Tras bambalinas en el sector El salvavidas
Entre las tantas aristas del turismo hay una que nos lleva a pensar de inmediato en Pamela Anderson, la sensual C. J. Parker de la serie televisiva Baywatch. Su escultural figura en el emblemático traje de baño rojo nos viene a la mente cuando mezclamos los ingredientes salvavidas, playa y vacaciones. En los últimos tiempos nos llama la atención que no hay muchos salvavidas en playas, balnearios y clubes de República Dominicana, ya sean públicos o privados. Y estamos conscientes de la importancia de este personal encargado de proteger la vida de los bañistas. Para convertirse en salvavidas es fundamental conocer todas las técnicas de salvamento y primeros auxilios, resucitación por ahogo, técnicas de entrada al agua, pero en especial es obligatorio saber nadar muy bien, además de tener pleno conocimiento de cada detalle de esta profesión. También es necesario saber
transportar a los accidentados y ser capaz de prevenir accidentes. En muchos países la edad mínima requerida es de 18 años. Parte de la rutina diaria de un socorrista consiste en tareas de prevención, entre ellas advertir a los bañistas de posibles peligros: si hay zonas de rocas, si conviene mantener a los niños pequeños alejados del agua, si hay “bandera roja”. Debe vigilar atentamente todo lo que ocurre y mantener en buenas condiciones el puesto de primeros auxilios y el material sanitario. En caso de que alguien sufra un percance, el salvavidas debe ayudarle. Los accidentes pueden ser de diversa índole, desde picaduras de medusa y ahogamiento, hasta paros cardíacos e indigestiones. En cualquier situación, este profesional ha de saber aplicar los cuidados de emergencia de lugar. Si el incidente ocurre mientras la víctima está en el agua, tiene que rescatarla.