Instituto Santa Familia: El sacramento del matrimonio 8
Instituto Virgen de la Anunciación:
La Visita Eucarística 10
Instituto San Gabriel Arcángel:
Nuestra fraternidad /2 12
Instituto Jesús Sacerdote: El sacerdote /1 14
Donec Formetur:
La Santa Misa 17
Nuevo Papa León XIV 19
Compartir la Palabra: La Palabra de Jesús en el Evangelio20
XXV Capítulo Provincial 22
Ejercicios Espirituales de la FP 24
Jubileo de la Familia Paulina 25
En la casa del Padre 26
Calendario 27
Pensamientos del Fundador 28
Intenciones del mes de la Conferencia Episcopal Española
Por los migrantes y todos aquellos que sufren la precariedad económica, para que encuentren, con la ayuda de Dios y la solidaridad de todos, un camino de esperanza.
Por los cristianos, para que, con el testimonio de su vida y con su palabra, se conviertan en constructores de un mundo más humano y fraterno.
Por los sacerdotes, consagrados y laicos, que reemprenden las tareas pastorales al comienzo del nuevo curso, para que lo hagan con entrega renovada y espíritu apostólico.
2 Alégrate
Sumario
JulioJulio
AgostoJulio
Julio Septiembre
¡Feliz verano de oración!
Ordinariamente, durante el año tenemos nuestras agendas repletas de actividades, de compromisos. Por eso, estamos deseando que lleguen las vacaciones de verano, incluso si no tenemos pensado salir de casa, para dedicar más horas a la realización de actividades que, a lo largo del año, no hemos podido hacer. En definitiva, nuestra rutina da un giro inusual, y, aunque eso es bueno, deberíamos preguntarnos si, realmente, reservamos momentos para la oración diaria durante estos días de relajación.
Porque, hemos de admitirlo, el verano, además de ser una oportunidad para reavivar las relaciones con familiares y amigos, para reencontrarse con la naturaleza y con uno mismo, es también tiempo oportuno para orar. Para estrechar nuestra relación con Dios.
El verano, en efecto, no interrumpe -o no debe interrumpir-, el encuentro con nuestro Padre del cielo, tan vital y esencial para los creyentes. Cuando muchas actividades se suspenden, para la oración no hay vacaciones. Dios es la Fuente de Agua viva y recrea nuestras vidas. Por eso, es bueno mantenernos en su presencia. Una presencia que nos sostiene, nos ilumina, nos fortalece y nos recrea.
Estemos donde estemos en estos meses de verano: en la playa, en la cama de un hospital, con los amigos, en la montaña, en un voluntariado, con la familia…, escuchemos la palabra que delicadamente enamora; embarquémonos en aventuras que refresquen el alma y nos lleven hacia los hermanos.
Dios es manantial de agua viva, no dejemos de beber. Dios es susurro de música suave, pongámonos a su aire. Dios es luz, dejemos que ilumine nuestras oscuridades. Dios es un poema bellísimo en la creación, que tenemos que aprender a escuchar y cuidar.
¡Feliz verano de oración!
P. Antonio Maroño, SSP
conocer a san pablo
Primer viaje Los viajes paulinos
Cuatro son los viajes misioneros que realizó el apóstol Pablo para predicar el evangelio por diversas regiones del Imperio Romano, principalmente en Asia Menor y Grecia. Estos viajes contribuyeron significativamente al establecimiento y expansión del cristianismo en el mundo antiguo.
Los Hechos de los Apóstoles que, desde el capítulo 13 tienen como protagonista a San Pablo, junto con las Cartas, son la fuente principal que permite reconstruir los viajes apostólicos del Apóstol.
Primera visita de Pablo a Jerusalén y encuentro con Pedro: año 34/35. Comenzamos presentando la Segunda visita a Jerusalén (con ocasión del hambre): años 44/45.
Cronología esquematizada de los viajes:
Primer viaje misionero: año 46/48,
Concilio de Jerusalén: entre los años 48/49.
Segundo viaje misionero: año 50/52, Tercer viaje misionero: año 53/57,
Prisión en Cesarea: sobre los años 57/59,
Cuarto viaje de la prisión en Roma durante los años 60-62/63.
El año 63 consiguió libertad y pudo que realizara algún viaje. Según tradición antigua, aquí puede estar la oportunidad del anunciado viaje a España (cf. Rom 15,28).
Primer viaje:
El proyecto parte de una iniciativa de la Comunidad de Antioquía. Pablo sale con Bernabé (éste era originario de Chipre), y llevan como colaborador a Marcos, primo de Bernabé. Las ciudades visitadas fueron: Chipre, donde la comunidad judía era muy numerosa. Salamina, ciudad muy importante donde predicaron en la sinagoga.
De allí fueron a Pafos, ciudad marítima en la costa opuesta y residencia del Procónsul Sergio
Paulo, quien, después de haber escuchado a Pablo y presenciado un milagro, se convirtió al cristianismo con toda su familia. Zarpando de Pafos llegaron a Perge de Panfilia (donde Marcos decidió regresar a Jerusalén).
Prosiguieron, ya solos, Pablo y Bernabé atravesando la región de Panfilia hasta Pisidia, donde participando en la liturgia sinodal, Pablo anunció el Evangelio; un grupo de judíos se enfrentó con los predicadores cristianos por considerar su predicación una apostasía de la fe judía y, con la ayuda de mujeres importantes, lograron expulsarlos de allí.
Marcharon a Iconio, a unos 90 Km., entraron en la sinagoga (así lo hacían siempre que llegaban a una ciudad, ya que Pablo se dirigía en primer lugar a los judíos), donde anunciaron la salvación en Cristo Jesús; muchos judíos creyeron pero, los adversarios, que les habían seguido desde Panfilia, soliviantaron a la ciudad que se dividió en dos bandos. La situación se hizo tan peligrosa que Pablo y Bernabé huyeron a la región de Licaonia, a las ciudades de Listra y Derbe. Listra dista de Iconio unos 30 Km; aquí Pablo sanó a un cojo de nacimiento, lo cual causó tal maravilla que los habitantes, identificaron a Ber-
nabé con el dios Zeus y a Pablo con Hermes.
Entre los primeros cristianos de la comunidad de Listra está Eunice, madre de Timoteo, y su abuela Loida. Timoteo –según Hch 16,1-, era hijo de padre griego y madre judía. Pero unos judíos llegados de Antioquía e Iconio suscitaron el rechazo hacia Pablo y Bernabé, al punto que Pablo fue apedreado hasta dejarlo casi muerto. Pero se recuperó y marcharon a Derbe , donde predicaron el Evangelio con éxito.
De regreso a Antioquía de Siria pasaron por las diferentes comunidades evangelizadas, animando a los discípulos y exhortándoles a perseverar en la fe, sabiendo que hay que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios. El no visitar en este regreso las sinagogas, sino las casas de los cristianos, hizo el viaje mucho más discreto. Embarcaron en Atalía y, al llegar a Antioquía, quedaron con esa comunidad más de dos años. Total, del viaje, entre 1.000 y 2.000 Km.
En el año 49 se celebra el Concilio de Jerusalén, tal como relata Lucas en Hechos, 15.
Maite Ballesteros, isf
La actitud principal en la oración
Sentirse hijos
Con el bautismo nos convertimos en “hijos de Dios”. Esta identidad nuestra es una semilla depositada en nosotros, que tenemos la tarea de salvaguardar y hacer crecer. Insistimos en este tema, porque es esencial para que pueda darse una auténtica oración.
En tiempos pasados, antes del olvido de Dios que se da en nuestra cultura, la naturaleza filial se reconocía en todas las criaturas, incluso más allá de las pertenencias religiosas. Decir: “Todos somos hijos de Dios” significaba simplemente afirmar que todos somos iguales, con los mismos derechos y la misma dignidad.
Una tarea que tenemos encomendada
Ser hijos de Dios es también un camino progresivo encomendado a nuestra responsabilidad. La oración es el instrumento con el que podemos afrontarlo. Pero tenemos que estar atentos para no caer, sin darnos cuenta, en algunas trampas.
La primera es la de asumir sólo la forma de esta condición de los bautizados, pero no la esencia, que es vivir una confianza auténtica en Dios como Padre. Naturalmente, llegar a esto es algo que supera nuestras capacidades naturales. Pero afortunadamente,
Jesús nos ha enviado su Espíritu, que nos capacita para dar ese salto imposible humanamente, pero posible desde la fe.
Realmente, tenemos que sentirnos como niños pequeños, frágiles y necesitados para cultivar un auténtico diálogo filial con Dios. Dice san Pablo a los Romanos que “los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios” (Rom 8,14).
Mostrarnos ante Dios como somos
Presentarnos a Dios como hijos suyos es maravilloso en teoría, pero en la práctica no es tan fácil, pues se trata de aceptar nuestra debilidad y de no huir de nuestra condición vulnerable. Esto explica por qué hoy la vida espiritual es tan secretamente buscada y, al mismo tiempo, tan ignorada en la práctica. Si orar significa ponerse delante de Dios –y de nosotros mismos–, en actitud filial, entonces hay que liberarse del imperativo –hoy tan
extendido– de tener que aparecer siempre fuertes, exitosos y eficaces. Es importante pensar en la oración también como un acto contra todo lo que, fuera y dentro de nosotros, nos obliga a ocultar lo que somos, en lugar de sacarlo a la luz para que pueda ser visto, conocido y amado por Dios, y por nosotros mismos.
Afortunadamente, como hemos dicho, en esta batalla interna, contamos con la fuerza del Espíritu. San Pablo explica que, incluso cuando nuestra voz es débil o silenciosa, el Espíritu sigue gritando “Abba, Padre” y atestiguando a nuestro espíritu que lo que ha comenzado en nosotros no es una ilusión, sino la verdad de nosotros mismos, aunque a veces nos cueste aceptarlo.
Vivir esta actitud es el gran secreto de la oración cristiana, que nos dispone a una renovación constante del modo vivir nuestra relación con Dios. Orar no significa buscar sentimientos y emociones que nos hagan olvidar las cargas de la vida, sino modificar el modo de valorar la realidad y las cosas, aceptando que todo encuentra su sentido último en Dios.
Este es nuestro destino
Orar a Dios como hijos significa vivir con libertad y naturalidad
ante un Padre que seguirá siéndolo hagamos lo que hagamos y nos suceda lo que nos suceda. Cuando descubrimos que tenemos un Padre al que siempre podemos volver, nos volvemos invencibles, porque nada ni nadie podrá evitar que nos sintamos seguros, dentro de un amor grande y absolutamente fiel, por encima de nuestros merecimientos.
Esta es la mentalidad que la oración necesita alimentar: sentirnos y vivir como hijos. Esto nos libra de cualquier forma de complejo, narcisismo, y perfeccionismo. Porque ser hijos de Dios no es el premio reservado a una vida ejemplar, sino la gran dignidad a la que está destinado todo ser humano. A veces lo olvidamos, y corremos el riesgo de caer en el miedo de nuestra conciencia de pequeñez y de pecado, que es el distanciamiento de nuestro espíritu del Espíritu de Dios.
Pero el Espíritu no se cansa de repetirnos que Dios no se ha equivocado al querernos y amarnos. No sabemos lo que llegaremos a ser un día. Pero ya es hermosísimo lo que somos hoy: hijos amados de Dios, ciudadanos del cielo. Y así podemos y debemos orar y vivir.
José Antonio Pérez, ssp
El Sacramento del matrimonio es un don de dios
El sacramento del matrimonio es un gran regalo que Dios ha hecho a los esposos, para que puedan, de verdad, caminar hacia la santidad. Así podrán fructificar para la Iglesia y para los hombres
Esto es así, no porque los cónyuges consagrados puedan vivir juntos bajo el mismo techo, sino, sobre todo, porque mediante el don este sacramento, Dios ha unido la vida espiritual de ambos esposos. En efecto, el sacramento del matrimonio, uniendo espiritualmente a los cónyuges, une sus almas a Dios. Ha sido instituido en virtud de la vida divina de los dos esposos. El sacramento del matrimonio, vivido con espíritu de fe, ayuda a los esposos consagrados a comprender, cada vez mejor, que ha sido Dios quien los ha unido por medio del vínculo sacramental del matrimonio para que, obrando según la voluntad de
Dios, puedan alcanzar la santidad y llegar al cielo. Comprender esta verdad es muy importante para los esposos consagrados, porque hace del sacramento del matrimonio un don de Dios. Por esto, la gracia del matrimonio que los esposos han recibido en Cristo, mediante el Espíritu Santo, en su vida común ha de ser acogida e intercambiada, dando fruto para la Iglesia y para los hombres.
El sacramento del matrimonio nace del amor de Dios a los esposos
Es un don único, porque Dios lo dirige a cada uno de los cónyuges de manera indivudual y específica.
Y dado que Dios es Amor, todo lo que hace por el hombre es un regalo de su Amor: personal, único e irrepetible. Para cada uno de los esposos consagrados el sacramento del matrimonio es un don de Dios tan grande que no están en grado de comprenderlo plenamente, ni de calcular su valor y significado. Lo único que los esposos consagrados deben hacer es aceptar con gratitud el regalo del sacramento que Dios les hace y hacer todo lo posible para que dé frutos espirituales abundantes en la vida conyugal y familiar.
El sacramento del matrimonio es una fuente inagotable de gracias
Las gracias concedidas a ellos, son necesarias para realizar el encargo que Dios les ha hecho. Y para no desperdiciarlas, cada uno de los esposos consagrados tendrá que responder, con plena responsabilidad, al don del sacramento del matrimonio recibido de Dios. porque aquel al que Dios da sus dones también habrá de rendir cuentas un día ante Dios.
Aceptando el sacramento del matrimonio, los esposos deben valorar el tiempo que se les ha concedido.
Y esto significa que, siendo consciente del don del tiempo en la vida matrimonial y familiar de valorar cada año, cada día, cada hora y valorar el tiempo que se les concede como una expresión del amor de Dios para con ellos. Por esto, tratarán de corresponder fielmente al don del tiempo vivido juntos gracias al sacramento del matrimonio, puedan obtener la gracia de la salvación eterna, “El tiempo está en las manos de Dios, nuestros días, como los siglos, están en las manos de Dios. Cada año, cada día, cada hora es una nueva expresión del amor que Dios nos tiene. Porque cada hora que se nos da es un don, para que, a través de la prueba de la fidelidad, podamos asegurar nuestra salvación eterna y la de nuestros hermanos. Pero, como para Cristo, también para nosotros la vida tiene que ser una realidad en crecimiento. Para nosotros, este crecimiento tiene que darse en el orden natural, humano, pero también en el orden sobrenatural, como hijos de Dios”, ”Hijos de Dios” (P. Stefano Lamera, SSP).
Don Slawomir Sznurkowski, ssp
La Visita Eucarística
La Visita es útil dividirla en tres partes: el primer punto es para estimularnos en la fe, el segundo para estimularnos en la santidad, el tercer punto es para estimularnos más al amor de Dios y al amor del prójimo
¿Cómo hacer la Visita? Se puede hacer de una manera o de otra. Cuando comencé a predicar un alma vino a decirme: “Para mí es muy confortante que san Juan, el apóstol más joven, haya querido posar su cabeza sobre el pecho adorable de Jesús; para mí la Visita es esto: poner mi cabeza sobre el pecho adorable de Jesús”. En cuanto al modo de hacer la Visita, generalmente es útil dividirla en tres partes: el primer punto es para estimularnos en la fe, el segundo es para estimularnos en la santidad, el tercer punto es para estimularnos más al amor de Dios y al amor del prójimo.
La primera parte ejercicio de fe. Hacer la lectura de un fragmento del Evangelio, el que se prefiera, luego ejercitar nuestra fe sobre los puntos que se leyeron. ¡La fe! ¡Qué creamos
en su Palabra! Segunda parte: el examen de conciencia, meternos a confrontar con Jesús: ¿Cómo era su humildad, y cómo es la mía? ¿Cómo oraba Jesús y cómo oro yo? ¿Cómo era la paciencia de Jesús, incluso con los verdugos; y nosotros tenemos un poco de paciencia? Etcétera.
Comparémonos con Jesús. ¿En qué cosas ya nos parecemos a Él? ¡Cuánta paciencia en Jesús que fue crucificado! ¿Nosotros tenemos esta paciencia? ¿Y cómo ha actuado Jesús en su vida privada? La obediencia, el progreso: “Crecía en sabiduría, edad y gracia” (Lc2,52); y el celo de Jesús en la vida pública. ¿Y vosotras estáis verdaderamente orientadas al apostolado? ¿Y cómo queremos nosotros participar en la pasión de Jesucristo?
Si Jesucristo ha sufrido mucho por nosotros en la cruz,
también nosotros debemos dar una contribución, y esto es que también nosotros participemos en los dolores y penas de Jesús por la salvación de los hombres. Porque el apostolado principal es el sufrimiento por quienes están alejados de Dios; la redención está allá, en la cruz, y nuestra parte y nuestra contribución a la salvación de los hombres, en primer lugar, es la paciencia y el sufrimiento.
Sí, la Visita puede ser hecha en tres partes: ejercicio de fe, ejercicio que abarca la esperanza y, esto es, el examen de conciencia y luego los actos de amor. Por tanto, la Comunión espiritual; quien ha hecho los votos los renueva; quien en cambio lo prefiera, recite el Rosario, escogiendo los misterios según el día.
El santo cura de Ars estaba muchas horas en la Iglesia, especialmente al principio, cuando era párroco de Ars. Cada día veía a cierto campesino, que posaba sus instrumentos de trabajo allí, delante de la iglesia, entraba en la iglesia y se detenía por cierto tiempo; y no movía los labios, pero miraba el Tabernáculo. Entonces le preguntó: “Pero, ¿qué le dices al Señor?”. “Yo lo miro a Él, Él me
mira a mí: esto hago”. Así es, ¡el corazón de Jesús y el corazón de aquel campesino se entendían entre ellos! Sí, ¡son almas que ya han obtenido grandes gracias y dones!
Que nosotros podamos empeñarnos todos los días en la Visita, hasta donde sea posible. Y si alguna vez se está lejos de la iglesia, se hace la adoración ante el Crucifijo, en casa. Sí, si hay algún impedimento: Mañana es la gran fiesta de María, la Asunción de nuestra Señora, el gran dogma definido por el Papa Pío XII. Es necesario que imitemos el ejemplo de María en el día de la aparición del Arcángel, cuando el Hijo de Dios se encarnó en su seno: “Et Verbum caro factum est” [Y el Verbo se hizo carne].
Desde ese momento María acompañó a Jesús, y no se le despegó hasta que Jesús expiró en la cruz. Y, por tanto, María, allá en el pesebre adoraba al Niño, lo alimentaba y lo llevaba consigo y al mismo tiempo lo reconocía como Hijo de Dios. Estaba como madre y como adoradora. Y luego, siempre con Jesús. ¡María y Jesús siempre juntos! ¿Tenemos este deseo? ¡Tengan este deseo! ¡Este deseo y esta vida eucarística!
Alégrate 11
bto. Santiago Alberione, "meditaciones para consagradas seglares", pp. 481-484
Nuestra fraternidad /2
En el número anterior, haciendo un rápido recorrido por las etapas fundamentales de la vida y misión del Gabrielino, hemos llegado a la primera profesión de los consejos evangélicos. Ahora llegamos al final del recorrido, vivido siempre en intenso amor a Dios y a los hermanos
9.
La profesión de los consejos evangélicos, en los primeros tres años, es anual. Luego, se renueva por un bienio, a cuyo final se emite la profesión perpetua que vincula al miembro con Instituto por toda la vida.
10. Los profesos juzgados idóneos por parte del Delegado Provincial, son admitidos a la profesión perpetua por el Superior General, con el consentimiento de su Consejo, después de haber formulado el candidato, por escrito, su demanda de admisión.
11. Al admitido en el Instituto se le invita a mantener una prudente reserva, pues ser laico consagrado significa no tener señales externas que lo distingan de los demás. Esto permite una mayor libertad de penetración evangélica en la sociedad y del
ambiente en los que ha sido llamado a operar por el Reino de Dios (...).
12. Por razones particulares, el Superior General puede alargar el periodo de la profesión temporal por otros dos años y, a quien tenga necesidad, concederle un período de suspensión del vínculo de unión con el Instituto, siguiendo firmes los compromisos de la Consagración. Durante tal período, la fraternidad ruega por él, a fin de que sea iluminado sobre el modo de orientar su vida de la mejor manera posible (…).
13. Por válidas razones, expresadas en un cuidado informe del Delegado Provincial, con el consentimiento del Consejo del Instituto, los miembros profesos pueden ser admitidos por el Superior Provincial a la renovación
de la profesión temporal y, por parte del Superior General, a la profesión perpetua.
14. El Gabrielino que, al vencimiento del plazo de su consagración temporal, opta por no renovarla, o ha obtenido, por graves motivos, a juicio del Superior General, el indulto de abandonar el Instituto, deja de pertenecer a él, y queda libre de todo vínculo consiguiente.
15. En cualquier momento, incluso después de la profesión perpetua, el Superior General, siguiendo las normas en el Derecho Canónico y el Estatuto, puede expulsar del Instituto San Gabriel Arcángel, a quien cause algún daño grave al Instituto y no se arrepienta no obstante las exhortaciones recibidas.
16. Antes de ser despedido, el Gabrielino tiene el derecho de exponer sus propias razones al Superior Provincial, que serán atentamente analizadas, antes de que sea emitido el decreto de dimisión.
17. El compromiso de pertenecer al Instituto y de ser admitido a la profesión de los votos de pobreza, obediencia y castidad, en el celibato, se expresan mediante un acto personal, siempre en la presencia del Delegado Provincial y, en cuanto sea posible, del Superior General, del Delegado General, del Superior Provincial o de otro sacerdote Paulino que haya sido delegado por ellos.
Giancarlo Infante, Gabrielino de Italia
El sacerdote
Historia salvífica de un bautizado /1
A la tentación de permanecer enredados en los engranajes frenéticos de la sociedad contemporánea, que quiere transformar al hombre en un vagabundo en el tiempo, en lugar de ser un peregrino en la historia, no escapa nadie, y mucho menos nosotros, los sacerdotes.
El sacerdote ocupado, en mil cosas “que hacer”, corre el riesgo de olvidar lo que es: discípulo siguiendo al Maestro, testigo de la esperanza que no defrauda, hombre elegido y llamado a estar con Él, para ser enviado al mundo a llevar la buena nueva del Evangelio. El sacerdote es un hombre elegido entre los hombres y constituido, en favor de los hombres, en las cosas que conciernen a Dios. El sacerdote durante su vida pasa por distintos estados y momentos, donde se rumian las mociones del Espíritu Santo. En situaciones de pruebas, dificultades y desolación nunca debe perder la paz que nos da
el Señor y la fecundidad que el Espíritu quiere regalarnos.
El tiempo que vivimos es un tiempo que nos pide no solo detectar el cambio, sino acogerlo con la consciencia de que nos encontramos ante un cambio de época.
El cambio siempre nos presenta diferentes modos de afrontarlo; el problema es que muchas acciones y actitudes pueden ser útiles y buenas, pero no todas tienen sabor a Evangelio. El centro de la cuestión está en esto, en discernir si el cambio y las acciones tienen o no sabor a Evangelio.
Existe una tentación que consiste en buscar formas
codificadas, ancladas en el pasado y que nos “garantizan” una forma de protección contra los riesgos, “refugiándonos” en un mundo o en una sociedad que no existe más como si ese determinado orden fuera capaz de poner fin a los conflictos que la historia nos va presentando. Es la crisis de ir hacia atrás, para refugiarnos. Una actitud puede aparecer en la vida del sacerdote es la de un optimismo exacerbado; ir demasiado lejos sin discernimiento y sin las decisiones necesarias. Este optimismo termina por ignorar los heridos de esta transformación y no logra asumir las tensiones, complejidades y ambigüedades propias del tiempo presente y “consagra” la última novedad como lo verdaderamente real, despreciando así la sabiduría de los años. Son dos tipos de huidas, son las actitudes del asalariado que ve venir al lobo y huye: huye hacia el pasado o huye hacia el futuro. Ninguna de estas actitudes lleva a soluciones maduras. En lo concreto del hoy, es allí donde debemos detenernos, en lo concreto del hoy.
Sin embargo, me gusta la actitud que nace de hacerse cargo con confianza de la realidad anclada en la sabia vida de la
Iglesia que nos puede permitir remar mar adentro y sin miedo. En este momento histórico, Jesús nos invita, una vez más, a “remar mar adentro” con la confianza de que Él es el Señor de la historia y que, de su mano, podremos discernir el horizonte a transitar.
Nuestra salvación no es una salvación aséptica, salvación de laboratorio, no, o de espiritualismo desencarnado -la tentación del gnosticismo, sigue presente, es moderna, es actual-; discernir la voluntad de Dios es aprender a interpretar la realidad con los ojos del Señor, sin necesidad de evadirnos de lo que acontece a nuestro pueblo y sin la ansiedad que lleva a querer encontrar una salida rápida y tranquilizadora de la mano de una ideología de turno o una respuesta prefabricada, ambas incapaces de asumir los momentos más difíciles e inclusive oscuros de nuestra historia. Por estos dos caminos terminaríamos por negar nuestra historia de la Iglesia, que es gloriosa por ser historia de sacrificios, de esperanza, de lucha cotidiana, de vida deshilachada en el servicio, de constancia en el trabajo que cansa.
ijs
Antonio Díaz Tortajada,
La Santa Misa
«Es la renovación del sacrificio de la cruz» (DF 76)
Al tratar el amplio tema de la Eucaristía, el Fundador, después de invitarnos a vivir intensamente el rito de la comunión con la preparación “completa” de toda la persona -preparación de la mente, de la voluntad y del corazón- pasa a ilustrar más ampliamente el tema de la Santa Misa.
La santa Misa (DF 76)
1) Es la renovación del sacrificio de la cruz, de forma incruenta, sobre nuestros altares, para adorar, dar gracias, satisfacer y orar, en Jesucristo y por Jesucristo, a Dios nuestro Padre.
2) Tiene frutos generales y especialísimos. Es el centro y principal acto de culto. Es el centro y principal práctica de piedad. Es santo y saludable oirla a menudo y participar enteramenta en ella comulgando.
3) Muchos son los métodos para participar en la Misa... Sugerimos: a) desde el principio al evangelio, honrar a Jesús-Verdad meditando y
aplicando la doctrina sagrada, especialmente la epístola y el evangelio. b) Desde el evangelio al Padrenuestro, honrando a Jesús-Camino hacia el Padre, especialmente en la pasión y en la oración. c) Desde el padrenuestro al final, honrar a Jesús-Vida del alma, con la comunión y con la gracia santificante y medicinal.
Los aspectos sobre los que el P. Alberione llama aquí nuestra atención son los esenciales relativos al sacrificio eucarístico: que es la “renovación del sacrificio de la cruz, de forma incruenta. Sobre nuestros altares”. Y los fines por los que se hace son: “adorar, dar gracias, satisfacer, orar, en
Jesucristo y por Jesucristo, a Dios nuestro Padre”. Al Fundador le apremia, sobre todo, insistir en el método camino-verdad-vida, por lo demás, tan en sintonía con el desarrollo de la Misa: liturgia de la Palabra (verdad), liturgia eucarística (camino), ritos de la comunión (vida).
A la santa Misa, el P. Alberione le ha dedicado la máxima consideración. Indudablemente, las páginas más luminosas a este respecto son las que encontramos en el segundo volumen del UPS, páginas 25-36. He aquí solo algunas perlas:
- La Misa es el sol de la piedad, reina de las devociones, fuente del agua de vida y de las gracias, que comunican los sacramentos.
- La Misa es el sufragio más eficaz para el purgatorio.
- La Misa luz, sacrificio, injerto del precioso olivo en un olivo silvestre, que es el hombre pecador.
- La Misa gloria del sacerdote, fortaleza de los mártires, alimento de las vírgenes, la oculta potencia del apostolado, del escritor, del predica-
dor, la alegría del verdadero cristiano.
- La eterna Misa celebrada por el Sumo Pontífice en el cielo glorifica a Dios y da gozo a los Bienaventurados” Santiago Alberione (UPS, II, p.25).
Y, además: «La Misa Sacrificio de Jesucristo , que se ofrece de nuevo a sí mismo como HombreDios en adoración, alabanza y acción de gracias... hechos, estos, de “valor moral infinito». Dios recibe en paridad todo lo que tiene derecho a tener; nada puede impedir estos efectos. Además, Jesucristo en la Misa satisface por nuestros pecados e implora las gracias. Purifica y lo obtiene todo; pero todo se aplica a nosotros en la medida de nuestras disposiciones, arrepentimiento y confianza.
La Misa, Sacrificio de la humanidad. Se ofrece «pro nobis et totius mundi salute». La cruz es el centro de la historia humana (...) Así como en el desierto los hebreos mordidos, mirando a la serpiente de bronce, preparada por Moisés, eran curados. Allá en el Calvario, María, por medio de su Hijo, aplastaba la cabeza de la serpiente.
La Misa, sacrificio de la Comunidad y de nuestra Familia. También ella tiene pecados por los que satisfacer, gracias que obtener. También dar gloria a Dios y llevar, con el apostolado, paz a los hombres...
La Misa, Sacrificio del Religioso. El religioso renueva el ofrecimiento de sí mismo conformando su voluntad con el querer divino; y en Cristo será hostia, esperando la gloria... Gloria proporcionada a la muerte de sí mismo; ¡como exaltación en la resurreción final!
La Misa, Sacrificio del Sacerdote. El centro de la jornada es la consagración. Aprende hasta qué punto debe amar a las almas: «Yo me inmolaré por vosotros». «Nadie ama más que el que muere por el amado». Siendo «Alter Christus» ya se ha impuesto una suerte: consumarse todo él mismo por las almas: tiempo, salud, ingenio, descanso, dinero, estima, comodidad, sentimientos... Siervo de las almas.
La Misa, Sacrificio del paraíso, del purgatorio, de la Iglesia. La Misa alegra a todo el cielo y obtiene las oraciones de los santos y de los ángeles... La Misa es alivio,
como principal sufragio, de las almas que sufren por el retraso de la llegada al cielo, y asegura la amistad de ellas con nosotros. La Misa es el gran poder y seguridad de la Iglesia: Jesús está con ella, pero crucificado, cordero degollado y siempre vivo: que en todo momento renueva su pasión por el continuo sucederse de Misas en el mundo” (Ibid, pp. 29-31).
Más aún: «La Santa Misa es el mismo sacrificio de la cruz.
Solo se diferencia de él por el hecho de que la Misa es sacrificio incruento, mientras que en el Calvario fue cruento... La Hostia es la misma: esto es, Jesucristo, Dios y hombre. En efecto, por las palabras de la consagración, Jesucristo asume la forma y posición externa de la muerte: por una parte, tenemos el cuerpo; por la otra, la sangre. El sacerdote principal es el mismo, Jesucristo, que ya en la cruz, inflamado de amor y por obediencia, sufrió y se ofreció por nosotros al Padre» (G. Alberione, Brevi meditazioni per ogni giorno del anno, p. 439).
Don Guido Gandolfo, ssp
Nuevo papa, León XIV
Elnuevo Pontífice León XIV, Robert Francisco Prevost Martínez, nació en Chicago, Illinois (Estados Unidos), en el seno de una familia católica, el 14 de septiembre de 1955. Tiene nacionalidad estadounidense, pero tras su amplia estancia como misionero agustino en Perú, recibió también la nacionalidad de este país, donde fue obispo de Chiclayo. Pero también cuenta con raíces españolas por parte de su madre.
Fallecido el papa Francisco, el pasado 21 de abril, pocos días más tarde, el 8 de mayo, la Iglesia Católica da comienzo a una nueva etapa con la elección del nuevo papa, León XIV para que Dios conceda a la Iglesia el Papa que mejor sepa despertar las conciencias de todos y las fuerzas morales y espirituales en la sociedad actual, caracterizada por un gran progreso tecnológico, pero que tiende a olvidarse de Dios. El mundo de hoy espera mucho de la Iglesia para la tutela de esos valores fundamentales , humanos y espirituales, sin los cuales la convivencia humana no será mejor ni portadora de bien para las generaciones futuras”. Podemos pensar que la oración de los cardenales fue escuchada.
El cardenal Re, decano del Colegio Cardenalicio, invitó así a la oración a los cardenales electores, en la Misa “pro eligendo Pontifice”, solo unos días antes del comienzo del Cónclave: “Recemos
Redacción
La Palabra de Jesús en el Evangelio
He encontrado varias reflexiones a este versículo, que se encuentra en el Evangelio de san Juan en el Domingo de Pentecostés, ciclo C. Es muy bueno meditar el Evangelio del Domingo. Cada tres años se repite. Si lo hacemos encontramos cómo el Espíritu Santo siempre nos enseña algo nuevo. Es inagotable su sabiduría. Pero hay que perseverar en el texto durante toda la semana, porque normalmente no se descubre lo nuevo si no se le ha dado tiempo en ambiente de oración. A veces esto ocurre en el mismo Domingo; otras, hay que esperar incluso hasta el viernes. Pero cuando hay que esperar tanto no importa nada, porque se intuye que lo que se va a encontrar es algo extraordinario, y ha merecido la pena esa espera.
“Si alguno me ama, guardará mi Palabra” (Jn 14, 23a). Es la respuesta de Jesús a Judas (no el Iscariote) en la última Cena cuando éste le pregunta: ¿por qué hablas de mostrarte solamente a nosotros y no al mundo?
La primera reflexión dice así: No es fácil guardar la Palabra, guardar algo es envolverlo en papel o tela para que no coja polvo y se mantenga con el mismo lustre, y luego ponerlo en un sitio reservado, para que nadie lo coja fácilmente y se lo lleve o lo rompa. La Palabra de Dios es lo mismo en el cuidado, pero con la particularidad de que se utiliza, hay que vivirla cada día, no se puede ocultar ni olvidar. Guardar la Palabra sin que pierda brillo, es cuidarla y llevarla a la práctica siempre, la Palabra se convierte así en nuestro fundamento de vida, en nuestro ser, y la Palabra es Jesucristo, inseparable del Padre y del Espíritu Santo.
Guardar la Palabra lleva también a guardar con cuidado mi vida, mis relaciones con los demás, conmigo misma, y con el Señor; no se puede ir deprisa, con atolondramiento, la Palabra se puede “romper” por eso hay que guardarla con todo cuidado. Una segunda reflexión es esta: Guardar la Palabra del Señor es vivir en el amor, y tenemos que luchar para que nadie nos lo robe. Vivir siempre amando, aunque tengamos que sufrir.
Si amo a Jesús he de demostrárselo guardando su Palabra. Es decir, acogiéndola, viviéndola por encima de los estados de ánimo, De esta forma me hago receptora del mismo Dios, me uno a sus deseos, a su Voluntad, y nos hacemos tan agradables a Él que viene a morar, a vivir en nosotros: “Y mi
Padre lo amará y vendremos a él para hacer nuestra morada en él.” (Jn. 14,23b).
La tercera y última dice así: Guardo la Palabra de Dios cuando amo. Cuanto más amamos, más nos parecemos a Él, porque Dios es amor.
Cuando amamos traemos el Cielo a la Tierra porque el mismo Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo viene a habitarnos y a irradiar su influencia a través de nosotros, seres humanos.
Hemos de cuidar mucho a estos sublimes huéspedes, y no hacer nada que pueda disgustarlos; hacer todo lo que les agrada a Ellos, y pensar en Ellos y no en nosotros.
Mari Muñoz, isva
XXV Capítulo Provincial - SSP España
Los Paulinos de España hemos celebrado, del 19 al 21 de junio, el XXV Capítulo Provincial, que estuvo precedido, del 15 al 18, por la Primera Asamblea Provincial. El Superior General, P. Domenico Soliman, ha participado en ambos acontecimientos.
En la Asamblea han participado todos los Paulinos de este país y una señora del Instituto Santa Familia, esta, en representación de los cuatro Institutos Paulinos. Tres expertos -uno de ellos en temas carismáticos, otro en cuestiones editoriales y, el tercero, en vida consagradahan iluminado, con interesantes conferencias, a los integrantes de la Asamblea, centrados en redactar el objetivo general, las prioridades y líneas de acción
del Documento Programático de la Provincia paulina de España, para el cuatrienio 2025/2029.
El cometido del XXV Capítulo Provincial, integrado por los miembros de derecho y los delegados de las Comunidades paulinas, de acuerdo con lo establecido en nuestras Constituciones, se centró, básicamente, en revisar y aprobar, canónicamente, el Documento Programático elaborado por la Asamblea, y en la elección de los cuatro Consejeros Provinciales, que acompañarán al Superior General, P. Miguel Carmen Hernández, en el Gobierno de nuestra Provincia en el próximo cuatrienio a partir de la celebración del citado Capítulo Provincial.
El viernes, día 20, tuvo lugar la primera reunión del nuevo Consejo Provincial, acompañado por el Superior General, en que el Superior Provincial, con el consentimiento de su Consejo, hizo los primeros nombramientos de los hermanos que desempeñarán diversos servicios en la Provincia.
Nuevo Consejo Provincial
Ejerecicios espirituales de la Familia Paulina
/ 2025
«Peregrinos de la esperanza»
Bajo el lema “Peregrinos de la esperanza. Inspirados por el apóstol san Pablo”, 28 miembros de la Familia Paulina en España –12 pertenecientes a la Sociedad de San Pablo, 4 Hijas de San Pablo, 6 Pías Discípulas del Divino Maestro, 6 de los Institutos Paulinos–, nos hemos dado cita en el pueblo segoviano de Navas de Riofrío, desde el 26 de mayo hasta el 1 de junio, para hacer los Ejercicios Espirituales correspondientes al Año Jubilar 2025. El predicador ha sido el franciscano P. Juan Fernando Cuenca, especialista en san Pablo. En las fotos, los integrantes del grupo.
Jubileo de la Familia Paulina
LA Familia Paulina en España celebró la Solemnidad de San Pablo Apóstol con una peregrinación a la Iglesia jubilar de la Basílica menor del Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles (Getafe, Madrid).
El 30 de junio de 2025, Solemnidad de San Pablo Apóstol, fiesta litúrgica concedida por la Santa Sede a la Familia Paulina, coincidió también con el Jubileo de la Familia Paulina promovido por el Gobierno general para la celebrar juntos, rn todo el mundo paulino, el Año Jubilar.
Con el tema, «La reconciliación en la Familia Paulina», más de 40 miembros de diferentes congregaciones e institutos paulinos subieron hacia el Cerro de los Ángeles para este peregrinación.
El P. Jhon Fred Caranzo fue el «guía» de la peregrinación que empezó en la capilla de la Comunidad de Carril del Conde de las Hijas de San Pablo y terminó en frente del sagrario de la Basílica. Después de la peregrinación, se celebró en la Basílica la Eucaristía de la Solemnidad de San Pablo presidido por el P. Carlos Eduardo Aguirre.
El Superior provincial, P. Miguel Carmen Hernández, recordó a todos de la importancia de este día y de los acontecimientos de este año que hay que agradecer a Dios, recordando, especialmente, a los sacerdotes paulinos que, en el día 30 de junio celebran el aniversario de ordenación presbiteral.
+ Rosa Mirta
Fonseca Longo, ISF
Rosa Mirta Fonseca Longo nació en Villa María/Córdoba (Argentina), el 18 de noviembre de 1945. Contrajo matrimonio con Alfredo Denicola, en Villa María, el 2 de enero de 1965. Tuvieron dos hijos, una hija y un hijo.
Ambos esposos ingresaron en el Instituto Santa Familia, en Mar del Plata (Buenos Aires / Argentina), el 25 de agosto de 1985, comenzaron el noviciado el 30 de diciembre de 1987, hicieron la Primera Profesión de los consejos evangélicos el 30 de diciembre de 1989. Y en cuanto a la Profesión Perpetua, Rosa Mirta la formalizó el 30 de diciembre de l994 y su marido, Alfredo, el 28 de diciembre de 1997.
En el mes de abril del año 2002, por motivos económicos y políticos, este matrimonio, del Instituto Santa Familia, emigra a España, ubicándose en la ciudad de Málaga, donde residía su hija Claudia, que también había emigrado a esta ciudad, con su familia, algunos años antes.
Llegados a España, Rosa Mirta y Alfredo se pusieron pronto en contacto con el Superior Provincial y el Delegado del Instituto Santa Familia en este país, manteniendo con ellos una fluida correspondencia e integrándose bien en el Instituto en nuestro país.
Pero su implicación fue corta, porque apenas 10 años después Alfredo tuvo que regresar a Argentina por motivos de salud; y Rosa Mirta, que siguió en Málaga, al lado de su hija, no tardó en verse afectada por diversas enfermedades de carácter degenerativo, que sobrellevó de manera ejemplar. Muy debilitada, descansó en el Señor, en la ciudad de Málaga, el 10 de mayo de 2025.Descanse en paz.
5. Aniversario de la muerte de la Hna. Elisa Ríos, HSP (1990).
6. Jornada Mundial de Responsabilidad del Tráfico.
8. Comienzo de la Sociedad de San Pablo en Bilbao (1934).
9. Aniversario de la muerte del P. Justo Fernández, SSP (2005).
20. Aniversario de la muerte del Hno. Eugenio Bañuelos, SSP (1995).
25. Fiesta del Apóstol Santiago, Patrón de España.
26. Jornada Mundial de los abuelos y personas mayores.
27. Aniversario de la muerte del venerable Mayorino Vigolungo (1918).
31. Aniversario de la muerte del P. José Fernández de Larrea, SSP (2011).
7. Aniversario de la muerte del P. Miguel Fernández de Prada, SSP (2001).
- Inauguración del primer Tabernáculo de la Familia Paulina, en Alba (1915).
15. Solemnidad de la Asunción de la Virgen María.
15. Comienzo de la adoración eucarística nocturna de la Pías Discípulas (1924).
20. “Dies natalis” de la Sociedad de San Pablo, en Alba (1914).
- Aniversario de la muerte del P. Antonio Fernández, SSP (2013).
- Aniversario de la muerte del Hno. José Antonio Caño, SSP (2019).
29. Aniversario de la muerte del Hno. Manuel Regueiro, SSP (2004).
30. Aniversario de la muerte de la Hna. Teresita Herrero, PDDM (1949).
- Aprobación definitiva de las Pías Discipulas del Divino Maestro (1960).
1. Jornada Mundial de Oración por toda la Creación (11ª).
3. María Madre del Buen Pastor, Fiesta Titular de las Pastorcitas.
4. San Gregorio Magno, papa y doctor de la Iglesia.
- Aniversario del fallecimiento del V. Andrés Mª Borello, SSP (1948)
- Aniversario de la muerte del Hno. Julián Villaizán, SSP (2003).
- Aniversario de la muerte del Hno. Matías Morán, SSP (2020).
8. Fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen.
- Dies natalis de las Apostolinas, 1959.
12. El P. Alberione, en el Santuario de la Moretta (Alba), recibe el encargo de dirigir la Gazzeta d’Alba: comienzo del apostolado de la comunicación social (1913)
- “Dies natalis” del Instituto de San Gabriel Arcángel.
14. Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.
15. Aniversario de la muerte de la Hna. Clara Queboli, HSP (2013).
- Aniversario de la muerte de José Lozano Alonso, ISF (2019).
17. Jornada Mundial del Turismo
- Aniversario de la muerte de la Hna. Anunciatina Guidi, HSP (1996).
- Aniversario de la muerte del P. Horacio Solís, SSP (2020)
19. “Dies natalis” del Instituto Paulino “Jesús Sacerdote”.
28. Jornada Mundial de Oración por el emigrante y el refugiado (111ª).
- Aniversario de la muerte del P. Julio Bayón, SSP (2013).
29. Fiesta de los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. Titular del Instituto San Gabriel Arcángel.
Pensamientos del Fundador
Nuestro Señor los ha elegido para la obra del Evangelio, Jesús es verdaderamente el Maestro de todo, nunca lo hacemos tan bien como cuando hacemos lo que hizo Jesús (FSP31*, 118).
INSTITUTOS PAULINOS DE VIDA SECULAR CONSAGRADA
Protasio Gómez, 15 28027 MADRID
+34 917 425 113 institutos@sanpablo.es
Si ni siquiera saben el camino para ir de aquí a Turín, no importa, siempre y cuando sepan el camino para ir al cielo. Pueden prescindir de todo, pero no del camino del cielo (FSP31*, 123)
La gran obra es difundir el Evangelio. ¡Aquí es donde reside el arte! Dar a conocer a Jesucristo y a la Iglesia no depende tanto de escribir, sino de difundir (FSP31*, 125).
Jesús dijo a Marta: «Sí, las cosas exteriores, pero primero santificar el alma»; y a María: «Sí, las cosas interiores, pero, aunque necesarias, no deben estar separadas de la caridad hacia los demás» (FSP31*, 156).