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Generalidades de la boca del caballo: anatomía, nomenclatura y biomecánica
from Equinus 60
by Grupo Asís
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A TR I M E S T R E 2 02 1
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ARTÍCULOS
GENERALIDADES DE LA BOCA DEL CABALLO: ANATOMÍA, NOMENCLATURA Y BIOMECÁNICA
José María Galafate Pica, Erik Renobell LV, Especialista en odontología y cirugía maxilofacial veterinaria (UCM). Clínica privada en odontología veterinaria. Email: casosclinicosdeodontologia@gmail.com
RESUMEN
Tomando como base del conocimiento odontológico equino, las referencias, trabajos y estudios en profundidad de manera analítica y científica, en este artículo nos vamos a centrar en los aspectos básicos que todo profesional veterinario debería saber manejar al afrontar el tratamiento odontológico en cualquiera de sus niveles; esto es, la anatomía y la biomecánica enfocadas al sistema masticatorio así como la nomenclatura usada en dicha especialidad, lo que servirá, si cabe, para dar un cariz mucho más profesional a nuestro trabajo.
El conocimiento a fondo de la anatomía de todos los tejidos que están relacionados con el aparato dental de los équidos nos va a proporcionar una inmejorable capacidad, no solo de diagnosticar patologías dentarias y evaluar su pronóstico, sino de prever la aparición de futuros problemas, haciendo que, al igual que en otras especialidades, la medicina preventiva sea uno de nuestros principales objetivos al evaluar, proteger y tratar la boca de los équidos.
Palabras clave: oclusión, equino, diente, anatomía.
ABSTRACT
GENERALITIES OF THE HORSE’S MOUTH: ANATOMY, NOMENCLATURE AND BIOMECHANICS
This article presents the anatomy and biomechanics of the masticatory system and the proper nomenclature to be used in this specialty in order to professionalize our work. The full knowledge of the anatomy of all the tissues that are related to the equine dental apparatus, will make us capable not only to diagnose and reach a prognosis of dental pathologies, but also to prevent them happening. In this way and as in other specialties, preventive medicine should be the goal to reach when approaching and treat the equine mouth/teeth.
Keywords: occlusion, equine, teeth, anatomy.
INTRODUCCIÓN
La odontología equina, al igual que otras especialidades dentro de la clínica veterinaria de équidos, ha tenido en los últimos años un avance muy significativo en lo que a métodos de diagnóstico y tratamientos se refiere. Este avance ha ayudado al desarrollo de esta parte de la medicina equina para que, tanto los profesionales veterinarios como los propietarios de equinos, estén en una conexión mucho más fructífera de cara a identificar y tratar los problemas dentales.
Actualmente, la revisión odontológica es una parte importante, estandarizada y protocolizada de los cuidados rutinarios que deben tener este tipo de animales. Esto no es sino una clara demostración de que este tipo de cuidados, afecta muy positivamente al desarrollo de todos nuestros equinos, independientemente de la actividad que realicen. Es también muy reseñable la mejora que se produce en équidos de rendimiento deportivo a cualquiera de sus niveles.
Que a un animal de estas características le sea costoso por alguna patología dental, el ingerir alimento, o ingerirlo de manera deficiente debe ser tomado como prioridad absoluta, ya que el principal encargado de llevar toda la fuente de energía, mediante la ingesta de alimento para el funcionamiento de todo el organismo, es el aparato masticatorio, y cualquier alteración del mismo, será el principio de una cascada de problemas que repercutirán en el resto de sistemas, creando una incapacidad en el correcto funcionamiento de los mismos.
ANATOMÍA
La primera idea que tenemos que considerar es que, al igual que otros tejidos en el cuerpo del equino, los dentales también van a sufrir cambios a lo largo de su vida, por lo que la adaptación, fundamentalmente, de la dieta debe ir en concordancia a la capacidad masticatoria del équido en cada ciclo de edad. El cambio principal que van a sufrir estas piezas son la variación en su longitud, por lo que, lógicamente, el soporte que van a tener durante su vida mediante el periodonto (tejidos de soporte de las piezas dentales y de unión al resto del organismo) va a ir decreciendo, teniendo que tomarse en cuenta este punto muy seriamente a la hora de nuestras actuaciones a nivel clínico. En general podemos dividir a las piezas dentarias según su eje longitudinal (Figura 1) en: • Corona clínica: La parte visible del diente en la cavidad oral. • Corona de reserva: Porción de las piezas alojada dentro del alvéolo dentario y que ira erupcionando en concordancia a la velocidad de desgaste por abrasión que se origina en la masticación de la corona clínica; esto es, va a proveer a la cavidad oral de tejido dentario para mantener una masticación eficiente. • Raíz: Parte más apical de las piezas dentarias por las que el diente recibe su alimentación. Es importante recordar que el diente, a pesar de su dureza, es una estructura viva.
Es importante conocer las diferencias existentes entre piezas dentarias de équidos jóvenes y adultos. Las diferencias fundamentales son sus diferentes longitudes, muy aparentes en premolares y molares y menos en incisivos con el paso de los años a la vez que el mayor tamaño de sus cavidades pulpares en los animales jóvenes, respecto a los mayores. Por ello, estas piezas estarán mucho más expuestas a agresiones externas y a tratamientos demasiado traumáticos, resultando en problemas endodónticos (pulpares) a corto-medio plazo.
Un conocimiento morfológico en los incisivos deciduos frente a los permanentes es necesario en tanto en cuanto, el desarrollo de incisivos retenidos es habitual en nuestra clínica diaria, y su identificación efectiva es necesaria para el abordaje de posibles actuaciones al respecto. En líneas generales, son de color más claro que sus sucesores permanentes, mas redondeados y
Figura 1. Zonas anatómicas de las principales piezas dentarias, de izquierda a derecha: premolar mandibular, molar maxilar, incisivo superior.

Figura 2. Incisivos permanentes y deciduos.
con una superficie oclusal prácticamente plana ocupada fundamentalmente por un infundíbulo que aparece desde su aspecto más lingual. A su vez, la morfología de los incisivos permanentes va a variar con la edad. Inicialmente, los incisivos son más anchos en dirección medio-lateral que labio-lingual, confiriéndoles un aspecto más cuadrado en su observación frontal los primeros años de vida, lo cual variará a una apariencia más rectangular con el paso de los años. En relación a las angulaciones fisiológicas que poseen los premolares y molares, podemos decir que varían en un rango desde los 12,5º a los 30º, incrementándose dicha angulación desde rostral a caudal. De igual forma, el ángulo oclusal de los incisivos varía desde los 3,5º a los 6,8º (Figura 2). • Hipsodoncia: Describe la forma alargada (ratio corona-raíz) de los dientes de los equinos, en comparación con las piezas braquiodontas de los humanos, consecuencia de una adaptación a la dieta rica en fibra que se originó en el antecesor (Hyracoterium) del caballo moderno (Equus caballus) hace en torno a 50-55 millones de años. • Anisognatia: El espacio comprendido entre las hemiarcadas maxilares es más ancho (aproximadamente un 30 % más) que entre las hemiarcadas mandibulares, al igual que el tamaño de las piezas maxilares respecto a las mandibulares, lo que origina que la superficie de contacto oclusal entre piezas maxilares y mandibulares no sea del 100 % en estado de reposo. Debido a la masticación, y gracias a esta morfología, se desarrollan puntas de esmalte en las superficies bucales de piezas maxilares y linguales de mandibulares, en circunstancias nor-
males. Para cuantificar esta circunstancia podemos decir que, con la boca cerrada, 1/3 de la superficie oclusal de las piezas maxilares está en contacto con 1/2 de la de los mandibulares (Figura 3). • Curvatura de Spee: Si observamos la línea de contacto/oclusión desde una vista lateral en la cabeza

Figura 3. Zona de contacto oclusal piezas maxilaresmandibulares.

Figura 4. Línea oclusal maxilar.mandibular. Curvatura de Spee.
del caballo, podemos ver con claridad que dicha línea forma una curvatura en la zona más caudal, haciéndose esta más acusada tanto en razas pequeñas como en caballos de raza árabe. Dicha línea de unión completamente fisiológica y de obligado conocimiento a la hora de efectuar cualquier actuación clínica es la denominada curvatura de Spee, cuyo diseño anatómico facilita una masticación efectiva (Figura 4).
Empezaremos dando un breve repaso de los tipos de piezas dentales que aparecen en la boca del caballo. Es importante señalar que pueden presentarse determinadas variaciones en el número y la aparición de algunas de ellas, aunque nos hemos ceñido a la generalidad y a lo que, en el mayor porcentaje de caballos, aparece. Los números corresponden a cada hemiarcada, tanto maxilar como mandibular, obviándose que ambas hemiarcadas son simétricas e iguales en lo que a aparición de piezas dentales se refiere (Tabla).
El “diente de lobo” o primer premolar, tiene múltiples variaciones en lo que a su aparición, tamaño y localización se refiere. Como aspecto fundamental, remarcaremos que la posición más común suele ser maxilar, localizados rostralmente al segundo premolar. El tamaño de su corona clínica es muy variable y no correlacionado muchas veces con el de su raíz. Tanto este último punto como su orientación, deben ser tenidas en cuenta a la hora de evaluar su posible extracción. La aparición de los caninos es muy frecuente en machos y muy poco en hembras, caso de que aparezcan, serán de forma vestigial en la mayoría de las ocasiones. Las piezas SUPERNUMERARIAS son piezas “extra” que aparecen en algunos casos, tales como la existencia de últimos molares nombrados en la nomenclatura modificada Triadan (posteriormente reseñada) como 112, 212, 312 y 412, sin perjuicio de que pueda aparecer en alguna localización más.
TEJIdOS dENTARIOS Esmalte Es el tejido más duro de todo el cuerpo de los equinos, compuesto en un 96 % de minerales (mayoría de cristales de hidroxiapatita de calcio) y un 4 % de agua y proteínas. Esta composición es la que le provee de su extrema dureza pero, a la vez, lo hace quebradizo. Aunque el cemento que se encuentra en la periferia, le da cierta protección ante esta circunstancia. Casi translúcido, forma pliegues y crestas encargados de aumentar la superficie total de dicho esmalte en las superficies oclusales para favorecer una mejor masticación de los alimentos. En premolares y molares maxilares, se en-
Tabla de tipos de piezas dentales de los equidos.
MAXILAR MANdÍbULA
INCISIVOS (I)
3 (3)* 3 (3)*
CANINOS (C)
1 (0)* 1 (0)*
PREMOLARES (PM) 4 (3)* 3 (3)*
MOLARES (M)
3 (0)* 3 (0)*
*Dientes deciduos o dientes de leche.
cuentran dos estructuras centrales en las que el esmalte se pliega y se hace presente en el centro del diente, los infundíbulos. Dichas estructuras se disponen en la pieza dentaria de manera longitudinal, alcanzando desde los 10 cm en caballos jóvenes hasta los 2 mm en mayores.
Dentina De consistencia más blanda que el esmalte, está compuesto de materia mineral en un 70 %, orgánica en un 30 %, y está íntimamente relacionada con la cavidad pulpar del diente, desde su desarrollo embrionario y a través de toda la vida de este. Es el componente mayoritario del relleno de la pieza dentaria. Presenta color amarillento.
Con capacidad tanto elástica como regenerativa y de protección junto con el cemento, al esmalte que debido a su dureza es fácilmente quebradizo como decíamos anteriormente. A nivel microscópico, solo señalar que se diferencia en tres tipos: primaria, secundaria y terciaria.
Cemento Se encuentra en la periferia de las piezas dentarias y con una densidad muy parecida al hueso. Está íntimamente unido al alvéolo dentario, formando parte del periodonto y de la parte interior de los infundíbulos en piezas maxilares. Formado por un 45-50 % de materia mineral, su otra mitad está formada por fibras de colágeno y agua, lo que le confiere la menor dureza de los tres componentes tisulares de las piezas dentarias. El cemento situado en el exterior de las coronas de reserva de las piezas se denomina cemento periférico, actuando de protector del esmalte gracias a sus cualidades elásticas (Figura 5). PUNTO dE INTERÉS Hipoplasia de cemento: La deposición de cemento que ocurre en los infundíbulos de las piezas maxilares, y que ocurre desde el suministro vascular en la cara oclusal de la pieza hasta su erupción y posteriormente desde la raíz de la misma, es en muchas ocasiones deficiente, lo que puede producir a lo largo del tiempo, las conocidas caries infundibulares. Estas caries originarán, en la mayoría de los casos, fracturas de las piezas e infecciones apicales, fundamentalmente del primer molar maxilar. Por este motivo la identificación y el conocimiento anatómico de las estructuras infundibulares, en piezas maxilares, es de vital importancia para el diagnóstico previo de la principal patología a este nivel como es la caries infundibular.
MANdÍbULA, MAXILAR y ARTICULACIÓN TEMPORO-MANdIbULAR La mandíbula es un hueso plano, móvil y simétrico formado por dos hemimandíbulas (derecha e izquierda) que se sitúa ventralmente en la cabeza del caballo y aloja los alvéolos dentarios de incisivos, caninos premolares y molares mandibulares. Rostralmente esta fusionado con su contralateral mediante la sínfisis mandibular. La parte horizontal se denomina cuerpo y la vertical, rama mandibular. Son de reseñar algunas estructuras como la escotadura de los vasos faciales, paso de dichos vasos sanguíneos y del conducto parotídeo y los forámenes mandibular, entrada del canal mandibular en la cara medial de la rama, y foramen bucal, fin de dicho canal en la porción rostral en su cara lateral (fácilmente identificable bajo las comisuras

Figura 5. disposición de los tejidos dentarios en pieza maxilar.
labiales en ambos lados) que aloja y protege al nervio mandibular. Dorsal a la rama de la mandíbula se encuentra la apófisis coronoide y la articulación con el cráneo mediante la articulación temporo-mandibular, posteriormente descrita (Figura 6).
Al igual que la mandíbula, el hueso maxilar, contiene los alvéolos de las piezas maxilares (Figura 7). A nivel práctico, debemos conocer que tanto el primer premolar (diente de lobo), como el segundo ,tercer premolar y la mitad rostral del cuarto premolar, en un gran porcentaje de équidos, se encuentran embebidos en dicho hueso maxilar, lugar a partir del cual vamos a encontrar las coronas de reserva y raíces en dirección caudal (mitad caudal del 4º PM, 1.er, 2º y 3.er molar), relacionadas con los senos paranasales (maxilar rostral y maxilar caudal), originándose variaciones según la edad del equino. En general podremos decir que en los primeros años los senos van a estar mayoritariamente ocupados por tejidos dentarios, los cuales irán erupcionando en la cavidad bucal, para dejar libre el espacio sinusal. Este dato es de suma importancia a la hora de planear cualquier actuación a este nivel y de evaluar patologías de dichas piezas. Es de reseñar que externamente en la zona de proyección de las raíces de los premolares maxilares, podremos observar abultamientos fisiológicos temporales como consecuencia del proceso de erupción dentaria entre los 2,5 y 3,5 años de edad aproximadamente, de la misma forma que aparecen en el aspecto ventral de la mandíbula.
La articulación temporomandibular es sinovial condilar entre la base del proceso zigomático del hueso temporal y el proceso condilar de la mandíbula. Posee un disco bicóncavo fibrocartilaginoso más grueso en su porción exterior que en la interior, firmemente unido a la capsula articular reforzada por dos ligamentos, lateral y caudal. Dicho disco se encuentra cubierto de una membrana sinovial que separa la articulación en dos espacios articulares, dorsal y ventral. Dicha articulación permite un amplio movimiento latero-lateral de la mandíbula, haciendo que se pueda producir una

Figura 6. Rama y piezas mandibulares.

Figura 7. Hueso maxilar y piezas maxilares.
masticación efectiva, permitiendo poner en contacto las superficies oclusales de las piezas dentarias en su totalidad, mandibulares y maxilares.
A nivel práctico, es importante evaluar dicha zona ya que es el único punto de articulación de la mandíbula y principal actor de los movimientos masticatorios del equino. Es fundamental el buen manejo diagnostico mediante técnicas radiográficas y ecográficas para la detección de posibles alteraciones que redunden en dificultad a la hora de masticar (Figura 8).
MUSCULATURA y GLÁNdULAS SALIVARES Los dos músculos que actúan principalmente en la masticación del equino son los maseteros y los pterigoideos mediales. La observación, tanto del tono como de posibles alteraciones del tamaño de los músculos maseteros, fácilmente evaluables desde el exterior por su situación, cubriendo la totalidad del aspecto lateral de ambas ramas mandibulares, nos pueden dar una idea de posibles problemas dentales, fundamentalmente los relacionados con la masticación, debido a que, aunque la situación ideal es que los movimientos masticatorios se efectúen a ambos lados, en realidad esto no suele ocurrir, por lo que la atrofia que puede acontecer con el tiempo, puede ser un signo de identificación a la hora de diagnosticar problemas odontológicos. Son tres los pares de glándulas que originan la saliva. Las glándulas parótidas están situadas en el borde caudal de la rama mandibular desde el pabellón auricular dorsalmente hasta el tendón que origina ventralmente el musculo esternomandibular. Esta glándula se continúa con el conducto parotídeo medialmente, que se externaliza en la escotadura de los vasos faciales y desemboca en una papila en el interior de la cavidad bucal, a nivel del tercer premolar maxilar. En este punto es importante recordar la posibilidad de encontrar en su trayecto cálculos salivares, muy fáciles de identificar por su forma y localización, a la vez que será una estructura importante a tener en cuenta para evitar daños sobre él en cirugías dentales a este nivel. Las glándulas mandibulares y sublinguales, más pequeñas, tienen menos interés a la hora de ser tenidas en cuenta en relación a los problemas dentales (Figura 9).

Figura 8. Aspecto lateral de la articulación temporomandibular.
NOMENCLATURA
Como parte muy importante a la hora de identificar las distintas piezas dentales para su localización y elaboración de informes dentales, pasamos a detallar el sistema reconocido y más extendido en odontología equina, el Sistema Triadan modificado para la nomenclatura dental. Dicha nomenclatura separa 4 cuadran-

Figura 9. Zona de proyección de la glándula parótida.
tes asignando a cada uno de ellos un número del 1 al 4 por el que empezara la identificación individual de cada pieza dentaria.
El primero de ellos (cuadrante 1) es su maxilar derecho, siguiendo el orden creciente en dirección a las agujas del reloj, esto es, cuadrante 2 (maxilar izquierdo), cuadrante 3 (mandibular izquierdo) y cuadrante 4 (mandibular derecho). Los dientes de cada cuadrante empezaran a enumerarse de rostral hacia caudal, comenzando por el incisivo central de cada uno de ellos al que correspondería el número 1 y terminando por el último molar, al que le correspondería por orden el número 11. Es por esto que para identificar una pieza, primero identificamos su cuadrante (1-4) después añadimos un 0 a excepción de los dos últimos molares (10 y 11), terminando con el número de orden que corresponde a cada pieza (1-11). Por ejemplo, el primer molar maxilar del lado derecho (109).
A la hora de nombrar los dientes deciduos, se sumará cuatro al número que indica cada cuadrante, esto es:
Deciduos maxilar derecho:50 + número de pieza.
Deciduos maxilar izquierdo:60 + número de pieza.
Deciduos mandibular izquierdo:70 + número de pieza.
Deciduos mandibular derecho:80 + número de pieza. Debemos resaltar que tan solo los incisivos y los premolares (salvo el diente de lobo) presentan dientes deciduos.
Otra forma más coloquial de referirse a las piezas dentales, es identificarlas por su nomenclatura similar a la de otras especies, esto es, incisivos, caninos, premolares y molares. En una hemiarcada, podemos referirnos al incisivo central, medio y lateral, al canino, al primer (diente de lobo), segundo, tercer o cuarto premolar, y al primer, segundo o tercer molar, siempre añadiendo si es maxilar o mandibular del lado correspondiente, por ejemplo: segundo molar mandibular del lado derecho es el 410 en la nomenclatura Triadan modificada (Figura 10).
BIOMECÁNICA
Una correcta comprensión de los movimientos masticatorios fisiológicos en la boca del equino nos va a proporcionar una gran ayuda a la hora de evaluar posibles cambios en dicho mecanismo, y en la relación que pudiera tener con problemas dentales asociados. Es muy importante, en este punto, tomarnos el tiempo suficiente para la observación del animal y de su forma de comer, para lo que tendremos que evaluarlo haciéndole comer alimentos de diferentes texturas.
En nuestra experiencia, es bastante común el escuchar por parte del veterinario e incluso de los propietarios,

Figura 10. Cuadrantes según la nomenclatura del Sistema Triadan modificado.
cómo identifican que los concentrados son más fáciles de comer que la ración de fibra (por ejemplo heno o paja). Esto tiene mucha lógica ya que el esfuerzo que tiene que hacer el aparato masticatorio para destruir la fibra, es mayor del que tiene que hacer para ingerir alimentos concentrados. Es por esto que en muchas ocasiones encontramos síntomas que nos pueden hacer pensar en problemas a nivel dental tales como el incremento del tiempo que tardan en comer la ración de heno, la elaboración de bolas de heno insalivadas que caen de la boca, los movimientos anormales a la hora de intentar masticar o incluso situaciones tales como animales que depositan su comida en el agua para intentar reblandecerla y que sea más fácilmente masticable. Situaciones como estas, extendidas en el tiempo, nos ofrecerán síntomas a nivel general tales como pérdida de peso y mala calidad del pelo. Es importante resaltar, como decíamos antes, que con la observación, podremos en la mayoría de los casos, anticiparnos a estos síntomas a nivel general.
Debemos reseñar de manera contundente que los hábitos alimenticios que favorecen que los équidos en libertad o semilibertad tengan comida basada en fibra, durante una media de 14-16 horas al día, son menos propensos a sufrir enfermedad dental, debido a que su organismo está diseñado para mantener un equilibrio positivo entre la ingesta y el desgaste del aparato masticatorio.
De manera descrita, la masticación de un équido comienza en un estado de reposo con la boca cerrada. En un primer momento, va a existir una ligera rostralización de la mandíbula respecto al maxilar, momento en el cual van a empezar a separarse y a lateralizarse. Una vez llegado al punto máximo de lateralización, comenzará la última y fundamental fase en la que el alimento va a ser triturado, elevando la mandíbula para poner en contacto las superficies oclusales mandibulares y maxilares desde caudal a rostral. Mediante la unión progresiva de las superficies oclusales, el alimento que se encuentra entre ellas, va a ser triturado y situado en sus caras vestibulares para, llegado poco a poco hasta la zona más caudal, ser deglutido (Figura 11).
Es de suma importancia valorar las características individuales que puedan estar aconteciendo en la boca de cada animal tales como la edad, que determinará el estado del aparato masticatorio (por ejemplo, caballos de edades comprendidas entre los 2,5 y 5 años, en pleno proceso de erupción de dientes permanentes). •

Figura 11. Esquema de los movimientos masticatorios en la boca del equino.
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