patriarcado heteronormativo FRENTE a
Una presidenta desafiante
Por Graciela Morgade
S
i bien las mujeres hemos construido y ejercido el poder en las diversas formas de la vida cotidiana, es evidente que, haciendo referencia al concepto desarrollado por Pierre Bourdieu, son “recién llegadas” a los lugares de poder formal e institucional. Bourdieu describió el diferencial del capital cultural y simbólico entre los grupos dominantes (que siempre contaron con recursos para moverse cómodamente en ciertos ámbitos) y quienes deben “adquirir” esos recursos, que, en general, suelen sujetarse más estrechamente a las reglas del juego. Recién la segunda mitad del siglo XX y los primeros años transcurridos del presente siglo –y aún con exclusiones y obstáculos varios– fueron el escenario del acceso femenino, inédito hasta entonces, a la conducción en empresas, sindicatos, universidades y cargos públicos. Y en términos de “poder de Estado”, en gobiernos emanados del voto popular, es más reciente aún la llegada de algunas mujeres a ocupar la presidencia de la nación, el lugar más importante del poder ejecutivo.
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