INVestigACIÓN Y DESARROLLO
Ozonoflotación, una técnica empleada en la UNAM
Biocombustibles, microalgas y sustentabilidad: ingeniería ambiental
Foto: DGDC UNAM
Fotos: El Innovador
Por Ernesto González Cruz
Laboratorio de Ingeniería Ambiental de la
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l objetivo de la Dra. María Teresa Orta Ledesma, especialista en Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México, no se limita a intentar satisfacer la necesidad de la sociedad por lograr un medio ambiente limpio, sino que va más allá, busca aprovechar los desechos que generan naturalmente los ecosistemas para obtener energías y cerrar un ciclo de sustentabilidad. La científica del Instituto de Ingeniería de la máxima casa de estudios desarrolla una técnica por medio de la cual obtiene combustibles no fósiles como bioetanol, biodiesel y biogás a partir de separar con ozono microalgas que se encuentran en aguas residuales. La investigadora, responsable del grupo de Tecnologías Innovadoras en Ingeniería Ambiental del citado instituto, explicó en exclusiva para El Innovador, que su técnica a partir de la ozonoflotación es sumamente útil para hacer un proyecto energético económicamente rentable, pues ahorra gastos en el proceso. “Con esto disminuyen los insumos que se requieren en las etapas posteriores para convertir la biomasa en biocombustibles. Por el efecto de
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Dra. María Teresa Orta Ledesma
oxidación (del ozono al interactuar con las microalgas) se liberan ácidos grasos... entonces ya no es necesario tomar en cuenta el costo de este proceso en particular, sino lo que se está ahorrando en solventes y productos químicos”, explicó.
Transferencia a la industria
De acuerdo con la experta, una vez que se ha comprobado que teóricamente el proyecto es viable, el siguiente paso es implementarlo en un ambiente práctico, para lo cual contará con el apoyo de la Secretaría de Energía y del Conacyt: “lo que ellos quieren son proyectos aterrizados que lleguen a una planta piloto”, para poder ser replicados en distintas zonas del país. “Nuestro proyecto es muy promisorio, en el sentido de que existe una gran cantidad de aguas residuales. Las plantas de tratamiento son grandes consumidoras de energía, así que si logramos aplicarles la preoxidación con ozono y luego hacemos el trabajo biológico por medio de microalgas que se puedan cosechar y convertirlas (en bioenergéticos) se cierra el ciclo de la sustentabilidad”, desglosó. Subrayó que es un proyecto en el que tienen grandes expectativas tanto
El Innovador • innovación y competitividad en la sociedad del conocimiento
ella como los investigadores Adam Harvey y Sharon Velázquez, de la Universidad de Newcastle en el Reino Unido —con quienes ha trabajado conjuntamente—, esperan que en tres años, pueda verse materializado en una planta piloto. Recordó que a nivel mundial ya están funcionando algunos prototipos; sin embargo, la científica con maestría en Francia, explicó que el suyo es completamente innovador debido a que en ninguno de ellos se esta aplicando la técnica de la ozonoflotación. Una parte donde podría demostrar la invaluable aplicación de su desarrollo, sería la utilización de las lagunas facultativas (plantas de tratamiento de aguas específicas) como campos de cultivo para sus microalgas: “Estas lagunas facultativas las podemos transformar en lagunas para cosecha, pues no han sido atendidas como se debería”. Adicionalmente, este proceso entregaría también agua limpia: “podríamos tratar el líquido para un nivel de reuso. Sabemos que en muchas partes de México se reutiliza sin darle ningún tipo de tratamiento, podemos dar ese beneficio, aparte de estar generando biocombustibles”, puntualizó.