Capítulo 2
espiritual del ser humano es profundamente activa y está orientada hacia la novedad, el crecimiento personal y la reestructuración del ambiente en que vive por lo cual hay que darle la oportunidad de hacerlo. La persona que logra realizarse es mentalmente sana, sabe llevar las riendas de su propia vida; escucha a los demás pero decide por sí misma; cumple sus deberes con entusiasmo; sabe trabajar pero también pasarlo bien, a diferencia del neurótico que se siente culpable en la diversión. No busca soluciones perfectas, pero una vez que tiene una idea clara, trata de llegar a la mejor solución posible. Es valiente, pero no temeraria, austera pero no miserable, condescendiente pero no tonta, digna pero no pedante y engreída. No siente la necesidad de andar buscando siempre la aprobación de los demás ni de hacer frecuentes demostraciones de su capacidad. No se avergüenza de su origen, ni del entorno en que vive, ni de sus padres, ni de su apariencia física, ni del color de su piel. Es productiva y creativa. El principal impulso de su vida está dirigido a desarrollar sus capacidades, no a acumular riquezas ni honores, logrando realizar muchas cosas debido a que no desperdicia su energía tratando de alcanzar tales honores o de impresionar a los demás. Tiene un notable sentido de sí misma, sabe quién es, qué quiere y hacia adónde va. Sabe lo que le gustaría hacer y si las circunstancias se lo permiten, procura hacerlo.
El origen de la palabra persona
Según la etimología tradicional de “persona”, la palabra viene de personare “resonar”, y alude a la máscara que los actores usaban en el teatro. Esta máscara tenía un orificio a la altura de la boca y daba a la voz un sonido penetrante y vibrante: personare “resonar”. Así pues, persona significaría primero “máscara”, “papel de actor”, “carácter” y finalmente, “persona”. Persona correspondería al griego próposon “cara”, y a partir del Imperio romano significaría “persona”.
Para pensar Si un hombre es llamado a ser barrendero, debería hacerlo como Miguel Ángel pintaba, o como Beethoven tocaba música, o como Shakespeare escribía poesía. Debería barrer tan bien que todos los anfitriones de la tierra y del cielo se detengan para decir: “Aquí vivía un barrendero grande que hizo su trabajo bien”.
Martin Luther King Jr. Líder de los derechos civiles de Estados Unidos
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Editorial Panamericana, Inc.