–¡Qué amable! Me has venido a visitar –dijo Pata–. Pero es un poco tarde y ya me voy a acostar. –Por favor, Pata –dijo Sapo–. Tengo miedo. Hay un fantasma debajo de mi cama.
–¡Qué amable! Me has venido a visitar –dijo Pata–. Pero es un poco tarde y ya me voy a acostar. –Por favor, Pata –dijo Sapo–. Tengo miedo. Hay un fantasma debajo de mi cama.