Cuaderno El Capirote 2008. Baeza (Jaén)

Cuaderno núm. 5. Año 2008

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Baeza 1998 – 2008

“EL CAPIROTE”

Tertulia Cofrade de BAEZA

X Aniversario 1998 - 2008 Cuaderno Cofrade nº 5 AÑO 2008 Edita: Asociación Cultural Tertulia Cofrade “El Capirote”. Baeza (Jaén) Registro General de Asociaciones, sección 1ª, número 3141. C.I.F.: G-23570278 E-mail: elcapirotebaeza@terra.es Dirección y diseño: Damián Cruz Martínez Redacción: Sebastián Cabrera Checa.

Nazario Gutiérrez Martínez Impresión: Artes Gráficas Medina-Calvente. Baeza Portada: Fotografía: Pedro Narváez Moreno

Coronado de espinas y Caído por nosotros, Caído por el sacrificio humano y divino, Caído, infamado y ultrajado para salvar al hombre al que dio voluntad de bien y de mal y por el que ofreció voluntariamente la vida. Jesús entrega sus fuerzas a la tierra que emana de su propio vientre y que guarda regueros de su bendita sangre ofrecida por salvarnos del inquisidor pecado. Cuan grande la vida derramada por aquellos que cada día apostamos por la iniquidad apartando de nosotros a Quién se hace eterno en el Sagrario, Sagrario de vacíos templos en los que Cristo se nos ofrece cuerpo y sangre, vida y amor, que se transforman en madera policromada para recordar a Aquel que murió por sus hijos.

Contraportada: Fotografía: Juan José Cózar Álvarez No habrá mayor dolor en el mundo que el de una Madre traspasada por el puñal de la muerte de un Hijo al que arrebatan la vida a manos de aquellos que tan sólo piensan en el poder. Aquellos que son capaces de asesinar y negociar la muerte a cambio de un puñado de oscuras y perecederas luces. Acaso no son capaces de ver la perpetua luminosidad de la verdad de amor imbuida. Acaso no pueden apreciar en cada lágrima de piedad derramada, en cada brillo del alma atormentada a los pies del sepulcro, la esperanza de la Resurrección a una vida mejor. Divina Dolorosa, a tus pies yace el amor de los amores y en tu corazón herido encontramos los baezanos la fe de nuestros mayores y el consuelo de los afligidos.

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SUMARIO Pág. 3

EDITORIAL La Redacción.

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“EL CAPIROTE 2008” CARTEL PARA LA SEMANA SANTA El Capirote.

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LOS ARTISTAS DE LA PASIÓN: “El Taller Granadino de Orfebrería Moreno” Por Damián Cruz Martínez.

Pág. 12

“LA RELIQUIA”: “El Sudario de Oviedo” D. Jorge Manuel Rodríguez Almenar. Presidente del C.E.S.

Pág. 20

LA SEMANA SANTA EN LA RED: Asociación Cultural El Cabildo de Málaga. www.elcabildo.org Por Manuel Dionisio Lozano Guerra.

Pág. 24

EL PREGÓN DEL COSTALERO: “¿Porqué soy Costalero?”

D. Ventura Salazar García. Pregonero de 2007.

Pag. 30

PREMIOS DE SEMANA SANTA “OVACIÓN DE GALA 2007” El Capirote.

Pág. 36

LA MÚSICA EN LA SEMANA SANTA: D. José Julio Vera Cuder. Director de la Banda “Stmo. Cristo de las Tres Caídas” de Sevilla.

Pág. 40

“LA REBOTICA” Entrevista a D. Antonio Parrilla Viedma Por Nazario Gutiérrez Martínez.

Pág. 43

CUADERNO DE OPINIÓN: “Memorias de un cofrade ajeno” D. José María Gómez Garrido. Periodista.

Pág. 46

NUESTRA MEMORIA EN IMÁGENES: Salida Extraordinaria de “El Paso” en 1975.

Por Fernando Viedma Puche.

Pág. 48

“LA PASIÓN SEGÚN...”: TARRAGONA D. Joaquín Juliá Panadès. Presidente de la Asociación “La Salle” de Tarragona.

Pág. 55

“CAPIROTAZOS” Y “OVACIONES” 2007 El Capirote.

Pág. 59

ESENCIAS COFRADES: “El Olivo, Testigo de la Pasión” Por Sebastián Cabrera Checa.

Pág. 61

“LA TRABAJADERA”: D. Francisco Lucena Parrilla. Capataz del Paso del Nazareno de la Vera Cruz.

Pág. 64

“CRUZ DE GUÍA”: “La Pasión de Cristo y el Dolor Humano” Rvdo. Sr. D. Juan Párraga Barranco. Canónigo de la S.I. Catedral.

Pág. 68

“EL ARTÍCULO”: El emblema de “El Capirote”, nuestro primer cartel de Semana Santa.

D. José Francisco Garrido Lemus.

Pág. 72

EL MUSEO. El Manto negro bordado de “La Fervorosa” Por Juan Tomás Cejudo Lorite.

Pág. 74

EFEMÉRIDES I. “El Calendario Cofrade de 2008”. El Capirote.

EFEMÉRIDES II. VII Congreso de Hermandades del Carmen de Andalucía. Nazario Gutiérrez.

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EDITORIAL Este año 2008, la Asociación Cultural Tertulia Cofrade “El Capirote” celebra el Décimo Aniversario de su creación.

Ha sido mucho el esfuerzo y el trabajo realizado por aquellos que creímos en el proyecto, y nos hicimos cargo, en su día, de este enriquecedor modo de colaboración, que sirve al objetivo básico de salvaguardar y difundir las tradiciones seculares y la cultura de nuestra ciudad.

Atrás quedaron un buen número de actos y actividades de diversa índole, organizados o promovidos por nuestra Asociación: Carteles, Pregones, Cuadernos Anuales, Premios “Ovación de Gala”, Belén Benéfico, Conferencias, Mesas Redondas, Conciertos, Tertulias, Coloquios, Cenas Cofrades, Audiovisuales, Exposiciones, Foros de Internet, etc.

Todos ellos brillaron con luz propia y contribuyeron, creemos, de manera importante, al discurrir cotidiano de la vida cultural y piadosa de la ciudad.

Nos sentimos orgullosos, como Asociación y como baezanos, de poder ocupar ya una pequeña parcela en el corazón de nuestras gentes, al menos a lo largo de estos diez años así lo hemos percibido. Son cada vez más numerosos los seguidores de nuestras actividades y publicaciones, que al tiempo, y con creciente interés, son demandadas, tanto a nivel local, como provincial, regional, nacional, e incluso, internacional.

No ha sido fácil esta andadura apasionante. Aún hoy, sabemos que hay personas que no nos comprenden o no nos quieren comprender. Sin embargo, nuestra ilusión sigue manteniéndose año tras año, porque nuestro objetivo sigue siendo el mismo: trabajar por y para Baeza. Además, porque nuestros socios y lectores lo merecen, ya que son ellos quienes conforman nuestro sólido cimiento humano y los que nos alientan y llenan de esperanza.

Para celebrar el X Aniversario del nacimiento de la Asociación, allá por el mes de mayo de 1998, nuestra Tertulia presentará a la ciudadanía un calendario de actividades

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extraordinarias, destinadas, como siempre, a enriquecer, dentro de nuestras posibilidades, el movimiento cultural y cofrade de Baeza.

Desde estas páginas queremos aprovechar para dar las gracias a todas las cofradías de pasión y gloria de la ciudad. A sus Hermanos y Hermanas Mayores, a sus Juntas de Gobierno y a sus cofrades de base, y a todas las entidades y particulares que han colaborado con nosotros durante estos años. Su apoyo ha sido imprescindible en la organización de nuestros actos y siempre han estado apoyándonos con su presencia y dispuestos a contribuir de manera eficaz y conveniente, dando así, esplendor a todos ellos, para mayor gloria de Dios y de su Santísima Madre y de la tierra que nos vió nacer. Es por eso, que deben sentirse también protagonistas y partícipes de nuestros éxitos.

Igualmente, hemos de dar la enhorabuena a todos los colaboradores gráficos y literarios, que con su interés y sensibilidad, han contribuído y contribuyen a elevar año tras año el nivel de este Cuaderno Cofrade, que hay que decir que en esta edición cumple cinco años. Esta vez, y por tratarse del X Aniversario de la Asociación, se han cuidado aún más los detalles, si cabe, y la presentación del formato e interiores. Contaremos con secciones nuevas como “La Reliquia”, de la que ya tuvimos un avance en uno de los primeros cuadernos, acerca del “Títulus” de la Cruz del Señor. También habrá una obligada mirada al pasado reciente de la tertulia. Como cada año, nos hemos esforzado en recabar aportaciones de personalidades relevantes, algo que no es fácil de lograr y en lo que seguiremos empeñados. Así mismo, tendrán cabida las opiniones y las críticas constructivas, parte esencial de la tertulia. A ellas se unirá la visión imprescindible de nuestros religiosos, las imágenes de años pasados y presentes, plasmadas por nuevos y habituales colaboradores fotográficos, así como, las tradicionales secciones sobre arte y artistas cofrades, efemérides, costaleros, la Semana Santa en Internet y en otros lugares de España, la Música Cofrade, etc.

Esperamos que nuestros socios y lectores aprecien y reciban este trabajo con el mismo cariño que los anteriores; y, sobre todo, que lo disfruten. Ésta será siempre la mayor de las satisfacciones que podamos tener los que empeñamos nuestro tiempo y nuestro trabajo, de todo corazón, para hacerles llegar este Cuaderno.

Del esfuerzo económico que supone sacar cada año la publicación, son responsables principales nuestros patrocinadores, que con su presencia permanente ponen de manifiesto su compromiso constante con la cultura y las tradiciones de nuestro pueblo. Este año damos la bienvenida a un nuevo colaborador el Hotel “Campos de Baeza”, que recientemente ha abierto sus puertas. Suerte en tu nueva apuesta Juan y gracias por confiar en nosotros.

Y a ustedes, amigas y amigos lectores, queremos decirles, que cuando tengan en sus manos este quinto ejemplar de nuestro Cuaderno Cofrade, estaremos a punto de cumplir diez años trabajando por las tradiciones y la cultura de Baeza, una década desde esta nueva atalaya tertuliana, que no es sino continuación de una tarea iniciada mucho antes, casi desde la niñez, por muchos de nosotros. Estén además seguros de que hoy mismo, ahora, ya habrá gente de “El Capirote”, pensando en dar color y forma a un nuevo ejemplar de esta publicación el año próximo, para que nuestra Semana Santa, además de permanecer impresa en nuestras retinas y nuestros corazones, también quede plasmada desde muchos puntos de vista, y entre a formar parte de nuestra Historia.

La Redacción

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“EL CAPIROTE” 2008 CARTEL PARA LA SEMANA SANTA El pasado día 7 de Diciembre de 2007, víspera de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, celebración alrededor de la cual intentamos ubicar siempre este acto, tuvo lugar la Presentación del Cartel que “El Capirote” ha editado para la presente Semana Santa.

El evento aglutinó, en esta ocasión, la presentación propiamente dicha, con la que nuestra Asociación inicia anualmente su curso cofrade, y el acto de entrega de los premios de Semana Santa “Ovación de Gala 2007”, comentada en el apartado correspondiente de esta misma publicación.

Comenzó la noche, en el Auditorio de los Descalzos, con la aparición pública de nuestro cartel. Un cartel que une, a su carácter primordial de anunciador de la Semana Santa de 2008, el de servir de proclama de la celebración del 10º Aniversario fundacional de la tertulia.

Para componer este cartel fue seleccionada, de entre una serie escogida de fotografías, una de la que es autor nuestro querido socio y colaborador Pedro Narváez Moreno. Intentamos, para esta ocasión especial, ser fieles a nuestra idea de cartel y decidimos darle protagonismo a la figura de la Virgen, en una instantánea, por un lado muy común en otros lugares, es decir una perspectiva en plano corto de una Dolorosa de vestir, bajo palio e iluminada por la cera de la candelería. Una imagen usual también en la Semana Santa baezana y que, sin embargo, no se ha prodigado en la cartelería de nuestra ciudad.

Cierto es que este tipo de instantáneas nocturnas y con una iluminación tan peculiar son difíciles de lograr, incluso con las facilidades de la fotografía digital, sin embargo, cuando se obtienen con la calidad suficiente están cargadas de todo el misterio y esplendor que envuelven a los pasos de palio.

Pedro Narváez vuelve a lograr transmitirnos con su sensibilidad el arte que respira, en este caso, el paso de María Santísima de las Lágrimas. La cera hace resaltar la gran belleza de la Madre del Cristo de la Columna, a la par que la tristeza que invade su mirada. La Reina del Cielo, coronada de estrellas, se reviste de finos bordados en los que se plasma el inmenso amor de sus hermanas. Un fino rosario cuelga entre sus dedos en señal de oración, el pañuelo que guarda sus lágrimas esta impregnado de devoción y promesas, de plegarias y tristezas. Las florecillas de cera juegan al escondite con las que decoran la fina saya y los varales de plata sostienen, entre coquetas borlas, a la Virgen del Rocío que llena el techo de un palio de terciopelo oro y malla.

Para la puesta de largo de este cartel quisimos contar con la presencia y colaboración estrecha de la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Columna y de su mano, la presentadora, vocal de Caridad y Convivencia en la propia cofradía y Camarera de Nuestra Señora de las Lágrimas, la señora Dª María de los Ángeles Gámez Rus. Previa a la intervención de la señora Gámez, el presidente de la tertulia solicitó al autor de la fotografía que descubriese a los asistentes el cartel, realizando en ese momento la siguiente interpelación: “María, Sin Pecado Concebida, Inmaculada Virgen, Madre de Dios, Reina de las Lágrimas, haz que este mensaje visual que ahora te presentamos sea medio por el que los hombres y mujeres bendigan tu Santo Nombre y recuerden la Pasión, Muerte y Resurrección de tu Hijo”. Pedro página 6

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Narváez tomó la palabra expresando el profundo sentimiento que le transmitió la impronta plasmada en la fotografía y agradeció a “El Capirote” el haber apostado una vez más por su trabajo para este cartel.

Tras la pertinente presentación de la protagonista, ésta se dirigió al nuevo atril que estrenaba nuestra asociación para el acontecimiento.

María de los Ángeles Gámez demostró en su intervención la gran pasión que siente hacía su hermandad y muy especialmente hacia la Virgen de las Lágrimas. Ahondó en los contenidos ocultos del cartel, en sus significados religiosos y cofrades. Nos transportó con sus palabras a los momentos en los que las camareras visten a la Señora de la Columna y a las sensaciones que amanecen en sus corazones cuando están tan cerca de Ella, cuando colocan con cuidado cada prenda, cada pliegue, cada diminuto alfiler. En un momento se refirió con cariño y emotividad al pañuelo que bordase una madre devota y que yacía prendido esta noche en la mesa del altar de los Descalzos: “Virgen de las Lágrimas, decía aquella hermana, mira a mi hijo que necesitando está de ti, suspira por ti y un remedio y ayuda necesita de su Madre Celestial”. Ya finalizando su alocución incitó a los cofrades a querer aún más a la Virgen, ensalzó el sacrificio amoroso de los costaleros, imploró a la Señora por la concordia entre los ciudadanos y la Paz de los pueblos y terminó mirando a los ojos a la imagen Dolorosa: “Ojos que contemplan el alba, ojos que lloran al ver que su hijo se va. Ojos que transmiten dolencia, ojos que transmiten amor y profundizan dentro de cada corazón. Ojos que cantan canciones con fervor, ojos que añaden a la vista dulzor... Ojos que abren prisiones y otorgan una segunda oportunidad Ojos que dan vida, ojos que quitan temor y cambien los miedos por valor. Porque Tu me elevas la mirada cuando no me atrevo a mirar. Porque yo te quiero y porque siempre te hallarás cerca de mi, en lo más profundo de mi corazón. Por todo ello te doy las Gracias.”

Terminaba con estas palabras la presentación del cartel de la Semana Santa de 2008 de “El Capirote” y comenzaba el año del 10º Aniversario de nuestra Asociación. María Santísima de las Lágrimas nos acompañará durante estos meses. Estará presente su figura en cada acto que realicemos, será la mejor compañía, será nuestra inspiración, nuestro consuelo, nuestra Esperanza. A ella imploramos que nos dé aliento, que nos ayude en nuestro caminar y que oriente nuestros esfuerzos y nuestras decisiones para que sirvan al propósito de engrandecer nuestra Semana Santa.

El Capirote

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LOS ARTISTAS DE LA PASIÓN por Damián Cruz Martínez EL TALLER GRANADINO DE ORFEBRERÍA “MORENO” Nos trasladamos desde estas páginas a la ciudad de Granada, cerca de la Alhambra, a un “Carmen” de la famosa Cuesta de Gomérez, donde está situado el taller de orfebrería que antaño conocimos en Baeza como de “Los Hermanos Moreno”, hoy en las sabias y expertas manos de Rafael, artesano de contrastadas calidad y sensibilidad. El arte de la orfebrería, del repujado y cincelado de los metales preciosos y su vertiente religiosa y cofrade, marca gran parte de la estética de nuestras muestras de piedad popular. Pasos, cruces de guía o procesionales, faroles, ciriales, varales, candelabros, jarras o ánforas, cetros, coronas, medallas, insignias y un sinfín de objetos, conforman ese mundillo profesional y cofrade que hemos bautizado frecuentemente con el nombre de platería religiosa.

A principios de los años 70 del pasado siglo, las cofradías baezanas remontan poco a poco los difíciles años de la posguerra y comienzan a ir sustituyendo algunos de los enseres, que debido a la penuria económica de esos años no pudieron ser de la calidad deseada, pero que, sin duda alguna, habían cumplido sobradamente su misión de acompañar y engalanar a nuestras queridas imágenes en cultos y procesiones. Al mismo tiempo, se encargaban piezas que habían de cubrir nuevas necesidades y nuevas formas de entender el engalanado y exorno floral de los tronos.

Desgraciadamente, la platería era un oficio que hacía tiempo se había perdido en nuestra ciudad, un oficio del que se hizo gala durante siglos pero que, como muchos trabajos artesanales, cayó en franca decadencia tras la revolución industrial. Los miembros de nuestras hermandades buscaban talleres cercanos y de calidad y encontraron en la ciudad de la Alhambra el de los hermanos Rafael y Miguel Moreno.

El actual taller de Arte Moreno, S. L. fue fundado como empresa familiar por el orfebre Miguel Moreno Grados en 1946, padre de quienes le secundaron en el oficio. Con el paso del tiempo sería sólo Rafael quién continuase la labor iniciada y quién regenta hoy día el negocio. Tras una época de gran auge y muchos encargos, dedicada casi exclusivamente a la realización y restauración de objetos de culto, en los años setenta deben ampliar la orientación del taller hacia objetos de decoración y regalo, ya que escasean los encargos religiosos. Ha sido muy valiosa su aportación a la recuperación y restauración de obras antiguas, entre las más destacadas: el baldaquino de la Catedral de Pamplona, y han realizado trabajos igualmente para la Catedral metropolitana de San Salvador. A parte del taller, poseen una tienda en la calle Reyes Católicos, donde se pueden adquirir toda serie de artículos en bronce a la cera perdida, esmaltes a fuego, acuñaciones, etc. Son de gran originalidad las piezas que componen su colección de obras recuperadas del Legado Andalusí.

Su intervención en la Baeza cofrade es de gran relevancia, especialmente durante la citada década de los setenta, nutriendo a nuestras hermandades con numerosas obras. La mayoría de ellas han perdurado hasta nuestros días y algunas forman incluso parte casi inseparable de las imágenes a las que acompañan.

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Posiblemente una de las primeras muestras del trabajo de Moreno en nuestra Semana Santa sean los escudos mercedarios de latón del hábito de los nazarenos de la Expiración estrenado en 1970. En 1972 comienza una serie de juegos de varales para los palios de algunas Dolorosas, los más destacados y originales los de “La Fervorosa”. Algo más tarde realiza los de la Virgen de los Dolores del Rosario y Gracia y Esperanza, así como el conjunto completo del antiguo y original paso de la Trinidad, del que sólo se conservan los varales, reformados y plateados por Cristóbal Martos en 1992. En el mismo año 1972 realiza Moreno los bellos pebeteros incensarios y los hachones del trono del Santo Entierro. Pero, sin lugar a dudas, su obra más destacada de ese año es la platería que conforma el paso completo de la alegoría de la Santa Vera Cruz. La peana de estas pequeñas andas está formada por casetones y molduras y los varales, hoy modificados, estaban recubiertos de bellos troqueles rematados por macollas. Son singulares los faroles coronados de las esquinas y entre ellos, una cruz con el alma de color verde se embellece con canteados y adornos interiores, en el centro de la cruz tres clavos rodeados por una gran corona de espinas. Las cantoneras siguen los motivos de la peana y se completa el conjunto con una vara rematada por una plateada esponja y la lanza de Longinos. Aún recuerdo como llegaron embaladas todas las piezas pocas horas antes de la procesión de aquel Viernes Santo y como, en mi propia casa, mi padre, a quién se encargó el montaje del paso, trabajó toda la noche, con la ayuda de los hermanos de la Vera Cruz, para que todo estuviese listo a las 5 de la madrugada, hora de salida de la cofradía.

Al año siguiente se adquieren los remates de la cruz y la cartela del INRI del Cristo de la Expiración y entre 1973 y 74 se realizan las andas doradas del Nazareno de “El Paso”.

Estas magníficas andas, hoy plateadas y transformadas para llevar a la Dolorosa con San Juan, siguen el cánon de casetones pero en este caso con profusión de repujado con formas de jarras florales; los hachones iniciales, hoy sustituidos, son de características similares a los del Santo Entierro. En 1975 se encarga también a orfebrería Moreno el paso completo para la hermandad de la Entrada en Jerusalén, su mayor obra para Baeza. Se realiza la canastilla en un solo cuerpo, siguiendo las sencillas formas de la Santa Vera Cruz. El paso se completa en 1978 con unos airosos pebeteros que generalmente se adornan con original floristería. A este paso se añadió un segundo cuerpo, realizado por Cristóbal Martos, en 1999.

En la década de los ochenta elabora el artista granadino varios juegos de varas o cetros para otras tantas hermandades, destacando por su calidad los de “La Borriquilla”, “La Fervorosa” y la Vera Cruz. Para la Expiración realiza en 1982 los banderines con las siete palabras, en 1987 una cruz de guía, sustituida en 2007, y dos faroles de acompañamiento y, en 1990, tres elegantes cetros. Algo después realizó las cantoneras e INRI de la Cruz y unos faroles de guía para la hermandad de las Angustias.

Las últimas obras destacadas de Rafael Moreno para nuestra ciudad son los excelentes juegos de ciriales de la Vera Cruz, hermandad para la que igualmente repujó otros dos sobrios faroles de acompañamiento, y, finalmente, en el año 2004, los cuatro grandes faroles ochavados de plata del paso que el taller sevillano de Guzmán Bejarano ha tallado para Jesús Nazareno de la Caída.

Hasta aquí un breve resumen de la obra más destacada que el taller de Rafael Moreno ha dejado en nuestra Semana Santa. Un artesano que ha sabido superar las crisis a las que este oficio ha debido enfrentarse en distintas épocas y que sigue trabajando y dignificando el bello oficio de la orfebrería a este lado de nuestra querida Andalucía.

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“LA FERVOROSA”

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5. Año 2008 Foto: Manuel D. Lozano Guerra

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LA CAÍDA Cuaderno CofradeGaliano núm. 5. Cabrera Año 2008 Foto: Francisco

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“LA RELIQUIA” EL SANTO SUDARIO DE OVIEDO En la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo se conserva, desde el siglo IX, un lienzo de lino del tamaño de un pañuelo grande, conocido popularmente como “Santo Sudario” o “Santo Rostro” aunque en el mismo no se ve imagen o rostro alguno. Su apariencia es la de un paño sucio, manchado, arrugado y sin valor material, pero, según la tradición, este lienzo envolvió la cabeza de Jesús de Nazaret después de su crucifixión.

Forma parte del conjunto de reliquias que llegaron a Asturias huyendo de la invasión musulmana, en el siglo VIII, dentro del Arca Santa.

En el español actual se admite el uso de la palabra “sudario” como sinónimo de mortaja, por lo que es frecuente confundir el Sudario (“soudarion”) que menciona S. Juan, con la Sábana (“sindon”) que mencionan los otros evangelistas. Sin embargo Síndone y Sudario eran dos telas diferentes: Síndone es un lienzo (no necesariamente mortuorio) suficiente para envolver un cuerpo, y Sudario es un pañuelo para el sudor.

Para los judíos era una obligación religiosa cubrir con un velo (sudario) el rostro de los cadáveres si estaban deformados, y sabemos que lo hacían con los crucificados. Ésta es la función que habría desempeñado el Sudario ovetense.

En los años 60 el sacerdote Giulio Ricci, Director del Centro Romano de Sindonología, comenzó un estudio personal del Sudario vinculándolo a la Sábana Santa de Turín. Sin embargo, fué el 9 de Noviembre de 1989 cuando el Cabildo de la Catedral de Oviedo le concedió al Centro Español de Sindonología (CES), el permiso oficial para realizar un estudio multidisciplinar completo sobre la reliquia.

El Equipo de Investigación del Centro Español de Sindonología (E.D.I.C.E.S.) está integrado por varias decenas de especialistas en distintas ramas del saber científico, y ha llegado ya a importantes conclusiones, veamos algunas: LA INVESTIGACIÓN DEL EDICES I. Estudio textil El Sudario de Oviedo es una tela de lino de forma rectangular, de 85’5 x 52’6 cm., con irregularidades en sus bordes. Se muestra a los fieles cosido sobre una tela de soporte y rodeado por un marco de plata, por lo que hemos denominado anverso a la superficie de la tela actualmente visible y reverso a la superficie que en la actualidad queda oculta.

La manifiesta irregularidad de los hilos evidencia que han sido hilados a mano, con torsión en “z”. La textura es de tipo tafetán y los defectos e irregularidades del lienzo, muy abundantes, apuntan a una tela antigua, realizada en un telar vertical con pesos.

El examen de las muestras obtenidas mediante una bomba de vacío, puso de manifiesto una apreciable cantidad de partículas, tanto inorgánicas (arena, sílice, micrometeoritos, etc.) como orgánicas (carbón, colonias de hongos, esporas de hongos, restos de insectos, granos de polen, etc.) y los palinólogos apuntan la presencia de tres géneros de polen como posibles indicadores geográficos de la presencia del Sudario en Palestina. página 12

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Merece destacarse por su interés que abundan las partículas de resina de áloe y de mirra, y que se hallan concentradas especialmente en las zonas donde hay más cantidad de sangre, por encima de ésta.

Se ha demostrado que algunas de las arrugas y perforaciones guardan relación directa con la formación de las manchas y nos permiten conocer la utilización primigenia del lienzo.

Se produjeron al sujetar el Sudario a la cabeza, cosiéndolo en las zonas correspondientes a la barba y cabellera del cadáver.

II. Estudio hematológico-forense El estudio hematológico, dirigido por el Dr. Villalaín, se realizó en el laboratorio de criminalística y biología forense de la Escuela de Medicina Legal de Madrid y, posteriormente, en la Cátedra de Medicina Legal de Valencia. Puede asegurarse que las manchas del Sudario son de sangre humana del grupo AB y que la superficie del reverso izquierdo fue la que estuvo en contacto directo con el foco.

Para determinar la naturaleza de estas manchas de sangre y comprobar su grado de dilución se han compuesto y estudiado unas 3.200 manchas. De acuerdo con la composición de las Manchas Principales, se puede asegurar que el hombre del Sudario padeció un gran edema pulmonar como consecuencia del proceso terminal que le condujo a la muerte.

Según los antropólogos y forenses, las manchas son compatibles con la colocación del lienzo sobre el rostro de un sujeto. Se identifican, a partir de las mismas: las cejas, el caballete de la nariz, la nariz, el extremo de la nariz, orificios nasales, pómulos, labios, línea del carrillo, comisuras bucales y barbilla.

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Con toda seguridad, el Sudario estuvo colocado sobre la cabeza de un hombre adulto, que tenía barba, bigote y pelo largo recogido en la nuca. Su boca estaba casi cerrada, y la nariz aplastada y desviada hacia la derecha, soportando la presión del lienzo mortuorio.

Ambos elementos anatómicos fueron el punto de origen de las manchas sanguíneas principales.

Por su parte, las Manchas Puntiformes (formadas por sangre que ha salido de heridas producidas con el sujeto todavía vivo) nos hablan de heridas punzantes en la cabeza, en todo similares a las que produciría una corona de espinas. La identificación de estas manchas fue muy importante, pues esta no era una práctica habitual de las crucifixiones romanas y no se sabe de nadie que haya sido coronado de espinas salvo Jesús de Nazaret.

La investigación multidisciplinar del EDICES ha permitido obtener una hipótesis coherente (y repetible experimentalmente) sobre la utilización del referido lienzo. Lo más significativo es que no se ha encontrado ningún dato que se oponga a lo que la tradición y los estudios históricos y científicos nos indican sobre la muerte y entierro de Jesús y, por otra parte, que no se ha logrado establecer ninguna otra posible explicación al origen y formación de las manchas que la que se expone a continuación. Según el EDICES, el lienzo fue utilizado sucesivamente en tres posiciones: COLOCACIÓN DEL SUDARIO SOBRE EL CADAVER + Primera posición del lienzo: envolviendo parcialmente la cabeza.

El lienzo fue colocado inicialmente -sujetándose a los cabellos- sobre una cabeza ensangrentada, empezando por la zona occipital; a partir de dicha zona, se rodea la parte izquierda de la cabeza hasta llegar al ángulo maxilar derecho en el que la tela se dobla sobre sí misma (quedando doble en la zona del rostro). Cabe pensar que el Sudario no rodeó completamente la cabeza porque se encontró un obstáculo que impedía esa operación.

Esta hipótesis de colocación explica la producción de casi todas las manchas importantes del lienzo: En la zona que cubre la nuca encajan tres grupos de manchas: el grupo de las manchas puntiformes, que son de sangre vital y como las que podrían haber producido las heridas de una corona de espinas, se corresponde con la parte baja del cráneo; la mancha con forma de alas de mariposa, sobre el lugar en que se recoge el pelo; y la mancha de la esquina inferior del lienzo, sobre la parte superior de la espalda. Toda esta zona posterior está llena de perforaciones de posibles agujas de sujeción.

En la zona que cubre el rostro comprobamos la correspondencia anatómica de la frente, la nariz y la boca, y vemos cómo coinciden en los lugares adecuados, sobre los laterales de la cabellera, el bigote y la barba, los orificios de posibles agujas de sujeción.

La morfología de la mancha de fondo requiere que, estando la tela sujeta de esta manera, el cuerpo adopte dos posturas sucesivas: CON EL CUERPO EN POSICIÓN VERTICAL SE FORMA LA PARTE INFERIOR DE LA MANCHA DE FONDO.

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El cadáver estuvo colocado en posición vertical aproximadamente una hora y con la cabeza flexionada 70 grados hacia adelante y 20 grados a la derecha con relación a la vertical (posición incompatible con cualquier posible movimiento respiratorio).

Ahora bien, esa postura de la cabeza EXIGE una postura de todo el cuerpo análoga a la de un crucificado: suspendido de los dos brazos y con una sujeción en los pies, pues si el cuerpo estuviera simplemente colgado de los brazos hubiera muerto en 15 ó 20 minutos, tiempo insuficiente para generar la cantidad de líquido necesaria para formar las manchas que se aprecian en el lienzo.

Puede asegurarse que este hombre fue maltratado antes de morir, con instrumentos que le hicieron sangrar por el cuero cabelludo y al menos le provocaron heridas en el cuello, en los hombros y en la parte superior de la espalda, y después fue crucificado.

CON EL CUERPO EN POSICIÓN HORIZONTAL SE FORMA LA PARTE SUPERIOR DE LA MANCHA DE FONDO. Sin alterar la posición de los brazos, el cadáver fue colocado posteriormente en decúbito prono lateral derecho, manteniendo el giro de la cabeza 20º a la derecha y colocando ésta a 115º respecto a la vertical, con la frente apoyada sobre una superficie dura, posición en la que se le mantuvo alrededor de otra hora más.

Esto hace suponer que el cuerpo fue descolgado y depositado en posición horizontal y casi boca abajo.

Es necesario que el cuerpo se coloque de esta manera para que la sangre se extienda hacia la frente impregnándola por su lado derecho.

Transcurrido el tiempo mencionado el cadáver fue movilizado, mientras que una mano izquierda ajena, en diversas Cuaderno Cofrade núm. 5. Año 2008

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posiciones, trataba de contener la salida de sucesivas oleadas de líquido serohemático por la nariz y por la boca. Es en este momento cuando se forman las pequeñas manchas centrales que se superponen sobre la parte inferior de la mancha de fondo. Esta operación pudo llevar unos cinco minutos. + Segunda posición del lienzo: rodeando completamente la cabeza.

Una vez que desapareció el obstáculo que lo impedía, el lienzo fue desdoblado y envolvió toda la cabeza del cadáver, que quedó perfectamente cubierta por esta especie de capucha que continuaba sujeta al pelo mediante elementos punzantes. Es posible que se realizara también un nudo, pues las arrugas diagonales en la esquina superior derecha del Sudario (mirando el reverso) parecen indicarlo.

Con la cabeza así cubierta, se realizó un último movimiento del cadáver apoyando el rostro, boca abajo, sobre un puño izquierdo que presentaba la parte anterior de la mano hacia arriba. Este movimiento produjo la gran mancha que hemos llamado trapezoidal, y que es la más extensa de las manchas centrales. + Tercera posición del lienzo: enrollado sobre sí mismo.

Por último, el cuerpo fue colocado en decúbito supino, (acostado cara arriba) e inmediatamente el lienzo le fue retirado de la cabeza y rociado con áloe y con mirra, antes de que se secaran las manchas. Esta es una costumbre funeraria usada por los hebreos.

III. Estudio de la Historia del Arca Santa y del Sudario El evangelio de S. Juan, que es un documento histórico además de documento de fe, nos dice que el sudario fue encontrado en el sepulcro de Jesús de Nazaret, y no con los otros lienzos (la sábana o mortaja y quizá alguna atadura) sino separado: "Los lienzos por el suelo, además el sudario, que había estado sobre su cabeza, no por el suelo con los lienzos, sino plegado en lugar aparte". (San Juan 20; 6-7). Tanto la Vida de Santa Nino de Georgia como el comentarista Isodad de Merv afirman que fue el apóstol Pedro el que se encargó de recoger el sudario (“Siguiendo detrás llegó Simón e inmediatamente entró. Vio los lienzos juntos en el suelo vacío, y la tela que envolvía la cabeza con un nudo en la parte de atrás de la cabellera. No estaba con los lienzos funerarios, sino que estaba ampliamente enrollada en sí misma, torcida en un lugar aparte”). Pero, en todo caso, sabemos que el sudario estaba en las cercanías de Jerusalén a finales del siglo VI, cuando la cueva donde se guardaba fue visitada por un grupo de peregrinos de Piacenza.

El sudario pasó seis siglos en Jerusalén o en sus alrededores, pero cuando el rey de los persas, Cosroes II, invadió Palestina y conquistó Jerusalén en 614, los cristianos huyeron con el arca y las reliquias que contenía. Esta huida consta en multitud de manuscritos medievales. No es extraño pensar en una salida de Jerusalén en aquel tiempo, pues es conocido que Cosroes buscaba reliquias, sabiendo la importancia que tenían para los cristianos. De hecho, los persas se llevaron los fragmentos que se suponían de la Vera Cruz de Cristo para pedir un rescate.

La huída del arca con reliquias de Jerusalén se realizó probablemente por mar, con una posible parada o estancia en Alejandría. Entró en España por Cartago, la actual Cartagena, en el mismo año 614 si no hubo parada en Alejandría, o bien en el año 616 o 617 si la hubo.

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La estancia en Cartagena tuvo que ser mínima. La ciudad había sido destruída por los godos al conquistarla y dejó de tener la importancia histórica que había tenido hasta ese momento, prueba de ello es que dejó de tener obispo. En todo caso el Diccionario Eclesiástico de España señala la presencia del Arca en nuestro país en los primeros años del siglo VII. De Cartagena pasó a Sevilla, permaneciendo en la ciudad en el momento de su máximo esplendor, durante el pontificado del obispo Isidoro. Cuando murió San Isidoro en el año 636, Toledo se convirtió en la ciudad eclesiástica más importante del reino visigodo y el Arca Santa se trasladó a la ciudad. Permaneció exactamente setenta y cinco años en Toledo, hasta la invasión de Tariq en 711, quien después de la victoria sobre el ejército de Don Rodrigo, se dirigió a Toledo, provocando la huída en masa de los cristianos hacia el norte. Incluso las fuentes musulmanas nos hablan de que los cristianos huían hacia el norte y enterraban las reliquias en los montes. En el caso del arca, tenemos constancia de que estuvo escondida en las montañas de Asturias, en el Monte Sacro o Monsacro.

Posteriormente, el arca pasó a Oviedo: bien cuando la primera fundación de la ciudad en 761, o bien desde que Alfonso II el Casto construyó la Cámara Santa en el siglo X. En 1075, con ocasión de la visita del Rey Alfonso VI, se procedió a la apertura del Arca y la realización de un inventario de los distintos objetos guardados en ella. El monarca ordenó que se la recubriera de plata como homenaje a su precioso contenido. En el recubrimiento del Arca Santa podemos leer la fecha de su realización (el año 1113) y la relación del contenido que atesoraba. Se menciona expresamente "el Santo Sudario de N.S.J.C.". Desde ese momento son constantes las referencias documentales al Sudario, puesto que se hicieron diversos inventarios.

No hay circunstancia alguna que permita dudar de la permanencia ininterrumpida de la reliquia en Asturias. Aunque en la actualidad no es excesivo el conocimiento que se tiene de ella entre la población española, esta situación es radicalmente distinta a la de tiempos pasados. Su fama llegó a ser tal durante la Edad Media que, a pesar de la dificultad que suponía atravesar el macizo montañoso que separa Asturias de Castilla, muchos peregrinos se desviaban del Camino francés a Compostela para acercarse a la Catedral de San Salvador de Oviedo y venerar las reliquias.

La veneración al Sudario ha sido continua; basta recordar cómo ha llegado hasta nuestros días el insólito privilegio de dar la Bendición con el "Santo Sudario" a los fieles que llenan la Catedral en días señalados: el Viernes Santo, el 14 de septiembre y en la octava de la festividad de la Santa Cruz, el 21 del mismo mes. Sólo en estas ocasiones se puede ver el lienzo.

Conclusión Todo lo estudiado hasta ahora por el EDICES nos lleva a concluir que la hipótesis de que el Sudario de Oviedo sea el de Jesús de Nazaret no es en absoluto descabellada y sí acorde con lo que la tradición y la ciencia aseguran de este lienzo.

Jorge Manuel Rodríguez Almenar Profesor de Derecho de la Universidad de Valencia y Director del Centro Español de Sindonología.

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MISERICORDIA

Cuaderno Cofrade núm. García 5. Año 2008 Foto: José Checa

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“LAS TRES MARÍAS” Cuaderno núm.

5. Año 2008 Foto: Pedro Cofrade Narváez Moreno

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LA SEMANA SANTA EN LA RED por Manuel Dionisio Lozano Guerra LA ASOCIACIÓN CULTURAL “EL CABILDO” DE MÁLAGA

www.elcabildo.org

Entrevista a Juan A. Navarro Arias, Director de El Cabildo.

- Para los cofrades baezanos que no os conozcan, presentaros vosotros mismos.

- El Cabildo es una Asociación Cultural, sin ánimo de lucro, cuyo fin es contribuir al desarrollo de la cultura cofrade malagueña. Nuestra principal herramienta es el portal de información “www.elcabildo.org”, pero realizamos otros proyectos como un programa de radio semanal y el itinerario más completo que se edita de la Semana Santa de Málaga.

- ¿Cómo se os ocurrió la idea de poner en marcha la web?

- La página surge como un mero soporte corporativo del programa de radio, pero su sección de actualidad empezó a funcionar y pronto se convirtió en una referencia informativa con personalidad propia.

- ¿Cuáles de vuestros objetivos primitivos siguen vivos en la actualidad?

- El Cabildo mantiene su misma vocación que el primer día, pensamos que, en parte, ésta es la clave del éxito. Con el tiempo hemos sido capaces de abarcar más cosas, pues el equipo de personas ha aumentado y su nivel organizativo también. Nuestro reto actual no es iniciar nuevos proyectos, sino seguir haciéndonos sólidos para no bajar el listón actual. Daremos un nuevo paso sólo cuando consideremos que podemos hacerlo sin tener que ceder en algunos de los campos que funcionan.

- Actualizáis la página en vuestro tiempo libre, ¿Cuánto le dedicáis y qué frecuencia?

- El portal de información cofrade se actualiza a diario desde hace años y los cofrades malagueños pueden dar fe de ello. Esto no sería posible, obviamente, si detrás no hubiese un equipo bien organizado. Tenemos un planning de trabajo y cada uno sabe cual es su función. La idea es hacer el mayor número de cosas con la menor dedicación posible. Es decir, minimizar esfuerzos en la medida de lo posible para que nadie se queme.

Por ahora la cosa va bien.

- Las noticias de El Cabildo están relacionadas con la provincia de Málaga ¿os planteáis incluir informaciones a nivel nacional o regional?

- El Cabildo ofrece información cofrade exclusivamente de Málaga, bueno, de su Diócesis, por lo que también incluímos algunas cosas de la ciudad autónoma de Melilla. Lo que sugiere no está en nuestros objetivos, pues para los interesados en esta información ya hay sitios donde encontrarla. Igualmente, quien demanda información cofrade de Málaga, también sabe donde debe dirigirse. Sí ofrecemos enlaces a todos los portales cofrades.

- Además del portal de información ¿Qué otras actividades realizáis?

- Internet, efectivamente, es nuestro buque insignia. Tenemos el portal de información y el foro cofrade más visitado de Málaga. Además, realizamos un programa de radio, editamos el itinerario de Semana Santa más página 20

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completo de Málaga, cuya portada se edita también en formato cartel y en la festividad del Corpus Christi instalamos un altar para recibir al Santísimo Sacramento.

- Habladnos un poco de vuestro programa radio.

- Cuando empezó, hace seis temporadas, la mayoría de los integrantes de El Cabildo acabábamos de ingresar en la Universidad, algunos en Periodismo. Si miramos atrás y nos vamos a aquel miércoles que faltamos a clase y nos citamos en la calle San Agustín para organizar el programa, parece que ha pasado una eternidad.

Hemos pasado por tres emisoras distintas y ahora emitimos desde Radio Voz (88.4 FM), que se puede escuchar en toda Málaga. Hoy por hoy nuestro programa no tiene nada que envidiarle a los que se realizan con un sueldo de por medio. Además, creo que habría que estudiar cual tiene más repercusión.

Y sobre vuestra financiación ¿tenéis subvenciones, ayudas, donativos… o no hay más cera que la que arde?

- Más bien lo segundo. Nuestro principal gasto es el tiempo, pues tenemos el reto inicial de cubrir gastos. La web se mantiene gracias a la colaboración de la empresa malagueña Internalia, que opera en el Parque Tecnológico de Andalucía y con la que tenemos firmado un acuerdo. El itinerario de Semana Santa, por su parte, sale gracias a la ayuda de la Obra Social de Unicaja.

Esporádicamente realizamos algún que otro ingreso que nos da para pagar cosas como l apartado de correos y otros gastos que genera la asociación.

- Sobre el uso y provecho de Internet para las cofradías ¿nos podéis indicar sus ventajas?

- Pensamos que es una ventana abierta al mundo que hay que saber aprovechar. A nosotros, por ejemplo, nos escuchan

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cofrades malagueños que no viven siquiera en Andalucía. En los tiempos actuales la comunicación es fundamental y quien sepa controlarla tiene mucho ganado. Pero hay Hermandades, en todos sitios, no sólo en Málaga, que viven de espaldas a la red y no saben siquiera lo que es una nota de prensa.

- ¿Os han puesto muchas zancadillas en el transcurrir por esta “carrera oficial”?

- En Málaga se diría “recorrido oficial”, pero no, nuestra relación con las hermandades así como con la Agrupación de Cofradías tanto de Semana Santa como de Gloria es fenomenal. Igualmente con los compañeros de los medios de comunicación locales, muchos de los integrantes del equipo de El Cabildo trabajamos en algunos, lo que nos hace estar dentro del mundillo por motivos profesionales.

- ¿Creéis que habéis logrado construir en Málaga la “Casa de Hermandad” en Internet?

- En Málaga tenemos la suerte de que podemos ir de “capilleo” por la red, pues El Cabildo no es el único “templo” que existe, pero no cabe duda que se trata de una cita obligada para cualquiera que quiera estar al día de la información cofrade malagueña.

- ¿Qué criterios seguís a la hora de elegir la imagen de vuestro cartel de Semana Santa?

- Siempre motivos artísticos. Elegimos la imagen que más nos gusta, aunque procuramos no repetir hermandad y alternar imágenes de cristos y de vírgenes. No se trata de una norma escrita, sino lo que hemos hecho hasta la presente.

- ¿Pensáis que se le da la mayor divulgación posible a los actos cofrades?

- Por nuestra parte hacemos todo lo posible, con las limitaciones técnicas y humanas que tenemos. A nivel general, en Málaga los medios locales cada vez ofrecen más cobertura. En parte nos gusta pensar que Internet ha puesto su grano de arena para que sea así. Cuando El Cabildo empezó rara vez se informaba de cofradías fuera de Cuaresma.

-¿Pertenecéis a alguna Hermandad?

- Los integrantes del equipo de El Cabildo cada uno es de su padre y de su madre, lo que tenemos en común es la amistad y las inquietudes comunicativas. Algunos también coincidimos en algunas hermandades, pero es mera casualidad. En mi caso pertenezco a tres corporaciones, una de gloria, la Congregación de la Divina Pastora, y dos de pasión, la Esperanza y los Dolores de San Juan.

- ¿En ellas estáis comprometidos o simplemente realizáis estación de penitencia?

- Pues hay de todo, cada uno con sus circunstancias. Para que se haga una idea, en el equipo de El Cabildo tenemos teniente hermano mayor, tres músicos, uno de ellos compositor, la mayoría pertenece a una junta de gobierno y otros sólo se ponen el capirote, o lo que sea, llegado el momento.

- A los cofrades baezanos nos gustaría que nos explicarais el pellizco que se vive en la Semana Santa de Málaga, eso por lo que se nos haga necesario vivir vuestra Semana de Pasión.

- La grandeza de la Semana Santa de Málaga es su pluralidad y que, a través de los siglos, ha sido capaz de mantener sus señas de identidad propia por encima de las modas. En otros lugares sólo existen burdas imitaciones, pero aquí no, existe la Pasión según Málaga. Luego, como en todos sitios, hay rincones mágicos y enclaves para soñar, pero ya se sabe que detrás de cada cofrade hay un “callejeo” y una forma de ver procesiones. Materia prima hay, luego cada cual se arrima a lo que más le gusta. página 22

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- ¿Qué destacaríais de lo que conocéis de la Semana Santa de nuestra ciudad?

- Baeza cuenta con un destacado patrimonio escultórico que es procesionado en Semana Santa. Destacaríamos principalmente el extraordinario Jesús Caído; el Señor de la Humildad, con su atuendo tan característico; y los crucificados de la Salud, la Expiración y el de Las Escuelas. En cuanto a la imaginería moderna, nos hay que destacar el Cristo del Calvario, de Juan Luis Vassallo, y la enorme importancia que tuvo la producción del valenciano Amadeo Ruiz Olmos en el patrimonio procesional de Baeza. No podemos dejar de lado al Nazareno y la enorme devoción que despierta, así como las reminiscencias malagueñas que posee vuestra Semana Mayor: la forma de portar los tronos, la estética de algunos, como el palio de la Virgen de “la Fervorosa”. También destacamos la llamada “Ceremonia”, que protagonizan las imágenes del Señor Nazareno, la Virgen, San Juan y la Magdalena en la mañana del Viernes Santo.

Este entrañable acto nos retrotrae a los malagueños a siglos atrás cuando la conocida Archicofradía de la Esperanza, realizaba este mismo acto en la Plaza de la Constitución. De ahí, la advocación de la imagen cristífera malacitana que talló Benlliure: Nazareno del Paso.

- A modo de despedida, os dejamos este apartado para que añadáis cualquier detalle que deberíamos saber.

- Dado que la entrevista se ha centrado casi exclusivamente en Málaga, sería bueno apuntar que desde El Cabildo huimos de cualquier posición etnocentrista de la vida y mucho más en lo que a cofradías se refiere. El hecho de que nos centremos informativamente en Málaga no significa que no nos interese ni nos guste la cultura cofrade de otros sitios, todo lo contrario. Como se suele decir, la pena es que la Semana Santa caiga en la misma fecha en todos sitios. Pero Andalucía es muy pequeña y nos conocemos todos, antes o después, hay tiempo para conocerlo todo.

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EL PREGÓN DEL COSTALERO ¿POR QUÉ SOY COSTALERO? ¿Por qué soy costalero? Ésta es la pregunta que vertebró el pregón que leí públicamente el día 10 de marzo de 2007, en el marco del Auditorio de las Ruinas de San Francisco de Baeza. Se trataba de la decimocuarta edición del Pregón del Costalero, que quedó bajo mi responsabilidad gracias a la amable invitación de la Asociación Cultural Tertulia Cofrade “El Capirote”. Ese acto fue para mí un privilegio a todas luces inmerecido, pues pocos son los avales que me hacen acreedor de tal distinción. En mi favor sólo puedo alegar algo que sin duda es un patrimonio compartido por muchos; a saber: que soy un baezano orgulloso de serlo, que llevo a gala mis orígenes y que me considero un profundo enamorado de las tradiciones con las que esta noble tierra rememora cada primavera la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Y eso es algo que intento poner de manifiesto con mi modesta vida cofrade, la cual, si bien no puede presumir de especialmente activa, sí aspira al menos a ser constante y de fervor sincero. Entre los ejes medulares de esa vida cofrade se encuentra, precisamente, mi condición de costalero del Santísimo Cristo de la Caída, que me permite conocer de primera mano lo que supone hacer estación de penitencia bajo el peso de las trabajaderas.

La convocatoria anual del Pregón del Costalero se ha convertido ya en un acto emblemático de la Cuaresma baezana. Personalmente, me siento sumamente honrado de haber contribuído con mi granito de arena a su consolidación, aportando un testimonio más en favor de la figura del costalero y del hermano de trono. Yo fui precedido en esa labor por Antonio Ángel Escavias de Carvajal, pregonero en 2006 y encargado de efectuar la presentación previa a mi intervención. Desde aquí le agradezco sinceramente sus amables y emotivas palabras. Ahora, siguiendo esta fraternal cadena, me ha correspondido a mí ceder el testigo a Sebastián Cabrera Checa. Es algo que hago con plena satisfacción y orgullo, ya que, amén de ser un amigo entrañable, merece ser reconocido como uno de los principales artífices en la revitalización pasionista de nuestra localidad. A su condición de veterano cofrade - en las hermandades del Rescate y la Expiración - hay que añadir sus contribuciones al mejor conocimiento de la historia de nuestra Semana Santa y su derroche de talento en el terreno musical, tanto en su calidad de intérprete como en la de compositor de marchas procesionales. En definitiva, un dignísimo pregonero que merece el aplauso de todos los baezanos enamorados del patrimonio religioso y cultural de su tierra. Creo sinceramente que “El Capirote” ha acertado plenamente a la hora de elegir pregonero en una edición muy especial, por venir cargada de efemérides. En este 2008 se cumplen veinte años (¡veinte años ya, quién lo diría!) desde que en 1988 Rafael Rodríguez-Moñino Soriano enriqueciera los preliminares de la Semana Mayor baezana con el primer Pregón del Costalero. Dado el estado incipiente en que se encontraba por entonces la recuperación de las cuadrillas de costaleros y hermanos de trono, la Asociación Cultural Baezana - institución que tuvo la iniciativa - planteó el evento con unas pretensiones modestas, que se reflejan en el hecho de que inicialmente tuviera una periodicidad bienal. En 1998 (es decir, hace diez años), inició su andadura la Tertulia Cofrade “El Capirote”, que pronto asumiría la organización del pregón página 24

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con renovado énfasis, esta vez ya de forma anual. Eso ha permitido que en estas fechas hayamos llegado a la edición número quince; un logro que hoy día se percibe con normalidad, pero que en los momentos iniciales ni los más optimistas se atrevían a soñar. ¿Por qué soy costalero?

La pregunta es fácil de formular y, sin embargo, muy difícil de responder. En el fondo, no hay una respuesta única, sino una conjunción de motivos que impelen a adoptar una acción devocional concreta, fuertemente arraigada en la historia y la conciencia de nuestro pueblo. Supongo que, si planteamos esa pregunta a cada uno de los costaleros y hermanos de trono que hacen su estación penitencial por las calles de Baeza, recibiríamos contestaciones esencialmente coincidentes, pero con muy variadas improntas particulares. Eso no tendría nada de extraño, pues el sentir cofrade, aunque se manifiesta necesariamente de forma colectiva - o, mejor dicho, comunitaria -, es siempre fruto de una decisión personal, fraguada en la trayectoria de cada individuo. Por eso, yo sólo puedo dar aquí mi propio testimonio, que será análogo a otros muchos, pero que en última instancia procede de unas vivencias que me pertenecen en exclusiva. ¿Por qué soy costalero? La pregunta sigue en el aire. La respuesta palpita en mi ánimo, pero no voy a precipitarme a la hora de manifestarla. Al igual que ocurriera en el pregón, prefiero antes apelar a la memoria. Ello se debe a que, si hoy día la existencia de cuadrillas de costaleros y de hermanos de trono forma ya parte indisoluble de la idiosincrasia de la mayor parte de nuestras cofradías penitenciales, hasta hace bien poco la situación era muy distinta. Conviene no olvidar que, hace apenas veinte años, los tronos desplazados mediante chasis con ruedas constituían la regla - no la excepción - de nuestros desfiles procesionales. Merece la pena recordar que un cambio tan profundo y trascendental se ha producido en un lapso de tiempo relativamente breve.

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Nuestra generación ha sido a un tiempo testigo y protagonista de un momento de especial auge de la devoción pasionista. Ahora bien, lejos de caer en la autocomplacencia, este hecho nos debe servir de acicate para poder transmitir ese legado, con la ilusión y la autenticidad requeridas, a las generaciones que nos suceden. Sería un error pensar que la continuidad está ya garantizada para el futuro, puesto que la involución puede acechar en el momento más inesperado. Al fin y al cabo, durante los últimos dos siglos las manifestaciones religiosas populares de nuestro país han seguido una trayectoria esencialmente cíclica, con períodos de profundas postraciones alternados con etapas de auge y reactivación.

Mis primeros recuerdos personales de la Semana Mayor baezana proceden de mediados de la década de los setenta, y creo estar en condiciones de asegurar que eran momentos de graves incertidumbres. Quienes tengan edad suficiente como para remontarse hasta esos años podrán corroborar que no pocas cofradías hacían su estación de penitencia con apenas una docena de penitentes, cuando no menos. Cantidad ésta que a su vez se veía considerablemente mermada cuando volvían a salir a las calles en una más que desangelada Procesión General. Esto era sólo la punta del iceberg dentro de un contexto general con claros síntomas de abatimiento. Diríase que el fervor pasionista estaba condenado a ser barrido por los vientos del desarrollismo y la modernidad que imperaban por entonces. Ante tal estado de cosas, es obligado apreciar en todo lo que vale el esfuerzo y la dedicación de todas las familias baezanas que, sin dejarse vencer por el desánimo, mantuvieron viva la llama cofrade en aquellos momentos tan poco alentadores. Ni que decir tiene que por esos días resultaba totalmente impensable la recuperación de las figuras del hermano de trono o del costalero. Las adversas condiciones en que se reorganizaron las cofradías durante la posguerra habían propiciado la generalización de los chasis mecánicos. Únicamente la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, El Paso, preservó para la imagen de Cristo un trono de andas. Claro que, en los años setenta, esto no servía de referente para las demás congregaciones, ya que pasaba simplemente por ser una más de las muchas peculiaridades que caracterizan a tan veterana e insigne Cofradía. De todas formas, no lamento tanto el uso de un procedimiento de tracción espurio, comprensible en virtud de las circunstancias, cuanto el que por parte de algunas opiniones fuera tenido - haciendo de la necesidad virtud como una evolución natural y deseable en el formato de las estaciones penitenciales. De entre todos los indicios de crisis que se manifestaban por entonces en nuestra Semana Santa, pocos tan esclarecedores como éste.

No creo descabellado situar como punto de inflexión el año 1980, con la fundación de la Hermandad del Cristo de Las Escuelas, que adoptó un valioso enfoque penitencial y apostó desde su origen por la implicación de la juventud, con lo cual sirvió de escuela cofrade para cientos de baezanos. Pronto llegaron dos nuevas fundaciones, la del Cristo de la Buena Muerte y la Santa Cena, motivadas por una misma voluntad de dinamización cristiana entroncada en la tradición popular. Por su parte, las congregaciones más veteranas no fueron insensibles al clima que se estaba gestando, y lo impulsaron decididamente. Desde los primeros momentos de este período fue un sentir unánime el que los tronos fueran llevados por los propios cofrades. No por capricho, sino por el deseo de mantenerse fieles a la autenticidad devocional de las hermandades. Nada de chasis, pues, pero tampoco podían página 26

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tener cabida las cuadrillas mercenarias de antaño. Los gestos externos dicen mucho de las predisposiciones internas, y la forma de transportar las imágenes titulares se revela como una circunstancia sintomática del grado de vitalidad cofradiera. En 1982, la hermandad de la Columna fue pionera en la adopción de varales externos para hermanos de trono. Esta decisión, seguida posteriormente por otras hermandades, fue sin duda digna de encomio por

lo que supuso de avance respecto de la situación precedente, pero, lamentablemente, no respondía a la genuina tradición baezana, que históricamente había consistido en el uso de trabajaderas longitudinales en el interior del trono, para costaleros de hombros. El mérito de la recuperación de dicho procedimiento tradicional correspondió en 1987 a la Cofradía de la Vera Cruz, a la que siguió la Caída en 1988 y otras congregaciones en años sucesivos. Al amparo de ese resurgir, tampoco faltan ejemplos - concretamente, la Virgen de las Lágrimas Cuaderno Cofrade núm. 5. Año 2008

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de la hermandad de la Columna - con trabajaderas transversales para ser llevadas con costales al modo sevillano.

Muchas son las personas que han contribuído decisivamente a la evolución reciente de nuestra Semana Santa. Inútil pretender mencionarlas a todas. Sin embargo, no puedo omitir la referencia a dos hombres de bien que ya no se encuentran entre nosotros, pero cuyo testimonio ha dejado una huella indeleble en quienes los conocimos. A ambos les debo prácticamente todo lo que soy como cofrade. El primer lugar, al ya citado Rafael RodríguezMoñino Soriano, que llegó de otras tierras aportándonos su saber y su experiencia. A él le debo el reconocimiento del valor catártico de los componentes estéticos de la tradición cofradiera, como instrumento al servicio de la Fe. En segundo lugar, José Melgares Raya, ejemplar pastor de almas, que siempre nos recordó el verdadero sentido religioso de las manifestaciones del fervor popular. Porque en esto último reside la clave de toda la Semana Santa. Hemos de fijar la prioridad máxima en su condición de manifestación cristiana vinculada a la Iglesia. Si perdemos esa perspectiva, nuestra práctica cofrade quedará desvirtuada. Si quienes hacemos la Semana Santa desde dentro nos quedamos únicamente en lo accesorio (el reclamo turístico, el fenómeno antropológico, etc.), el auge actual será sólo flor de un día, porque carecerá de raíces. Podrá ser una moda pasajera, que en pocos años se verá sustituida por otra moda. El mantenimiento de nuestra práctica ha de conservar fielmente su razón de ser, que no es otra que proclamar públicamente la Redención que nos viene de Cristo. Debo confesar que, de no haber sido así, haría mucho tiempo que se me habría pasado el entusiasmo juvenil y habría renunciado por entero a las actividades cofrades. ¿Por qué soy costalero? Llegados a este punto del trayecto, la respuesta no puede postergarse ya por más tiempo. El ejercicio de memoria nos ha conducido al único destino posible cuando de Semana Santa se trata: Cristo Redentor. Si Cristo es nuestro modelo y guía, entonces la condición de costalero permite, por unas horas, hacer profesión de fe aferrados a unas trabajaderas que se sienten como remedo de la cruz. Durante la estación de penitencia, la contrición se hace fatiga, la oración se hace sudor. El cuerpo sufre, pero no se trata de un sufrimiento buscado o deseado. Se sufre simplemente porque es inevitable, porque también tus hermanos de cuadrilla sufren, porque, al fin y al cabo, ni siquiera el Hijo de Dios se vio exento de dolor cuando se nos entregó en carne mortal. Hacer estación de penitencia es, en definitiva, una forma hermosa y especial de hacerse partícipe del Amor de Dios manifestado en la Pasión de Cristo, el que padeció y murió por los pecados ajenos. Yo aspiro a compartir su destino a partir del reconocimiento penitencial, bajo la canastilla, de mi condición de pecador. Entiéndase bien, no se trata de una mortificación interesada que me haga merecedor del perdón. Un esfuerzo de tal naturaleza sería estéril. No hago penitencia para hacerme digno, sino para reconocerme indigno de la preciosa dádiva que se me ha entregado gratuitamente, por medio del sacrificio de Amor - único y definitivo - de Nuestro Señor Jesucristo. Ésta y no otra es la respuesta que puedo dar a la pregunta tantas veces reiterada: ¿por qué soy costalero?

Ventura Salazar García Pregonero del Costalero de 2007

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Foto: Juan José Cózar Álvarez

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Premios de Semana Santa “OVACIÓN DE GALA” 2007 Queridos lectores de “El Capirote”, como es costumbre, en esta sección realizamos un análisis pormenorizado del resultado de los Premios de Semana Santa otorgados, con su votación, por los miembros de la tertulia. Estos galardones fueron establecidos como muestra de homenaje al esfuerzo de los cofrades baezanos, en su afán por mejorar cada año y hacernos partícipes de su veneración y su sensibilidad. Generalmente se convocan tres categorías: “Mejor Estación de Penitencia”, “Mejor cuadrilla de Costaleros u Horquilleros” y “Mejor Detalle o Acontecimiento”. Como ya hicimos público en su momento, tras la celebración pasionista de 2007, y debido a los avatares climatológicos que nuestras hermandades hubieron de sufrir, la Directiva de nuestra Asociación decidió convocar exclusivamente la última de las tres categorías mencionadas. Consideramos que no podíamos juzgar, con la objetividad necesaria, las escasas procesiones llevadas a cabo. Sin embargo, sí se habían producido un sinfín de detalles de interés y otros tantos acontecimientos de gran relevancia para nuestra Semana Santa, que merecían tomarse en consideración.

La solemne ceremonia de entrega de este único premio, tuvo lugar en un acto conjunto en el que también se presentó el Cartel de “El Capirote” para la Semana Santa de 2008. Fue en la víspera de la festividad de la Inmaculada Concepción, el pasado 7 de Diciembre de 2007, en la Antigua Capilla del Convento de los Trinitarios Descalzos, a las 8’45 de la noche.

Tras la Presentación del Cartel, se inició el evento con la lectura de una semblanza, en orden aleatorio, de todos los acontecimientos y detalles que los socios tuvieron en cuenta en su votación. El acto finalizó con la entrega del Premio “Ovación de Gala” al “Mejor Detalle o Acontecimiento” de la Semana Santa 2007. La ya tradicional metopa fue recibida por el hermano mayor de la Cofradía del Santísimo. Cristo de la Columna y Nuestra Señora de las Lágrimas, don Bartolomé García Nájera, hermandad que obtuvo el premio por la decisión

de portar su nuevo paso de misterio con el sistema tradicional en Baeza, es decir, desde el interior y cargando en dobles trabajaderas longitudinales y sobre los dos hombros. Para la inmensa mayoría de los socios de la tertulia “El Capirote”, la opción elegida por la Columna, de recuperar esta tradición, propia y de la Semana Santa de Baeza en general, fue considerada como el acontecimiento más significativo de 2007. El sustituir el anterior sistema de andas exteriores o “malagueñas” por el más congruente con nuestra historia de los costaleros interiores, fue valorada como un hecho de meridiana importancia ya que, dado el éxito obtenido, puede hacer pensar a otras congregaciones en utilizarlo como alternativa ante la falta de personal y la eventualidad de una posible vuelta a las ruedas.

Pero la hermandad de la Columna, no sólo obtuvo el primer premio referido en el anterior párrafo. En segundo lugar de esta votación se situó uno de los estrenos más llamativos de este año. Nos referimos a la imagen del Centurión Romano que acompañó al Señor de la Columna en su nuevo paso y que recupera en parte una vieja estampa de la hermandad, que este año se verá completada con un sayón en actitud de flagelar a Cristo. En tercera posición, y a pesar de no ser un acontecimiento explícito de nuestra Semana Santa, página 30

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aunque si íntimamente relacionado con ella, la exposición de miniaturas procesionales realizadas por los alumnos de la clase de Religión del Colegio San Juan de la Cruz. Los trabajos de estos jóvenes, merecen todo nuestro reconocimiento y, desde estas páginas, queremos hacer pública nuestra felicitación tanto a los niños como a los alentadores de este tipo de hechos, que ponen en valor la formación cristiana y cofrade, tan necesaria en los tiempos que corren. De entre los estrenos de las cofradías para 2007 destaca en el cuarto puesto la nueva corona de la Virgen de la Aurora, de la Vera Cruz, una magnífica y original pieza de orfebrería, que ya fue descrita magistralmente por don Juan Tomás Cejudo en la sección “El Museo” de nuestro Cuaderno de 2006. En quinta posición se sitúa uno de los numerosos acontecimientos que tuvieron lugar al suspenderse la mayoría de nuestras estaciones de penitencia, nos referimos al detalle protagonizado por la hermandad del Rescate, cuyas horquilleras de la Virgen de la Trinidad tuvieron la oportunidad, por primera vez, de portar el trono del Señor, en el interior de los Descalzos, alternándose con los hermanos que lo hacen habitualmente. En sexto lugar una bella muestra de solidaridad entre costaleros de la misma hermandad, los costaleros del Nazareno de la Caída, que, tras encerrar apresuradamente al Señor, bajaron a dar aliento y apoyo a sus hermanos bajo el palio de la Virgen de Gracia y Esperanza cuya gesta y esfuerzo ante la fuerte lluvia quedará para los anales del costalerismo baezano.

La iniciativa de la Agrupación Arciprestal de Cofradías de colocar en lugar señalado de nuestros pasos o insignias un lazo blanco, como protesta a las afrentas públicas e institucionales en contra de la Iglesia y de los católicos, fue muy bien considerada por los socios de la tertulia que la situaron en séptima posición. Le sigue la profesionalidad de los componentes de la Banda de Cornetas y Tambores de las Penas de Úbeda, que se puso de manifiesto el pasado Domingo de Ramos. La lluvia sorprendió a la hermandad baezana de la Santa Cena en la Plaza de Santa María y los músicos cofrades aguantaron estoicamente animando a los costaleros con sus interpretaciones hasta la entrada en la Catedral.

Finalmente, entre los diez detalles mejor considerados: las imágenes de los dos evangelistas que completan el trono de Jesús del Rescate y le recuperación de una de las piezas más interesantes del ajuar cofrade baezano, la antigua túnica del Señor de “El Paso”, que apareció, tras darse por perdida durante décadas, en unos arcones del Convento de San Antonio, y que, con buen criterio, fue expuesta en la parroquia de San Pablo durante la Semana Santa.

De entre el resto de numerosos acontecimientos que los socios pusieron en valor con su votación, destacamos el de la recuperación asímismo, por parte de la hermandad del Nazareno, de su antiguo y tradicional motete. Al respecto, el presidente de la tertulia “El Capirote” expresó, durante el acto del 7 de diciembre, lo siguiente: “El año 2006, la estación de penitencia de la cofradía de “El Paso”, no contó con la presencia del motete o miserere que un autor anónimo compusiera para acompañar al Nazareno de Baeza, y que es parte imprescindible de la esencia de esta hermandad y de la Ceremonia del Encuentro. Pero el miserere “chico”, como es conocido por todos, es mucho más, porque forma parte del recuerdo de miles de baezanos, de sus vivencias y de sus sentimientos semanasanteros. Es, en definitiva, propiedad de Baeza y de los baezanos. Es una muestra de nuestra singularidad, de nuestra personalidad y de nuestra sensibilidad. Es por todo esto por lo que los componentes Cuaderno Cofrade núm. 5. Año 2008

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de la tertulia y numerosos cofrades expresaron públicamente sus quejas cuando no lo pudieron disfrutar, como siempre, tras el Señor de “El Paso”, hace dos años. Y es por su recuperación, por lo que nuestros socios lo han considerado como uno de los acontecimientos más relevantes de 2007. Hoy, públicamente, deseamos mostrar nuestra felicitación a los hermanos y hermanas de esta cofradía, que se han esforzado en rescatar algo que, por propio, no les debía haber costado ningún trabajo. Desde la Junta Directiva de la tertulia “El Capirote”, animamos a esta hermandad a que tomen las medidas que sean necesarias para que su miserere, el miserere del Paso, acompañe siempre a la imagen a la que está unido por la historia y por la tradición.”

Pero, el trabajo intenso y lleno de buen gusto y criterio cristiano de nuestras hermandades, se manifestó en cada uno de los acontecimientos o detalles que entraron en la votación, y seguro que en otros muchos, que quedaron fuera por las propias limitaciones de la votación y que son tan dignos de entrar en ella como estos que ahora relatamos sucintamente.

Los socios valoraron muy positivamente muchos de los acontecimientos que tuvieron lugar dentro de los templos ante la supresión de los desfiles procesionales. Se destacaron los llevados a cabo, incluyendo el rezo de las estaciones del Vía Crucis, en hermandades de gran sobriedad, como la Vera Cruz o el Santo Entierro, esta última incluyendo mecidas de los horquilleros al trono del Cristo Yacente. También el protagonizado por la cofradía de la Oración del Huerto, cuyas vehementes “chicotás” al paso del Señor, acompañadas por la música de la Agrupación de la Columna, concluyeron con la seriedad y compostura del Vía Crucis dirigido desde el Altar Mayor. De este tipo de acontecimientos se valoró igualmente el realizado por la hermandad del Calvario, donde se compaginaron la austeridad de la música de capilla, con el fulgor de las cornetas y tambores y el sabor auténtico de las saetas.

En otro orden de cosas, fue muy alabada la nueva casa de hermandad de la cofradía del Descendimiento, desde donde acontecieron dos de los momentos procesionales más destacados de este año. Nos referimos, al saludo que la hermandad de las “Tres Marías” hizo a las de “las Escuelas” y la Buena Muerte, al paso de sus respectivos titulares. Igualmente fue bien valorado el nuevo itinerario de esta última cofradía y su encierro en la Parroquia de San Pablo. Como también el conmovedor y multitudinario traslado que tuvo que realizar la Virgen de las Lágrimas a su casa de hermandad al suspenderse su estación de penitencia.

Pero además, nuestros socios, siempre curiosos y con enormes ganas de ver como los pasos e imágenes baezanas mejoran su aspecto año tras año, apreciaron detalles llenos de originalidad. Entre ellos se destacaron: la túnica del Apóstol San Juan, del paso de la Aurora, o la vestimenta hebrea del Señor del Huerto en el Vía Crucis. También los arreglos de Dolorosas, como la Trinidad o los Dolores del Sepulcro, así como, en general la mayoría de nuestras Vírgenes, muy mejoradas en los últimos tiempos. En este apartado de la vestimenta y arreglo de las imágenes fue muy apreciado el buen gusto del detalle del sudario que portaba entre sus brazos el Cristo, en la Piedad de las Angustias. El fino y siempre interesante trabajo de nuestros floristas tuvo su merecida recompensa en la consideración de dos de los tronos mejor adornados este año, el de la Virgen de Esperanza y Caridad de “la Borriquilla” y página 32

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el del Cristo de la Expiración, al que no se recordaba hacía tiempo con un calvario completo de lirios. También gustó la renovación de enseres procesionales de esta hermandad, a la espera de otras grandes novedades que ya nos han anunciado para los próximos años.

Finalizamos esta sección con la valoración positiva, por parte de nuestros socios, del Pregón virtual de Semana Santa de la web “Baezacofrade.com”, cuya primera edición fue protagonizada por uno de los miembros de la Junta Directiva de “El Capirote” y que, bajo el pseudónimo “Cruz de Guía”, nos dejó un texto lleno de finos matices cofrades y de enorme sentido religioso. Y, en fin, una de nuestras ya acostumbradas consideraciones, a la actitud de las costaleras de la Soledad, rezando bajo el paso durante toda su ajustada estación penitencial.

La tertulia “El Capirote” desea mostrar su sincera felicitación a los miembros de las Juntas de Gobierno y cofrades de las hermandades, premiadas o no. Ellas, nuestras cofradías, sus dirigentes, sus hermanos, costaleros, horquilleros, bandas, etc., como nuestros educadores religiosos y nuestro clero, especialmente este difícil año que ha pasado, nos hicieron partícipes, con sus decisiones comprometidas y su redoblado esfuerzo, de una celebración pasionista diferente, vivida en comunidad, dentro de los templos. La lluvia quiso unir a los cofrades en la adversidad y a cambio tuvimos momentos llenos de gran emotividad que dejaron huella profunda en nuestros corazones. Gracias a todos por su compromiso cristiano y por seguir manteniendo tan vigente como siempre, y a pesar de las adversidades, esta gran tradición que identifica a los baezanos y nos une en Jesucristo Resucitado.

El Capirote

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LA TRINIDAD

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LA AURORA Cuaderno Cofrade núm. 5. Año 2008 Foto: Juan José Cózar Álvarez

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LA MÚSICA EN LA SEMANA SANTA Poco iba yo a imaginar que aquellos deseos de juventud cofrade se iban a ir cumpliendo con creces al pasar de los años. Mis padres me hicieron hermano de “Las Cigarreras” cuando tenía 4 años, ya que era la cofradía de la familia. Disfrute de esta hermandad vistiendo la túnica de nazareno, hasta que ya por voluntad propia decidí hacerme hermano de la Esperanza de Triana, sueño que vió la luz en 1980.

En la hermandad de “Las Cigarreras”, se creó una banda de cornetas y tambores y mis inquietudes musicales cofrades empezaron a crecer al escuchar a los componentes de dicha banda, aunque solo asistí a un par de ensayos, ya que se había anunciado que la Esperanza de Triana iba a organizar otra. Decidí esperar a entrar en ésta y formar parte del proyecto desde su nacimiento. Mis responsabilidades fueron creciendo con el tiempo a la vez que las exigencias hacia la banda que dirijo desde hace bastantes años.

La música cofrade tiene en la actualidad una importancia inimaginable hace 50 años. Hoy interpretamos si una hermandad es de corte serio o menos serio por el acompañamiento musical que lleve. Incluso la afluencia de público depende en muchos casos de las bandas que acompañan a los pasos, y me refiero explícitamente a las bandas porque son estas las que en demasiadas ocasiones han impregnado de su esencia a las hermandades y no al revés como debiera ser.

La personalidad de estas bandas depende mucho de su repertorio. Hay muchas composiciones nuevas pero creo que las marchas importantes o tradicionales jamás se perderán. En el tramo musical que me toca abarcar, al ser la banda de “Las Tres Caídas” de cornetas y tambores, les puedo decir que por muchas marchas nuevas que se incorporen, siempre quedan las de toda la vida, “Cristo del Amor”, “Consolación y Lágrimas”, “La Soledad de San Pablo”, etc.

Hoy en día es complicado hablar de las marchas nuevas que se hacen, ya que casi todas se componen en el ordenador, con un programa de composición y sin la más mínima noción de estructura, gusto, cadencia, etc. Simplemente se rellenan pentagramas, cuanto más recargados mejor, y cuanto más raro sea el ritmo mejor se considera la marcha. En fin, no entiendo esas composiciones. Mi opinión es que para investigar están los científicos. Los que componemos música cofrade debemos ser coherentes a la hora de hacerlo. En la mayoría de los casos, en la sencillez está lo bien hecho. No por componer más o complicar la partitura se compone mejor.

Con toda humildad creo que una buena marcha debe entenderse desde el primer compás y cuando hayas terminado de escucharla, que se te haya puesto el vello de punta.

Una de las mejores composiciones que conozco y por la que tengo predilección es “Cristo del Amor”, aunque si me lo permiten, yo le tengo mucho cariño a “Maestro Artesano”, ya que fue mi comienzo en la composición, y aprecio mucho a la persona a quién se la dedique, mi

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amigo y director don Francisco Flores Jaime, que supo inculcarme su gran amor por las cofradías.

La música cofrade de nuestro tiempo ha de estar absolutamente condicionada también a su misión de servir de guía a los costaleros. Al costalero hoy en día con algunas nuevas marchas, hay que darle un cursillo en “Fama” para que pueda acoplarse a los cambios de ritmo, y por supuesto, que no se queje que si está en la partitura se puede andar. Es la explicación de estos autores, que casi siempre tienen que tocar la marcha parados porque son incapaces de andarla.

Yo le tengo demasiado respeto a los costaleros, a su trabajo, a lo que representan, a lo que sienten, y creo que hay que pensar en ellos mucho más de lo que se hace hoy en día.

Para finalizar, quisiera dar las gracias a los miembros de la Tertulia “El Capirote”, por haberme dado la oportunidad de expresar mi opinión sobre un tema tan apasionante y de tanta relevancia para nuestra Semana Santa como la música. Simplemente quiero decirles que esto es muy sacrificado, pero que tiene sus recompensas, que no todo el mundo puede rezar con un instrumento. Y a vosotros, que dedicáis grandes esfuerzos, y mucho tiempo en prepararos, a vosotros músicos de la Semana Santa, os pido que sintáis lo que interpretáis y que no perdáis la humildad y la ilusión. Gracias.

José Julio Vera Cuder Director de la Banda de Cornetas y Tambores Stmo. Cristo de las Tres Caídas de la Hermandad de la Esperanza de Triana. Sevilla.

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LAS ANGUSTIAS CofradeSánchez núm. 5. Año 2008 Foto:Cuaderno José Quesada

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“LA REBOTICA” Por Nazario Gutiérrez Martínez “EL CAPIROTE” ENTREVISTA A :

D. Antonio Parrilla Viedma

Decíamos en la primera edición del cuaderno que tienen en sus manos: “...en esta sección charlaremos con quienes han sido baluartes de nuestra Semana Santa en el pasado reciente. Se trata de cofrades convencidos, que han dejado su esfuerzo a lo largo de muchos años en el seno de sus hermandades y en la Semana Santa en general. Unos, sobradamente conocidos en el mundo cofrade baezano, otros, no tanto.

Todos forman parte de la historia de la Semana Mayor y de las tradiciones del pueblo que les vió nacer y todos son igualmente importantes. Sirvan pues estas líneas, como ínfimo pago a sus desvelos y como testimonio de nuestro más absoluto respeto y agradecimiento por habernos hecho llegar, a través de su legado humano, estos siete días gloriosos que se avecinan y que cada año vivimos en las calles de nuestra querida Baeza.”

Nuestro grato encuentro con Antonio Parrilla es muy difícil de extractar en esta breve reseña, ya que necesitaría del cuaderno completo para trasmitirles toda su esencia. No obstante, intentaré hacerles llegar lo más destacado y curioso de la entrevista a uno de los cofrades más señalados de la historia reciente de nuestra Semana Santa.

Nos recibió en su casa de la calle del Sacramento, y sinceramente, no se me ocurre mejor marco para adentrarnos en las vivencias personales de nuestro protagonista.

Rodeados de muros de piedra, madera con sabor envejecido, recuerdos y vestigios de la historia, en una de las calles más entrañables y de mayor sabor semanasantero, escuchamos a Antonio relatar, sincero, orgulloso y por momentos apasionado, cada una de las experiencias y anécdotas, que más de 60 años, ahí es nada, le han permitido vivir.

Le viene de casta: su padre, Francisco Parrilla Belmonte, fue tesorero y presidente de la entonces llamada Federación de Cofradías, allá por los años 40 del pasado siglo, y le inició en sus primeros pasos. Sus ojos brillan cuando nos detalla cómo eran tiempos de mucha necesidad y poder obtener los fondos de los que las hermandades carecían era una labor casi imposible. Era la propia Federación la que se encargaba incluso de adquirir algunas de las imágenes de la pasión que habían desaparecido tras la desdichada Guerra Civil. Antonio nos describe como desembalaron el misterio que la hermandad de “Las Tres Marías” ha procesionado hasta hace pocos años.

Eran tiempos de rifas, tómbolas (como la de la Humildad o el Santo Entierro), y cualquier otra forma que hiciera posible obtener unas pesetas. Hasta combates de boxeo. Con la finalidad de recaudar fondos para la cofradía del Santo Entierro, nos recuerda jocosamente como “el campeón de Cazalilla y el de Mancha Real, dos púgiles afamados de esos años, se enfrentaron en la plaza de toros de Baeza, en un cuadrilátero que el Frente de Juventudes de Jaén les cedió gustoso. Donde estaba el bar de "Luquillas", en la calle de San Pablo, llenaron la barriga de los contendientes, a base de potaje, y finalmente se celebró la pelea que dió con uno de los boxeadores en la lona, siendo necesaria la intervención del médico de guardia para certificar que el bravo deportista se encontraba perfectamente”. A fin de cuentas, “...todo aquello resultó ser poco rentable página 40

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porque apenas se obtuvieron unos beneficios de 10 pesetas, según el recuento realizado por el tesorero Francisco Montoro Palomares...”.

Más de treinta años han contemplado la andadura de Antonio Parrilla Viedma como Hermano Mayor de su cofradía de toda la vida, la del Santo Entierro. Ocupando dicho puesto, encargaron el trono y la imagen actual a su buen amigo y artista, Manuel Rodríguez Delgado (q.e.p.d.), baezano de adopción, que en principio sólo iba a tallar el paso del Señor y que finalmente les convenció para que se llevara a cabo también la factura del nuevo Cristo Yacente, que sustituía al anterior seriado. Lograron con ello la espectacular imagen del catafalco con el Santo Sepulcro que hoy contemplamos cada noche del Viernes Santo, al son de la tradicional parca.

Nos confiesa ser también hermano de la Vera-Cruz, y desde hace unos años, de la Caída, por la impresión que le causó, en cierta ocasión, la inenarrable imagen del Cristo de José de Mora. También ha formado parte de diferentes Juntas Directivas de la Federación de Cofradías en las décadas de los 60, 70 y 80 y recuerda con mucho cariño, por beneficiosos, esforzados y entrañables los mandatos en esta entidad de Ramón Escavias y Dámaso Chicharro, ambos fallecidos.

De la Semana Santa de hoy en Baeza dice gustarle todo, salvo la escasa aportación de la juventud. Recomienda especialmente, no podía ser de otra manera, la entrada del Santo Entierro en su vuelta a la Catedral por el intimismo de ese momento, y el Cruce de Gallardetes. Cita gustoso también la salida de la Caída como una de las más sobrecogedoras y emocionantes y, en general, todas las cofradías le agradan en la calle, porque todas le aportan algo. Añora con profunda tristeza como se vivía antes la tarde del Jueves Santo, con el traje de mantilla en las señoras y las mejores galas en los hombres, visitando los Sagrarios de las distintas parroquias. Y recuerda “...una tirada de sellos de la Federación de Cofradías en los años 50 que plasmaba distintas imágenes de hermandades de Baeza...” y de la que no ha vuelto a saber más.

Le pedimos opinión sobre “El Capirote” y nos expresa, sincero, que le merecen el mayor de los respetos las personas que realizan este trabajo poco agradecido y que no siempre es bien visto desde todos los estamentos. Un trabajo que lo único que persigue es que la Semana Santa sea cada vez mejor. Nos habla de un grupo de amigos que era prácticamente antecesor de lo que hoy en día es “El Capirote”, que se reunía para hablar y tratar de la Semana Santa de nuestra ciudad y que conformaban, entre otros, los ya desaparecidos José Luis Puche, Ramón Tornero, Juan Montes, y algunos otros cofrades que ponían al día la vida cofrade de Baeza.

Un sueño por cumplir, “...una casa de hermandad para el Santo Entierro..., a pesar de lo bien acondicionado que está el inmueble que poseemos ahora” y, otro más, “...que algún día el Cristo Yacente y su Bendita Madre de los Dolores estén bajo un mismo techo...”.

Ojalá algún día sueños tan loables se vean cumplidos. hospitalidad y cordialidad.

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Gracias amigo por su

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Cuaderno Cofrade Año 2008 Foto: Juannúm.

José5.Cózar Álvarez

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CUADERNO DE OPINIÓN MEMORIAS DE UN COFRADE AJENO No puedo evitar que un tenue escalofrío recorra mis sentidos cuando “La Madrugá” suena, aunque también he de reconocer que hablo más desde el corazón que desde la devoción.

Los que conformamos los medios de comunicación somos los humildes encargados de intentar plasmar -ya sea en voz, en imagen o en palabra escrita- una luenga tradición, con no menos profundas raíces religiosas y también, aunque a muchos les espante, culturales y artísticas. Una responsabilidad que, por lo menos en mi caso, siempre se intenta hacer desde el mayor respeto. También por amor a mi tierra y por estrecha veneración al arte procesional de Baeza.

Muchos han valorado y elogiado ya nuestra semana santa. ¿Qué más podría decir yo? Más teniendo en cuenta mis escasos veintiocho años, que implican una memoria corta y escasa de la mayor tradición, a mi entender, de esta ciudad.

En este décimo aniversario de la Tertulia Cofrade “El Capirote” –y con esta impresa responsabilidad que me corroe- alienados pensamientos de recuerdo me recorren cuando llegan los días de cuaresma. Momentos entre nieblas de un niño cogido de la mano de su padre recorriendo todas y cada una de las parroquias y conventos de la monumental ciudad de Baeza para ver el proceso de construcción de nuestra semana santa. Ver al Rescate o a la Caída en sus pesados pasos a ruedas, al Cristo expirante con su exhausto rostro que presagia el final, o a mi Cristo de la Humildad y Virgen de los Dolores, derrochando el Salvador luz por sus grandilocuentes ventanales.

Mucho ha cambiado nuestra semana mayor. También es cierto que cuando uno es niño todo lo observa con un color especial. Como entre brumas. ¿Puede que algo se esté perdiendo en nuestras cofradías? Muchos pueden suponer que la esencia originaria de esta tradición no es ni la sombra de lo que fue. Como comunicador y periodista nunca entenderé bien este tipo de reflexiones añejas y obsoletas. Nuestras cofradías están realizando un esfuerzo ímprobo por mantener esta tradición y poder mejorar, en la medida de lo posible, el enorme potencial y la riqueza ya patente de nuestra semana santa.

Y otros, al contrario, afirmarán que “aún hay mucho por hacer”. La situación no es tan sencilla. Los cofrades y los amantes de la Semana Santa exigimos cada vez más nivel en nuestras cofradías, pero sinceramente ¿hay una implicación real de la sociedad en las hermandades? Por la experiencia que he ido atesorando con todas y cada una de las entrevistas realizadas a hermanos mayores y baezanos relacionados directamente con nuestra Semana Mayor, he podido dilucidar una conclusión tan clara como preocupante: los baezanos nos implicamos cada vez menos, y a pasos agigantados, en los quehaceres anuales de nuestras cofradías. Es, por tanto, verdaderamente difícil subir escalones, complementar y mejorar nuestra Semana Santa sin el apoyo implícito de la sociedad.

Con esta cuestión no quisiera alarmar a nadie, pero ¿esto provocará la desaparición de nuestra Semana Santa tal y como hoy la conocemos? Pienso sinceramente que no –o eso quiero pensar-, aunque nunca se sabe cuánto más podrán aguantar algunas de nuestras cofradías. Un dato significativo puede ser que algunos hermanos mayores estén anunciando Cuaderno Cofrade núm. 5. Año 2008

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que los pasos, llevados anteriormente a andas o costal, van a ser traspasados nuevamente a un chasis con ruedas. ¿Cuál puede ser el problema? Para muchos que existen demasiadas hermandades en un núcleo poblacional tan reducido como el nuestro, otros creen que las cofradías no quieren dar su brazo a torcer a la hora de cambiar los varales por travesaños.

Quizá sea un poco de todo. Lo que sí es cierto, y nadie me lo podrá negar, es que hace tan solo unos años, y con las mismas cofradías, mismas características y mismos tipos de pasos, sobraban hombros para portar nuestras imágenes.

Aún recuerdo, ataviado de terciopelo rojo, sentirme afortunado al integrar la banda de cornetas y tambores de la Humildad –en su primigenia formación-. Lo sentía así porque no era tan fácil entrar a formar parte de este tipo de agrupaciones y bandas por la gran demanda que existía. La situación ahora no es mucho mejor, pero por suerte aún nos quedan bandas como la Expiración, Humildad –que aguanta estoicamente- o la Columna.

Análisis aparte merece otra cuestión: ¿Hacía donde va la estética de nuestras hermandades? Pasó el tiempo en el que todas miraban hacia el sur fijando como estilo las andas malagueñas para cargar nuestros titulares, incluso en algunos casos, copiando la sevillanía popular del costal. Creo que el rumbo es actualmente el que nos pertenece. El estilo jiennense de portar los pasos –recuerden, cargadores desde el interior con travesaños longitudinales y no transversales como en el caso de los sevillanos- ha sido el tradicional modus operandi de cargar a nuestros titulares en Baeza. Lentamente, y por fortuna, se está recuperando esta opción. Con toda seguridad, el futuro de nuestras hermandades pase por volver al estilo jiennense y abandonar definitivamente ataduras externas como las andas malagueñas o los costales sevillanos.

Y siguiendo con el análisis –incordiante pero en cierta medida necesario- y a forma de conclusión, deberíamos profundizar en el futuro de nuestras cofradías y de nuestra semana santa en general. Meticulosamente lo presagiábamos antes, cada vez menos hermanos en nuestras hermandades, cada vez menos jóvenes integran las cofradías y cada vez menos portadores para los pasos. Creo que es la muestra palpable de una pequeña crisis en nuestra Semana Santa. ¿Será permanente? Lo dudo. En muchas épocas de la historia se ha pasado por tesituras de esta índole e incluso peores (léase los años 70) y siempre se ha sabido salir del bache. Solamente hay que saber el cómo. Creo sinceramente que la solución pasaría, y vuelvo a incidir en ello, por incentivar la implicación de gente joven en las hermandades, y no hablo solamente como portadores o como músicos en las bandas, me refiero a una implicación real en el seno de las cofradías con posiciones y cargos de cierta relevancia.

Aún así el futuro es siempre incierto, pero ninguna piedra que obstaculiza el camino es insalvable.

Dejadme contemplar en la despedida una última imagen; aquel motete tenebroso y antiguo, aquel “miserere” que suena denso y magistral en una calle silenciosa, oscura y manchada de recuerdos. En Baeza la niebla de invierno es el incienso que ya lanza su olor y las luces difusas de los faroles parecen los cirios encendidos de los cofrades en penitencia.

José María Gómez Garrido Cadena Dial Servicios Informativos – Radio Jaén

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EL CALVARIO Foto: Juan Miguel Salido

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NUESTRA MEMORIA EN IMÁGENES por Fernando Viedma Puche LA SALIDA EXTRAORDINARIA DEL SEÑOR DE “EL PASO” EN 1975 Este año nos situaremos en la Semana Santa de 1975. Celebración importante para los baezanos pues era la primera vez que Televisión Española iba a retransmitir en directo nuestra Semana Mayor. Es por ello que todos pusimos lo mejor de nosotros, para que todo saliese perfectamente, y ofrecer una imagen al exterior lo más perfecta posible, como siempre se hace en Baeza cuando a este pueblo se le pide algo.

La foto que describo es la de Nuestro Padre Jesús Nazareno “El Paso”, saliendo por primera y única vez del Palacio de Jabalquinto. Los que han tenido la suerte de ver la grabación en video que existe, conocerán esta imagen, pero pienso que la mayoría no, sobre todos los hermanos de la Cofradía, que espero la aprecien como imagen insólita.

El que conoce los estatutos de la cofradía (no los actuales sino los antiguos) sabe que en ellos dice que dicha cofradía salga entre las ocho de la mañana y las doce del mediodía, no pudiendo salir a otras horas del Viernes Santo. Este es uno de los motivos por los que “El Paso” nunca participó en la desaparecida Procesión General, que se realizaba la noche de ese mismo día. El otro motivo era el no reconocimiento como tal cofradía de la del Santo Entierro de Cristo, ya que esta no tenía aprobados sus Estatutos por el Real Consejo de Castilla. El Santo Entierro pide a las hermandades de Baeza que le acompañen en su Estación de Penitencia con sus Imágenes, a lo que “El Paso” responde, después de debatirlo en Cabildo General, que no lo acompaña por los dos motivos expuestos, pero que deja libertad a sus cofrades para que hagan lo que deseen, pero sin usar la cera de la cofradía y tampoco usar la túnica de cofrade.

De esto tendría que estar enterado el realizador de Televisión Española, porque en febrero de 1975, siendo yo mismo entonces el Hermano Sacristán (equivalente al hermano mayor) de la hermandad del Nazareno, me llamó a Granada para tener una entrevista conmigo, pues estaba interesado en que todas las cofradías de Baeza saliesen en televisión y no faltase ninguna. Yo le dije que haría todo lo posible para lograrlo. Cuando vine de vacaciones, pues estaba estudiando mi carrera en aquella ciudad, convoqué un Cabildo General para comunicar lo que el realizador me había propuesto. El Cabildo, después de estudiar este caso excepcional, y para que todos los baezanos ausentes pudiesen ver todas las imágenes de su Semana Santa, aprobó la incorporación de Nuestro Padre Jesús Nazareno “El Paso” a la Procesión General que se iba a retransmitir, pero con la condición de que no página 46

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participase todo el recorrido, así que tuvimos que estudiar la mejor fórmula, para que eso se cumpliera. Después de varias deliberaciones se vio que lo mejor era llevar al Señor solamente (sin la Virgen, San Juan y la Verónica) al Palacio de Jabalquinto, el Viernes Santo después de la ceremonia del encuentro que culmina la procesión de la mañana. Así saldría de esta magnífica portada, llevado a hombros por sus hermanos, como siempre, girando por la calle de San Juan de Ávila. Esta fue la escena que se pudo contemplar en televisión, pues poco después se encerró la imagen en el cercano patio del Instituto “Santísima Trinidad”. En el reportaje emitido por TVE hay una toma que es magnifica y de gran originalidad. En ella se ve al Nazareno de la Vera-Cruz bajando desde Santa Cruz hacia San Juan de Ávila y por debajo de su cruz se ve la cara de Señor de “El Paso”.

Para recordar aquellos históricos momentos hemos traído a las páginas de nuestro cuaderno esta imagen única e irrepetible. La fotografía, es una diapositiva en color realizada por Pedro Ponce Pérez, al que dejé mi cámara, pues yo estaba junto al trono con mi padre, en funciones de capataz, no es de muy buena calidad, aunque si refleja el momento perfectamente. Mi memoria y vista hacen que distinga en ella a varias personas, como Manolo Palomares Jiménez, Eutimio Tercero Mora, Carlos Francisco Valero Palomares y al recordado Miguel Ángel Rascan Checa que esta con un cirio el primero, a la derecha según se mira la foto y algo girado para admirar la impresionante estampa del Nazareno enmarcado en la bellísima fachada isabelina del Palacio de los Marqueses de Jabalquinto.

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“LA PASIÓN SEGÚN . . .”

TARRAGONA La Semana Santa tarraconense, enmarcada dentro de la cuaresma y con el cierre glorioso de la Pascua de Resurrección, constituye un hito importantísimo en la vida de la ciudad desde hace ya muchos años, siglos que fosilizan tradiciones, como eco de una religiosidad popular en absoluto petrificada ni anclada en la melancolía de un pasado lejano, sino viva y palpitante.

Ese lejano pasado es precisamente motivo de polémica entre los historiadores, que buscan por los polvorientos estantes de los archivos el documento que certifique, con todo el rigor científico de la historia, el origen exacto de la Semana Santa tarraconense. Con todo, deberemos dejar las diferentes interpretaciones de los especialistas para centrar a mediados del siglo XVI -1550- los datos documentales de la primera procesión del Santo Entierro como acto capital de la religiosidad popular en lo que se refiere a la Semana Santa, unido también desde entonces con la Cofradía de la Sangre. Son, por tanto, cerca de cuatrocientos cincuenta años de tradición religiosa a pesar de los tiempos, alternando los momentos de fervorosa bonanza espiritual como los de declives devocionales, pero manteniendo las raíces paulinas empapadas por la savia de la sangre de mártires como Fructuoso, Augurio y Eulogio, cuyo jubileo celebramos este año.

Los tarraconenses hemos sido siempre conscientes de esta historia de siglos.

Conscientes de este pasado y enamorados de la ciudad, también hemos sido celosos y, llevados por una modestia injustificada, un poco despreciativos también, de la riqueza incomparable que atesoraban nuestras tradiciones seculares. Fruto de esos extraños celos, hemos cerrado a cal y canto sus virtudes, meritos y cualidades, sin querer que los otros participaran de su encanto. Hora es ya de dejar aquella falsa humildad y de empezar a enorgullecernos de poseer, entre otras virtudes, una Semana Santa considerada en muchos aspectos como la mejor de Cataluña y una de las mejores del Estado, exponente de la fe sencilla y firme de todo un pueblo.

He aquí, pues, que estas líneas que ahora leéis, abren el gran ventanal de la Semana Santa tarraconense y os permiten adentraros en algunos de los detalles, que quizá pasarían desapercibidos en una rápida y natural ojeada a la mayor de las desfiladas procesionales, que tiene lugar precisamente a partir de la tarde del Viernes Santo y que se alarga hasta la medianoche, cuando la conmemoración de la Pasión de Jesucristo encuentra en las calles de Tarragona un decorado solo comparable con el que hace cerca de dos mil años presenció aquel luctuoso y cruento sacrificio del Hijo de Dios.

Los tarraconenses no tenemos necesidad de que se nos explique nuestra Semana Santa porque la llevamos grabada en nuestras propias raíces. Es necesario ver su encanto en la perdurabilidad de unas costumbres, de unas tradiciones y de unas devociones puestas de manifiesto a través del tiempo y transmitidas de padres a hijos en generaciones que se hunden más allá de la memoria. Nuestra Semana Santa es casi siempre igual, pétrea como los sillares de la muralla que rodea la ciudad, y renace cada primavera con puntualidad casi astronómica, fiel testigo de la fe de un pueblo cristiano.

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Repasar aspectos eternos de esa liturgia tarraconense nos lleva a hablar de cofradías y hermandades, a menudo vinculadas a instituciones gremiales: agricultores, pescadores y marineros tienen a sus espaldas una larga historia corporativa en la que no han faltado nunca los actos espirituales; después se unirían alpargateros, esparteros, maestros de casas -peón y paleta-, estudiantes -alumnos y exalumnos-, entidades piadosas, e incluso, tarraconenses ausentes, esa especie de golondrinas que regresan, al menos una vez al año, en estas fechas, a hacer el nido cerca del hogar donde vieron la luz. Por encima de toda esta piedad popular, la sombra de la Iglesia madre, la Catedral, con todas las parroquias y el resto de templos de la ciudad, dan cobijo a las actividades que culminan, en la calle, con la manifestación suprema de la procesión del Santo Entierro.

A veces, el hecho casi puntual de la procesión del Viernes Santo parece llevarse tras sí toda la atención de los que, de una manera u otra, vivimos nuestra Semana Santa, y no es así en absoluto. Cofradías, gremios y hermandades realizan desde muchas semanas antes -se diría que al terminar una Semana Santa ya se empieza a trabajar en la siguiente- una tarea a menudo poco conocida; en las respectivas sedes se prepara el programa particular y son precisamente los miembros de las Juntas los que llevan el peso de la mayoría de los trabajos que, como siempre, están condicionados por la sempiterna cuestión económica, ya que normalmente el presupuesto general de cada cofradía, nutriéndose casi exclusivamente con las cuotas de los cofrades, es bastante flaco; de ahí que todavía hoy sea preciso buscar una personalidad importante a quien ofrecer el honor de apadrinar el paso o de llevar el pendón o la bandera durante la procesión, con la compañía de los cordonistas que el mismo designe, eso sí, a cambio de contribuir económicamente en los gastos que no se llegan a cubrir con las entradas ordinarias; llevar una de estas banderas es a la vez un honor y un lujo que hay que capitalizar con la debida mesura.

Los que actualmente tienen todavía un poco mas de trabajo que el resto de cofradías son los miembros de la Agrupación de Asociaciones de Semana Santa de Tarragona, porque, además del programa general y el ofrecimiento del cirio pascual el Domingo de Ramos, que por turno van realizando las diferentes cofradías, llevan a cabo las “Visiones de Semana Santa”, exposiciones, conciertos, conferencias, y deben escoger también -pesada tarea- al pregonero que, según acuerdo tácito establecido entre ellos, alternan anualmente entre un tarraconense destacado y una figura de ámbito nacional. Igualmente atareados, desde siempre, están los miembros más representativos de la Real y Venerable Congregación de la Purísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, encargados de organizar, además de las actividades propias de su cofradía, la procesión del Viernes Santo: ellos se encargan de todo lo que pertenece a los soldados romanos y a los penitentes, la recogida de los pasos y la coordinación del orden dentro de la misma procesión del Santo Entierro.

Los primeros actos de todas las Semanas Santas tarraconenses son los vía crucis de los respectivos gremios, cofradías y hermandades. El más madrugador de ellos es el del gremio de los “Marejants” y la Cofradía de Pescadores, el domingo anterior al Domingo de Ramos; el Viernes de Pasión, el del gremio de Agricultores; el de la Sangre, que rodea el paseo arqueológico antes de adentrarse por las callejuelas que conducen a la catedral, la misma tarde del Domingo de Ramos; el que reúne a la Asociación la Salle, la Congregación del Descenso de la Cruz y la Cofradía de San Magín Mártir al atardecer del Lunes Santo; el de los nazarenos, el Martes Santo; el Miércoles Santo tiene lugar la llamada “Procesión del Dolor”, organizada por la Hermandad de N.P. Jesús de la Pasión, con la participación de cinco pasos: Cuaderno Cofrade núm. 5. Año 2008

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La Oración del Huerto de la Salle, La Flagelación de la Sangre, el Ecce Homo de la hermandad titular, El Cirineo de la hermandad de Jesús de Nazaret, y Jesús de la Pasión, de la hermandad organizadora.

A pesar de que en el transcurso de la cuaresma y en los primeros días de la Semana Santa la practica piadosa del vía crucis nos acerca didácticamente al momento más sublime de la Pasión de Jesús, la mañana del Domingo de Ramos, con el gozo y la alegría de la conmemoración de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, rompe un poco aquel sentimiento de tristeza iniciado el ya lejano Miércoles de Ceniza. Los niños, acompañados por sus padres y familiares, con los ramos de laurel y olivo, llenan muchas de las plazas ante los templos parroquiales agitando al viento palmas y palmones en oleadas de color amarillo y verde. Es muy posible que la mayoría de esos niños -santa inocencia- estén más atentos al rosario de azúcar que cuelga de su palmón que a la larga y seria lectura del “Passio”, y, una vez relamido el rosario y comidos los caramelos que colgaban del palmón, lo dejarán para adornar el monumento de reserva del Santísimo, con el natural sentimiento de quien se desprende de un juguete para recuperarlo días mas tarde y fijarlo testimonialmente en un balcón de su hogar hasta que el fuego -solo el fuego- convierta en cenizas aquella, ya seca, primeriza muestra de ilusionada fe infantil; el laurel, al estar también bendecido, en la cocina hará mas ricos los platos guisados con sus hojas. En la Catedral, el Arzobispo preside el oficio solemne y un ceremonial similar se seguirá en el salón de sesiones del Ayuntamiento con la protocolaria lectura del pregón.

Los tarraconenses tenemos nuestra particular y tradicional manera de vivir la Semana Santa, asociados en los diferentes gremios, hermandades, congregaciones o cofradías, que se convierten en familiares más allá de sus orígenes. Cada uno de nosotros, por motivos de parentesco, vecindad, oficio o tradición, está unido a una de esas asociaciones y espera con ansia participar en las ya mencionadas actividades de la misma: el vía crucis, la bendición de los ramos y las palmas, la función litúrgica del Jueves Santo y la silenciosa vela oracional ante el Monumento en los respectivos templos y bajo la dirección del correspondiente consiliario espiritual. Pero, en la madrugada del Viernes Santo, al romper el alba, la Catedral, nos hace olvidar nuevamente cualquier parcialismo, y bajo las bóvedas de sus naves todos nos reunimos para escuchar “El Sermón de la Bofetada”, recorrer las calles de la parte alta en el, sin duda, más numeroso de los vía crucis tarraconenses y acabar en la Plaza del Rey con la solemne profesión de la fe demostrada en el canto del “Creo en Dios”.

Ya por la mañana temprano, todavía a oscuras, por las calles de la Tarragona de siempre, en el silencio de una noche que apenas empieza a despertar, se pueden oír los pasos apresados de centenares de devotos que se dirigen a la Catedral. Las palabras del orador sacro resuenan en las naves del templo catedralicio alertando a los medio dormidos fieles, que, al oír chirriar el portalón principal de la fachada, vuelven la cabeza para ver aparecer, primero la negra silueta de los congregantes de la Sangre, portadores de su bandera y flanqueados por el son de las matracas, encabezando el cortejo de hachones que iluminan al Cristo. Durante este nuevo vía crucis, al volver a la iglesia de Nazaret -la casa de la Sangrehay tiempo para que despunte el día; algunos ventanales se abren tímidamente a su paso a medida que se van desgranando las estaciones y los versos cantados se encabalgan con la tradicional tonada del “Por Vuestra Pasión, Sagrada, Adorable Redentor, Perdonad, otra vez, a este pobre pecador”; al llegar a la Plaza del Rey, ultima estación de este vía crucis, cuando el sol página 50

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intenta subir desde la punta del Miracle por entre las grietas del Pretorio -Castillo de Pilatos-, todos, con un orden natural y en hileras, rodean la puerta de la iglesia de Nazaret hasta las escaleras del templo parroquial de la Santísima Trinidad, dejando un amplio pasillo central para el Cristo y los congregantes; el prefecto de la Sangre entona el “Creo en un Dios” y la coral improvisada sigue rítmicamente los compases de la profesión de fe hasta el “Amen” final, en que todos pasan a adorar y venerar la venerada imagen.

De los fieles cumplidores del rito del vía crucis habrá quien, al volver a casa, todavía encontrara las sabanas calientes, quien habrá perdido el sueño e iniciara la tertulia con los reencontrados amigos, aquellas golondrinas ausentes, en un rápido repaso a los sucesos del año e, incluso, intentaran con la palabra fácil arreglar la ciudad y el mundo.

A mediodía, en los lugares conocidos, extraordinario escaparate de los portales señoriales de centenarias casas solariegas de la Rambla, algunos misterios ya están a punto para su “recogida”.

En el “Castrum” de la Sangre los voluntariosos tarraconenses que configuran la cohorte romana, y que han ensayado desde semanas antes, aparejan sus vestimentas y se preparan para cumplir, en el interior de la iglesieta de Nazaret, el ritual del reverente saludo, en formación de a cuatro, adorando al Cristo. Y será a primera hora de la tarde cuando los soldados romanos, bajo el mando del capitán “Manaies”, empezarán con idas y venidas el ceremonial rito de la recogida de los pasos: primero desde la plaza de la Mitja Lluna y la Rambla y después desde la iglesia de Sant Llorens. Los diferentes pasos, debidamente preparados, serán objeto de una ceremoniosa reverencia antes de ser trasladados hasta la Plaza del Rey. A pesar de que en la misma Rambla ya se puede constatar una gran presencia de público, es en la baixada de la Peixateria donde se aglomera el mayor número de personas, que quieren disfrutar del espectáculo incomparable de los pasos llevados a hombros subiendo la pronunciada pendiente; aquí la devoción se convierte en aplauso que acompaña el esfuerzo de los portadores durante todo el recorrido. Los romanos y los portadores de los Cuaderno Cofrade núm. 5. Año 2008

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misterios aprovecharán el poco tiempo que les queda antes de participar en el definitivo cortejo procesional para tomar un necesario y reconfortante tentempié. Desaparecerán entonces de la escena muchos de los tarraconenses que pocos instantes antes circulaban por aquellos lugares: son los miembros de las cofradías que, poco tiempo después, vestidos con la túnica correspondiente, bajo el anonimato de la capucha o dando la cara enmarcada por una almidonada golilla blanca, después de hacerse con el hachón en uno de los almacenes habilitados en los alrededores, empezarán a situarse cerca de sus respectivos pasos. También los penitentes esperarán su turno concentrados en la iglesia de la Santísima Trinidad.

Al caer la tarde, la puesta de sol marcará el inicio de la procesión del Santo Entierro.

Solemnidad, tradición y silencio han sido desde siempre las características principales de la más representativa y genuina manifestación religiosa popular de la Semana Santa tarraconense, y no seré yo quien corrija tan acertados calificativos. Permítanme, sin embargo, que matice un poco estas manifestaciones, porque en Tarragona en el atardecer del Viernes Santo se escucha el silencio que pregona la procesión del Santo Entierro, a pesar del latido de las lanzas de los soldados romanos repicando en el empedrado de las calles del recorrido, mas allá del redoble de las matracas o de los tambores, mas allá del son luctuoso de las bandas de música, las grallas, los ministerios o el canto de las corales que sonoramente acompañan el paso de los misterios.

En la procesión tarraconense del Viernes Santo brotan un sinfín de silenciosos ruidos solo perceptibles por el devoto oído de los presentes. Las sandalias de los soldados romanos, con el acompasado arrastre de los pies en zigzag y pasadas, marcan ya de entrada un gesto de silencio. Los soldados romanos anuncian el camino del Calvario en un vía crucis didáctico y catequético a través de una representación artística itinerante con las imágenes de los misterios, que reproducen la pasión y muerte de Cristo. Oigo las imperceptibles olas de los pliegos de la bandera de la Sangre, negro estandarte de luto, que encabeza todo el fúnebre cortejo y que inicia un suave y cruel concierto de música sacra.

Quizá al acabar La Santa Cena, misterio nuevo del gremio de los “Marejants”, lo único que permanece en silencio es el protagonista de toda esta historia: antes, sin embargo, se ha entregado en cuerpo y alma en la Eucaristía.

Hoy por hoy, a los pequeños aspirantes de este gremio les seguirán en larga hilera los alumnos del colegio la Salle con el paso Velad y Orad; ambos grupos, abanderados del cortejo, como las otras secciones de aspirantes del resto de asociaciones, son semilla infantil de futuros congregantes.

Un paso mas allá, bajo las ramas de un olivo, Jesús se dirige al Padre en La Oración del Huerto, mientras bebe por todos nosotros el cáliz de la redención, rodeado de los antiguos alumnos de los hermanos de las Escuelas Cristianas. Desde allí nos llega ya el lejano rumor de la turba capitaneada por Judas, el traidor, hecha imagen en el misterio de la Cofradía de Pescadores El Prendimiento de Jesús.

Con gritos de fiera salvaje los sayones le han azotado. Regueros de sangre se deslizan por su espalda. Hasta aquí llegan salpicaduras, dulces gotas de los latigazos, y contrasta la inocencia de los aspirantes de la Sangre con la dura expresión de todas las figuras que componen el paso de La Flagelación, preludio de una silenciosa saeta cantada en honor del Cristo del Buen Amor.

Dentro, en el cuerpo de guardia, la burla ya se ha hecho sangre: el cuerpo desnudo, las manos atadas y con el zarzal coronado ¿Cuáles deben ser los amorosos pensamientos de página 52

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Jesús esperando el veredicto, mientras un gobernador “político” se lava las manos asegurando que hace justicia?. Ecce Homo.

La procesión continúa discurriendo ante mis ojos y siento a la multitud de gente que grita y condena al Hijo de Dios; son los mismos que el Domingo de Ramos aclamaban a Jesús como rey, y que ahora vienen de liberar a Barrabas. Y resuenan aún los rugidos cuando desfila, cargada ya la pesada cruz al cuello, Nuestro Padre Jesús de la Pasión. Tras él, los hermanos nazarenos alargaran la procesión con sus tres pasos: el del Cirineo (también conocido como La Primera Caída), Jesús Nazaret y Jesús es desnudado de Sus Vestiduras, pero El mantendrá fija la mirada en el cielo, acompañado por la Verónica y las santas mujeres de Jerusalén.

Más adelante, con La Cruz de la Pasión -o La Pasarela- se abre un paréntesis de respetuoso silencio con el lento discurrir de los penitentes portando los diferentes improperios de la pasión y muerte de Jesús o las significativas “agonías”. También ellos tienen un paso representativo -Cristo de los Penitentes- vinculado a la Real y Venerable Congregación de la Purísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

En medio de ese largo silencio, entre ese parsimonioso arrastre de negras colas, podemos distinguir el tintineo de las treinta monedas de Judas; cantará tres veces el gallo mientras Pedro, no tan valiente ya como en el Huerto de los Olivos, negará también por tres veces al Maestro, y un fuerte martillo golpeará los clavos que atravesarán manos y pies de Jesús clavado en la Cruz; caen por el suelo los dados con que los soldados de la guardia se juegan la túnica sagrada, incluso un olor a vinagre e hiel parece llenar la sangrienta escena que nuestros ojos redescubren entre los hachones flameantes de los congregantes de la Sangre.

Es preciso igualmente detener el oído para entender los sentimientos de los que con pies descalzos y los brazos en cruz comparten aquellas horas de agonía antes de reverenciar nosotros también El Santo Cristo de la Sangre.

Cuando el Cristo llega al centro de la Rambla Nova, los soldados romanos, que hace ya un buen rato han terminado su desfile a la cabeza de la procesión, reanudarán el camino con paso firme y marcial para darle escolta en el último tramo del recorrido de regreso hasta la iglesia de Nazaret. Cristo clavado en cruz y rodeado por la cohorte romana impresiona aún más los sentimientos medio dormidos de los que han escogido la principal avenida de la ciudad para seguir la procesión del Santo Entierro.

Y, con el paso de la procesión, la noche avanza camino de un sábado riguroso. Con unas grandes tenazas nos es necesario desclavar de la cruz el cuerpo frío de Cristo; desde el paso de la Congregación del Venerado Cuerpo de Jesucristo en El Descenso de la Cruz, con una pieza de tela blanca Nicodemo y José de Arimatea procederán con fervoroso cuidado a bajarlo de la cruz. Allí mismo, María, La Piedad, de los miembros jóvenes de gremio de agricultores, sentirá como siete espadas de dolor atraviesan su cuerpo. María, con la mirada perdida en el cielo, del brazo de San Juan, y Magdalena, echarán la vista atrás con un último gesto de esperanza en El Regreso del Calvario de los “Maginets” de Barcelona. Después, los pescadores y marineros del Serrallo, amortajarán a Jesús en El Santo Entierro.

Todavía los campesinos más viejos nos ofrecerán la última visión de Jesucristo, ahora más solo que nunca, en El Santo Sepulcro, antes de que definitivamente se cierre la lapida y, también sola, con los ojos chispeantes de tristeza, La Soledad de María ponga punto y final a la procesión.

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Al anochecer del sábado, La Soledad de María volverá a recorrer las calles de la Parte Alta en la última procesión de la Semana Santa tarraconense.

Podríamos detenernos horas y horas en cada una de las escenas revividas en nuestras procesiones de Semana Santa, repasar aún más todos los gestos, las miradas, las palabras de estas mudas, estáticas y frías figuras de escayola, páginas de una historia sagrada que aprendimos de niños en una catequesis vivida de cerca. Me gustaría llevar de la mano a todos los lectores de estas líneas para explicarles las excelencias de nuestra Semana Santa, pero sólo sus imágenes dirán mejor que yo lo que no puede explicarse con palabras.

Hay que esperar que el amor que todos sentimos por nuestras Semanas Santas, nos haga mantener el espíritu que inspira una tradición empapada de la más pura de las manifestaciones de religiosidad popular.

Joaquín Juliá Panadès Presidente de la Asociación la Salle de Tarragona

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“CAPIROTAZOS” y “OVACIONES” Nota de la Redacción: El contenido de esta sección es resumen de lo expresado públicamente por los asistentes a la reunión celebrada el 30 de Abril de 2007. El Capirote no se identifica necesariamente con estas opiniones.

El día 30 de Abril de 2007, celebramos nuestra acostumbrada reunión pública para realizar balance de la reciente Semana Santa. Los socios de la institución invitaron a participar a todos los cofrades, solicitándoles opinión respetuosa y alternativas a los problemas que deben afrontar nuestras hermandades, para lograr cumplir cada año más eficazmente su testimonio de fe pública. Como es costumbre, se utilizaron los populares “Capirotazos” y “Ovaciones”, figuras que pretenden marcar lo menos afortunado y lo más acertado de la celebración pasionista.

Fue mucho lo comentado a lo largo de las más de dos horas y media de reunión y también lo que quedó para otro debate. He aquí la opinión de los cofrades que asistieron a esta cita: Como ya se vaticinaba, y a pesar de no poder procesionar por culpa de la lluvia, las mayores “Ovaciones” fueron destinadas a alabar las iniciativas valientes que este año nos tenía preparadas la hermandad de la Columna. La decisión trascendental de portar su nuevo paso a la manera tradicional, sustituyendo las andas por costaleros, proporciona a la hermandad una imagen más uniforme, a la vez que más fiel a nuestra historia cofrade. Al mismo tiempo, la composición del misterio, con varias figuras, y la forma de andar del paso, aportan un mayor nivel de emotividad del que disfrutaremos todos. A esto se une la práctica instauración, en sólo dos años, de sus nuevos hábitos de nazareno. Todo un hito, que viene a demostrar lo que la coherencia y el tesón pueden lograr en este relevante aspecto de la uniformidad y que debería hacer meditar a otras hermandades sobre el asunto. Nos constan iniciativas importantes en otras cofradías que esperamos ilusionados se hagan realidad en los próximos años. Muy del gusto de nuestros cofrades fue igualmente el traslado multitudinario y sentido que el mismo Miércoles Santo realizó la Virgen de las Lágrimas a su Casa de Hermandad.

Elogiados también fueron los acontecimientos vividos dentro de los templos ante la imposibilidad de salir de muchas hermandades. Valores como la solidaridad, la profunda religiosidad, la emoción e incluso la espectacularidad, fueron puestos en valor en actos que llenaron, en buena manera, el vacío provocado por la ausencia de nuestras procesiones.

Algunos ejemplos fueron mencionados especialmente, como el protagonizado por la hermandad del Calvario o el emotivo instante en el que las horquilleras de la Virgen de la Trinidad pudieron portar el trono de Jesús del Rescate y mecerle por vez primera algunas marchas. También la recuperación del miserere “chico” en la hermandad de “El Paso”, tras su desafortunada desaparición en 2006, como también la recuperación y exposición de la antigua túnica del Nazareno, por su evidente importancia artística Las ovaciones continuaron valorando positivamente la posición de las cofradías que decidieron suspender la estación de penitencia, incluso aquéllas que pudieron tener más dudas ante el imprevisible estado del tiempo. En cuanto a las que decidieron salir, destaca por méritos propios las hermandad de “Las Escuelas”, en alza en estos últimos años.

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También gustaron el nuevo horario e itinerario de la Buena Muerte, y se distinguió con gran ovación a la cofradía del Descendimiento por el imponente saludo que hizo a estas dos congregaciones al paso por su bella y recién estrenada Casa de Hermandad. A la penitencial de la Caída, bastante criticada como veremos en otros aspectos, se aplauden, no obstante, la habilidad y decisión del capataz del paso de Cristo, que precipitó su llegada a la Catedral evitando el chaparrón, así como, la compostura general del guión de nazarenos ante la lluvia.

Igualmente fue muy alabado el tremendo esfuerzo de los costaleros de la Virgen de Gracia y Esperanza de esta Hermandad, y la actitud solidaria de los de Jesús de la Caída, que bajaron a ayudar y animar a sus compañeros, tejiendo entre todos uno de los momentos más emotivos e intensos de la Semana Santa.

Por lo demás, bellos y numerosos detalles, como por ejemplo el sudario que se entrelazaba en los brazos del Cristo, en la Piedad de las Angustias. Se hace notar el esfuerzo de nuestras cofradías por mejorar el exorno de los pasos y las vestimentas de nuestras dolorosas. Este año destacan, el original tocado de la Virgen de los Dolores del Santo Entierro o el arreglo de la Trinidad. Muchos otros quedaron en el tintero por falta de tiempo, pero seguro que formarán parte del elenco de detalles o acontecimientos del Premio “Ovación de Gala” de 2007 de “El Capirote”.

El sentir general de los presentes, como creemos del resto de la mayoría de los cofrades, es que la Semana Santa va a más, que las hermandades se afanan en superar los atisbos de estancamiento de los últimos años y que existe un imperante espíritu de renovación y de escoger nuevas opciones sino han funcionado las anteriores. Todo menos volver a la pasividad. Este año tan especial, nuestros mayores han podido ver de cerca, en los templos, a las imágenes en sus pasos y vivir bellos momentos junto a los más jóvenes y vitales. Las cofradías han vuelto a llenar de esplendor y religiosidad una cada vez más densa y vivenciada Cuaresma. Nuestra fe pugna con brío frente a quienes intentan acallarla, lazos blancos mostraron la repulsa pacífica de los católicos a los insultos y desprecios de vacíos y desacreditados personajes, faltos de originalidad y de sentido común. Muy alabados todos los pregones, especialmente el del Costalero, cuyo protagonista, presente en la reunión, recibió el homenaje de todos. También el de “Baezaforos.com” al que algunos auguran un venturoso futuro. Para finalizar, dos acontecimientos de meridiana importancia: en primer lugar el Vía Crucis penitencial del Viernes de Dolores, organizado por la Agrupación Arciprestal de Cofradías y la Hermandad del Huerto, acto de gran impacto y participación, vivido alrededor de un Señor de la Oración que calaba hondo en los corazones baezanos. El otro, la publicación del libro “Semana Santa en Baeza” de nuestro compañero y colaborador Pedro Narváez, editado por el Ayuntamiento de esta ciudad y presentado en el Paraninfo de la Antigua Universidad, en un acto de enorme calado cultural y cofrade. La obra es un compendio fotográfico que muestra la realidad de nuestra pasión por la Semana Santa y la sensibilidad de uno de los profesionales que más ha aportado a su difusión y embellecimiento en los últimos años.

Pero, como todo no puede ser perfecto, y “El Capirote” ha de ser notario de cuanto creemos es preciso mejorar, los cofrades también aportaron sus opiniones o “Capirotazos” a lo más negativo de esta Semana Santa de 2007. Este es el resumen de lo expuesto: Por supuesto dentro de lo previsible, las críticas más numerosas fueron a parar a las tres hermandades que decidieron salir procesionalmente, a pesar del riesgo de lluvia, y no tuvieron demasiada suerte. página 56

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Comenzando por la Cofradía de la Santa Cena, lo que más se critica no es la de por sí arriesgada decisión de la salida. Se censura a la hermandad, el recrearse ante la intensa lluvia que la sorprendió, prácticamente en la salida, en lugar de realizar una maniobra mucho más rápida de vuelta al templo. Ciertamente fueron instantes de gran belleza y emotivo apoyo popular, la banda de Las Penas de Úbeda aguantó con gran profesionalidad, lo que a la postre le costó que se estropeasen los plumeros de sus cascos. Cuando finalmente el paso entró en la Catedral e inexplicablemente se cerraron las puertas, dejando a gran parte de los nazarenos y los propios músicos fuera, se vivieron momentos de gran tensión. La general y ostensible falta de previsión y organización de la mayoría de hermandades y responsables de los templos, ante las previsibles avalanchas de público a las iglesias, ha sido uno de los hechos más censurados y criticados de la Semana Santa.

En cuanto a la Hermandad de la Caída, las críticas se acentúan por la tardanza en la toma de decisiones, a la vista igualmente de previsiones de lluvia para las últimas horas de la noche, y su parsimonia, tanto en la salida, como en algunas inoportunas saetas. Se insiste por nuestros cofrades en que las hermandades deben evitar, en lo posible, los retrasos por causa de las saetas, manteniendo los pasos andando si el caso lo requiere. Se censuró por el hecho al capataz de Gracia y Esperanza, presente en la reunión, que defendió su postura ante la imposibilidad de aligerar más el paso sin riesgo para los costaleros y alabando el enorme esfuerzo que éstos hubieron de realizar. Por último, también se cuestionó la ausencia de plásticos para cubrir ambos pasos.

La Expiración decidió salir a la calle ante una inicial ausencia de lluvia y unas previsiones de mayor estabilidad conforme avanzara la tarde. La hermandad retrasó por ello su salida. Sin embargo, la presencia de la lluvia, con el Cristo justo en la puerta de San Pablo, debió, a juicio de nuestros contertulios, haber llevado a la suspensión de la procesión. Tanto las formas en la toma de decisiones, dando participación a numerosos hermanos, ajenos a la Junta de Gobierno, como el peligro de continuar ante la evidencia de mal tiempo, fueron muy censurados.

Las críticas tanto a la Caída como a la Expiración se enfatizan al tratarse de dos imágenes de enorme valor artístico, lo que siempre ha de tenerse en cuenta antes de asumir excesivos riesgos.

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En el apartado ya puramente procesional, el mayor número de “capirotazos”, abundando en la opinión de otros años, fue para el desfile de la hermandad del Resucitado.

La innegable falta de cuidado en las túnicas y la escasez de éstas, la proliferación de capuchas y zapatillas de deporte, el excesivo número de bandas para una cofradía de escaso guión, la situación de las presidencias, “sin túnica”, del resto de hermandades, (detrás en lugar de delante del paso), el desangelado itinerario por el Egido o el anacrónico trono, otorgan a esta hermandad una impronta pública poco acorde a la importancia de la Procesión Oficial de la Resurrección de Cristo. Se anima no obstante, a la Junta de Gobierno, que se esfuerza durante todo el año, muy especialmente en las Cruces de Mayo, para que tome cartas en estos asuntos y obtengan un nuevo impulso. Todos los cofrades presentes se mostraron dispuestos a apoyar y colaborar con la hermandad y, por supuesto, “El Capirote” lo está desde siempre.

En el capítulo lamentablemente obligado de la falta de uniformidad y cuidado de los hábitos de los penitentes, se insiste en la crítica a algunas otras cofradías que tampoco están haciendo mucho al respecto. En esta ocasión se mencionan con claridad a la “Borriquilla”, el Huerto, la Fervorosa o el Santo Entierro. Se da un toque de atención también al resto de congregaciones para que persistan en sus esfuerzos, y se hace un llamamiento a los cofrades para que cumplan con lo establecido en los estatutos y normas de régimen interno de sus cofradías.

En otro orden de cosas, y para finalizar, se comentó extensamente, la desvinculación de varias penitenciales de sus sedes conventuales. La crítica se centró en la falta de perspectiva de las dirigentes de nuestros cenobios de clausura, que ha provocado la salida, por ejemplo, del Descendimiento, de San Antonio, y que están forzando a hermandades como la Caída o la Buena Muerte a buscar alternativas que les permitan desenvolverse con mayor libertad. En una ciudad como Baeza, cuya mayoría de congregaciones anteriores al siglo XX fueron fundadas a expensas de órdenes de religiosas, y ante la conveniencia de que nuestras religiosas estén integradas lo más posible en la sociedad, es una pena que estas decisiones no hayan discurrido por caminos distintos, tal vez aún estemos a tiempo de salvar lo que queda.

El Capirote

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ESENCIAS COFRADES por Sebastián Cabrera Checa EL OLIVO, TESTIGO DE LA PASIÓN Al principio Dios creó el cielo y la tierra… el Génesis así lo proclama y nosotros lo creemos.

Fruto de la tierra, de nuestra bendita tierra de Jaén, que Dios creara, al igual que todo el Universo infinito, para saciarnos de sus bondades y su belleza: el olivo milenario, que plantado por los hombres para obtener de su fruto el sustento de sus casas, cubre orgulloso y gallardo nuestros campos con sus airosas ramas de verde y plata, convirtiéndose en mudo notario de nuestra historia pasada.

El Olivo, árbol noble, que esconde oro dorado en sus entrañas. Símbolo de paz sus ramas. Retorcido su tronco de aguantar fatigas, como la rugosa piel de los curtidos hombres, que en otros tiempos lo alzaran. Dichoso por ser compañero de alegrías y desesperanzas.

Humilde y digno testigo de la Pasión del que hace más de dos mil años, en Betania, al otro lado del Torrente del Cedrón, en un huerto y tras la cena donde su cuerpo y su sangre nos dejara, cayera de hinojos en la tierra austera, para padecer como verdadero Hombre el tormento que después de un traicionero beso le aguardaba.

Tú, árbol viejo, no te dormiste aquella noche como Santiago, Juan y Pedro. Fuiste discípulo fiel, que acariciabas con dulzura los fuertes hombros del Maestro, cuando el viento suave mecía tus ramas y tus hojas, al par que despeinaba su hermosa y larga cabellera.

Tú, velaste esa noche trágica, de negro y luna, junto a Jesús Nazareno, que roto y sabedor de su cruento destino, derramaba a borbotones sangre, sudor y lágrimas, clamando al Padre del cielo no padecer el postrero e infame tormento, que culminaría por voluntad propia y divina en el desnudo Monte de la Calavera.

Tú, contemplaste extasiado también al plácido y alado ángel, que del cielo descendió mansamente para ofrecerle generoso el cáliz de la amargura, que tuvo que recoger con sus manos temblorosas para redimir a los hombres de todos los pecados del mundo.

Tú, en fin, eres particular esencia de este Getsemaní baezano, que quiere revivir cada año el misterio profundo de esa desesperada Oración del Señor en el Huerto de los Olivos, cuando con primor, los cofrades te escogen entre los muchos que se alzan en nuestros vastos campos de olivares, para sacar tus raíces de la tierra nuestra, y después, plantarte hermoso, altivo y enhiesto, en un cuidado altar de rojos y morados, entre tenues velas, la noche de Domingo de Ramos, convirtiendo la escena, en sobrecogedora atardecida de costaleros y encajes, de azules y terciopelos, en la que te eriges con justicia en dignísimo privilegiado. Y

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así, entre un silencio sonoro que estremece, poder rememorar al modo de Baeza, nuestro singular pasaje del Evangelio. ¡Bendito seas por siempre, olivo! porque tú, árbol bueno, siempre serás parte de nuestro ser y consolarás a Cristo la noche que diga convencido en nuestro pueblo: “Padre, si quieres aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya…”

Y a la luz de la luna clara, en la noche de templada primavera y entre el incienso y los cirios, los baezanos, comprenderemos al contemplar la procesión, el eterno amor, que Él, nos brinda para siempre.

(Dedicado a los hombres y mujeres que cada año cogen un olivo para ponerlo en el paso del Señor de la Oración en el Huerto, para hacernos más comprensible y real este misterio).

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“LA TRABAJADERA” Agradezco al presidente de la Tertulia Cofrade “El Capirote” la invitación que me hace para escribir unas letras en este boletín, conmemorando el 20º Aniversario del Pregón del Costalero. Yo fuí uno de aquellos primeros pregoneros y de ese día guardo un grato recuerdo y al mismo tiempo un gran terror pues fueron muchos los nervios sufridos por la responsabilidad del acto. Era demasiado joven; no obstante, reconozco que dentro de la dificultad que suponía era mayor la ilusión de poder contar aquellas primeras experiencias inigualables que se vivieron en todas las cofradías que tomaban la difícil decisión de sustituir el artilugio de las ruedas.

Entonces no se decía en Baeza nada más que el Pregón de Semana Santa y, por tanto, fue una nueva iniciativa que, quizás, en sus inicios no fuera bien acogida, pero que a lo largo de los años se ha consolidado como un acto más de nuestra Semana Santa. Es de agradecer a la Tertulia “El Capirote” que cogiera el testigo en su momento y que lo haya mantenido y potenciado. Hace 20 años que se dijo el primer Pregón del Costalero.

Precisamente lo pronunció quien en parte fue responsable de esa revolución en la que la mayoría de las cofradías volvieron a sus inicios, cambiando el artilugio de las ruedas por unas parihuelas para llevar a sus titulares. Me refiero como todos sabéis a D. Rafael RodríguezMoñino Soriano (QEPD).

Por aquel entonces era presidente de la Asociación Cultural Baezana D. José Manjón y Rafael, uno de sus miembros más activos. Desde la ACB se llevaron a cabo multitud de actividades, muy importantes para la ciudad, siendo esta asociación la que organizó aquel primer Pregón del Costalero y Rafael, quien lo pregonara. Sin lugar a dudas, fue uno de los pregoneros más cualificados. De todos es conocida la influencia que su persona produjo en nuestra ciudad, especialmente entre la gente joven.

Yo no tuve la suerte de ser alumno de Rafael y me hubiera gustado, pues me consta que, lo mismo que ilusionaba a todos los jóvenes sobre la manera de procesionar a nuestras imágenes, en el Instituto, sus alumnos demostraban el mismo entusiasmo aprendiendo su asignatura de Historia, convirtiéndose así en uno de los profesores más recordados y de más relevancia de la historia reciente de nuestro Instituto Santísima Trinidad. Hasta tal punto influyó entre los jóvenes de Baeza que podemos decir que hay un antes y un después desde la llegada de Rafael, sobre todo en lo que a Semana Santa se refiere. Fueron famosas sus tertulias, rodeado siempre de gente joven, a las que en alguna ocasión tuve la suerte de asistir.

Desde entonces han sido muchas las personas que han pregonado al costalero y casi todos han ensalzado la figura de este gran Cofrade que será recordado siempre como impulsor de una nueva Semana Santa en la que el costalero ha cogido un protagonismo tan importante que ya forma parte de ella como uno de los elementos mas admirados e imprescindibles. Casi todas las cofradías han vuelto a portar a sus titulares a hombros.

Considero que si alguna cosa debemos achacarnos es sin duda no habernos puesto de acuerdo para hacerlo todas de la misma manera, es decir, haber escogido entre horquilleros, Cuaderno Cofrade núm. 5. Año 2008

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portadores o costaleros. Pues creo que en muy pocas ciudades se dan todas las variedades de portar a los titulares. En aquel momento hubiera tenido solución. Ahora ya no.

De cualquier manera, se trata de quitar esa frialdad de las ruedas y dar mayor calor a nuestros pasos, dotando de más plasticidad y emoción a las representaciones de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.

Son muchas las personas que influyeron e intervinieron activamente en esa transformación, una de ellas, sin duda la más importante para la cofradía de la Vera-Cruz, fue mi padre, Fernando Lucena Gámez, al que quiero dedicar estas líneas. Cuando se decide dar el paso, el tendría unos 56 años y nosotros todos unos chavales. En él encontramos el apoyo que necesitábamos para tomar la delicada decisión de remodelar aquel trono del que siempre estábamos orgullosos y que tanto sacrificio supuso para su generación. Nos animaba a asistir a los ensayos nocturnos y nos daba las primeras nociones de cómo se llevaba a hombros un paso. Aún recuerdo sus órdenes a través del micrófono y el altavoz que teníamos situado en el interior de la canastilla.

Como en multitud de ocasiones que tenemos en la vida, nos damos cuenta del valor de las cosas cuando no las tenemos. Son muchos los momentos en que echo de menos a mi padre, desde que muriera hace más de cinco años, pero sin lugar a dudas cuando más lo recuerdo es en estas fechas, en los ensayos, preparativos, y sobre todo en la procesión. Creo que los hijos no demostramos suficientemente a nuestros padres nuestro cariño o al menos no les decimos en ocasiones lo que les queremos. Sirvan estas líneas para recordar a todos los hijos que digan a sus padres de vez en cuando cuanto se les quiere. A mi me sucedió lo mismo y ahora lamento mucho no poder decírselo a él en persona. Desde aquí, en lo mas profundo de mi corazón, le mando un beso, con un… ¡Te quiero papá!

Quiero recordar también a aquellos costaleros que se nos fueron en plena juventud, José Luis Martínez, Francisco Cabezas y Manolo Dieguez, todos ellos tuvieron su puesto como costaleros y cofrades entregados y forman ya parte de la historia de este colectivo que año tras año dedica ese pequeño esfuerzo en dar movilidad a las imágenes inmóviles y estáticas que representan la Pasión de Jesús y que tan arraigadas están en esta nuestra querida Baeza.

Por último quiero expresar mi gratitud a todas las personas que de una manera u otra colaboran en nuestra Semana Santa, en la mayoría de los casos quitándole tiempo a sus momentos de descanso. Quiero pedirles a todos, y especialmente a los costaleros, que hagan un esfuerzo y participen de todos los actos programados por sus cofradías y sobre todo que asistan a los actos litúrgicos del Jueves y Viernes Santo y como no, al más importante de todos, la celebración de la Pascua de Resurrección.

Francisco Lucena Parrilla Capataz del paso de Ntro. Padre Jesús Nazareno de la Vera Cruz

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NAZARENO DE VERA Cuaderno Cofrade núm. 5.CRUZ Año 2008 Foto: Juan José Cózar Álvarez

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CRUZ DE GUÍA LA PASION DE CRISTO Y EL DOLOR HUMANO Cuando escribo este pequeño artículo estoy a unas horas de distancia para entrar en el quirófano. Confieso que cuando se siente de cerca el dolor, se está más en condiciones de entender el dolor ajeno.

Los sacerdotes, acostumbrados a visitar enfermos, a asistir a moribundos, a ver de cerca el dolor de quienes pierden un padre, una madre, un hijo… vemos de cerca el dolor ajeno, pero es distinto cuando el dolor se ceba en nosotros, el dolor físico o moral. Por eso entendemos mejor el dolor de los demás, cuando tenemos que dar consuelo a aquellas personas que sufren. El Señor nos ha hecho del mismo barro que a los demás y nos cuesta aceptar el sufrimiento.

Algunos piensan que el sufrimiento es un castigo de Dios o una consecuencia del pecado. Cuando Jesús curó al ciego de nacimiento los apóstoles preguntan a Cristo: “¿Quién pecó este o sus padres para que naciera ciego?” Jesús contestó; “Ni este pecó ni sus padres, sino para que se manifiesten en él las obras de Dios”.

No cabe duda que nuestro propio dolor nos acerca más al dolor y al sufrimiento de Cristo. Estos días vamos a recordar, una vez más, el drama del Calvario. El cuerpo de Jesús es un retablo de dolores. A la vista de Cristo hecho un guiñapo, convertido en un cuerpo inerte bajado de la Cruz y confiado a su Madre; a la vista de ese Jesús destrozado, se podría concluir que esa escena es la muestra más clara de una derrota. ¿Donde están las masas que lo seguían, y el Reino cuyo advenimiento anunciaba? Sin embargo, no es derrota, es victoria: ahora se encuentra más cerca que nunca del momento de la Resurrección, de la manifestación de la gloria que ha conquistado con su obediencia.

Estos misterios del dolor y sufrimiento de Cristo los vamos a recordar de un modo especial en estos días de Semana Santa. ¿No sería esta una buena ocasión para hacer un examen serio de nuestra vida, para ver si se adapta a las exigencias de Cristo?

Pensar en la muerte de Cristo se traduce en una invitación a situarnos con absoluta sinceridad ante nuestro quehacer ordinario, a tomar en serio la fe que profesamos. La Semana Santa, por tanto, no puede ser un paréntesis sagrado en el contexto de un vivir movido sólo por intereses humanos: ha de ser una ocasión de profundizar en la hondura del Amor de Dios, para poder así, con la palabra y con las obras, mostrarlo a los hombres. Pero el Señor determina condiciones. Hay una declaración suya, que nos conserva San Lucas, de la que no se puede prescindir: “Si alguno de los que me siguen no aborrece a su padre y

madre, y a la mujer y a los hijos, y a los hermanos y hermanas, y aun a su vida misma, no puede ser mi discípulo” [Lc XIV, 26.]. Son términos duros. Ciertamente, ni el odiar ni el aborrecer castellanos expresan bien el pensamiento original de Jesús. De todas maneras, fuertes fueron las palabras del Señor, ya que tampoco se reducen a un amar menos, página 64

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como a veces se interpreta templadamente, para suavizar la frase. Es tremenda esa expresión tan tajante no porque implique una actitud negativa o despiadada, ya que el Jesús que habla ahora es el mismo que ordena amar a los demás como a la propia alma, y que entrega su vida por los hombres: esta locución indica, sencillamente, que ante Dios no caben medias tintas.

Se podrían traducir las palabras de Cristo por amar más, amar mejor, más bien, por no amar con un amor egoísta ni tampoco con un amor a corto alcance: debemos amar con el Amor de Dios.

Me gustaría recordar que: “Ser cristiano no es título de mera satisfacción

personal: tiene nombre -sustancia- de misión. Ya antes recordábamos que el Señor invita a todos los cristianos a que sean sal y luz del mundo; haciéndose eco de este mandato, y con textos tomados del Antiguo Testamento, San Pedro escribe unas palabras que marcan muy claramente ese cometido: Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio real, gente santa, pueblo de conquista, para publicar las grandezas de Aquel que os sacó de las tinieblas a su luz admirable [1 Pet II, 9.].

Ser cristiano no es algo accidental, es una divina realidad que se inserta en las entrañas de nuestra vida, dándonos una visión limpia y una voluntad decidida para actuar como quiere Dios. Se aprende así que el peregrinaje del cristiano en el mundo ha de convertirse en un continuo servicio prestado de modos muy diversos, según las circunstancias personales, pero siempre por amor a Dios y al prójimo. Ser cristiano es actuar sin pensar en las pequeñas metas del prestigio o de la ambición, ni en finalidades que pueden parecer más nobles, como la filantropía o la compasión ante las desgracias ajenas: es discurrir hacia el término último y radical del amor que Jesucristo ha manifestado al morir por nosotros.”

Me gustaría tener fuerza en mis razonamientos para poder convenceros de que estos días de Semana Santa no se vaya toda la fuerza en la preparación de los tronos, en conseguir unos desfiles procesionales lucidos, o en un sentimentalismo que no compromete, en la cantidad de horas que dedicáis cada año en buscar fondos para vuestras cofradías. Se que hay muchos cofrades buenos, a quienes hace mucho bien la convivencia de estos días y a lo largo del año en vuestras respectivas sedes; pero si añadís algo más, si buscáis algún rato para poneros delante del Sagrario, releyendo pausadamente la pasión que narran los cuatro evangelistas, y si termináis en una buena confesión entenderíais mejor el sentido de la Semana Santa. Pido al Señor para que estos deseos míos se hagan realidad.

Juan Párraga Barranco Canónigo de la Santa Iglesia Catedral

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“EL PASO” Foto: Pedro Narváez Moreno

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EXPIRACIÓN Cuaderno núm. 5. Año 2008 Foto: Isabel Cofrade Cruz Martínez

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EL ARTÍCULO EL EMBLEMA DE “EL CAPIROTE” NUESTRO PRIMER CARTEL DE SEMANA SANTA Queridos lectores, traemos hasta nuestras páginas en este Cuaderno Cofrade del X Aniversario de “El Capirote”, el texto de presentación del primer cartel que la tertulia editó con motivo de la Semana Santa. Fue en 1999, cuando aún no había transcurrido el primer año de andadura de la asociación y se realizó con los escasos medios de que disponíamos.

Seleccionamos nuestro propio logotipo o emblema como motivo principal de este cartel.

Aquel fue un año distinto para la Semana Santa cuyos desfiles procesionales se vieron alterados con motivo de la retransmisión que TVE hizo de los mismos el Jueves y Viernes Santo. A pesar de los años transcurridos, el texto que les ofrecemos es plenamente actual y expresa en gran manera la esencia y el espíritu que ha inspirado a la asociación durante estos 10 años. El protagonista del mismo y autor del dibujo que sirve de emblema a “El Capirote”, José Francisco Garrido Lemus, es socio fundador de la tertulia y un cofrade de pro que hoy, alejado de Baeza y en tierras irlandesas, sigue haciendo patria y difundiendo nuestras tradiciones con la fortaleza que le proporcionan sus convicciones y su fe.

El acto se desarrolló el día 21 de Marzo, 5º domingo de Cuaresma, a mediodía, en la antigua Casa de Hermandad de la Vera Cruz, en las estribaciones de la calle de San Cristóbal.

“Señoras y Señores: Como no podría ser de otra manera, mis primeras palabras deben ser expresión de agradecimiento.

En primer lugar, a todos los aquí presentes por su amabilidad al asistir a esta presentación. Pero no en menor medida a D. Damián Cruz Martínez, que en representación de la tertulia me ha dado la posibilidad de hacer la presentación de su primer cartel de semana santa. Una tarea ésta a la que nunca antes me había enfrentado, y que cuando me puse a considerar, estimé que no tenía más que un punto de partida : sólo podía comenzar narrando la gestación de este cartel. Así pues, había que hacer, aunque mínima, una crónica de su nacimiento ; y según creo, ésta no puede ser otra que la de su propia editora : la tertulia cofrade "El Capirote". Una tertulia que estrictamente hablando aún no ha cumplido un año, y que hoy jalona su todavía breve existencia con la celebración de su quinto encuentro.

Sin embargo, en honor a la verdad, no podemos contentarnos con estos someros datos, pues "El Capirote" ha existido antes de "El Capirote". No queridos amigos, no se trata tan sólo de un juego de palabras, lo que quiero decir es que esta realidad sólida y titulada que es hoy, ha acompañado de un modo más o menos consciente, más o menos difuso, la vida entera de quienes hoy la alientan. Todos ellos, y omito sus nombres por ser de sobra conocidos y porque no quiero incurrir en el olvido de ninguno, han tertuliado (permítaseme la expresión), han conversado en tomo a la semana santa desde que tienen uso de razón, o al menos, desde que yo puedo recordarlos. Allí ya estaba "El Capirote". Sólo necesitaba de la madurez de los acontecimientos y de las vidas de sus integrantes, para alcanzar la prometedora forma bajo la cual hoy lo conocemos.

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Pero, como es natural, tanto las personas como los tiempos han pasado por diversas etapas para llegar hasta aquí. Probablemente, por mi residencia foránea no soy yo quien mejor las conoce, pero aun a riesgo de ser inexacto me permito (desde mi forzada lejanía) recordar por lo menos dos: aquellas tertulias, míticas para mí que nunca pude asistir a ellas, en casa de D. Rafael Rodríguez-Moñino, y aquéllas otras que en tiempo de Cuaresma ha venido promocionando la Asociación Cultural Baezana. En ellas y a través de ellas, se ha ido cuajando la realidad de esta tertulia cuyo primer cartel de semana santa ve hoy la luz.

Ahora bien, ¿qué puedo yo decir con objetividad de este cartel, puesto que soy su autor material?

Realmente nada o casi nada. De modo que, cualquier juicio crítico sobre él, tengo forzosamente que dejarlo en manos de todos ustedes. Por mi parte debo limitarme aquí a dejar constancia de su origen y de sus intenciones.

En cuanto al primer punto, el del origen de esta imagen, he de precisar que no me corresponde enteramente la autoría del concepto. Este dibujo, y no es el primero, salió de las ideas que para tal fin me propusiera mi amigo Damián. Así es, pasada la Semana Santa de 1998, cuando quienes hoy impulsan esta tertulia deciden echarla oficialmente a andar dentro del mundo cofrade baezano, Damián tuvo la deferencia de dirigirse a mí para que me hiciera cargo de diseñar la imagen gráfica que la representara. Del consiguiente intercambio de ideas surgió este dibujo concreto, que desde entonces, y como todos ustedes saben bien, ha venido anunciando en nuestra ciudad los distintos encuentros cofrades promovidos por "El Capirote".

Llegamos así al segundo punto de los que me proponía más arriba: ¿cuales son las intenciones que han llevado a la elección y diseño de este dibujo y no de otro? ¿Qué es lo que queremos mostrar a través de él? La respuesta ya la tendrán ustedes en su mente: la Semana Santa de Baeza.

Creo poder hablar en nombre de cuantos sienten esta tertulia como suya, diciendo que de eso se trataba entonces, cuando este proyecto se puso en marcha, y que de eso se trata ahora, cuando se decide hacer público este primer cartel anunciador de nuestra Semana Mayor. En ambos casos se ha hecho una llamada dirigida al mundo cofrade baezano en su conjunto. Llamada para reunimos físicamente, pero sobre todo, llamada para alcanzar la unión viva y real de los cofrades de Baeza. Así pues, se ha querido presentar una imagen con la que todos se sientan identificados: como un estandarte único bajo el que cualquiera de nosotros, más allá de nuestras queridas cofradías particulares, pueda profesar y profese su principal adhesión a la Semana Cuaderno Cofrade núm. 5. Año 2008

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Santa de todos. Y es que aquí queremos evitar que pueda hacerse realidad el dicho latino: unus christíanus, nullus christíanus. Es decir, que un cristiano solo, no es cristiano; o lo que es lo mismo: sólo se es Iglesia en comunidad.

Pues bien, del mismo modo, no se puede ser cofrade, o al menos esa es mi opinión, encerrado en los límites, a la postre estrechos, de ninguna cofradía. Y mucho menos de cualquier reducido conciliábulo. Por eso, desde el primer momento, ya se intentó en esta tertulia estar abiertos sin excepción a todos los cofrades y a todas las cofradías. Este espíritu de diálogo, de comunicación fructífera, es el que quisimos reflejar en este grupo de nazarenos que deteniendo un instante su itinerario de penitencia, conversan prestándose mutua atención. Este diálogo será, con toda seguridad el modo de fortificar el ánimo y la convicción cofrades, y a él somos todos invitados a través del nazareno de la izquierda, que sosteniendo su farol mira al frente en busca del espectador, de ese cofrade al que quiere servir de puente, de introductor a esta tertulia de todos.

Pero además, tratamos de completar el traslado a una imagen plástica de esa intención de acogida total, utilizando el aspecto del nazareno que hoy se nos aparece como el más tradicional en Baeza: el de la túnica de bocamangas, el peto, el escudo al pecho y, porque no, el capirote. Y es que, a pesar de que muchos pensábamos lo contrario, no es la pañoleta o capucha tan propia de nuestros hábitos de penitencia, ya que tempranas mentes históricas de las cofradías baezanas designan claramente al capirote como la pieza que ha de cubrir el rostro de la mayoría de nuestros penitentes.

Así pues, presentamos una imagen del nazareno para nosotros corriente, casi vulgar por repetida.

Pero que por eso mismo, nos reúne en torno a un estilo que ha sido, y en mucha medida sigue siendo, representativo de las cofradías de nuestra ciudad. Un estilo de vestirse el nazareno, que en contraposición no está tan extendido como otros modelos, y que por tanto, dota de un positivo valor de especificación a este casi logotipo de la tertulia, cara a la nueva función de anunciar la Semana Santa de Baeza, que ha adquirido a través de este cartel.

Pero si queremos encontrar el signo definitivo e incontestable de Baeza en este cartel, ése es sin duda la catedral. La catedral que vigila y ampara el caminar de estos nazarenos. La catedral que, a lo lejos, parece agradecida por la visita que le haya rendido, en su estación penitente, este hipotético guión de nazarenos baezanos. La catedral, que hoy por hoy (y ésta es exclusivamente mi personal opinión) no está suficientemente bien tratada por nuestras cofradías: unas la ignoran en sus estaciones de penitencia, otras la utilizan como final de sus itinerarios, privando de este modo a sus respectivos templos de un momento cofradiero tan intenso y que tan fuertemente ayuda a la identificación del cofrade con su iglesia, como es el regreso al templo, como es encerrarse "en su casa". Y sin embargo, casi ninguna de nuestras queridas cofradías hace esa visita cortés y amorosa, si se me permite, a la catedral. ¡Qué hermoso acto cofrade esa visita al templo mayor! A la "cátedra" del obispo (cabeza de nuestra Iglesia diocesana), al signo más elocuente de los siglos de cristianismo vividos en Baeza desde la Fe, la Esperanza y la Caridad. Virtudes Teologales que deben ser el norte de nuestras cofradías tanto en su vida diaria, como en la organización y desarrollo de sus respectivas estaciones de penitencia. Por todo ello, abogo una vez más por una reflexión seria en torno a este punto, que considero tan importante y tan descuidado en nuestra actual Semana Santa. Su historia, muy al contrario, nos ofrece abundantes ejemplos de procesiones planteadas como un itinerario penitencial que buscaba, en la visita a los templos, la manifestación de la necesidad salvadora de Cristo presente en ellos de modo tan especial.

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Además, los cofrades de Baeza vamos a hacer de la catedral en la Semana Santa de 1999, una protagonista pasiva e impropia. Estoy hablando de lo que es para mí el tristísimo acontecimiento central de esta próxima Semana Mayor: las retransmisiones procesionales de TVE que tendrán a nuestro templo mayor por punto central. Soy consciente de que mi parecer es contrario al de la mayoría, pero honestamente no debo callarlo, aunque cuadre mal con el tono encomiástico que se espera de un discurso como éste o pueda interpretarse como un abuso de la confianza que "El Capirote" ha depositado en mí.

Ahora, no tengo más remedio que explicar a todos ustedes, siquiera brevemente, el porqué de mi opinión negativa sobre este particular asunto: me entristece porque revela una vez más, en mi opinión, que los cofrades baezanos seguimos sin tomarnos en serio a nosotros mismos y lo que aún es más grave, sin tomar en serio ni nuestras propias cofradías ni nuestras propias devociones. Pues si las cofradías hacemos por las calles de Baeza una salida en la Semana de Pasión, es en Estación de Penitencia, o al menos así está prescrito en nuestros Estatutos, aquellos que con tanta diligencia nos hicimos aprobar no hace tanto. Sin embargo, cuando TVE decide retransmitir unas horas de nuestra Semana Santa, en lugar de contentamos con dejarla hacer su trabajo meramente informativo (felices, eso si, de que se haya acordado de nosotros) todos, nos hemos apresurado a malbaratar nuestras estaciones de penitencia, demostrando que no las tomamos por tales, para poder salir ante las cámaras en simple desfile, y además nos hacemos acompañar de las imágenes de Cristo y de su Madre, que por ser imágenes de devoción merecerían mejor destino que el de ser agrupadas en la catedral a la espera de la hora de emisión, o estacionadas en la calle mientras se produce el fin de la misma: deberían ser mimadas en todo momento, nunca descuidadas por sus cofrades, que con sus actos deberían siempre dar testimonio del especial lugar que ellas tienen en su relación con Dios.

Estas escenas, que ojalá no se produjeren, junto a otras en mi opinión no menos desagradables para la sensibilidad de quienes queremos ser cofrades comprometidos, y me estoy acordando de la riada de penitentes destocados, y desbocados también cuando se trata de adolescentes que más bien parecen disfrutar de un carnaval; estas escenas, repito, desgraciada y probablemente formarán también parte de la Semana Santa baezana de 1999, y las cito aquí, porque creo mi deber, al tiempo que presentar el cartel que la anuncia, hacer una llamada para purificarla. Y así, creo imprescindible explicitar, siquiera mínimamente, cuanto estimo negativo, y que por poco que sea, para quien la ama siempre será demasiado.

Y desde este sentimiento quiero terminar mis palabras. Mis críticas, quizá excesivas, sólo están motivadas por el deseo de ver mejorar el mundo de nuestras cofradías, y desde luego, incluyo en ellas cuanto de incoherente tiene mi propia actuación como cofrade.

Ya sólo me queda invocar a Nuestro Salvador y a su Bendita Madre. Aquéllos cuyos Méritos celebramos y que nos ganaron nuestra condición de hijos de Dios. Una invocación ésta, que aparece también incluida en nuestro cartel; puesto que los dos escudos acolados que ostentan estandarte y nazarenos, no son otra cosa que los respectivos monogramas que representan estas dos oraciones: Iesus Homo Salvatoris y Ave María. Qué estas oraciones salgan de nuestros labios en merecida acción de gracias por los bienes que nuestras cofradías reciben, y nos recuerden la perpetua necesidad que tenemos los cristianos, de mirarnos en Cristo y en María para vivir y morir desde la Fe, la Esperanza y la Caridad. Las únicas virtudes con las que, en mi opinión, seguiremos construyendo la verdadera vida cofrade.”

José Francisco Garrido Lemus

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X Aniversario

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EL MUSEO por Juan Tomás Cejudo Lorite EL MANTO NEGRO BORDADO DE “LA FERVOROSA” Cuando me dispongo cada año a realizar un pequeño trabajo para el Cuaderno Cofrade “El Capirote”, en la sección de “El Museo”, lo que me resulta más arduo es elegir la pieza a tratar de estudiar y describir. Aunque no lo parezca en todas las cofradías de Baeza existen elementos de gran valor histórico, artístico, artesanal o de devoción, dignos de figurar en un ideal museo semanasantero.

Este año traigo a colación el estupendo manto de terciopelo recamado de la Real y Fervorosa Cofradía del Santísimo Sacramento y María Santísima en sus Siete Dolores y Mayor Traspaso. Sin duda el de más mérito de cuantos posee la venerada imagen de la Virgen titular.

Manto procesional desde la fundación de la cofradía en 1945, pasó a ser de capilla y de cultos cuando la Santísima Virgen estrenó el manto granate que actualmente luce en la noche del Jueves Santo. El delicado estado de conservación que presenta el manto negro por su antigüedad y prolongado uso hace que hoy se conserve, como ejemplar valiosísimo, en una vitrina de la casa de hermandad de la cofradía. Por lo que, quizás muchos baezanos no lo conozcan, no habiendo podido admirar la belleza que muestra.

Para la recuperación de la historia, que no de la memoria que siempre es subjetiva, este manto procede también del conjunto de piezas que trajo a Baeza don Andrés Trillo Marín, que había sido párroco de San Andrés. Después de la horrenda persecución que sufrió la Iglesia Católica en la segunda República y en la Guerra Civil, con la destrucción y expolio de gran parte de su patrimonio, todo aquello que se pudo salvar y que se hallaba fuera de su lugar, se centralizó en Madrid, en la Junta de Recuperación, desde donde se fue distribuyendo a los pueblos de origen. Don Andrés Trillo, como miembro de dicha junta, trajo a Baeza valiosísimos objetos de culto de los que no se pudo saber su procedencia. De ese hermoso lote es el manto y la saya compañera de “La Fervorosa”.

Sin más datos que los relatados anteriormente, paso a describir el manto y su bordadura, así como los elementos iconográficos y decorativos que presenta en su clasicismo, sencillez y extrema elegancia.

Realizado en buen terciopelo negro y bordado con hilo de oro de ley, constituye una obra admirable de notable calidad. No podemos saber quiénes fueron sus artífices, monjas, bordadores o bordadoras, sí podemos afirmar que se trata de muy buenos artesanos profesionales que lo ejecutan con la base principal de un gran dibujo que responde a los gustos de la época en la que se confecciona. En él se dan la mano el manierismo clásico, el romanticismo y una cierta modernidad.

Obra probable de la mitad del siglo XIX tiene las siguientes medidas, 1’50 m. de alto y 3’40 m. de ancho. La saya mide 1’10 m. de alto. Actualmente está perfilado por un encaje metálico moderno, de escasa calidad y excesiva anchura.

La composición es muy bella, la labor se desarrolla en una gran franja o bordura a su alrededor, en la que se suceden los motivos ornamentales simétricamente. El centro de la página 72

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cola lo ocupa un ramo de espigas anudado por cintas, a ambos lados motivos florales, y continúa el ritmo de las espigas y de las flores por todo el perímetro del manto.

Son admirables los ramos de espigas de trigo por la bordadura, así como las cintas que las recogen al igual que filacterias sin leyenda. Los filamentos de las raspas se ejecutan con hilos de oro rizados en canutillo. Es curioso el simbolismo eucarístico de este manto de Virgen dolorosa, parece como si desde el principio estuviera destinado a esta cofradía tan devota del Santísimo Sacramento.

El otro motivo decorativo que se alterna lo constituye un precioso ramo floral, igualmente de bordadura. Son flores planas, dispuestas como las margaritas, en cuyo círculo central figuran tres clavitos de oro sobre el terciopelo negro, los clavos de la crucifixión de Cristo.

Además de las hojas aparecen en canutillo tijeretas o zarcillos de vid.

También posee el manto de “La Fervorosa” bordado de imaginería. Se trata de dos ángeles adultos, situados en la parte delantera a la altura de las caderas. Son figuras de gran realce en movimiento, con clámides de plata al viento, que sostienen en sus manos, uno, los tres clavos, el otro, una corona de espinas. Nos demuestran que la Virgen a la que se dedicó el manto era la Madre de Dios con su Hijo en la cruz, ya desclavado de ella o yacente.

Todo el campo restante del manto está cuajado de estrellas, perfectamente bordadas en oro con algún hilo de plata. La estrella es motivo clásico y recurrente en los mantos marianos, no en vano la Santísima Virgen es “Estrella de la mañana”, “Estrella de los mares” y un sinfín de advocaciones relacionadas con tan bellos actos.

En cuanto a la saya, del mismo terciopelo, repite los bordados florales del manto, proporcionalmente más pequeños, recorriéndola de abajo a arriba, ensanchándose en el pecho con bonitas flores de gran realce.

Nos encontramos con este manto ante una de las obras más finas, delicadas y selectas de las que se conservan en Baeza, si no la que más, en lo que a bordados en oro se refiere. Le podríamos aplicar la letra de esa antigua saeta que dice: “La Virgen bordó su manto y lo bordó tan bonito...”

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EFEMÉRIDES I EL CALENDARIO COFRADE DE 2008 El destino ha querido que el presente año 2008 sea rico en conmemoraciones cofrades. Estas efemérides, no sólo vienen a demostrar la vigencia de las congregaciones penitenciales de Baeza, son también clara evidencia de la enorme riqueza histórica de nuestras tradiciones religiosas y merecido homenaje a todas las personas e instituciones que, a lo largo del tiempo, han dedicado sus esfuerzos e ilusiones a hacer posible que lleguen hasta nuestros días con renovado vigor. Ahora es el momento de asumir esa responsabilidad y continuar la tarea, para que, en el futuro, nuestros hijos puedan disfrutarlas dotadas de todos sus valores.

Los hermanos que acudieron a la venerable religiosa Sor Felisa Ancín, allá por el año 1957, seguro lo hacían con la esperanza de que su gesta se perpetuase en el tiempo. El caso es que, meses más tarde, ya en 1958, quedaba definitivamente instituida la Cofradía de Jesús en su Entrada en Jerusalén. Cumple la hermandad cincuenta años llenos de trabajo y veneración, de firmeza en la fe, de cariño hacia su sede, la Iglesia de San Ignacio, de tanto arraigo popular. Entre los actos que nos proponen para conmemorar este 50 Aniversario, nada más y nada menos que la celebración, bajo su patrocinio, del IX Congreso Andaluz de Hermandades de Entrada en Jerusalén, celebrado en Baeza el pasado 2 de febrero. Entre los actos de este congreso, dos interesantes ponencias, una pronunciada por el Ilmo. Sr. Deán de la Catedral de Jaén, Rvdo. D. Francisco Martínez Rojas, la otra por D. Rafael Merelo Guervós. No faltaron una emotiva visita a la Stma. Virgen del Alcázar, Patrona de Baeza, y un paseo por el casco histórico de la ciudad. El congreso finalizó con la solemne Misa de clausura en la S.I. Catedral. Plenamente convencidos del éxito que obtendrán en el resto de actos y cultos previstos, los miembros de “El Capirote” desean felicitar a la hermandad de la Borriquilla por su trayectoria. Al mismo tiempo, deseamos expresar también nuestra más efusiva y calurosa enhorabuena a esta cofradía por la valentía y coraje demostrados al tomar la decisión de sustituir las andas e implantar en sus pasos, y por primera vez en su historia, costaleros al estilo tradicional en Baeza. Les deseamos la mayor de las fortunas en esta nueva andadura y ofrecemos nuestro apoyo y aliento, de corazón, a todos los costaleros y costaleras.

En el apartado que dedicamos a las conmemoraciones “costaleras”, 2008 será un año de gran importancia. Para una ciudad con tan elevado número de pasos portados sobre hombros, es todo un reto el que éstos se puedan mantener durante tanto tiempo. Estas celebraciones son, por tanto, especialmente apreciadas para “El Capirote”, a pesar de que puedan parecer de menor calado. Tres pasos se elevarán por Vigésima vez gracias al esfuerzo penitencial de hermanos y hermanas, devotos de sus titulares. Así, el Miércoles Santo, serán los costaleros de la Virgen de las Lágrimas los que ajusten sobre sus costales las trabajaderas del único paso de palio que es cargado a la manera sevillana en Baeza. La Madrugada del Viernes Santo, las costaleras de María Santísima de la Aurora, Premio “Ovación de Gala” de 2006, mecerán, luego de 20 años de pasión y penitencia tras la plateada página 74

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celosía de su paso, a la Dolorosa de la Vera Cruz acompañada por San Juan Evangelista. Y la noche del Viernes Santo el gran trono, coronado por el túmulo con el cuerpo yacente de Jesús, se mecerá entre la arboleda del paseo portado por negros penitentes horquilleros en una gesta más, un año más, y ya van veinte del Santo Entierro sobre hombros de hermanos.

No sería justo, posiblemente, diferenciar la importancia de la subsistencia de los costaleros en unas hermandades o en otras, sin embargo, es evidente que hay algunas que por su menor número de hermanos encuentran notables dificultades. La cofradía de la Soledad logrará, con ayuda de Dios y el amor de sus hermanas y hermanos, procesionar su paso de palio por Décima vez en este 2008. Si el tiempo acompaña la bellísima dolorosa del XVIII caminará despacio y en silencio por las calles de la ciudad en la noche del Viernes Santo. De todo corazón y con la esperanza puesta en la juventud, en la constancia conmovedora de los mayores y en las decisiones meditadas de los responsables, “El Capirote” desea reiterar su reconocimiento a todos los costaleros/as y horquilleros/as de Baeza.

Para ensalzar la piadosa labor de los hombres y mujeres que llevan los pasos y tronos en nuestra ciudad, la Asociación Cultural Baezana organizó, en el año 1988, el primer Pregón del Costalero. Con los mismos objetivos y ante la imposibilidad de la A.C.B. de seguir organizándolo, “El Capirote” se encarga de hacerlo desde el año 1999. Veinte años han pasado desde que Rafael Rodríguez-Moñino subiese al atril de la Catedral, trasladado para la ocasión a la Capilla de San Juan Evangelista, justo en el tiempo en el que nuestras cofradías afrontaban decidida y valientemente la supresión de las ruedas y la recuperación del esfuerzo humano bajo los pasos. Veinte años ya desde que el propio Rafael, José Manjón y un grupo de entonces jóvenes cofrades ilusionados, muchos de nosotros hoy en “El Capirote”, preparásemos con todo cariño aquel acto para el que contamos con la inestimable colaboración de la dirección del Instituto “Santísima Trinidad” y de nuestro recordado y querido José Moreno Martínez, q.e.p.d. Pepe nos ayudó a montar, ya entonces y gracias a los medios de su empresa familiar, “Comercial Moreno”, una proyección audiovisual que ilustró el impecable texto del pregonero. Hoy, Veinte años después, quince pregones, como saetas de pasión desbordada, han proclamado a los cuatro vientos las virtudes y sentimientos de los costaleros. Uno más, plasmado entre pentagramas, se siente como “Pregón Costalero” en cada latido musical cuando lo interpreta la soberbia Banda de Música de Baeza y lo dirige su autor, Martín Morales Lozano. En 2008 uno de aquellos jóvenes ha ocupado la tribuna que inaugurase el querido “Cónsul”, Sebastián Cabrera Checa, y otros muchos vendrán tras él. Y así será mientras existan en Baeza hombres y mujeres de bien que entiendan su penitencia costalera, no sólo como un importante y personal beneficio espiritual, sino como un acto de entrega a los demás, al resto de los hermanos y a los miles de personas que se emocionan en las aceras con cada “chicotá” o con cada “levantá” valiente.

La Tertulia Cofrade “El Capirote” nació diez años después de aquel primer pregón del costalero, en Mayo de 1998, para continuar la labor iniciada en la Asociación Cultural Baezana y para defender y proclamar la cultura de nuestra ciudad y nuestras celebraciones y tradiciones religiosas. Ha sido una década de esfuerzo denodado, donde el camino ha sido árido a veces, pero donde hemos encontrado la comprensión, el apoyo y la colaboración de la inmensa mayoría de nuestros cofrades. Hemos llevado a cabo actos siempre llenos de Cuaderno Cofrade núm. 5. Año 2008

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sentimiento y reconocimiento a la labor de nuestras cofradías. Con los escasos medios a nuestro alcance, hemos conseguido solemnidad y elegancia en la mayoría de ellos y todos nos han llenado de orgullo por que en todos hemos trabajado con la misma ilusión. Asímismo hemos desarrollado una importante labor de difusión de nuestras fiestas a través de publicaciones, artículos, entrevistas o reseñas en diversos medios de comunicación e Internet, y hemos afrontado con decisión una labor de crítica constructiva, sin la cual, creemos sinceramente y sin falsa modestia, no hubiesen acaecido algunos de los avances que nuestras hermandades han protagonizado en los últimos años. Ha sido sin duda el apartado que más quebraderos de cabeza nos ha causado, sin embargo, siempre lo hemos hecho desde la convicción de que las opiniones, expresadas con el respeto y la discreción debidas, siempre aportan puntos de vista alternativos y merecen ser tenidos en cuenta. Unas veces las propuestas serán asumidas como válidas, otras desechadas por diferentes motivos, así es y así debe ser. Han sido unos años en los que hemos hecho buenos amigos, en los que la colaboración estrecha con nuestras hermandades ha dado frutos beneficiosos para Baeza. Y hoy, cuando celebramos nuestro X Aniversario, queremos dar las gracias a todos los que han estado a nuestro lado, y muy especialmente a los socios, sin los que hubiese sido imposible nuestra labor. También queremos tender la mano, como siempre hemos hecho, a los que aún no entienden o asumen nuestro esfuerzo. De la unión de fuerzas y del diálogo siempre han surgido buenas cosas y si algo no se nos puede, en conciencia, achacar es no haber estado dispuestos siempre a dialogar. Finalmente, nos reafirmamos en los fines primordiales que contemplan nuestros estatutos:  La promoción y difusión de la Semana Santa y de todos los actos de su entorno religioso, cultural y tradicional.  La salvaguardia de sus contenidos históricos y de sus formas tradicionalmente heredadas, generación tras generación, dentro de los límites establecidos en las sociedades actuales.  La difusión y apoyo al resto de las celebraciones y tradiciones de origen religioso y cultural de Baeza, especialmente el Corpus Christi.  El desarrollo de actos relacionados con las celebraciones citadas en los párrafos anteriores, así como la colaboración con todas las entidades públicas o privadas que dediquen sus esfuerzos a los mismos fines.  La promoción turística de las tradiciones religioso - culturales de la ciudad de Baeza.

Hasta aquí el capítulo que dedicamos a las Efemérides de nuestras instituciones penitenciales. Muchas gracias a todos los que las hacen posibles, mucha suerte en el desarrollo de las mismas y nuestra disposición para apoyar y colaborar en todo lo que esté en nuestra mano.

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“LA BORRIQUILLA” Cuaderno Cofrade núm. 5. Año 2008 Foto: Nazario Gutiérrez Martínez

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EFEMÉRIDES II VII CONGRESO DE HERMANDADES DEL CARMEN DE ANDALUCÍA MESA REDONDA: “La Realidad de las Hermandades de Gloria en la Baeza actual” Enmarcada dentro de los actos del denso y acertado programa llevado a cabo en el VII Congreso de Hermandades y Cofradías del Carmen de Andalucía, durante el pasado mes de Octubre, tenía lugar la mesa redonda que, bajo el título: “La realidad de las hermandades de gloria en la Baeza actual”, organizó nuestra Asociación.

La espléndida Casa de Hermandad de la cofradía de “La Fervorosa” fue perfecto marco para acoger al nutrido grupo de cofrades y amigos que nos reunimos en el salón de actos, donde cuelgan multitud de fotografías y recuerdos, cargados de la historia de una de las cofradías más “jóvenes” de Baeza, pero también una de las que posee un más intenso y arraigado abolengo semanasantero en su poco más de medio siglo de existencia.

Por un lado se trataba de participar en el conjunto de actividades enmarcadas en el Congreso Regional, con ello se colaboraba activamente con la cofradía baezana carmelita, patrocinadora del evento, y por otro, poner encima de la mesa un tema del que era la primera vez, que sepamos, al que se dedicaba un espacio como éste.

Las cofradías de gloria de Baeza, a pesar de su dilatada historia en la ciudad y su importancia y peso fundamentales en el tejido social y religioso desde el siglo XIII, nacidas como bien es sabido al amparo de los numerosos conventos y parroquias existentes, fueron decayendo hasta desaparecer definitivamente, en su gran mayoría, con la fatídica Desamortización de Mendizábal.

Nuestro buen amigo Sebastián Cabrera, vicepresidente de la tertulia, que hizo de moderador y realizó una sutil y acertadísima descripción de los avatares sufridos, tras hacer una breve introducción histórica del devenir de las cofradías de gloria en Baeza, a lo largo de los más de seiscientos años de vida de éstas, nos habló de sus avatares, de su apogeo y protagonismo en otras épocas, y de la triste desaparición de muchas de ellas con el transcurrir de nuestra historia. Aún así, un buen número de ellas persisten afortunadamente en nuestros días, empero no tienen el arraigo ni cuentan con el favor del “público cofrade” que sí tienen las de pasión. Sin embargo, no es menos cierto que siguen encauzando fervores enraizados siglos atrás que aún hoy nos conmueven. Si ya el trabajo con las de penitencia es duro y poco agradecido, imagínense el que realizan éstas otras, menos públicas y reconocidas, si se me permite el término.

De entre las que perduran en la actualidad y para nuestra cita fueron invitadas por “El Capirote” las hermandades del Cristo de la Yedra y la Virgen del Rosel, representada en la mesa por su Hermano Mayor, D. Pedro Narváez Moreno, la de la Virgen de la Cabeza y el Niño Jesús, cuyo representante no nos pudo acompañar finalmente, la de San Isidro, con D. página 78

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Álvaro Raya Arnau como componente de su Junta Directiva actual y anterior Hermano Mayor, y la de la Virgen del Carmen, con su primera mandataria, Dª María del Carmen Sánchez Olivera. El acto fue presentado por el componente de la Comisión Organizadora del Congreso, hermano de la cofradía de “La Fervorosa” y miembro de la tertulia, D. Gabino Puche-Pérez Bosch.

El salón de Juntas de la Sacramental e Inmaculadista congregación de “La Fervorosa”, cuyo aforo quedó totalmente cubierto por el público asistente, fue idóneo lugar para este fraternal encuentro que nos permitió conocer de primera mano y por boca de sus protagonistas: la historia, las vivencias y los proyectos de estas asociaciones.

Sebastián Cabrera dió paso, tras la presentación de Gabino Puche, a las intervenciones de cada uno de los representantes de las hermandades. Por su situación en la mesa Álvaro Raya fue el primero en contarnos las dificultades que tienen estas cofradías para conseguir organizar sus actos, ya sean cultos, fiestas religiosas, procesión... y según su opinión no cuentan con todo el apoyo que necesitan por parte de sus propios hermanos. Se enorgullecía de haber conseguido, con su trabajo y el del resto de su Junta de Gobierno, para la imagen de San Isidro, un altar muy digno en la Parroquia de San Pablo, al tiempo que agradecía como se habían volcado multitud de personas y firmas de la ciudad para su consecución.

A continuación, María del Carmen Sánchez, expuso las dificultades afrontadas desde el inicio de su mandato, nos relataba que los ropajes de la Virgen del Carmen se hallaban en un estado lamentable por lo que sus esfuerzos fueron en primera instancia en esa dirección, habiendo adquirido un nuevo manto para Nuestra Señora. Entre sus proyectos el estudio detallado de los antecedentes de San Basilio y de lo relacionado con la fundación de la cofradía, en paralelismo con la orden carmelita desde su nacimiento.

Pedro Narváez nos relató la extraordinaria relevancia y fervor de una cofradía como la de la Virgen del Rosel y el Cristo de la Yedra, a través de los tiempos y su actual compromiso con la romería de la Yedra, con lo que significa su organización para una hermandad limitada material y humanamente.

Posteriormente, se abrió un distendido, animado e interesante debate, si así puede llamarse por el tono afable y cordial de las exposiciones, en el que cada uno de los presentes cuestionó y planteó impresiones y opiniones acerca del tema que nos reunía. Tuvieron cabida desde recuerdos de la historia menos reciente hasta la situación actual de la romería.

Como colofón, bien entrada la noche, y tras múltiples muestras de agradecimiento, la cofradía de la Virgen del Carmen entregó unos preciosos recuerdos a cada uno de los participantes de la mesa y a la tertulia “El Capirote” por la organización del acto. El cierre lo puso el Sr. Cabrera invitando a todos los asistentes para las próximas citas que nuestra tertulia cultural llevará a cabo.

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ESPERANZA Y CARIDAD

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