Cuaderno El Capirote 2015. Baeza (Jaén)

EL CAPIROTE Cuaderno Cofrade

EJEMPLAR GRATUITO

Año 2015

EL CAPIROTE - Cuaderno cofrade

Baeza, Ciudad Patrimonio de la Humanidad

NÚMERO 12 AÑO 2015

Asociación Cultural Tertulia Cofrade “EL CAPIROTE” - Baeza

Cózar

Marquetería y Cerámica

Artículos de recuerdo Barras para Cortinas Exposición permanente de Cuadros y Cerámica

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Foto: Francisco J. Salido

“EL CAPIROTE” Cuaderno Cofrade nº 12 Cuaresma 2015 Ejemplar gratuito Fotografía de portada: Narváez Fotógrafo.

Noche del Miércoles Santo en Baeza. El corazón palpita de emoción cuando se abre un año más el portón del Convento de la Magdalena dejando escapar olores de incienso delicioso y suaves armonías de añejos misereres. Ya sale el Señor de la Caída sobre su trono de oro. Cuánto hemos añorado volver a ver su cuerpo desnudo y ultrajado, su hermosa cabellera al viento, sus rodillas hincadas en la tierra como juncos maltrechos, sus delicadas manos sanadoras, una apoyada sobre la fría roca, otra sujetando la cruz de nuestras culpas.

Cuánto hemos deseado volver a contemplar su amable rostro de rasgos galileos, sus ojos desmayados por el dolor y el tormento, el moratón de su mejilla y su boca reseca y entreabierta… Háblanos Señor de la Caída una vez más desde tu pedestal alfombrado de rojos claveles y conviértenos en discípulos que contemos siempre tu lección de Amor hacia los hombres.

Fotografía de contraportada: Floren Fernández.

Hay en Baeza una Virgen que no llora. Una mujer de verde y oro, de plata y de sol, de luz y resplandores. Una Reina de Domingo de palmas y de júbilo, de niños y alegría, de tambores y cornetas, de incienso y de colores, de capirotes y capas que juegan con el viento. De manos tiernas que sacuden pequeños ramos de olivos de esta tierra aceitunera. Una Madre que camina por los rincones de un pueblo creyente, que se echa a la calle para recibirla por San Ignacio a Ella y a su Hijo amado, que montado sobre un humilde y manso borriquillo costalero, es aclamado con vítores y hosannas de alegría. Esta mujer es María, que con sus manos abiertas, va derramando a todos los corazones puñados de Esperanza y Caridad. Sigámosla donde vaya, y recojamos con alegría y limpios de corazón lo que nos ofrece como obsequio tras la estela de su manto deslumbrante.

EDITA Asociación Cultural Tertulia Cofrade “El Capirote” Baeza (Jaén)

Registro General de Asociaciones, Sección 1ª, nº 3141

C. I. F. G- 23570278

email: tertulia.elcapirote@gmail.com Facebook: El Capirote Tertulia Cofrade DIRECCIÓN Damián Cruz Martínez EQUIPO DE REDACCIÓN Sebastián Cabrera Checa Nazario Gutiérrez Martínez Ventura Salazar García Depósito Legal J - 202 - 2010 DISEÑA E IMPRIME Blanca impresores, S. L. Pol. Ind. “Llanos del Valle” Calle A, nave 35 - 23009 Jaén T. 953 19 11 02 - F. 953 08 83 00 www.imprentablanca.com

Foto: Francisco J. Salido

Sumario 03 06 11 14 19 24 27 31 49 55 60 66 72 79 83 85 89 93

Editorial Premios “Ovación de gala” 2014 El artículo: La Patena de Cristo La Poesía de la Pasión · Juan Cruz Cruz La Semana Santa en la Red · Manuel Lozano Guerra El Pregón del Costalero · Josefina Inés Montoro La Música en la Semana Santa · Rafael Ruibérriz de Torres Colaboraciones · José Francisco Garrido Lemus El Cartel de El Capirote Nuestra Memoria en imágenes · Fernando Viedma Puche La Pasión según Cuenca · Eduardo Torres Corominas Balance de la Semana Santa 2014 El Cáliz de Valencia · Ventura Salazar García La Rebotica · Nazario Gutiérrez Martínez Esencias Cofrades · Sebastián Cabrera Checa La Trabajadera · Damián Cruz Martínez Cruz de Guía · Antonio Garrido de la Torre Efemérides

Foto: Rodrigo Narváez

Editorial

La Redacción

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n la sociedad moderna de los países occidentales, a los ciudadanos se nos llena la boca con palabras tan hermosas como democracia, derechos, libertad... Sin embargo, a poco que observemos los acontecimientos que suceden a nuestro alrededor cada día, todos estamos obligados a reflexionar sobre el verdadero y pleno significado de estos conceptos, que tan claramente se ven enturbiados por conductas y procederes que dejan grandes ventanas abiertas a la duda, al desánimo, a la tristeza y a la incomprensión. Por ese motivo, estas breves líneas quieren introducir algunos elementos de ponderación acerca de ciertas situaciones en las que se produce un conflicto en el ejercicio de los derechos.

La libertad, concepto bello y tan difícil de conseguir en algunos casos, por tantas y tantas cuestiones, se ve malinterpretada por muchos, que intencionadamente quieren desdibujar su significado real.

Una de las más genuinas expresiones de la libertad es la libertad de expresión, ampliamente consolidada en el ideario occidental. Hay que reconocer que es sin duda uno de los pilares irrenunciables de toda sociedad verdaderamente democrática. Eso implica que cualquiera puede expresar sin cortapisas su opinión sobre cualquier tema, desde el más banal al más trascendente, incluido el de la religión. Precisamente apreciamos más la necesidad de esta forma de libertad cuando miramos hacia los países (algunos incluso de nuestro entorno más próximo) que carecen de ella.

Ahora bien, precisamente por ser un bien precioso, la libertad de expresión debe ejercerse con responsabilidad, tomando plena

Foto: Juan García Cuevas

conciencia de que nuestras palabras no deben traspasar la frontera de la libertad de los demás, y, más concretamente, el derecho que tienen a no ser ofendidos y a que sus opiniones y creencias sean también respetadas. La libertad de expresión, la libertad de prensa, la libertad sin más, deben ser un derecho humano y también, al mismo tiempo, deben llevar consigo una responsabilidad. Los periodistas y profesionales de la información, que son por antonomasia los transmisores de la información por excelencia, deberían actuar cuidadosamente y con verdadera imparcialidad. Por otra parte, también debe ser un derecho el poder cuestionar, criticar y hasta frivolizar sin temor a represalias.

Esto es clave en una sociedad que aspira a ser libre para formar sus propias ideas, creencias y perspectivas; pero siempre atendiendo a ese grado de responsabilidad que debe imperar en la profesión de escribir e informar. La libertad de expresión no puede convertirse jamás en un cheque en blanco para arremeter indiscriminadamente contra todo y contra todos. La situación ideal, a nuestro juicio, sería la auto-regulación; cuando cada cual, en un sano ejercicio de sensatez, sabe determinar hasta dónde se quiere llegar con lo que se dice, se hace, o se escribe. Por eso, mesura y sentido común son dos elementos fundamentales que habría que tener en cuenta para que resplandeciera la libertad de expresión en su auténtica y más genuina 4

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naturaleza. Por desgracia, muchas veces falta ese ejercicio de responsabilidad, y en su nombre se cometen abusos que atentan contra los legítimos derechos de otras personas y colectivos, lo cual otorga argumentos para quienes consideran que debe haber límites externos a la libertad de expresión por medio de leyes coercitivas. De ahí a la indeseable censura represiva hay muy poco trecho.

La sátira es la forma de humor más hiriente, ya que pretende burlarse de algo que otra gente tiene en estima, en consideración o profundo respeto. Quien ejerce la sátira ha de ser consciente de que, si no pone límites a su mordacidad, puede agraviar seriamente a otras personas. Por tanto, su derecho a la libertad de expresión entrará en conflicto con el derecho de los demás a ser respetados, lo cual normalmente tiene graves consecuencias, generalmente imprevisibles y no deseadas.

Las anteriores reflexiones vienen a propósito del trágico atentado islamista de París, acaecido el 7 de enero de 2015, contra los trabajadores del semanario Charlie Hebdo; un terrible acontecimiento que costó la vida a doce personas (y graves heridas a otras cuatro) y que ha sacudido las conciencias de hombres y mujeres de todo el mundo.

Hay que decirlo sin ambages: algunas de las viñetas satíricas publicadas en Charlie Hebdo eran objetivamente ofensivas para los creyentes musulmanes, y resulta comprensible su malestar e indignación. También los cristianos hemos sufrido repetidamente las vejaciones de quienes se han mofado de nuestra Fe al amparo de un mal entendido laicismo. Ahora bien, comprender no significa de ningún modo justificar ni disculpar esos execrables crímenes cometidos a sangre fría.

El desacuerdo con lo publicado en cualquier medio de comunicación, incluso la manifestación de que se está ofendido o agraviado, debe hacerse siempre dentro del marco legal, pudiendo ofrecer réplicas, debatir, argumentar… pero nunca censurando o silenciando por la fuerza. Esto en ningún caso debe aceptarse, porque las leyes deben amparar a los que se sienten afectados y solo cabe obrar a través de ellas a la hora de poner fin a los posibles abusos.

Por descontado, ningún asesinato puede ser amparado en motivaciones religiosas, por muy dolidos que se sientan los creyentes a causa de eventuales provocaciones previas. Cuando la religión deriva en fanatismo sanguinario y vengativo pierde toda su legitimidad. Ese fanatismo no solo ve ofensas en lo que otros dicen o hacen, sino en la mera existencia de esos otros; las cruentas masacres reivindicadas por el grupo terrorista Boko Haram en el África subsahariana o por el autoproclamado Estado Islámico en Oriente Medio son una aciaga evidencia de todo ello.

Estamos de acuerdo, pues, con las afirmaciones del Papa Francisco, cuando dijo: “no se puede insultar la fe de los demás”, ya que la libertad de expresión es un “derecho humano fundamental” que debe tener un límite por coherencia, que es el de no ofender a nadie.

Ahora bien, por encima tanto del derecho a la libertad de expresión como del derecho a no ser ofendido está el derecho a la vida, el más importante e inalienable de todo ser humano. Por eso dejó bien claro el Santo Padre que “no se puede matar en nombre de la propia religión, es decir, en nombre de Dios”.

Abogamos pues, desde esta reflexión, por una libertad de expresión que vaya siempre de la mano del respeto y la tolerancia, porque esto es lo propio de las sociedades civilizadas, cultas, democráticas y con ansias de progreso. De esta manera, será más fácil convivir en paz y armonía.

Foto: Isabel Cruz

“Ovación de Gala” Premios

de la semana santa de 2014

“Mejor Desfile Procesional”, “Mejor Escuadra de Costaleros u Horquilleros” “Mejor Detalle o Acontecimiento de la Semana Santa”

El Capirote

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l pasado 31 de Enero la Tertulia Cofrade “El Capirote” de Baeza, entregaba los premios de Semana Santa “Ovación de Gala”, correspondientes a 2014.

El acto tenía lugar en uno de los salones remozados del Palacio de los Sánchez de Valenzuela, el Salón del Centenario del Nuevo Casino de Baeza, que resultó espléndido y que se hallaba abarrotado de un público ansioso por asistir a cada uno de los actos que componen nuestra agenda en la cuaresma de Baeza. Agradecer sinceramente desde estas páginas la deferencia del Nuevo Casino por cedernos amablemente sus instalaciones.

Nos decía Sebastián Cabrera, secretario de la Junta Directiva de nuestra asociación, antes de dar lectura al acta de concesión: “Estos reconocimientos, como ya saben ustedes, son elegidos exclusivamente por los socios de nuestra tertulia, y se dividen en tres modalidades o categorías: “Mejor Desfile Procesional”, “Mejor Escuadra de Costaleros u Horquilleros” y “Mejor Detalle o Acontecimiento de la Semana Santa”.

Y continuaba: “Transmitir como siempre, nuestro más sincero respeto, reconocimiento y admiración a todas nuestras cofradías y hermandades por el enorme esfuerzo realizado durante todo el curso cofrade pasado; la entrega total, amorosa y desmedida de todos sus miembros en el laborioso y constante trabajo desarrollado, y cómo no, a la más ferviente y apasionada dedicación que todos y cada uno de los baezanos sin 6

excepción, cada cual desde sus respectivos puestos, han ido aportando generosamente, para así, poder celebrar esta Semana de Pasión, esta Semana Mayor, como así la consideramos todos los cristianos de nuestra querida Baeza”.

Apostillando a continuación, “-El Capirote- por tanto, quiere expresar de esta manera, su profunda gratitud a todos los que han sido protagonistas de esta historia apasionante que cada año sucede por primavera. A los costaleros, a las bandas, a la Agrupación Arciprestal de Cofradías, a los párrocos y capellanes, y a todas las autoridades, instituciones, personas y entidades que hicieron posible una nueva celebración de la Semana Santa de nuestra ciudad”.

Finalmente, detallaba como quedaron repartidos los galardones:

Premio al “Mejor Desfile Procesional en 2014”: La Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Misericordia, María Santísima Madre de Dios en su Pura, Limpia e Inmaculada Concepción y San Juan de Ávila.

La hermandad de la noche del Lunes Santo se está convirtiendo poco a poco, en los últimos años, en uno de los revulsivos más notorios de la Semana Santa de Baeza en cuanto al aspecto penitencial y procesional, y en cuanto a la actividad cofrade se refiere.

El trabajo callado, esperanzado y constante de su joven Junta de Gobierno, está llevando a esta hermandad a poder definir una personalidad propia, que está calando muy satisfactoriamente en todos los aspectos no sólo en sus propios hermanos cofrades, sino también, en el gusto general de la ciudadanía, que asiste complacida al crecimiento enorme que la penitencial de “Las Escuelas” está consiguiendo.

Su transformación desde el año 2011 mereció el Premio Único otorgado por esta Tertulia en aquella ocasión, como Mejor Acontecimiento; premio que repitió con motivo de la presencia de las reliquias de San Juan de Ávila en su estación de penitencia del año siguiente. En 2012 logró también el reconocimiento a la mejor escuadra de costaleros para el paso del Cristo de la Misericordia, y este año, obtiene otro más: el Premio como Mejor Desfile Procesional de 2014.

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Foto: Juan Miguel Salido

Foto: Isabel Cruz

El impulso que ha supuesto la incorporación del nuevo hábito estatutario negro de cola y con capirote y hachones de cera en la procesión, ha demostrado el despegue definitivo de la cofradía, convirtiéndose estéticamente de manera clara en todo un cortejo riguroso, serio, elegante y sobrio, en el que el gusto por los detalles se pone de manifiesto, desde los numerosos niños que salen vestidos con roquetes, hasta su cuerpo de acólitos; desde su hermoso guión inmaculista, hasta el tradicionalmente baezano palio de respeto. Todo ello aderezado también con el voto de silencio de sus penitentes, que impera en todas las calles de su recorrido, para que sólo se escuche la dulce música de capilla acompañar al Señor de la Misericordia entre el rachear de las alpargatas nazarenas y para atisbarlo entre las olorosas humaredas del incienso perfumado.

Si Dios quiere, pronto tendremos entre nosotros la segunda Imagen Titular de la hermandad, María Santísima Madre de Dios en su Pura, Limpia e Inmaculada Concepción; importantísimo proyecto en el que está inmersa la Junta de Gobierno, y que desde nuestra asociación siempre aplaudimos y alentamos, para que llegue presta a enriquecer el valioso patrimonio imaginero existente ya en nuestra ciudad Patrimonio de la Humanidad, y para que sea venerada y querida por todos los hermanos de “Las Escuelas” que tanto están trabajando para conseguir este su añorado anhelo.

Recogió la distinción, el Hermano Mayor, D. José Luis Méndez Rus, que agradeció emocionadamente su concesión.

Premio a la “Mejor Escuadra de Costaleros” de la Semana Santa de 2014 Paso del Santísimo Cristo de la Expiración.

Desde que “El Capirote” estableciera los Premios Ovación de Gala, allá por el año 2004, ésta es la segunda vez que la escuadra de costaleros del paso del Santísimo Cristo de la Expiración recibe este galardón.

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En 2009 ya fue reconocida por los socios de “El Capirote” como una de las mejores escuadras de costaleros de Baeza. Así pues, vuelven una vez más a recibir este premio, por cierto, el más disputado cada año de cuantos otorga nuestra Tertulia Cofrade.

Diremos de esta excelente cuadrilla, posiblemente una de las primeras mixtas de España, desde sus inicios en 1994, que se ha caracterizado por tener una manera de andar propia, una personalidad que ha calado hondo en el pueblo de Baeza y un esfuerzo por mejorar día a día, año tras año, para demostrar que los costaleros sobre dos hombros pueden lograr cualquier meta que se propongan.

Los costaleros del paso del Cristo de la Expiración tienen cada año una tarea muy complicada, ya que la valiosa imagen del crucificado les hace cargar con mucho tiento y midiendo cuidadosamente cada movimiento para preservar a la Sagrada Imagen del Redentor. Las “levantás” son siempre a pulso, la entrada y salida del templo muy ajustadas y difíciles, y su paso por el nuevo itinerario, incluyendo su las estrechuras de la calle del Sacramento, ponen a prueba aún más su oficio y su maestría costalera.

Así pues y como hemos dicho anteriormente, felicitamos por segunda vez y muy de corazón a este grupo de bravos costaleros y capataces, que cada año nos hacen sentir de manera extraordinaria el momento sublime de la Expiración del Señor en Baeza en la tarde del Viernes Santo.

Pasaron por el estrado, para recibir la hon - rosa distinción, una representación de la cuadrilla de costaleros de esta cofradía, que profundamente agradecidos y henchidos de alegría, la recogieron en presencia del Hermano Mayor, de los miembros de su Junta de Gobier - no y del cuerpo de capataces.

Foto: Francisco J. Salido

Premio al “Mejor Acontecimiento de la Semana Santa de 2014”: A la Primera Salida de la Virgen de la Amargura del Calvario sobre costaleros tradicionales.

Cuando en nuestro entorno histórico, geográfico y cofrade, se está perdiendo una tradición tan importante como la forma de portar los pasos sobre dos hombros, no podemos dejar de sentirnos inmensamente orgullosos de que una nueva hermandad baezana los recupere.

Las Escuelas y la Humildad fueron las últimas cofradías baezanas en cambiar sus tronos sobre andas malagueñas para incorporar costaleros bajo sus pasos.

El pasado Jueves Santo por la tarde, mientras los hermanos de la Humildad portaban sus dos pasos por la Carrera Oficial, la Virgen de la Amargura, de la Ilustre y Venerable Cofradía del Santísimo Cristo del Calvario, nos regalaba uno de los momentos más emocionantes de la Semana Santa, saliendo de la antigua iglesia de la Santa Cruz llevada por sus costaleros.

Era de ley que los socios de “El Capirote” estimasen este acontecimiento como el más importante de la celebración pasionista de 2014, y sin duda alguna, ha sido el mayor regalo que los hermanos del Calvario han podido hacer a su Virgen, justo en el año en el que se conmemoraba su XV Aniversario desde que la tallase el baezano Juan Antonio Sánchez Sáez.

Los costaleros de la Amargura, han creado una ilusionada cuadrilla mixta para poder rezar con los pies a su Señora, y en su primer año de vida, ha sido también de las escuadras mejor valoradas entre las de costaleros, muestra de la aceptación de los cofrades y del magnífico trabajo llevado a cabo bajo la parihuela de la Reina de la Amargura. A buen seguro, en años venideros, seguirán entre todos mejorando y haciendo grandes nuestras piadosas tradiciones, nuestras veneraciones más íntimas y nuestra fe verdadera.

Vaya nuestra felicitación y nuestros deseos de continuidad en esta magnífica senda costalera, tradicional y cofrade.

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EL ARTÍCULO La patena de cristo Un hallazgo excepcional en la ciudad ibero-romana de cástulo Equipo del Proyecto Forvm MMX

el meticuloso trabajo desarrollado por el equipo de restauración del proyecto, pudieron volver a conformar la apariencia original: una patena de vidrio.

La pieza, de aproximadamente 22 cm de diámetro en su base y unos 4 cm de altura, se conserva en más de un 80% del total, algo que también constituye un hecho relevante, puesto que no es habitual poder recuperar elementos tan frágiles de forma tan significativa. Sin duda, una de las características que más ha llamado la atención es la iconografía que representa, puesto que su naturaleza arcaizante nos remite a los primeros cristianos.

El registro de piezas parecidas es ciertamente exiguo, lo que aún le aporta mayor exclusividad a la patena de Cástulo, mucho más si hablamos de materiales en contexto arqueológico puesto que, la mayoría proceden de colecciones privadas y están expuestas en la actualidad en los mejores museos del mundo: British Museum (Londres), Museo Concordiese (Venecia), Metropolitan Museum of Art (New York), Museo Vaticano, etc. Jaén, con este hallazgo, se suma a esta exclusiva y reducida lista.

El esquema decorativo se localiza principalmente en el fondo del plato, y fue realizado mediante un meticuloso proceso de grabado que denota la experiencia y

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a ciudad ibero-romana de Cástulo, situada a los pies de las estribaciones orientales de Sierra Morena y a escasos 5 km de la actual población de Linares, presenta una dilatada ocupación desde época prehistórica hasta el siglo XVI, momento en el que muchas de sus estructuras, por orden oficial, son derruidas para ser posteriormente reaprovechadas en la erección de algunos de los edificios más emblemáticos de las poblaciones cercanas de Linares, Baeza o Úbeda.

En el siglo XXI, Cástulo vuelve a resurgir como ciudad-yacimiento arqueológico. El proyecto Forvm MMX, desarrollado entre los años 2011 y 2014, se presenta como un modelo innovador de trabajo, mediante las aplicaciones tecnológicas de última generación, y convivencia, gracias al apoyo y voluntariado popular, verdadero motor de cada campaña de excavación.

Durante la campaña desarrollada en el verano y otoño de 2014, se produjo un hallazgo excepcional que ha tenido, en pocos meses, una gran repercusión mediática a escala internacional tanto en la comunidad científica como en la sociedad en general.

Bajo los niveles de derrumbe y restos de tapial de una estancia correspondiente a una edificación construida a mediados del siglo IV d.C. se descubrieron un conjunto de fragmentos de vidrio grabado, que, tras

pericia del artesano que lo efectuó. Representa a tres personajes con aureola: una figura central, identificada como Jesucristo, y flanqueado a su vez por dos Apóstoles, probablemente Pedro y Pablo. La escena se desarrolla en el orbe celeste, enmarcada entre dos palmeras, que, en la iconografía cristiana, representan, entre otras cosas, la inmortalidad, el más allá, el cielo.

La figura de Cristo, imberbe y con el cabello rizado al estilo alejandrino, se completa con algunos de sus atributos propios: la cruz gemada en una mano, símbolo de la Resurrección, y las Sagradas Escrituras en la otra. Además, a su lado se graba el anagrama de Cristo, el crismón, elemento que enfatiza la realeza y divinidad. Las figuras laterales portan en sus manos un rollo o rotulus legis, queriendo hacer ver de esta manera que se trata de dos personajes importantes a los que Jesús les ha otorgado el honor de ser portadores de la Ley. A pesar de que la aparente juventud representada en las figuras puede crear confusión, puesto que nos aleja de la iconografía tradicional y comúnmente aceptada, no debemos olvidar que abundan ejemplos similares en la época paleocristiana, tanto en este soporte como en representaciones presentes en mosaicos parietales o sarcófagos de mármol, a la que se asocia en términos estilísticos y cronológicos esta excepcional muestra de arte sagrado.

En cuanto a su funcionalidad, el equipo de investigación del Proyecto Forvm MMX, en consonancia con otros expertos en vidrio antiguo e iconografía cristiana, se plantea la hipótesis de un uso litúrgico.

Como bien sabemos la patena, junto al cáliz, eran dos de los utensilios esenciales para la celebración del banquete ceremonial cristiano, la Eucaristía. Esta fue, desde un principio, su función litúrgica: recibir el pan consagrado para distribuirlo entre los fieles. Su presencia e importancia nos viene atestiguada en algunas fuentes antiguas, como el Liber Pontificalis, en la que se describe su uso en el ceremonial en una época, a caballo entre los siglos III y IV, en la que se ha querido plantear la necesidad de que estas piezas de vidrio vayan sustituyendo los primeros elementos, tallados en madera.

Con posterioridad, y hasta la actualidad, ya se comenzaría paulatinamente a sustituir este ajuar por el de piezas metálicas.

En cuanto a su cronología y posible lugar de procedencia, es imprescindible hacer referencia a su contexto de hallazgo puesto que una pieza, por suntuosa o importante 12

“El Capirote desea agradecer especialmente a D. David Expósito Mangas, miembro del equipo de investigación PROYECTO FORUM MMX, su impagable amabilidad al facilitarnos el texto del presente artículo, así como las fotos que lo acompañan”.

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que sea, no nos aporta una información útil a los arqueólogos mientras no podamos contextualizarla. Por tanto, es imprescindible el estudio de los diferentes elementos conservados junto al objeto, datos que complementan nuestro estudio y nos aportan informaciones reveladoras acerca de su cronología, difusión, funcionalidad, etc.

Gracias al análisis de los materiales cerámicos asociados, con algunas piezas de cerámica de cocina y vajilla de mesa propios de época bajoimperial y de la tardoantigüedad, y al estudio del repertorio numismático, en el que contamos con una moneda acuñada en tiempos del emperador Constancio II, podemos situar su contexto de hallazgo en un momento avanzado de la segunda mitad del siglo IV, fecha coherente tanto por el desarrollo y evolución tipológica de este tipo de piezas de vidrio, como por la propia composición y decoración de la misma.

En cuanto a su perduración, durante ese y el siglo siguiente seguirán fabricándose piezas similares, que, en lo que respecta a la elaboración de piezas singulares y suntuosas, procederán principalmente de varios focos principales, talleres itálicos y de la zona del Rhin. Tales escuelas artesanas de fabricación de vidrio coparán el mercado durante esas dos centurias, exportando materiales de gran calidad a todos los confines del imperio, y que han ido siendo descubiertos con el propio desarrollo de las intervenciones arqueológicas, desde Gran Bretaña hasta Turquía, pasando por todo el mediterráneo y Europa central.

Tras un estudio detallado de la pieza y de su decoración y, a la vista de algunas composiciones similares, en cuanto a los rasgos técnicos y estilísticos, puede afirmarse que su procedencia debemos localizarla en alguno de los talleres más importantes de Roma y Ostia. Este área del imperio, durante el transcurso del siglo IV, se convierte en un centro artístico de referencia de la mayor importancia, desarrollándose numerosas talleres de producción de vidrio en su entorno inmediato. Los estudios específicos sobre vidrio de esta época reconocen al menos dos o tres talleres o escuelas artísticas de alta calidad, que son identificables no por el repertorio iconográfico, puesto que todos combinan producciones con motivos cristianos junto con otras de escenas mitológicas, sino por diferentes rasgos estilísticos, como por ejemplo las incisiones practicadas, cuya combinación y reiteración sirve para ir creando las figuras, lo cual diseña un patrón figurativo que ayuda a poder establecer las diferencias entre diferentes producciones.

Los estudios particulares identifican determinados rasgos relacionados con la ejecución y destreza a la hora de crear las líneas, más o menos profundas, y conformar, sobre todo, los rasgos faciales de las figuras representadas. Todos estos datos, que el equipo del proyecto se encuentra en la actualidad estudiando y procesando, servirán para ir culminando el estudio que se está realizando en torno a la patena.

Algunas interrogantes, por el momento, no pueden ser resueltas en la actualidad, y esperamos que sean despejadas en el futuro, como, por ejemplo, el modo en el que esta pieza llegó a Cástulo. Parece poco probable que un elemento tan suntuoso y exclusivo acabase llegando por vía comercial, apuntando con mayor firmeza la posibilidad de haber sido encargada y traída ex profeso, seguramente por algún personaje con alto rango y poder dentro de la ciudad. Sea o no así, es indudable que el hallazgo de la patena de vidrio ha supuesto toda una sorpresa, una más de las que, campaña tras campaña, nos va deparando la ciudad de Cástulo.

Foto: Juan Miguel Salido

LA POESÍA DE LA PASIÓN Por Juan Cruz Cruz Profesor Honorario de la Universidad de Navarra

El hombre: doble semejanza de dios

E

n el primer libro de la Biblia, el Génesis, se nos dice: “Creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (I.27). La creación del hombre viene a ser el “toque personal” que Dios quiso hacer en la creación: un ser a su imagen y semejanza.

Tomando el polvo de la tierra, le infundió su aliento, su vida inmaterial, o sea, el alma espiritual. Esta secuencia asombrosa es simbolizada por el poeta baezano Alonso de Bonilla en magistrales sonetos incluidos en su libro Nuevo Jardín (1617).

Así como de los niños pequeños decimos que tienen los rasgos, los ojos, el perfil de su padre o de su madre, también el hombre mismo se le parece a Dios: es imagen y semejanza suya. ¿En qué se le parece? No en la carne, ni en la sangre, pues Dios es inmaterial, sino en el alma espiritual, o sea, en ser racional con voluntad propia.

DE LA FABRICACIÓN DEL ALMA JUSTA Es el alma inmortal, casa excelente de tres potencias nobles adornada, salas donde negocia, y visitada es de su hacedor omnipotente.

Hay un jardín de gracia, cuya fuente es la inocencia en el bautismo dada, tiene un pozo de ciencia vinculada, porque el alma es sustancia inteligente.

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El libre arbitrio es patio generoso, la fe la torre, la razón la puerta, le sirven ventanas los sentidos: defiéndela el lebrel noble y celoso de una conciencia tímida y despierta, que en sintiendo una mosca da ladridos.

Por eso, los cuerpos mismos de Adán y Eva rebosaban la belleza de su propia alma inmortal, exentos de la muerte. Con esa “semejanza”, el hombre se hallaba capacitado no sólo para hablar y entrar en comunión con su Creador, sino para “dominar” todas las cosas, para “desposeerlas” –en el sentido antiguo de disfrutarlas–, de modo que todas ellas le rindieran parias o tributos. Y eso no lo hizo Dios por tener el hombre rasgos buenos y bellos, pues si el hombre es bueno es porque Dios lo ha amado antes, dándole sus bellidos –sus gracias y hermosuras–.

DE LA OBLIGACIÓN QUE TIENE EL HOMBRE A SU CREADOR Que a la imagen de Dios formado seas dueño de tres potencias inmortales, y de las aves, peces, y animales la tierra, el mar y el aire desposeas, que más que el globo en quien la vista empleas valgas, y que a los brutos ley señales, y que todos los astros celestiales te rindan parias, y su luz poseas:

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hombre todo eso es mucho; pero advierte que si tanto te honró el poder inmenso, no ha sido por tus ojos los bellidos:

Existir como semejanza de Dios significaba tener capacidad de tomar decisiones, de ejercer la libertad. Pero Adán hizo libremente una mala decisión, al rebelarse y desobedecer a Dios, queriendo hacerse Dios. Con esa mala decisión dañó la imagen divina que llevaba impresa, emitiendo ese daño a todos sus descendientes, o sea, a nosotros (Rom 5.12). En eso estriba la esencia de todo pecado: en desobedecer a Dios.

Pero el Creador no desampara al hombre. Lo sigue amando y lo redime, haciéndose también hombre: y así lo restaura, lo restituye “en la santidad y en la verdad” (Ef 4.24), o sea, lo vuelve a su original semejanza, pero con más fuerza: con la sangre de su propio Hijo, uniéndonos al Verbo, haciéndonos hijos suyos, no mera imagen: “Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y lo somos” (Juan I, 3.2).

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pues Dios te dio esos dones tan subidos con la precisa carga de a quel censo de obedecer su ley hasta la muerte.

Así lo expresa intensamente Alonso de Bonilla:

SOBRE TOMAR DIOS CARNE HUMANA Es Dios causa esencial de quien pendiente la gran máquina está de tierra y cielo, en cuyo ser y original modelo se incluye todo espíritu viviente.

Mas la forma del hombre especialmente a su gusto le vino tan a pelo que le compuso por su amor y celo a imagen de su ser omnipotente.

Pues como Dios es molde peregrino del hombre, y con el golpe del pecado quedó casi deshecha esta figura, hoy para repararle, el ser divino quiso volverlo al molde, y lo ha dejado unido al Verbo de la esencia pura.

Foto: Nazario Gutiérrez

Pero unirse al hombre fue sólo la mitad de su hazaña restauradora; fue más lejos, padeciendo desprecios, flagelos y heridas crueles. Ese fue un doble costo en la restauración de la imagen primitiva.

DE CRISTO CORONADO DE ESPINAS Como cayó por la primer torpeza Adán que fue cabeza de las gentes, cabeza les faltó a sus descendientes que fue llegar a la mayor pobreza.

Rehízo a la mortal naturaleza el Padre universal de los vivientes, dándole al Redentor de los creyentes, que el repararle fue darle cabeza.

Si es la cabeza del linaje humano Cristo, y de esta cabeza los fieles cuelgan sus esperanzas peregrinas, cuelgue las suyas hoy todo Cristiano, que bien podrá: pues hay puntas crueles de dolorosos juncos y de espinas.

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Podría decirse que Dios mantuvo continuamente su amor por el hombre desde el principio. Y tanto, que acabó por tropezar en su mismo amor, cayendo en tierra con la cruz a cuestas.

SOBRE CAER CRISTO CON LA CRUZ Caer el ángel del feliz estado a pena perdurable y afrentosa derechamente fue treta forzosa, puesto que en su soberbia ha tropezado.

Que el hombre en la justicia levantado cayese a ser mortal, fue justa cosa, porque en esta caída dolorosa tropezó en la ambición de su pecado.

Pero que caiga Dios que nunca estuvo ni pudo estar jamás a culpa expuesto, es para mí de confusión abismo: si ya no es, que como amor anduvo siempre delante de sus obras puesto, cayó Dios tropezando en su amor mismo.

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Dos veces misterioso fue el establecimiento divino de la imagen: porque hizo al hombre de una nada primera y porque lo redimió de esa nada segunda que es el pecado.

Foto: Juan García Cuevas

Misericordia Foto: Juan Miguel Salido

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La Semana Santa en la RED Por Manuel D. Lonzano Guerra

Blog En primer lugar y a modo de presentación para los cofrades baezanos, me gustaría que tú mismo te presentes ante ellos y nos digas qué es Cofrades de Daimiel.

Cofrades de Daimiel es una página de información cofrade. Su ámbito principal es el de nuestro pueblo, pero también se incluyen noticias de nuestro entorno más cercano. Es un blog personal, no es la página oficial de la Semana Santa de Daimiel.

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ste año traemos a nuestra sección de la Semana Santa en la Web una ciudad castellano manchega, Daimiel, que, a pesar de estar relativamente cerca de nosotros, nos es bastante desconocida.

Hemos estado hablando con los amigos del Blog: Cofrades de Daimiel (http:// cofradesdedaimiel.blogspot.com.es/) Deciros que es un blog de grata composición en el que el cofrade puede encontrar varias pestañas de navegación, desde las que acceder a diferentes contenidos.

Así mismo, es fácil ver a nuestro amigo Jerónimo (autor y mantenedor del blog) informando de actos, cultos, encuentros, ensayos… de cuadrillas de costaleros, agrupaciones musicales, tanto de su zona de influencia como de la capital hispalense.

Podemos encontrar a Cofrades de Daimiel, además, en la mayoría de las redes sociales: Twitter, Facebook, Instagram…

Por lo que es fácil seguir su caminar cofrade en la red.

Sin más preámbulos, y por supuesto después de agradecer la desinteresada colaboración de su principal responsable con nuestra tertulia, os dejo con la entrevista y sus interesantes opiniones.

Una vez hecha la presentación, quiero indicar al lector que este Blog es algo más que una página dedicada a la Semana Santa de Daimiel. Dicho esto me gustaría que nos indicases como transcurre la vida cofrade del Blog.

La vida cofrade de la página es la vida de todo un año, es una página que se actualiza los 365 días. Aunque se hace de modo altruista, y la administra una sola persona, tiene multitud de colaboradores que prestan sus fotos y artículos. Es una página para disfrutar de lo que más nos gusta a los cofrades, la Semana Santa. ¿Cómo se te ocurrió la idea de realizar la web?

La idea nació de la necesidad de dar a conocer aspectos de nuestra Semana Santa, así como reportajes que hacemos cuando viajamos a otros lugares. En esta página son los cofrades los protagonistas.

Un artículo de opinión, un reportaje de fotos de un besamanos, un reportaje de video de una salida extraordinaria, publicaciones, discos, opiniones, un lugar donde comentar la actualidad cofrade a modo de foro, con los comentarios que se pueden hacer debajo de cada entrada. Siempre de manera cariñosa y tomándolo como hobbie.

Ilusión, esperanza, dar información, amor cofrade,… etc. de todos estos objetivos, cuales hoy en día siguen vivos.

Los objetivos con los que se creó el blog siguen siendo los mismos hoy en día.

Servir de punto de información cofrade.

Servir de casa de hermandad donde exponer las opiniones sobre un tema. Servir de sala de exposiciones para publicar fotos o videos. Y servir de punto de partida para la generación de nuevas ideas y proyectos en nuestra semana santa, como puede ser por ejemplo la campaña iniciada por este 20

blog sobre la creación de un monumento a la Semana Santa de Daimiel. A raíz de las propuestas en el blog han ido surgiendo también proyectos e iniciativas como la creación de un espacio en la radio, llamado “Daimiel Cofrade” o la creación de un ciclo de tertulias cofrades, que se están realizando este año en un restaurante de la localidad. ¿La dedicación a la actualización de la página es sacada del tiempo de ocio o el dedicado a la familia? Nos gustaría saber cuánto tiempo empleas y con qué frecuencia.

Aunque parezca mentira no se le dedica todo el tiempo que uno quiere. Aunque sí todos los días se le da un repaso. Actualmente con las nuevas tecnologías y los dispositivos móviles, se pueden hacer entradas desde cualquier lugar donde se esté. El tiempo es sacado de todo un poco, de la familia, del ocio, etc.

Como asiduo visitante de la web, he observado que es una página muy trabajada y completa con gran cantidad de contenidos.

Sí, al menos se intenta que sea una página atractiva y dinámica, conectada a las redes sociales, con canal de comentarios en los que los lectores puedan interactuar entre sí. En los contenidos priman los de origen local, aunque también se suelen poner noticias de otros lugares, conciertos, exposiciones a las que podemos asistir fuera de nuestro pueblo. Es una página que no sólo se queda en Daimiel, y en la que se le da protagonismo a los cofrades.

Reportajes, videos, fotos, artículos de cofrades de Daimiel.

Hablemos de la financiación de la página: subvenciones, ayudas, donativos... ¿o no hay más cera que la que arde?

Te han puesto muchas zancadillas en el transcurrir por esta “carrera oficial” tanto en la Daimiel cofrade como en la civil.

No, que yo sepa no. Y si las han puesto no las he percibido. Al contrario creo que la gente siente como suya esta página, y a mí me gusta eso. Que el que la visite se sienta como en casa.

A la hora de dedicar contenidos obviamente la vida cofrade de Daimiel es la que centra la vida del Blog ¿Pero en la web muestras información a nivel nacional o simplemente a nivel local?

La información que prima es la local, pero también se publican cosas de nuestro entorno más cercano que pueden interesar a los cofrades de nuestra localidad. También se ponen cosas de otros lugares más alejados, por la importancia o repercusión que puedan tener esas noticias en el devenir de nuestras cofradías.

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¿Editas un Cartel anunciador de la Semana Santa? De ser así como se produce el proceso de elección.

No, no se publica ningún cartel. Se publica un cartel pero del programa de radio “Daimiel Cofrade”. Éste junto al cartel oficial son los únicos carteles de semana santa que podemos ver a día de hoy en la población.

En cuanto a la aportación de los cofrades a la divulgación de los cultos, eventos, conciertos, Estaciones Penitenciales,... que se desarrollan por toda nuestra geografía, ¿piensas que se les da la suficiente y necesaria divulgación o en esta faceta se infravalora la aportación que puedes prestar?

Es un hecho que las cofradías están en la Red, pero también que los cofrades lo

Foto: Antonio J. García

Sobre el uso y provecho de Internet para las cofradías nos puedes indicar sus ventajas.

La comunicación con los hermanos ha estado siempre presente como una preocupación y, sobre todo, como una necesidad dentro de las hermandades.

Como hemos comentado, lo habitual durante muchos años fueron los boletines.

Pero actualmente rara es la hermandad que no hace uso de las redes sociales, además de sus propias webs, tanto para la comunicación con sus hermanos como para informar de manera general sobre sus actividades o actos. El uso del Facebook, blogs para una información más dinámica, ‘newsletters’ que nos llegan a nuestros correos,... Las hermandades, y por extensión los cofrades, forman parte de la sociedad.

Aunque por parte algunos se quiere hacer aparecer a las cofradías como anacrónicas y ajenas a ésta, nada más lejos de la realidad. Las hermandades están integradas en la sociedad actual y son permeables a los cambios sociales tanto o más que cualquier otro estamento. Y las que no lo están deberían “ponerse las pilas”.

Crees que con vuestro blog has logrado construir en DAIMIEL “la Casa de Hermandad en internet”.

Aunque en los comienzos no tenía este carácter, creo que con el tiempo se ha ido creando una casa hermandad virtual con este blog. El que entra puede interactuar con los demás lectores sobre las entradas que se publican, no sólo en el blog, sino también en las redes sociales.

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No hay más cera que la que arde.

Como esto me lo tomo como hobbie, porque me gusta mucho la semana santa y la informática pues todo es de manera altruista y sin ningún tipo de recursos o donativos externos.

están y ello no nos debe pasar desapercibido. Los medios de comunicación hacen uso de estas redes para llegar al público y éste busca información cofrade en ellos.

Y no ya sólo en Cuaresma, sino durante todo el año. Especialmente redes como Twitter permiten una inmediatez en la comunicación, en la práctica, a tiempo real. La posibilidad de acceder a estas redes desde dispositivos móviles es crucial para ello y además les ha proporcionado una fuerte influencia a la hora de seguir la información cofrade e incluso las cofradías en la calle. La interrelación que se establece entre los usuarios de estas redes hace además que casi cualquiera pueda convertirse en informador de la actualidad y esa información es seguida y compartida por muchos usuarios potenciales a la vez. ¿Verdaderamente generan las cofradías información noticiable e interesante? No, pero se podría. “En las cofradías se genera mucha información, el problema que es que hay que llegar a ella, y cuando tomas esta línea se te critica” ¿Personalmente, perteneces a alguna Hermandad?

Sí, pertenezco a varias hermandades de Daimiel: Stmo. Cristo de la Luz, Cristo del

Consuelo, Stmo. Cristo de la Columna y Ntra. Sra. de la Amargura, N.P.J. Nazareno, Cristo de la Expiración y Ntra. Sra. de los Dolores, Stmo. Cristo del Sepulcro y María Desolada. En total pertenezco a 6 hermandades de penitencia de Daimiel.

Pertenezco también a la Hermandad de la Virgen de las Cruces, patrona de Daimiel y también a la Hermandad Sacramental Esclavos 32. También soy hermano de la Cofradía sevillana del “Beso de Judas”. ¿Y en ellas estás comprometido o simplemente realizas la Estación de Penitencia?

En un tiempo pasado he pertenecido a la junta de gobierno de la Cofradía de Jesús Nazareno, y de la Cofradía de María Desolada. En la actualidad soy nazareno de fila.

Daimiel en Semana Santa, a los cofrades baezanos nos gustaría que nos indicaras ese detalle, ese pellizco por el que se nos haga necesario vivir vuestra Semana de Pasión.

Pues principalmente por la devoción respeto y religiosidad con la que nuestro pueblo vive su Semana Mayor. También hay que decir que sus desfiles tienen la característica de ser en orden cronológico.

Y por la riqueza y belleza de su imaginería, contando con tallas anónimas, de Castillo Lastrucci, Hermanos Rivas, Luis Álvarez Duarte, Darío Fernández, Dubé de Luque, etc. ¿Qué destacarías de lo que conoces de la Semana Santa de Baeza?

Pues es una Semana Santa muy bonita que trascurre en una ciudad preciosa como es Baeza, Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Recientemente la cofradía de Jesús Nazareno acudió al Congreso de Jesús Caído celebrado en Úbeda, y aprovecha-

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mos para visitar vuestra ciudad. Tuvimos la enorme fortuna de poder apreciar la rica imaginería que poseéis, así como tener contacto con la Hermandad de La Caída la cual se comprometió a acudir al próximo Congreso de las hermandades de Jesús Caído, al que todos estáis invitados a asistir.

Y ya para finalizar, un par de cuestiones que os dejamos abiertas: ¿Cuál es el futuro próximo de Cofrades de Daimiel, evolucionará a una nueva versión o permanecerá igual?

La página ha ido cambiando con el tiempo, se cuida mucho su aspecto. Desde

el cambio de cabecera que se hizo hace unos años, a la integración de las redes sociales en su interfaz. Seguirá evolucionando para ofrecer a sus lectores lo mejor de sí.

A modo de despedida, os cedo este apartado para que añadáis cualquier detalle que deseéis dar a conocer.

Agradecer la entrevista que me habéis realizado para dar a conocer en vuestro Cuaderno la labor que desempeña el blog.

Desde estas líneas os invito a que os paséis algún día por Daimiel para que conozcáis el valioso y rico patrimonio cofradiero que poseen nuestras hermandades. Un saludo y muchas gracias.

Foto: Juan Miguel Salido

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Foto: Juan Miguel Salido

EL PREGÓN del

Costalero La primera C o s ta l e r a Josefa Inés Montoro de Viedma Pregonera del costalero de 2014

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¿Cómo puedo hacer notorio en voz alta algo que no he vivido directamente?

Difícil, pero no imposible cuando confías en la ayuda divina.

Las vivencias de mi padre, como horquillero fundador de la Patrona; las de mi marido como costalero, horquillero y capataz; las de mi hijo mayor como costalero y horquillero y las de mi hijo menor como contraguía, no son las mías. Las vivo muy de cerca y me late el corazón con ellas, pero, repito, no son las mías y yo no debo contarlas.

La Junta de “El Capirote” me lo pide en plena procesión de nuestra Patrona. Yo la miro a Ella, me ilumina y pienso: ¿Quién fue la primera costalera? La Madre portadora de su Hijo, desde el vientre hasta muerto en su regazo. Por esto decido dedicárselo a la Virgen y más concretamente a nuestra Virgen del Alcázar.

Es la que reúne todas las advocaciones marianas de Baeza al ser la Patrona de todos los baezanos y por lo tanto de todos los costaleros y costaleras que cada año arriman su hombro para engrandecerla a Ella, así como a su bendito Hijo.

Y eso es lo que pregono: los dos momentos cruciales de María: la Encarnación y la Piedad (Costalera en su seno y costalera en su regazo).

Me detengo en la pureza de María, en su Inmaculada Concepción y en la intensa historia que lleva a la Iglesia hasta la Bula Dogmática “Inefabilis Deus”.

Hablo de su Virginidad, de la Virgen encinta. Del mejor regalo que Dios ha hecho a la mujer: llevar en su seno a sus hijos. Y de su papel de Madre de la Iglesia desde la formación de la primera comunidad cristiana.

La Virgen fue la que encerró en sus entrañas a quien no cabe en todo el mundo, encerró en su seno al Infinito y sostuvo en sus brazos al que todo lo sustenta. Siempre fue su costalera.

Aconsejo a los costaleros con palabras del Papa Francisco: “que el cristiano no puede ser pesimista…”, y con las de santa Teresa: “Quien a Dios tiene nada le falta, solo Dios basta”, y les animé a rezar cada día.

Hago uso de mis conocimientos de historia y arte haciendo alusión a esculturas relevantes de la “Pietá”, y recuerdo el nacimiento de las Cofradías, que se fundan para reunirnos como hermanos, hacer caridad y penitencia para la expiación de nuestros pecados. Si se utilizan con otro sentido, no es propio de cristianos.

Intervalo poesías donde nombro a la Virgen como “el primer Corpus del tiempo, ¡porque Ella es Alta Custodia, con un Dios de carne dentro!” Animo a los costaleros: “Costaleros…id despacio por las calles de Baeza…id despacio y en silencio. ¡Que vuestro Cristo…está llorando por dentro!” Y finalizo con una poesía dramática del s. XV: “Perded cielos el color, y peñas haceos pedazos, oh mar brama con temor, por mi vida y mi Señor, ¡cómo está muerto en mis brazos!”

La primera costalera.

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Foto: Narváez Fotógrafo

Si conseguí con mi Pregón que una sola persona reflexionase más sobre la figura de la Virgen, de la Madre del Verbo divino, de la Madre de Cristo-Dios, mediadora de su gracia, investida de privilegios especiales, por ser concebida sin pecado y asunta en cuerpo y alma al cielo, de la MADRE con mayúsculas, me doy por satisfecha.

Gracias a mis amigos de “El Capirote” que hicieron posible que disfrutase hablando de la Virgen.

Foto: Juan GarcĂ­a Cuevas

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La Música en la Semana Santa

EL GÉNERO QUE RETOMA SU CAMINO:

LA MARCHA PROCESIONAL Rafael Ruibérriz de Torres Fernández Director de la Banda de Música Nuestra Señora del Sol (Sevilla)

fúnebres quedaron atrapadas en géneros mayores y más divulgados como la música de cámara, la ópera o la sinfonía.

La evolución y el desarrollo de las bandas militares propiciaron que en el siglo XIX éstas sustituyeran a las capillas musicales en el acompañamiento de los cortejos procesionales de las cofradías.

Fue entonces cuando en nuestra geografía los maestros directores iniciaron el ensalzamiento del género. Recurrieron en un principio al repertorio propio compuesto para cortejos fúnebres, pero pronto comenzaron a transcribir para banda de música las grandes marchas fúnebres que los mejores compositores dejaron integradas en obras pertenecientes a otros géneros. Fue un momento de gran esplendor que motivó a músicos profesionales y compositores, muchos de ellos militares, a escribir marchas fúnebres destinadas a ser interpretadas en las procesiones de las cofradías. Fue la época de los primeros pinitos compositivos de Turina, la época de los Font, Beigbeder, Cebrián o Farfán.

La integración de la corneta en las bandas militares favoreció que a comienzos del siglo XX éstas comenzaran a

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n el siglo XVIII las fanfarrias militares sufrieron importantes cambios en su fisonomía. Muy en parte fue debido a la introducción de nuevos instrumentos en las orquestas y capillas musicales religiosas y aristocráticas de la época. Fue en el siglo XIX cuando nació el concepto de banda militar, cuya principal función fue siempre el acompañamiento musical de los desfiles, ayudando así a las tropas a marchar en orden y formación de forma solemne.

Según los estudios antropológicos, los cortejos fúnebres en la historia de la Humanidad siempre han ido acompañados de música. Las fanfarrias militares del siglo XVIII, las bandas militares del XIX, y aún las actuales, también contemplaban y contemplan entre sus oficios el acompañamiento musical de cortejos fúnebres.

Surge así el género de la marcha fúnebre, que dado su ocasional uso, quedó siempre relegada a un segundo plano. No obstante, algunos compositores de los siglos XVIII y XIX engrandecieron este pequeño género dejándonos escritas geniales páginas destinadas a ser interpretadas en dichos cortejos. Sin embargo, las mejores marchas

formar parte de la instrumentación de las nuevas composiciones. Este hecho dió lugar a un nuevo estilo de marcha fúnebre con un fuerte carácter militar que con frecuencia rozaba incluso lo alegre y festivo. Este nuevo estilo, consolidado por Manuel López Farfán, se ha mantenido vivo hasta nuestros días.

Ha convivido, e incluso competido, con el estilo fúnebre originario, el cual, a pesar de la irrupción del nuevo estilo, siempre ha conseguido sobrevivir.

Con la llegada de este nuevo estilo, el concepto de ‘marcha fúnebre’ como género pierde sentido, y el empleo de ‘marcha procesional’ parece ser más apropiado. Es curioso observar cómo el nuevo estilo se impuso definitivamente en las últimas décadas del siglo XX gracias, muy especialmente, a que el desarrollo de los primeros formatos de reproducción de sonido (vinilo y case-

te) coincidió con el auge de las bandas militares y de sus maestros directores, dedicados también a la composición de marchas procesionales. Probablemente, si el apogeo del vinilo y el casete hubiese coincidido con la época de Turina y los Font, la evolución del género hubiese tomado otros derroteros. Con todo, este nuevo estilo de marcha procesional dejó grandes obras en la historia del género, si bien, es cierto que anquilosó la forma y la estructura de la marcha procesional hasta nuestros días.

Por su parte, el auge de los vinilos y casetes, y posteriormente CDs, motivaron a su vez que aparecieran numerosos compositores, a veces profesionales, a veces no, a veces inspirados, a veces no, en las nuevas producciones discográficas. Quizá el ego o el ansia por la fama y el reconocimiento de muchos cofradieros, músicos o no, o quizá la

búsqueda del éxito de las productoras discográficas, llevó a que los maestros directores y las propias productoras confiasen en estos cofradieros, introduciendo sus piezas en sus discos. Carentes muchos de ellos de conocimientos técnicos de la composición, el nuevo perfil del compositor aficionado dañó por completo el género.

Esta búsqueda incansable de fama, éxito y reconocimientos, en definitiva el común ego cofradiero que todavía hoy día sigue latente, quizá más que nunca, motivó además una búsqueda incansable de “originalidad” por parte de los nuevos músicos cofradieros. Esto conllevó tanto el resurgimiento de nuevos estilos de marcha procesional como el empleo incansable de elementos y efectos generadores del aplauso fácil y seguro.

Sin embargo, en los últimos años el perfil del músico de banda ha sufrido una poderosa metamorfosis, probablemente debida a que la formación musical a través de los conservatorios es cada vez más fácil y accesible, lo que ha hecho que el número de estudiantes de música se haya multiplicado enormemente. Por otra parte, las bandas militares han desaparecido casi por completo del panorama cofradiero, así como, lo está haciendo poco a poco el perfil del músico semiprofesional que consideraba la actividad

de la Semana Santa como un auténtico trabajo. Atrás quedaron estos músicos para dar paso a los talentosos jóvenes instrumentistas que, legítimamente, son cada vez más aficionados a las cofradías y están dispuestos a tocar en las carreras oficiales a cualquier precio. Pero el peligroso ego cofradiero ha motivado que muchos de estos instrumentistas, a veces talentosos, a veces no, en su mayoría sin conocimientos técnicos de la composición, se atrevan a coger papel y lápiz “infectando” una vez más el patrimonio musical de las cofradías.

Si bien es cierto que los espectadores se han acostumbrado al anquilosado estilo militar, a la decadencia comercial de las últimas décadas y las nuevas producciones cargadas de imperfecciones, hay una nueva generación de músicos que, con sumo respeto a la profesión de la composición, está engrandeciendo y poniendo en valor el género de la marcha fúnebre y procesional.

Están estudiando a fondo la técnica de la composición, así como, los estilos en los que el género tuvo su mayor apogeo y no cabe duda de que, gracias a este respeto, las musas están inspirándolos. Parece que por fin el género retoma su camino, un camino que de alguna forma se paralizó, y se atisba, sin relegar el pasado y tomando lo mejor de cada periodo, una nueva etapa de esplendor.

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Foto: Juan GarcĂ­a

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Colaboraciones La cofradía soñada José Francisco Garrido Lemus

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Foto: Francisco Galiano

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aya por delante un doble agradecimiento: a la dirección de “El Capirote” por acordarse finalmente de este cartel y publicarlo en las páginas de su revista, y a sus propietarios -la familia Lozano Garrido- por ceder desinteresadamente su imagen para que sea conocido en el mundo cofrade baezano.

Han pasado ya dieciséis años desde aquel 1999 en que pintara lo que quería ser un cártel que, sin embargo, ha permanecido inédito desde las vísperas mismas del presente siglo. No obstante este prolongado eclipse, la imagen de la semana santa baezana que aquí se esbozaba se ha ido haciendo realidad sin que esta obra -escondida en los cimientos de la actual celebración- fuera vista por la mayoría de los artífices de la fiesta con la que Baeza sigue regalándose, a sí misma y a sus visitantes, en los días de la Pasión ya tan próximos.

Un hecho tan inusitado ha acabado convirtiendo este cartel en una verdadera cápsula del tiempo, que viene a demostrar cómo las tendencias estéticas que en los últimos años han transformado (y siguen transformando) nuestras más activas hermandades, ya estaban en los años noventa en las mentes de quienes vimos hacerse esta pintura al ritmo de no pocas conversaciones y viajes cofradieros. Y es que este modesto anticipo -que en sí mismo poco o nada pudo influir sobre el mencionado cambio estético- supone un testimonio de que esa

Foto: Juan García

transformación ya existía, de algún modo, en las mentes que preparaban con desvelo tanto trabajo como se ha ido llevando a cabo en los últimos dieciséis años.

Así, compárese esta pintura, en primer lugar con la imagen de las cofradías baezanas en 1999, y luego con la que en pocos días volverán a poner en nuestras calles esas mismas corporaciones: sandalias, altos capirotes, túnicas de cola recogida al brazo, robustos cirios de nazareno, varas de presidencia ante un paso acompañado de palio de mano...

Todo haciéndose realidad hoy ante nuestros ojos asombrados. Y todo, o mucho de ello, presente en la historia de nuestra semana santa y olvidado o postergado en los decenios inmediatamente anteriores a 1999: detalles muchos en los que Baeza se está recuperando a sí misma, aunque no todos sepan o quieran verlo. Afortunadamente, documentos históricos los hay para el que quiera comprobar lo que afirmo.

Y termino con algunos datos que agudicen la visión y la comprensión: imaginé la escena vista desde la embocadura del callejón de Ochoa, justo antes de que el paso revirara hacia General Marchesis; imaginé un hábito en el que confluyeran las trazas más clásicas de las túnicas decimonónicas baezanas con el rigor penitencial de las más universales cofradías de negro; tomé prestada la impronta del prodigioso Cristo de la Buena Muerte de Juan de Mesa como prototipo del crucificado cofrade, lo acompañé de la “vela de tinieblas” hoy casi exclusiva del Remedio de Ánimas cordobés, y situé la imagen sobre un pequeño paso a costaleros: pequeño, y en mi imaginación elegante, austero y suficiente, hecho a la medida Foto: Juan García que siempre han tenido nuestras puertas, nuestras calles y nuestras hermandades; y cerré el cortejo con un palio de mano, alto y dispuesto a no ser tan solo una reliquia, sino a cubrir ya ese paso a punto de ser arriado.

En fin, una Baeza entonces solo soñada y hoy un poco más real aunque no todo se haya cumplido: hay cosas que aún hoy parece que nos cueste admitir. Quizá todo llegue.

Ojalá. Mientras, aquí les dejo con este pequeño cartel: pequeño en tamaño y pequeño en difusión, severo de líneas como la orfebrería de su serio cortejo, nocturno e íntimo, que hoy sale del estrecho conocimiento de algunos iniciados para entregarse a los cofrades de Baeza. Ojalá lo acojan con benevolencia.

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Dibujo: JosĂŠ F. Garrido Lemus

Dolores del Rosario Foto: Nazario GutiĂŠrrez

Oraci贸n en el Huerto Foto: Tornero fot贸grafos

“El Paso” Foto: Juan Miguel Salido

Misericordia “Las Escuelas” Foto: José María Cruz

Gracia y Esperanza Foto: Narv谩ez Fot贸grafo

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La Expiraci贸n Foto: Isabel Cruz

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La Columna Foto: Francisco J. Salido

La Humildad Foto: Nazario GutiĂŠrrez

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“La Fervorosa” Foto: Juan Miguel Salido

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Las Lágrimas Foto: 44Antonio J. García

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Lignum Crucis en la Vera Cruz Foto: Francisco J. Salido

Foto: Juan GarcĂ­a

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Foto: Antonio J. GarcĂ­a

EL CAPIROTE Tertulia

Cofrade

Baeza 2015

María Santísima de la Trinidad Fotografía: Javier Ruiz Olivera

El Cartel de El Capirote El Capirote INTRODUCCIÓN

Un año más, “El Capirote” inició un nuevo curso cofrade con el acto público de presentación de su cartel conmemorativo de la Semana Santa baezana. Tradicionalmente, dicho acto suele tener lugar en torno a la festividad de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora, como humilde ofrenda a la Santísima Madre de Dios bajo la advocación de este dogma de fe. No fue así esta vez, ya que la presentación debió posponerse hasta el 31 de enero de 2015, festividad de San Juan Bosco. El motivo fue que nuestra Asociación Cultural decidió ofrecer para este año un cartel de encargo cuya planificación requería que la fotografía se hiciese en unas condiciones muy específicas, las cuales no se dieron hasta bien avanzado el período navideño. Asimismo, se consideró conveniente, por razones que veremos más adelante, aproximar la presentación del cartel al XIV Encuentro Nacional de Hermandades y Cofradías Trinitarias, que tuvo lugar a comienzos de febrero. Como ya ha ocurrido en otras ocasiones a lo largo de los últimos años, el acto aunó tanto la presentación del cartel de como la entrega de los premios “Ovación de Gala”, en sus tres modalidades, así como la entrega simbólica de las tapas a Don José Juan García de Lara Torres, encargado de proclamar el XXII Pregón del Costalero en la Cuaresma de 2015.

El lugar de encuentro fue el Salón del Centenario del Nuevo Casino de Baeza, un espacio reciente y felizmente habilitado para la celebración de eventos culturales y sociales.

Pese a que su aforo es muy superior al de otras dependencias de ese histórico edificio, resultó pequeño ante la gran afluencia de público deseoso de presenciar in situ el que ya

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Foto: Javier Ruiz

para la Semana Santa de 2015

es sin duda uno de los puntos de referencia del calendario cofrade baezano. Actuó de maestro de ceremonias Damián Cruz Martínez, Presidente de la Tertulia, quien, tras los saludos de rigor, dio comienzo al acto con una invocación inmaculista, ya que, pese al retraso en la fecha de celebración de este evento, “El Capirote” desea seguir ofreciendo cada año el cartel de Semana Santa a Nuestra Madre Inmaculada, como modesto tributo filial de quienes ruegan ponerse bajo su amparo y protección. Posteriormente, expuso ante los presentes el propósito del acto y las razones que han justificado su ubicación a finales de enero.

Como ya ocurriera en el Cuaderno Cofrade de 2014, organizaremos el presente artículo en tres partes. Primeramente, describiremos la imagen pasionista que protagoniza el cartel, situándola en su contexto devocional y artístico. Seguidamente, haremos referencia tanto a la instantánea como a su autor. Finalmente, aludiremos al encargado de hacer la presentación pública y extractaremos sus palabras.

LA OBRA El cartel de la Asociación Cultural Tertulia Cofrade “El Capirote” para la Semana Santa de 2015 tiene como protagonista indiscutible la imagen de María Santísima de la Trinidad, de la Cofradía del Rescate.

Como explicó Damián Cruz al comienzo del acto, la Directiva de “El Capirote” tenía ya pensado realizar su Cartel de este año teniendo como motivo central una Dolorosa. El hecho de que la Confraternidad de Hermandades Trinitarias decidiese celebrar en Baeza, en febrero de 2015, el XIV Encuentro Nacional de Hermandades y Cofradías Trinitarias, con organización a cargo de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Rescate y Mª Stma. de la Trinidad, justificaba sobradamente el motivo iconográfico finalmente elegido.

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Se viene afirmando tradicionalmente que la mencionada cofradía nació en 1616, poco después de la fundación del monasterio de Trinitarios Descalzos de Baeza por parte de San Juan Bautista de la Concepción y coincidiendo aproximadamente con la estancia en el mismo de San Miguel de los Santos. Sin embargo, no se conocen testimonios documentales que acrediten tal aserto, y hay motivos razonables para dudar de su veracidad. Todo apunta a que la devoción que suscita en muchos lugares de España la advocación de Jesús del Rescate deriva de la que se presta a la imagen conocida como Jesús de Medinaceli, que llegó a Madrid, procedente del norte de África, en 1682. Si esto es así, la cofradía baezana debió ser creada a finales del siglo XVII o durante la primera mitad del siglo XVIII, no antes. El cenobio trinitario fue exclaustrado en 1836 en el marco del proceso desamortizador, pero la Cofradía sigue guardando fielmente memoria de su origen. De ahí que, aunque su sede canónica actual sea la parroquia de Santa María del Alcázar y San Andrés, su estación de penitencia cada Jueves Santo tenga como punto de partida el edificio de la antigua iglesia “de los Descalzos”, rehabilitado a finales del siglo XX. Como su nombre pone de manifiesto, esta cofradía cuenta con dos imágenes titulares, muy veneradas en el contexto pasionista de nuestra ciudad. Son esculturas modernas, ya que las anteriores desaparecieron en los tristes acontecimientos de la Guerra Civil. Por un lado, cabe mencionar la figura de Nuestro Padre Jesús del Rescate (o “Rescatado”, como se lo menciona a menudo en la documentación más antigua), talla de vestir elaborada en 1946 por Amadeo Ruiz Olmos, aunque fue restaurada y profundamente remodelada por el sevillano Antonio Dubé de Luque en 1995. Por otro, se encuentra

EL AUTOR Y EL CARTEL El cartel de “El Capirote” para 2015 tiene como base una extraordinaria fotografía de la que es autor Javier Ruiz Olivera, joven artista muy vinculado a la Semana Santa. Tras las palabras de presentación a cargo de Damián Cruz, éste subió a la tribuna y procedió a descubrir el cartel en el que María Santísima de la Trinidad, vestida con sus mejores galas, sobresale de cuerpo entero sobre un fondo oscuro. Se trata de un formato realmente inédito en Baeza, y con muy pocos precedentes en otros lugares. De hecho, tales precedentes suelen mostrar la imagen de María con la mano derecha hacia abajo, en posición

de besamanos, lo que no ocurre en este caso.

De Javier Ruiz cabe decir que nació en Baeza el 28 de Agosto de 1984. Se inició en el mundo cofrade dela mano de su familia en la Cofradía de la Vera-Cruz.

También es hermano de las cofradías de la Oración en el Huerto, La Virgen de la Cabeza y de nuestra Excelsa Patrona, la Virgen del Alcázar. En la Vera-Cruz es miembro de su Junta de Gobierno desde 2004, donde actualmente ostenta el cargo de vocal de formación. En 2008 es nombrado contraguía del paso de la Virgen de la Aurora. Se integró un año después a la escuadra de costaleros y costaleras de la Virgen, pasando en 2014 a portar el paso del Señor. También es costalero de la Cofradía de la Oración en el Huerto desde hace 3 años. Siempre que el trabajo se lo permite acompaña al Santísimo Cristo de la Buena Muerte en la noche del Martes Santo. Pertenece al cuerpo de horquilleros del Santísimo Sacramento y ha portado también a la Santísima Virgen de la Cabeza en su procesión del Domingo de Resurrección. Además, Javier fue pregonero de la Semana Santa de Baeza en la Red en el año 2011.

Son múltiples las colaboraciones fotográficas que ha tenido con las cofradías de Baeza, de entre las que destacan ser el autor del cartel conmemorativo del XXV Aniversario de la Hermandad de la Santa Cena en 2010, ganador en 2008, 2009 y 2012 del Cartel de la Web BaezaForos, portada del Boletín de la cofradía de la Buena Muerte en 2010, coautor del programa de mano Stabat Mater en 2010 y 2011, etc. Ha colaborado con El Capirote en numerosas ocasiones. Sin ir más lejos, suya fue la portada del Cuaderno Cofrade de 2012. Sin embargo, ésta es la primera ocasión en que una instantánea suya pasa a formar parte del elenco de carteles de

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María Santísima de la Trinidad, que es el motivo de nuestro cartel. Se sabe que en tiempos pasados recibió la advocación de “los Dolores”, y solo desde fechas relativamente recientes se conoce con su denominación actual.

María Santísima de la Trinidad es obra anónima de buena factura, dentro de la más genuina estética neobarroca. Llegó a Baeza como adquisición particular a principios de los años cuarenta. Acompaña al Cristo del Rescate en su estación de penitencia desde 1947, aunque la cofradía no la obtuvo en propiedad hasta 1968. Hay constancia de que en 1971 fue restaurada por Marcelo Góngora, de Úbeda, que consolidó el cuello y pintó el rostro. Una nueva restauración, mucho más profunda, fue llevada a cabo por Dubé de Luque en 1994, quien indicó una posible atribución a Francisco Illanes Rodríguez. Se trata de una dolorosa de candelero con apariencia juvenil y rasgos muy delicados. Mira hacia arriba, con una conmovedora expresión de súplica y aflicción. Su paso de palio es portado en andas, al estilo malagueño, por un numeroso grupo de hermanas horquilleras provistas del hábito de estatutos.

Nuestra Asociación; una feliz circunstancia que esperemos tenga continuidad en el futuro.

La fotografía que nos ocupa fue tomada el 26 de diciembre de 2014, justo tras la celebración del Nacimiento del hijo de Dios, y tuvo lugar en el templo parroquial de Santa María del Alcázar y San Andrés.

De entre las muchas personas que la hicieron posible, debe hacerse mención especial a las atenciones y el generoso esfuerzo de la Junta Directiva y de las camareras de la Cofradía del Rescate, así como el del señor cura párroco, capellán de la Hermandad y actual Consiliario de la Agrupación Arciprestal de Cofradías, Don Domingo Pérez.

LA PRESENTACIÓN La Junta Directiva tuvo desde el principio muy claro quién debía ser la persona elegida para presentar convenientemente este cartel. Se trata de Don Antonio de Padua Villar Moreno, vestidor de María Santísima de la Trinidad, principal responsable del primoroso aspecto que ofrece Nuestra Madre en esta fotografía.

Teniendo en cuenta que no reside en Baeza, hay que agradecerle efusivamente que accediera a nuestra solicitud de manera entusiasta.

Antonio Villar vive intensamente por y para la Semana Santa. Un breve repaso a su biografía así nos lo confirma. Nació en febrero de 1973 en el barrio cordobés de Capuchinos, entre el Cristo de los Faroles y la Virgen de los Dolores. Se diplomó en Educación Infantil en la Escuela del Sagrado Corazón, completando los estudios con una formación profesional de dibujo publicitario en la Escuela de Artes Mateo Inurria de su ciudad natal. Pertenece a varias hermandades, aunque sus mayores vínculos los mantiene con la cordobesa Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la San52

gre en el Desprecio del Pueblo y Nuestra Señora Reina de los Ángeles en sus Misterios Gloriosos y Dolorosos, popularmente conocida como “El Císter”. En el año 1993 viaja a Sevilla al taller de los Sobrinos de Esperanza Elena Caro, donde durante dos años adquiere amplia formación en el bordado en oro fino y en restauración de piezas textiles antiguas. Posee en la actualidad dos talleres de bordado a los que dedica gran parte de su ingenio e imaginación. A lo largo de estos 20 años han salido de sus talleres más de 500 obras: palios, mantos, estandartes, simpecados, sayas, tocas...

También importantes restauraciones de obras antiguas, o pasadas a nuevo tejido. A modo de ejemplo, diremos que hay piezas suyas en Barcelona, en diversas ciudades de Castilla La Mancha, en Extremadura, en Canarias y, por supuesto, en Andalucía, pero también en San Juan de Puerto Rico, México y Buenos Aires. En Baeza ha dejado su impronta en el conjunto completo de palio y manto de la Cofradía de “La Fervorosa” y en la magistral saya que la Reina de la Trinidad luce en el cartel que motiva este artículo.

Su faceta como vestidor es también sumamente extensa. Se trata de una vocación que surgió prácticamente en su niñez, cuando veía cómo su abuela ayudaba a Fray Ricardo de Córdoba (a la sazón Superior del cenobio Capuchino de su barrio) a la hora de vestir las imágenes para los cultos y procesiones. Hoy en día, Antonio Villar es uno de los vestidores en activo más solicitados. Hasta 85 imágenes de la Península y Canarias pasan regularmente por sus manos. Su trabajo se desarrolla principalmente en Andalucía, en todas las provincias a excepción de Granada, donde tan sólo ha realizado trabajos puntuales. La de Jaén es la que más lo requiere para vestir Dolorosas. A pesar de haber conocido desde joven y de primera

prosa y verso, momentos de sosiego con otros de vehemente enardecimiento. Fue, ante todo, una vivísima oración de amor filial de un cristiano hacia Nuestra Santa Madre celestial. Una Madre que en nuestro cartel está representada en una estampa de dolor, pero cuya belleza inmaculada anuncia ya su Asunción gloriosa.

Ocioso sería pretender reproducir en estas páginas las palabras de Antonio Villar, pues resultaría imposible transmitir el ardor vital de aquel acontecimiento irrepetible. No nos resistimos, sin embargo, a seleccionar unos versos que sirvan de breve muestra de tan excepcional intervención: Si yo fuera vestidor De esta Reina Trinitaria Iría al mar por espuma Para hacerle la pechera, Y por encajes al río Que entre las rocas se cuelgan, Y por estrellas al cielo Para adornarla con ellas…

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Si yo fuera vestidor De esta Reina Trinitaria Iría andando senderos Descalzo hasta media pierna, Para traer de los campos Aromas de flores tiernas Y dulces suspiros del aire De una ensanchable pureza Si yo fuera vestidor De esta Reina Trinitaria Iría a buscar cinceles De la Roldana o de Mesa Para esculpir su mantilla Con que enmarcar su cabeza Y depurar sus perfiles De su doblez y jareza Si yo fuera vestidor De esta Reina Trinitaria Iría al Sol a pedirle Hilos de hebra de seda Y a los estanques dormidos

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mano a grandes profesionales de este arte (el propio Fray Ricardo, Antonio y Pepe Garduño, José Asians, Plácido Pérez, etc.), nunca tuvo un maestro en sentido estricto y su estilo se ha ido forjando de forma casi autodidacta. Son numerosos los especialistas que opinan que Antonio Villar ha creado un estilo propio, donde prevalece la personalidad pública de la imagen y de la hermandad, lo que hace que deba decidirse en cada caso, bien por blondas y mantillas, hasta el estilo suelto y decimonónico, para las cofradías más populares, bien por los tocados de tablas con tules y gasas para las más serias.

Su primera relación con Baeza la tiene con tan solo 15 años. Entonces viste, primero en Córdoba y luego en Baeza, a la nueva imagen de la Virgen de los Dolores del Santo Entierro. En 1995 contactan con él miembros de la Junta de Gobierno de la Fervorosa para que se encargue de vestir a su titular. En 2004 es llamado por la Cofradía del Rescate para que se encargue de vestir a la Virgen de la Trinidad y el mismo año hace lo propio con una de las dolorosas más complicadas con las que posiblemente se ha encontrado: la de la hermandad de “El Paso”. Ha vestido también durante varios años a la Virgen de la Aurora de la Vera-Cruz.

Finalmente, destacaremos una faceta quizás menos conocida, pero no por eso menos brillante, de Antonio Villar: la de excepcional pregonero y conferenciante de temas relativos a la Semana Santa, especialmente cuando entroncan de lleno con sus dos oficios, que a la vez son sus grandes pasiones: el arte del bordado y el de vestir imágenes. Tal vertiente quedó sobradamente demostrada en la ocasión que nos ocupa. Brindó una exaltación vibrante y emotiva que llegó al corazón de todos los asistentes. Fiel a la más genuina tradición pregonera andaluza, su discurso combinó

Les pediría turquesas Y blanco a los manantiales Y verde a la primavera Loco sería… y pedigüeño De las mejores ofrendas Pero yo… no seré nunca Ni el ayudante siquiera Del vestidor de la Virgen: Reina de la Trinidad que es ella. ¿Porqué sabéis una cosa?

Si alguna vez yo lo fuera Me temblarían las manos De saber que mi torpeza Clavase un alfiler Donde clavar no debiera Y cegarían mis ojos Su tan cercana belleza Y hasta un galope tendido Mi corazón emprendiera Pero además, hay otras cosas Que me impiden que lo sea Yo no podré tener nunca El arte de sus camareras Que es una ilusión creativa Llena de sal nacarea Con blondas, velos y tocas De caladuras concéntricas Por eso no seré nunca Aunque quererlo quisiera El vestidor de la Virgen Reina de la Trinidad que es Ella

Foto: Javier Ruiz

Pero si alguna vez yo lo fuera No habría tesoro en el mundo Que no lograse para Ella.

La exaltación a cargo de Antonio Villar dignificó, y de qué manera, la presentación del cartel de “El Capirote” para 2015; un acto en el que los cofrades baezanos nos reunimos al amparo de María Santísima de la Trinidad. Que su imagen nos conforte a lo largo de este año cofrade y nos guíe en el camino que conduce a Jesucristo, Señor y Salvador nuestro, que murió y resucitó por todos los pecadores. Amén.

Nuestra memoria en imágenes LA SEMANA SANTA DE BAEZA

EN LA PRENSA DE LA PRIMERA MITAD DEL

SIGLO XX. (II)

Por Fernando Viedma Puche

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l año pasado ya comentamos en la primera parte de este artículo como tras la Guerra Civil, nuestras hermandades fueron poco a poco, con mucho esfuerzo y gran constancia, recuperando el patrimonio destruido durante la Contienda.

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En esta ocasión traemos hasta nuestras páginas dos recortes de prensa que inciden en este asunto. Están publicados en el Diario JAÉN, en 26 de febrero y 28 de marzo de 1948, año que fue de una gran importancia para la Semana Santa de Baeza.

Si en el artículo del pasado año hacíamos mención a la reunión de hermanos de la Cofradía de la Columna que iban a reorganizar en 1947 la hermandad y encargar la imagen que ocuparía el lugar de la desaparecida, el 28 de marzo de 1948 sale publicada,

y podemos leer lo más interesante en el recorte, a pesar de haberse perdido parte del documento, la noticia de la Bendición de esta nueva talla en la Iglesia del Salvador y su procesión ya en la Semana Santa de aquel año. En el texto se hace alusión efusiva a Amadeo Ruiz Olmos, autor de la talla, al que se refiere como “joven y notable”.

El artículo sigue haciendo resumen de los desfiles procesionales, comentando el de “La Fervorosa”, como sabemos cofradía escindida de “La Sangre de Cristo” en 1945 y, desde su fundación como hermandad independiente, seguidora de los estilos sevillanos. De hecho en el texto se abunda en ello, se describe el hábito negro de estameña con faja de “cuerdas de cáñamo” y se hace hincapié en que el paso de la Virgen va con palio.

Efectivamente fue éste el primer paso de palio de dolorosa de la Semana Santa de Baeza, aunque era usual que lo llevaran las imágenes de Cristo, bien exento y portado por penitentes, o incluso, como podemos observar en varias fotografías de estos años, sustentado por varales en el mismo paso, lo que se aprecia perfectamente en el buen Programa de la Semana Santa de ese mismo año 1948, en ilustración correspondiente a la Cofradía de la Humildad. Prosigue el corresponsal comentando que se encerró esta cofradía de “La Fervorosa” ya en la madrugada del Viernes Santo y que seguidamente salió, “de la Catedral”, la Vera Cruz.

No obstante, nos queremos centrar en el título o encabezado de este artículo de prensa, donde se anuncia uno de los grandes estrenos que tuvieron lugar aquel año y que no es otro que el de la Escolta de soldados Romanos a Caballo de la Cofradía de la Humildad, cuya fotografía a su paso por el Arco de Villalar y en primer plano adjuntamos en esta sección.

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Efectivamente, tras la Guerra Civil continúa la vida de la cofradía de la Humildad, habiéndose salvado la imagen del Ecce Homo de la destrucción que padecieron muchas de las esculturas baezanas.

No ocurrió así con la mayoría de sus objetos de culto y procesión.

En el programa citado de 1948, se dice que la cofradía llegó a alcanzar “en sus desfiles procesionales tal magnificencia y esplendor que le valió conseguir el primer premio del Excmo.

Ayuntamiento en los años 1945 y 1946”. Sin duda, la presencia de esta escolta Romana, con banda de cornetines y timbales incluida, fue un acontecimiento que llamaría la atención de los baezanos y visitantes de nuestra Semana Santa.

No era novedad el ver Romanos acompañando a nuestros cortejos penitenciales, ya que hermandades como la Vera Cruz, desde 1927 (recuperados alrededor de 1950) habían sido precursoras en este tipo de acompañamientos.

También el Rescate llevó una escolta de 43 romanos a partir de 1949, con trajes prestados de otras hermandades, y la Expiración, que organizó su propia escuadra de Romanos en 1955. Pero la escolta a caballo de la Humildad fue un gran alarde y un esfuerzo con-

junto que deja claro cuan comprometidos estaban los cofrades baezanos en aquellos años difíciles.

Hoy desafortunadamente no quedan si no recuerdos de aquellos romanos y se conservan, en el Museo de la Casa de Hermandad de la Vera Cruz, el uniforme del Capitán de aquella agrupación, y yo mismo he tenido la fortuna de poder adquirir una armadura de esta escolta de la Humildad que, debidamente restaurada, fue expuesta en el Pregón del Costalero de 2012.

El segundo de nuestros recortes de prensa se refiere al Septenario que tradicionalmente celebraba la Cofradía de la Expiración y que en esta ocasión fue proclamado por el Rvdo. P. Jesuita Enrique Huelin, entonces en el Centro Misional de Montilla. El padre Huelin dedicó toda su vida a los más desfavorecidos y en 1995 fundó en Málaga la Asociación Benéfica que lleva su nombre, una ONG que hoy, tras el fallecimiento de su fundador, continua su gran labor humanitaria en pro de los pobres y necesitados de Málaga, sin distinción de raza, sexo o religión, no sólo con la entrega de alimentos, sino apoyando en la búsqueda de empleo, orientación social, clases de apoyo infantiles, asesoramiento jurídico, etc.

Comenta el artículo también la intención de la hermandad de preparar mejoras para la procesión de ese año y así fue, ya que se estrenaron los cuatro magníficos faroles de plata.

En la fotografía que adjuntamos de la salida procesional de la Cofradía de la Expiración, de aquel Viernes Santo de 1948, se aprecian perfectamente esos faroles y el paso de nogal del que aún podemos admirar una parte en la mesa de altar que se encuentra a los pies de la imagen del crucificado en su capilla de San Pablo.

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Sabemos que en la Guerra Civil se salvó de esta hermandad tan sólo la imagen del titular, una verdadera joya de la imaginería. Desaparecieron en cambio las tallas de la Dolorosa y San Juan Evangelista, el paso anterior y varios otros enseres. También se salvaron afortunadamente el Libro de Estatutos, original de 1603, el gallardete de 1910 y el magnífico sudario bordado en oro y sedas de 1868.

Según las actas de la hermandad ésta había dedicado la mayor parte de sus esfuerzos, tras su reorganización el 15 de Mayo de 1939, a realizar un nuevo trono para el Cristo, paso que apreciamos en esta bella fotografía, y que hasta ese año lucía una alta candelería de tulipas en sus esquinas. El paso que podemos contemplar, es el mismo que figura en una conocida fotografía que presenta a una multitud tras la imagen del Cristo de la Expiración y que viene entendiéndose como la primera procesión que tuvo lugar en Baeza tras la Guerra Civil. Sin embargo, los libros de la hermandad dejan claro que este paso fue encargado en 1941 al “socio carpintero” Francisco Rodríguez Nájera, que realizó las tallas en madera de nogal. El paso fue montado, según la tradición oral, en las Ruinas de San Francisco y en su elaboración participaron también otros carpinteros de la cofradía. Según esas mismas actas, el trono no se estrenó hasta la Semana Santa de 1942. Chocan estos datos con lo expresado en el pie de aquella fotografía, publicada en el Programa de la Semana Santa de 1984 y que la situarían en 1942, año del estreno de dicho paso y no en 1939. Lo que es evidente es que el trabajo de los hermanos de la Expiración fue grande en aquellos años y consiguieron incluso colaborar en la restauración de la Iglesia de San Pablo, a pesar de los escasos medios con los que contaban, rehabilitando su propia capilla, entre 1946 y 1947.

Fue este de 1948 un año en el que se incorporaron a Baeza, la imagen del Cristo de la Columna, el Ángel que el propio Ruiz Olmos modeló para la Oración del Huerto y que acompañó al Señor hasta 2009, los Romanos a caballo de la Humildad, los faroles de plata del paso de la Expiración y un sinfín de enseres que venían a sustituir el gran patrimonio perdido, lo que tendría continuidad en años sucesivos teniendo su reflejo en la prensa provincial de la época, como queda evidenciado en estas curiosas muestras que aquí presentamos y que queremos que sirvan de homenaje a todos los baezanos e instituciones que hicieron posible la recuperación de la Semana Santa de nuestra Ciudad.

Nota: Todas las fotografías forman parte del Archivo de D. Fernando Viedma Puche.

La Pasión según...

La semana santa de cuenca Eduardo Torres Corominas Profesor de la Universidad de Jaén

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on más de cuatrocientos años de tradición, la Semana Santa de Cuenca, declarada de interés turístico internacional, ofrece al visitante un extraordinario elenco de procesiones en las que, recorriendo paso a paso la Pasión de Cristo, la ciudad castellana abre sus puertas a capuces y tulipas para escenificar lo vivido hace ya más de dos mil años, en Tierra Santa, al comienzo de otra primavera. Sobre el abigarrado decorado de sus calles y plazas, saltan a escena en riguroso orden cronológico –con la salvedad del Cabecera de San Juan Evangelista Camino del Calvario Lunes Santo– nueve desfiles procesionales desde el domingo de Ramos al domingo de Resurrección, entre los que destaca, por su singularidad y expresionismo desgarrado, la procesión Camino del Calvario, donde las turbas acompañan a Jesús hacia el Gólgota atronando con los tambores su penosa deriva y escupiendo en su rostro agudas clarinadas.

Cuenca acoge, pues, en su seno, un mosaico personalísimo de hermandades que han ido moldeando, siglo a siglo, los contornos de su Semana Santa, forjada en los talleres de sus herreros, labrada con la azada de sus hortelanos, con el quehacer paciente de sus orfebres, pues fueron en efecto los antiguos gremios de la ciudad quienes dieron aliento, como brote espontáneo de la religiosidad popular, a las primitivas cofradías conquenses. Junto a ellos, hay que buscar los orígenes de esta tradición centenaria en el entorno de los cabildos de la Vera Cruz y de San Nicolás de Tolentino, bajo cuyo auspicio se organizaron, respectivamente, las primeras procesiones de Jueves y Viernes Santo a comienzos del siglo XVII. Desde entonces, al calor de los tiempos y en función de las circunstancias históricas, la Semana Santa de Cuenca ha ido adquiriendo su forma actual con la progresiva organización de nuevos cortejos que, hoy en día, llenan sus calles de luces nazarenas, sin apenas descanso, de domingo a domingo.

En este largo recorrido, la Semana Santa de Cuenca ha pasado por innumerables vicisitudes que han dado lugar a diversos períodos de florecimiento y decadencia. En ese sentido, es preciso recordar los graves daños causados a su imaginería por la guerra civil, cuando fueron destruidas la mayor parte de sus tallas. Terminado el conflicto, pues, la ciudad hubo de reconstruir, casi desde sus cimientos, su semana mayor, recaudan60

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do céntimo a céntimo, en el penoso trance de la postguerra, el caudal suficiente para encargar los pasos que, en adelante, habrían de saltar a escena. Fue entonces cuando artistas de la envergadura de Luis Marco Pérez o Federico Coullaut-Valera emplearon con esmero sus cinceles para dotar de vida y dramático colorido a los mejores pasos que en la actualidad desfilan. Fue también a mediados del siglo XX cuando la tradición de las turbas adquirió sus connotaciones presentes, pues en origen no eran sino un reducido grupo que, amparado por la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno de “El Salvador”, acompañaba a la imagen titular con tambores y clarines para evocar las burlas sufridas por Jesús camino del Calvario. Andados los años, sin embargo, esta pintoresca y variopinta compañía fue adquiriendo un carácter masivo hasta convertirse en la bulliciosa turbamulta que, desde hace décadas, atruena la ciudad de parte a parte con su macabro ritmo cada madrugada de Viernes Santo.

El escenario en que todo esto acontece, la ciudad de Cuenca, ofrece a los desfiles procesionales un incomparable marco para su lucimiento. Situada a caballo entre dos abruptas hoces –la del Júcar y la del Huécar–, la parte antigua acoge un colorido y sugerente caserío que, como telón de fondo traído de otros tiempos, ve pasar ante sí las distintas escenas que recrean la muerte y resurrección de Cristo. Así, desde las puertas bajas de la ciudad –abiertas como brechas en la antigua muralla, apenas a unos metros del río–, hasta el barrio del Castillo y la antiquísima iglesia de San Pedro, levantados en lo alto del cerro que dio cobijo y defensa al primitivo emplazamiento, por las principales arterias del casco antiguo –calles de Alfonso VIII, Palafox o Alonso de Ojeda– no deja de sonar, día tras día, el eco incesante de la horquilla, bien alegre y festivo como en la mañana del Hosanna, bien lúgubre y sombrío como en la oscura noche del Santo Entierro.

La Semana Santa de Cuenca, igualmente, ha sido motivo de inspiración para numerosos artistas, que han contribuido con su genialidad al enriquecimiento cultural de la misma. Por encima de todo, es preciso recordar a los escultores que con sus manos dieron vida a las imágenes que desfilaron a partir de 1940, fecha que debe ser considerada como de verdadera refundación. Entre ellos destaca por su relevancia y fecundidad el conquense Luis Marco Pérez, a quien se deben tallas señeras como las de Nuestro Padre Jesús Nazareno de “El Salvador”, San Juan Evangelista, Jesús Orando en el Huerto “de San Esteban” o Nuestra Señora de la Soledad “del Puente”, y así hasta un total de diecinueve pasos que desfilan en el seno de las principales procesiones. Junto al imaginero de Fuentelespino de Moya, otros grandes artistas han dejado la impronta de su escoplo en la ribera del Júcar, como el madrileño Federico Coullaut-Valera, autor del Ecce-Homo de San Miguel, del Santísimo Cristo de la Agonía o de Nuestra Señora de la Soledad “de San Agustín”, entre otras; el valenciano José Capuz, quien modeló con sobrecogedora sobriedad a Nuestro Padre Jesús Nazareno “del Puente”; y otros artistas más recientes que, tomando el testigo de los anteriores, han prolongado esta brillante veta imaginera en las últimas décadas: es el caso de Vicente Marín, autor del Encuentro de Jesús y la Virgen camino del Calvario; o de José Antonio Hernández Navarro con su Auxilio a Nuestro Señor Jesucristo. Una parte sustancial de este legado puede ser conocido y saboreado por el visitante a través del museo de la Semana Santa de Cuenca, inaugurado en 2007 por iniciativa de su Junta de Cofradías.

Junto a la escultura, la música es parte sustancial de esta celebración religiosa, pues las bandas de música que desfilan tras los principales pasos dibujan con sus marchas el dramático acento de la escena. En Cuenca, como en muchas otras localidades españolas, se escuchan piezas ligadas ya desde hace décadas a esta tradición. Es el caso de la “Marcha fúnebre” de Beethoven; de “Mater Mea” de Ricardo Dorado Jaineiro; de “La muerte no es el final”, de Cesáreo Gabaráin Azurmendi; o de “La saeta”, de Joan Manuel Serrat, adaptada recientemente por Antonio Velasco Rodríguez en tierras andaluzas y acogida después con éxito en Castilla como prueba palpable de su acierto.

Además de estas composiciones universales, la propia vitalidad de la Semana Santa conquense ha propiciado la escritura de nuevas marchas procesionales inspiradas en muchos de sus pasos. De hecho, han sido las propias hermandades las que han fomentado en ocasiones esta labor creativa mediante el encargo de piezas musicales con el fin de que acompañen a sus imágenes durante el recorrido. Fruto de esta tarea compartida han visto la luz obras inolvidables, como “San Juan”, del maestro Nicolás Cabañas, que pone el contrapunto a los tambores de las turbas en la madrugada del Viernes Santo; y otras más recientes –aunque ya plenamente asentadas en la tradición–, como “El Prendimiento”, de Julián López Calvo; “Banceros de la Pasión”, de Antonio Sendra; “Marco Pérez ha muerto”, de Alfonso Cabañas; “Camino del Calvario”, de Jesús Calleja; “Tu silenciosa mirada”, de Juan Carlos Aguilar; o “La Soledad de San Agustín”, de Julián Aguirre. Finalmente, es preciso señalar que, durante la Semana Santa, se celebra en Cuenca todos los años la conocida Semana de Música Religiosa, que da acogida en el Auditorio conquense a numerosos artistas, coros y bandas de prestigio internacional, quienes ofrecen un excelente programa sacro con el que se ve incrementado el interés y relevancia de las celebraciones y actos culturales vinculados a este tiempo litúrgico en la capital castellana.

La Semana Santa de Cuenca, paso a paso.

La Semana Santa de Cuenca se abre el domingo de Ramos con la entrada de Jesús en Jerusalén a lomos de “la borriquilla” –como es popularmente conocido el paso que preside la procesión–, junto al que cientos de conquenses y visitantes caminan en la fresca mañana de Castilla agitando sus palmas en señal de saludo y alborozo. Poco dura, no obstante, la alegría, pues apenas unas horas después, en la noche del Lunes Santo, la procesión penitencial del Cristo de la Vera Cruz trunca bruscamente el tono festivo para poblar de acentos medievales –con el sermón de 62

las Siete Palabras, el canto gregoriano y el aroma penetrante del incienso– el empedrado mudo y recogido de la parte antigua.

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El primero de los grandes desfiles procesionales cobra cuerpo en la noche del Martes Santo, cuando cientos de velas crepitan ateridas por el frío conquense –serpenteando entre los recodos del casco antiguo– mientras la procesión del Perdón asciende solemne y ceremoniosa hasta la Plaza Mayor, donde hace estación. San Juan Bautista, Nuestro Padre Jesús de Medinaceli –flanqueado por una ingente hilera de nazarenos– o Nuestra Señora de la Esperanza descienden entonces hacia la parte baja para completar su recorrido ya de madrugada. En su camino, detienen el paso a la altura de la iglesia de San Felipe Neri, donde el canto del Miserere y del Stabat Mater rasga, como el aullido largo de un viento que no cesa, el silencio de una ciudad en penumbra que la muerte presiente.

Un impresionante desfile se abre paso en la noche del Miércoles Santo, cuando la procesión del Silencio evoca por medio de sus distintas hermandades y pasos algunos fragmentos esenciales del Evangelio, desde la última cena al interrogatorio de Jesús ante Anás. Pocas veces golpean con más brío la piedra los nazarenos de Cuenca –quienes portan a hombros todas y cada una de las imágenes– que en esta noche blanca de capuces albinos y luna desvelada, noche propicia para el grave coloquio de la Última Cena, para el majestuoso andar de la Oración en el huerto “de San Esteban”, para la traición y el Prendimiento, para la briosa espada de San Pedro Apóstol o para la amarga Negación de San Pedro –noche oscura del alma–, antes de que el gallo cante tres veces…

En la tarde del Jueves Santo, en torno a la iglesia de Nuestra Señora de la Luz y el barrio de San Antón –apenas a unos pasos del puente sobre el Júcar–, se organiza la procesión de Paz y Caridad, surgida en torno a la antiquísima archicofradía del mismo nombre, que desde el siglo XVI se encargó de enterrar y asistir a los reos de muerte.

A primera hora de la tarde, cuando la primavera luce su algarabía de verdosos acentos sobre el cristal del río, parten una a una las imágenes del desfile para recorrer las amplias calles de la moderna Cuenca. Se retoma entonces el relato con una nueva recreación de Jesús Orando en el Huerto “de San Antón”, para pasar a evocar después algunos de los pasajes más dolorosos de la Pasión a través de Nuestro Padre Jesús Amarrado a la Columna (con la escena de la flagelación), Nuestro Padre Jesús con la Caña (investido el Maestro con la túnica y cetro reales) y el atormentado Ecce-Homo “de San Gil”. Concluidos los hechos que acontecen en la torre Antonia ante Poncio Pilatos, el pueblo enardecido pide la crucifixión de Cristo, que parte con la cruz a la espalda

marchando por la vía Dolorosa. Así lo narran pasos como Jesús Caído y La Verónica o el venerado Jesús Nazareno “del Puente”, cuya solemne cadencia al remontar la cuesta de Alfonso VIII –con las últimas luces de la tarde– hace mudar los ecos y el murmullo en silencio. El cortejo se cierra con la imagen de Nuestra Señora de la Soledad “del Puente”, que camina tras los pasos del Hijo con el corazón atravesado ante la inminencia de su muerte.

Encerrada la procesión de Paz y Caridad cerca de la medianoche, la ciudad queda a oscuras tras apagarse las últimas velas nazarenas. Poco a poco la madrugada avanza y conforme se acerca la hora de la cita, por todos los rincones de la ciudad despiertan los tambores de las turbas, que por calles y plazuelas se reúnen en animosos grupos antes de iniciarse la procesión. Llegadas las cinco y media de la mañana aguardan a las puertas de la iglesia de El Salvador, donde han cercado al reo para acompañar sus pasos hasta el Gólgota. Se abren las puertas y una estridente “clariná” saluda la salida de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que a duras penas se abre paso entre una muchedumbre enardecida y ciega: “¡Jesús, judío!”, “¡a la cruz!”. Tras la imagen titular de la hermandad, desfila Nuestro padre Jesús y la Verónica “de El Salvador”; y más adelante, con los capuces verde terciopelo, San Juan Apóstol Evangelista, cuyo ligero andar sobre el águila de Patmos, con la palma en la mano y siempre al compás de la marcha de Nicolás Cabañas, constituye una de las estampas más singulares y características de la Semana Santa conquense. La procesión Camino del Calvario se cierra con las imágenes

Amarrado. Cuenca 1947 64

NOTA de la Redacción: Acompañan a este artículo una serie de interesantes fotografías de mediados del pasado siglo XX suministradas por el autor del texto.

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del Encuentro de Jesús y María y de Nuestra Señora de La Soledad “de San Agustín”, paso principal de esta venerable hermandad fundada por los herreros de Cuenca. Pocas veces el silencio se escucha de modo más elocuente que al paso de la Soledad, a quien está dedicado el motete que, en la herrería de la puerta de Valencia, le consagran sus fieles al son de martillos y yunques poco antes de que despunte el alba.

Amanecer de Viernes Santo. La ciudad insomne recibe la luz de un nuevo día asolada por el tumulto que precede al Maestro. Cruzada ya toda la parte baja, la procesión alcanza el puente de la Trinidad y se dispone a remontar la cuesta camino de la Plaza Mayor. En las revueltas de la Audiencia, los clarines, como saeta aguda, disparan su metálico grito al paso de Jesús: “¡que lo bailen!, ¡que lo bailen!” Detrás, el discípulo amado sigue el rastro del Nazareno y la Madre descubre en la mañana –custodiada por los capuces negros– la soledad amarga del silencio. Tras descansar apenas un instante frente a la catedral, el desfile desciende vertiginoso y se dispone para su desenlace buscando la parroquia de procedencia. El sol templa ya las manos ateridas por el frío de la madrugada cuando Nuestro Padre Jesús Nazareno se detiene ante las escalerillas de San Felipe. La turba calla para escuchar el canto del Miserere. Antes de que concluya la última nota, sin embargo, explota como un trueno caído sobre el bastión calizo de Castilla. Quedan apenas dos curvas para alcanzar de nuevo El Salvador. Todo vuelve poco a poco a la calma, y el cortejo se cierra –siempre en silencio– con la postrera lágrima de la Soledad, vertida bajo el arco de la iglesia.

No hay pausa en el Viernes Santo conquense. Llegado el mediodía, la procesión En el Calvario pone en la calle a Cristo crucificado, bien con sus manos clavadas al áspero madero –Santísimo Cristo de la Agonía–, bien al frío cristal de los espejos del Santísimo Cristo de la Luz, a quien dedicara el poeta Federico Muelas algunos de sus mejores versos. Después, el Santísimo Cristo de la Salud (El Descendimiento) y Nuestra Señora de las Angustias completan el pasaje del Gólgota, con el que se consuma la Pasión de Cristo. Entrada ya la noche, nazarenos de todas las hermandades acompañan a Cristo yacente en la procesión del Santo Entierro, que llena de hachones y crespones negros la noche más oscura de la Semana Santa.

Algo acontece, sin embargo, en las primeras horas del domingo, cuando la piedra que sellara el sepulcro rueda ante el terror de la guardia romana. Es Jesucristo resucitado, que ha vencido a la muerte para certificar con su presencia la buena noticia. Suenan campanas y el júbilo recorre otra vez, en un nuevo domingo, las calles florecidas de Cuenca. Cada cual por su senda, Nuestro Señor Resucitado y María Santísima del Amparo marchan sin saberlo a su encuentro, que se produce finalmente en la plaza de Cánovas. Así se cierra una semana de Pasión, que volverá a poblar de pasos y cornetas la capital conquense cuando se estrene otra vez la primavera.

Foto: Juan García

Balance de la Semana SAnta 2014 “Capirotazos” y “Ovaciones” Nota de la Redacción: El contenido de esta sección es resumen de lo expresado públicamente por los cofrades convocados por nuestra Tertulia para hacer Balance de lo acontecido durante la Semana Santa de 2014.

El Capirote no se identifica necesariamente con estas opiniones.

E

s completamente imposible poder siquiera enumerar la ingente cantidad de observaciones, especialmente en lo positivo, que los cofrades de Baeza y los socios de “El Capirote” han expresado sobre la Semana Santa de 2014. Esto no es, ni mucho menos, porque se hayan apreciado más detalles que otros años, aunque bien es cierto que hacía bastante tiempo que no podíamos disfrutar de una Semana Santa casi completa; la gran cantidad de comentarios se ha debido a que nuestra Asociación convocó, además de la acostumbrada reunión pública, celebrada en su sede, una segunda convocatoria en nuestro perfil de la red social Facebook. El éxito de asistencia a la primera, llevada a cabo el día 26 66

de abril, y de participación en la segunda, sobrepasaron todas las expectativas. Baste decir que esta segunda convocatoria se inició el día 2 de Mayo a las 16:30 h. y se alargó hasta el 4 a eso de las 18:12 h. Fueron cerca de 400 intervenciones, algunas de gran calado y detallismo, y los debates fueron completamente abiertos, respetuosos y constructivos.

Debemos decir que, con todo, la convocatoria del Capirote debe pasar a un segundo plano y deben cobrar protagonismo el gran número de cofrades que fueron capaces de dedicar tanto tiempo y esfuerzo para intentar conseguir que la Semana Santa de Baeza siga progresando y que se siga engrandeciendo nuestra fe. Es a estos cofrades a los que debemos agrade-

como de hábito (No gustó que en esta hermandad con aún tan pocos hábitos, establecidos para capirote, se observen ya capuchas). El asunto de la música tras el palio de la Virgen de la Soledad, hasta hoy en silencio, ha tenido también detractores y defensores.

Un apartado importante que ha mejorado mucho y al que se viene dando importancia desde hace años es el de la coherencia en el orden de las entradas de los pasos de las hermandades y la necesidad de suprimir algunos encuentros que vienen haciendo pesadas dichas entradas.

Este año se han apreciado grandes mejoras en hermandades como el Rescate y la Caída. A este respecto hay que decir que estas críticas son mayores en hermandades que se recogen en la Catedral, como “La Borriquilla”, pero sobre todo en hermandades de las llamadas serias como la Vera Cruz.

De la decana de la Vera Cruz gustó mucho la recuperación de la presencia del Lignum Crucis en su estación de penitencia.

Como también se alabaron las reliquias de San Vicente de Paúl en “La Borriquilla” o San Juan de Ávila en “Las Escuelas”. Es esta presencia de reliquias de Santos un bello recurso devocional que enriquece sin duda el carácter religioso de las hermandades en sus cultos públicos y se está haciendo con solvencia en las formas y fondos. Fue precioso, por ejemplo, comprobar cómo una delegación de nazarenos de la hermandad de la Entrada en Jerusalén, devolvía al templo solemnemente las reliquias de San Vicente de Paúl tras la procesión, o el palio y los acólitos turiferarios con el Lignum Crucis en la Vera Cruz. Aún así, parece que el público en general no advierte la enorme importancia de estas venerables presencias, por lo que las hermandades deben preocuparse de llamar la debida atención sobre las mismas, sin menoscabo, claro está, de las imágenes titulares.

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cer un sin fin de comentarios, sugerencias y apreciaciones que, tras ser publicadas en nuestras páginas, han venido sembrando las semillas que en no pocas ocasiones han logrado dar el fruto deseado en el pasado y que creemos seguirán haciéndolo en el futuro.

Como hemos dicho, por falta de espacio reseñaremos en este artículo lo que hemos considerado más interesante y en lo que se ha incidido mayoritariamente, sin que esto quiera decir que las apreciaciones que no puedan entrar en el texto no sean dignas de tenerse en cuenta.

En el apartado positivo, y por tanto acreedores de “Ovaciones”, los comentarios de los cofrades iban a coincidir esencialmente con lo estimado en los Premios “Ovación de Gala”, tratados en la sección correspondiente de este Cuaderno.

La Cofradía de la Misericordia, “Las Escuelas”, iba a recibir el parabién generalizado por su sobresaliente estación de penitencia, y la primera salida procesional de la Virgen de la Amargura del Calvario, portada por costaleros tradicionales, iba a copar también la mayoría de las apreciaciones como acontecimiento de gran relevancia. Como desfiles procesionales se vieron grandes mejoras en la Hermandad del Huerto, así como en las cofradías del Domingo de Ramos en general, y se mantienen casi todas las demás a muy buen nivel. Se hace mención especial a la Caída, con su cambio de itinerario por la calle Imagen, algo que tiene defensores y detractores; al Rescate, que está finalizando con éxito su cambio de hábito; la Vera Cruz, una de las mejor valoradas a pesar de la inexplicable falta de público en las calles; la Buena Muerte, La Humildad, la Expiración o “La Fervorosa”, así como La Soledad, en la que se ha apreciado un crecimiento notable de participación de hermanos y hermanas, tanto de luto

Otros asuntos considerados como positivos fueron: el general cumplimiento de horarios e itinerarios; la calidad de la mayoría de los acompañamientos musicales, el libro de la Agrupación Arciprestal de Cofradías y las cámaras situadas por el Consistorio en la Carrera Oficial que retransmitieron por las redes y en directo el paso de las diferentes hermandades. Asimismo, la agilidad en salidas consideradas lentas hasta ahora como la de la Santa Cena y la presteza en su itinerario en cofradías como la Expiración. Se empieza a ver que bastantes hermandades están ajustando su velocidad procesional, aunque aún queda camino por recorrer en este asunto. No es menos cierto que el público también empieza a entender ciertos “parones” justificados en ceremonias que se están ganando poco a poco un sitio, pero hay que seguir insistiendo en que las hermandades deben ajustar sus tiempos para que el público desee verlas en lugares alejados de la Carrera Oficial y no se pierda momentos realmente bellos de nuestra Semana Santa.

Para finalizar este apartado de “Ovaciones”, reseñar sucintamente algunos detalles que fueron del gusto de nuestros contertulios: Como ya veníamos avanzando en comentarios del pasado año, la Hermandad del Huerto por la calle Imagen tiene visos de convertirse en uno de los lugares de encuentro para los más avezados “capillitas”; también la Expiración por Sacramento para los amantes de la finura en el trabajo de los costaleros. Es cierto que el éxito de estos cambios ha provocado que varias congregaciones estén haciendo pruebas similares, que no en todos los casos están resultando tan acertadas.

Gustaron también: el monte de lirios en el paso de las Angustias, algo que a otorgado a la Piedad una impronta penitencial y una sobriedad muy esperadas en 68

los ambientes cofrades; la Ráfaga de plata de la Virgen de la Cabeza; la original composición de cruz de guía en la hermandad del Calvario, el monte de claveles en el misterio, o la subida del palio de su Virgen de la Amargura por la Cuesta de San Felipe Neri; el cambio de la parihuela del paso de La Caída, con una considerable mejoría en el movimiento del mismo y en la carga; la composición y vestimentas del paso del Huerto…

Hemos dicho que los acompañamientos musicales han sido en general muy acertados. Sin embargo, se hace mención especial a las dos bandas de Jódar que intervinieron el Domingo de Ramos: la Agrupación “Arroquia Martínez” tras el Huerto y la Banda de CC. y TT. de “La Asunción” tras el misterio de la Cena. Asimismo merece ser destacada la Agrupación Musical “Martín Cabrera”, especialmente con el precioso repertorio interpretado tras el trono de Ntra. Sra. de la Amargura y San Juan, de la cofradía de “El Paso”.

Continuaríamos hasta la extenuación con exornos florales y preciosas vestimentas y momentos, y saetas, y silencios… pero no acabaríamos, así que pasamos al apartado de lo que se viene considerando como mejorable y, por tanto, acreedor de su correspondiente “Capirotazo”.

Los primeros asuntos que vamos a comentar son los relacionados con el transcurrir de los desfiles procesionales. A este respecto, una de las quejas generalizadas es el comportamiento inadecuado de una parte del público que contempla nuestras hermandades. Evidentemente, no es algo que las propias cofradías puedan solucionar, pero sí se matiza que la conducta de los componentes de los propios cortejos, incluidos los acompañamientos musicales, escoltas romanas, costaleros u horquilleros, nazarenos, etc., si no es la adecuada, contagia a las personas de la calle. Es de-

ser recuperados por el Calvario, que los ha tenido siempre desde su origen en el seno de la Vera Cruz y aún separado de ésta y hasta bien entrado el siglo XX. El cuidado de los hábitos sigue dejando también mucho que desear y se insiste en que las Juntas de Gobierno deben ser inflexibles en este tema, al igual que en el del inadecuado calzado.

Algo que no deja de comentarse y recibir crítica es la presencia de costaleros descalzos bajo algunos pasos. Es cierto que se está mejorando en este aspecto de solidaridad y compañerismo, pero algunas hermandades (se cita concretamente a la Borriquilla) no parecen conseguir mentalizar a sus hermanos de lo que esto supone para el resto de costaleros y para el resultado final del paso en la calle. Es más, la mayoría de cofradías deben buscar calzado suficientemente apropiado para portar los pasos y caminar por las complicadas calles de la ciudad.

Un punto de gran consenso lo constituyó el acceso indiscriminado y sin control a la Santa Iglesia Catedral tras la entrada de cualquier cofradía. A este respecto se puntualizó casi unánimemente que tanto la Agrupación de Cofradías como las hermandades implicadas y, por supuesto, la Junta Administrativa y el Cabildo, e incluso la Policía Municipal, deberían tomar las medidas pertinentes para: 1º, acotar la subida a la rampa y las escaleras laterales con el fin de evitar que el público acceda a la lonja; con ello se evitarían de paso los problemas y los riesgos que se ocasionan a hermandades cuyos pasos de gran tamaño deben maniobrar para poder entrar. 2º, no permitir la entrada al Templo de personas que no estén incluidas en los cortejos penitenciales. Es este asunto considerado de gran importancia. De llevarse a cabo estas medidas, deben ser debidamente transmitidas para general conocimiento.

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masiado frecuente ver a los componentes de las bandas ir fumando tras los pasos, o a los propios nazarenos sentados en escalones, apoyados en las paredes, etc.

Incluso se hace alusión a la presencia de demasiados fotógrafos, especialmente los aficionados, interrumpiendo y molestando el devenir de la hermandad en la calle sin el más mínimo pudor. Se ha implantado el todo vale y, salvo en las hermandades más serias, se comienza a notar un desorden generalizado y un bullicio muy alejado de lo deseable. La lentitud de muchas hermandades se señala como probable causa de muchas de estas formas de actuar.

En este punto de la lentitud de paso, o de salidas o entradas, se han comentado como tediosas las salidas de hermandades como La Columna (cerca de 90 minutos) y La Humildad, a causa de la intervención de la tuna y las saetas inmediatas a la salida.

Especial mención se hizo del transcurrir de las hermandades por la parte de la Calle de San Pablo que no es Itinerario Oficial, con terrazas de bares incluidas.

Recordemos que una de las excusas que algunos pusieron para no devolver la Carrera Oficial al Pasaje del Cardenal Benavides fue la presencia de las terrazas de esa zona que, sin embargo, están mejor acotadas y que quedaban tras las gradas de la Carrera. Esas mismas terrazas afean también itinerarios como el de la Expiración por el Paseo, cofradía a la que se aconseja volver al Prado de la Cárcel en su regreso a San Pablo.

Se advirtió asimismo cierta falta de atención en la limpieza de los excrementos de los caballos de la escolta que acompaña el desfile de La Columna y se siguen viendo problemas de personal bajo algunas andas como las del Cristo de la Salud, hermandad a la que muchos ven pronto a costaleros y recuperando sus capirotes en las filas de nazarenos; capirotes que también podrían

Otro gran debate en el que se hicieron observaciones muy coincidentes entre todos los tertulianos fue el relativo al Vía Crucis de la Agrupación Arciprestal de Cofradías, del Viernes de Dolores. La inadecuada estructura de las andas elaboradas a tal menester quedó en evidencia en la primera ocasión en que fueron utilizadas, portando la imagen del Nazareno de “El Paso”. Una mayor anchura entre varales las haría mucho más fácilmente transportables, aunque aún así no parecen adecuadas para imágenes de crucificados que deban ir en vertical. Además, se volvió a comentar la inadecuada elección del origen de este acto penitencial que propicia, al salir del templo de la hermandad protagonista, un traslado de nuevo a dicha iglesia que, en el mejor de los casos, es solitario e inadecuado. Todo se podría solucionar tan fácilmente como iniciar el acto en la Catedral y finalizarlo en el templo de la hermandad que llevaría discretamente la imagen previamente. Eso en el caso de que se quiera mantener la participación del Templo Mayor en el Vía Crucis; en caso contrario lo mejor sería salir y recogerse en el mismo templo de la cofradía.

Finalizaremos este amplio informe con apreciaciones sobre hermandades y problemas que nuestros cofrades atisban u observan, así como sus opiniones al respecto. Esta parte de la tertulia la volvieron a ocupar las dos procesiones oficiales de nuestra Semana Santa: Fue mucho lo comentado respecto del Santo entierro, de su enorme falta de uniformidad en las filas, de algunos enseres completamente desfasados, etc. No obstante, gran parte de los argumentos se centraron en su enorme trono malagueño y el problema para encontrar cada año horquilleros para portarlo. Cierto es que en todo momento se alabó el enorme esfuerzo de estos hermanos y de la Jun70

ta de Gobierno, en esa lucha anual por ofrecer y ofrecerse uno de los momentos más suntuosos de la Semana Santa, cual es ver esas andas avanzar por las calles de Baeza, pero la práctica unanimidad de las opiniones se encaminan a pensar que esto tiene los años contados y que, como ya pasara con el palio de la Virgen de los Dolores del Sepulcro, bien pudiera verse pronto este gran catafalco de nuevo sobre ruedas. No importa a algunos que esto desgraciadamente se confirme algún día, pero son los menos quienes opinan así. La mayoría piensa que fue un error la transformación en andas de este trono y que la hermandad debía haber optado en su momento por unos pasos nuevos y con un tamaño acorde a sus necesidades y sus posibilidades. Aunque esto hubiese sido algo más costoso, a la larga habría resultado mucho mejor. Recordaremos aquí que la hermandad del Santo Entierro es una de las más antiguas de Baeza y que sus imágenes han ido, hasta la transformación mencionada, portadas en pasos de pequeño tamaño (como todos entonces en Baeza) y que eran cargados sobre dos hombros y desde el interior, fieles a la tradición baezana de hacerlo.

Son muy pocos los cofrades que confían en que la hermandad esté dispuesta a hacer los cambios que la llevarían a realizar un nuevo paso para ser portado por costaleros e incluso a reducir el tamaño del de la Virgen para intentar llevar los dos de esa forma. Solo el tiempo y sus hermanos marcarán el destino de la cofradía. Aun así, y pase lo que pase, los esfuerzos por mejorar su desfile procesional se consideran más que necesarios.

Poco hay que añadir a lo ya expuesto en otros años sobre la Cofradía del Resucitado. Imposibles se antojan actualmente las innovaciones que también necesitaría para situarla en el lugar que merece. No

Tampoco gustan, en absoluto, y es algo también redundante de años anteriores, los incensarios de enormes dimensiones que portan hermandades como la Vera Cruz o la Cena. Se sigue insistiendo en la inadecuada presencia de capuchas en algunas hermandades de capirote, especialmente en “La Borriquilla”, la Cena, la Humildad, la Soledad o el Resucitado, que aparecen como las que deben hacen un mayor esfuerzo en suprimirlas. Se pide más cuidado a los capataces en calles estrechas y una previsión mejor en el tema de los cables.

Finalizamos este verdadero análisis de nuestra Semana Mayor advirtiendo que para muchos cofrades hay hermandades que deberían adelantar sus horarios de salida. Especialmente “Las Escuelas”, La Buena Muerte o el cortejo formado por “La Sangre” y “La Fervorosa”.

Hasta aquí el balance de la Semana Santa de Baeza en 2014, una celebración a todas luces grandiosa y llena de esfuerzos colectivos. Los cofrades convocados por “El Capirote” y los baezanos en general tan sólo podemos pedir que se mantenga en su estatus actual y que seamos capaces de entregarla a nuestros sucesores con el esplendor y la calidad humana y devocional que ha alcanzado gracias a todos. Lo comentado en este artículo solo pretende intentar llamar la atención sobre esos pocos detalles que la pueden seguir haciendo crecer y madurar. Con toda la humildad de sentirnos correa de transmisión de estas opiniones queremos dar las gracias más sinceras y efusivas a todas las personas e instituciones que hacen posible que la Semana Santa de Baeza esté entre las más grandes de España.

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obstante, sí se aconsejan algunas que podrían mejorar considerablemente su desfile, tales como: suprimir el Ejido de su itinerario; que la obligada asistencia de hermandades como procesión oficial de la Iglesia se haga con hábito de estatutos (como en el Santo Entierro); que se coloquen estos acompañamientos en el guion penitencial en lugar de ir detrás del trono del Señor, lugar que tan solo deberían ocupar la presidencia eclesiástica y la civil.

Esto cambiaría grandemente la impronta procesional de la hermandad y, de camino, acercaría el acompañamiento musical, que parece procesionar ajeno a lo que va acompañando.

No se estimó tampoco apropiada la colocación de la música agregada al cortejo de Las Angustias. Al ser una hermandad que debe definirse mucho más como de las serias, ha de ser acompañada por motetes o por banda, pero una sola cosa, no ambas.

El cambio del misterio de La Columna a costal no parece haber resultado tan productivo para muchos cofrades como se esperaba. Las andas de “La Fervorosa” siguen levantando desde muy abajo y los capataces con capucha consiguen no ser escuchados a veces con la suficiente claridad. Esto provocó una “lavantá” de estas andas, en la calle de San Pablo, muy desigual y que podía haber causado daños a la imagen y a los horquilleros. Nuestros cofrades siguen soñando con que imágenes como ésta de “La Fervorosa”, el Cristo de la Sangre, incluso el Nazareno de “El Paso” o los titulares del Rescate, recuperen alguna vez a sus costaleros y desechen los modos malagueños.

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La Reliquia El santo cáliz de valencia Por Ventura Salazar García

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e entre las reliquias de la Pasión de Cristo conservadas en suelo hispano, probablemente el Santo Cáliz que se custodia en la Catedral de Valencia sea una de las más conocidas. La Asociación Cultural Tertulia Cofrade “El Capirote” ya le ha prestado atención con anterioridad. A modo de ejemplo, baste recordar la excepcional conferencia que, auspiciada por esta Asociación, impartió don José Raúl Calderón Peragón en el Balcón del Concejo de Baeza, el 24 de junio de 2011, con el título “El Santo Grial”. Ahondando en esa línea, consideramos ahora conveniente dedicarle este artículo del Cuaderno Cofrade de 2015. No tendremos en cuenta aquí las fabulosas leyendas sobre el Grial o Graal impregnadas de mitología céltica y germánica, al igual que de fantasías medievales. Nos centraremos estrictamente en la reliquia de Valencia, que por sí sola merece una atención detallada. No en balde, la tradición considera que es el mismo cáliz que usó Jesucristo, durante su Última Cena 72

en la noche del Jueves Santo, para instituir el Sacramento de la Eucaristía. Como suele ser habitual en estos casos, la Jerarquía de la Iglesia Católica no se ha pronunciado oficialmente sobre su autenticidad, pero no es menos cierto que acepta su culto devocional, asentado secularmente. Prueba de ello es que tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI, en sus respectivas visitas a esa ciudad en 1982 y 2006, usaron el Santo Cáliz para la Consagración del vino.

La institución de la Eucaristía nos es relatada por los tres Evangelios Sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas), así como por San Pablo en la Primera Epístola a los Corintios (11, 23-26), que seguramente es el texto eucarístico más antiguo del Nuevo Testamento. El Evangelio de San Lucas es el único que hace alusión al cáliz dos veces, lo cual fue objeto en su día de ciertas diatribas teológicas. La exégesis moderna tiende a interpretar este hecho sobre la base de que Jesús celebró con sus Apóstoles una ceremonia similar a la Pascua judía (donde la copa de la bendi-

de la reliquia es de 17 centímetros. Ahora bien, la copa mide únicamente 7 centímetros desde la base hasta el borde, con 9,5 centímetros de diámetro en boca y 5,5 centímetros de profundidad.

El Santo Cáliz de Valencia no es el único objeto para el que se reclama el honor de ser la copa de la Última Cena, pero sí es, con diferencia, el que cuenta con más argumentos de apoyo. Otra reliquia muy venerada durante siglos es el “Vaso de Nanteos”, conservado en manos privadas en Gran Bretaña, pero está hecho de madera de olivo, lo cual, como veremos, lo descarta por completo. El llamado “Cáliz de Antioquía”, hoy en el Museo Metropolitano de Nueva York, consta realmente de dos vasos de plata de gran tamaño, que en el mejor de los casos son piezas bizantinas del siglo VI y, en el peor, una falsificación de comienzos del siglo XX. El “Sacro Catino” de Génova es un plato bizantino de vidrio, no una copa ceremonial judía. Recientemente, un nuevo candidato ha aparecido en escena. Se trata del llamado “Cáliz de Doña Urraca” conservado en la basílica de San Isidoro de León; una copa de ónice recubierta con una guarnición de orfebrería románica de excepcional calidad. A comienzos de 2014, los historiadores Margarita Torres y José Miguel Ortega publicaron un estudio en el que daban cuenta de unos pergaminos egipcios del año 1054 que acreditaban que dicho cáliz procedía de la basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén, y que los cristianos de Egipto, que lo consideraban el Santo Cáliz de Jesús, se lo regalaban al rey castellano Fernando I en agradecimiento por un cargamento de víveres que éste les envió para socorrerlos de una gran hambruna. Sin negar el indudable valor de este hallazgo, hay que admitir que por sí solo no demuestra que este Cáliz sea el de la Última Cena, ya que en tiempos de las

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ción se emplea en distintos momentos), y los evangelistas consignaron por escrito únicamente aquellas acciones y palabras de Jesús que, por apartarse del ritual judío ortodoxo, mostraban un carácter claramente fundacional. Así es como lo narra San Lucas (22, 14-20): «Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con los Apóstoles y les dijo: “He deseado ardientemente comer esta Pascua con vosotros antes de mi Pasión, porque os aseguro que ya no la comeré más hasta que llegue a su pleno cumplimiento el Reino de Dios”. Y tomando una copa, dio gracias y dijo: “Tomad y compartidla entre vosotros. Porque os aseguro que desde ahora no beberé más del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios”.

Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “Esto es mi Cuerpo, que se entrega por vosotros.

Haced esto en memoria mía”. Después de la cena hizo lo mismo con la copa, diciendo: “Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por vosotros”».

Lo primero que hay que advertir es que la apariencia actual del Santo Cáliz de Valencia resulta totalmente engañosa, pues es fruto de intervenciones medievales. Por un lado, está la copa de la parte superior, que es la reliquia propiamente dicha. En la parte inferior se sitúa la base o pie, originariamente una copa o naveta ovalada que se ha colocado en posición invertida para cumplir su función de soporte. Por último, cabe reparar en los elementos de orfebrería que conectan la copa y el pie: las asas, la vara con nudo y las guarniciones, todo ello de oro finamente trabajado. Las guarniciones que envuelven la base van adornadas con dos esmeraldas, dos rubíes y numerosas perlas naturales (dos de las cuales se han perdido a consecuencia de los avatares del tiempo). La altura total

Cruzadas circularon multitud de presuntas reliquias entre Tierra Santa y Europa, sin ninguna garantía de autenticidad. Frente a eso, la reliquia valenciana cuenta con más elementos a su favor.

El principal estudio científico sobre el Santo Cáliz de Valencia fue aportado en 1960 por Don Antonio Beltrán Martínez (1916-2006), a la sazón Catedrático de Arqueología y Prehistoria de la Universidad de Zaragoza, cuyas conclusiones se mantienen vigentes. En él se constataba que el material del que se compone la copa es una piedra de color rojo-anaranjado llamada calcedonia, en su modalidad cornalina. Se trata de un mineral formado por microcristales de cuarzo, normalmente considerado en gemología como una variedad de ágata. Dicha copa fue elaborada en el Mediterráneo oriental (Egipto, Palestina o Siria) durante el período helenístico, entre el siglo IV a. C. y el I d. C. Aunque con cierto margen de reserva, lo más plausible sería datarla entre el año 100 y el 50 a. C., lo que significaría que ya sería una pieza antigua en el momento de la Pasión. Por lo demás, cumple todos los requisitos para haber sido un cáliz de bendición judío, tanto para la cena pascual como para las ceremonias sabáticas. En cuanto a la naveta ovalada que sirve de pie, se trata de una obra de origen musulmán de entre los siglos X y XII. Podría haber sido elaborada en Al-Andalus, aunque parece más probable que naciera en un taller norteafricano del califato fatimí (cuyos núcleos principales se situaban en Túnez y Egipto). Beltrán encontró en ella una inscripción árabe en caracteres cúficos con la leyenda: “para la más floreciente”. Esto hace pensar que se trataba de un objeto destinado inicialmente para el palacio de Medina Azahara, que quizá llegó a manos cristianas como botín de guerra. Sea como fuere, su elección como pie para el Santo Cáliz se justifica 74

por sus semejanzas materiales y cromáticas con la copa. Por último, la labor de orfebrería es obra gótica de finales del siglo XIII o principios del XIV, que adopta la técnica decorativa conocida como nielado.

Aunque sea algo meramente anecdótico, no deja de tener cierto simbolismo el que en la pieza actual queden sintetizadas las tres grandes culturas monoteístas: una copa judía y un pie musulmán unidos por orfebrería cristiana.

A primera vista, podría resultar chocante que se usara en la Última Cena una copa elaborada con una piedra semipreciosa; sin duda, una pieza cara para su tiempo y aparentemente contraria al ideal de pobreza propugnado por Jesucristo.

Este reparo cae por inconsistente a poco que se conozca la tradición litúrgica judía.

Jesús se reunió con sus discípulos en un Cenáculo que no era de su propiedad, sino de una familia judía de Jerusalén, y sin duda usó una copa de dicha familia (suele aceptarse que se trataba de la familia del evangelista San Marcos). La Pascua es desde siempre la fiesta más importante del calendario judío, y en ella se cuida al detalle todo el ceremonial, lo que implica que todos los ornamentos y objetos relevantes han de tener la calidad requerida para tan magna ocasión. En aquel tiempo incluso la familia judía más humilde procuraba usar durante la Pascua sus enseres más preciados, que normalmente eran heredados de padres a hijos. Por otro lado, hay que hacer notar que el cáliz pascual no podía estar confeccionado con materiales porosos como la madera o el barro cocido, ya que estos retienen parte del líquido y por tanto se consideran impuros (dicho sea de paso, esto pone de relieve uno de los muchos absurdos que contiene la película Indiana Jones y la última cruzada). Por tanto, la copa de la bendición pascual usada por Jesucristo en la noche del Jueves Santo

puestamente era traducción de un original latino escrito por San Donato Servitano, monje bizantino del siglo VI emigrado a la Península Ibérica. Por desgracia, la validez de esta fuente ha sido desacreditada por la historiografía moderna, que ha constatado sus muchas imposturas (incluida esa falsa atribución a San Donato) y la ha condenado al ostracismo de los falsos cronicones.

Pese a estos graves inconvenientes, no hay que desechar el relato tradicional. Como vemos, no puede asegurarse con seguridad su veracidad histórica, pero sí cabría admitir que resulta verosímil al menos en sus líneas maestras, pues se muestra compatible con datos históricos bien conocidos, carece de elementos esotéricos o fantásticos propios de los relatos legendarios y entronca con otras tradiciones devocionales sumamente antiguas.

De acuerdo con dicho relato, San Pedro recogió el Cáliz de la Última Cena poco después de la Resurrección de Cristo y lo custodió desde entonces. Esto no resulta sorprendente si aceptamos que el Cenáculo era propiedad de la familia de San Marcos y tenemos en cuenta la estrecha relación que éste mantenía con

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debía estar hecha necesariamente con un material de alta calidad, presumiblemente metal noble o piedra semipreciosa. ¿Cómo llegó el Santo Cáliz a la Península Ibérica? Responder a esta pregunta nos obliga a admitir que los testimonios a nuestro alcance son sumamente endebles. La historia de esta reliquia es bien conocida desde fines del siglo XIV, fecha a partir de la cual contamos con múltiples documentos cuya veracidad queda fuera de toda duda. Ahora bien, para las etapas precedentes solamente disponemos de una tradición oral y de unos pocos textos que, o bien son de muy escasa fiabilidad, o bien aluden solamente de manera indirecta o inferencial a la reliquia; dichas fuentes permiten construir un relato de innegable interés piadoso y devocional, pero carecen de valor probatorio en términos estrictamente científicos. La historia temprana del Santo Cáliz nos ha sido transmitida sucintamente por un documento del Rey Martín “el Humano” fechado en 1399 (del que hablaremos más adelante) y con mucho más detalle por Lorenzo Mateu, erudito valenciano del siglo XVII que publicó una biografía de San Lorenzo, que su-

el Apóstol. Pedro llevó la copa a Roma, y tras su muerte fue pasando como preciada herencia a sus sucesores. Aunque no son pruebas concluyentes, la presencia del Santo Cáliz en Roma se ve apoyada por un pasaje del historiador Lactancio (de comienzos del siglo IV) y por el Canon Romano del Papa Sixto II, donde se dice que Jesús tomó “este cáliz glorioso” (hoc praeclarum calicem). Tal expresión, que no figura en los cánones griegos precedentes, sugiere una identidad entre el cáliz de la Última Cena y el empleado por el Obispo de Roma. Ahora bien, precisamente el pontificado de Sixto II, que coincidió con la cruenta persecución del emperador Valeriano, supuso el final de esta etapa romana. Sabedor de que su vida corría peligro y temeroso de que tan preciada reliquia fuese requisada o profanada, el Papa se la entregó a su diácono Lorenzo, oriundo de Osca (actual Huesca). Éste, que también se hallaba en peligro, la entregó a su vez a un soldado de su confianza que se dirigía a Hispania, de nombre Precelio, con el ruego de que se la entregara a su familia, junto con una carta que no ha llegado hasta nosotros. Cabe decir que tanto San Sixto II como San Lorenzo recibieron la palma del martirio muy poco tiempo después de estos hechos, con apenas unos días de diferencia. Corría el año 258 de nuestra era.

Así pues, se supone que desde mediados del siglo III el Santo Cáliz se encontraba en Huesca, inicialmente en casa de la familia de San Lorenzo, posteriormente en la iglesia de San Pedro el Viejo. Allí permanecería hasta comienzos del siglo VIII, en que se produjo la conquista musulmana. Para evitar que cayera en manos infieles, el obispo oscense Audeberto condujo el Cáliz al norte, lo que fue el inicio de un largo peregrinaje por las comarcas pirenaicas (la tradición menciona varios 76

enclaves que lo acogieron sucesivamente). Finalmente, acabó instalado en el monasterio de San Juan de la Peña. En un documento de dicho cenobio fechado en 1071 se alude ya a un valioso cáliz de piedra, pero no es seguro que se trate de la santa reliquia, pues otras versiones señalan que no llegó al monasterio hasta 1076, en que fue trasladada desde la Catedral de Jaca por iniciativa del obispo Don Sancho.

En cualquier caso, San Juan de la Peña la acogió durante al menos tres siglos, que coinciden con el período en que se le hicieron las intervenciones que le confieren su aspecto actual.

El primer documento fehaciente, al que ya hemos aludido con anterioridad, es el firmado en 1399 por el Rey de Aragón Martín I “el Humano”, en el que solicitaba al Monasterio de San Juan de la Peña que se le entregase la reliquia para su devoción particular. Lo importante es que dicho documento se hace eco de la tradición oral que existía en torno a la reliquia, particularmente de su envío a Aragón por parte de San Lorenzo. Conminados por el poder secular, los monjes no tuvieron más alternativa que entregar el Cáliz; más que de una donación, hay que hablar de una apropiación por parte del Rey. A partir de entonces, la historia documental de este sacro objeto es fácil de reconstruir.

Martín I lo llevó primeramente al palacio de la Aljafería de Zaragoza y poco después al palacio real de Barcelona, donde es mencionado en un inventario de 1410.

En 1424, Alfonso V “el Magnánimo” lo lleva a su vez al palacio real de Valencia.

La situación sufre un giro radical en 1432 cuando dicho Rey, acuciado económicamente por sus campañas bélicas en el Mediterráneo, solicita un préstamo al Cabildo valenciano, y pone como garantía su colección de reliquias. Incapaz de hacer frente al pago, transcurridos los cinco años

Sala Capitular (antigua aula de Teología) como capilla para custodia y exposición pública del Cáliz, la cual fue inaugurada en 1916. Este hito marcó un resurgir devocional que desde entonces no ha hecho más que crecer, gracias también a la Real Hermandad del Santo Cáliz (fundada por nobles valencianos en 1918) y la Cofradía homónima (de extracción más popular, fundada en 1952). Aunque durante toda la semana hay culto en la capilla, es el jueves el día en que, por motivos evidentes, la reliquia cobra un especial protagonismo y recibe la visita de múltiples grupos de peregrinos. El Jueves Santo, debidamente protegida en un relicario, es llevada en procesión hasta el altar mayor de la Catedral, donde ocupa un lugar de honor durante la Santa Misa. Para concluir, diremos que cada último jueves de octubre se celebra la magna Fiesta Anual del Santo Cáliz, a la que el Santo Papa Juan XXIII otorgó indulgencia plenaria.

Hasta aquí unas breves pinceladas sobre el Santo Cáliz de Valencia. Confiamos en haber contribuido modestamente a su mejor conocimiento entre el colectivo cofrade de Baeza. Más allá de su veracidad histórica, que no se puede asegurar (pero tampoco descartar a priori), merece la pena reflexionar sobre su excepcional valor devocional, que nos retrotrae a un momento culminante de la Historia de la Salvación: la institución del Sacramento de la Eucaristía por parte de Nuestro Señor Jesucristo. Ahí reside su auténtica trascendencia, que debe ser justamente reivindicada por parte de la comunidad cristiana. Así sea.

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estipulados Alfonso V se vio obligado a desprenderse de dicha colección, en la que el Santo Cáliz era pieza estelar. Así pues, desde 1437 el Cáliz es propiedad de la Iglesia Metropolitana de la ciudad del Turia y únicamente en contadas ocasiones ha abandonado su Catedral. La invasión napoleónica forzó un periplo por Alicante, Ibiza y Palma de Mallorca.

Durante la Guerra Civil fue ocultado por una familia devota en la cercana localidad de Carlet. En 1959, coincidiendo con el mil setecientos aniversario de su supuesta llegada a España, fue llevado a algunos de los enclaves aragoneses (Catedral de Jaca, San Juan de la Peña, etc.) que lo acogieron en el pasado, así como al Santuario de Covadonga. Finalmente, en 1964 viajó puntualmente a Carlet para conmemorar el vigésimo quinto aniversario del final de su ocultación allí.

Durante mucho tiempo, el Santo Cáliz estuvo generalmente fuera de la vista de los fieles, y su uso eucarístico se reservaba para ocasiones solemnes. No faltaron momentos desgraciados, como el 3 de abril de 1744, Viernes Santo, en que se le cayó accidentalmente de las manos al Canónigo Don Vicente Frígola, partiéndose en dos. El platero Luis Vicent realizó la reparación ese mismo día en presencia del notario Juan Claver, que dio fe, y con tal acierto que la fractura hoy es prácticamente inapreciable a simple vista.

El pobre Canónigo Frígola falleció poco después, según parece a causa del hondo pesar que le causó el incidente. A comienzos del siglo XX el Cabildo valenciano tuvo la feliz idea de habilitar la entonces

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Foto: Nazario GutiĂŠrrez

Foto: Carlos Arcos

La Rebotica

El Capirote entrevista a D. Sebastián Moreno Galán “Cañón” Por Nazario Gutiérrez Martínez

Foto: Narváez Fotógrafo

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omo bien es conocido por nuestros lectores, cada año realizamos una entrevista a un personaje destacado de la historia reciente de nuestra Semana Santa. Pretendemos con ello, desde este humilde rincón, ofrecer nuestro más sentido homenaje a quienes estamos seguros que les corresponde por su colaboración, trabajo, amor y entrega desinteresada a nuestra Semana Mayor. Son conservadores, con su trabajo, de la devoción popular y de la catequesis pública de fé que manifestamos cada año en Baeza.

Este año hemos querido compartir vivencias con un semanasantero enamorado de esta celebración desde que tenía uso de razón, y de enorme protagonismo singular en la celebración pasionista baezana en los últimos cuarenta años y, por todo ello, sirvan estas líneas como ínfimo pago a sus desvelos, y como testimonio de nuestro más absoluto respeto y admiración.

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Sebastián Moreno “Cañón”

Hablamos de Sebastián Moreno Galán “Cañón”, persona que no necesita de ninguna presentación en nuestra querida Baeza.

Dice el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua Castellana que la saeta es “Copla breve y sentenciosa que para excitar a la devoción o a la penitencia se canta en las iglesias o en las calles durante ciertas solemnidades religiosas”.

Wikipedia nos aporta que “la saeta es una oración cantada de origen incierto que fue extendidas a través de las oraciones cantadas que los franciscanos llevaron a Andalucía durante la cristianización en la Edad Media, concretamente las implantaron con las celebraciones del vía crucis, procesión propia del siglo XIV. Estas formas de oración cantada se acentuaron con las penitencias que la inquisición imponía a los conversos al catolicismo, estos eran obligados a cantar a las imágenes durante las procesiones y, para que no hubiera sospechas, lo hacían con gran dramatismo. Desde esa época, el canto de la saeta se ha perfeccionado realizándose cantes serios, profundos, desgarradores, tristes, aportando lamento y dolor, como las tonás, martinetes, deblas, carceleras, siguiriyas y soleá”.

Y apostilla, para más señas que “La saeta de Jaén y provincia, es la más antigua, la verdadera saeta de Andalucía, la que en su melodía expresa todo el sentimiento de tristeza honda, dolorosa ante la pasión del Salvador, en la que vibran por igual la piedad ingenua del alma popular y la hondura de unos sentimientos religiosos en los que se hermana y confunden lo humano con lo divino. Por otra parte permanece pura, no ha sido desfigurada al estilo flamenco, estilo que sin rebajar su mérito intrínseco, nada tiene que ver con la pasión”.

Pues bien, uno de los máximos exponentes de dicho arte en Baeza, a lo largo de buena parte del siglo XX y lo que hemos vivido del XXI, ha sido nuestro querido amigo Sebastián.

Nos recibe en su casa, amable y cordial con una bonhomía –como diría Seba- que 80

irradia bondad por todos sus poros. Este baezano nació un día de San Juan de hace 73 años, tal y como presume. Comenzó a cantar a los 10 años, y recuerda como por entonces lloraba cuando las procesiones no podían realizar su estación de penitencia, ya fuera por la lluvia o cualquier contingencia similar. Hijo de Andrés Moreno y Rafaela Galán, nos explica que no le viene de casta su afición por este nobilísimo arte, puesto que no tiene ningunos antecedentes familiares de tal palo. Sus inicios se deben a las reuniones con críos de su edad, que entre sus entretenimientos (no había otra posibilidad) contaban chistes, relataban y oían cantar a Valderrama, Marchena, etc. en alguno de los escasos aparatos de radio que existían en esa época, década de los 50. Y ello hacía que se lanzaran a cantar imitando a los grandes especialistas de aquellos años. Siempre había algunos que destacaban, y que a raíz de aquellas reuniones se atrevían con ello. Así fue como nació su vocación y como empezó a vislumbrar cualidades para hacerlo. Cuando cumplió 15 años, y su voz ya destacaba, había señores de alcurnia que los invitaban a cantar en reuniones particulares y también en tabernas y mesones de entonces.

Recuerda, con mucha melancolía, las juntas que se organizaban en bares, ya desaparecidos, como Rodri, en la Puerta del Ejido, o en “el de la viuda”, muy cercano al anterior en la Acera de Solares, “Casquijo” enfrente del Mercado o “Zamarrica”, en la esquina de la calle Ancha, … allí se reunían los sobresalientes de entonces: “el Paji”, “el Gancho”, Federico Delgado, “Manolo Sopas”, “El rubio garbancero”, “Damiancillo el barbero”, “Paquillo Checa”, “El bollero”, “Miguelillo”, y otros, que gustaban de mostrar su buen hacer y su destreza. Tenían, nos dice nuestro invitado, un excelente nivel y en la procesión general, que discurría en otros tiempos por el Ejido, cantaban saetas

hermanos mayores de las distintas cofradías los contrataran para sus procesiones, o con la simple intención de mostrar su capacidad a gente venida de fuera y que en la Semana Santa nos visitaba. Bromea jocosamente que nunca ha bebido más leche en su vida que en ese bar, dado que después de cada intervención, Federico, su maestro, le instaba a tomar un vaso –por ser todavía un chiquillo- para seguir ofreciendo en plenitud la totalidad de su repertorio.

Sobreexcitado nos cuenta como le gustaba cantar desde el balcón de “los Palomarillos”, allá en la calle Ancha. La muerte de Juan Palomares (qepd) y el cambio realizado en la mayoría de los recorridos de nuestras hermandades, fueron haciendo inviable aquella costumbre de esos años.

Y se emociona cuando cita aquella saeta espontánea que cantó en el Pregón de la Cofradía del Rescate que proclamó nuestro amigo Sebastián Cabrera en 1997 en la antigua Iglesia de Los Trinitarios Descalzos. Actualmente tiene por costumbre subir a cantar desde el balcón de la familia Puche, en la calle de San Pablo. Así es desde que hace muchos años, el que fuera alcalde de nuestra ciudad, el recordado D. José Luis Puche Pardo (qepd) le invitara para que lo hiciera desde el citado balcón de su casa, tradición que ha continuado posteriormente por expreso deseo de la familia, y que todavía hoy se mantiene.

Desde ahí le reza cantando al Cristo del Rescate y al de la Sangre.

Nos participa, también, que es partidario de seguir cantando y contando las preciosas letras de mayor antigüedad y arraigo en nuestra cultura semanasantera.

Siente la obligación moral de conservar y transmitir todo el abanico de saetas que han pasado de generación en generación, haciendo posible que a día de hoy podamos disfrutarlas. Piensa que hay que

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y saetas al paso de los tronos, “entonces no había tantas prisas como ahora y nos pedían que cantáramos una y otra vez”, nos dice agitado.

Nos relata su debut, con 12 años, en la calle Rojo, cantándole a “La Sangre”, sin nadie que le llevara de la mano, sin nadie que le hubiese metido en faena, por voluntad propia y de manera espontánea.

Nos cuenta que como apenas se le veía de pie tras las macetas del balcón de una tía suya, tuvo que usar un cajón a modo de alzador para poder ver al Cristo. A partir de ahí nació su vocación. Federico Delgado, reconocido saetero, tras un par de años viéndolo, lo visitó, habló con sus padres y le pidió permiso para pulir su tremendo potencial como cantaor de saetas. Así, en la calle Niño Jesús, un par de veces en semana, su maestro, amigo y padre artístico le fue corrigiendo defectos y le enseñó todo lo que sabía. Tal y como él mismo viene haciendo ahora con otro grupo de aficionados jóvenes que son la cantera viva de esta disciplina en la actualidad. Cita entre ellos a su nieta, como no podía ser de otra manera, a nuestro querido compañero de tertulia, Manolo León, a Bienve, a José, y a otros que llegada la cercanía de la cuaresma se reúnen en la peña flamenca para cantar y soñar con que un día llegarán a ser baluartes de esta singular y preciosa forma de hablar con Dios.

Recuerda haber ido a certámenes de importancia en Linares y otros sitios. En aquellos años la tremenda afición a este cante, y la cantidad de excelentes intérpretes hacía que se llevaran cabo reuniones que hacían las delicias de gran número de aficionados de toda la comarca.

Nos habla del café Mercantil, como centro que era de toda actividad relacionada con el pueblo y de como, desde las 6 de la mañana, se reunían varios de los más avezados cantantes para conseguir que los

innovar, pero manteniendo toda la riqueza de tiempos pretéritos.

Para él, todo son recuerdos que el paso del tiempo ha ido haciendo lejanos e imposibles de repetir, eran otras épocas, ya nada es igual, ni para los saeteros ni para nuestra Semana Santa. Ahora, se hace difícil para las hermandades posibilitar que los saeteros canten sin una mínima previsión de localización y tiempo. No en vano nuestras cofradías han de cumplir rigurosamente los horarios, pero no es menos cierto que ello coarta incómodamente a nuestros cantaores. Debemos ser conscientes de todo lo que hay en juego, lo que nuestra Semana Santa necesita de ellos, y lo que ellos necesitan de nuestra celebración.

A pesar de ser un cofrade de corazón, pertenece sólo a dos hermandades de nuestra ciudad, el Cristo de la Sangre, único al que ha cantado vestido con su túnica de penitente. Toda su familia pertenece a esta cofradía, y él ha sido portador del paso de Cristo también. Y la del Resucitado, desde que fuera hermana mayor Dª María Jesús Jurado Cabrera. Sin embargo, cuenta con el aprecio y cariño de todas las cofradías por su reconocida trayectoria en esta andadura que suma ya más de 60 años.

La Semana Santa de su niñez tenía, nos comenta, menos lujo, era más sencilla, de tronos pequeños y menos riqueza. Los exornos eran más simples. Ahora cada vez aspiramos a ser mejores que el resto, con tronos más grandes. No le falta razón

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cuando nos dice que “antes con doce o catorce personas era suficiente para transportar nuestras procesiones, ahora cada vez somos más esclavos de los enormes tronos que se han hecho”. Las bandas de romanos que desfilaban hace años, “gustaban sobremanera”, y las echa de menos con sus representaciones a caballo, “con la solemnidad que le daba a las procesiones”, apostilla.

De la Semana Santa actual, detesta que se haya suprimido el paso de las cofradías por la Puerta de Toledo, “era impresionante poder ver llegar los pasos esperando para cantarle, y la emoción de esa plaza, que vibraba con las saetas. Es un cuadro que no tenían que haber quitado”.

Recuerda sensible y con voz entrecortada cómo veía los pasos alejarse al fondo por la calle de San Francisco, y cómo eso le hacía estremecerse especialmente.

Vaticina que terminarán por perderse las saetas, cada vez hay menos aficionados y artistas dispuestos a estudiar esta disciplina. Y parece que nadie quiera cuidar que no sea así.

Nos asegura que cantará mientras Dios le dé fuerzas. De momento se siente muy bien, y tiene voz suficiente para seguir en el balcón sagrado de este arte. No en vano se cuida para que siga siendo así.

Desde estas líneas pido al Señor que nos permita seguir escuchando tus plegarias al viento por muchos años, y agradecemos de corazón tu tiempo y tu hospitalidad.

Un fuerte abrazo, amigo.

Esencias Cofrades

El palio de respeto

por

Sebastián Cabrera Checa

L

Foto: Narváez Fotógrafo

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a lengua latina, sabia y perfecta, define etimológicamente “Pallium” como manta (que sería la parte superior). Y “Palium” como palos (por los elementos que lo sustentan).

Reminiscencia material de un tiempo ya pasado, que quiere evocar el éxodo sufrido por el pueblo de Israel en el desierto abrasador, donde los hombres en una tienda rodeada de sutiles cortinajes que disponían con diligencia para preservar a cubierto lo sagrado, alzaban el Tabernáculo que custodiaba el Arca de la Alianza, donde se guardaban las Tablas de la Ley que Dios grabara a fuego sobre la roca y entregara a Moisés en la cima del sagrado Monte Sinaí.

Hermoso dosel. Símbolo de respeto que se alza sustentado por cuatro o seis largas varas llevadas por varias personas, que lo elevan en busca de lo eterno.

Elemento procesional que sirve para rendir honor a Cristo Eucaristía y que pronto, las primeras cofradías supieron agregar a su ajuar penitencial para reverenciar a sus imágenes sagradas, a sus reliquias más veneradas y a sus santos patronos protectores, expresando, así de elocuentemente, el genuino sentir del pueblo llano y fiel, en cuanto a los grados de culto que la teología católica dictaba en esos tiempos tan pretéritos.

Baldaquino primoroso, que muchas de nuestras cofradías supieron incorporar en sus cortejos pasionales

Foto: Francisco J. Salido

desde hace muchos siglos, para honrar la sagrada efigie de Jesucristo, Verdadero Dios y Verdadero Hombre.

Hoy, algunas de nuestras penitenciales aún lo utilizan y han consolidado su uso, convirtiendo éste estético símbolo del culto católico en añeja esencia heredada de la liturgia antigua, portándolo con reverencia en procesión por las calles de nuestros pueblos detrás de nuestros Cristos, para mantener viva una tradición de la que los baezanos, particularmente, hemos de sentirnos orgullosos por ser signo identificativo de nuestra Semana Santa.

Lástima que otras cofradías, por desgracia, y por una simplificación de la liturgia o por diversas dinámicas diferentes, han ido dejándolo en desuso y olvidando su carga de auténtico sentido.

Trozo de cielo. Paño rectangular de tela lisa, rica o brocada de damascos o sedas, que puede presentarse caído o enmarcado por la rigidez de un bastidor (así era como se procesionaba en Baeza), que ha servido para aunar la realeza y el poder de Dios, con la triste vanagloria de creerse dioses los hombres, pues fueron ellos, los hombres, reyes y gobernantes, quienes lo incorporaron además de como elemento litúrgico, como regia simbología y como seña de su propia y mundana pompa y circunstancia.

Así, el palio, techo celeste, además de acompañar y cubrir al Santísimo Sacramento, que era llevado por un ministro de la iglesia encargado de sujetarlo en una custodia de mano, fue utilizado por el Papa y otras dignidades eclesiásticas en una primera instancia, y por diversos reyes posteriormente. En España, fue un privilegio concedido por el Sumo Pontífice a los Reyes Católicos y, desde entonces, utilizado durante siglos por todos los monarcas españoles en ceremonias religiosas. Cuando el Papa dejó de utilizar algunos símbolos tradicionales que se consideraron inadecuados (como la silla gestatoria o la tiara papal), algo que tuvo lugar en 1978 durante el breve pontificado de Juan Pablo I, también dejó de aparecer en diversas ocasiones bajo palio, si no era portando al Santísimo en la custodia. Igualmente, y en el ámbito civil, S.M. el rey Don Juan Carlos I, prescindió de su uso desde el inicio de su reinado en 1975, condicionado quizá por el uso abusivo que de este elemento había hecho su antecesor al frente de la Jefatura del Estado español.

Signo de gloria en la tierra debiera seguir siendo la utilización del palio de respeto, para servir como vínculo inequívoco entre los aspectos procesionales y los litúrgicos, pues la liturgia en vigor no sólo no impide su uso, sino que no ha experimentado cambio alguno en su reglamento que motive una justificación para prescindir del mismo.

Por esta razón, es por lo que desde estas modestas líneas que ahora escribo, os invito a ponderar y considerar su pleno sentido, así como su significación ritual, tradicional, plástica e histórica.

(A todas las cofradías que han sabido conservar la hermosa tradición de sacar el palio de respeto en las procesiones de Gloria y de Semana Santa en Baeza, y a todos los que lo han portado y portarán con tanta dignidad) 84

La Trabajadera

“Costaleros de la gloria, costaleros del carmen” Damián Cruz Martínez Presidente de “El Capirote” y Costalero de la Virgen del Carmen de Baeza

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¿Cómo he llegado a ser la mano que escriba estas letras? Sin quererlo ni merecerlo, sin falsa modestia, sin imaginar siquiera que pudiera ser yo el más indicado, cuando otros costaleros y costaleras han trabajado y se han esforzado más que yo en que este sueño se hiciera realidad, en que este regalo a la Madre de Dios y a nuestra piedad y devoción por Ella dieran el fruto granado y fervoroso de ese Domingo de verano, cuando paseaste, Reina del Carmelo, tu hermosura por las calles de Baeza. ¡Ay Carmen del Cielo que te vistes de estameña y escapulario, como uno más de aquellos fieles monjes que te vieron nacer en San Basilio, tu convento de descalzos, que acoges bajo tus andas a estos fieles costaleros que se rinden a tus plantas y besan los finos dobladillos de tu saya tejidos del primor de los primores! ¡Ay Carmen, Virgen de limpia mirada, Virgen y Madre del Niño de tus brazos, Soberana, Madre de Dios y Madre nuestra, Reina del mundo, de los ríos, océanos y mares, de las aguas mansas y de las embravecidas, de las aguas dulces de las lagunas y de las cascadas serranas, Reina perpetua de las aguas saladas, profundas y fértiles, y Bendita Madre también de los campos de olivares y encinas, de pinares Foto: José Delgado y de almendros, de naranjos en flor y campos de amapolas sonrosadas! ¡Ay, Virgen del Carmelo, de claustros de virtuoso silencio y arquerías de piedra labrada, amparo de santos y santas, cobijo del llanto del pueblo que te ama y ve en Ti la más certera esperanza! Bendita Madre del amor verdadero, si yo no merezco mecerte, ni fijar siquiera mis ojos en los tuyos, brillantes luceros que iluminan mil almas atribuladas… ¿Cómo puedo Madre ser yo tu costalero…? Tu costalero Madre, tu costalero, porque ser tu costalero es ser remo de tu barca, vela de tu galeón de amor y consuelo y es sujetar con fuerza la red que recoge el fruto de tu mar de esperanza.

Nuestra Señora de los Dolores. Granada

Y es que uno, a pesar de llevar grabado en sus hombros algún que otro momento imborrable, portando sobre ellos las devotas y veneradas imágenes de alguna que otra hermandad, pensaba que ya no se podía sorprender; que, salvo los momentos contados de cada año, ya no volvería a sentir un pellizco, de esos que se quedan como grabados a fuego en el alma.

“La Trabajadera” es una sección de este Cuaderno especialmente dedicada a los costaleros, a las personas que portan con fervor y penitencia, con pasión y devoción, a las imágenes de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, o a las Glorias del mismo Dios, de la Virgen y de los Santos.

Raro es el año en el que las cofradías de Baeza no nos dan alguna gran sorpresa y nos descubren nuevos “milagros”, de hermanos portando nuevos pasos, recuperando tradiciones perdidas o corrigiendo esfuerzos y trabajos para lograr ser cada día merecedores del enorme privilegio que es portar a nuestras bendecidas efigies, o incluso el alto honor de servir de pedestales humanos al Santísimo Sacramento en el día del Corpus Christi. Pero, cómo poner en valor el que estos regalos vinieran por duplicado este pasado año 2014.

Si el Jueves Santo en la tarde, veinticinco años después de su incorporación a la hermandad, la Virgen de la Amargura del Calvario paseaba con solemnidad su dolor bajo el austero y negro palio de cajón de su palio de plata, convirtiéndose en otra más de las cofradías que recuperaban la antigua tradición de portar los pasos con costaleros, cargando sobre los dos hombros, unos meses más tarde, las Glorias de Baeza iban a ser ensalzadas de forma providencial, atrayendo hacia sí una atención que se les ha venido negando inmerecidamente. La Antigua y Real Hermandad de la Virgen del Carmen había decidido recuperar también esta tradición y llenar Baeza de 86

un calor muy especial, un calor diferente al que se respiraba aquella tarde de 20 de Julio de 2014, un calor completamente diferente al de las semanas que precedieron a ese gran día, en las noches de ensayo estivales llenas de ilusión, y al mismo tiempo de responsabilidad… El calor que sólo el abrazo de una Madre sabe entregar a sus hijos y el calor de la entrega generosa de éstos al amor de su Madre.

Ella nos llamó, nos fue citando a cada uno… No es extraño, suele suceder, y en ocasiones varias veces, en diferentes formas, con distintos objetivos… Ellos, el Señor y su Madre, saben cómo y cuándo hacerlo. El caso es que un día te llega esa “llamada” y tú, no entiendes del todo muchas veces porqué, vas a su encuentro decididamente. Da igual que el camino te parezca árido a veces y que pienses que las cosas se pueden hacer de otra forma.

Te puede el objetivo final; te gana por la mano, por esa bendita mano, esa señal.

Y es que, cuando Ella te mira, no puedes dejar de seguir sus pasos, aunque sea lleno de dudas y sabiendo que pisar el suelo que Ella pisa no es posible sino en tus sueños más lejanos. Cuando Ella se te acerca en la noche y las ves radiante con su Hijo en brazos, paseando su eterno amor por las calles de tu barrio, eres consciente de que poco importa que no sean perfectas las “levantás”, o que bote un poco la delantera, o que la trasera se vaya un poco del izquierdo, o que la parihuela sea demasiado estrecha, que la música no sea la adecuada o que el itinerario no acabe de cuadrar... Todos sabemos que las cosas deben madurar con el tiempo para ser perfectas como la Virgen merece. Pero, cuando tus ojos sobrepasan el umbral humano que marcan la breve cornisa de plata de su frontal repujado y las flores de su paso, cuando contemplas cómo la brisa de la noche juguetea entra su manto y el escudo de Baeza arde de

de penitencia (incluido el Resucitado) ya es un esfuerzo digno de mencionar en estadísticas.

Sin embargo, no podemos olvidar que Baeza es ciudad de María Santísima y de las más antiguas defensoras de la Inmaculada Concepción de la Virgen. Baeza es ciudad de Santos y ciudad monacal por excelencia. Nuestra historia es clara al respecto, y el esfuerzo por mantener y recuperar esas “otras” veneraciones gloriosas es un deber devocional e histórico que hay que promover y alimentar con criterios de fe y de fervor reales.

La Cofradía de Nuestra Señora del Carmen ha dado un paso adelante y las costaleras y costaleros de su cuadrilla mixta son testigos, y yo, gracias a Nuestra Madre, con ellos, de que en Baeza no hay muros infranqueables. Los miembros de la Junta de Gobierno han sido muy valientes, y lo que es más importante, sin desmerecer otras opciones, han sido fieles a la historia de nuestro pueblo y han elegido soberanamente llevar su paso como lo hicieron nuestros antepasados, a los que debemos respeto porque de su herencia somos deudores. Debemos entender que la historia y las tradiciones de los pueblos son una joya que debemos proteger y que debemos recuperar si corren el riesgo de perderse, siempre y cuando sea posible.

Habrá joyas que nos puedan parecer más brillantes que las que nos legaron nuestros predecesores, pero ninguna brilla más que la que está ganada y forjada de la sangre de quienes nos dieron la vida y entregaron su esfuerzo y su sudor para lograrla.

Con toda mi admiración, respeto y cariño a los costaleros, capataz y contraguías de la Santísima Virgen del Carmen, mis compañeros en las trabajaderas de su paso, en el año del Señor de 2014. Que la Virgen os ilumine y os dé fuerzas para seguir siendo sus pies y sus hombros. ¡Salve, Estrella de los Mares, Salve, Reina de los Cielos, Dios te Salve Virgen y Madre del Carmen!

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candor sobre su blanco nacarado, cuando ves brillar las estrellas de su corona a la luz de la luna clara, cuando el tintineo de las llamas de sus candelabros no es capaz de distraer tus ojos de sus mejillas sonrosadas y ves al Niño de sus brazos sonreír con nuevo y resplandeciente júbilo, entonces, recuerdas su llamada y te olvidas de todo. Tan sólo quedan la Virgen y el Niño Dios, sus costaleros y costaleras, sus hermanos y hermanas, y una página escrita con grandes y bellas letras en la historia de la piedad popular de Baeza.

El acontecimiento que supuso para nuestra ciudad y para la Cofradía del Carmen esta primera salida procesional sobre costaleros a la manera tradicional ha sido un gran impulso para la hermandad, y quién sabe si una nueva manera de entender y apreciar las congregaciones de gloria de Baeza, hasta hoy, y con honrosas excepciones, muy olvidadas a pesar de contar con una historia devocional de enorme calado y antigüedad.

No es oro todo lo que reluce, como dice el refrán, y este acontecimiento, que ha cambiado las vidas de muchos de los que hemos tenido la dicha de ser partícipes, no debe ocultar el problema que aún persiste en otras congregaciones de gloria, aunque es cierto que en los últimos años se ve un interés creciente y un renovado esfuerzo por asentar sus situaciones y colocarlas en el lugar que merecen.

Extraña que una ciudad como Baeza, con tan pocos habitantes en comparación con el número de cofradías, de penitencia y de gloria, no sobresalga más en éstas últimas, en las que hay, podríamos decir, “menos competencia”, ya que son muchas menos y no rivalizan en días ni horas. Es verdad, y hasta cierto punto normal, que las cofradías de penitencia están acaparando el mayor porcentaje de participación de cofrades, y es cierto que en sí, para una ciudad con apenas 16.000 habitantes, el tener 20 cofradías

La CaĂ­da Foto: Javier Ruiz

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CRUZ DE GUÍA Antonio Garrido de la Torre Vicario Episcopal de Comunicación, Director de la revista “Iglesia en Jaén” y Párroco de San Miguel de Jaén

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Foto: Juan García Cuevas

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«ME AMÓ HASTA ENTREGARSE POR MÍ»

Foto: Juan M. Salido

Esta frase es una buena definición de lo que vamos a celebrar en la semana santa y para lo que nos estamos preparando en esta cuaresma. La cita es de San Pablo, en su carta a los gálatas. Este apóstol vivió con tal intensidad su vida que tras perseguir ferozmente al cristianismo se convirtió a la fe del Nazareno. Y un giro de este calibre solo se comprende desde un profundo amor hacia Jesucristo y una perfecta configuración con él. Y desde esa convicción se convirtió en uno de los más activos pregoneros del amor de Dios al hombre.

San Pablo predicó el evangelio de Jesús porque tuvo la experiencia de encontrarse con Él camino de Damasco. Y desde aquel encuentro, su vida no tuvo sentido sin la presencia del Señor. Por eso, también en la carta a los gálatas dice: «estoy crucificado con Cristo: vivo yo pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí» (Gal 2,20). ¿Se podría decir eso mismo de nosotros? ¿Vive Cristo en nosotros? ¿O sencillamente lo tenemos relegado a una presencia puntual y pasajera, carente de importancia?

Vamos a celebrar el momento fundamental de la vida de Cristo: su muerte, precedida de una terrible pasión, y su gloriosa resurrección. Ese Cristo cuya imagen va a pasar ante nuestros ojos, portado sobre los hombros de los costaleros, es la imagen de una persona que me ama profundamente. Más incluso de lo que yo creo. Y que me comprende más incluso de lo que yo puedo comprender a los demás. Ese Cristo con rostro dolorido está ahí por ti, por mí, por cada uno de nosotros. Y la sangre de su rostro y de sus llagas son la muestra más palpable del amor que nos tiene. Ciertamente es lo que dice San Pablo: «Me amó hasta entregarse por mí». Y aunque tu vida pueda estar lejos de Cristo, nunca olvides que Jesús se ha entregado por ti, para perdonar tus pecados, para salvarte, para demostrarte el profundo amor que te tiene, aunque tal vez ese amor no sea suficientemente correspondido por ti.

Vamos a ver, mejor dicho, vamos a acompañar en los días santos que se aproximan en Baeza y en los pueblos de nuestra diócesis de Jaén a un Cristo que ora con sudor de sangre en Getsemaní, que está amarrado a la columna recibiendo el látigo cruel, que lleva con esfuerzo la cruz sobre sus hombros, que cae bajo el peso del madero, que muestra su amor clavado en la cruz y que resucita victorioso en una mañana llena de luz.

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Y junto a Jesús, su madre: la Santísima Virgen María. Ella, como todas las madres, siente especialmente lo que le ocurre a su hijo. Y a ella Jesús, desde la cruz, nos la dejó también como madre nuestra. Acudamos a ella en nuestras oraciones, porque la madre bendita siempre intercede ante su hijo por nosotros.

Como rezamos con una oración preciosa, nadie, después de haber invocado su ayuda, ha sido abandonado. María es como puente y camino que Dios y el hombre recorren: por María ha venido el Hijo de Dios hasta nosotros y por María podemos ir nosotros hasta Jesucristo, el Hijo de Dios.

La Virgen es la Madre del Hijo de Dios, la Madre del Redentor. La Santísima Virgen siempre tuvo una relevante participación en la obra salvadora de Jesús. La Virgen, con su silencio y su aceptación, se unió a la acción redentora de Jesucristo.

María participa y acompaña en los duros y dramáticos momentos de la pasión de su Hijo. En el Evangelio del discípulo amado, leemos como María estaba de pie junto a la cruz. Y así, con fortaleza, pero llena de desconsuelo, asiste al mayor gesto de entrega que ha vivido la humanidad. ¿Podremos imaginar verdaderamente la angustia de María Santísima en el Calvario?

Ella que dio a luz al salvador del mundo. Ella que crió con infinito amor a su hijo en el humilde hogar de Nazaret. Ella que presenció día tras día cómo Jesús iba creciendo en gracia y santidad a los ojos de Dios, su Padre, ahora, en la semana santa contempla a su hijo que cuelga del árbol de la cruz. En esos momentos tan dolorosos de la pasión de su hijo, María creyó firmemente que Dios cumple siempre su palabra, y que nos sorprende maravillosamente sobrepasando cualquiera de nuestras expectativas. Por eso, esperando contra toda esperanza, en el Gólgota se mantuvo en pie junto a la cruz de Jesús, con la sola compañía de San Juan, el discípulo amado, mientras los demás discípulos huían cobardemente.

Que María en esta cuaresma y siempre nos conduzca hacia el encuentro con su hijo Jesús, que en los próximos días de Semana santa, muere y resucita «por nosotros y por nuestra salvación». Eso es precisamente lo que celebramos en la semana santa: la pascua de Jesucristo. Como comunidad cristiana debemos prepararnos a través del camino cuaresmal para vivir con intensidad y profundidad esta semana, la semana mayor de los cristianos, la semana santa.

Un ruego para los lectores de estas líneas en el cuaderno cofrade “El Capirote”: que estos días no pasen desapercibidos por la carga de la rutina. No se trata de celebrar otra semana santa más, no se trata de repetir unos ritos que ya nos suenan, no nos quedemos sólo en todo lo externo de los desfiles procesionales: vamos a celebrar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, lo más importante de la vida de Jesús y lo más importante de nuestras propias vidas. Por eso nuestra disposición interna debe ser distinta.

Debemos vivir estas celebraciones de la semana santa con un corazón dignamente preparado a través de la conversión y la penitencia. ¿Cómo podremos celebrar un jueves santo, día del amor fraterno, si no tenemos auténticos sentimientos de fraternidad con los demás? ¿Cómo podremos celebrar el sacrificio redentor de Cristo en la cruz si no estamos dispuestos a seguir el ejemplo de quien perdonó hasta a sus verdugos? ¿Cómo vamos a celebrar que el crucificado ha resucitado si nuestra vida permanece anclada a las mismas rutinas y pecados?

Foto: Narváez Fotógrafo

Los días de la semana santa deben tener un especial eco en nuestro corazón, porque no asistimos a unos acontecimientos de alguien importante que pertenece al pasado.

Estamos celebrando, actualizando, el sacrificio de Cristo en la cruz y su victoria sobre la muerte y este hecho no es algo pasado sino que tiene repercusiones vivas y profundas en nuestra vida porque «por este hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados»(Ef 1, 7).

Este don inmenso de la salvación, obtenido de este hijo de Dios que cuelga del madero de la cruz por nuestros pecados, nos muestra el amor infinito que Dios nos tiene. «La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros» (Rm 5,8). Correspondamos a ese amor «hasta el extremo» (Jn 13, 1) con una vida en comunión con Dios y centrada en el amor a los hermanos, especialmente a aquellos que más sufren y que también están crucificados en la enfermedad, el desamparo o la marginación.

Cristo aceptando voluntariamente su pasión como colofón de una vida plenamente ofrecida al Padre y «humillándose a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte cruz» (Flp 2,8) nos ha dado este gran don de la redención. En Cristo muerto y resucitado Dios nos perdona nuestros pecados y nos redime. Acojamos este gran regalo de Dios y acerquémonos a la mesa de la salvación que Dios nos ha preparado llevando una vida de auténticos seguidores de Cristo.

Y que este tiempo de cuaresma y de semana santa sea, de verdad, un tiempo propicio para pensar en que la pasión de Cristo es la manifestación elocuente del amor más grande de toda la historia de la humanidad.

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Foto: Francisco Galiano

El Capirote

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Efemérides

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omo viene siendo habitual, en esta sección expondremos las efemérides que este año van a celebrarse en nuestra Semana Santa y a lo largo de todo el año 2015: En primer lugar, queremos sumarnos y alentar a la participación ciudadana a los actos que la Orden Carmelita está organizando a nivel nacional e internacional con motivo de la Conmemoración del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús (15152015). Baeza, como no puede ser de otra manera, responderá de manera generosa a estos acontecimientos por la profunda huella y los muchos beneficios que los santos fundadores de los Carmelitas Descalzos dejaron en nuestra querida ciudad.

Igualmente, desde este apartado, queremos felicitar a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Rescate y María Santísima de la Trinidad, por la brillante organización desarrollada en el calendario de actividades programadas con motivo del XIV Encuentro Nacional de Hermandades y Cofradías Trinitarias, que en colaboración con la Confraternidad de Hermandades y Cofradías Trinitarias, se celebró en nuestra ciudad los días 7 y 8 de febrero de 2015.

De la completísima agenda de eventos llevados a cabo, destacaremos entre otras la conferencia “Las Hermandades y Cofradías Trinitarias al servicio del Pueblo de Dios” que impartió el Rvdo. P. Fr. Jesús Calles Fernández, OSST, que fue presentado por el Presidente de la Confraternidad de HH. Y CC. Trinitarias, D. Manuel Toledo Zamorano. O la también conferencia que en el Teatro Montemar y bajo el título “Hacia la Trinidad por la Caridad” pronunció el Emmo. y Rvdmo. Cardenal Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo Emérito de Sevilla. Así como también la Solemne Eucaristía que en la Iglesia Parroquial de Santa María del Alcázar y San Andrés, patronos de Baeza, presidió D. Ramón del Hoyo López, Obispo y Pastor de nuestra Diócesis de Jaén. Todo esto, amén de otras muchas actividades programadas y que tanto éxito han tenido.

Esperamos que los congresistas y visitantes que han participado en este Encuentro,

hayan sacado una buena impresión de nuestra ciudad, de la cofradía organizadora y de nuestra manera peculiar de entender nuestra Semana Santa.

En otro orden de cosas, aplaudimos y nos sumamos a la iniciativa tomada por la Real Archicofradía de Santa María del Alcázar y San Andrés apóstol, patronos de Baeza, para conmemorar el 250 Aniversario de la llegada de nuestra Madre y Patrona a la Iglesia Parroquial que lleva su nombre y donde preside como Reina Soberana de la ciudad. Para ello, durante este año, su cofradía tiene dispuesto un calendario de actos, conferencias e incluso, si se autoriza, una Procesión Extraordinaria.

También, entre todas las celebraciones que hemos resaltado, este año tenemos la dicha de poder ser testigos privilegiados de un acontecimiento tan especial como histórico. Se trata de la celebración del 475 Aniversario de la Fundación de la Ilustre y Venerable Cofradía de la Santa Vera-Cruz.

Para ello, la Madre y Maestra de las cofradías baezanas, ha organizado una serie de actos, que se iniciaron el día 17 de febrero de 2015 con la celebración del acto inaugural conmemorativo del 475 Aniversario Fundacional.

En él, participaron entre otros el Prioste de la Cofradía, D. Antonio Quel Garrido, que dio a conocer el programa de actos a realizar a lo largo del año, el Ilmo. Sr. Rvdo.

D. Francisco Juan Martínez Rojas, Vicario General de la Diócesis de Jaén, que ofreció una interesante conferencia titulada “La Vera-Cruz; Ayer y Hoy”, el Capellán de la cofradía, D. Juan Quiles Clájer, y el Ilmo.

Sr. Alcade de Baeza, D. Leocadio Marín Rodríguez. Al acto asistieron representantes de la Agrupación Arciprestal de Cofradías y varios hermanos mayores de las distintas cofradías de la ciudad. También, se descubrió el cartel conmemorativo del 475 Aniversario, realizado por D. Juan García, D. Cristóbal Tornero y D. Javier Ruiz.

Este año, el Santísimo Cristo de la VeraCruz será la imagen que presida el Santo Vía Crucis que organiza la Agrupación Arciprestal de Cofradías el Viernes de Dolores, hecho 94

que no ocurría desde el año1997, que lo hizo con motivo de su restauración.

Del mismo modo, la cofradía de la Humildad de Nuestro Señor Jesucristo celebra los 25 años de la recuperación de la salida de su sagrado Titular a hombros de sus hermanos cofrades, ya sean horquilleros, o como últimamente se está procesionando, cargado a la manera tradicional baezana, es decir, sobre doble trabajadera, desechando por fortuna definitivamente las ruedas. Todo un acierto de la cofradía del Jueves Santo, más aún, cuando también se ha sumado a esta brillante iniciativa la adaptación a esta manera tradicional el paso de palio de Nuestra Señora de los Dolores del Rosario.

Ambos, lucen ya hermosamente en su estación penitencial cargados con todo el amor del mundo por sus costaleros.

Por otra parte, la cofradía del Santo sepulcro celebra este año 25 años de la llegada a Baeza de su imagen mariana Titular, Nuestra Señora de los Dolores. Aún permanecen en nuestra memoria los gozos y las emociones vividas, cuando pudimos contemplar por vez primera a la bellísima dolorosa, obra del imaginero cordobés Miguel Ángel González Jurado, que de esta manera, enriquecía con su brillante obra el patrimonio cofrade de nuestra ciudad.

Tampoco puede quedar en el olvido que hace 75 años se adquirió para Baeza, tras la Guerra Civil, el grupo escultórico de las Angustias. Encargada en principio a Juan Ginés Marzagosa, posteriormente, en 1960 fue policromada por Juan Luis Vasallo Parodi. La patética escena de dolor que ofrece la Virgen al pie de la Cruz con su Hijo muerto en sus brazos, aún continúa estremeciendo a todo aquel que la contempla cada tarde de Viernes Santo.

Y afortunados de poder ser partícipes de estos acontecimientos tan especiales, desde “El Capirote”, felicitamos a todas estas corporaciones, animándolas y apoyándolas para que todos los actos que se programen para celebrar estas efemérides, constituyan un verdadero éxito que sirva para acrecentar la fe y la devoción a Jesucristo y María.

Santa Cena Foto: Nazario GutiĂŠrrez

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Las Angustias Foto: Juan GarcĂ­a

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Año 2015

EL CAPIROTE - Cuaderno cofrade

Baeza, Ciudad Patrimonio de la Humanidad

NÚMERO 12 AÑO 2015

Asociación Cultural Tertulia Cofrade “EL CAPIROTE” - Baeza