A medida que el siglo XX llegaba a su fin, la ciudad de Nueva York iba apagándose como capital cultural. El vibrante centro de la ciudad se había convertido —«gracias» a inyecciones de dinero fresco— en un museo moribundo, en el patio de recreo de banqueros y de la nueva hornada de profesionales punto com. Si querías vivir el rock and roll, la ciudad de Nueva York era el último lugar al que ir. Y, sin embargo, la década siguiente, este mismo escenario se convertiría en la plataforma de un radical renacimiento cultural. ¿Cómo sucedió todo esto?
En este fascinante relato oral de quienes estuvieron allí, tocando en bandas, sirviendo copas, firmando cheques e informando de lo que ocurría, Lizzy Goodman recopila la crónica del renacimiento del rock neoyorquino.