36 minute read

Alteraciones de los incisivos y su tratamiento

Next Article
En este número

En este número

• 2

2

• 0

º 6

C U

A TR I M E S T R E 2 02 1

º N •

ARTÍCULOS

ALTERACIONES DE LOS INCISIVOS Y SU TRATAMIENTO

Carla Manso1, Erik Renobell2, Alicia Martín-Sanz2, José María Galafate3 y Manuel Novales4 1Dipl.EVDC (Equine), EBVS Especialista europea en odontología equina 1, 2www.vetodontoequina.com 1-4Especialistas en odontología veterinaria y cirugía maxilofacial (UCM) 4Hospital Clínico Veterinario Universidad de Córdoba Email: cpmanso@hotmail.com

RESUMEN

Los incisivos son dientes hypsodontos que tendrán la función de cortar la comida en los équidos, siendo por ello de gran importancia en su alimentación, especialmente en caballos en libertad, ya que si presentan dolor no podrán coger y/o cortar la comida adecuadamente. Pero también nos influirá en su rendimiento deportivo ya que sus alteraciones podrán dificultarnos la movilidad de la mandíbula, con todas las repercusiones biomecánicas que esto tendrá en la movilidad de todo el animal y como consecuencia en su adecuado rendimiento deportivo. Debido a su localización rostral son los dientes más expuestos a traumatismos por golpes. Por ello, será muy importante revisarlos detalladamente para diagnosticar las diferentes alteraciones que podremos encontrarnos y tratarlas adecuadamente, y a pesar de ser los más fácilmente observables muchas veces no se diagnostican sus patologías.

Dependiendo de la edad nos encontraremos diferentes patologías, siendo algunas características de animales jóvenes (retención de incisivos deciduos...), otras de animales geriátricos (EOTRH...) y otras las encontraremos en todas las edades (fracturas, prognatismo/braquignatismo...). En un estudio realizado por los autores en 2008 un 26 % de los caballos presentaban alguna alteración en los incisivos14 .

Palabras clave: incisivos, traumatismos, maloclusiones, infecciones.

ABSTRACT

INCISOR ALTERATIONS AND THEIR TREATMENT

Incisors are hypsodont teeth that will have the function of cutting food in equids, being therefore of great importance in their diet, especially in horses in freedom, because if they present pain they will not be able to take and / or cut the food properly. But it will also influence its sporting performance as its alterations can hinder the mobility of the jaw, with all the biomechanical repercussions that this will have on the mobility of the whole animal and as a consequence of its proper sports performance. Due to their resurgent location, they are the teeth most exposed to shock trauma. Therefore, it will be very important to review them in detail to diagnose the different alterations that we can find and treat them properly, and despite being the most easily observable many times their pathologies are not diagnosed. Depending on the age we will find different pathologies, being some characteristics of young animals (retention of deciduous incisors), others of geriatric animals (EOTRH) and others we will find them in all ages (fractures, prognathism / brachygnatism...). In a study conducted by the authors in 2008, 26 % of horses had some alteration in the incisors.

Keywords: incisors, traumatism, malocclusions, infections

Los incisivos son dientes hypsodontos y por lo tanto tienen una erupción continua, erupcionando primero los incisivos deciduos (“de leche”) entre las 6 semanas y el año de vida, y posteriormente irán erupcionando los incisivos permanentes entre los 2 años y medio, y los 5 años. La forma y tamaño de los incisivos irá variando con la edad del caballo y por eso podremos saber la edad aproximada del caballo por los incisivos observando: si son incisivos deciduos o permanentes, el tamaño de los incisivos, la forma de unión, la forma de las superficies oclusales, la presencia de infundíbulo en la superficie oclusal (su forma y tamaño), la presencia de la dentina secundaria del canal pulpar en la superficie oclusal (su tamaño y localización), la presencia se surco de Galvayne (tamaño y localización); debiéndose tener siempre en cuenta las alteraciones específicas que pueda presentar el animal en los incisivos ya que el desgaste podrá variar en función de las alteraciones que presente, y si desgasta los dientes contra algo. Aunque la observación de los molares también nos será de utilidad, especialmente a ciertas edades.

Gracias a su posición rostral en la cabeza del caballo, serán los más fácilmente observables, y por ello serán remitidos frecuentemente al observar el veterinario de general o el propietario alteraciones en ellos. Para el adecuado diagnóstico y tratamiento de las patologías debemos conocer muy bien su anatomía y sus variaciones en función de la edad. Su posición también facilitará que casi todos los tratamientos que tengamos que realizar en los incisivos de los caballos los podamos hacer con una buena sedación y analgesia, si es necesario junto con una adecuada anestesia local: regional o del nervio, como se explicará en el artículo de protocolos anestésicos del próximo monográfico.

Las alteraciones más frecuentes que podemos encontrar en los incisivos de los équidos son:

INCISIVOS DECIDUOS RETENIDOS

Se trata de la presencia simultánea de uno o varios incisivos deciduos y los permanentes que deben erupcionar en su posición. Es muy importante diagnosticarlo y tratarlo en el momento adecuado ya que si extraemos el incisivo deciduo retenido cuando el permanente está erupcionando se desplazará a su correcta posición (si es posible por el espacio presente), pero si lo extremos cuando el permanente está totalmente erupcionado y el animal es más mayor ya no se desplazará. Será más frecuente en animales de entre 2,5 y 5 años que es cuando se produce la erupción de los permanentes, pero si no se trata a esta edad lo encontraremos en caballos más mayores, siendo en ellos el tratamiento más complicado. Por eso es muy importante revisar el cambio de dentición en potros. Será más frecuente en animales estabulados que en libertad, ya que en caballos que viven en libertad utilizan los incisivos para cortar comida durante más horas al día, y comen alimentos más duros siendo menos frecuente que queden retenidos.

De forma fisiológica la raíz de los incisivos deciduos se reabsorbe cuando va erupcionando el permanente,

por la acción de los osteoclastos, pero en algunos casos erupcionará desplazado el incisivo permanente y no se reabsorberá la raíz del deciduo, y en estos casos la extracción es más compleja, debiéndose tener cuidado de extraer la raíz entera ya que sino el diente permanente no podrá desplazarse a su correcta posición. Cuando el permanente erupciona desplazado, producirá dolor, puede provocar fiebre, molestias al comer y ser montados, inflamación del paladar... y en algunos casos serán necesarias radiografías para evaluar las raíces de los incisivos.

Para diferenciar los incisivos deciduos de los permanentes: los deciduos son más pequeños, suelen tener una coloración más clara, y el borde de la encía es más redondeada en el caso de los deciduos y más cuadrada en el caso de los incisivos permanentes.

Cuando nos encontramos con incisivos deciduos retenidos al plantearnos la extracción debemos valorar: si dificultan la erupción del incisivo permanente, si hay gingivitis y/o infección por quedar comida retenida, y si ha habido algún traumatismo. Siempre debemos plantearnos: ¿qué pasará si los extraigo?, teniendo en cuenta que la boca de los caballos es dinámica y los incisivos irán erupcionando.

Para realizar la extracción si la raíz se ha reabsorbido será sencillo, es suficiente con elevar la encía y tirar con un fórceps de incisivos; pero en los casos en los que la raíz está sin reabsorber será casi igual que la de un incisivo permanente, debiéndose elevar la encía con cuidado con elevadores adecuados, movilizar el diente para romper el ligamento periodontal y extraerlo con cuidado para que la raíz se extraiga entera, teniendo muy presente la forma de la raíz al tirar parta evitar fracturas. Es recomendable realizar radiografías para ver el tamaño y la forma de las raíces de los incisivos deciduos a extraer cuando no se tiene mucha experiencia, y en caso de duda para asegurarnos de que no han quedado fragmentos. Lo normal es que los incisivos permanentes estén localizados en la cara lingual, pero cuando son los incisivos deciduos que tenemos que extraer están situados en la cara lingual su extracción será más complicada.

Tras extraer los incisivos deciduos debemos valorar si el permanente tiene espacio suficiente para desplazarse a su posición normal, y en caso contrario se deberán recortar los incisivos adyacentes y/o el permanente a desplazarse para que pueda hacerlo. Tendremos que abrir los espacios interdentales con cuidado de no acercarnos a los canales pulpares pero dejando espacio suficiente para que el diente ocupe su posición normal.

Cuando lo encontramos en caballos mayores deberemos siempre valorar los beneficios de la extracción, ya que en muchos casos la extracción del incisivo deciduo retenido no dará lugar a que el permanente se desplace a su posición, y tendremos más problemas que beneficios ya que quedará un espacio que dará lugar a la formación de un sobrecrecimiento en el incisivo de la arcada contraria.

Según un estudio realizado por los autores en caballos menores de 5 años, un 29 % de ellos presentaba algún incisivo deciduo retenido14. En el próximo mono-

Figura 1. En esta imagen vemos cómo están presentes los incisivos deciduos 501 y 601, y en su cara palatal los permanentes 101 y 201. En este caso los incisivos 501 y 601 deberán ser extraídos.

gráfico se hablará más detenidamente de los incisivos deciduos retenidos y su tratamiento en el capítulo de odontología en animales jóvenes (Figura 1).

PRESENCIA DE FRAGMENTOS DE INCISIVOS DECIDUOS

Hay veces que los incisivos deciduos se rompen quedando fragmentos de ellos, que no dejarán que el permanente se coloque en su posición correcta. Frecuentemente acumularán comida entre los fragmentos del incisivo deciduo y el permanente que puede provocar enfermedad periodontal, llegando a dar lugar a infecciones en los incisivos permanentes.

Cuando nos encontremos con estos fragmentos debemos extraerlos, elevando la encía primero, y luego tirando suavemente con fórceps adecuados teniendo en cuenta la forma de las raíces, con cuidado de no romperlos, ya que frecuentemente son largos y delgados. Si queda algún fragmento del incisivo deciduo el permanente no se situará en su correcta posición. Se deberán hacer radiografías si es necesario para asegurarnos de extraerlos enteros.

Es frecuente encontrarnos simultáneamente incisivos deciduos retenidos enteros y fragmentos, como en esta imagen en las que tenemos retenidos 501 y 801, y fragmentos de 601 y 701 (Figura 2).

PRESENCIA DE INCISIVOS DECIDUOS POR NO ERUPCIONAR EL PERMANENTE

Nos podemos encontrar incisivos deciduos por una falta del incisivo permanente genética o por algún traumatismo. Al ser los incisivos deciduos más blandos que los permanentes desgastarán de forma desigual los incisivos, dando lugar a sobrecrecimientos que dificultarán la movilidad de la mandíbula. Debido al desigual desgaste de los incisivos darán lugar a maloclusiones (Figura 3).

LOCALIZACIÓN DESPLAZADA DE LOS INCISIVOS DECIDUOS O PERMANENTES

Lo podemos observar como consecuencia de: alteraciones genéticas, traumatismos o haber tenido retenidos los incisivos deciduos durante mucho tiempo habiendo provocado que los permanentes erupcionen desplazados. Dependiendo del caso deberán ser extraídos o no, debiéndose valorar siempre cómo evolucionarán los incisivos si lo extraemos. Son recomendables las radiografías para ver el estado del diente, especialmente en casos de traumatismos, para ver si presentan fracturas el diente o en los huesos. En casos de traumatismos podremos encontrar fracturas en la

Figura 2. En esta imagen 3d de tomografía computarizada podemos ver bien cómo los fragmentos de los incisivos deciduos pueden ser largos y finos, por lo cual debemos tener mucho cuidado de extraerlos enteros.

Figura 3. En esta imagen podemos ver cómo los incisivos deciduos 501 y 601 están presentes, siendo evidente en este caso que ha sufrido un traumatismo el animal por el desplazamiento de los incisivos 301, 302 y 401; habiéndose formado sobrecrecimientos en ellos.

Figura 4a. Figura 4b.

mandíbula o el maxilar. En la Figura 4a podemos ver como hay una fractura mandibular antigua que no se ha tratado, y como consecuencia de ello el incisivo permanente ha erupcionado desplazado de su posición normal. En la Figura 4b podemos observar un traumatismo antiguo que ha provocado una fractura con desplazamiento de los incisivos 201, 602 y 603 (que habían hecho una herida en la encía debajo de la lengua) dando lugar a que haya erupcionado el incisivo permanente 202 desplazado. La yegua al no poder masticar adecuadamente empezó a adelgazar y en ese momento se observó el traumatismo antiguo. En ambos casos se deberían haber tratado en el momento de las fracturas habiéndose podido salvar incisivos con un tratamiento con cerclajes.

ALTERACIONES EN EL NÚMERO DE INCISIVOS

Puede producirse tanto en el caso de los incisivos deciduos como en los permanentes, siendo más frecuente en los permanentes, podrá deberse a causas genéticas o traumáticas. Si se trata de una alteración genética podemos encontrar menos incisivos de los que debería haber (anodoncia, oligodoncia, hipodoncia) o más dientes (polidoncia) presentando incisivos supernumerarios, que podrán ser normales (suplementarios) o presentar alteraciones de forma, estructura (haplodontos, tuderculados) y/o localización. Los incisivos supernumerarios en caballos son la mayoría suplementarios, no siendo fácil diferenciar a menudo cual es el incisivo supernumerario. Son más frecuentes que los premolares o molares supernumerarios, su origen no está claro, habiéndose desarrollado diferentes teorías: una capacidad odontogénica aumentada, la división de un primordio dental, hereditario.

Dependiendo de cómo sean y donde estén situados en algunos casos deberán ser extraídos, pero en otros no molestarán. En ambos casos al no coincidir el número de incisivos de ambas arcadas se formarán sobrecrecimientos en los incisivos que dificultarán la movilidad mandibular, fundamentalmente la movilidad lateral (a uno o ambos lados), aunque dependiendo de la localización de los incisivos también podrá verse afectada la anteroposterior. Al verse alterada la movilidad de la mandíbula la eficiencia masticatoria estará disminuida y también nos afectará al rendimiento deportivo del animal; por ello se deberán reducir los sobrecrecimientos formados en los incisivos. Al reducir incisivos debemos tener mucho cuidado de no llegar al canal pulpar, por lo que es muy importante conocer bien la anatomía. La edad del animal la deberemos tener muy presente ya que con ella nos variará la forma y tamaño del canal pulpar. Para prevenir la formación de estos sobrecrecimientos será recomendable la revisión frecuente del animal, cada 6-8 meses, reduciendo las zonas sin oposición de los incisivos.

En la Figura 5a podemos observar como en el maxilar tenemos solo 4 incisivos, habiéndose formado por ello sobrecrecimientos en los incisivos mandibulares en las zonas sin oclusión que dificultaban la movilidad lateral de la mandíbula y por ello había adelgazado el caballo. En la Figura 5b podemos observar cómo hay una

Figura 5a. Figura 5b.

alteración genética en la que la mandíbula no tiene una forma normal y presenta solo dos incisivos mandibulares. El caballo lo ha presentado desde el nacimiento y piensan que pudo ser debido a algo que le pasara a la madre durante la gestación, pero no se sabe. A pesar de su falta de incisivos el caballo manteniéndose controlado come bastante bien.

BRAQUIGNATISMO O PROGNATISMO

Aparece cuando hay diferencia entre la longitud de la mandíbula y del maxilar de origen genético, provocado por un desequilibrio en el ritmo de crecimiento de los huesos craneofaciales. Se ve en los incisivos, pero normalmente afecta también a los colmillos, premolares y molares, dando lugar a que las superficies oclusales tanto de incisivos como de premolares y molares no encajen, y a que los colmillos tampoco tengan una relación normal entre sus posiciones, pudiendo estar enfrentados o demasiado alejados. Al ser de origen genético lo observaremos desde el nacimiento del potro, no estando estudiada su heredabilidad. En los casos en los que la mandíbula es más corta que el maxilar los incisivos maxilares están delante de los mandibulares y se denomina braquignatismo mandibular o maloclusión tipo II (comúnmente llamado “picón”), y en los casos opuestos en los que la mandíbula es más larga que el maxilar se denomina prognatismo mandibular o maloclusión tipo III (comúnmente llamado “belfo”) (Figura 6). Son mucho más frecuentes los casos de caballos que presentan braquignatismo que prognatismo, de los casos en los que no encaja según un estudio realizado por los autores14 un 80 % de los casos en los que hay una diferencia entre las longitudes es braquignatismo y un 20 % prognatismo; observándose una alteración en la longitud en un 9,3% de los caballos revisados14. Puede producirse en distintos grados, contactando los incisivos en parte o no contactando nada los incisivos maxilares y los mandibulares. Como consecuencia de que no encajen los incisivos, al producirse la erupción de ellos se formarán sobrecrecimientos que dificultarán la correcta movilidad de la mandíbula, llegando a impedirla. Al dificultar la movilidad de la mandíbula esto afectará a

Figura 6. En esta imagen vemos un caballo que presenta prognatismo mandibular.

la masticación y a la movilidad del caballo montado y como consecuencia a su rendimiento deportivo, afectando en mayor o menor grado dependiendo de la disciplina del animal si tiene uso deportivo (afectará más a los caballos de doma).

Si se diagnostica siendo el animal muy joven se podrá intentar retrasar el crecimiento del hueso de mayor longitud mediante tratamientos con diferentes placas colocadas con cerclajes en los incisivos y sujetas a los premolares, dificultando así el crecimiento del hueso, pero son tratamientos quirúrgicos efectivos en casos en los que no haya mucha diferencia entre la longitud del maxilar y la mandíbula, y son necesarias varias cirugías para ir cambiándolo, adaptándolo al crecimiento del potro.

En estos casos los incisivos al no desgastarse correctamente deberán reducirse progresivamente y durante toda su vida para que no impidan la movilidad mandibular, pero con mucho cuidado para no dejar expuesto el canal pulpar, teniendo muy en cuenta la edad del caballo. Si cuando se diagnostica hay que reducir mucho deberá hacerse poco a poco. En las dos imágenes de la Figura 7 vemos un caso en el que podemos observar cómo además de presentar un braquignatismo mandibular presenta también incisivos deciduos retenidos, algo frecuente en los casos en los que no contactan los incisivos. Por ello cuando veamos un potro que presente prognatismo o braquignatismo tendremos que estar muy pendientes de todo el cambio de dentición (de 2,5 a 5 años), tanto de incisivos como de premolares.

OTRAS MALOCLUSIONES FRECUENTES EN INCISIVOS

Además del prognatismo y el braquignatismo podemos encontrar otras maloclusiones que provocan que la forma de la unión de las superficies oclusales de los incisivos maxilares y mandibulares esté alterada.

MANdÍbULA dESPLAZAdA LATERALMENTE Lo podremos ver como consecuencia de alteraciones presentes en la boca del caballo que hacen que mastique prioritariamente de un lado, desplazándose la mandíbula como consecuencia de ello; o por alteraciones genéticas. Si el animal tiene dolor en una o varios premolares o molares masticará utilizando el otro lado de la boca para evitar el dolor, esto hará que los incisivos no desgasten de forma simétrica al contactar siempre los mismos incisivos, y los músculos masticatorios no se desarrollarán de forma simétrica; la consecuencia será ver que no coinciden la línea media de los incisivos maxilares y mandibulares, viéndose una línea de unión de los incisivos maxilares y mandibulares en diagonal.

Cuando revisamos un caballo en el que observamos que la mandíbula está desplazada lateralmente deberemos examinar detalladamente el lado en el que no mastica en busca de patologías, observándose en estos casos asimetría en los ángulos de las superficies oclusales de los premolares y molares. En algunos casos llegarán a presentar ángulos muy marcados en una de las arcadas (con la que no mastican). También habrá que revisar los incisivos con los que no mastica por si

Figuras 7a y 7b.

Figura 8. En la imagen de la izquierda (radiografía) y derecha (imagen 3d gracias al estudio realizado con tomografía computarizada) la desviación presente en un potro con Campolorrhinus lateralis, y cómo en este caso los incisivos no contactan. Figura 9.

el dolor está en los incisivos. La presencia de dolor en algún diente o de alguna patología que no permita el desplazamiento normal y simétrico de la mandíbula lateralmente (sobrecrecimientos, dientes supernumerarios, traumatismos…), podrá provocar que el animal no mastique de forma normal y simétrica. En estos casos habrá que tratar, si existe, las patologías que presenten los incisivos, premolares o molares.

También se deberán reducir los incisivos que están poco desgastados pero progresivamente, siempre que se traten también las otras patologías que presente para que el animal pueda masticar de los dos lados.

También nos encontraremos los incisivos desplazados lateralmente en casos de malformaciones faciales (poco frecuentes en équidos), entre las cuales destaca en Campylorrhinus lateralis (o wry nose), en el cual presentará una desviación de los huesos de la cara y cavidad nasal. En este caso los incisivos maxilares estarán desplazados, contactando las superficies oclusales de los incisivos maxilares y mandibulares parcialmente o no contactando. Como consecuencia de ello el desgaste de los incisivos no será normal, y por tanto unos incisivos estarán más desgastados y otros poco desgastados. En estos casos se diagnosticarán visualmente, pero será recomendable realizar un estudio radiológico, y si es posible tomografía computarizada para ver el alcance de la desviación. Los casos de Campilorrhinus lateralis si son graves se suelen sacrificar por las complicaciones para mamar, respiratorias y para comer que tendrá el animal. Se han tratado quirúrgicamente en algunos casos con buenos resultados cuando son leves (Figura 8).

En la Figura 9 vemos un caballo que presenta Campilorrhinus lateralis en un caso más leve, pero podemos ver como los incisivos maxilares y mandibulares no contactan correctamente al estar el maxilar desplazado hacia la izquierda del caballo. Al ser una alteración genética habrá que ir controlando los incisivos y reduciendo los que no contactan formándose sobrecrecimientos pero de forma suave ya que nunca tendrán una oclusión normal los incisivos.

CURVATURAS dORSAL y VENTRAL dE LA SUPERFICIE OCLUSAL Las más frecuente es la curvatura ventral (o boca en sonrisa). En ambos casos la movilidad lateral mandibular se verá disminuida o impedida, con las consecuencias que esto tendrá en la correcta masticación y en su rendimiento deportivo. Este tipo de oclusiones las encontraremos en casos en los que hay alteraciones en el número de incisivos como consecuencia de un traumatismo o con un origen genético. En estos casos se deberá ir igualando la forma poco a poco para permitir la movilidad lateral de la mandíbula, teniendo mucho cuidado de no llegar a los canales pulpares y no dejar falta de oclusión entre los incisivos.

ALTERACIONES EN EL ÁNGULO dE UNIÓN Van asociadas normalmente a casos de prognatismo o braquignatismo y podrán dificultar la correcta movilidad mandibular

dESGASTE dE LOS INCISIVOS CONTRA SUPERFICIES Pueden dar lugar a diferentes formas dependiendo de lo que origine el desgaste, y de que sea simétrico o asimétrico. Es frecuente en el caso de caballos que tragan aire, comen de un suelo con poca comida o muerden barrotes, puerta, comedero, bebedero…. El desgaste podrá hacer que los incisivos no contacten y podrá llegar al canal pulpar dando lugar a que se puedan infectar uno o más incisivos y esto le produzca dolor al animal. Habrá caballos que a pesar del dolor mantendrán su comportamiento y seguirán desgastándolos, por eso es recomendable que se intente evitar que puedan seguir haciéndolo. Es necesario revisar detenidamente todos los incisivos y realizar radiografías en caso necesario. En el caso de animales que estén sueltos les afectará en no poder cortar la comida ya que el contacto de las superficies oclusales de los incisivos no será normal dificultando que puedan cortar con ellos.

Si desgastan solo los incisivos maxilares o mandibulares, o solo un lado, provocarán que la forma de los incisivos no sea la normal y se produzcan sobrecrecimientos que en algunos casos se deben corregir. Si los canales pulpares están expuestos también se deberán tratar para evitar que se infecten (Figura 10).

Figura 10. En esta foto podemos ver un caballo que traga aire, pudiéndose observar como el desgaste de los incisivos maxilares y mandibulares es asimétrico, estando muy desgastados los incisivos maxilares. Podemos ver cómo debido al desgaste continuo de los incisivos maxilares contra la superficie, en este caso el comedero, al tragar aire, podemos observar la dentina secundaria del canal pulpar, presentando gingivitis; al igual que presenta bastante inflamación en el paladar.

FRACTURAS DENTALES

Las fracturas dentales están causadas por traumatismos, pudiendo afectar a los incisivos deciduos o permanentes. Es algo que nos encontramos frecuentemente tanto en caballos estabulados que se golpean en el box, o en el caso de caballos sueltos por patadas entre ellos ya que la zona de la boca más expuesta son los incisivos. Puede estar el diente entero y que presente una línea de fractura o que falte un fragmento del incisivo. En muchos caballos, especialmente jóvenes, el canal pulpar de forma natural se sellará con dentina terciaria para evitar la infección, y el diente seguirá erupcionando de forma normal. La pulpa dental equina es más celular que en el caso de dientes braquiodontos, lo cual explica la capacidad de regeneración y capacidad de responder a los traumas de los dientes en los caballos.

Es recomendable la realización de radiografías para ver si el canal pulpar está afectado y poder decidir cuál es el tratamiento más adecuado; y en caso de que lo esté puede producirse una infección en el diente por lo cual deberá tratarse lo antes posible para sellar el canal pulpar e impedir que se infecte.

Dependiendo del tiempo que haya transcurrido, localización de la línea de fractura, si el canal pulpar está afectado por la fractura, edad del animal, imagen radiológica, si los huesos están afectados, etc., deberemos elegir el tratamiento más adecuado: • En los casos en los que hay fragmentos, pero el canal pulpar no está afectado: debemos extraer uno o varios fragmentos; para ello deberemos separarlo del resto del diente con elevadores adecuados dependiendo de la forma de la línea de fractura, y extraerlo con fórceps adecuados para fragmentos de incisivos; y redondear la parte que queda de incisivo para que no sea cortante y pueda lesionar la mucosa oral. • Cuando se diagnostiquen en el momento de la fractura (menos de 48/72 horas como mucho dependiendo de la edad) y vemos que el canal pulpar ha quedado expuesto, deberíamos realizar un tratamiento restaurador del canal pulpar para sellarlo y evitar la infección mientras se forma el puente de dentina terciaria (pulpotomía), este tratamiento se

explicará en el próximo monográfico. Será recomendable dar antibióticos también. • Si el canal pulpar está afectado y han pasado más de 72 horas, pero ni la dentina ni el periodonto están afectados será recomendable realizar una endodoncia, para así evitar extraer el incisivo (tratamiento explicado igualmente en el próximo monográfico) • Cuando el canal pulpar está afectado por la infección y radiográficamente se observan signos de infección de la dentina, alteración en la estructura del incisivo, con presencia de granuloma apical, reabsorción de la raíz y estructuras periodontales afectadas, se debe extraer todo el incisivo al no ser vital el diente. Debemos elevar la encía con elevadores adecuados, movilizarlo con cuidado de no romper el incisivo, para romper el ligamento periodontal, y extraerlo con fórceps para incisivos teniendo siempre en cuenta la forma y dirección de la raíz en función de la edad. Si en las radiografías se han observado fracturas en los huesos que lo rodean hay que tener especial cuidado, y en algunos casos esperar a que cicatricen para realizar la extracción. Estas extracciones al ser zonas muy dolorosas para el animal por el traumatismo deberán hacerse con una buena sedación y analgesia y con anestesia local (como se explicará en el artículo de protocolos anestésicos del próximo monográfico).

Siempre se debe intentar salvar el incisivo si es posible ya que si lo extraemos se formarán sobrecrecimientos en los incisivos opuestos que se deberán ir reduciendo, algo que también pasará en los casos en los que se extraiga un fragmento e igualmente se deberá ir reduciendo para que no dificulte la movilidad mandibular (Figuras 11a, 11b y 11c).

INFECCIONES APICALES DEL INCISIVO

En caso de encontrarnos con infecciones en el diente, que pueden haberse originado en el infundíbulo por caries infundibular, el canal pulpar (como consecuencia de traumatismos frecuentemente), o en el periodonto como consecuencia de enfermedad periodontal; será necesaria la extracción del diente, a menos que pueda realizarse un tratamiento endodóntico para salvar el diente en los casos en los que el periodonto esté sano. Actualmente siempre se intenta salvar el diente para no extraerlo, ya que cuando se extraen al no encajar los incisivos se formarán sobrecrecimientos que dificultarán la movilidad mandibular, con sus consecuencias en la masticación y montados, por lo cual se tendrán que ir reduciendo periódicamente los sobrecrecimientos formados. Para saber el grado de infección y las partes del diente afectadas será necesario la realización de radiografías tal como se explicarán en al próximo monográfico.

Los incisivos del caballo desarrollarán infección apical con menos frecuencia que los premolares y molares,

A B

Figuras 11. En la Figura 11a podemos observar como el incisivo deciduo 601 presenta una línea de fractura con comida en medio que está provocando una gingivitis. Al presentar movilidad en ambos fragmentos era muy doloroso para el animal, por lo cual es recomendable extraer en este caso todo el diente al ser un incisivo deciduo, faltando pocos meses para erupcionar el permanente en el momento de tomar la fotografía. En la Figura 11b se vio a menos de 24 horas de producirse el traumatismo, ya que el propietario estaba presente. Al quedar expuestos los canales pulpares de 201 y 202 tras extraer los fragmentos móviles se realizó una pulpotomía sellando el canal pulpar de ambos incisivos; gracias a ellos los dientes han continuado erupcionando de forma normal sin presentar ninguna alteración pasados ya 5 años. Son casos que deberemos controlar periódicamente.

y a menudo darán lugar a fístulas que aparecerán en la zona de la raíz del incisivo afectado la encía, por la que saldrá pus. También podremos observar un cambio de coloración en el diente y una retracción gingival del incisivo. Para realizar el diagnóstico las radiografías oclusales serán imprescindibles.

Dependiendo de la edad del caballo variará bastante el tamaño del incisivo, y también en función del grado de infección. Para extraer el incisivo infectado habrá que elevar la encía con elevadores que tengan ángulo, movilizarlo con cuidado para romper el ligamento periodontal y extraerlo haciendo la fuerza con fórceps adecuados siguiendo la forma del diente para que no se rompa la raíz. En los casos de infecciones especialmente deberemos tener mucho cuidado al hacer la fuerza para extraerlo ya que el diente estará más blando por la infección y será fácil de romper. En caso de que se nos rompa tendremos que extraer el fragmento que queda, elevando el fragmento con elevadores largos, si es posible por extracción oral y si no lo es mediante extracción quirúrgica tal como se explicará en el próximo monográfico en el capítulo de cirugías orales. Siempre debemos intentar no agrandar el orificio al realizar la extracción ya que cuanto más grande sea más tardará en cicatrizar. Antes de la extracción será recomendable además de una buena sedación y analgesia la anestesia

Figura 12. En esta imagen podemos observar como el incisivo 401 y el fragmento presente de 301 presentan un cambio de coloración evidente, retracción gingival y presentaban mucho dolor a la palpación. Radiológicamente se confirmó la presencia de infección en el incisivo, que no era vital estando afectado el periodonto; por lo cual en este caso fue necesario extraer tanto 401 como el fragmento de 301. Figuras 13a, 13b, 13c. En estas imágenes vemos un caso en el que se produjo un traumatismo, pero lo vieron cuando ya habían transcurrido varios días, por lo cual se había formado tejido de granulación que impedía volver a poner los incisivos deciduos en su posición, y presentaba comida e infección local; por ello se decidió extraer los tres incisivos deciduos en este caso.

A

B

C

local y del nervio. Tras la extracción es recomendable administrar antiinflamatorio y antibiótico, y la utilización de fibrina rica en plaquetas para el rellenado la herida ya que acelerará la cicatrización. Es muy importante mantener la herida limpia tras la extracción ya que la zona ha presentado infección y se podrá impactar fácilmente con comida. Para limpiar la herida son recomendables los lavados con Clorhexidina diluida (Figura 12).

CARIES

En la caries se produce una destrucción de los tejidos dentales calcificados como consecuencia de actividad bacteriana como iniciadora del proceso. Podrán ser infundibulares o periféricas al igual que en los premolares y molares, siendo poco frecuentes en los incisivos. Dependiendo de los componentes del diente afectados podrá estar afectado solo el cemento infundibular o periférico, también el esmalte infundibular o periférico, llegar a afectar la dentina, y en casos avanzados el periodonto. Será importante realizar radiografías para ver el alcance de la alteración y si hay infección. En caso de que no haya infección realizaremos un tratamiento restaurador tal como se explicará en el próximo monográfico para evitar que avance la caries limpiando el infundíbulo y rellenándolo. Si el incisivo presenta infección con el periodonto afectado será necesaria la extracción del incisivo tal como se ha explicado anteriormente.

AVULSIÓN DE UNO O VARIOS INCISIVOS

Es frecuente en potros por traumatismos, pudiendo arrancarse el diente total o parcialmente, en algunos casos se podrán salvar los incisivos realizando un tratamiento adecuado (mediante cerclajes), pero en otros se deberán extraer. Si se trata de incisivos deciduos podrán verse afectados en el traumatismo los incisivos permanentes, viéndose desplazados los incisivos permanentes al erupcionar o faltando el incisivo permanente por perder el germen dental. Es necesario realizar un estudio radiológico para ver el nivel de afectación de los dientes y del hueso. Si se trata de incisivos deciduos, la radiografía permitirá, dependiendo de la edad del potro, evaluar la presencia del germen dentario del permanente. Frecuentemente al ser producido por un traumatismo encontraremos fracturas también de huesos que deberán ser tratadas en caso necesario. Si hay que extraer incisivos o han sido extraídos por el traumatismo deberán controlarse los incisivos periódicamente para que no se formen sobrecrecimientos que dificulten o impidan la correcta movilidad mandibular del caballo. Para poder salvar los incisivos será muy importante tratar lo antes posible la lesión ya que cuanto más tiempo pase, se formará tejido que dificultará la correcta recolocación, y también podrán infectarse los incisivos.

ALTERACIONES GENÉTICAS DE LOS INCISIVOS

Podremos encontrarnos alteraciones de la forma, tamaño o estructura que podrá afectar a los incisivos deciduos o permanentes, siendo menos frecuente en los incisivos deciduos. Son alteraciones genéticas que podrán afectar a uno o más incisivos. Dependiendo del tipo de alteración podrá producir que no encajen los incisivos de ambas arcadas dificultando la movilidad mandibular. Siempre que haya una alteración genética deberá controlarse los incisivos afectados y es recomendable realizar radiografías ya que si la forma o estructura no es normal se podrán infectar con mayor facilidad en algunos casos. Al ser alteraciones genéticas pueden ser heredables, pero no hay realizados estudios al respecto (Figura 14).

EOTRH (EQUINE OSTHEOCLASTIC TOOTH RESORPTION AND HIPERCEMENTOSIS)

Una alteración que se ha descubierto hace poco y cuyo origen todavía no está claramente determinado. En las raíces de los incisivos se producirá un proceso

Figura 14. En este caso el incisivo 302 presenta una alteración de la forma, el tamaño y la estructura normal del diente.

Figura 15. En esta imagen podemos ver un caso en el que podemos observar la deformación presente en la forma de todos los incisivos maxilares. ver en qué fase del proceso está cada uno de los incisivos, ya que observaremos diferentes fases de reabsorción e hipercementosis en los diferentes incisivos, con diferentes grados de alteraciones en el periodonto. Los dientes se deberán extraer cuando produzcan dolor al caballo, aunque hay veterinarios que los extraen todos en cuanto empieza el proceso, actualmente hay diferentes opiniones al respecto. La extracción es como la de los incisivos infectados explicada anteriormente, teniendo cuidado en el caso de los incisivos que presentan osteoclastia ya que serán fáciles de romper durante la extracción.

Es una alteración que observaremos en caballos geriátricos e irá avanzando con la edad, por lo cual se hablará más detenidamente de ella en el próximo monográfico en el capítulo de odontología en animales geriátricos (Figura 15).

de reabsorción osteoclástica con una posterior hipercementosis, por lo cual externamente se verá una deformación de las raíces de los incisivos cuando se presenta la hipercementosis. Los incisivos afectados llegará un momento en el que tendrán movilidad y sensibilidad, provocando dolor en el caballo al comer, principalmente al cortar con los incisivos. Será muy importante la realización de radiografías para

SARRO

Es poco frecuente en caballos la presencia de sarro en los incisivos, siendo más frecuente en caballos geriátricos. Cuando hay mucho sarro podrá presentar enfermedad periodontal pudiendo llegar a infectar el incisivo en casos extremos. Suele aparecer en casos en los que también hay sarro en los colmillos, especialmente en los mandibulares. Se deberá quitar para que no

Figura 16. En esta foto podemos apreciar como la encía está afectada por la presencia del sarro tanto en los incisivos como en los colmillos.

Figura 17. En esta imagen vemos un odontoma que había crecido rápidamente y al operarse a tiempo solo hubo que extraer aparte de la masa tumoral el incisivo 101, y tras cicatrizar no volvió a tener secuelas. vaya aumentando el acúmulo afectando los dientes, se deberán limpiar las placas de sarro, manualmente y/o con ultrasonidos (Figura 16).

TUMORES

Los tumores son poco frecuentes en los incisivos del caballo, siendo los más frecuentes los odontomas (más en el maxilar que en la mandíbula). Lo encontraremos con mayor frecuencia en animales jóvenes, siendo muy importante diagnosticarlo lo antes posible ya que crecen rápidamente siendo benignos pero muy invasivos. Deberá ser extraído lo antes posible por ser tan invasivo y doloroso para el animal, normalmente no tienen secuelas siempre que la extracción sea con un margen de seguridad. Cuando son pequeños se pueden quitar con el animal de pie con una buena sedación/analgesia y con bloqueo del nervio correspondiente. Si el tamaño es grande será necesario realizar una cirugía de mayor importancia. Normalmente hay uno o más incisivos implicados que deben ser extraídos por lo cual se deberán controlar los incisivos periódicamente tras la extracción para evitar que se formen sobrecrecimientos en los incisivos sin oclusión que dificulten la masticación y afecten igualmente el rendimiento deportivo del animal. Para diagnosticarlo será necesario un estudio radiológico y/o histológico (Figura 17).

Figura 18. En la imagen podemos observar un raro caso de ameloblastoma queratinizante en un potro.

También podremos encontrarnos menos frecuentemente: osteomas, osteosarcoma, ameloblastoma y cementoma. Para poder diagnosticarlos será necesario un buen estudio radiológico y/o histológico. Dependiendo del tamaño y el tipo de tumor podrá ser operado o no, ya que en algunos casos debido a las estructuras afectadas será complicada la supervivencia del animal si se opera. Por desgracia no hay muchos estudios sobre ellos y su pronóstico (Figura 18).

CONCLUSIÓN

Debido a la gran cantidad de patologías que nos podemos encontrar en los incisivos será muy importante realizar una buena inspección de ellos tal como se explicará en el próximo monográfico para poder diagnosticar y tratarlas lo antes posible, evitando así que avancen. Si el caballo presenta dolor y alteraciones en los incisivos, no podrá aprovechar bien la comida como consecuencia de su dificultad para cortarla debido al dolor o a la falta de contacto de los incisivos. Afectará también al aprovechamiento de la comida si tiene dificultada la movilidad mandibular ya que su eficacia masticatoria estará disminuida. Si las alteraciones presentes dificultan o impiden la movilidad mandibular afectará el rendimiento deportivo del caballo, ya que la movilidad mandibular es necesaria para la correcta movilidad de la cabeza, y si el caballo biomecánicamente no puede mover la cabeza de forma normal, como consecuencia de las alteraciones presentes en los incisivos, afectará al resto del cuerpo principalmente al cuello y al dorso. •

BIBLIOGRAFÍA

1. Barzakai SZ, Dental imaging. In Easly J and Dixon PM, eds.

Equine Dentistry 3rd ed. 199-230. Saunders-Elsevir. London 2010. 2. Butler JA, Colles CM, Dyson SJ, Kold SE, Poulos PW. Clinical radiology of the horse 2n ed. Blackwell Science London 2000. 3. Casey, M. A new understanding of oral and dental pathology of the equine cheek teeth. Vet. Clin. North Am. Equine

Pract. 29, 301–24, v (2013). 4. Dacre I. A review of equine dental disorders. The Veterinary

Journal 2005; 169: 165-187. 5. Dixon PM. Disorders of developmente and eruption of the teeth and developmental craniofacial abnormalities. In Easly

J, Dixon PM, Schumacher J eds. Equine dentistry (3rd ed).

Elsevier Ltd. London 2009. 97-113. 6. Dixon, P. M. & Dacre, I. A review of equine dental disorders. Vet. J. 169, 165–87 (2005). 7. Dixon, P. M. et al. Equine dental disease Part 1: A long-term study of 400 cases: disorders of incisors, canine and first premolar teeth. Equine Vet. J. 31, 369 – 377 (1999). 8. Dixon, P. M., Easley, J. & Ekmann, A. Supernumerary Teeth in the Horse. Clin. Tech. Equine Pract. 4, 155–161 (2005). 9. Earley, E. & Rawlinson, J. T. A new understanding of oral and dental disorders of the equine incisor and canine teeth.

Vet. Clin. North Am. Equine Pract. 29, 273–300, v (2013). 10.Easley,J,Dixon,P., Schumacher,J., Equine dentistry,Saunders

Elsevier, 3rd Edition (2010) 11.Foster, D. L. The gold standard of dental care for the adult performance horse. Vet. Clin. North Am. Equine Pract. 29, 505–19, viii (2013). 12.Linkous, M. B. Performance Dentistry and Equilibration.

Clin. Tech. Equine Pract. 4, 124–134 (2005). 13.Marshall, R., Shaw, D. J. & Dixon, P. M. A study of sub-occlusal secondary dentine thickness in overgrown equine cheek teeth. Vet. J. 193, 53–7 (2012). 14.Manso C., Renobell E, Martin-Sanz A y Galafate JM. Alteraciones de los incisivos en équidos. Congreso Internacional de Medicina Equina. Sevilla 2008. 15.Novales M., Galafate JM, Miró F, Manso C, Hernandez

EM, Mendez J. Campilorrhinus lateralis en dos potros: radiología vs tomografía computerizada. Congreso Nacional de la SEOVE 2013 16.Puchalscki SM. Computed tomography in equine practice.

Equine Veterinary Education 2007; 19 (4): 207-20 17.Rawlinson, J. T. & Earley, E. Advances in the treatment of diseased equine incisor and canine teeth. Vet. Clin. North

Am. Equine Pract. 29, 411–440, vi–vii (2013). 18.Saunders J, Nelson A, Vanderperren K. Particularities of equine CT. In Schwarz T and Saunders J. Veterinary computed tomography. John Wiley and Sons Ltd. 2011; 421-426. 19.Smallwood JE, Wood BC, Taylor E, Tate LLP. Anatomic reference for computed tomography of the head of the foal. Veterinary Radiology and Ultrasound: 2002; 43 (2): 99-117. 20.Staszyk, C., Bienert, A., Kreutzer, R., Wohlsein, P. & Simhofer, H. Equine odontoclastic tooth resorption and hypercementosis. Vet. J. 178, 372–379 (2008).

This article is from: