La flor en que amaneces

Page 1


LA FLOR EN QUE AMANECES número dos


SERIE ASTEROIDE


LA FLOR EN QUE AMANECES / ANTOLOGÍA POESÍA SEGUNDA EDICIÓN ©SERIE ASTEROIDE VENEZUELA / 2020 DEPÓSITO LEGAL: ZU2020000187


©EDICIONES AZALEA COMPLICES: ©EDITORIAL LETRANCHA ©COBIJO LABORATORIO CREADOR CULPABLES: FLORIMAN BELLO FORJONELL MARIO PANYAGUA EDGAR SÁNCHEZ LUIS CONDE MONCAYO ANTONIO VARGAS LUIS IGNACIO CÁRDENAS COLABORADORES: FADIR DELGADO ACOSTA FRANCISCO TREJO LEO LOBOS CORRECCIÓN: MARÍA GABRIELA LOVERA DISEÑO EDITORIAL LUIS IGNACIO CÁRDENAS PARA SUGERENCIAS O QUEJAS ESCRÍBANOS A EDITORIALAZALEA@GMAIL.COM


Índice Milagro Meleán / Venezuela

P/10

Francisco Trejo / México

P/14

Marta Cwielong / Argentina

P/18

Sandriuska Theremin / Chile

P/22

Juventino Gutiérrez Gómez / México

P/26

Andrea Sofía Crespo Madrid / Venezuela

P/32

Ignacio Aru / Costa Rica

P/36

Tallulah Flores Prieto / Colombia

P/40

Luis Perozo Cervantes / Venezuela

P/44

Estefany Vaca / Ecuador

P/52

Fredy Yezzed / Colombia

P/58

Sofía Alvarado Cortés / México

P/64

Eugenio Ribas Pis / Venezuela

P/70

Ireri Campos Alva / México

P/74

Rebeca Henríquez / El Salvador

P/80


Juan Romero Vinueza / Ecuador

P/84

Carlos Manuel Villalobos / Costa Rica

P/88

Gabriela Rosas / Venezuela

P/92

Manuel Adrián López / Cuba

P/96

Hubert Matiúwàa / México

P/100

Marisa Russo / Argentina

P/104

Pilar Ferreyra / Argentina

P/108

Alejandro Indriago / Venezuela

P/112

José Miguel Méndez Crespo / Venezuela

P/120

Lázaro Tello Pedró / México

P/124

Nathaniela Montilla Querales / Venezuela

P/128

Leo Lobos / Chile

P/132

Carolina Quintero Valverde / Costa Rica

P/136

Javier Alvarado / Panamá

P/142

Brenda Ríos / México

P/148

Livia Esmeralda Vargas / Venezuela

P/154

Marlon Arguello Vargas / Nicaragua

P/158



Nota editorial Esta ediciĂłn estĂĄ dedicada a todos aquellos seres humanos torturados y muertos en manos de la policĂ­a.


10 Milagro Meleán

Maracaibo - Venezuela / 1994. Estudió Letras Hispánicas en la Universidad del Zulia. Selección de poemas inéditos suyos del libro Método Formal han aparecido en la revista Poesía de la Universidad de Carabobo, en la revista española La Náusea (número especial titulado «Doce poetas latinoamericanas del siglo XXI») y en la revista AWEN. Resultó tercera finalista en el concurso de poesía Hugo Fernández Oviol y obtuvo una mención en el III concurso de poesía Rafael Cadenas. Actualmente, junto al poeta Freddy Yance, dirige el espacio audiovisual La Casa Andrógina, en el cual llevan un registro crítico y de lectura sobre la poesía venezolana; bajo el mismo nombre han desarrollado una editorial independiente y abierta para quien quiera dar a luz un cielo.


Imagino que es de noche y sonidos látigos se repiten. El movimiento de nubes también suena: Hora precisa para amar de olvido. Carezco de utilidad en el rincón blanco. Imagino vendrás. Aquí escuchas esta invocación –imprudente confidencia–. Imaginamos que es de noche. El ruido se disipa de sombra.


Dirás que mañana empieza tu jornada, seguiré sembrada en la página que dejas si el poema no te basta, el tiempo sobrepásame y reirás con otros rostros, otras palabras cubrirán de espuma tu piedra. Vendrás encerrado de libertad sin la página, otro lenguaje acariciarás a esta hora: Imagino tu cara empezando otro libro o viajando en tu ciudad con temor de otros seres. La página doblada será anuncio del mutismo ahora mío. Poemas del libro Raíz de Cactus (inédito)



14 Francisco Trejo

Ciudad de México / 1987. Es poeta, ensayista, investigador y editor. Maestro en Literatura Mexicana Contemporánea por la Universidad Autónoma Metropolitana. Cofundador y director de Nueva York PoetryReview. Autor de Derrotas. Conversaciones con cuatro poetas del exilio latinoamericano en México (2019), Penélope frente al reloj (2019), Balada con dientes para dormir a las muñecas (2018), De cómo las aves pronuncian su dalia frente al cardo (2018), Canción de la tijera en el ovillo (2017/2020), Epigramas inscritos en el corazón de los hoteles (2017), El tábano canta en los hoteles (2015), La cobija de Ares (2013) y Rosaleda (2012). Una muestra de su obra ha sido incluida en la Antología general de la poesía mexicana. Poesía del México actual. De la segunda mitad del siglo XX a nuestros días (2014). Entre otros reconocimientos, obtuvo el VIII Premio Nacional de Poesía Ignacio Manuel Altamirano 2012, el XIII Premio Internacional Bonaventuriano de Poesía 2017 y el VI Premio Internacional de Poesía Paralelo Cero 2019.


X Nacer es caer y reventar en sangre. —Caigo lo que pesa el coral de mi cerebro—. El alma es mar: vino a romperse en los acantilados. Cuando nace un hombre, antes de sentir el pecho de su madre, recibe un golpe: el llanto es la queja de estar vivo. —Yo prolongué mis lágrimas—. Inconclusos y cadaverales, retratamos aspectos que nunca permanecen. No concluimos la luz del nacimiento. Somos destellosofuscados. Somos presas del oprobio en la vagina sofocante del mundo.


IV Dicen que el silencio no existe, pero es el silencio lo que soy cuando me adentro más en la garganta. Silencio es la serpiente que aprieta el cerebro y lo adormila. Silencio es el corazón que se cierra como puño por la cólera. Silencio es la traumaraña que anestesia los muros de la boca. Silencio es buscar, como hormigas, el refugio de la tierra. —Mi casa es el polvo, la forma incuestionable de la muerte. De Canción de la tijera en el ovillo Ícaro Ediciones, 2020



18 Marta Cwielong

Longchamps / Argentina. Ha publicado: Razones para huir; De nadie; Morada (Valencia, España); Pleno de ánimas; Las vírgenes terrestres (observación de poetas latinoamericanas, trabajo de investigación y creación); La orilla; Memorias del hambre (Ediciones POE Guatemala); 2 Poetas de Argentina publicación compartida con Mariana Vacs (Ediciones Corazón de Mango, Colombia); No esperes que me anuncie, publicación bilingüe catalán-castellano compartida con el poeta valenciano Pere Bessó. Ha participado en numerosas antologías y festivales de poesía de Latinoamérica. Su poesía ha sido traducida al catalán, polaco, italiano y francés. Es embajadora de La Guacha Revista Nacional de Poesía. Pertenece a la consejería editorial de la Revista Literaria Taller Igitur de Mexico.


La casa de la infancia tenía higuera, gallinas, tomates y radicha amarga, Creo que la nonna la cocinaba para las próximas penurias ella sabía que la guerra no tiene final viene vestida de maneras diversas a veces largos cielos de florido plumaje nos distraen luego la bestia sepultada emerge hambrienta oscura, cruel roba el porvenir trae puñales, mordeduras y miseria muchos nos abrazamos, salimos de madrugada a trabajar hacemos nidos, pequeñas casitas de hornero para cobijar prendemos el fuego para la vigilia dejamos puertas entreabiertas pero no hemos ganado la partida no hay indulgencia el negocio de las armas no reconoce a los niños, la hambruna, el abrazo de la madre el negocio de las armas no nació de mujer no fue parturiento desgarradas entrepiernas colgadas


fue de piernas sin vagina sin pechos henchidos para alejar las muertes/enfermedades y tienen poder sobre el rostro del tiempo entonces quĂŠ hacer con lo violento con esa incompresible necesidad de matar de esos hijos de mujer paridos quĂŠ hacer con ellos.


Los perros son otros pero aparecen / cada tanto, fragmento de alguna historia. Extraño, no creí pertenecer a alguna. Los días fueron sucediendo/ como las nubes. Todavía no entiendo qué hice con las horas. Hasta cuándo hay inocencia? No puedo recordar mi infancia. Quién era mi padre? borracho por las noches, refugiado, el nazi, un polaco, un alemán el que salvó a la niña del campo minado quien amaba a mi madre quien amaba a madre de mi hermana quien castigaba a mi hermano el ateo el nazi el que hace que no tenga memoria?


22 Sandriuska Theremin

Santiago de Chile. Thereminista, música, compositora, escritora, editora y miembro de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor. Poemas, entrevistas y artículos suyos han aparecido en la revista virtual de arte Lakúma-Pusáki (www.poesias.cl) y en Nube Cónica, Revista de Poesía Chilena Latinoamericana (www. nubeconica.cl). Es editora en Marciano Ediciones e integrante de la banda de Poetas Marcianos. Singles: Una Mujer. Gabriela Mistral (2019); Padre Nuestro, poema de Winett de Rokha (2019) y Clara (2020).


CLARA Qué importa Clara qué importa que tus brazos estén mustios qué importa Qué importa Clara qué importa que tus brazos estén Qué importa si tus manos danzan como amapolas con los sonidos de éter


RESPIRO AZUL Azul respiro Azul respiro a mi gente de la tierra Azul respiro Azul respiro a mis ancestros Azul respiro Azul respiro el ĂĄrbol sagrado que conecta el cielo y la tierra Azul respiro Azul respiro la injusticia y violencia a la que se somete mi pueblo. Azul respiro Azul respiro la sabidurĂ­a de mi pueblo. Azul respiro Azul respiro la resistencia de mi pueblo. Azul respiro Azul respiro mi pueblo mapuche.


KallfüNeyün Incheneyünkiñekallfüdungu Ñipuche, mapuñipüñeñ Ta ñikuifikecheyem Chi rewereñmaulelu chi wenu ka mapuengu Ñipuchefeiñikimün Ñipuchefeiñiyafün Incheneyünkiñekallfüdungu Ñipuche, mapuñipüñeñ


26 Juventino Gutiérrez Gómez México - Oaxaca / 1985. Licenciado en Creación Literaria de la UACM. Cursó la Especialización en Literatura Mexicana del Siglo XX en la UAM-Azcapotzalco. Está antologado en los libros Los coleópteros enfebrecidos (UACM, 2013) y Poetas de reserva (Ediciones Fósforo, 2013). En 2015, su poemario En Ayuujk surca la memoria fue seleccionado para publicación en la convocatoria «Parajes», emitida por la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca. Su obra Alfombra roja mereció una mención honorífica en el Concurso Nacional de Poesía «Francisco González León», 2016. Otra mención honorífica le fue concedida en el Concurso 49 de la revista Punto de Partida de la Universidad Nacional Autónoma de México en 2018. Fue becario del PECDA (2017) y del FONCA (2015-2016).


A un albaĂąil TĂş que llevas en la sangre el caudaloso deslizar de las arenas y en el cuerpo el brioso porte de las rocas, te entrego estas mansas palabras para que las acomodes, una a una como ordenadas tejas, sobre el techo de tu memoria.


Fisura del hermano Apolonio Hermano, a veces me pregunto por qué tu nombre no ilumina en mi poesía, ─como ciertos lampíridos iluminan el oscuro bosque de sus hogares─ si en la Antigua Grecia, tu nombre retumbó en las palabras: Parábola, hipérbola; en los cálculos matemáticos. Quizás sea porque tu nombre orbita mejor en la libertad del espacio y no en mi varíllica armazón de palabras.


Los sueños se construyen en distintos escenarios La lluvia, sonora de madrugada en los oídos de las casas y relámpagos asestan una cruz en el tronco de los árboles, recuerdo entonces que allá, pasando esas lomas, hay hombres que duermen bajo techos de cartón y todas las mañanas suben a la ciudad a fabricar casas de concreto.


Abro el cigarrillo como si fuera una hoja de tabaco y aspiro ávidamente la ausencia de tu vida. Es tan hermoso sentirse fuera, deseoso de verme y nunca escuchado. Soy cruel, lo sé, pero la jerga de los poetas es ésta: Un largo silencio encendido después de un larguísimo beso. Alda Merini Milán, 1931/ 2009



32 Andrea Sofía Crespo Madrid Valencia - Venezuela / 1995. Poeta, narradora. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca. Ha publicado Tuétano (La Poeteca, 2018). Ha sido finalista en el III Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas (Venezuela, 2018). Sus textos también pueden encontrarse en publicaciones digitales como El puente es la palabra (antología de poetas venezolanos en la diáspora); Revista de Literatura y Arte LP5; El Cautivo; Digopalabratxt; Enfermaria 6; Letralia; Canibalismos, entre otras. Su último libro es Tuétano/Marrow (Ojos de Sol, 2020). Es más feliz en bicicleta.


No vea mis escritos quien no es triste, o quien no ha estado triste en tiempo alguno.

Ausiàs March (traducción de Fray Luis de León)

EN EL PATIO DE ESCUELAS MENORES Marmóreo gimes Fray Luis cuántas veces dime si soltaste un aullido desde tu celda hacia tu celda si te sentías solo y sin nadie más que tu amor a unas cuantas palabras de una lengua extranjera Cuántas veces dime te sostuvo cada llamada al cielo negado si se te pudría el aliento detrás de cada padre nuestro si murmurabas bésame con los besos de tu boca ante una cruz mustia y ya muy tarde Te digo Fray Luis te digo yo también burlaré los antojos de esta vida con cuanto teme y cuanto espera, pues Dios es un nombre para el orden oculto en sueño y en olvido sepultado. Del libro Ayes del destierro (inédito)


Qué útil será el luto cuando se vuelva perenne. La vida Bohéme

UTILIDAD DEL LUTO cuando nos ahorremos separar las prendas la angustia de la úlcera el permiso para adentrarnos en el silencio cuando nos decidamos por un renacuajo que se parezca a nosotros (pero sin haber perdido nada todavía) cuando admitamos la morbosidad de vernos huérfanos cómo se escuchará ese lamento de MADRE


quizás tenga hipos de memoria o se le olvide hablar qué fecundos los niños soldados no pueden decir turpial ni bandera de piojos ni qué de pinga estas violencias en las que no sabemos reconocernos mientras crece el cementerio del este yo escucho el rumor de los hombres cuando le tuercen el cuello al cisne cuando ya es muy tarde y dicen dame una muerte que pueda izar en el aire. De Tuétano, 2018


36 Ignacio Aru

Costa Rica / 1999. Participante del Encuentro Internacional de Poetas de Zamora, Michoacán (México, 2019). Ha publicado en diversas revistas de Argentina, México y Colombia. Asimismo, ha sido parte de diferentes lecturas en colectivos de Bolivia, Argentina y Perú.


Ana´s Poem Los rayos han destruido tu cuerpo. La luz trastocó tus órganos y dejó una grieta negra desde donde puedo ver la figura de un caballo galopando sobre la pradera del veneno. Madre, tiro de un carruaje sobre las flores que vi soplar en la figura de tu rostro. Dejaste a la muerte sentarse en mi cama. Nunca me leíste nada y antes de nacer regalaste tus pechos. De pequeño decidí no tocar tus huesos ni dejarme cargar en ellos, cuando supe que eran las empuñaduras de las primeras rosas de Asia. Los muertos dicen cosas, desde mi primer recuerdo se ocultan en tu vientre y te peinan y te buscan en secreto. Debo confesarte que no veré mi rostro de viejo, la belleza y fuerza de mis diecinueve años han encontrado su gloria en el virgen mes de junio. Y ahora que me has olvidado he venido a mojar tus manos en el río que se abre junto a mi casa.


Me salvaré en Anatolia, calmo y sin apuros descenderé las piedras descalzo, el ruido del transporte y de la industria se irán esfumando. En los vidrios empañados se dibujará mi viaje y el mercader no recordará que partí en su caravana como esclavo de la belleza y el asombro. El suelo dibujará unas huellas frente a mí, los perros no ladrarán cuando llegue y se partirá la ladera. Sangrará el Trópico en mi cabeza, los caparazones de las tortugas estallarán y la saliva será roja y serviremos sopa. Habré olvidado la orilla de las Maldivas y las barcas me esperarán en vano tras una roca. Me recibirá una mujer que agite su espíritu de cítara, caerán rosas a su rostro y me afeitará la cara. Girará con su copa en medio del desierto y el mar traerá el rumor de las estrellas que descienden a las cascadas de Konya. Beberé de esa agua, pura o maldita y la sal preservará mi cuerpo. Saquearé la caridad de las iglesias de piedra, ninguna cortina de ninguna casa evitará ser rasgada, los camellos serán las cúpulas de los ríos, en mi tiempo los cuervos serán más gordos y la grasa de los peces cortará las mareas, banquetes de lepra; seré el apetito de un diablo conmovido por el amarillo profundo y las tormentas lunares. Docenas de barcos emergerán de las dunas, Pesáj, Shavout y Sucot serán asesinados por una mancha de fuego y pondremos colmenas en sus cuellos. Toda la ciudad me aclamará y me lavaré la cara con arena. Sentado, miraré las chimeneas donde conversan las hadas, y el viento una vez al año, libera sus boinas de lava y vuelan palomas que a los hombres van y cuidan. El olivo se lo comió Dios, ya habré sabido que el océano se ha arrugado, descendido, encajado en una botella para siempre y amarraré un velo negro en mi cabeza.



40 Tallulah Flores Prieto Barranquilla - Colombia / 1957. Poeta y traductora. Ha sido docente de Literatura y catedrática en Semiología del Cine en la Universidad del Norte (Barranquilla). Es Premio de Arte y Poesía del Festival Internacional de Poesía de Curtea de Arges. Sus poemas han sido incluidos en Poetry Monthly; Oír ese río; Voces de poetas mujeres colombianas; Ellas cantan; Como llama que se eleva; Poesía Colombiana; Un país que suena, Cien años de poesía colombiana; Unión Nacional de Escritores de Rumanía; Caravelle, Cahiers du monde hispanique et luso.bresilien; entre otras publicaciones. Sus poemas han sido traducidos al inglés, portugués, francés, rumano y chino. Entre sus libros: Poesía para armar, Cinematográfica, Voces del tiempo y Nombrar las voces. Su poesía reunida El revés de la caída fue publicada por Uniediciones. Es subdirectora de PoeMaRío, Festival Internacional de Poesía en el Caribe (Barranquilla) y miembro del consejo editorial de la Revista Víacuarenta de la Biblioteca Piloto del Caribe.


ENTRE LA SOMBRA EL CANTO Y he aquí que hoy, Roque Dalton, no asesinaron al cisne. A eso de las siete se llenaron las tribunas y nuestros cuerpos se plantaron como árboles en turbulencia y en sosiego. No asesinaron al cisne. Fuimos riego de luz por un instante hojarasca, osadía, atrevimiento, un exceso de realidad por centenares que supo flotar en el silencio y duele porque todo ha sido palabra-tachadura: la persecución, el crimen, la masacre. Cenizas pasajeras que se juntan, se dispersan para perderse en lo más ancho del tiempo, en el olvido. Lo que quedó de un hombre perseguido por la Sombra, somos. Lo que quedó de las madres tras los huesos de sus hijos, vertidas ellas en el mar que los extiende, o en la celeridad del río, somos.


Somos lo que pasó y está pasando todavía. Pero entonces, leímos: Sus estertores anegan de suciedad los trajes de los transeúntes. Y lo supimos: fuimos la misma llaga antigua y nueva, el barro, el animal fundido ya en el tronco mientras la hora hacía maravillas. Oh, luz iluminada que hoy pareces tan nueva: que tu silencio no ensordezca a los verdugos. Que confusos de vivir, se plieguen solemnes en la plaza. Que sus manos penetren los corredores de los árboles, y excaven la memoria toda antes de que este claro de luna disipe tu nombre, Roque Dalton. y borre las tinieblas de la noche.


NATURALEZA MUERTA En verdad no hay historia: desde la madrugada todo está quieto y la niebla oculta los caminos. A través de los árboles las palabras sigilosamente se transforman en dibujos crueles, signos cerrados de erotismo que aparecen rodeados de miedo y de misterio. El gris destierra el día, pero yo sé que es temprano. Me duele el cuerpo de andar a ciegas y toco la fuerza de los troncos que no hablan. No es un cuento: las letras me recorren ávidas, con rabia, y huyen de mí sin revelar razones: ¡Infelices palabras! No hay trama ya en el parque. Soy yo, sin follajes, y bajo el farol del centro la luz en precipicio se apropia de mi boca.


44 Luis Perozo Cervantes Maracaibo - Venezuela / 1989. Poeta y ensayista. Publicó su poesía reunida en el libro La forma de lo informe (2009-2019), disponible en Amazon. Conduce y produce un programa de radio con más de doscientos episodios dedicado al mundo, que se transmite en 21 emisoras de Venezuela y puede escucharse en las plataformas de Podcast.


Diurno Uno llega hecho cadáver a la cama en ese puesto de comando sexual aprende que debe cumplir responsabilidades ser pasión no siempre es voluntad nacemos de nuevo cuando al fin hemos invocado al cráneo de revocarse en revocarse ser miedo en ser susto de volvernos al mundo como en un apasionado discurso de ópera alemana región de habituales caídas de crucifijos gordos anclados en el alma zona que resguarda de la vida lo muerto que vamos siendo eso que se arrastra para adentro de las sábanas de tanto humo masticamos la gloria de no ser combustible de este mundo motorizado nos caen sobre pies los olvidos que nos tocará padecer a medida que la avenida trasciende nuestra sombra ser el excremento de un colectivo enorme e ideológicamente equivocado


apéndice doloroso que no sabremos extirparnos hasta llegar al cirujano mortal de la guerra cayendo cuesta abajo como en un tango que de alegría padece nuestras faltas de alcoholemia burocratizar los sueños en cascada y dejar que caigan hasta que los gritos parezcan carcajadas difusas en los departamentos vecinos ser de hueco en el asfalto aún sediento de esperanzas de espaldas romper con lo duro de la sexualidad los dientes tristes con que las lágrimas muerden la risa reinar sobre los periódicos vencidos sobre las noticias gastadísimas de líderes gastadísimos ser como un barranco que se apoya en el alma para no caerse esconder en cuclillas en el baño a un malhechor que lleva tu nombre por destino y darle de comer con tu carne y con las barbas de tus ancestros rodarrodarrodar como un cuadrado sangriento


que debe llegar al fondo inclinado de vida atravesar el paso de cebra y descubrir en el lomo del asfalto el estigma de la víctima las frentes marchitas que se arrastran una tras otra buscando un dolor que calme el desamparo y con sus risas burlonas las chicas que nunca te darán de su sexo vigilan estas escenas morbosas de ciudadanía pero la ley las reprende para que sean adúlteras compartiendo su jugosa sinceridad y tú condenado al subsuelo de los días que no llegan llevando el clavo de tu cruz en el riñón derecho ardiendo de fiebre natural espontánea combustión de miedos luchando con sentido de superioridad craneal y convulsa contra los que se atestan de mierda en la esquina


y tú a galope de Sísifo llevando una bolsa de pan que cuesta menos que su mierda que tu pantalón roto menos que tus zapatos gastados menos que tu propia auto-descripción miserable de lugar común: pobrecito yo, ay cuánto me duelo menos que menos pero más valiosa adentro en el rebollar de tu hambre hecho un cristal de ruinas llegas a la cama oliendo a los primeros días en la cárcel con chamusquina de violaciones fogosas con tu decente destino para encontrar a tu amante que de puro amor se apetece de sexo hecho cadáver, resucitas.



Plan-Fletos 1 Los señores que hoy ocupan la primera fila el destacado cardenal la esposa del general el prefecto el secretario del partido su secretaria/amante/casquivana el presidente del concejo municipal el jefe de la policía (con sus muelas de oro) el doctor, sí, el doctor en persona los nudos de todas sus corbatas ellos, los señores de la primera fila sólo sonríen para la foto.



52 Estefany Vaca

Quito - Ecuador / 1996. Licenciada en Comunicación y Literatura por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Ha participado en el Festival de Poesía Internacional «Paralelo 0», así como en diversas revistas digitales. Forma parte del libro La flecha de Zenón, dieciséis ensayos sobre Kafka y es autora de Las ventanas del cuerpo. Le gusta escribir y hacer collage análogo.


Razones Dios me hizo mujer, quiero decir, me hizo con un pequeño taller de muertos dentro. Soy un conjunto de células que, con suerte, recuerdan su significado y se estremecen. Me dio un par de senos pequeños que no funcionan muy bien de escudo. Me hizo larga de piernas y miedo, porque siempre quiero topar el cielo.


Dentro de mí, parece, que sembró algo profundo y oscuro que se esconde. Pienso: pequeño sería el mundo si fuera mi tarea usar ese taller pero, gracias a dios, lo mío solo es escribir.

Pregunta ¿Y si tan solo no hubiera en mí, un mí, un debajo. Si soy tan solo un cascarón, un pedazo abierto que escribe pensando que lleva algo dentro?


Miedo a morir Resulta que la muerte del cuerpo antecede a la del amor.


Soledad MorirĂŠ conmigo.


El mundo La palabra es plagio del mundo, lo que escribo es plagio de lo que leo, plagio con mi boca tu beso en otras bocas. Plagio es cada latido del más antiguo, los sueños de la noche son plagios del día, débil plagio soy del niño que llevo profundo. Los ojos ven siempre plagiando el mundo, reverdece en plagio, cada tanto, la planta, el fantasma plagio del vivo. ¿Cuál entonces es el sentido de ser auténtico? Plagio es este poema seguramente de otro.


58 Fredy Yezzed

Bogotá - Colombia / 1979. Poeta, escritor, investigador literario y activista de derechos humanos. Su libro Carta de las mujeres de este país (Nueva York PoetryPress, Nueva York, bilingüe español-inglés, 2019) recibió la Mención de Poesía del Premio Literario Casa de las Américas 2017 (La Habana, Cuba). Entre sus libros de poesía: La sal de la locura (Premio Nacional de Poesía Macedonio Fernández, Buenos Aires, 2010; Nueva York PoetryPress, Nueva York, bilingüe español-francés, 2018), El diario inédito del filósofo vienés Ludwig Wittgenstein (Ediciones Del Dock, Buenos Aires, 2012; Nueva YorkPoetryPress, Nueva York, bilingüe español-francés, 2019); y sus poemas reunidos en La orilla de los heterónimos, han sido editados por la Universidad Externado de Colombia (Bogotá, 2020). Como investigador literario ha escrito Párrafos de aire: Primera antología del poema en prosa colombiano (Editorial de la Universidad de Antioquia, Medellín, 2010) y La risa del ahorcado: antología poética de Henry Luque Muñoz (Editorial Universidad Javeriana, Bogotá, 2015).


CARTA AL HOMBRE QUE ASESINÓ A MI HIJO Todas mis noches, oración tras oración, te deseé la sangre más negra. Dije piedra, dije mercurio, dije lobo, dije árbol podrido en tu corazón. Maldije las manos de tu madre que le dio horma a tu cuerpo con esperanza, Maldije a la mujer que te amó creyendo que era amor, Maldije a la partera que te salvó de ser ángel, de ser miel, de ser boca tierna. Lejos de mi lengua lancé el pueblo de calles empedradas que te vio correr, al país que te dio un nombre y este derecho de triturarnos y hacernos olvido. Encadenada a tu odio, te profesé todo mi amor, y te profesé todo mi vacío. Soñaba con tu rostro bajo mis uñas, soñaba que me soñabas mirándote en silencio, soñaba que la lluvia golpeaba a tu ventana con vísceras de cordero. Pero cuando la zozobra me quebraba los huesos, la vida te puso frente a mis ojos: no podía creerlo, en tu joven rostro vi el rostro de mi hijo, en tu mirada perdida vi su última mirada, en tu cabello revuelto vi su grito llegando alegre de la escuela, con los perros y con el hambre.


Ahora que buscas en el fondo turbio del estanque una moneda, ahora que añoras entre las hierbas otro nacimiento, ahora que tus manos heridas se niegan a herir, dime, contesta a este marco sin fotografía, a esta bicicleta abandonada, a este tigre muerto que es tu país: ¿Quieres mi perdón? ¿De qué te salva él? ¿Qué destruye, qué levanta, que esconde bajo los álamos olvidados? ¿Servirá de algo que limpie la sangre de mi hijo de tus manos? El perdón duele, sale del estiércol, vuela por encima de nuestras cabezas, perfuma, mas no termina de lavar nuestras naranjas ensangrentadas. En medio del pan duro y los ácidos más crueles: te perdono ―pequeño huérfano―, te perdono y me libero de tus alambres, te perdono y desanudo tus púas más hirientes. Dime tan solo una última palabra. Dime bajo qué piedra debo buscar su nombre, dime en el fondo de qué río debo cantar su melodía, dime entre las hierbas envenenadas en qué corazón debo escarbar… Tú y yo somos dos cuervos que se miran sin consuelo. Tú y yo somos este jardín de los desaparecidos. Este amor violento.


CARTA DE LAS MUJERES DE ESTE PAÍS Aquí estamos, con la espuma en la mano frente a los trastos, escuchando el sonido de la sangre. A través de la ventana, la luz de la luna ilumina los metales y las pompas de jabón. Estamos ya viejas y recordamos cosas frágiles. Todas nosotras estábamos allí. Nos dejaron vivas para que pudiésemos decir las manzanas podridas. También para que susurremos mientras gotean nuestros dedos: «No nos arrebataron el amor». Quisiese que el dolor se fuese como se va la grasa por el sifón. Pero el dolor está ahí como un hijo creciendo adentro nuestro. El dolor nos dice: «Hijas mías, mirad cómo han mudado de alas». Hay brillo en las cucharas y los tenedores, pero el recuerdo, el rayo, el apellido de nuestros hombres aún sigue latiendo entre las manos. Mientras lavamos una olla, un sartén, un colador, hay una que imagina bañar y acariciar el pecho, las manos, los pies de su hombre. Son otros los que hacen la guerra, pero somos nosotras las que cargamos las carretillas de lodo de un cuarto al otro. Entre nosotras y el grifo de agua, la luna y nuestros difuntos cantando. No nos marcharemos sin más. Vamos a lo profundo del misterio. Buscamos en el humilde jarro de nuestro pozo las palabras más sencillas para decir con exactitud la costilla rota, su mano tronchada, sus ojos


abiertos yquietos. Cuánta pena hay en esta tarea diaria de lavar los platos, los vasos, nuestras sílabas. La guerra tiene el nombre de un varón, pero la memoria, las vocales temblorosas de una mujer. Nadie mejor que nosotras lo sabemos: «Todos somos culpables en la pesadilla». Y no hablar, lo creemos casi doblando las rodillas, es morir frente a los hijos. Ninguna se oculte en la casa limpia, ninguna diga nunca, ninguna deje de desollar el alma. Aquí estamos las mujeres de este país sacándole brillo a nuestros muertos. Aquí estamos las mujeres de este país edificando con espuma el amor. Aquí estamos las mujeres de este país con la luna entre las manos. Del libro Carta de las mujeres de este país



64 Sofía Alvarado Cortés Chihuahua - México / 1986. Desde hace años vive en la costa de Guerrero. Es escritora, docente y promotora cultural. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la UMSH, así como algunos diplomados en creación literaria, cine y análisis de textos por la BUAP, la UMSH y el INBAL. Ha sido publicada por Escritoras mexicanas e incluida en diversas antologías, revistas y periódicos impresos y digitales. Ha fundado colectivos para la promotoría cultural, enfocados en el cine y la literatura. Actualmente es parte del proyecto Les Comala y da talleres de narrativa para mujeres.


Conversatorio del dolor No soy una intelectual, escribo con el cuerpo. Clarice Lispector Yo no soy de este mundo, dijo ella, no soy, ¿de cuál mundo? cuál mundo ha de cobijarnos en qué tierra, qué mano escribirá por nosotras, las menos, las que sueñan las vivas. Yo no, no soy de este mundo, el corazón retumba discontinuo, ¿cómo será llevar el Vesubio dentro? Las vértebras tienen autonomía, quieren salirse del campo de batalla. Doble, triple, múltiple mujer camino por las mismas calles siendo todas, ¿qué dolor no me atravesará dos veces el cráneo, cuál hija no se me habrá de morir cada día? ¿Desde dónde las voces de todas no han de esquilarme los brazos, desollarme la cara y el cuerpo,


irse la mirada en la cuerda que cuelga de un baño de un motel sucio o en una, varias bolsas de plástico?, ¿desde dónde no se me hundirá la cabeza como un hueco manifiesto de la hondura de todas las mujeres que no hablan, a las que se les ha roto la voz concienzudamente, con ocho balas, para ser precisa? No, no soy de este mundo. Se me acabarán las lágrimas, Mariana, pero no el coraje, gritaba su madre, frente al micrófono. Mariana era todas las hijas que no hemos tenido. Sigo buscando, a pesar de que ya no está, y recordaba a Diana, mi primera amiga, ¿será que el tiempo es un chiste negro y era ella, la misma Diana que nadie veía, la que ahora buscan como mi abuela sentía su pierna, más allá del muñón?


Nos da miedo hablar. ¿Quién nos busca? No queremos ser una más, Mariana no ha vuelto. No estás sola, Cristina está aquí, ¡Fuerza, fuerza, compañera! Allá en el templete, las voces del dolor, de lo vivo que ha pasado por todas las tonalidades del desamparo, de lo sórdido y lo impune. Acá este mundo, el mismo que mutila cuerpos, tira órganos al drenaje y nos saca los ojos. Nosotras no, no somos de este mundo.


Poema azul A veces la poesía toda no sirve. Y duelen, los golpes nos duelen, se empozan en la mirada, dice Vallejo, y abren zanjas en el rostro más fiero, y se nos meten en la sangre como remolinos atemporales y nos caminan la geografía de la piel y los cabellos. Hoy el dolor es una roca, un recogimiento del llanto. Aquí hay un vacío en el aire muriéndose de risas. Un pozo, un hueco que nos respira. ¿Cómo se continúa la vida? ¿cómo se pone el mantel y se come en la misma mesa? ¿cómo le hace la gente para seguirse? A veces la poesía toda no salva, no es bálsamo, y se transita el fango como sobre un pantano que absorbe el sueño, y la vida es una obra de Beckett, un canario que canta en una jaula, un cielo que se abre como estampa al fondo del río, una marca ridícula en el vestido del mundo, una niña azul que deja de latir a mitad del parque, una niña brisa que se pierde en el mar de la noche.



70 Eugenio Ribas Pis Valera - Venezuela / 1956. Reconocido ilustrador y artista plástico. Poeta, músico y actor de cine. Gana su primer concurso de pintura y dibujo a la edad de siete años; el premio: una caja de creyones que nunca llegó; motivo por el cual su hijo, Aureliano Rivas, dice que su padre es un pintor por venganza. Cursó estudios de pintura en la Escuela de Artes y Oficios de Valera. Actualmente se dedica a la búsqueda de la expresividad del color/material y al estudio y reconocimiento del comportamiento humano en situaciones de agotamiento extremo. Callejea diestramente la ciudad de Maracaibo. Muerto, revivido y ¡olé!


RENACIMIENTO Hoy es mi renacimiento habito esta letrina inferno moscas panas ni me quiero matar ni me quiero morir todo nuevo Dónde están los amigos de ayer ¿Sucumbieron a sus apetencias burocráticas y ambiciones de poder? Señor saldo insuficiente Hoy es mi renacimiento ni me quiero matar ni me quiero morir Hoy es mi renacimiento el precio del café del azúcar de la leche de la lucha Joder. (Caravina 2020)


EUFORIA Alzo mi copa y brindo por las y los ministras y ministros directoras y directores encargadas y encargados burócratas y burócratos gendarmes y naturalizados o Tascón porque ellos son como el punk no mueren Alzo la copa y brindo por ellas y ellos aunque mal paguen o no paguen coño coñito coño todos no son punk no mueren pero vuelan en este país tú país mi país poeSÍA NO ODA. (Caravina 2020)



74 Ireri Campos Alva Ciudad de México. Es Licenciada en Periodismo (CEUPART) y en Creación Literaria (Universidad Autónoma de la Ciudad de México). Se ha desempeñado como reportera, locutora, asistente editorial y redactora para la BBC de Londres, Stereo Miled 98.9 FM, Radio 6.20 AM y la Revista Mejores Empleos. También ha sido profesora de Lengua y Literatura en el Centro de Actualización del Magisterio Nezahualcóyotl y en el Instituto de Educación Media Superior del D.F., IEMS. Su trabajo literario ha sido incluído en diversas antologías de poesía, ensayo, cuento y minificción: Así nacieron. Antología poética por Xhevdet Bajraj, 2005; Voces de papel volando. Antología de cuento por Teresa Dey, 2007; Antología del XVI Encuentro Internacional Mujeres Poetas en el país de las nubes, Oaxaca, 2008; Antología de cuento brevísimo, Universidad Iberoamericana de León Guanajuato, 2009; Cada chango a su mecate. Antología de ensayo y cuento por Hugo Hiriart, 2010; Cuentos del sótano V. Antología de cuento, Editorial Endora, 2015. Actualmente está por publicar su primera novela.


Soy Soy cuerpo sin cabeza Soy cabeza sin lengua Soy lengua sin grito Soy el encostalado Soy la niña blanca Soy la niña azul ¿Dime cuántos muertos quieres tú? Soy cuerpo sin libertad Soy libertad sin ojos Soy ojos vendados Soy el escondido Tengo manita No tengo manita Porque la tengo mutiladita Soy cuerpo sin vida Soy vida sin voz Soy voz sin eco Soy la mujer tirada en el desierto


De tin marín de do pingüé ¿A cuál de estas me echaré? Soy mexicana péseme a quien me pese. Me lleva… ¡Estoy que me lleva el diablo! No decide si tomarme de las manos o jalarme de las orejas. Se sonroja (más de lo habitual). ¿Duda el diablo?, ¡quién lo pensaría! Estamos que me lleva y no me lleva… Se sienta en un sillón de la sala, cruza las piernas, suspira profundo; con su dedo meñique enciende un cigarro y lo fuma despacio (se le nota confundido).


Yo desespero, rompo las macetas, araño los muebles, le tumbo el cigarro de la boca y me tiro al piso en infantil rabieta. Él, sereno, se levanta a prepararse un cafecito a la cocina. ¡Me jalo los pelos, me muerdo las uñas! (le indico de dónde puede tomar una taza). ¡Quiero que me lleve!, grito en mis adentros y aprieto las manos. Que me lleve antes de que cante el gallo, en un santiamén (ojalá pudiera). Pero si su indecisión es tanta, entonces que me lleve el tren… ¡O la chingada!


Madre Madre mi casa, madre mi tumba, sostenme abrasadora y déjame en libertad. Haz de nuevo en mí la transformación, madre crisálida, templo mortuorio. Dame a luz para morir: muéreme en tu vientre y renáceme con tus células vibrantes. Madre caldero, placentario y placentero, madre agujero, devórame en tu cálido abrazo, y vomítame reluciente: inspirada. Madre creadora, diosa maldita y bipolar, mantenme cerca de tus empañados ojos.


Sáciate con estas lágrimas. Corta el cordón sangrante y amárramelo en el cuello. Señora originaria de ensueños, fotocopiadora de muertos; gran diva primigenia sin la que nada podemos. ¡Elévate, sumérgete y explota en mi recuerdo!


80 Rebeca Henríquez

San Salvador - El Salvador / 1982. Estudió Educación Artística en la Universidad Dr. José Matías Delgado. Ha obtenido el Premio Único en los XX y XIX Juegos Florales de Usulután en el género de poesía (2011 y 2012); y el Premio Único en los XVII Juegos Florales de La Unión en el género de poesía infantil (2012). Ha publicado En el año del error. Poesía salvadoreña, Editorial Río Güija, 2016 y El verano aventurero. Poesía infantil, Colección Juegos Florales Vol. 8, Ministerio de Cultura, El Salvador, 2013. Ha sido incluida en la Antología de poesía joven salvadoreña Las otras voces. Poesía joven (Ministerio de Cultura de El Salvador, 2011); en la libreta Lluvia de estrellas, publicada por el MINED, 2017, 2018, 2019 y 2020; así como en el segmento de Lluvia de estrellas, de la Franja Televisiva TATUKA, del MINED, 2018. Ha colaborado con la Antología Iberoamericana. Poesía musicalizada para la niñez (Una propuesta educativa en marcha del SNTE, México, 2017). Fue autora del mes de octubre «Mes de la niñez», por la Dirección Nacional de Artes, 2014.


HERENCIA Aquellos errores que trascendieron; los que elevaron columnas de humo y oscurecieron el firmamento, los cometieron los padres de nuestros padres. Aquellos errores que trascendieron; los que esparcieron el petróleo y ennegrecieron el océano, los cometieron nuestros padres. Aquellos errores que trascienden; los que arrumban los árboles y vuelven desiertos los bosques, los cometemos nosotros. Aquellos errores que trascenderán; los que despojarán el espíritu y exiliarán la sensatez, los cometerán nuestros hijos.


Aquellos errores que trascenderรกn; los que mutilarรกn el alma y trocarรกn la vida por la fatalidad, los cometerรกn los hijos de nuestros hijos. Entonces, ya no habrรก retorno.

De La Bestia, 2016


OBSESIÓN Es una blasfemia erigir una ciudad de los cadáveres y los escombros. No puede un brazo mutilado tornarse en un obelisco. Los puentes no pueden extenderse sobre las calles forjados con las vértebras rotas de los niños. Los árboles no precisan de la dureza de los huesos calcinados. De la sangre dispersa no brotan sonrientes pájaros ni caravanas de juglares. En la noche, los ojos sin vida, no son las espirales de luciérnagas que iluminan los senderos. Sobre el viciado asfalto yace el cadáver de un hombre: Ni mariposas ni vapores coloridos surgen de él. De Estropicios de una ciudad, 2014


84 Juan Romero Vinueza Quito - Ecuador / 1994. Estudió Literatura en la PUCE. Maestrante de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Guanajuato (México). Coeditor de Cráneo de Pangea. Ha colaborado con las revistas POESÍA de la Universidad de Carabobo (Venezuela), Jámpster (Chile), Transtierros (Perú) y Liberoamérica (España). Ha publicado: Revólver Escorpión (La Caída, 2016), 39 poemas de mierda para mi primera esposa (Turbina, 2018; Ediciones Liliputienses, 2020) y Dämmerung [o cómo reinventar a los ídolos] (Ediciones Liliputienses, 2019), que obtuvo la Mención de Honor del Premio Nacional de Poesía Jorge Carrera Andrade 2019. Compiló, con Abril Altamirano, Despertar de la hydra: antología del nuevo cuento ecuatoriano (La Caída, 2017), obra ganadora del incentivo de los Fondos Concursables 2016-2017, organizados por el Ministerio de Cultura y Patrimonio del Ecuador. Compiló y tradujo, con Kimrey Anna Batts, País Cassava / Casabe Lands (La Caída, 2017).


Correcciones Nooteboom o el poema no me conoce ni yo a él líneas y más líneas he desperdiciado para al fin darme cuenta de que mi afición por escribir poemas no es más que una manía por descubrir quien soy / creí que la mejor manera de conocerme era leyéndome en los versos que escribía en las palabras que escogía / pero solo he llegado a notar que me conozco un poco mejor al observar no cuáles palabras escribí sino cuáles evité cuáles borré / esas montañas de poemas que he escrito y que no he publicado reflejan algo más algo oculto que ni yo mismo sé que es lo que publico —por lo general— está aceptado por mi yo comandante pero los textos que se quedan relegados, escondidos, guardados son el reflejo de algo que el poema no ha descubierto o quizás sí y yo lo niego: desconociéndome de una manera procaz y malintencionada al no volver mi vista hacia los poemas de los que me avergüenzo / hacia lo peor que he escrito / hacia la basura que he pensado / hacia lo más humano que puedo ser: sin correcciones ni reediciones.


Un país borrado por M. Medo o el poema es un objeto sin tierra si algo me interesa / en este momento / es conciliar mi relación con los objetos que no tienen tierra ni lengua ni patria ni nada si algo me interesa / desde ahora en adelante / es caminar con los ojos vendados por las líneas que alguna vez podría escribir o leer pero a las que jamás renunciaré / caminar sin mis rodillas atravesando montañas que están ahí porque no podría ser de otra manera / cruzar caminos minados o tierras rojizas que me lleven a un lugar desconocido: un objeto sin tierra eso quiero ser / una llamarada que no encienda nada más que a sí misma: una flor que se deshoje cuando oye que alguien la está llamando / un poema que no sepa de dónde proviene ni a dónde va / cómo una botella lanzada al mar & que además no contiene ningún mensaje porque lo único importante es el viaje que se da cuando se decide que un paso es igual a dos o a ninguno: la única interpretación válida es la que no se expone ante nadie sino ante un silencio inconcluso que no puede hacer más que sonreír mientras presencia como la escritura ha creado un país transtierro / transhumante / trasegado / un país que nunca existirá de verdad & enhorabuena por ello / en serio me alegra que no pueda existir porque lo inexistente es imborrable & ¿de qué sirve un poema-en-tierra si en cualquier momento puede morir? Tomados del libro Dämmerung [o cómo reinventar a los ídolos] (Ediciones Liliputienses, 2019)



88 Carlos Manuel Villalobos Costa Rica / 1968. Ganador los siguientes premios: Premio nacional UNA-Palabra, género cuento (2019); Premio de Poesía Brunca de la Universidad Nacional de Costa Rica (2014), Premio Editorial de la Universidad de Costa Rica (1999) y Premio Arturo Agüero Chaves (1993). Publicaciones: Altares de ceniza (2019); El cantar de los oficios (2015); Trances de la herida (2015); El ritual de los Atriles (2014); Insectidumbres (2009); Tribulaciones (2003), El primer tren que pase (2001); El libro de los gozos (2001 y 2019); Ceremonias desde la lluvia (1995) y Los trayectos y la sangre (1992). Es Doctor en Literatura Centroamericana, Máster en Literatura Latinoamericana, Licenciado en Periodismo y Profesor en la Enseñanza del Castellano y Literatura. Se desempeña como docente en Universidad de Costa Rica, donde imparte Semiótica y Teoría Literaria. En esta institución ha fungido como Vicerrector de Vida Estudiantil y Director de la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura. Ha dictado cursos en universidades de Estados Unidos, México y España. Ha participado como escritor invitado en festivales literarios de América Latina, España, Alemania, Egipto y Marruecos.


Ixquic No tienes permiso de Xibalbá para este asombro, pero alocas el pie sobre la noche y aligeras el deseo. Esto que está aquí es el semen de un árbol muerto. Aquí cuelga la cabeza del sol oscuro. Miras el cráneo que se pudre como una brasa. Ahora es un fantasma de saliva que sueña con la luna. Esta jícara es su corazón y este liquen es la boca que se estira para besarte. Lo llaman Hunahpú: el niño de maíz que será un guerrero. Con tus manos de amasar la llama le arrancas el ojo a penumbra. Hunahpú se asoma por el hueco de la sed. Dejas que te escupa cuentos en tu vientre. Dejas, bella Ixquic, que un nuevo sol grite el alba en tu regazo.


Diana No. No fue la primera oscuridad de Dios. No fue la herida que llamรณ a la muerte. Diana fue la primera luz de los profetas, la primera sed que da la sal cuando amanece. No fue fรกcil esconder la sangre de mujer en los silencios. No fue fรกcil negarle el deseo al labio de la piedra. Lucifer, su hermano, lo supo demasiado tarde. Quiso matarla con las misas de la culpa, pero Diana fue siempre mรกs astuta. Ahora ella es el ojo de un felino, el caldo de las ollas, y la yema de las llamas. Es ella la que corta yerbas para amar. Es ella la que sube por los montes en busca de la llaga. Los hombres que cortejan a la muerte la buscan para hacerla suya, pero Diana es siempre mรกs astuta.


Los curas de los templos ebrios la buscan con los perros más borrachos. Pero Diana es siempre más astuta. De su lengua de partera es hija Aradia. La niña también sabe cocinar las uñas de la noche, también sabe vestirse de sueño cuando llegan los que duermen. Madre e hija son la misma abeja y el mismo hilo de las ruecas. Son las hojas de un árbol que lo sabe todo: El evangelio de las brujas.


92 Gabriela Rosas Caracas / Venezuela. Ha publicado con Editorial Eclepsidra los poemarios La mudanza (1999) y Agosto interminable (2008); Blandos (Editorial El Pez Soluble, 2013); Quebrantos (Ediciones del Movimiento, 2015). Ha resultado ganadora del I Premio Nacional de Poesía para Jóvenes Juan Antonio Pérez Bonalde (1995) y del I Premio de la Bienal Nacional de Literatura Lydda Franco Farías (2014). Aparece en diversas antologías; más recientemente en Nubes-Poesía hispanoamericana (Pre-textos, 2019). Ha sido traducida al francés, italiano, griego, inglés, catalán, alemán y portugués. Colabora con medios impresos y digitales de Venezuela y otros países. Desde 2015 lleva adelante el programa Poesía en el aula. Es editora de la sección Joven Poesía de Venezuela en Letralia; de la sección Como quien enciende un fuego – Poesía iberoamericana en la Gaceta literaria de México; del Stand Up Poetry y de la sección de poesía contemporánea venezolana de la revista Caravansary. Es miembro del comité de selección de la colección de poesía joven de la editorial colombiana Uniediciones. Dicta talleres de poesía presenciales y online.


Sabía que azul era todo. Los ojos de mi madre, el cielo, el mar, el último vestido que abandoné de noche, la ropa que ahora llevo, los zarcillos, el trapo en la cocina, el aire, juro que es azul. La calle que camino lejos de la tristeza. Los ojos de mi madre, el libro de Montejo que sostengo, la cicatriz del daño, el color de mis uñas que se parten, la panela de jabón que siempre me recordará la infancia. Sí, de nuevo y para siempre, los ojos de mi madre. El hombre que no amo y el que amo, el bati bati, el caramelo a punto, el algodón, la seda, mis ventanas. Toda felicidad tiene color, una ramita, unos cristales de sal marina y una puerta. Los mamones, el níspero, los aguacates, son azules, no importa lo que digan. Los ojos de mi madre lo son todo.



Dime por favor cuál es la noche. Jorge Luis Borges

Dime cuando alguien se cose una herida con la madre adentro, sin memoria que tome tus manos ¿cómo suena una casa mientras cae? Ahora trata de dormir, canta un recuerdo que despierte la madera para incendiar los retratos, las hélices, el vacío. Lo que nunca más. Nadie me soñó, por eso escribo. De La matemática de los cipreces (inédito)


96 Manuel Adrián López Morón - Cuba / 1969. Poeta y narrador. Su obra ha sido publicada en varias revistas literarias de España, Estados Unidos y Latinoamérica. Tiene publicado los libros: Yo, el arquero aquel (Editorial Velámenes, 2011), Room at the Top (EriginalBooks, 2013), Los poetas nunca pecan demasiado (Editorial Betania, 2013. Medalla de Oro en los Florida Book Awards 2013), El barro se subleva (Ediciones Baquiana, 2014), Temporada parasuicidios (EriginalBooks, 2015), Muestrario de un vidente (Proyecto Editorial La Chifurnia, 2016), Fragmentos de un deceso / El revés en el espejo, libro en conjunto con el poeta ecuatoriano DavidSánchez Santillán para la colección Dos Alas (El Ángel Editor, 2017), El arte de perder / The Art of Losing (EriginalBooks, 2017), El hombre incompleto (Dos Orillas, 2017), Los días de Ellwood (Nueva York PoetryPress, 2018/2020), y Un juego que nadie ve (Ediciones Deslinde, 2019-2020).


La única mujer que ha sido sentenciada a muerte en Georgia tiene antojos. No está embarazada ni tan siquiera padece de una enfermedad mortal. Eso sí… le pueden salir orzuelos gigantescos a los involucrados en ejecutarla si no la complacen. Pide una suculenta cena de comida chatarra para aliviar sus muelas inconformes y mantener su peso desproporcionado. En realidad le gustaría masticar despacio los restos del marido que mandó a matar mezclados con el oportunista que ahora la denuncia y pone a salvo su pellejo. Nunca ha sido una mujer dichosa. No ha sido una belleza sureña. Su final será con bombos y platillos como deber ser para una Georgia Peach. La única mujer que ha sido sentenciada a muerte en Georgia se despide y canta entre bocados de papas fritas: Georgia, Georgia The whole day through (the whole day through) Just an old sweet song Keeps Georgia on my mind (Georgia on my mind)


Tuve un novio influyente sus canas parecían copos de nieve y su sonrisa tan bien elaborada aparentaba pertenecer a un presidente. En los pasillos del colegio me observaba de lejos aparecía de repente imponía su autoridad de director. Una mañana que el valiente habitaba en mí le dejé una carta de amor en la ventanilla de su carro de hombre casado y abuelo juicioso. Fue a buscar mis caricias vigilante nocturno obligando mi cara entre sus piernas ágiles proclamando: «Recuerda que siempre será mi palabra contra la tuya».



100 Hubert Matiúwàa México / 1986. Pertenece a la cultura mè´phàà. Estudió la Licenciatura en Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Guerrero, la Licenciatura en Creación Literaria en la UACM, la Maestría en Estudios Latinoamericanos (UNAM). En 2015 y 2018 obtuvo el Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico de Guerrero. En 2017 y 2019 fue becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA). Obtuvo el Primer Premio en Lenguas Originarias Cenzontle (2016), el V Premio de Literaturas Indígenas de América (2017) y el Premio Estatal de Poesía Joven del Estado de Guerrero. Autor de los libros Xtámbaa/Piel de Tierra; Pluralia, Ediciones/Secretaría de Cultura (2016), Tsínarínàyaxà’/ Cicatriz que te mira, Pluralia Ediciones/Secretaría de Cultura de la CDMX (2017), Las Sombrereras de Tsítsídiín, INALI/Universidad de Guadalajara (2018), Cordel Torcido/Mañuwìín, Universidadde Guadalajara/Departamentode Estudios en Lenguas Indígenas (2018) y MboXtárídà/Gente piel/Skin people, Gusanos de Memoria/Ícaro ediciones (2020). Creador de Gusanos de la Memoria, proyecto cultural en el que colabora con otros artistas.


Buanuumbúkàà Nárexoogù’wádxákhuun nidúmijnáakùúnbuanuu nidúmijnegajmáakhondaambúkàà, nithen: —Ikanxó’ monèmijnàá itsíríma’nembita’ajùbàá— numuuru’kuegi’doonumuu itsirígatin na xuajianló’, xúgè’ nijanúxkundú, naguwaxàbò nanduumundiriñiinxi’ñaló’. Abuelos oro En el patio de la iglesia se enterraron cuatro abuelos con cuatro ollas de monedas, dijeron: —Seremos piedra que brillará en la montaña— con el tiempo se convirtieron en oro, por eso somos ricos, ahora, llegaron los problemas, viene la gente de lejos a desenterrar a nuestros abuelos.


IX Ofrezco mi ombligo, la voz que va creciendo, los pasos enterrados para que no nos desaparezcan, ni aten las manos y dejen en la basura. Entrego el huĂŠrfano vientre para sembrar el pensamiento, el caracol tierno para escondernos de los camaleones que visten de veneno las tardes. Para entrar en el monte sin que nos revienten, ofrezco la lengua de la primera caza, la que baja del dolor y rasga las orejas de los que no escuchan.


IX Nàxnáxiirùmì’ khamíà’wárínà’kàràgàjaà inuujambaàrínà’nètsínuujùbà’ ikajngómùxú’gújuñàámàngàanló’, ikajngómùxúru’wàáñawáló’, mùxú’gújuñàáló’ nánùxidìínáxka. Nàxnàxiia’úndxuá’a námi’dújùmà, nàxnàxiingò’xótsírùdiinámùkra’òmijnaló’, inuua’wùúntsínònènandimbámbáwàkà’. Idòmàtha’àló’ náawùúnjúbà, rímùxúxiñàló’, nàxnàiirujúnàmjbé’ àñà’, ikhaarínìgajnúgàjmàágà’khò ikhaarínàtxitunriyàañà’wuùnxàbòtsítsídxawìín.


104 Marisa Russo

Buenos Aires / Argentina. Radicada en Estados Unidos desde 1986. Poeta, editora, gestora cultural, docente y profesora adjunta de Hunter College, City University of New York. Vivió en Costa Rica entre los años 1981 y 1986, donde creó, en 2015, el movimiento Turrialba Literaria. Es fundadora y directora de Nueva York PoetryPress, sello que fundó en 2018 y que, en la actualidad, cuenta con diez colecciones de poesía. Asimismo, es jefa editorial de la revista digital Nueva York PoetryReview con lanzamiento en 2020. Su obra ha sido traducida al inglés y aparece en diversas antologías y revistas. Es directora del Festival Latinomericano de Poesía Ciudad de Nueva York y presidente del FIP Turrialba, Costa Rica. Con su libro El idioma de los parques / The Language of the Parks (2018) obtuvo mención de honor en el International Latino Book Awards – Best Poetry Book - One Author – Spanish.


MEMORIAL PARK Mi soledad está hecha de ti. Lleva tu nombre en su versión de piedra. Olga Orozco. Los fantasmas deambulan condenados por la amnesia, buscan que mi voz los recupere. El más obsceno desea que lo salve. Yo lo aparto. No perdono. Pero acaricio la piedra que guardasu sal. Es el único sabor de todos los poemas.


CAÍDA CON TRAMPA Los hombres me nombran cuando se lanzan desde sus pupilas en paracaídas. No soy la brisa, soy su red.



108 Pilar Ferreyra

A los 18 años empecé a escribir poesías rioplatenses. Había vivido en el exilio en México ocho años, por lo que la inclinación hacia lo rioplatense era una huella de identidad que resistía, espontánea, a las distancias. A los 26 me gradué en Ciencias de la Comunicación Social en la Universidad de Buenos Aires y, ese año, escribí los guiones de un personaje de humor para un programa de FM. En 1996 me inicié como periodista de Clarín, el periódico de mayor tirada en habla hispana de aquel entonces. Desde 2018 tengo una cuenta en Instagram @pilar. ferreyra donde publico mis haikus. A ellos me acerqué en 1994, una noche en que me enteré que el hombre, que había sido mi amor, se había puesto de novio con una chica con quien intuí se iba a casar. Lloré ocho horas. Entre lágrimas, borbotones y llantos escribí mi primer haiku. Un año después, él se casó con ella. En 2017 inicié una novela que no he terminado. En noviembre de 2018 me integré a un taller de escritura donde escribí hasta abril de 2020.


Campestre Vaga la Luna sesteando su memoria de luz nocturna



CrepĂşsculo El sol se diluye en la marea en gajos de mandarina


112 Alejandro Indriago

Caracas - Venezuela / 1995. Ha participado en diversos talleres de creación literaria en Casa Bello, Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos y Monte Ávila Editores. Ha resultado ganador del Segundo Slam de Poesía (Universidad Católica Andrés Bello, 2018 y Universidad Central de Venezuela, 2020). Ha Participado en recitales de poesía en Filven (2017, 2018, 2019), Feria del Libro de Caracas (2017, 2018, 2019), Festival Internacional de Teatro de Caracas (2018, 2019), Festival Otro Beta (2018, 2019) y Festival El convite (2018). Dictó la ponencia titulada «Poética Tuky: una aproximación estética al malandreo» en Filven (2018). Actualmente cursa estudios de Filosofía en la Universidad Central de Venezuela y lleva a cabo el proyecto de difusión cultural y artística Tuky Ilustrado.


El jibaro juega con su arma Dos negro se comienzan a caer a puñaladas con botellas rotas Desde una patrulla policial alguien grita «No te muevas muevas o te quiebro» Parece que converso con el cañon de una pistola Silencio Infinita riqueza muda Cacha parte pensamientos rompe cráneos cabezas rotas mar de sangre Todo por buscar lo que no se ha perdido todo por inflar la imaginación Psicotrópicos del Caribe me llevan a las orillas de una terapia Depresión de presión en presión navego rodando naufragios En cada lágrima va el océano de una ausencia en cada fuego la violencia de hacerme uno con la muerte de ser una muerte futura


«No te muevas o te quiebro» ya estoy quebrado y nadie puede rearmarme reamarme amarre de odiseas en paraísos falsos Préndete el cacho necesito volarme aislarme papagayo a la isla sideral de la sinrazón sintáctica Estorbando en espacios ranchos mentales lagunas secas de cocodrilos «No te muevas o te quiebro» El no movimiento es ya estar muerto. Corre Corre antes que los sapos lengüeteen las mosca de su mierda.



Velocistas No te dejes llevar por la velocidad desarrolla una lírica libertaria ante los perros que piden pal fresco Desde el este al oeste cambia el palabreo Sifrinos por un lado malandrosos por el otro Un plomazo también es un aumento de precio dónde te parten el brazo y no se puede seguir escribiendo la metáfora se ha puesto muy cara zarandea la cúspide en el pico del cerro y el peso del recuerdo lo carga el lápiz que me parte el brazo. Por lo que uno debe mantenerse activo siempre en una vuelta pa’ no quedarse con los huesos pegados Modulando el verbo pa’ matricular hasta viejo y bailar en la pista hasta las arrugas. Montate, flaca


O ÂżTe da frĂ­o la rapidez de los latazos? la altura de emociones donde se confunden los sueĂąos No te dejes llevar por la velocidad, no la vayas a chocar



i

- En alguna parte aun hay pueblos y rebanos; pero no entre nosotros, hermanos mios; entre nosotros hay EstadosF.N. FOTOGRAFĂ?A / ANTONIO VARGAS


120 José Miguel Méndez Crespo Barquisimeto - Venezuela / 1987. Profesor de Educación Especial, mención Retardo Mental (Universidad Pedagógica Experimental Libertador). Diplomado en Filosofía por la UPEL (2015). Ha participado en el Festival de las Juventudes Artísticas «Romerías de Mayo» (Cuba, 2010). Ha sido miembro jurado de la III Bienal de Literatura «Rafael Rodríguez Boquillón» (2012). En 2013 obtuvo el Premio Municipal «469 Ciudad de Barquisimeto» con el poemario Agilidad del pozo. Ha publicado Ecos en el Cuarto. Antología poética, Casa Nacional de las Letras Andrés Bello (2013). En 2014, fue merecedor del segundo lugar del Premio Nacional de Literatura «Rafael María Baralt» con el poemario Escarpines en el agua, editado por la editorial El perro y la rana (2017). Ha publicado artículos de investigación literaria y poesía en el diario El Impulso y en el diario Ciudad Barquisimeto. Ha participado en el I Encuentro Nacional de de Poetas Jóvenes, organizado por la editorial El perro y la rana en el marco del 13 Festival Mundial de Poesía. Posee varios trabajos narrativos inéditos.


Es serio el laberinto Vivía de ti, con una angustiosa sabiduría confundida vivía y el jardín de Barquisimeto prometía otra fantástica fidelidad con la plaza Altagracia vivía y vivía de agua dulce, de párvulo ardiendo en cada minuto con el viento, ayer guardé un humor nunca revelé el motivo, pero en el puente y la estatua aun vivía sin querer y el cielo era un escandaloso festín no logro soportar una falda con geometría en mí cuerpo quiero sueño, vivía distraída y si alguien sabe tener la razón aíslese de la poesía, la enciclopedia es para rendirse en la tierra si alguien defiende la razón. Vivía con tu rostro, con mi amargura temporal que soltaba una risa al picar melones y naranjas yo sola vivía, sentía la distancia, un dolor espontáneo si la ventana enciende a Europa y una cascada de África aquí no existiría el secreto una luna, una salón de buenaventura una peinadora en mi cuarto para colgar toda la historia si Barquisimeto muele la raíz femenina en las palmas si el ciclo de la vida es una pequeña acentuación al contemplar así pasan los días con incorrecta lluvia con la conciencia de la muerte y la rápida eternidad.


En tus cabellos negros En tus cabellos negros la noche realmente entregada a tu envoltura deslizan tu definición desde el principio de las sombras y tu cuerpo se convierte en riberas ardientes un libro zodiacal se estremece con tu conocimiento se divide la fuente de tus cielos se empozan las estrellas y se mece tu cabello con una enemistad diferente la luz suma tus territorios de salvajes sutilezas que despiertan con aromas de la conciencia, los mismos que brotan ya vencida por la rareza en las grietas de los cardonales… Cabello de tus negros universos de las arcas tus negros cabellos donde vale la intención para quebrar los silencios de los monasterios. Y te prefiero a ti, ¡qué ternura tan oscura! ¿Qué es un cabello negro? negrura de caramelos, negrura de tus lunas, negrura para mí negrura de los cofres antiguos, de tus ventanas cuando duermes Y apareces muy tramposamente dentro de mi amargura que te nombra.



124 Lázaro Tello Pedró Licenciado en Creación Literaria por la UACM. Ha publicado ensayo, crítica literaria, poesía y entrevista en diversas revistas mexicanas. Forma parte del consejo editorial de las revistas Palabrijes, El placer de la lengua, Heterotopías y Revista de Estudios sobre la Ciudad. Ha cuidado las ediciones de la poesía de sor Juana Inés de la Cruz, Ecos de mi pluma. Antología en prosa y verso (Penguin Random House-UNAM, México, 2018) y del epistolario entre los filólogos Antonio Alatorre-Marcel Bataillon (en prensa). Ha sido profesor de asignatura del Programa de Integración en la UACM y, actualmente, estudia el Doctorado en Literatura Hispánica en El Colegio de México.


PÁJAROS Hay multiplicación en el número de pájaros. Copas de árboles se revuelven por las cornejas que arden negativamente en sus entrañas. Mirlos son circunferencia y cadena que ciñen el ojo tumefacto de una fuente. Cruzan el cielo en incontable niebla; son emigración y el sol es sofocado en su altivez. Hay violencia conjurada en sus números negros. Pero hay pájaros poseídos por la luz, juntos se repliegan y cuelgan su canto hasta el anochecer, junto al río que día a día se queda sin garganta.


AMOR En los tejados del anochecer y en la cama caliente de los ofidios, hay amor. Es blanco el instante del amor en tus ojos y en la incineración del almizcle. Bulbos estallan en mis manos; espuma renovándose en tu piel. Hasta el mar arde sus orillas en la blancura.

TERNURA Has retornado de la lluvia. Tus hombros son gravedad y tu abrigo pesa en la melancolía. Yo me acerco a abrir la puerta y luego llevo fuego a tu tabaco (los fósforos se endurecieron dentro de tus manos). La persistencia es evidente en los tejados, indiferentes a la humedad o al ardor del día. Atravesaste ira y lodazal, y sin embargo sigues inmerso en la ternura. Me acerco a ti y la memoria de tus músculos me lleva hacia tu pecho. En tus pensamientos aún sigues el camino hacia la casa.



128 Nathaniela Montilla Querales Barinas - Venezuela / 1998. Esporádicamente juega a ser cantante y oradora. Estudia medicina y en sus tiempos libres roza el arte y la ciencia, en general. Ha participado en antologías poéticas de la editorial GiraLuna y Diversidad Literaria, así como en la revista Madriguera. Actualmente es moderadora en el programa de difusión de poesía erótica Las Tres Gracias.


Costas de aurora ¿Qué vuela al bulbo de la azucena? ¿Cómo sabe que el aire corta mis nervios? Y asoma la aurora a las costas de un labio entrañable donde el maizal abanica el perfume de un recuerdo y el agua susurra el doblez de sus respiros sabe, sabe que esta fiebre por ella no se agota que nos deshojamos en luz de otoño y en nuestra savia los lechos se ahondan pues astuta es la brisa que embosca mi sed y reanima la acogida de tu nombre, azucena.


Stravaganza Retumba al suelo la stravaganza se escurre en puĂąal del tiempo a la corona silvestre al sabor de los olivos no importa si las togas vuelan en cenizas o si el mĂĄrmol huye de su propia estatua siempre el trono da la Ăşltima estocada mientras la mano cree sostener al mundo.



132 Leo Lobos

Santiago de Chile / 1966. Poeta, ensayista, traductor, artista visual y gestor cultural. Laureado UNESCO-Aschberg 2002. Realizó una residencia creativa en CAMAC, Centre d´Art Marnay Art Center en Marnay-sur-Seine, Francia, con apoyo del Fondo Internacional para la Cultura y la Fundación Frank Ténot. Ha participado en innumerables muestras de arte en Francia, Estados Unidos, Argentina, Colombia, Brasil y Chile. Su obra ha sido traducida al portugués, inglés, italiano, francés y holandés. Ha publicado una veintena de libros de poesía, arte y traducción. Ha sido reconocido y galardonado por organismos y universidades internacionales, tales como la UNESCO, la Universidad San Marcos de Perú o el Ministerio de Educación y Cultura de Chile.


Una secreta forma Las palabras como el río en la arena se entierran en la arena. Roberto Matta El automóvil esta poseído por la fuerza de los animales que le habitan como un carruaje tirado por caballos sobre piedras húmedas de un pasado verano Río de Janeiro aparece de repente como la secreta forma que el Atlántico deja entrever desde sus colinas de azúcar: ballenas a la distancia algo comunican a nuestra humanidad sorda y cegadas por el sol preparan su próximo vuelo caen ellas entonces una vez más como lo han hecho desde hace siglos caen ellas en las profundidades entonces caen ellas y crecen en su líquido amniótico. São Paulo, Brasil, 2004


No pidas frutos al árbol que no riegas Así como el queso atrae a las ratas, las competencias, deportivas o guerreras, atraen a los humanos que no se han liberado de su egoísmo. Alejandro Jodorowsky Rodeada de relámpagos es el rayo quien te besa. Georges Bataille No pidas frutos al árbol que no riegas No pidas nada a la nada que respiras no pidas aire no pidas más Escucha en silencio el árbol te dice con sus mudas hojas lo que en verdad eres Un reloj de sol que a cada momento proyecta la hora que es, el alma, la energía diferente de cada hora No pierdas el día no fuerces tus horas limpia tu sombra riega las flores presiente a los árboles y sus raíces buscar el agua corre ve y dile a los demás La Reina, Santiago de Chile, 2007



136 Carolina Quintero Valverde San José - Costa Rica / 1989. Formó parte del taller literario Netzahualcóyolt. Publicó su primer libro Pequeña muerte en el Ártico con la editorial Perro Azul en 2010, y su segundo libro Datos Adjuntos con la editorial Espiral en 2016. Sus poemas han sido publicados en diversas revistas latinoamericanas y algunos han sido traducidos al italiano. Ha participado en varios festivales y encuentros de poesía en Guatemala, El Salvador, Nicaragua, México y Costa Rica. Es egresada de la carrera de medicina por la Universidad de Costa Rica y posee una maestría en Salud Pública, con énfasis en epidemiología del Instituto Nacional de Salud Pública en México.


Impronta Dos años dijo mi madre, en dos años abuela tendrá 80 y debemos hacer una celebración. Le dije: vos tendrás cincuenta y también lo celebraremos. Mi hermana entrará a los 30. Yo estoy en la segunda década, siento los años de abuela y mi madre sobre mí, sus intentos de felicidad. Y me pesa cada pie que despego del suelo, cada lucha íntima contra la gravedad. Bendigo la brecha:


esa dimensión que nos formó los sueños en diferentes capas de la atmosfera. Bendigo sus manos, sus sexos que decidieron parir. Bendigo el mío que les duele y me duele. Bendigo a las generaciones de las que no quiero ser culpable. Como en los libros bíblicos repito mi genealogía: Carolina hija de Claudia, hija de Carmen, hija a su vez de otra Claudia, hija de Adelia. En mis manos guardo sus gestos y entrego el amor como único legado.


Terabyte i Mi vida de los últimos 10 años: 10 mil fotos, 7 mil documentos, 4 mil canciones; apenas una pequeña línea de un terabyte. Todo en carpetas, pequeños íconos que se activan como neuronas y despliegan el recuerdo. ii Conecten el disco, exploren, no me compriman, no envíen la memoria a la carpeta de reciclaje; acá estuvimos nosotros, los millenials, celebramos el fin del mundo en el 2000 y lo reconstruimos todo desde el minuto 01 del 2001.


«Digital natives» fotografiamos todo desde un celular: los cambios en el cabello, la destrucción del lugar donde nacimos, los momentos armados para parecer dichosos. Respaldamos la felicidad para hacerla indestructible. Es tan fácil acariciar un teclado y borrar el amor el deseo. La pausa en la garganta, al borde del precipicio al filo de la pantalla, esperamos llegar a algún sitio. Dormimos con el teléfono entre las manos, su luz nos alumbra en medio de la nada.



142 Javier Alvarado

Santiago de Veraguas - Panamá / 1982. Poeta ganador de premios nacionales e internacionales de poesía como el Ricardo Miró, el Rubén Darío de Nicaragua, el Centroamericano de Literatura Rogelio Sinán, el Medardo Ángel Silva de Ecuador, el Nicolás Guillén, Mención Casa de las Américas, el Hispanoamericano de San Salvador, Mención Premio Mundial de Poesía Mística Fernando Rielo, entre otros. Cuenta con dieciocho poemarios y dos antologías.


HAY UNA ALDEA HECHA CON LOS POEMAS DE LEDO IVO Lédo Ivo es un hombre viejo que vive en Brasil y sale en las antologías con cara de loco. Juan Carlos Mestre Ya los cangrejos caminan sobre Ledo Ivo Sobre las casas y los sueños O los promontorios en la tierra de Maceió, Ya se volvió mar bajo los barcos Y desató sus palabras como gaviotas en el muelle Silbando esta vez ese acorde funéreo para las carnes de Hermengarda Para esa ebriedad que traspasa las boquitas de los murciélagos y las colillas de cigarro En la caverna más oscura donde tintinean las almas como oseznos, Donde se mancha la oscuridad con esa iridiscencia de tus constelaciones Increpando la resurrección del gallo, La leche estelar de las espuelas Y el plumaje irredento corajeando entre los patios y entre las casas marinas Donde los niños se sientan en el lomo del caracol Y las niñas fijan su belleza a las estrías teologales de las conchas.


Esta es tu aldea donde un niño llamado Ledo empezó a escribir sus poemas en la arena En los pétalos de la caña y en los trapiches donde el pueblo suda El jugo inmemorial de la caña El jugo equinoccial de la caña El jugo demencial de la caña El jugo sexual de la caña Junto al aroma infinito del cacao, junto a las flores del cacao, junto a las semillas del cacao, Donde Clareas esta vez sobre las piedras, sobre el testamento de una negra bailando samba Silba que te silba el vals funéreo Para las carnes de Hermengarda Y eres tú caminando mulatamente sobre las nucas vacilantes de los cangrejos Sobre una iracunda hoguera de agua, sobre los pilotes azarados Por la espuma reinante, Abriéndose tu palabra como un lecho de hojas, Como una almohada de árboles sobre esos sueños gualdos Que van a la memoria del camino y terminan en los pies De los infantes y se ponen a correr Y rechinan como abejas o mariposas al cuidado de la nieve profunda, De la nieve inventada y del sol que ordeña los milagros de las cabras


Donde hay brujas y mujeres explicando la redondez de la tierra Con rituales dibujados en las esferas monacales del coco Y muchachas extrayéndose del corazón cardúmenes de peces. Ya los cangrejos caminan sobre Ledo Ivo en la tierra de Maceió. Allá en el Brasil hay una aldea Donde aprendió a escribir poesía Un niño antologado con cara de loco, Separando las patrias de las lenguas, Emigrante e inmigrante de la lengua portuguesa Haciéndola tierra, Haciéndola jugo de caña Haciéndola cacao, Haciéndola cangrejo sobre las playas de Maceió. Allá en Brasil hay una aldea hecha de los poemas de Ledo Ivo.


RENOVACIÓN DE CÉDULA ante las situaciones kafkianas… Cada uno se va como puede unos con el pecho entreabierto, otros con una sola mano, unos con la cédula de identidad en el bolsillo. Roberto Juarroz Hoy he tenido miedo de mi identidad. Ha expirado mi cédula. No estoy aquí subiendo este piso, No estoy allá consumiendo esta escalera; Cada ser con su paso, cada ser con su pose, Cada uno con sus kilos, en su peso Donde no haya fuego ante la propia voz, La propia voz, una revolución, un manuscrito. Hacer filas inmensas Para renovar tu vejez en la foto. Llenar mis datos, volver al nacimiento Y al dolor parturiento de mi madre. Gatear y caminar sobre papeles Burócratas.


Una fecha exacta para la entrega, para volver a plasmar Las huellas, comprobar solicitud Y dar fe de vida o dar fe de muerte Como si alguien se despidiera en medio de la luz, al otro lado. Unos se van con su espejo, Otros se van con su perro, Otros se van sin su pensión con un sello en la frente, Otros con su nacionalidad y cédula de extranjería, Aquellos con una carta rasgada antes de tiempo. Otros se van sin escribir su mejor obra, Otros se apresuran a tomar talleres literarios y a dejar anaqueles llenos de letra innecesaria, Insisten en dejar un libro detrás del árbol o detrás del hijo. Mejor no se apresuren a nada. En ese lapso de tiempo, ningún banco o trámite aceptan De que estás ahí, en ese lapso de la otorgación no existes, mientras Alguien vive, alguien escribe, alguien rompe papeles, alguien renueva su cédula, Alguien se equivoca escogiendo a un diputado, a un alcalde, a un presidente, Alguien asegura que todo ha caducado.


148 Brenda Ríos

Acapulco - México / 1975. Escritora. Imparte talleres de escritura creativa y poesía en distintos espacios de la Ciudad de México. Miembro del Sistema Nacional de Creadores desde 2019. Premio Estatal de Poesía María Luisa Ocampo, Guerrero, 2018; Premio Nacional de Poesía Ignacio Manuel Altamirano, 2013. Es autora de Raras, ensayos sobre el amor, lo femenino, la voluntad creadora, Turner, México, 2019; La sexta casa, Instituto Sinaloense de Cultura, México, 2018; Aspiraciones de la clase media, Ediciones Liliputienses, España, 2018. Algunos de sus libros pueden ser descargados en el sitio cuadronegroediciones.com y en poesiamexa.wordpress


ESA NOCHE EN ESA FIESTA TODOS FUMABAN COMO ENFERMOS DE HUMO Éramos tantos esa vez ¿recuerdas? cómo empezar a contar llegaste tarde, como siempre, con cara de haber dormido en la tarde ojos hinchados y adormilados aún puse el concierto que más amas Dvořák y la diosa triste Jacqueline du Pré y éramos un cliché como siempre nadie escapa a ser uno nos tocábamos sin movernos de nuestro sitio tú en la cocina y yo en la sala con los otros me aburren tanto las fiestas pero voy por ti porque sé que disfrutas estar con gente gente como escenario, como una obra de teatro, gente que te adora te lleva flores como si estuvieras a punto de morir ¿acaso no todos estamos a punto de morir aun si falten veinte años o dos días? qué hermoso eras entonces


no te importabas tanto y sin embargo ¿no piensas cómo nos sentimos atraídos por personas que no son ni remotamente atractivos? hay cierta belleza que está en alguna parte, en el gesto, el andar, el sostener con gracia el vaso, algo que hace que no deje de mirarte tu cuerpo flaco y sin músculo parece que nunca estuviste nutrido en la vida mi amor te veía mover esos brazos débiles y eras un árbol escuálido, invernal no te quise tanto como esa noche separado de mí por otros cuerpos y tan cercano que dolía como si ya te extrañara y esa conciencia era demoledora verte era ver lo que éramos y lo que eran todos una escena de aspirantes, un teatro de personajes famélicos que comentan los últimos sucesos del arte, la muerte de un gran cineasta o pintor, da lo mismo, que ponen pausa a la tristeza un rato en breve llegarán a sus casas y dormirán en posición fetal no sin antes llorar un poco vivir es declararnos vencidos por lo inevitable.



ME ACORDÉ DE TI MIENTRAS MIRABA UNA PELÍCULA CON UNA RUBIA EXQUISITA Amar todo aunque no quieras amarlo sin destrozar nada No fui feliz nunca o no sé Soy capaz, por otro lado, de rezar para que duermas sin sobresaltos Piensas en mí yo en ti y no estaremos juntos el amor es invisible como el agua en la obscuridad y entra hecha de su misma materia como lluvia en lo profundo de la playa el amor no es decir Te amo cada dos días sino estar ahí ofreciendo tiempo El amor es tiempo


Dos cuerpos pueden amarse pero el tiempo que se dan determina lo otro lo misterioso No estaremos juntos amarás a otra yo quizá no lo sé En un momento, frente a la pantalla donde sale una rubia exquisita que no tenga nada que ver contigo, ni conmigo pensaré en nosotros, en ese tiempo nuestro No fui feliz pero fui leve cuando estábamos juntos Y te veía dormir de espalda Y tocaba ese cuerpo que era tuyo sin deseo que es como mejor se puede amar a alguien quizá, no lo sé, para siempre


154 Livia Esmeralda Vargas Mamá de Aquiles León. Licenciada en Filosofía con Maestría en Filosofía y Ciencias Humanas por la Universidad Central de Venezuela (UCV). Actualmente realiza estudios de doctorado en Historia en el Programa de Historia de la Universidad Federal de OuroPreto de Brasil, y en Filosofía en el Programa de Filosofía de la misma casa de estudios. Es Profesora Asistente en la Escuela de Sociología de la UCV y ha dictado cátedras en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) y en la Escuela de DDHH Juan Vives Suriá. En 2008 publicó el libro Entre libertad e historicidad. Jean Paul Sartre y el compromiso literario (Caracas, 2008) y, más recientemente, en Brasil, en lengua portuguesa, su primer libro de crónicas Trânsitos Cotidianos (Rio de Janeiro, 2020). Como editora, ha contribuido con el notable catálogo de Biblioteca Ayacucho y formado parte de los equipos fundadores de El perro y la rana y de Amalivaca Ediciones.


Cuerpo Hoy me siento como el día lluvioso y gris que se asoma por la baranda de mi cuarto. Tengo los pies desnudos y expuestos Recibiendo el aire frío de este invierno que se abriga en soledades y distancias. Frío de invierno que recorre las enramadas nerviosas de este cuerpo agobiado en dolores. Anestesia en la dermis fronteriza que soy. Extiendo estas manos de angustia que se prolongan hasta siluetas inasibles. Mis dedos cierran el puño intentando atrapar mientras la carne de mi palma izquierda se hace lienzo y fondo en el trazo incierto

destellos de euforia

de una gota roja.

Soy este cuerpo atravesado por dolores y euforias lanzado al agua de experiencias narcóticas. OuroPreto-MG, 21 de agosto de 2020 (en pandemia)


Gritos Llega el grito en tormenta desde el cielo del PacĂ­fico Grito ardido de vidas que se apagan en el fuego Grito gris grito naranja Grito en estampida y desespero. Alaridos de lama y de espanto desempolvan escarchas en mi sosiego. Me cubren de brasa multiplican cicatrices derriten el tiempo.


Llega el grito desde Oriente

con sus fuegos de artificio

Grito de guerra y de desafío Grito telúrico con herencia de sangre y de ruinas Grito de madres que coleccionan vestigios y horrores Grito que me oprime el útero el pecho los senos.

Nos han dejado este infierno vestido en cajitas doradas y promesas. Nos han dejado este infierno de rascacielos naranja y grises de agonía. Nos han dejado este infierno apocalíptico aquí y ahora y tal vez más allá.


158 Marlon Arguello Vargas Managua - Nicaragua / 1984. Licenciado en Marketing y Publicidad (Universidad Protestante Martin Luther King JR.). Callado por naturaleza. Desde primaria, empezó a leer a Rubén Darío y a distintos poetas nicaragüenses, volcándole más interés a las clases de literatura, que a cualquier otra clase o deporte. Toda su poesía es inédita.


La prescripción En este silencio construido, en cada parte, en la mezcla del dolor y sanación para los heridos, en el intermedio de la función donde ya se han agotado los suspiros, en este hogar donde la lacrimación es solicitante de asilo, aquí, en este corazón que aún sigue derruido, sos mi prescripción.


Huyan Rápido, el sol se esconde y en el infierno nieva, corté de su raíz la hiedra, lo común, lo más estrafalario, el hollín, la nube gris y el hombre sanguinario.




CONTRA LA POLICÍA Toda mi obra es contra la policía si escribo un poema de amor es contra la policía y si canto a la desnudez de los cuerpos canto contra la policía también si metaforizo esta tierra metaforizo contra la policía si digo locuras en mis poemas las digo contra la policía y si logro crear un poema es contra la policía yo no he escrito una palabra, un verso, una estrofa que no sea contra la policía Mi prosa toda es contra la policía toda mi obra incluyendo este poema Mi obra entera es contra la policía Miguel James (Puerto España - Trinidad y Tobago / 1953)



Este libro se terminó de diseñar el 5 de septiembre de 2020. El mismo día, pero en 1946, nace Freddie Mercury, cantante de la lejendaria banda Queen.



Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.