio Ovación de Gala en la categoría de “Mejor acontecimiento de la Semana Santa de 2008”; por otro le dedicó a ese paso el cartel correspondiente a la Semana Santa de 2009, tomando como base una memorable fotografía de Cristóbal Tornero. Por tanto, el cartel que ahora nos ocupa es el segundo que nuestra Tertulia le dedica a esta Hermandad. El grupo escultórico de la Santa Cena está formado por Jesús del Amor, con la mano derecha en actitud de bendecir y con el Santo Cáliz en la mano izquierda, junto a los Doce Apóstoles, en actitudes muy dispares, alrededor de la Mesa Pascual. Es obra del sevillano Manuel Hernández León, sin duda uno de los más destacados imagineros contemporáneos. Constituye un referente señero dentro de las muchas piezas que su gubia ha dejado en la Semana Santa baezana, en buena medida por intercesión del siempre recordado Rafael Rodríguez-Moñino Soriano. Las indudables dificultades técnicas que entraña una obra de esta naturaleza son resueltas con una sabia combinación de respeto a la estética neobarroca e introducción de audaces elementos estilísticos contemporáneos. El acto de su bendición, presidido por el no menos añorado Don José Melgares Raya, tuvo lugar el 4 de julio de 1993. Por su parte, la imagen de Nuestra Señora de la Paz, también de Hernández León, fue realizada en 1989. Hay constancia de que estaba terminada ya dicho año, en que fue expuesta en Sevilla, pero su plena incorporación al patrimonio de la Cofradía de la Santa Cena culminaría el 21 de marzo de 1993, en que fue bendecida en la Capilla de San Juan Evangelista, de la antigua Universidad. Tanto el paso de misterio como el de palio son portados por cuadrillas de costaleros y costaleras en tronos de muy bella factura. El primero de ellos es obra de Don Antonio Durán Galindo, en madera de cedro barnizada con complementos dorados (cartelas, candelabros y cantoneras), cuya sobria belleza es el pedestal idóneo para Jesús del Amor y sus Apóstoles. Este paso se está renovando en algunos de sus detalles y en la próxima Semana Santa sorprenderá a quienes lo admiren por las calles de Baeza.

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EL AUTOR Y EL CARTEL El cartel de “El Capirote” para 2016 tiene como base una instantánea de la que es autor Antonio Jesús García Cruz. Aunque no se dedica profesionalmente a la fotografía, su dominio del difícil arte del retrato de imágenes ha llegado a un nivel que en nada desmerece al de cualquier especialista. Así lo atestiguan las distinciones y reconocimientos que ya ha cosechado. Sin ir más lejos, baste recordar que los dos últimos carteles oficiales de la Semana de Baeza llevan su firma, al haber obtenido el primer premio en los respectivos certámenes convocados por la Agrupación Arciprestal de Cofradías. De Antonio Jesús García Cruz cabe decir que nació en Baeza en la primavera de 1979. Tras completar los estudios de Bachillerato en su ciudad natal, cursó la Licenciatura de Filología Inglesa en la Universidad de Jaén, con brillantes resultados. Como tantos españoles de su generación, ha tenido que buscar en otras tierras un trabajo acorde con su cualificación. Por eso, desde hace varios años reside en Berlín, donde ejerce como profesor de idiomas. Está casado y es padre de dos hijas. Pese a la distancia, su amor a Baeza y a su Semana Mayor se mantiene incólume, por lo que no pierde ocasión de regresar a su patria chica en esos días para entregarse de lleno a ella. Aunque mantiene vínculos directos con varias cofradías de pasión, cabe mencionar de un modo destacado la del Santísimo Cristo del Calvario y Nuestra Señora de la Amargura, a la que se encuentra muy ligado por razones familiares. Ha colaborado intensamente en BaezaForos y en otros boletines y páginas de internet de orientación cofrade. Entre ellos se encuentra, como no podía ser menos, el cuaderno cofrade El Capirote, donde hemos disfrutado de algunas de sus mejores fotografías. Sin embargo, ésta es la primera vez que una fotografía suya es protagonista de nuestro cartel. Las obligaciones profesionales de Antonio Jesús García en Alemania impidieron que pudiera estar presente en este acto. Ocupó su lugar de manera vicaria Ventura Salazar García, Vicepresidente de la Tertulia, muy unido a Antonio Jesús tanto por lazos de consanguinidad (es primo hermano) como por una fraternal amistad. También estaban presentes entre el auditorio, como testigos de excepción, Pepi Cruz y David García, madre y hermano, respectivamente, del artista homenajeado. Tras las palabras de presentación a cargo de Damián Cruz, Ventura Salazar subió a la tribuna y procedió a descubrir el cartel en el que puede verse a Jesús del Amor, en el momento de instituir el Sacramento de la Eucaristía. Se trata de una imagen verdaderamente impactante, ya que exceptuando un ligero picado, la mirada del espectador se encuentra casi a la misma altura de la de Cristo, como si fuera un testigo directo que entrase en el Cenáculo y se acercase a la mesa por el lado opuesto al de Jesús. A continuación, Ventura Salazar se acercó al atril para leer las palabras que Antonio Jesús García, verdadero protagonista del momento, le transmitió a modo de agradecimiento y justificación del cartel. Quedó de manifiesto de ese modo que esta fotografía fue un encargo que expresamente le hicieron dos de los miembros de la Junta Directiva de “El Capirote”, Damián Cruz y Sebastián Cabrera, durante la mañana del Lunes Santo de 2015. La idea era captar el grupo escultórico al completo, montado en su paso en el interior de la Catedral, en el lugar en el que permanece durante varios días tras realizar la procesión del Domingo de Ramos. Inicialmente, Antonio Jesús declinó la oferta, ante las enormes dificultades que entrañaba ese reto y el

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Foto: Francisco Galiano

poco tiempo de que se disponía para realizarlo. Sin embargo, el entusiasmo de Damián y Seba acabaron por convencerlo. Finalmente, la sesión fotográfica tuvo lugar en la mañana del 1 de abril de 2015, Miércoles Santo, en la Santa Iglesia Catedral. Posteriormente, durante el mes de septiembre, se procedió al procesamiento digital de la imagen y a su revelado final. El resultado es el que podía admirarse públicamente en este acto de presentación. De acuerdo con las propias palabras de Antonio Jesús, las dificultades que entrañaba la idea de cartel que se le transmitió eran enormes. La primera de ellas venía dada por la necesidad de trabajar a una altura no inferior a cuatro o cinco metros, para poder captar el paso al completo desde un plano ligeramente superior. Un segundo aspecto relevante era el de la profundidad, para que tanto Jesús del Amor como los Apóstoles pudieran salir dentro de foco. A eso se añadía el papel desempeñado por la perspectiva (para la que la mesa resultaba determinante) y la composición con vistas a un cartel de orientación vertical. Finalmente, la iluminación debía cuidarse hasta el extremo. El fondo debía ser negro liso, para realzar la escena, y la penumbra marcaría la tónica general de las figuras, pero con determinados puntos de luz mucho más intensa. A tal fin, se instalaron cinco puntos de luz: uno para la imagen de Cristo, dos para el Apostolado, otro para la mesa y, finalmente, otro para la parte izquierda del frontal del paso. A eso hay que añadir la iluminación procedente de la candelería situada en los guardabrisas y en la mesa, así como la luz natural que entraba por los ventanales de la Catedral, especialmente patente en el área más próxima al espectador. Se alteró ligeramente la disposición original del misterio con el fin de dotar de simetría a la composición y algo más de dinamismo y expresividad a la escena; así, por ejemplo, Judas Iscariote fue girado noventa grados hacia su derecha para que pudieran verse mejor su rostro y la mano con la bolsa de monedas, cuya relevancia en el relato evangélico es sobradamente conocida. Antonio Jesús García Cruz suele captar las imágenes tal y como se presentan ante su cámara. Por eso confiesa que esta forma de hacer fotografía, con un férreo control de los factores externos, como la iluminación y la composición, le ha resultado totalmente novedosa y ha supuesto un salto cualitativo en su formación y experiencia como fotógrafo. No en vano, expresó su agradecimiento a todas las personas que hicieron posible que esta grata experiencia pudiera completarse de manera satisfactoria; en especial a la Junta Directiva de “El Capirote”, a Andrés Curiel (Hermano Mayor de la Santa Cena, sin cuya ayuda habría sido imposible la sesión fotográfica), a Cristóbal Cruz (fotógrafo profesional, que lo asesoró en el tratamiento de la imagen) y a María Moral, encargada de la exaltación del cartel, que desde el principio ponderó los múltiples valores artísticos de esta fotografía y lo que aportaba a la cartelería pasionista baezana.

LA PRESENTACIÓN Como acabamos de apuntar, la presentación de este cartel corrió a cargo de Doña María F. Moral Jimeno. Tanto la Junta Directiva de “El Capirote” como la de la Cofradía de la Santa Cena y el propio autor de la fotografía coincidieron desde el primer momento en que era la persona adecuada para acometer dicho encargo. Pese a su juventud, María Moral cuenta ya en su haber con una dilatada trayectoria cofrade y un extenso curriculum académico y profesional. Cada año, vive intensamente la Semana Santa baezana a través de los oficios religiosos y de las muchas hermandades en las que participa activamente: La Expiración, Las Escuelas, El Santo

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Entierro, La Caída y ¡cómo no! la Santa Cena, de la que es hermana desde antes de su primera salida procesional. En 2007, con apenas 23 años, fue la pregonera oficial de la Semana Santa de Baeza, con lo que se convirtió en la persona más joven en pronunciar el pregón de Nuestra Semana Mayor. Por lo que se refiere a formación académica, cabe decir que el Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Granada y Máster en Instrumentos de Valoración y Gestión del Patrimonio Histórico por la Universidad Pablo de Olavide. Es especialista en el patrimonio de Baeza, al que ha dedicado numerosas publicaciones académicas. De entre ellas sobresale el volumen titulado Baeza: arte y patrimonio, publicado en 2010 por la Diputación de Jaén y el Ayuntamiento de Baeza, coordinado por ella y que contó con la colaboración de un nutrido elenco de especialistas de primer orden. Asímismo, mencionar su estudio sobre la evolución urbana de Baeza, que bajo la dirección de la Doctora Ana Aranda Bernal, le permitió obtener el Diploma de Estudios Avanzados. En el momento en que se redactan estas líneas está a punto de defender su Tesis Doctoral en la Universidad Pablo de Olavide. La intervención de María Moral se alejó de los cánones de las exaltaciones al uso para adoptar un tono mucho más sobrio y comedido, sin renunciar por ello a momentos de especial emotividad. Sus palabras tomaron como eje vertebrador las conexiones de este cartel con la tradición secular de la Semana Santa en Baeza. Así, por un lado estableció un vínculo directo entre la actual Cofradía de la Santa Cena y la antigua del Lavatorio (única hermandad de pasión que no se ha reorganizado tras la Guerra Civil), pues, al fin y al cabo, los pasajes evangélicos a los que aluden son complementarios. Por tanto, aunque la Santa Cena es la cofradía de fundación más reciente, sus raíces se inscriben en un contexto muy anterior. Por otro lado, la fotografía de Antonio Jesús García fue puesta en relación con los pioneros de la fotografía pasionista de nuestra ciudad, que nos legaron imágenes que constituyen hoy día un valiosísimo testimonio del patrimonio imaginero; de aquel que todavía se conserva y del que, lamentablemente, se perdió en aquellos tristes sucesos que nunca han de repetirse. La exaltación a cargo de María Moral ensalzó notablemente la presentación oficial del cartel de “El Capirote” para 2016; un acto en el que los cofrades baezanos nos reunimos al amparo de Jesús del Amor en su Santa Cena. Que Él en su Divina Misericordia (que conmemoramos especialmente a lo largo de este año) perdone nuestros pecados, nos acompañe en todo momento, y nos conforte hasta el fin de nuestros días. Amén. El Capirote

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Las Angustias Foto: Pilar Almonacid RodrĂ­guez

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Buena Muerte Foto: Francisco J. Salido

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El Paso Foto: Isabel y Pedro Fotografos

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Vera Cruz Foto: Floren Fernรกndez

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La Expiraci贸n

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Foto: Manuel Higueras

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Virgen de la Cabeza Foto: Juan Miguel Salido

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La Borriquilla Foto: Juan Miguel Salido

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Foto: Manuel Higueras

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Santo Entierro Foto: Antonio J. GarcĂ­a

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Gracia y Esperanza Foto: Manuel Higueras

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Querubines Paso de la Expiraci贸n Foto: Manuel Higueras

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Oraci贸n en el Huerto Foto: Manuel Higueras

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Virgen de la Paz Foto: Pilar Almonacid Rodriguez

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Vía Crucis Foto: Antonio J. García

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Foto: Isabel y Pedro Fotógrafos

Nuestra Memoria en Imágenes por Fernando Viedma Puche y Damián Cruz Martínez LA PROCESIÓN DE “EL PASO” EN 1916

Queridos lectores del Cuaderno Cofrade de El Capirote: Traemos hasta nuestra sección una histórica fotografía de Domingo López Muñoz que, aunque conocida en parte, debido a su publicación en el semanario independiente “Baeza”, con fecha 4 de Abril de 1917, y su posterior tratamiento en el libro que sobre el fotógrafo realizaron Carlos J. Mejías Garrido y Pedro Narváez Moreno, en 2007, no habíamos podido analizar con detalle debido a la escasa calidad del papel de imprenta de aquella publicación y el pequeño tamaño de la ilustración. El poder contar con un original de la fotografía y una digitalización de la misma de suficiente calidad nos ha permitido analizar los pormenores de aquel magnífico posado que hicieron para Domingo López el pueblo de Baeza y la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno “El Paso”. La primera consecuencia que podemos sacar de la foto es que López debió realizarla antes de 1917, posiblemente el año anterior, debido a que el Viernes Santo de 1917, día de la procesión de “El Paso”, fue día 6 de Abril, dos días después de que se publicara la Revista “Baeza”. El artículo que acompaña a la fotografía es de carácter completamente general y sobradamente conocido. La foto no es sino una ilustración sin más de una de las destacadas procesiones de la Baeza de la época, pero en el texto no se menciona siquiera la hermandad a la que corresponde. Nosotros vamos a intentar sacar diversas consideraciones tras la atenta visualización de la fotografía digital obtenida del original impreso. Nos encontramos pues en la mañana del Viernes Santo de muy posiblemente 1916, en Baeza, en el transcurrir de la procesión de la Cofradía de “El Paso” por la Plaza de Santa Cruz

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Fotografía: Domingo López Muñoz. Propiedad de D. Fernando Viedma Puche

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y el Palacio de Jabalquinto y la Cuesta de San Felipe Neri. En aquellos años se mantenía la costumbre de realizar estación en la Santa Iglesia Catedral, lo que se hacía siempre y cuando los Oficios del Viernes Santo hubiesen terminado a la hora de llegada de la Hermandad, y de allí provendría, o de la aledaña calle del Sacramento, como actualmente sigue haciendo. Podemos observar que el Templo Mayor aún no contaba con la escalinata central y mantenía su arquitectura original. La fotografía nos muestra interesantes detalles también del Palacio de Jabalquinto, con la solana sin cerrar y el magnífico templete gótico que cubría las balconadas de las torres, hoy desaparecido. La fotografía está realizada con toda seguridad desde el balcón del actual Instituto “Santísima Trinidad” y en ella queda meridianamente claro que para Baeza, efectivamente el Viernes Santo era un día grande. Muestras de ello son las “lujosas” vestimentas de la mayoría de quienes observan la procesión: capas españolas, sombreros de ala ancha o cordobeses, como se les conoce también en Baeza, chalecos y chaquetas son mostrados por los hombres, así como vestidos oscuros y recatados y pañuelos o mantillas, sin peineta, cubriendo la cabeza en las mujeres, denotan una actitud respetuosa y de gran celebración religiosa. Escasos son los penitentes de la hermandad que se observan y las actas de aquellos años dejan claro que efectivamente eran momentos complejos en ese aspecto, que, sin embargo, no tardarían en remontar los hermanos de “El Paso” cuyo número de cofrades iría creciendo progresivamente a partir de esta fecha. Hasta tres tipos de túnicas de penitentes o nazarenos aparecen en la fotografía. Por un lado la de los hermanos propios de la cofradía, de estameña marrón, con cola, y escapulario morado con la cruz dorada o amarilla en el pecho y cordón de lana ciñendo el hábito. La cabeza cubierta por capucha de estameña y el rostro descubierto. Portan cirios los adultos y velas los niños. El trono, que en aquellos años y según figura en las actas de la cofradía, necesitaba de una restauración y un nuevo dorado, era portado por costaleros a los que se daban “gratificaciones”, como también se hacía con los que llevaban el palio de seis varales y las andas de la Virgen. Lucía entonces candelabros de tulipas en las esquinas como se aprecia en la foto y era de pequeño tamaño y cargado por no más de seis hombres. El Señor iba cubierto con el tradicional palio portado por penitentes. La Dolorosa va en unas sencillas andas y tras su paso, cerrando el cortejo, la presidencia religiosa que no se aprecia, tapada por la efigie de la desaparecida Dolorosa, aunque sí su acompañamiento de acólitos y ciriales y la presencia también de algunos militares. A pesar del gran grupo de personas que figuran algo más alejadas de la procesión, cerca de la puerta de la Capilla de San Felipe Neri, no se aprecia banda o acompañamiento musical alguno. La segunda túnica que podemos apreciar es la de los hermanos de la cofradía del Rescate. No es nada nueva la presencia de hermanos de esta cofradía en la procesión de “El Paso”, de hecho, en aquella época era bastante normal que miembros de otras corporaciones acompañasen, bien de motu propio, bien a solicitud de la hermandad, e incluso remunerados

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por ello, a cofradías distintas a la propia. Hasta ahora habíamos visto a los hermanos del Rescate portando el palio del Señor o llevando las andas de la Virgen. Sin embargo, en esta fotografía los vemos formando parte del cortejo de la Virgen de la Compasión, como se la denominaba entonces, portando cetros y velas, además de las andas de la imagen. Sus hábitos, conocidos sobradamente, eran de estameña marrón, de cola, con escapulario o peto de color blanco, con la cruz trinitaria descalza en el pecho, y un cordón amarillo ciñendo la sotana. La cabeza igualmente con el rostro descubierto y con capucha de la misma estameña. La tercera de las túnicas que aparecen en la fotografía constituye todo un hallazgo. El pequeño grupo de penitentes que la portan figura en la parte izquierda de la foto, en la trasera del trono del Señor, y se identifican claramente por el gran escudo que llevan en la parte izquierda del pecho de sus hábitos. Un escudo con una forma muy concreta, con fondo blanco y una cruz latina en el centro en color oscuro en la foto, realmente de color verde. Efectivamente, nos hallamos ante la primera muestra documental del hábito de los hermanos de la Cofradía de la Vera Cruz anterior a 1927, un hábito del que sólo hay constancia en un artículo publicado en el Boletín de la decana de nuestras penitenciales en 1977. En este artículo, continuación de otros en los que Rafael Vañó Silvestre fue desgranando buena parte de la historia de la cofradía, se dice que en el mencionado año de 1927 la Vera Cruz decide modificar la túnica de sus penitentes. La cita textual es la siguiente: “También este año se cambió la túnica tradicional de estameña marrón y capuz, por un nuevo modelo, consistente en túnica blanca con botones y cordón morados. Capa y capirote de este mismo color, con el escudo sobre la capa, de raso blanco con una cruz verde y bordura de cordón de seda del mismo color.” Es esta sin duda la túnica a que se refería Vañó y que el conocía perfectamente y observamos que, además, tenía cuellos blancos y una especie de corbatín o dobladillo también claro a lo largo de lo que podría ser la botonadura delantera del pecho y que utiliza efectivamente la capucha o capuz para cubrir la cabeza.

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El escudo de esta túnica, como podemos ver en las imágenes que adjuntamos, es muy similar al de las posteriores túnicas de capa antes descritas y asevera la presencia de nazarenos de la Vera Cruz en aquella procesión de “El Paso” y la existencia del hábito que mencionaba Rafael Vañó en sus textos. Es muy probable que estos nazarenos estuviesen allí como meros espectadores, tras finalizar su propia procesión en el templo de Santa Cruz. No sabemos cuando se Reconstrucción de hábito. Casa Hermandad de la Vera Cruz.


instauró esta túnica en la Vera Cruz sustituyendo a la tradicional, antigua y estatutaria “…de lienzo crudo con sus caretas, las sogas y sandalias” y con una cruz verde en el pecho, pero hoy podemos asegurar que existió y formó parte de una época concreta de la cofradía. Tras la de capa morada instaurada en 1927, regresa la hermandad a este hábito de color “café” incorporando un peto negro con una cruz verde y un cordón franciscano de cinco nudos y retorna igualmente a la capucha para cubrir el rostro en lugar del capirote. Esta modificación se lleva a cabo en la reorganización de la cofradía tras la Guerra Civil, en 1945, y con ligeras modificaciones, es el hábito que visten actualmente los penitentes de esta hermandad en la madrugada del Viernes Santo.

Foto: Pilar Almonacid

La digitalización de imágenes antiguas y la obtención de originales de calidad de estas fotografías son importantes fuentes que permiten ahondar en la historia de nuestras hermandades, a la par que en sí mismas forman parte de nuestro patrimonio histórico. Es por tanto un material valioso que hay que preservar y conservar convenientemente. Rogamos a todas aquellas personas que estén en poder de este tipo de fotografías que las hagan llegar a personas competentes, al menos para que sean debidamente digitalizadas y preservarlas así y evitar su desaparición.

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Foto: Isabel y Pedro Fotógrafos

“Arte y Artistas de la Pasión” por Francisco Cruz Ruiz

LA MADRE DE DIOS EN SU LIMPIA, PURA E INMACULADA CONCEPCIÓN. DE ISRAEL CORNEJO SÁNCHEZ En Arte casi siempre resulta difícil escribir con profundidad sobre el autor de una obra artística; bien por el desconocimiento de documentación al respecto; o bien porque no parezca al público en general aspecto a tener en cuenta cuando tal obra es de gran belleza. Pero no es éste el caso, pues el autor de la última obra escultórica que viene a poner un nuevo “pellizquito” a la Pasión Dolorosa en Baeza, es autor vivo, y de vivaz ingenio; así pues parece incongruente realizar una biografía del imaginero, pues sería impreciso el resultado obtenido, a falta de comparativa y evolución histórica. Pero para los cofrades, por fortuna cada vez más interesados en mejorar todos aquellos aspectos devocionales relacionados con el tema artístico de sus hermandades, es inevitable no dedicar algunas palabras acerca de las características de la nueva talla de la Hermandad de Las Escuelas. Dos aspectos fundamentales debemos tener en cuenta: -La finalidad de la obra: Destinada a cumplir un propósito bien claro, que es el de servir de devoción particular de la Hermandad que ha realizado el encargo artístico. Mucho se ha insistido continuamente por parte de dicha Hermandad en que se hacía notar la falta de una imagen de de talla de María en la capilla de San Juan Evangelista, de la antigua Universidad, sede de dicha corporación. Finalmente, la Dolorosa se encuentra, tras su bendición el pasado día 12 de septiembre, en una pequeña capilla renacentista de arco de medio punto y decoración geométrica en el lateral norte, frente a la antigua y primitiva cruz en la que se encontraba enclavada la efigie del Cristo de la Misericordia. Curiosamente, en esta zona intermedia de la nave se encontraba hasta hace algunos años el lienzo de la dolorosa, llamada de la Paloma, que dado su precario estado de conservación fue trasladado al coro, donde se está procediendo a su restauración en diversas fases, debido a las grandes proporciones del mismo.

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Y por supuesto, aglutinar en torno a la misma, el sentimiento y fidelidad religiosa de todos los hermanos y pueblo de Baeza hacia la titular bajo el nombre elegido. Denominación ciertamente barroca tras la conjunción de dos importantes tradiciones piadosas en nuestro pueblo, que por juegos del destino han confluido en la cofradía del Lunes Santo. La primera parte ‘Madre de Dios’ en clara referencia cristológica, pues así aparece este título en la leyenda de 1743 grabada en el reverso de la antigua cruz del Cristo. Y la segunda, en relación con la defensa del dogma inmaculista de la Universidad de Baeza desde el siglo XVII. -Y los aspectos artísticos de la misma: Pues bien, el trabajo del autor, tras tener en cuenta estos requisitos devocionales del encargo y de componente artística y de religiosidad popular, muchos de los cuales suponen un obstáculo complejo de materializar, y que fueron convenidos desde el principio entre las partes, ha sido realmente satisfactorio. La talla está realizada en madera de cedro a tamaño natural, con “estilo tradicional”, como una de las exigencias contractuales, entendiéndose así que debe ser imagen de candelero para vestir, con rostro y características propios del prototipo de dolorosa andaluza. El autor ha impreso su sello particular a la obra, otorgándole una ceñida cintura, que se inclina levemente hacia delante, como intentando aproximarse al espectador. El cuello recto, dando firmeza a la imagen, con apreciable, aunque suave, hueco interclavicular. El rostro, inmarcesible, con siete lágrimas, destaca por su palidez, contrastada por rojizos párpados y ojeras, y un dulcísimo hoyuelo en el mentón. La nariz, rectilínea pero sin vértices angulosos que estropeen la suavidad del modelado, así como el entrecejo aplanado y las finas cejas, rasgos estos que son identificativos del escultor. La cabeza se encuentra delicadamente inclinada hacia la izquierda, en compungido ademán. Aunque son los ojos llorosos, así como la tenue visión que nos ofrece de la dentadura y especialmente los amoratados labios, como signos de profundo dolor y sufrimiento interno, los elementos que puedan darle mayor impronta y originalidad a la efigie. En cuanto a las manos, que son abiertas, observamos más que suficiente abertura entre las falanges, mostrando dedos afilados, con señalados hoyuelos en los nudillos. Podemos decir, que se trata de la parte escultórica más genuinamente ‘de Cornejo’, tal y como se aprecia en otras dolorosas del autor, como por ejemplo, en la imagen de Nuestra Señora de los Remedios, de la cofradía universitaria de Granada, que este año 2016 saldrá a la calle por vez primera tras varios esperando completar su paso. Finalmente, se completa la talla, con articulado fijo en brazos y muñecas, que permite gran amplitud de movimiento. Pudiera parecer que no podemos añadir nada más al respecto, en esta síntesis artística sobre la imagen que por ahora viene a convertirse en la última incorporación imaginera de la Semana Santa baezana, pero no podemos obviar que tratándose de una talla de vestir, la faceta del imaginero, al que le espera una larga carrera artística por toda nuestra geografía, supone a lo sumo el cincuenta por ciento de la visión que ésta ofrezca a quien la contemple. Nuestro imaginero veleño ha cumplido su parte de forma acendrada. Si bien a la Dolorosa le ha sido concedida la medalla de la Asociación de las Damas de la Inmaculada de la Infantería de Toledo, así como la de la Universidad Biatiense, será ahora a la Hermandad y al pueblo de Baeza a quienes corresponda velar por su nueva y piadosa efigie.

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“La Pasión según.. ”

por Fr. José Anido Rodríguez, O. de M. LA SEMANA SANTA DE EL FERROL SEMANA SANTA EN LA CIUDAD DEL MAR Un mar de palmas y olivos abre en la mañana del Domingo de Ramos las celebraciones de la semana grande de los cristianos, una semana que es también la semana grande de la Ciudad Departamental, de la ciudad de Ferrol. Sobre este mar agitado por los cofrades niños, Jesús entra en Jerusalén. Y Ferrol durante ocho días se transformará en una Sión que será de nuevo escenario de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Una Ciudad Santa recorrida por la brisa del mar a lo largo de sus calles fruto de la Ilustración del s. XVIII. Sin embargo, esto no siempre fue así. Documentadas desde 1616, las celebraciones tradicionales de la Semana Santa ferrolana hasta el s. XX se centraban en la jornada trágica del Viernes Santo. Por la mañana, camino del Calvario, se producía el santo Encuentro en la plaza vieja de la villa: el Nazareno se encuentra con su Madre acompañada de san Juan Evangelista. Tras esto, el Nazareno se ocultaba; y delante del Crucificado allí dispuesto se predicaba el tradicional sermón de las Siete Palabras. A su término, se realizaba la función del Desenclavo y la sagrada imagen del Señor muerto se depositaba en su urna para proceder a la procesión del santo Entierro. A su conclusión, Nuestra Señora de los Dolores regresaba a su templo en la procesión de «Os Caladiños» (Los callados). Esta estructura orgánica, clásica, multisecular de la celebraciones de la Pasión de Cristo se verá alterada cuando en 1892, Manuel Corgo realice un nuevo Yacente, y los talleres compostelanos de Urbano Anido confeccionen también una nueva urna. Esto convertirá en innecesaria la función del Desenclavo rompiéndose la necesaria unión de Encuentro, Entierro y «Caladiños». Con el nuevo siglo, las celebraciones de Semana Santa sufrirán una cierta decadencia similar a la que podemos encontrar en otras latitudes de la geografía nacional. Será tras la Guerra Civil cuando se sienten las bases de su configuración actual. Dos hitos son determinantes en

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este caminar: el Viernes Santo de 1943, varios miembros de la Congregación de Servitas (en la ciudad desde 1750) acompañan de hábito y capuz a la imagen de Nuestra Señora de los Dolores en la procesión de «Os Caladiños». Son los primeros capuchones de la Semana Santa ferrolana. Dos años más tarde, el 28 de diciembre de 1945 se funda la Cofradía de caballeros del Santísimo Cristo de la Misericordia, será este el inicio de un florecimiento cofrade en la ciudad. Dolores y Misericordia se fusionarán de modo definitivo en 1992, dando fin a la unificación de las cofradías nacidas en la iglesia de Dolores. En 1948, se reconstituye la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, que tenía su origen en el lejano 1768. 1950 es un año fecundo: surgen los Portadores del Santo Entierro dentro de las Cofradías de Dolores, una aparición que cristalizará en su constitución, más adelante, como Cofradía independiente; y la recuperación como penitencial de la Cofradía de Nuestra Señora de la Merced, fundada en origen con la llegada de los Padres Mercedarios a Ferrol en 1908. Por último, 1957 ve nacer la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad o de la Venerable Orden Tercera de san Francisco. Así queda constituido el actual panorama de cinco hermandades que están activas en la ciudad: la Venerable, real y muy ilustre cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima de los Dolores (con sede canónica en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Dolores); la Pontificia, real e ilustre cofradía de Nuestra Señora de las Angustias (santuario de Nuestra Señora de las Angustias); la Cofradía de la venerable orden tercera de san Francisco (iglesia de la V. O. T., anexa a la iglesia parroquial de san Francisco); la Cofradía de Nuestra Señora de la Merced y del Santísimo Cristo Redentor (con sede en la capilla de la Merced, en el colegio «Tirso de Molina»); y la Hermandad de Caballeros del santo Entierro (con sede en la concatedral de san Julián) . Son estas cinco herederas en grado diverso de distintas corporaciones que en centurias y décadas anteriores habían surgido en la ciudad: las órdenes terceras franciscana, servita o mercedaria, o la cofradía de las Angustias ligada al barrio de Esteiro. Del mismo modo que heredan el pasado, estas cinco servirán para aglutinar otras cofradías o hermandades que irán naciendo a lo largo del s. XX pero que, por diversos motivos, no lograron mantener una actividad independiente. Conjugar la existencia de sólo cinco hermandades con la proliferación de procesiones a lo largo de toda la Semana Santa es posible porque las diferentes cofradías se dividen en «tercios» con una uniformidad diferente y una imagen titular propia, aunque compartan estatutos y la devoción a las imágenes titulares de toda la corporación. Así, las diferentes procesiones aun organizadas por la misma cofradía difieren en los tercios titulares que las caracterizan. Con esto en la mente, podemos ya comenzar a recorrer los misterios de la Pasión del Señor tal y como son contemplados en las calles de Ferrol. Convertida la ciudad en nueva Jerusalén, el Señor quiere entrar por sus puertas, y lo hace, en la mañana del Domingo de Ramos, con las procesiones de «Jesús amigo de los niños» desde la iglesia de las Angustias, y la «Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén» de la iglesia de Dolores. Ambas cuentan con la imagen de Jesús sobre la borrica en el momento de entrar en la ciudad Santa, ambas provenientes de los talleres de Olot. La diferencia entre las dos salidas procesionales la marca la imagen de san Juan Evangelista de las cofradías de Dolores, talla anónima del s. XVIII, de especial devoción entre los niños. Su diestra señala al frente con el dedo índice erguido, de ahí que ante peticiones de sus hijos que no quieren conceder, las madres responden «te lo daré cuando san Juan baje el dedo». Tras una mañana de gloria, la tarde se abre ya a las

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escenas de la pasión del Señor. Desde el palacio de Pilato, «Ecce Homo»: de la iglesia de la Orden Tercera sale la imagen del Ecce Homo (Florencio Gambino, s. XVIII) que muestra en sus expresivas manos la tensión de la condena, su mirada agotada tras una noche de insultos y sufrimientos, nos presenta al Hombre en su esencia más pura, desnudo de toda pompa u oropel, al margen de la burla que supone el manto púrpura que cubre sus hombros. Le acompaña la imagen de san Pedro Apóstol (Florencio Gambino, s. XVIII) y el crucificado Cristo de la Luz y de la Buena Muerte (David dos Santos Feal, 2005). El Lunes Santo, María sufre en su amargura al contemplar a su Hijo crucificado. De la iglesia de Dolores parte la procesión de «Cristo Rey y la Virgen de la Amargura». Acompañando a la Santísima Virgen de la Amargura (Fernando Murciano, 2011), desde el año 2015, los alumnos del colegio «Cristo Rey» procesionan acompañando al Cristo de su capilla, que unos días antes ha sido trasladado al templo desde el que saldrá. Al día siguiente, el Martes Santo, desde la iglesia de la Orden Tercera, meditamos en cómo la muerte del Señor se convierte en iluminación de nuestras tinieblas para nuestra redención: el Santísimo Cristo de la Luz y de la Buena Muerte (David dos Santos Feal, 2005) vuelve a recorrer las calles de la ciudad centrando la atención de los fieles. Unas horas más tarde, del templo de Dolores sale la imagen de Nuestro Padre atado a la columna (Olot, 1967) acompañado de la nueva talla de la Santísima Virgen de la Esperanza (José María Hurtado, 2014). Esta talla fue presentada en la capilla de los Marineros en Sevilla, sede de la hermandad de la Esperanza de Triana. Su paso es portado en exclusiva por mujeres, siendo esta misma dotación la misma que porta a Nuestro Padre Jesús Nazareno, de esta misma hermandad, el Jueves y el Viernes santo. El corazón de una Madre llena de Esperanza a sus hijos que la toman de la mano. Si la noche anterior concluyó con la retirada de la Esperanza que por signo identificativo muestra el ancla, la tarde del Miércoles Santo se abre desde la parroquia del Socorro, en el puerto, con el Santísimo Cristo de los navegantes, una devoción muy propia de esta ciudad marinera. La procesión es organizada por la misma parroquia sin estar ligado a las cofradías penitenciales. Poco después de invocar la protección para nuestros marinos, desde la iglesia de la Merced, la redención de la Cruz libra a los cautivos del pecados: en el año 2004 fue

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recuperada la tradicional salida de la cofradía de la Merced que, desde la crisis de los años 70, había dejado de procesionar. Preside esta procesión la imagen dolorosa de Nuestra Señora de los Cautivos, obra de José María Hurtado que, desde el 2012 substituye a la anterior de Jesús Méndez Lastrucci, sus portadores son en su mayoría alumnos y alumnas del colegio Tirso de Molina. La otra imagen titular de la cofradía, el Santísimo Cristo Redentor (José Rivas, 1925) es portado sobre su cruz por mujeres, en origen madres de los alumnos del citado colegio. A la retirada, el Real Coro «Toxos e Frores» interpreta diversas composiciones en honor de las dos imágenes. Este sentido de la redención se puede meditar también de la mano de la cofradía de las Angustias, unas horas más tarde: desde su santuario, recorre las calles de la ciudad acompañando al Santísimo Cristo del Perdón (Francisco Guerra, 1865) y María Santísima de los Desamparados (anónima, s. XIX). En busca de ese perdón también la cofradía de Dolores realiza en este día su procesión explícitamente penitencial, en la que participan los cofrades de todos los tercios formados por mayores de 16 años. Realizan esta salida con el Santísimo Cristo Yacente, realizado a mediados de los años 90 en los talleres de la Cofradía. Por último, desde el año 2014, en la noche profunda, desde la iglesia de la Orden Tercera de san Francisco, completando este recorrido por el perdón y la redención del Salvador, parte la procesión de «Nuestro Padre Jesús camino del Calvario», presidida por un nazareno realizado en los talleres de la cofradía con este fin, y por la Santísima Virgen del Perdón y de la Misericordia, bendecida en el año 2015. Comienza el Triduo Sacro en la tarde del Jueves Santo: tras celebrar el Oficio de la Cena del Señor, contemplamos el bullicio de la ciudad que recorre las distintas iglesias del centro

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para hacer estación ante el Santísimo Sacramento en el Monumento. Cumplida con la obligación principal del cristiano, que es para con la Eucaristía, pronto volveremos a meditar las escenas de la Pasión del Señor. Este día disfruta de dos de las procesiones de más devoción, titulares de las dos hermandades más numerosas de la ciudad. A media tarde, sale «Nuestra Señora de las Angustias» desde su santuario. Participan todos los tercios de la hermandad acompañando imágenes de gran valor artístico y religioso: Nuestro Padre Jesús Nazareno o de Medinacelli (anónimo, s. XVIII); el Santísimo Cristo de la Agonía (Florencio Gambino, 1790); el Santísimo Cristo Yacente (Guillermo Feal, 1956), y la titular de la cofradía, la Santísima Virgen de las Angustias (anónimo, s. XVIII) que porta entre sus brazos el Cuerpo exánime de su Hijo. Es esta una imagen de gran devoción en el barrio de Esteiro, que siempre ha sentido la cofradía como una seña de identidad. Caída la noche, es el turno del «Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima de la Piedad» de la cofradía de Dolores. Es esta la primera procesión de la configuración renovada de la Semana Santa a partir de 1946, primero en torno a la advocación crística y, desde 1949, también con la imagen de María Santísima de la Piedad. Es esta la procesión que más cofrades pone en la calle, más de seiscientos hermanos. A lo largo de su recorrido podemos contemplar y meditar diversos momentos del sufrimiento del Señor en su Pasión. Abre su desarrollo, un misterio propio de la noche del Jueves Santo, la Oración en el Huerto (Olot, 1953), donado por el Ayuntamiento de Ferrol. Tras orar en Getsemaní, con la llegada de los guardas judíos, aparece Nuestro Padre Jesús Cautivo (Fernando Murciano, 2008), esta imagen substituye en la iconografía del prendimiento a la imagen articulada de Nuestro Padre Jesús Nazareno (Florencio Guerra, 1863). Esta imagen puede contemplarse a continuación, con su tradicional posición de Jesús con la cruz a cuestas. Tras llegar al monte Gólgota, el Señor es crucificado y, así, hace su aparición, el Santísimo Cristo de la Misericordia (Romero Benítez, 1999), imagen de nueva factura que ha substituido a la tradicional de Baldomero Baño (1868). La emoción rompe la noche al pasar el Santísimo Cristo de la Misericordia por delante de la iglesia de la Merced: Nuestra Señora de los cautivos sale al umbral para rendir homenaje a su Hijo que pasa. Tras Jesús crucificado, el tercio penitencial muestra su configuración con Cristo sufriente portando cruces a cuestas y, de modo especial, llevan un Crucificado a hombros de varios hermanos. Cierra la procesión quien no debe faltar, la Madre, la Santísima Virgen de la Piedad, talla anónima del s. XVIII, primitiva dolorosa de la ciudad que participaba en las procesiones del Viernes Santo. A la retirada, en la plaza de Amboage, delante de la iglesia de Dolores, la banda de la Brilat con sede en Pontevedra, que ha acompañado al Santísimo Cristo de la Misericordia toda la procesión, canta al Cristo y a la Virgen. Sus cantos son los bien conocidos de «La muerte no es el final» (con unos instantes de oración por los caídos), «Una Madre no se cansa de esperar» o «Pescador de hombres». Las lágrimas emocionadas de los cofrades y del pueblo cierran la noche que ya espera el alba terrible de la mañana del Viernes. Por tarde que se haya acabado en la madrugada, el despertar en el Viernes Santo no se hace esperar. Pronto se abren las puertas de la iglesia de Dolores desde donde parten, primero, Nuestro Padre Jesús Nazareno (Florencio Guerra, 1863), con la cruz a cuestas, ayudado por Simón de Cirene. Y después, un poco más tarde, con un recorrido diferente, al encuentro de Jesús, La Verónica (anónimo, s. XVIII), san Juan Evangelista (anónimo, s. XVIII), y la otra imagen titular de la cofradía, Nuestra Señora de los Dolores (anónimo, s. XVIII). Esta

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dolorosa viste un manto bordado por las MM. Adoratrices de Madrid y donado por el pueblo de Ferrol, adornado con el escudo de la ciudad. En la plaza de Armas, delante del ayuntamiento, los distintos pasos se encuentran y sus dotaciones los bailan uno frente a otro, según se confrontan la Verónica, san Juan y la Virgen con Jesús Nazareno. Al estar juntas las cuatro imágenes los portadores los alzan de los hombros a las manos y así elevados al cielo permanecen un instante en oración. Reorganizada la procesión, ahora unificada, se retiran hacia su templo. A primera hora de la tarde, en el contexto de la celebración de la pasión del Señor, desde la Merced parte el único crucificado del Viernes Santo, el Santísimo Cristo Redentor, situado este día sobre una cruz arbórea realizada por Jesús Yáñez en el 2007. La especial luminosidad de esta cruz hace que al contemplar a Cristo crucificado intuyamos tras Él la mañana de Resurrección. A media tarde, desde la iglesia de Dolores vuelven a partir san Juan, el Discípulo Amado, en compañía de Nuestra Señora de los Dolores rumbo a la concatedral de san Julián. Desde allí, finalizados los Oficios, parte la procesión del Santo Entierro: abre san Juan, continúa la Urna (Urbano Anido, 1892) con el Cuerpo del Señor (Manuel Corgo, 1892) a hombros de sus caballeros portadores, y cierra la procesión la Virgen de Dolores que

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contempla contristada el cuerpo yacente de su Hijo. Al termino de la procesión, en la concatedral, se procede al rezo de vísperas y a velar la Urna con la sagrada imagen. Desde allí, a última hora de la noche, partirá la Dolorosa acompañada de san Juan rumbo a su templo en la tradicional procesión de «Os Caladiños». Antes de entrar en el templo y retirarse la imagen de la Madre, se reza la Salve por todo el pueblo, que la ha acompañado con velas. De modo similar, un poco antes, de la iglesia de la Orden Tercera, sale la procesión de «Nuestra Señora de la Soledad», a ella la acompaña la imagen de Santa María Magdalena arrodillada y abrazada a la Cruz (Guillermo Feal, 1959) con su peculiar paso ovalado. La imagen de la Soledad (anónimo, s. XVIII) muestra el profundo dolor de una Madre que ha perdido a su Hijo, un luto reflejado en su rostro afligido y en negro de sus vestiduras del s. XIX. El Sábado Santo guarda un silencio expectante que mira a la Vigilia Pascual que se celebrará al caer de la noche. Durante todo este día la iglesia de las Angustias se encuentra abierta para dar cabida a una de las tradiciones más arraigadas en la ciudad: en su paso se encuentra la Virgen de las Angustias vestida de luto riguroso, coronada sólo con doce estrellas. Sus cofrades ofrecen una flor del exorno de su trono del Jueves Santo a cambio de una limosna a depositar en el cofre de caridad. En la tarde saldrá la cofradía entera con capuces negros, acompañando a la enlutada Madre, hasta el antiguo Hospital de Caridad. Allí, el Hermano Mayor llamará con un mazo de plata a la puerta de la capilla, entrarán los hermanos y la imagen de la Virgen, y, tras una oración, harán entrega de la limosna recaudada durante todo el día. Así, con un acto de caridad, termina la penitencia de la Semana Santa ferrolana. La mañana del Domingo de Pascua desde el año 2006 cuenta con sus desfiles procesionales para celebrar la gran alegría de la Resurrección del Señor. A imagen de la mañana del Viernes Santo, diversas imágenes salen al encuentro: desde la iglesia de la Orden Tercera, parte el Resucitado, centro de las celebraciones en este día grande de la cristiandad. Desde la iglesia de la Merced parte santa María Magdalena, con la cara apenada de quien todavía cree que se dirige a embalsamar a su Maestro y no a encontrarse con su Salvador vivo. Por último, desde la iglesia de las Angustias avanza la Virgen de la Luz. En cuanto se encuentran en la plaza de de Armas, suenan cantos e himnos de alegría y todos los cofrades se descubren. Celebrado el Encuentro, la procesión, transformada en la primera procesión de Gloria del año, continúa en dirección a la iglesia de la Orden Tercera donde se recogerá. Así se da conclusión a las celebraciones de Semana Santa en la ciudad de Ferrol. Al día siguiente, Lunes de Pascua, la ciudad celebra a su patrona la Virgen de Chamorro en alegre romería a uno de los verdes montes que rodean la ciudad. En alegría de Ramos comenzaba la semana, en alegría patronal termina la misma. Muchas cosas nos hemos dejado en la paleta mientras esbozábamos este fresco de la ciudad del mar; pero es imposible en unos breves párrafos plasmar la intensidad de la emoción o la belleza de las imágenes de la ciudad en estos días. Sólo la visita demorada y la contemplación detenida, junto con la conversación con sus habitantes puede ofrecer una idea ajustada del sentido profundo de estas celebraciones para la ciudad de Ferrol. Nota: Las fotografías de este artículo son propiedad de la Junta de Cofradías de El Ferrol, algunas de los años 50 del siglo XX.

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Foto: Carlos Arcos

Cuaderno de Opinión

por Toni Martínez Murillo

“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura”. (Marcos 16, 15)

Después de la Resurrección, Jesús se presentó ante sus Apóstoles y les dio un mandato, “predicar la Buena Nueva”. Al comienzo de su vida pública los eligió, los llamó, convivió con ellos, les enseñó un estilo de vida distinto y, finalmente, los envió con una misión. De igual manera, nos llama a cada uno de nosotros para que colaboremos con Él. La vocación de todo cristiano tiene que ser imitar el comportamiento de Cristo, y hacer “Apostolado” llevando su mensaje a todos los hombres. Hemos sido llamados y tenemos que dar respuesta. El “Creador” nos hizo libres, y desde esa libertad podremos elegir entre seguir a Cristo, o vivir la vida apartados de Él. Baeza es una ciudad eminentemente cofrade, tenemos el honor de contar con 21 Hermandades de Pasión y 5 de Gloria. El hecho de pertenecer a una Cofradía nos facilita la tarea de ser cristianos, pero claro, para eso tenemos que implicarnos y participar en los actos y celebraciones que se organizan. La finalidad de las procesiones de Semana Santa es sacar el Evangelio a la calle, es impartir catequesis a través de las imágenes, en definitiva, es predicar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Cuando nacieron las Hermandades, uno de sus fines consistía en dar formación cristiana a una población de baja cultura religiosa, que no conocía la vida de Jesús. Hoy día, nos encontramos ante una sociedad que cada vez se aparta más de Dios y del Evangelio, por eso es de vital importancia salir a la calle a catequizar. En Baeza, se realiza una importante labor en este sentido. Cada cofradía pone en escena un Pasaje Evangélico y, año tras año, las hermandades se esmeran en conjugar la Evangelización, con el arte de las imágenes y con el patrimonio que se procesiona. Pero claro, a un verdadero seguidor de Jesucristo, no le puede bastar el hecho de pasear imágenes. Hay que profundizar más, hay que analizar otros fines, por ejemplo: la Caridad, la Formación Espiritual y la Evangelización.

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Foto: Manuel Higueras

La Caridad es básica en una Cofradía. Todos sabemos que, según marcan los Estatutos, la décima parte de los ingresos de las cuotas de los hermanos, se deben destinar a paliar las necesidades del prójimo. Habría que preguntarse, seriamente, si se cumple con este menester al que tanta importancia le daba, el Doctor de la Iglesia, San Juan de Ávila. Bajo mi punto de vista, el tema esencial en una Cofradía es, Evangelizar a sus cofrades. Sabemos que muchas personas carecen de la formación necesaria en torno a la fe, y que muchos de ellos, se acercan a las hermandades con el único propósito de salir de penitente, de llevar sobre sus hombros una imagen o de tocar en una banda. A estos cofrades hay que explicarles lo que realmente significa pertenecer a una Cofradía. Es imprescindible que reciban formación cristiana, y hay que enseñarles a ser coherentes entre lo que piensan, lo que dicen y lo que hacen. También tienen que ser conscientes de que su testimonio, es clave, para que se conviertan las personas más cercanas a ellos: familiares, amigos, compañeros, vecinos… Como baezana, reconozco la magnífica tarea que realizan, tanto las Hermandades como la Agrupación de Cofradías y, por supuesto, todos sabemos que es encomiable la labor que desarrolla la Asociación Religiosa y Cofrade, a la que pertenezco desde hace muchos años, “El Capirote”. Todos trabajan para el mayor engrandecimiento y gloria, de nuestra Semana Mayor. Sin embargo, como cristiana, pienso que hay que dar un paso más, y pasar de la catequesis pública con imágenes, a la veneración máxima al Santísimo Sacramento. Hemos de intentar conseguir para Baeza una Capilla de Adoración Perpetua a la Eucaristía. A principios de Septiembre tuve el honor de visitar la Capilla que hay en Zaragoza, y creo que Baeza, que ha sido desde siempre un referente católico, y que cuenta con personas muy válidas y piadosas, tiene que solicitar y mantener abierta, una Capilla de Adoración Perpetua. Ya existe un numeroso grupo de voluntarios dispuestos a dedicar, una hora a la semana, para adorar a Jesús Sacramentado, y al mismo tiempo, facilitar que otras personas se puedan acercar al Señor, a cualquier hora del día. Baeza, es una ciudad impregnada por la espiritualidad, de grandes santos y de excelentes moradores, que a lo largo de muchos siglos dejaron aquí su impronta. Por tanto, nos sentimos en la obligación de fortalecer nuestra relación con Dios. Tener “Adoración Perpetua a la Eucaristía” es muy importante para una ciudad. Cuando un cristiano está en adoración, recibe del Señor enormes gracias. El mismo Jesús, nos dijo: “Venid a mí todos los que estéis cansados y agobiados que yo os aliviaré.” (Mt 11:28) ¡Feliz Pascua de Resurrección!

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Foto: Isabel y Pedro Fotografos

Balance de la Semana Santa 2015

“Capirotazos” y “Ovaciones” por Damián Cruz Martínez

Como viene siendo habitual, “El Capirote” convocó un año más a los cofrades baezanos a participar en una tertulia dedicada monográficamente a analizar con detalle lo acontecido durante la Semana Mayor. La primera cita tuvo lugar en la sede de la Asociación, sita en la calle de San Francisco, con gran asistencia de público, que debatió intensamente durante casi cuatro horas. La sesión fue moderada por el Secretario de “El Capirote”, Sebastián Cabrera. Además de esta tertulia presencial, ha de hacerse alusión a la convocatoria que “El Capirote” realizó en el mismo sentido a través de su página en Facebook. Se trata de una iniciativa que nació en 2013 y que desde entonces ha ganado protagonismo de manera considerable, por lo que cabe afirmar que ya constituye un componente esencial en los balances de la Semana Santa que auspicia nuestra Asociación. Este debate en la Red, de todo un fin de semana, está permitiendo comentarios mucho más concretos y evolucionados, con todo lujo de detalles e incluso investigaciones de los cuales “El Capirote” conserva buena parte ya que pueden convertirse en origen para trabajos más profundos sobre los temas a tratar. Sería del todo imposible reunir en unas pocas páginas la totalidad de opiniones y apreciaciones que se vertieron por ambas vías, pero no nos resistimos ha intentar realizar un resumen amplio de las mismas, sin que ello suponga menoscabo para los juicios que, por motivos de espacio, han quedado fuera de esta crónica. Pasamos pues, sin más preámbulos, a resumir el balance de la Semana Santa de 2015, comenzando por lo expuesto en la reunión presencial. A lo largo del debate fraguado durante la tertulia se pusieron de relieve, con plena libertad, tanto los aspectos dignos de encomio como aquellos que, a juicio de los participantes, eran merecedores de crítica. Todo ello dentro de un clima mesurado y constructivo, en aras de ir mejorando en el cuidado de los cultos y manifestaciones públicas de Fe de nuestras Hermandades de Pasión. De todos modos, como no podía ser menos, el tono dominante fue sumamente positivo. El hecho de que la lluvia no hiciera acto de presencia y el alto nivel de participación y de asistencia tanto a las ceremonias litúrgicas como a las

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prácticas devocionales dio como resultado una de las Semanas más brillantes y exitosas que se recuerdan, y no faltaron voces que se atrevieron a calificarla como la mejor de nuestra historia. Muchas cuestiones fueron valoradas favorablemente, y se hicieron merecedoras por tanto de la correspondiente “OVACIÓN”. Realmente fueron felicitadas prácticamente todas las Hermandades, aunque especialmente se destacaron los desfiles procesionales de algunas como El Huerto, Las Escuelas, El Rescate, La Vera Cruz, La Expiración, El Descendimiento o El Santo Entierro. Por más que hubiera luego matizaciones en aspectos concretos, lo cierto es que, en líneas generales, tales Cofradías fueron objeto de numerosos elogios. En cuanto a los detalles o acontecimientos acaecidos en la Semana Santa, fueron aplaudidos especialmente la recuperación de las andas en el paso de palio de la Cofradía de El Santo Entierro (gracias al entusiasmo de sus bravas horquilleras), el acompañamiento musical de ciertas Hermandades, el palio de cajón de María Santísima de la Amargura, del Calvario, la petalada que se brindó a María Santísima de la Aurora (Vera Cruz), los adornos florales en San Ignacio para la salida de La Borriquilla, el cambio de recorrido de La Soledad y el saludo de María Santísima de la Paz (Santa Cena) en Santa Cruz. No obstante, el sentir general apuntaba a que el acontecimiento más significativo de la Semana Santa baezana de 2015 fue la primera salida procesional de Maria Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos. Aunque algunos tertulianos consideraron que dicha salida había sido prematura, la mayoría de los asistentes se decantó por una valoración positiva, ponderando la valentía de la decisión adoptada por la Hermandad del Huerto y la dignidad con que se llevó a cabo, sin que fuera óbice la precariedad de medios. Al margen de los desfiles procesionales, hubo otros aspectos vinculados a la actividad cofrade que, en mayor o menor medida, fueron objeto de atención por parte de varios participantes en la tertulia. Así, fue ovacionado todo el elenco de cultos celebrados a lo largo de la Cuaresma, así como la mayor parte de los altares del Jueves Santo. Tanto el Cuaderno Cofrade “El Capirote” como el Libro Oficial de Semana Santa recibieron palabras de elogio así por la calidad de sus contenidos como por la cuidada presentación, que está a la altura de cualquiera de las publicaciones de primer nivel en su ramo. Antes de pasar al apartado de “CAPIROTAZOS”, es obligado aludir a ciertos aspectos que, por decirlo en lenguaje taurino, suscitaron división de opiniones, como prueba del carácter plural de nuestra tertulia. El ejemplo más claro viene representado por el nuevo recorrido de la Cofradía de La Columna. Varios participantes en la tertulia lo consideraron un acierto, pero otros, en número similar, lo criticaron abiertamente, al considerar que ese trayecto ralentiza la procesión y aumenta el riesgo de “esquinazos” (toques del trono con las paredes al girar en zonas particularmente estrechas), lo que desluce el paso de misterio. Un contertulio apuntó que lo más problemático no es el recorrido en sí, sino el hecho de que se acometa cuando la Cofradía se encamina a Tribuna; a su juicio, habría sido preferible adoptarlo en el trayecto de recogida al templo. Otro aspecto que, desde hace años, genera opiniones encontradas es el Vía Crucis del Viernes de Dolores. Mientras algunos valoran positivamente su recorrido y su amplia participación, se sigue pensando que el traslado posterior de

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las imágenes a sus templos es completamente innecesario si se iniciase el acto en el Templo Mayor y finalizase en la sede de la Hermandad de turno. Finalmente, hubo también un debate bastante intenso en torno al nuevo hábito de estatutos aprobado por la Cofradía de La Humildad (blanco y con cola), que hizo una primera aparición preliminar en su procesión del Jueves Santo. Dicho debate se produjo ya en su día en el seno de la propia Hermandad, y llegó a trascender a otros ámbitos en términos quizá algo extemporáneos. Afortunadamente, en el seno de esta tertulia las opiniones se confrontaron de manera correcta y sosegada. Así, el nuevo hábito contó con apoyos encendidos, que valoraron sus virtudes estéticas y devocionales, amén de otros aspectos más coyunturales como el hecho de ser más barato que el existente hasta ahora, de terciopelo granate. Las opiniones contrarias, por su parte, hicieron hincapié en que constituye un cambio sumamente radical, que la túnica de cola no es lo más adecuado para la tarde del Jueves Santo y que remeda los usos propios de cofradías de otras ciudades, alejándose de la idiosincrasia propia de Baeza. Como era de esperar, el debate quedó abierto, y todo apunta a que partidarios y detractores seguirán mostrando sus discrepancias en años venideros y en el consiguiente debate de nuestro Facebook quedaron zanjadas y aclaradas muchas de las dudas suscitadas por este cambio, como veremos más adelante.. Pasamos ya al análisis de las cuestiones que recibieron una valoración negativa en forma de “Capirotazo”. Algunas de ellas guardan relación con los cambios en los recorridos procesionales. Ya hemos aludido anteriormente al de la Columna, que provocó división de opiniones. Por su parte, el paso de La Borriquilla por Enrique Moreno y el de Las Escuelas por el Muelle del mercado de abastos recibieron opiniones mayoritariamente contrarias. También se criticó en Las Escuelas la barahúnda de los niños que inician el cortejo, contraria al nuevo carisma “de negro” que ha adoptado la Hermandad. Entre los desfiles procesionales objeto de crítica, se mencionó especialmente el formado por La Sangre y La Fervorosa, que, aunque empezó bastante bien (su paso por la Calle del Rojo suscitó parabienes), quedó muy deslucido en su paso por tribuna, con ambas hermandades muy desorganizadas y separadas entre sí. Como en años anteriores, La cofradía de “El Paso” fue objeto de serias llamadas de atención en

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Foto: Carlos Arcos

este terreno. El éxito de la ceremonia llevada a cabo en la Plaza de España (la mejor en muchos años, a juicio de algunos contertulios) no ha hecho olvidar los problemas que secularmente arrastra en su estación de penitencia y que requieren una profunda reflexión. Asimismo, varios contertulios mostraron su pesar por el desfile del Resucitado, considerado como bastante desangelado y sin signos de mejoría, máxime si tenemos en cuenta que actualmente goza de la condición de procesión oficial. Por último, se hicieron otras consideraciones de carácter general y se aludió a otros hechos colaterales al entorno pasionista. Por ejemplo, fueron numerosas las advertencias hacia el orden en las procesiones y a que se ajusten a los horarios estipulados. Algunos asistentes postularon, por su parte, que las cofradías que todavía mantienen la capucha deberían sustituirla por el capirote, pero bien entendido que éste debe tener unas medidas regulares para todos los miembros del guion penitencial, cosa que, por desgracia, no siempre se aprecia en nuestras hermandades. Hubo quejas por el tumulto que ocasionalmente se forma en las puertas de los templos; particularmente en La Catedral, donde en el encierro de muchas procesiones entran personas ajenas al cortejo. Los representantes del Descendimiento mostraron su malestar con el Ayuntamiento, que no les cede el escenario del Teatro Montemar (con salida por la Calle Aguayo) para organizar el guion, lo que repercute negativamente en su salida. Finalmente, hubo varios capirotazos hacia el sector hostelero de la ciudad, ya que, según ciertas voces, se implica de manera insuficiente en la buena marcha de la Semana Santa (por ejemplo, se le reclama una mayor presencia publicitaria en el programa oficial, los cuadernos cofrades y otras publicaciones monográficas). Tampoco quedaron sin crítica las terrazas abiertas a lo largo de los recorridos procesionales; particularmente la situada en plena carrera oficial, totalmente inoportuna en ese contexto y que genera múltiples inconvenientes para el público que quiere ver los desfiles. Como hemos comentado, el debate en nuestra página de Facebook fue incluso más intenso y detallista, con intervenciones de cofrades muy preparadas, con sugerencias y alternativas concretas. He aquí algunas pinceladas de lo que fue una gran tertulia cofrade en la

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Red. (Bien es cierto que en esta ocasión hubo menos intervenciones que la pasada edición, provocadas por la desaparición del “perfil” de “El Capirote” que los gerentes de Facebook transformaron en Página semanas antes de llevarse a cabo este coloquio, lo que cambió el sistema de recepción de los mensajes a los participantes, mucho menos ágil que antes). Para no incidir en lo coincidente entre ambas convocatorias comentaremos aquí tan sólo los detalles que consideramos más notables. A la cofradía de “La Borriquilla”: Fenomenal la mejorada presencia de la Reliquia de San Vicente de Paul, portada con humeral y acompañada de insignias. El paso del misterio podría mejorar con unos candelabros y el de palio necesita un calado de los respiraderos y una modificación y adecuación de toda la parihuela para suprimir una doble altura completamente innecesaria y que complica el trabajo de los costaleros. Sigue sin agradar el forzado encuentro de ambos pasos en la Plaza de Santa María. La Cena: Se abunda un año más en la necesaria eliminación del incensario gigante, copiado del de la Vera Cruz, también a suprimir. Se trata de un punto de consenso prácticamente unánime dado lo inapropiado de los objetos en cuestión y su utilización. Excesivamente largo el saludo en la Iglesia de Santa Cruz. De calidad y gusto los nuevos faroles de acompañamiento y la vara del Hermano Mayor. El Huerto: Se impone la sustitución de los faroles del paso del Señor por unos candelabros arbóreos y se aconseja una mezcla de metales o tonos metálicos en contrapunto con la madera ya que por la noche el paso queda muy oscuro en la calle. “Las Escuelas”: Casi perfecta en su procesión, y aunque con leves complicaciones derivadas de su enorme guion de monaguillos, tan sólo se le pone la pega de una salida demasiado tardía para un Lunes Santo. Asimismo se aconseja una finalización de los respiraderos del paso y la supresión de la megafonía en el rezo de un Vía Crucis e incluso la supresión del mismo de cara al culto en la calle y dejarlo para el culto interno. Buena Muerte: Aparentemente, así se expresó, se trata de una procesión más que correcta y sobria, sin embargo, y esto demuestra hasta dónde llegan el detallismo y preparación de nuestros contertulios, se entresacan estas consideraciones, algunas aplicables también a otras hermandades: La campana portada por dos nazarenos, se contradice con el tambor, de utilizarla debería llevarla un muñidor, desapareciendo por tanto el tambor. El coro detrás del Cristo no tiene sentido: esa es la posición de las bandas no de los cantores o grupos de capilla, que deben ir delante del paso, nunca detrás. Los instrumentos litúrgicos (incensarios, palio) no los deberían llevar nazarenos, sino acólitos revestidos o seglares en función de tales sin revestir. La Columna: Muy bien en el cambio de itinerario. No tanto en la modificación de la forma de cargar el misterio que aunque ha mejorado algo las “levantás” no parece que logre el movimiento adecuado dada la escasa anchura de la parihuela respecto del ancho total del paso. Sin sentido la posición de la Banda a la salida del misterio, dando la espalda al mismo.

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También se habló bastante de la presencia del acompañamiento de nazarenos de otras hermandades, como en este caso del Rescate a la Columna y viceversa. Se entiende que debe ser algo muy sustentado en hermanamientos formales o históricos, como el caso del cruce de gallardetes en el Santo Entierro, y que no debe generalizarse en ningún caso. Foto: Isabel Cruz

La Caída: Tras lo expresado en la reunión de la sede, en Facebook se insistió en la necesidad de una reforma o reparación de numerosos hábitos y capirotes y una mejor organización de los tramos. No obstante es de las hermandades que más ha mejorado en los últimos años y este año se alabaron mucho sus dos cuadrillas de costaleros o la magnífica banda de tambores “castellana” de cabecera. En cuanto a la imagen de la Virgen se ve demasiado baja en el palio. Sin duda para facilitar la difícil salida por la Magdalena, pero la peana queda muy escasa. El Rescate: Aunque no hay consenso total entre los cofrades son muchos los que muestran sus preferencias, claramente mayoritarias, a que tanto los pasos de esta hermandad, como las de “La Sangre” y “La Fervorosa” sean portados en un futuro a costaleros. Salvo esto, poco podemos añadir a lo comentado con anterioridad salvo que el trono de la Virgen de la Trinidad necesita algo de luz en el techo de palio, un poco de calado en malla, una gloria pintada o bordada en tonos claros, algo que ilumine o refleje luz a la Virgen, que está en tiniebla al estar el sol tan alto en su salida procesional. La Humildad: Uno de los debates más intensos en ambas convocatorias de “El Capirote” fue el suscitado por el nuevo hábito de esta cofradía. En Facebook, el debate fue tan intenso como sustentados sus argumentos, hasta tal punto que se expusieron sobre la pantalla todos los datos históricos conocidos al respecto. El resultado fue, con escasas reservas, que el proyecto de la Junta de Gobierno es mucho más coherente de lo que inicialmente parecía y mucho más fiel a la historia de la propia cofradía que el actual. Algo que también se ganará con este cambio es la supresión de los faroles de acompañamiento que actualmente portan los nazarenos y que no se encienden dada la complicación que tiene el hacerlo y su limpieza posterior. Con referencia a las hermandades del Salvador y sus problemas de ancho de la puerta, lo que hace que la Virgen de los Dolores del Rosario salga desde la Casa de Hermandad y la de Las Lágrimas se termine recogiendo también en su casa, se comenta que, si alguna vez, estas hermandades, de común acuerdo con la Parroquia se planteasen en serio realizar una puerta con las dimensiones adecuadas por el patio de los restos del templo inacabado, en la calle Iglesia, y se pusieran unas carpas donde situar los pasos, se podrían solucionar muchos de estos problemas. El Calvario: No gustó el centro de flores que tapaba el frontal del paso del misterio. Es una hermandad en progresión y hay muchas voces que ven su túnica con capirote, lo que le daría una nueva impronta en la calle. Magnífica la cuadrilla del palio, de las más sobrias de la Semana Santa. “La Sangre”: Es una hermandad con un gran guion de nazarenos que muchos ven con la necesidad imperiosa de recuperar sus tradicionales capirotes negros y suprimir los

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trasnochados adornos de galón dorado. Esto ayudaría, como en el Calvario, a ver unas filas mejor organizadas y serias. “La Fervorosa”: Al menos en “La Sangre” todos los nazarenos van con capucha, cosa que no ocurre en esta hermandad, cuyos penitentes forman unos tramos muy desajustados, con innumerables personas deambulando sin misión aparente, capuchas mezcladas con capirotes y una sensación de desorden bastante generalizada. Muy bien la intervención de la Banda de Música de Baeza tras el palio. Las hermandades y la Agrupación de Cofradías deben intentar que, dentro de lo posible, y el Jueves por la tarde parece factible, pasen seguidas todas las hermandades por la Tribuna. No tiene ningún sentido que esto no sea así si no hay excusas insalvables. Igual pasa con la Expiración el Viernes Santo. No tiene explicación intentar evitar la subida de las Barreras a costa de suprimir la entrada en Carrera Oficial de salida. Las tres hermandades de la tarde deben pasar seguidas por Tribuna, como deben hacerlo también el Santo Entierro y la Soledad; La Vera Cruz y El Paso; La Columna y la Caída o la Santa Cena y el Huerto. Se entiende un asunto de cierta complicación en algunos casos pero en el que se debe trabajar, ajustando itinerarios y horarios y siendo generosos por el bien común. La Vera Cruz: Hay un gran consenso en la opinión de que es una cofradía realmente solemne en la calle y no se entiende el escaso público que hay en las calles, especialmente en las primeras horas de la madrugada. De lo mejor, la entrada de los pasos en Santa Cruz sin encuentro entre ellos. La entrada ya es suficientemente complicada y lenta como para esperar a que estén los dos juntos para iniciarla. No sólo se ha ganado en agilidad sino en coherencia. Muy de destacar las nuevas andas para portar el Lignum Crucis y el acompañamiento de esta reliquia con palio, faroles y acólitos turiferarios. Se anota que parece generalizarse el hecho de que los penitentes descansen sus cruces en el suelo cada vez que las filas se paran, algo que no se debe hacer salvo necesidad y que la hermandad debería controlar.

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Foto: Juan Miguel Salido

“El Paso”: Como ya se ha dicho, la hermandad no puede conformarse con la brillantez de la Ceremonia del encuentro en la Plaza de España y debe cuidar toda su procesión. Este año, además, se han visto serios problemas de hermanos en las andas del Señor, personas demasiado jóvenes y un elevado peso, unido a una muy escasa organización de alturas, provocan problemas no sólo en esta cofradía. Algunos cofrades no ven ningún sentido, ni siquiera estético, en la presencia de los cuatro hachones morados del trono del Nazareno y proponen modificaciones de importancia en la estructura de estas andas. El Descendimiento: Hay división de opiniones en cuanto al acompañamiento musical, a pesar de que la Banda CCTT de La Expiración de Jaén ha sido una de las mejores entre las participantes de la Semana Santa. Por lo demás excelente, de las que más ha crecido en los últimos años en cantidad y calidad procesional. Como nota negativa se comenta que tal vez no deberían haber sacado el esbozo en madera de los nuevos respiraderos hasta que estuviesen más avanzados de talla. La Expiración: Han gustado mucho los querubines policromados que ofrecen un tono de color a un bello y sobrio paso en madera y aplicaciones en plata. Como ya hemos dicho, la opinión general es que debe realizar su paso por Carrera Oficial de salida, habida cuenta de lo deslucido que es hacerlo de regreso. Las Angustias: A esta antigua hermandad se le ven detalles de sumo gusto, como el sudario con la corona de espinas, sobre el monte de lirios, que llevaba a los pies de la Piedad que compone este misterio. Sin embargo, aparece como muy estancada y con problemas para recuperar el lugar que históricamente merece. Se apuntan como posibles soluciones el seguir imponiendo poco a poco un guion de túnicas (no se entiende porqué de capucha), que se complemente con el guion de hermanos de luto que acompañan a la hermandad. También se aconseja que continúe junto al Descendimiento desde su salida sin separarse tras su paso por la Plaza de los Leones. El Santo Entierro: a pesar de su muy buena procesión de este año y la gran noticia de la recuperación de las horquilleras bajo las andas de la Virgen de los Do-

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lores, sigue viéndose mucha desigualdad en las túnicas de los nazarenos, unos con capucha y escapulario, otros con capirote y poncho y sin ese escapulario, otros con el hábito sólo. Se entienden también como completamente innecesarias algunas insignias como las dos cruces de guía, o los excesivos banderines y banderas a lo largo del cortejo. Al igual que ocurre en las andas de “La Sangre”, tampoco son muy del gusto de los cofrades las luces eléctricas que iluminan escudos y capillas en estos dos tronos. Como ocurre también en la procesión del Resucitado, la presencia de representación de la mayoría de las cofradías, al ser procesión oficial, sería preferible componiendo el guion tras el trono del Cristo Yacente. En el Resucitado no se comprende que las hermandades de penitencia no utilicen sus hábitos en la representación oficial. La Soledad: La música de lo mejor de la procesión, aunque no hay unanimidad en este tema y algunos siguen viendo a este paso en completo silencio. La procesión con muchas y muchos hermanos y hermanas. Los contertulios creen que se debe insistir en la implantación del nuevo hábito diferenciando a los cofrades que lo utilicen en dos tramos como bien hacen. Algo que no es asumible es que para un hábito recién implantado, y definido como de capirote, se hayan consentido ya varias capuchas. El Resucitado: A lo ya aludido de las presidencias como procesión oficial, lo que daría un claro impulso a la hermandad en la calle, hay que sumar por su parte una depuración en las capuchas que sobran en muchas de sus túnicas. El trono tampoco aporta nada a la cofradía ni a la Semana Santa y así es difícil atraer a nuevos hermanos que le den el impulso que necesita. De buen gusto se han estimado las nuevas capas de los romanos del misterio, no tanto el rosario que a modo de pulsera portaba el Cristo en su tobillo derecho. La Cabeza y el Niño: Magnífica como siempre. Preciosa la Virgen con el aura, el cetro y la media luna de estrellas. Hace falta una mayor presencia de hermanos arropando especialmente a la Virgen ya que el Niño va sobrado de chavales. Un par de últimos asuntos en este detallado resumen y Balance de la Semana Santa de 2015 en “El Capirote”: Es deseable, que los pertigueros, enciente velas y demás personal del servicio de los pasos, figuren en un lugar discreto mientras no se necesiten sus servicios. Por otro lado, un gran capirotazo se dio a los nazarenos y componentes de los cortejos procesionales en general que abandonan los templos antes de la entrada de los sagrados titulares. Con esto, cerramos el balance a la Semana Santa de 2015, al que no se puede negar que ofrece un retrato amplio y muy completo de unos días verdaderamente apasionantes. “El Capirote” agradece a los cofrades su participación, la expresión sincera de sus opiniones y su deseo de hacer cada día mejor la conmemoración pública en Baeza de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor.

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La Reliquia

por Ventura Salazar García LA SANTA SANGRE DE BRUJAS Al igual que en años precedentes, la Asociación Cultural Tertulia Cofrade “El Capirote” quiere dedicar un espacio de su Cuaderno a una reliquia alusiva a la Pasión de Cristo. Con tal fin, nuestros pasos se encaminan en esta ocasión a Brujas, capital de la provincia belga de Flandes Occidental. Se trata sin duda de una de las ciudades más bellas de Europa, con un conjunto histórico y artístico de primer nivel que ha merecido el reconocimiento de la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad. También hay que advertir desde el principio, para evitar posibles equívocos, que su denominación en español no hace referencia de ningún modo a la brujería; se trata simplemente de una transcripción aproximada, y más bien imperfecta, del nombre original Brugge, que en neerlandés significa ‘puentes’, lo cual se explica por los múltiples canales que la atraviesan. Ahora bien, nuestro interés por Brujas no es de índole turística ni filológica, sino devocional, ya que en ella se venera una reliquia que, según una creencia secular, corresponde a la Santa Sangre derramada por Nuestro Señor Jesucristo durante su Pasión y Muerte. La reliquia en cuestión es realmente una pequeña pieza de tela manchada presuntamente con la Sangre de Cristo, que se encuentra contenida en un vial o pequeña ampolla de cristal de roca. Desde la Edad Media se custodia en la Basílica de la Santa Sangre (Heilige Bloedbasiliek), situada en la Plaza Burg, en pleno corazón del casco histórico de Brujas. El cuello del vial se ve adornado por un cordón de oro y la boca está lacrada con un tapón de cera. Todo apunta a que nunca se ha abierto, al menos desde su llegada a Europa. El vial se encuentra protegido por un relicario cuyo frontal es un cilindro de cristal que permite ver el interior. Dicho cilindro, a su vez, queda guarnecido por piezas de rica orfebrería gótica. Los cierres de los extremos tienen forma de corona decorada por ángeles. En el marco aparece grabada en latín la fecha del 3 de mayo de 1388, que corresponde con toda probabilidad al momento del encapsulamiento del vial en el relicario.

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¿Cómo llegó esta reliquia de La Santa Sangre a su emplazamiento actual? Según una tradición de origen medieval, fue trasladada directamente desde Jerusalén por uno de los condes de Flandes, Teodorico de Alsacia, que participó muy activamente en la Segunda Cruzada. De hecho, este noble flamenco emprendió, entre 1132 y 1166, un total de cuatro expediciones a Tierra Santa. La adquisición de la reliquia se habría producido durante la segunda de ellas, que tuvo lugar entre 1147 y 1150. Según parece, fue un obsequio que Teodorico recibió de manos de su cuñado, el rey Balduino III de Jerusalén, como reconocimiento a los servicios prestados en la lucha contra las tropas musulmanas. Su instalación en Brujas vendría motivada por el hecho de que el conde tenía en ella su Corte. En realidad, la actual Basílica era originariamente una pequeña capilla dedicada a San Basilio El Grande, que se encontraba aneja al magno palacio que el mismo Teodorico había mandado construir poco antes y que actualmente es la sede del ayuntamiento de la ciudad. La creencia popular sitúa la llegada de la reliquia el día siete de abril de 1150, cuando, en una solemne ceremonia, el conde Teodorico, acompañado de su esposa Sibila de Anjou y del Abad Leonio, otorgó la propiedad del vial a la ciudad y lo depositó en la capilla de San Basilio. Como hemos visto, la tradición sitúa la llegada a Flandes de La Santa Sangre a mediados del siglo XII. Sin embargo, no hay testimonios documentales de su presencia en Brujas hasta 1256, coincidiendo con el momento en que la capilla condal adquirió precisamente esa advocación. Por ese motivo, algunos historiadores cuestionan la versión tradicional y retrasan el traslado a Brujas hasta el final de la Cuarta Cruzada. Así, habría sido realmente el conde Balduino IX quien, durante su participación en el saqueo de Constantinopla, acaecido en 1204, la habría conseguido en calidad de botín de guerra. Hay constancia de que durante dicho saqueo las tropas cruzadas desvalijaron el Gran Palacio Imperial de Bucoleón, que, entre otros muchos tesoros, guardaba una rica colección de reliquias que fue sustraída y desmembrada. Cabe pensar que la Santa Sangre era una de ellas. Esto vendría avalado también por el hecho de que el vial que guarda la reliquia es sin duda de origen bizantino, pues el cristal de roca muestra una talla característica, propia de los recipientes que se elaboraban allí durante los siglos XI y XII con la función primordial de contener perfumes. ¿Qué verosimilitud cabe atribuir a esta reliquia? Desde un punto de vista estrictamente científico, realmente muy poca, lo cual es extensible a otros presuntos restos de la Sangre de Cristo, dispersos mayormente por Francia y Alemania. Aunque, como hemos

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comprobado, La Santa Sangre de Brujas ha sido objeto de veneración durante los últimos ocho siglos, lo cierto es que carecemos de referencias previas y, por tanto, resulta imposible fijar un vínculo fiable con el Jesús histórico. Entre la Pasión de Cristo y la adquisición de la reliquia por uno de los condes de Flandes (ya fuese Teodorico o Balduino IX) median más de mil años de vacío documental. Por otro lado, tal como advertíamos en el artículo que publicamos el año pasado a propósito del Santo Cáliz de Valencia, en tiempos de las Cruzadas circularon multitud de presuntas reliquias entre Tierra Santa y Europa, sin ninguna garantía de autenticidad, ya que en ese período se vivió en Europa una auténtica “fiebre” por la consecución de estos objetos sagrados, que eran admitidos sin el más mínimo rigor. Todo ello nos invita al escepticismo o, cuando menos, a la prudencia. Según la tradición piadosa a la que nos hemos referido antes, habría sido José de Arimatea quien, tras desclavar a Jesús de la Cruz, habría limpiado el cadáver con un modesto paño de tela que quedaría también depositado en el Sepulcro. Dicho paño habría sido recuperado tras la Resurrección y preservado por José y sus descendientes hasta que, en un momento indeterminado, fue troceado en pequeños fragmentos que serían distribuidos, como objeto de culto, entre diversas comunidades cristianas del Mediterráneo oriental. La actual reliquia de Brujas sería uno de tales fragmentos. Tal narración no resulta descabellada, pues prescinde de los toques fabulosos que adornan otras leyendas medievales, a todas luces inverosímiles; por ejemplo, la que postula que José de Arimatea recogió la Divina Sangre en el Gólgota, directamente del cuerpo moribundo de Jesús, con ayuda del Santo Grial, y que posteriormente la trasladó a Europa (a Gran Bretaña o a Francia, según las versiones), donde fundó las primeras comunidades cristianas de occidente. Ahora bien, una cosa es reconocer que el relato piadoso tradicional dista de ser una quimera y otra muy distinta avalar su autenticidad histórica. Para esto último carecemos de la necesaria apoyatura científica. Como hemos advertido, el lacre que cierra el vial nunca ha sido abierto. Consiguientemente, a diferencia de lo que ocurre con la Sábana Santa de Turín o el Santo Mantel de Coria, carecemos en este caso de las necesarias investigaciones arqueológicas y forenses. Por otro lado, si bien todos los Evangelios Canónicos mencionan a José de Arimatea y le conceden un papel relevante en el Descendimiento de la Cruz y en el Entierro de Cristo, no indican que participase en la limpieza del cadáver. De hecho, en la cultura judía de la época esa labor estaba reservada a las mujeres, por lo que la participación de un varón notable como José solo se explicaría sobre la base de la urgencia y precipitación con que se llevaron a cabo las exequias, so pena de incurrir en impureza de cara a la celebración de la Pascua judía. Por último, también debemos tener en cuenta que una eventual conservación

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de los objetos asociados a la muerte de Jesús solo habría sido posible a la luz de la experiencia pascual cristiana enmarcada por la Resurrección y Pentecostés. Para los judíos, cualquier objeto que haya estado en contacto con un cadáver es intrínsecamente impuro, indigno siquiera de ser tocado (mucho menos conservado para la posteridad). Solamente cuando los discípulos de Jesús tomaron clara conciencia de que el Maestro había salido victorioso de la muerte estuvieron en condiciones de recuperar y acoger como objetos de veneración las telas que, de una u otra forma, estuvieron en contacto con el Cuerpo Yacente de Cristo. Como ocurre en otros casos análogos, la Iglesia Católica no ha emitido ningún pronunciamiento oficial sobre la autenticidad de la reliquia de Brujas. Eso sí, admite su culto como parte del acervo de la comunidad eclesial. Por ese motivo, han sido muchos los reconocimientos otorgados desde la Santa Sede. A modo de ejemplo, diremos que el primero de ellos fue una Bula emitida por el Papa Clemente V en 1310, por la cual se otorgaban indulgencias a los peregrinos que se acercasen a ver la reliquia, y en fechas más recientes, concretamente en el año 1923, el Papa Pío XI otorgó a la Capilla de la Santa Sangre el rango de Basílica Menor, admitiendo con ello la legitimidad del fervor que suscita la reliquia allí custodiada. Sobre la basílica hay que decir que consta realmente de dos templos distintos, conectados entre sí (y con la puerta exterior) por una elegante escalera. El situado en el piso inferior mantiene la advocación original a San Basilio (curiosamente, debido a que se guarda en ella una reliquia de dicho santo, traída a Brujas durante la Primera Cruzada), y conserva las sobrias trazas románicas primitivas, de mediados del siglo XII. El templo situado en el piso superior es el dedicado a la Santa Sangre. Su fábrica románica inicial fue renovada por completo durante los siglos XV y XVI, lo que la dotó de la impronta gótica actual. Sufrió numerosas remodelaciones posteriores, siendo las más acusadas las que tuvieron lugar durante el siglo XIX, en un estilo neogótico quizá excesivamente recargado. La fachada común es un genuino ejemplo de la arquitectura gótica flamenca, aunque es posible que el visitante inadvertido pase ante ella sin prestarle la debida atención, ya que sus reducidas dimensiones quedan ensombrecidas ante la sólida mole del palacio contiguo, que, como dijimos más arriba, es la actual sede del ayuntamiento. Los peregrinos que lleguen a Brujas y quieran orar ante la Santa Sangre tienen muchas oportunidades de hacerlo, pues la Basílica abre diariamente y goza de culto regular. La entrada es gratuita, aunque hay que pagar un pequeño donativo si se quiere visitar el museo anejo, muy interesante. Cada viernes, la reliquia es expuesta al público tanto antes como después de la misa de once, por lo que los fieles pueden acercarse a tocar o besar el relicario. Yo tuve la dicha de hacerlo no ha muchos años. Ahora bien, quien quiera conocer de primera mano la manifestación pública de Fe más significativa y multitudinaria en torno a esta reliquia ha de visitar Brujas para la festividad de la Ascensión. Ese día tiene lugar una magna procesión en la que la Santa Sangre pasea por las calles de la ciudad. Es difícil describir las características del citado desfile procesional, pues responde a un formato muy diferente al que estamos acostumbrados en nuestro país. Realmente, desborda los cánones de una procesión propiamente dicha. Para un profano, puede ser simplemente un espectáculo desmesurado de cultura popular a modo de teatro en la calle, pero, bajo el prisma religioso, es ante todo una catequesis viva y sorprendente, que rememora

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palpablemente la Historia de la Salvación. Baste decir que el cortejo está formado por casi dos mil figurantes que, convenientemente ataviados, representan diversas escenas o “misterios”. Tales escenas se organizan en torno a cuatro bloques: el Viejo Testamento (Adán y Eva, José vendido por sus hermanos, etc.), la Vida de Jesucristo, la llegada de la reliquia a Brujas de manos de Teodorico y, finalmente, la veneración de la Santa Sangre por parte de los fieles. Es en este tramo final donde aparece la reliquia, con un amplio séquito representativo de toda la sociedad civil y de la Diócesis de Brujas. Para la ocasión, el pequeño relicario cilíndrico es incrustado en otro mucho más grande y monumental, formado por un cofre situado dentro de un templete muy semejante a las custodias procesionales propias del Corpus Christi. Se trata de una pieza de orfebrería de calidad excepcional, firmada por Jan Crabbe en 1617. Su combinación de plata, oro y piedras preciosas alcanza un peso superior a los treinta kilos. Va portado en unas sencillas andas de madera a hombros de sacerdotes y, en no pocas ocasiones, incluso de obispos. La historia de esta procesión está acreditada documentalmente al menos desde 1291, si bien en aquella época se celebraba el día 3 de mayo, coincidiendo con la Invención de la Santa Cruz. El origen parece estar en una acción de gracias tras la liberación del dominio francés, que los ciudadanos de Brujas atribuyeron a la intercesión de la Santa Sangre. En 1303, el consistorio la adoptó como manifestación cívica, y poco después la trasladó al día de la Ascensión, para hacerla coincidir con la feria anual y convertirla, de ese modo, en la fiesta más relevante del municipio. En torno a 1400 se fundó la Cofradía de la Santa Sangre, formada por los hombres de más alcurnia de la ciudad, con el objetivo de promover el culto de la reliquia. Esta cofradía sigue en activo hoy día y es la encargada de organizar la procesión, así como de cuidar de la basílica y del museo. La tradición de procesionar la Santa Sangre se vio interrumpida únicamente durante el período de las guerras de religión, a finales del siglo XVI; particularmente entre 1578 y 1584, cuando la municipalidad de Brujas mantuvo una filiación calvinista. Posteriormente, una vez devuelto el gobierno local a la mayoría católica, la procesión del día de la Ascensión recuperó su esplendor, con aires renovados y una estética barroca que sigue siendo la dominante en la actualidad. Mucho más podría decirse de la Santa Sangre de Brujas, del templo en que se guarda y del culto procesional que suscita el día de la Ascensión, pero debemos asumir los límites de espacio de que disponemos. Confiamos en que estas breves pinceladas hayan servido para dar a conocer mejor tan admirable reliquia de la Pasión. Como en otras muchas ocasiones, el debate en torno a su autenticidad resulta anacrónico y de muy escaso interés en nuestros días. Su auténtico valor reside en que, desde tiempo inmemorial, sirve de testimonio tangible de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, del Hijo de Dios que se hizo hombre, que derramó su preciosísima Sangre por nuestros pecados y que es la fuente divina de Nuestra Redención. Amén.

Las fotografías pertenecen a la Procesión de la Santa Sangre de Brujas, y están publicadas en Internet.

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Foto: Manuel Higueras

Esencias Cofrades

por Sebastián Cabrera Checa

RELIQUIAS Y RELICARIOS

Fue Baeza en épocas pretéritas ciudad realenga mimada por la Corona de Castilla. Solar en el que quedaran con privilegios los nobles que ayudaron a San Fernando en su gloriosa gesta para así regir la urbe y sus dominios. Crisol en que se fundieran todos sus estratos sociales para construir una historia propia de vidas paralelas, que, como en otras patrias, ha transcurrido cargada casi por igual de luces y de sombras, de grandezas y miserias, de momentos de gloria y de tristes acontecimientos, que no han hecho sino forjar con el tiempo la personalidad de nuestras gentes, convirtiéndonos en herederos orgullosos de los hechos y hazañas que vivieron los mayores. Tal llegó a ser la fama de la ciudad antigua, que con el devenir de los años llegó a tener Silla Episcopal en su Catedral, Seminario Conciliar, hasta once parroquias y dieciocho conventos, además de capillas propias, colegios, Universidad, oratorios, ermitas, hospitales de beneficencia, etc… A la floreciente Universidad, se acercaban religiosos de las más importantes órdenes para fundar y formarse, por lo que se respiraba en la ciudad un ambiente conventual y religioso muy significativo, que se vio adornado por el florón de la presencia de muchos santos y sabios, que dejaron una profunda huella de espiritualidad, de enseñanza y de ejemplo en nuestras gentes, para así, marcar el verdadero camino que habían de recorrer y encontrar el sendero de la Gloria. Raro era el cenobio o la parroquia que no contara en aquellos tiempos con reliquias de la Pasión del Señor, de innumerables santos y mártires y de hombres de Dios de todas las regiones que a Baeza se acercaban, porque éstas eran pruebas tangibles de que el hombre mundano y corriente, por su naturaleza, necesitaba tener cerca y ver para creer y venerar esas porciones benditas, y de esta forma, poder orar e implorar favores ante ellas, con ellas y a través de ellas.

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Foto: Isabel y Pedro Fotógrafos

Era tanto el aprecio que las buenas gentes tenían a las reliquias, que las guardaban celosamente, convencidas de su valor incalculable, en antiguos relicarios primorosos, con el fin de poder recordar e imitar esas intensas vidas de los santos y mártires, o incluso, de venerar esos objetos preciados, plenos de sentido cristiano y que estaban cargados de entrega y sacrificio supremo, teniendo como fin primordial el acercarse de una manera convencida y piadosa a la que realmente es la Esencia Verdadera. Custodios y herederos de estos hechos y vestigios históricos y memorables, se han convertido también nuestras queridas hermandades y cofradías, que, sabedoras del notable tesoro que protegen, tienen a bien cada año exhibirlas para enaltecer sus manifestaciones públicas de fe, exponiéndolas y situándolas en lugares destacados de la procesión o de sus cultos propios, utilizando para ello, hermosos relicarios tallados o labrados con esmero, para que por siempre, la pátina que engalane los siglos venideros, continúe ennobleciendo su pasado glorioso y esas vidas imperecederas de santos inmortales, mártires por nuestra fe, que servirán como ejemplo a seguir a las generaciones futuras de cofrades y cristianos. Artículo dedicado a todas las cofradías baezanas que en la actualidad exponen a la veneración en sus cultos públicos y procesiones objetos preciados para los creyentes, o reliquias que nos recuerdan a hombres y mujeres, testigos de la fe, que por su virtud y abnegación, nos sirven como ejemplo a seguir en nuestro camino hacia la eternidad. Estas son: Hermandad de Jesús en su Entrada en Jerusalén y María Stma. de la Esperanza y Caridad. Relicario que contiene una reliquia de San Vicente de Paúl. Cofradía Sacramental del Santísimo Cristo del Amor en su Santa Cena y María Stma. de la Paz y Caridad, Madre de la Iglesia. En el estandarte mariano, un relicario en forma de paloma de metal plateado que contiene un trozo de tela de Santo Domingo. Custodia de orfebrería Sevillana, de metal plateado con custodia dorada, que contiene una reliquia de santa Teresa de Jesús.

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Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Rescate y María Stma. de la Trinidad. Custodia-Relicario que contiene una reliquia mayor (trozo de hueso) de San Juan Bautista de la Concepción. Relicario de metal plateado y dorado en forma de paloma, que contiene una reliquia menor (un trozo de hueso) del mismo santo trinitario. Cofradía del Santísimo Sacramento y María Santísima en sus Siete Dolores y Mayor Traspaso. Relicario-Custodia de metal dorado, que contiene una astilla de madera del banco donde se sentaba la venerable sierva de Dios, Sor Mónica de Jesús.

Foto: Sebastián Cabrera

Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Misericordia, María Stma. Madre de Dios en su Pura, Limpia e Inmaculada Concepción y San Juan de Ávila. Dos relicarios que contienen, uno, un trozo de hueso y otro un trozo de tela, ambos, pertenecientes a San Juan de Ávila.

Cofradía de la Santa Vera Cruz, Ntro. Padre Jesús Nazareno, María Stma. de la Aurora y San Juan Evangelista. Relicario-Lignum Crucis barroco del S. XVII (Propiedad de la Santa Iglesia Catedral de Baeza) en madera tallada y panes de oro. Que contiene un trozo de madera perteneciente a la verdadera Cruz donde murió Jesucristo, nuestro Redentor, y además, 147 reliquias de santos y mártires. Casi todas, fragmentos de huesos y algunas de fibras o tela.

Foto: Isabel Cruz

Cofradía del Santísimo Cristo del Descendimiento y María Stma. en su Quinta Angustia. Cruz de Guía de enagüillas de metal plateado, realizado por Manuel de los Ríos en Sevilla, que contiene en su centro una reliquia procedente de Tierra Santa, un trocito de roca del Santo Sepulcro.

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Foto: Jesús Sánchez

La Trabajadera

LOS TIPOS DE LA CARGA Y SU ORIGEN

Dentro de los grupos que integran una Hermandad o cofradía, quizás sean los cargadores, costaleros, portadores, llámenle como la tradición de su ciudad o pueblo imponga, la más denostada y maltratada de las colectividades que la integran. Existe una razón histórica para tal infortunio, el origen de la carga se remonta al gremio de transportistas o las collas existente en los muelles, por lo tanto hombres asalariados que prestaban un servicio a cambio de dinero, para portar a los santos en las diferentes festividades religiosas. El origen de los pasos o tronos va más allá en la historia. Las primeras entronizaciones de las que se tienen noticias se remontan a la Roma del S.XVI y especialmente la procesión de Cristo resucitado con la imagen del Cristo de Minerva de Miguel Angel, paseado en una carroza sobre ruedas. No es por tanto hasta el Concilio de Trento (1545-1563) y, especialmente, a partir del siglo XVII, cuando surge la imaginería en torno a las procesiones tal y como las vemos hoy en día. «Será este Concilio en el que se establezca cómo tienen que ser algunas imágenes. Será de forma tardía y alrededor de estas fechas cuando en España, se comiencen a colocar a las imágenes sobre pasos, más parecidos a las parihuelas que conocemos hoy en día. Es a partir de entonces cuando las personas contribuyen a llevar estos pasos con su propio esfuerzo. La primitiva forma de carga es la conocida como “natural”, es decir sobre un solo hombro, las primeras formas de los pasos así lo atestiguan. Incluso en Sevilla cuna del “costal” podemos ver en su museo catedralicio y Terliz de seda en el que se representa las andas del Corpus Christi, portado por canónigos de esta forma. ¿Por qué se denomina a esta manera de portar los pasos “natural”?. Cojan ustedes mismos o manden tomar a alguien cualquier tipo de peso desde el suelo o desde otra altura, incons-

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cientemente lo echaran sobre un hombro, nunca sobre la espalda o sobre dos hombros, lo que en principio resultaría más incomodo. Por otra parte los primeros pasos que más se acercan a los que hoy en día conocemos, se dejaban en los descansos sobre unas horquillas de origen rural, con una terminación curva sobre un palo, que en su pie resultaba más ancho para de esta forma colocarlo en el suelo y en su parte final curva tomaba la forma del palo que caía sobre los hombros. Las formas más parecidas al original, se conservan en las andas de la zona de Extremadura y más concretamente en Cáceres y sus pueblos de alrededor. Reminiscencias de aquél origen de la carga aún podemos verla también en la Hermandad de la Expiración y más concretamente en el paso del crucificado de Jerez de la Frontera en la provincia de Cádiz, cargado única y exclusivamente en los palos exteriores, y en el que cada hombre porta una horquilla de menores dimensiones en el diámetro del palo, no en su altura, y que a modo de bastón acompaña el caminar de los cargadores. Evolución del acompañamiento de las horquillas y su función originaria, son las maniguetas de los pasos, las andas conocidas hoy en día, incluidas las de estilo sevillano, cargadas a costal, poseen en el exterior unos salientes llamados “maniguetas”, cuya función principal era depositar en ellas las Horquillas. Por tanto, aunque existen más argumentos, que el origen de la carga es a un solo hombro con horquillas es evidente. La evolución posterior de los diferentes estilos de carga, es debido a las diferentes profesiones, que como cuadrillas se dedicaban, en forma asalariada tal como mencionamos anteriormente, a la carga de pasos. Nadie pone hoy en día en duda que los propios sacerdotes y/o canónigos fueron, con anterioridad los encargados de llevar estos pasos por las diferentes ciudades y pueblos. La historia tiene como ejemplo a D. José Olmedo “papi”, capataz de Jerez de la Frontera, trabajador del muelle de Sevilla, costalero tanto en su ciudad de acogida como en su ciudad natal, inventor de la “molía”, estilo de carga netamente jerezano, quien debido al terreno de Jerez, mucho más duro que sevillano, tuvo a bien adaptar la forma de carga a la orografía del terreno. La “molía” consiste en una manta sobre el cuello a modo de yunta de arar. La preparación de la “molía” es todo un arte. El costal tal y como decíamos tiene su origen en la descarga de los buques en los muelles del río Guadalquivir de Sevilla, donde los portuarios para traslado de la carga, en su mayoría grano en sacos utilizaban el costal que hoy conocemos y que permitía sobrellevar el peso en ambos hombros y distribuyendo el mismo en ambas piernas. Trasladado hoy esto a la carga que nos interesa, la de imágenes procesionales, permite igualmente mayor dominio de los movimientos de los pasos y por otra parte menor cantidad de trabajadores bajo las andas, igualmente permite distribuir mejor el peso entre ambas piernas ya que estas están normalmente apoyadas a la vez sobre el suelo, permitiendo a la vez una “levantá” menos brusca en beneficio de los propios pasos.

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Volviendo sobre nuestros pies al origen de la carga, la llamada “natural”, a un solo hombro y con horquillas, es en Cádiz capital donde se conserva este estilo con cuatro palos longitudinales bajo los faldones y manigueteros (normalmente cuatro) que apoyan su hombro en la propia manigueta exterior, marcando el paso con la horquilla, dándose en estos últimos tiempos, el acompañamiento del compás de la música con los golpes sobre el asfalto de la propia horquilla convirtiéndose ésta en un instrumento de percusión más. Hoy en día la horquilla que se utiliza en Cádiz finaliza en una pequeña punta de metal que es la que se golpea sobre el suelo. No sirven estas como en sus orígenes para apoyo del paso en los descansos. En los “fondos” (momentos de descanso), las sostienen los propios manigueteros. El origen de la forma de carga al igual que en Málaga es debido a que los barcos venían cargados de maderas de las américas, por lo que la descarga de los mismos se hacía sobre un solo hombro. En Málaga este estilo giró hacia simplemente la carga sobre un hombro con varas larguísimas que sobresalen del paso, con la necesaria aportación de cargadores por las dimensiones extremas de los tronos malagueños. Sobre la forma de carga Jienense o Granadina defendida en la zona oriental de Andalucía, con dos palos, uno para cada hombro, conocemos su evolución, debido a que es mucho más cómoda para subir las pendientes del terreno que existen en las poblaciones de su entorno. Es una técnica más cómoda y que permite mayor control sobre el paso. No quiero olvidarme de la forma de carga de San Fernando en la provincia de Cádiz, conocida como la “almohada”, original de la forma de carga de los salineros propios de las marismas que inundan esta bella ciudad. Es una forma de carga bellísima y que dota de movimientos preciosos a las andas que son cargadas en esta forma. Si he de reconocer que es la forma más incómoda de carga, ya que la almohada que da nombre al estilo va amarrada al

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palo transversal y requiere de muchísima experiencia para colocarla de forma que no se mueva cuando se está realizando la labor de carga. Por último y no por ello menos bella, la carga “al cincho”, propia de la población de Sanlúcar de Barrameda y que tienen su origen en los propios de la ciudad que realizaban transportes de materiales, y que consiste en correajes de cuero sobre el cuerpo, con agujeros y una hebilla a modo de cinturón, que regula el enganche atados a los palos longitudinales en la parte baja de los pasos. Les puedo asegurar que es la forma más cómoda de carga tanto para los propios cargadores que se regulan el peso, como para los capataces ya que debido a la forma de amarre, no hace falta medir los hombros y los hombres de confianza pueden ser colocados en el sitio del paso que se desee. Eso sí es más fácil “dejarse ir”, por la misma razón del enganche. Pero a pesar de sus ventajas es una forma de carga a extinguir (sólo dos pasos van a “cincho”), en la localidad, imponiéndose el “costal”, como en casi todas las poblaciones desde hace unos quince años, esperemos que el fenómeno de la “costalitis”, sea una moda pasajera, porque cada población, es mi opinión, debe respetar sus tradiciones, por cierto componente básico de las Hermandades y Cofradías. Todas las formas de carga son una manera bellísima de acercarse a Cristo, pero cada población con sus tradiciones. Quien desee conocer o participar de las formas de carga de otra población que no intente imponer el de la suya de origen. Francisco Juan Coto Vega Cofrade, Costalero y Capataz de Cádiz Fotografías de Jesús Sánchez Pavón

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Foto: Isabel y Pedro Fotógrafos

Cruz de Guía

Mons. Alberto José González Chaves

“MIRAR A CRISTO”

Ya está cercana, en el horizonte del calendario, más próxima que otros años, la Semana Mayor de los católicos. Durante la Santa Cuaresma, tiempo de intensificar la oración, la penitencia y la misericordia con el prójimo, los cultos a los Sagrados Titulares de las diversas Cofradías hacen además que la fe hermosee momentos de convivencia en los que se anudan la unión familiar, la amistad y todas las virtudes sociales que la religión vigoriza, robusteciendo la voluntad frente a tibiezas, indecisiones e incoherencias. La fe nos estimula a no arriar la bandera, cuanto tantas cosas en nuestro desnortado mundo nos invitan a hacerlo cobardemente, poniendo a un lado nuestras obligaciones religiosas, de manera que éstas no empapen y dinamicen nuestra conducta social. Esa dicotomía es una esquizofrenia absurda; somos cristianos en todos los ámbitos de la vida. Somos cristianos a pleno rendimiento porque Jesús es nuestro redentor y nuestro amigo a pleno rendimiento y Él quiere convertirse dentro de nuestras almas en un surtidor inexhaurible de gracia que salta hasta la vida eterna. Su Agua viva no nos dejará padecer nunca sed, porque brota como un raudal perenne, como una torrentera perpetua de su Corazón abierto en la cruz. Encontrarse con los ojos de Jesús Nazareno, esos ojos que fascinan y arrebatan el corazón, es un aldabonazo fuerte para descubrir el amor de Jesucristo en su mirar, que es amar. Los ojos de Jesús nos miran a cada uno y nos penetran hasta el fondo el corazón, iluminando nuestros pecados y miserias, impurezas e ingratitudes, para lavarlas en su misericordia. “No os pido más de que Le miréis”, nos dice Santa Teresa. Ante la luz de esa mirada, podemos meditar: “¿Cómo me mira Cristo?” “¿Por qué y para qué me mira así?” “¿Por qué y cómo debo yo mirarle?”. En la mirada de Cristo todo es inocencia y verdad, no hay oscuridades, motivaciones soterradas o esquinamientos inconfesables, todo es sencillo y puro. El nos mira con una

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mirada toda bañada de sencillez infantil en lo que la infancia tiene de ausencia de pecado y de complicación. Es una mirada empapada en misericordia mansa y paciente. A veces nuestra mirada encubre una memoria llena de recuerdos siniestros, una afectividad desencajada, una colección de revanchismos, tinieblas, pesadumbres y quejas. En los ojos de Cristo no hay reproche: todo es equilibrio, humildad, perdón. Con sus ojos, Cristo hace nuestra mirada luminosa, limpia, veraz, blanda. Nos da una mirada de niños para enfocar la vida en positivo. Cristo es el amigo que nunca falla. Todas las otras confianzas se tambalean, se resquebrajan. La que ponemos en Jesús se fortalece cada vez más haciendo que nuestra alma esté cimentada en Él como en una roca firme, porque sabemos que es el Único que no pasa. Todos los sistemas políticos y económicos, con sus sorpresivos vaivenes, tan aparatosos, y amenazantes, pasan. Todos los perseguidores de la Iglesia y de Jesucristo – ¡ha habido tantos..! – bajan uno tras otro el sepulcro, y El continua mirando al mundo con misericordia. Cristo nos mira para darnos fortaleza y esperanza, para transformar en la belleza renovadora de su gracia la fealdad que provoca en el alma el pecado, para encender nuestro corazón en caridad a Él y a los hermanos. Su mirar es totalmente gratuito: no lo merecemos. Tantas veces más bien, hemos merecido que nos vuelva el rostro y nos rechace; sin embargo, sigue mirándonos. Nuestro mundo está lleno de carencias afectivas, de ausencias de amor, de frustraciones y decepciones. Vamos arañando migajas de cariño… Cuanto más se habla de autoestima, más se muere el mundo de frío del corazón, y más se prostituye la palabra amor; porque si el fundamento del amor no es Dios, única fuente del amor verdadero, no habrá sino odios, discordias, divisiones, rencores y guerras sangrientas. En lugar de mendigar amor a las criaturas, hemos de dejar que Cristo nos mire. A través de sus ojos nos mira el Verbo Encarnado en su Cuerpo sacrosanto; nos mira el Padre que nos ha soñado con ilusión enamorada desde toda la eternidad; nos mira el Espíritu Santo, Amor con mayúscula. Todo el Amor de Dios cabe en nuestra alma a través de la mirada de Cristo. Él nos mira para infundirnos fuerza y constancia, pues mirada se traduce en esta palabra evangélica: “Si quieres ser discípulo mío, toma tu cruz de cada día y sígueme”. “No esa cruz que te forjas en tus ensoñaciones fantásticas de falso heroísmo y que nunca llegará. Toma tu cruz de cada día, la de tu casa, la de tu matrimonio, la de tus hijos, la de tu trabajo y sobre todo la de ti mismo. La cruz de tus defectos, limitaciones, pecados... ‘Toma tu cruz abrazada, que así no te pesará, porque la cruz arrastrada es la cruz que pesa más’. Esa cruz tan prosaica, tan simple y carente de relumbrón, y sígueme”. Cristo nos mira además para hacernos comprender la gravedad incalculable del pecado, diciéndonos, como a Santa Ángela de Foligno: “Yo no te he amado de broma”. Su amor va en serio: ¡le hemos costado toda su Sangre! No es una broma la Pasión: es lo más serio que se ha producido en la historia. Por eso el pecado es una monstruosidad, una diabólica victoria del enemigo, que hace retumbar su carcajada insolente cada vez que ofendemos a Jesucristo y no queremos levantarnos. Jesús nos mira para encender nuestro amor: a Él y a nuestros hermanos los hombres. No tenemos dos corazones. Es un mentiroso quien dice que ama a Dios, a Quien no ve,

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y no ama a su hermano a quien ve. La misma mirada que a mí, y con el mismo amor, Cristo la dirige a aquella persona a quien no amo. Si pensamos en la universalidad del amor de Cristo, no será posible que nuestro amor sea excluyente, mezquino, egoísta. La mirada de Cristo nos ensancha el corazón para que en él quepan todos, también nuestros enemigos, como cupieron en el Suyo: “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen”. La mirada de Cristo enciende en nuestro corazón el fuego de su amor. Si la solidaridad es un sentimiento muy noble, los católicos practicamos la caridad sobrenatural, porque aquélla no nos impulsa a amar a los enemigos, aunque suscite actitudes muy plausibles, de filantropía altruista. El Evangelio habla de misericordia: “Amad a vuestros enemigos, rezad por los que os persiguen”. Da de beber al sediento, de comer al hambriento, viste al desnudo… ¿Cómo, por qué y para qué debo mirar a Cristo? Debo mirarle porque es el Hijo único del Padre, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero. Es mi Rey porque me ha creado y porque me ha comprado con su Sangre Preciosísima. Es mi Redentor porque me ha redimido y me ha perdonado. Es mi Santificador porque me concede su gracia y me llama a vivir de su misma vida, a injertarme en el árbol salvífico de la Santidad de Dios. Debo mirarle porque le debo tanto, porque no hay nada en mi vida que no sea suyo. Debo mirarle porque… ¡es tan hermoso! San Agustín dice en un sermón: “Ama a Cristo y si hallas algo feo en El, no le ames”. Es hermoso porque es la Palabra del Padre. Hermoso en el vientre purísimo de su Madre Inmaculada, donde se encarnó para salvarnos; hermoso cuando se alimenta de la leche purísima de la Virgen; hermoso al recibir el homenaje de pastores y de magos, recién nacido entre unas pajas en Belén; hermoso cuando los ángeles le cantan alabanzas, cuando los animales le envuelven con la calidez de su aliento. Es hermoso en el cielo, hermoso en la tierra, hermoso en su Pasión revestido con el carmesí de su Sangre, hermoso predicando a las multitudes, hermoso resucitando muertos, hermoso perdonando a los pecadores, hermoso dando la vista a los ciegos y haciendo que los cojos anden, hermoso enseñándonos el mensaje de la salvación. Es hermoso en las Sagradas Escrituras. Es hermoso en el Santísimo Sacramento, oculto bajo las especies del pan y del vino. Es hermoso en su Iglesia, experta en su humanidad. Es hermoso en la santidad de sus sacerdotes y sus religiosos, y de los padres y las madres de familia, y en la inocencia de los niños, y en la ofrenda silenciosa del dolor de los enfermos, y en el trabajo bien hecho de sus amigos. Es hermoso, ¡tan hermoso!, en sus santos... Tras haberle visto las primeras veces, Teresa de Jesús escribió: “Cuando vi esta hermosura del rostro de Cristo, todo lo demás lo tuve por asco”. Debemos mirarle para convertirnos, para vivir en gracia de Dios y proyectar nuestra vida cristiana hacia las necesidades de los hermanos. Mirar a Jesús debe llevarnos a imitarle, a parecernos a El, a cambiar de corazón, de criterios y costumbres; a que el hombre carnal que hay en nosotros se transforme en el hombre nuevo, vivificado por la juventud inmarcesible y llena de hermosura, de Cristo bendito. Vivimos en una época, donde tantas cosas – ¡parecería que casi todas! – son inconsistentes (light, se dice hoy); de ahí el peligro de que tantos se muevan sólo por un sentimentalismo que es fruto de una inmadurez estructural de la persona y que imposibilita todo

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espíritu de sacrificio. ¡Cuántas depresiones, tristezas, desesperanzas, horizontes negros y cerrados, cuánta fatiga del corazón! No nos dejan descansar las frívolas y mundanas superficialidades: nos cansan las conversaciones inútiles, la basura de la televisión, el bombardeo de la propaganda anticristiana. Escuchemos a Cristo que nos dice: “Venid a Mí todos los que estáis cansados y agobiados, que Yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de Mí que soy manso y humilde de Corazón y encontraréis el descanso para vuestras almas”. En la Cuaresma y en la Semana Santa de este Año de la Misericordia, ¿seguirá siendo la nuestra una vida anodina, rutinaria, sin tensión a la santidad? Miremos a Cristo para dejarnos convertir por Cristo, y cuando sufrimos mirémosle más. Santa Teresa nos aconseja: “Poned los ojos en el Crucificado y haráseos todo poco”. ¿Quién se quejará mirando a Jesús Nazareno? ¿Quién juzgará a los demás, pues El está llevando la cruz por todos? ¿Quién será pesimista, si El con la cruz nos está abriendo el camino del cielo? ¿Quién se dejará vencer por las dificultades de la vida si El llevó en alto el trofeo de nuestra salvación y no se dejó abatir por él? Mirando a Cristo con los ojos de la fe le descubriremos en su Iglesia y no caeremos en la torpeza necia de los que dicen “Cristo sí, Iglesia no”. No se encuentra a Jesús sino en su Iglesia, llena de pecadores, sí, pero llena de santidad y llena de Cristo, que quiere llegar hasta nosotros por medio de ella. Hay que descubrir a Cristo en la Iglesia y en los sacramentos. No es posible mirar a Cristo sin que su mirada nos empuje a pedir perdón por nuestros pecados en el confesonario. Un entendimiento directo y subjetivo con Dios pretendido por algunos para saltarse los cauces establecidos, no por la Iglesia, si no por el mismo Cristo, es una falacia ilusoria. Es alarmante la caída en la frecuencia del sacramento de la reconciliación, mientras se multiplican las comuniones, pues no parece que el mundo de hoy preserve del pecado más que el de ayer. Hemos de descubrir también a Cristo con los ojos de la fe en el Santísimo Sacramento. El culto a las imágenes no es auténtico, no es cristiano, no complace a

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Dios si no nos lleva a dar culto a la Eucaristía, porque la Eucaristía es la realidad de aquello de lo que la imagen es sólo un signo. Mirando al Sagrario estaremos mirando a Jesús Nazareno. Y por fin, los ojos de la fe nos enseñan a descubrir a Cristo en los hermanos. No caigamos en la trampa diabólica de una espiritualidad evasiva, intimista, que no nos compromete. Los cristianos somos hombres y mujeres de mano siempre tendida, de corazón siempre abierto, de sonrisa siempre pronta y espontánea. Es verdad que los pobres son los preferidos de Cristo y los que siempre han estado en la primera línea de la atención de la Iglesia, aunque algunos digan lo contrario. No seríamos discípulos de Cristo si a los menesterosos de bienes de la tierra no les socorriese nuestra caridad fraterna, pero no olvidemos que los primeros pobres son los que no tienen a Dios. Nuestra primera y mejor obra de caridad será, pues, acercar a El a aquellos que están cerca de nosotros y quizá lejos de la Verdad. ¡Miremos a Cristo! Si no sabemos, pecadores como somos, pidamos que nos enseñe María, nuestra Madre. ¡Cómo le miraría la Virgen de los Dolores en el Calvario, y cómo le mira cada vez que se remueva el sacrificio de Cristo sobre el altar..!

Foto: Juan Miguel Salido

El Siglo de Oro español produjo estrellas fulgurantes que brillan para siempre en el firmamento de la santidad de la Iglesia. Esa constelación de gigantes de la virtud tuvo, en buena medida, como referente doctrinal y espiritual, a un astro brillantísimo, hoy Doctor de la Iglesia. El Santo Maestro Juan de Ávila, que vivió en Baeza y al cual Baeza honra y quiere y tiene por una de sus mayores glorias, en su inmortal “Audi filia” nos dirige esta ardiente invitación para que miremos a Cristo: “Mirad a este Hombre para oír sus palabras. Este es el Maestro que el Padre nos dio. Mirad a este Hombre para imitar su vida, porque no hay otro camino para ser salvos, si El no. Mirad a este Hombre para haber compasión de El, pues estaba tal que bastaba mover a compasión a los que mal lo querían. Mirad a este Hombre, para llorar, porque nosotros le paramos tal cual está

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Foto: Pedro Salcedo

por nuestros. Mirad a este Hombre para le amar, pues padece tanto por vos. Mirad a este Hombre para os hermosear, porque en él hallaréis cuantas colores quisierdes, con que os hermoseéis; bermejo de las bofetadas que recientes le han dado, y colorado de las que rato ha, y en la noche pasada, le dieron; amarillo, con la abstinencia de toda la vida y trabajos de la noche pasada; blanco, de las salivas que en la cara le echaron; denegrido, de los golpes que le habían magullado su sagrada cara; las mejillas hinchadas, y de cuantos colores las quisieron pintar los sayones... Nos manda el Eterno Padre diciendo: ‘Mira, hombre, la haz de tu Cristo, y si quieres que mire yo a su cara para te perdonar El, mira tú a su cara, para me pedir perdón por El’. En la cara de Cristo nuestro mediador se junta la vista del Padre y la nuestra. Allí van a parar los rayos de nuestro creer y amar, y los rayos de su perdonar y hacer mercedes. Cristo se llama Cristo del Padre, porque el Padre lo engendró y le dio lo que tiene, y llámase Cristo nuestro, porque se ofreció por nos, dándonos todos sus merecimientos. Mirad, pues, en la haz de vuestro Cristo, creyendo en Él, confiando en Él, amando a Él y a todos por Él. Mirad en la faz, de vuestro Cristo, pensando en ti y cotejando vuestra vida con Él, para que en Él, como en espejo, veáis vuestras faltas y cuán lejos vais de Él, para que, conociéndoos por fea, toméis de sus lágrimas y de su sangre, que por su cara hermosa veréis correr, y alimpiéis vuestras manchas. Mirad vuestro Cristo, y conoceréis quién sois vos”.

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Foto: Antonio J. García

Efemérides 2016 por José García Checa

¿Acaso no fue extraordinario que al tercer día resucitara según las escrituras? ¿Qué por amor y misericordia hacía nosotros muriera en una cruz? ¿Qué la vida venciera a la muerte? Sí amigos, un año más nos disponemos a revivir la Pasión del Señor, el cual, por ti y por mí, murió para nuestra salvación y la de toda la humanidad ¿No es ese motivo sobrado para salir a las calles? Son tiempos difíciles, pero nosotros, los cofrades, como diría Santa Teresa de Jesús, debemos ser: “amigos fuertes de Dios” y celebrar el mayor de los aniversarios posibles; la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Por ello y ante una nueva pascua florida, debemos disponer nuestros corazones, para anunciar en un efusivo grito y sobre todo, con nuestro ejemplo, que nuestra mayor alegría, es la de ser cristianos y que por lo tanto, todo lo que vivimos en los días de la pasión nos lleva a celebrar un año más la mayor de las efemérides: la victoria de Jesús Resucitado de entre los muertos. En este año cofrade de 2016, Cristo infunde su mirada llena de misericordia sobre nosotros. Es un año muy especial, así lo quiso el Papa Francisco, cuando convocó a toda la Iglesia a vivir y celebrar este Jubileo Extraordinario de la Misericordia, el cual, empezó en nuestra ciudad el pasado 13 de Diciembre con la solemne apertura de la puerta santa en la S.I. Catedral. Fue una estampa inolvidable aquella, cuando el Sr. Obispo de la Diócesis abrió las puertas del templo mayor de la ciudad y todos los presentes encontraron la imagen del Cristo de la Misericordia, de la Hermandad de “Las Escuelas” mirando suplicante al cielo, implorando misericordia para Baeza y perdón para todos los hombres. A lo largo de este año, serán muchas las parroquias y movimientos pastorales, los que vendrán a nuestra ciudad a ganar las indulgencias plenarias, asimismo y debido a la belleza de los momentos vividos en el mes de Diciembre, esperemos que nuestra Iglesia de Baeza, con la colaboración de nuestras Cofradías y Hermandades organicen cultos extraordinarios, los cuales ayuden a los fieles a vivir este año de la misericordia y de manera especial les ayude a la reflexión, meditación y puesta en marcha de las obras corporales y espirituales de misericordia.

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Por nuestra parte, y como hemos venido haciendo en otras ocasiones, desde “El Capirote” nos hemos unido a la celebración desde nuestros humildes medios. De esta forma hemos editado un cartel conmemorativo de este importante Jubileo para el que hemos contado con dos ejes fundamentales. En primer lugar hemos querido que fuese original, que contase con un fuerte componente histórico y artístico y, así, aún conociendo que la Puerta Santa elegida era la Puerta de la Asunción, puerta principal de la Catedral de Baeza, nosotros hemos querido hacer un parangón entre la Misericordia intrínseca en la efeméride y otra de las puertas magníficas del templo Mayor, la gótica Puerta del Perdón. En su entorno dibujado y en tonos azules se acola el segundo eje de este modesto cartel, la imagen del Cristo del Calvario, un crucificado que también expresa con gran lucidez artística, de la mano del maestro Juan Luis Vassallo, el perdón, la misericordia de Jesús, en este caso para con Dimas, el Buen Ladrón. Agradecemos enormemente la acogida que este cartel ha tenido en el público y los cofrades de Baeza. De feliz coincidencia con este Año Santo serán las efemérides de nuestras Cofradías, las cuales algunas ya se escuchan por nuestra ciudad, como es el caso del XX Aniversario de la fundación de la Agrupación Musical del Santísimo Cristo de la Columna y Nuestra Señora de las Lágrimas, cuyos componentes, llenos de ilusión, han programado diferentes actividades y cultos cómo el ensayo solidario por las calles de Baeza, un concierto conmemorativo del apadrinamiento de esta A.M. por parte de “La Pasión” de Linares, que como ustedes recordarán tuvo lugar en Octubre de 2003, o las ofrendas musicales y florales a sus titulares en la Parroquia de El Salvador. Desde aquí deseamos a esta formación musical que sean muchos los años que su música siga acompañando a nuestras imágenes en Semana Santa y, por supuesto, que continúen llevando el nombre de su Cofradía y el de nuestra ciudad por toda la geografía. Durante el caminar de la mencionada agrupación musical en estos años, han sido muchos los que han acudido y se han acercado devocionalmente a la Virgen de las Lágrimas, como también lo han hecho los hermanos “columneros”, quienes desde hace treinta primaveras veneran a la Virgen de la Salud, Amargura y Esperanza, en la Iglesia de El Salvador que celebra con la hermandad de La Columna por tanto el XXXº Aniversario de la más conocida como Virgen de Las Lágrimas en este 2016. Ciertamente y como hemos analizado otras veces, la llegada de esta imagen mariana a esta Cofradía supuso un antes y un después, transformándola por completo y asumiendo desde entonces ilusionantes proyectos. Para todos los Cofrades siempre es una alegría tener a la Madre en casa, ella nos ayuda en nuestro caminar, nos acerca a Jesús y nos estimula en la Fe. Bendita Fe “columnera”, que mueve los corazones de sus hermanos y que sin la Virgen que llora en el pretorio del Salvador, no hubiera sido la misma. Fue en el año 1941 cuando nuestra entrañable, querida y tan baezana Cofradía de la Virgen de la Cabeza y el Niño Jesús, una de las más antiguas filiales de la Hermandad Matriz de la Cabeza de Andújar, adquirió en la ciudad de Granada las imágenes que cada Domingo de Resurrección procesionan por nuestras calles ¿Cuántos niños se han iniciado en el mundo cofrade abrazados a las andas del Niño? Seguramente ahora que estás leyendo estas líneas, te vengan a los callejones de la memoria recuerdos de tus primeros

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Foto: Juan Miguel Salido

años, cuando al son de alegres pasodobles y repiques de campanas, portabas a Jesús Niño por las calles de Baeza. Tras él, la Virgen de la Cabeza, llevada por aquellos niños cofrades, que reviven la alegría de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, acompañando a su Madre, meciéndola al igual que a su Hijo bajo alegres pasodobles por las calles del Nido Real de Gavilanes. Con motivo del 75 Aniversario de la llegada a Baeza de las actuales imágenes titulares de esta Cofradía, la junta de gobierno ha preparado dos conferencias; una sobre los orígenes e historia de la misma y otra sobre las propias imágenes. Asimismo cabe destacar la semana de cultos religiosos que tendrá lugar en el mes del Corazón de Jesús, a los que esta cofradía invita a todos los devotos a participar, siendo los protagonistas de los mismos los niños y enfermos. Sin duda alguna, una gran apuesta la que hace esta hermandad por poner en valor a la misma en nuestra ciudad. Resaltamos también el cartel editado para conmemorar este aniversario, compuesto por una magnífica obra de D. Juan García Cuevas. Igualmente, la Cofradía contará desde este año con una heráldica propia, la cual ha sido compuesta por D. José F. Garrido Lemus y dibujada por D. Javier Ruiz Olivera. Echando la mirada al mundo “de abajo” nos queda en el recuerdo a los cofrades de aquella estación de penitencia del Santísimo Cristo del Calvario portado a costaleros por sus hermanos hace ahora 20 años. Pese al esfuerzo e intento del grupo joven de dicha cofradía por volver esta Semana Santa a procesionar su misterio sobre hombros, nos quedará solamente aquel bello recuerdo, no siendo posible hasta este momento, que el Crucificado de Vasallo pueda acompañar a su Madre de la Amargura también a costaleros en la noche del Jueves Santo. Qué bello hubiese sido recuperar a sus costaleros veinte años después de aquella gesta que desafortunadamente no se pudo mantener. En la Semana Santa de 1996 el paso de misterio de Jesús en su entrada en Jerusalén abandonaba las ruedas para ser portado a hombros, al estilo malagueño, por sus hermanos cofrades en la mañana del Domingo de Ramos. Son ya veinte años los que la primera de nuestras Cofradías en procesionar cada año lleva portando al que viene en el nombre del Señor sobre sus hombros, bien al estilo malagueño, como inicialmente lo hizo, o como en los últimos años podemos ver, al estilo tradicional baezano, de una manera u otra, cabe destacar el esfuerzo de superación año tras año, para que Jesús entre por las calles de Baeza sintiéndose querido por sus hermanos, especialmente por aquellos que se han mantenido fieles en su presencia, sea cual sea la forma de llevarlo. ¡Enhorabuena por este XXº Aniversario!

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Según una errónea tradición, completamente superada históricamente, la Cofradía del Rescate podía haber sido fundada en el año de 1616, hecho insistimos completamente descartado por numerosas publicaciones y escritos que nos llevan hacia otras fechas muy posteriores (principios del siglo XVIII) que con mayor seguridad podrían acercarse a la fundacional de esta trinitaria Cofradía. Tampoco tienen su origen en Baeza los Trinitarios Descalzos en esa fecha ya que éste se remonta en un primer momento al año 1606, de la mano de San Juan Bautista de la Concepción. Tampoco a la fundación considerada oficial de la Orden, ya que la concesión del Obispado para este menester es de 14 de diciembre de 1614. En 1615 se trasladarían desde su primera ubicación, en la calle de la Platería, al que fuera su Convento definitivo, del que tan sólo se conserva la Capilla, convertida en Auditorio y que utiliza la Hermandad del Rescate como sede de la salida procesional de la imagen del Señor, el Jueves Santo por la mañana. Así pues, en 1616 ya se encontraban los Descalzos en su cenobio, pero es esta una fecha que no va más allá en la historia de la Orden en Baeza. No obstante, durante años se entendió ese año como el del establecimiento de los Trinitarios Descalzos en la Ciudad y la Cofradía la toma como precedente para realizar algunos actos que recuerden sus orígenes. Sirva el protagonismo de la imagen de Nuestro Padre Jesús del Rescate este año en el Santo Vía Crucis del Viernes de Dolores, para conmemorar la histórica presencia de los trinitarios en Baeza, desde aquella llegada de San Juan Bautista de la Concepción, el cual impregnaría con el carisma de la orden esta ciudad, dando lugar con el paso de los años, a la fundación de esta Cofradía. Aunque fundada en el año 1540 como Cofradía de la Santa Vera Cruz, la Cofradía del Calvario conmemora este año el Centenario del origen de la separación de esta institución en dos diferenciadas, en 1916, separación que sería definitiva y oficial años más tarde, como quedó de manifiesto en los dos artículos que publicamos en este mismo Cuaderno, sobre la historia de la Hermandad, de manos de José Francisco Garrido Lemus. Aunque en la actualidad, cada Cofradía sea independiente, cabe destacar que fueron más de 375 años de historia compartida, y protagonizada unitariamente. Años que son propios del bagaje histórico de ambas congregaciones, y que las deben situar en un mismo plano histórico y devocional hasta su segregación de hecho, en 1927. El hecho, muy discutible, pero aceptado tradicionalmente por la hermandad del Calvario es que es en 1616 cuando se inicia la separación de esta sección del resto de la Vera Cruz. Siendo la del Calvario la que aparece como separada de la matriz, conservando el misterio de la crucifixión del Cristo entre los ladrones, cotitular hasta entonces, junto a la Santa Vera Cruz y Ntro. Padre Jesús Nazareno, de la decana de nuestras cofradías de penitencia. La historia de nuestras cofradías está investigada y documentada sobradamente y, aunque existen lagunas insalvables por falta de fuentes fiables o desaparecidas, y se debe estar abierto a nuevas investigaciones e incluso promoverlas, los datos conocidos deben tenerse muy presentes a la hora de celebrarse efemérides. A falta de datos concretos o, al menos, con un mínimo de soporte histórico, deberían mantenerse los privilegios nacidos de la antigüedad de nuestras corporaciones sólo en los casos en que estén documentados y, en todo caso, y ante la falta de datos concretos del origen en muchas congregaciones, utilizar el orden de Pasión, en lugar del de antigüedad, en las representaciones oficiales.

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El Capirote




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