2 375 Palabras Para Yulen

2.375 PALABRAS PARA YULEN Edgar L贸pez

Hola, me llamo Edgar y Yulen se ha suicidado. No sé cuándo ni cómo ha pasado, pero ha pasado. Nos conocimos el día 16 de Julio de 2010, cuando me dejó un comentario en el blog (del que saqué los textos del fanzine El Hombre Bosque en Llamas). Yo había escrito una entrada con una cita de un libro que decía así: 15 de julio de 2010 Miedo "-Para tener miedo no hacen falta motivos, Momo.

Nunca se me ha olvidado, es la verdad más grande que he oído en mi vida."

La vida ante si, Émile Ajar.

Yulen dejó este comentario: Tejedor de sombras16 de julio de 2010, 17:18 Verás, he estado navegando por los blogs, y me he topado con uno en el que tú y algunas personas más trabajáis en una especie de taller de lectura o algo por el estilo. Me llamó la atención y querría informarme, te dejo mi correo: xxxxxxxxx@hotmail.com Si no, pues así hablamos x) ResponderEliminar

Hablamos, sí, del blog colaborativo y de otras cosas, y más tarde nos encontramos. Cuando lo conocí era una persona enérgica, positiva, de las que hacen reír a la gente y embellecen el ambiente con solo estar ahí. Era de esas personas núcleo que mantienen unido a todo el mundo.

Nos encontramos por primera vez en el salón del cómic de ese mismo año. Él vivía en Sant Celoni, así que cuando terminó todo, lo acompañé hasta la estación, pero nos equivocamos de tren y cogimos uno en dirección contraria, y acabamos en El Prat, donde yo vivo. Me supo mal, así que insistí en acompañarle hasta Sants otra vez.

Cogimos el tren, llegamos a Sants, y no me apeteció bajarme. Le acompañaría hasta Granollers. Llegamos a Granollers y tampoco me apeteció bajarme. Total, para lo que quedaba lo podía acompañar hasta Sant Celoni. Llegamos a Sant Celoni, y como ya era tarde, no había más trenes de vuelta a Barcelona. Me enseñó dónde se cogía el bus, y como todavía faltaba un rato, le acompañé a casa. No hasta la puerta, sus padres lo habrían matado si lo vieran con alguien a esas horas o algo así. Nos quedamos en una esquina cercana y le besé.

Parecía contento. Yo lo estaba. A pesar de lo que pasó después, no me arrepiento de haberlo hecho.

No sé si es que soy muy cabezón o qué, pero difícilmente me arrepiento de las cosas que hago.

Igual lo que pasa es que soy gilipollas y no sé recapacitar, pero no quiero ponerme a pensar cosas como “Si no le hubieras besado aquella noche de 2010 igual ahora no estaría muerto” porque no tiene ningún tipo de sentido. Él volvió a su casa, sonriendo. Yo volví a la parada del autobús. Me envió un mensaje de texto (Uno de esos famosos SMS) que decía algo así como “Bueno, ya has visto mi pueblo, espero que te guste porque vas a volver, no?”

No tenía saldo para responderle, o no tenía cobertura, no me acuerdo. Qué sé yo. Cogí el autobús feliz.

Viaje nocturno por carretera, fantástico. Llegué a casa, y ese beso con Yulen me trajo más problemas que no vienen al caso ahora mismo, pero os lo digo porque es la verdad.

Me conecté al Messenger. Ahí estaba Yulen esperándome para saber si había llegado a casa sano y salvo. Hablaríamos mañana.

Mañana no se conectó. Al día siguiente tampoco. No contestaba mis SMS ni respondía mis llamadas.

Llamé a sus amigas, que nos acompañaron al Salón del Cómic, y me dijeron que estaba bien, que no me preocupara. Yo, la verdad, no entendía nada, pero al final el tiempo que pasaba entre un intento y otro se fue espaciando hasta que dejé de llamarle.

Un tiempo después, no recuerdo cuanto, recibí un mensaje suyo en el Messenger. Me pedía disculpas.

Me decía que llevaba mucho tiempo buscando a alguien como yo, pero que no se había dado cuenta y que luego había sentido miedo. Si hay algo más que sea característico de Yulen es el miedo. Siempre lo sintió, y al final creo que le ha vencido.

El caso es que volvimos a hablar. Yo ya tenía mi vida sentimental arreglada (Bueno…) y le dejé claro que no íbamos a seguir donde lo habíamos dejado, y él me aclaró que no volvía por ese motivo. Así empezamos a ser amigos. Y llegó a ser mi mejor amigo.

Seguía sintiendo miedo, pero seguía siendo una persona núcleo. Basándome en el tiempo que compartimos, que no fue poco, estas son las conclusiones a las que llego sobre él.

Necesitaba profundamente calor humano, pero a la vez lo repudiaba. Necesitaba sentir que había alguien ahí, cerca, en quien podía confiar y con el que podía llorar, abrirse y arrojarse del todo, pero cuando encontraba a alguien dispuesto a hacer eso por él creía que no se lo merecía. Se autocastigaba. Era su forma de flagelarse. Era muy capaz de plantar cara, pero nunca se lo quiso creer. Es una lástima. Sabía

ganarse muy bien a la gente, y todos le querían. Me hizo conocer a un montón de gente que lo habría dado todo por él: Yo mismo, Cristian “Snowy”, Pol, Marina, Judit, Jael, Diego, hay tantos que ya ni me acuerdo. Todos ellos le querían un montón, pero él no era capaz de mantener esa amistad, a pesar de que era lo que más quería en el mundo.

No estaba bien en casa, su familia no era una familia.

No explicaré sus intimidades aquí, pero lo que quiero decir es que él estaba en una permanente búsqueda de una familia propia, una familia escogida. Y como he dicho antes, él era el núcleo de esta familia imaginaria. Quizá lo que pasaba era que no le gustaba ser el centro, y por eso decidía romper el conjunto.

A pesar de que me presentó a mucha gente, yo siempre le fui fiel. Fue formando y rompiendo núcleos, y yo iba con él, con la esperanza de que encontrara uno lo suficientemente fuerte como para que se quedara.

Se me ocurrió que, si lo que no le gustaba era ser el núcleo, podría tratar de encontrar a alguien que hiciese esta misma función. Hay otra persona núcleo en mi vida, que ha estado ahí siempre y siempre estará. Es Ana. Decidí que debía hacer que se conocieran. Sabía que se iban a caer bien y que al final acabaría naciendo algo de ahí, y así fue. No

recuerdo cómo fue la vez que los presenté, la verdad.

Creo que me dejaron tirado en el metro, pero no sé seguro si fue ese día u otro distinto. Pero funcionó. ¡EUREKA!

No quedaba mucho para que fuese el cumpleaños de Yulen. Él siempre se quejaba porque decía que sus cumpleaños habían sido una mierda desde que tenia siete años, así que le preparamos una macrofiesta en Pineda. Durante las dos semanas antes, Ana y yo lo

preparamos todo. La idea era que, si la fiesta empezaba a las seis de la tarde, a cada hora que pasara, Yulen iba a celebrar cada uno de esos cumpleaños perdidos. Es decir, a las seis celebraríamos sus séptimo cumpleaños, a las siete el octavo, a las ocho el noveno, y así hasta el 19. Habría una tarta para cada uno de ellos, con sus velas correspondientes, su regalo, su cumpleaños feliz, y una actividad, todo adecuado a la edad que cumpliese según la hora. Fue una matada, pero personalmente valió la pena todo solo por ver lo bien que le sentó, su cara de alegría. Yulen, te dije que te lo merecías, y te lo volvería a decir si pudiera. La fiesta pasó. y el fin de semana siguiente nos fuimos él y yo solos a Luxemburgo, al concierto de Florence + the Machine. Fue un viaje fantástico, con un concierto fantástico, a pesar de tener que hacer un peregrinaje sin fin para volver de noche y tener que dormir en una cabina de teléfono, el 28 de Noviembre a 5ºC en la noche luxemburguesa. Ese es uno de los recuerdos que guardo con más cariño.

Como he dicho antes, Yulen a veces sentía que no merecía ninguna de las cosas buenas que le pasaban, así que a veces desaparecía un par de días, se encerraba en su cuarto para atormentar su mente. No sé qué le pasaba por la cabeza, pero dos o tres días más tarde, volvía y se sentía mejor. Yo, en la medida de lo posible para un amigo decente, siempre respeté eso. Pero al volver de Luxemburgo, no

pasaron solo tres días, pasaron casi dos semanas.

Ana y yo, preocupados, decidimos ir a su casa a verlo, aunque solo fuera para que supiera que estábamos ahí.

Cogimos el tren y nos plantamos en Sant Celoni, delante de su casa. Nos encontramos con su madre y nos invitó a pasar. Encontramos a Yulen en la cama, dormido, o haciendo como que dormía. Abrazó a Ana. Yulen siempre abrazaba a la gente, y siempre muy fuerte. Sus abrazos eran fantásticos, y eso lo sabe cualquiera que haya recibido uno. Yulen abrazó a Ana y me giró la cara. Según me dijo, no me merecía su saludo. No supe a qué se refería entonces, y hoy sigo sin saberlo. Ahí empezó su distancia.

Yulen, tengo algo que decirte sobre lo que siento y he sentido siempre hacia ti. Ahora, con la distancia, lo puedo ver más claro. He sentido un amor enorme, pero era un amor paternal. Siempre me has recordado a mí mismo cuando era adolescente, con esa necesidad imperiosa de cariño y ese sentimiento de no merecerlo. Lo que he escrito sobre ti aquí también lo podría aplicar a mí mismo, a veces, y yo también tengo mis necesidades y mis miedos y mis cosas internas y entremezcladas. En ese entonces a mí ni se me pasó por la cabeza la posibilidad de quererte de forma paternal. Yo solo sabía que te quería y ya, y actué en consecuencia a ello. Pero yo lo único que quería era que salieras de esa espiral de

automaltrato en la que estabas, porque como te decía siempre, yo estuve ahí y sé que se puede salir.

Quería cuidarte y ayudarte todo lo que pudiera, pero no me daba cuenta de que estaba haciendo todo lo contrario. Lo siento. Lo siento de verdad, porque creo que, en parte, soy responsable de tu suicidio.

Si pudieras volver al punto de tu vida en el que lo dejaste, si tuvieras otra oportunidad, te daría dos hostias y luego te sentaría en cualquier sitio, te daría un cafelito y te leería entero el libro Instrumental de James Rhodes, que estoy leyendo y me parece fantástico y me recuerda un poco a ti. Dice que la

música salva vidas, y por eso también este fanzine viene con una canción, (en la contraportada) que ojalá hubiese podido cantarte antes.

Yulen, tú y yo lo hemos pasado mal. Cada uno en su camino, pero también juntos. No sé si te acuerdas, pero una vez te envié un mail que decía esto: Este es oficialmente el úl/mo correo que te escribo. Sé que, a día de hoy, no quieres volver, y quizá al ver este mail pienses: "Joder, qué pesado.", pero yo necesito escribirlo, y por una vez me da igual lo que piensen los demás, y voy a hacer algo para sen/rme bien conmigo mismo.

Mañana es día 7 de Febrero. Hace tres meses, el día 7 de Noviembre, te vi por úl/ma vez. Al principio creía que volverías, y pensaba que no lo hacías a propósito. Me escribiste mails casi en blanco y, gilipollas de mí, pensé que no, que era tu situación, que estabas demasiado estresado como para ocuparte de mí, y que ya volverías cuando estuvieras preparado. Ahora he perdido esa esperanza, ya no creo que vuelvas. Ya no quiero que vuelvas. Si algun día de tu vida ves esa caja (O no, porque quizá la has /rado), o ves una de las pocas fotos que nos dieron /empo a hacernos (O no, porque quizá la has borrado, yo lo he hecho) y te da por buscarme, no lo hagas. De verdad, estoy mejor así.

Arriesgué muchísimo por esos dos días con/go, y de hecho perdí muchísimo, pero lo he recuperado. No quiero volver a perder nada, de todas formas no hubiese funcionado.

Gracias por no haberle hecho caso, porque gracias a eso también lo hemos pasado muy bien. Me acuerdo mucho de aquellas vacaciones que pasamos vagando por medio país. Creo que lo pasamos muy bien, a pesar de todo lo que pasó. Fue cuando llamamos a Sandro Rey y nos dijo que encontraríamos piso fácilmente. Te llamó princesa, ¿te acuerdas? Jajajaja.

Se equivocó bastante. Y nuestro paso por Sevilla, Salamanca, el tour guiado por tu tío en mi primer viaje a Madrid. En fin, qué bien se está cuando se está bien.

Me gustaría poder seguir estando bien contigo. Es cierto que nos habíamos distanciado, pero aún así no he dejado de preocuparme por ti. Ya ves. Han quedado muchas cosas sin exponer aquí, pero tampoco quiero contarlo todo. No sé lo que pensaría la gente si lee cómo nos quedamos encerrados en un cementerio (dos veces) o cómo intentamos invocar a Amy Winehouse. Cómo alguien nos abandonó en Zafra para salir en Sálvame… Yulen, aportabas muchas cosas en mi vida, y me gustaría que pudieras seguir haciéndolo. La gente no se dice las cosas y así va el mundo. Debería haberte dicho todo esto mucho antes, pero no lo hice. Quizá por eso te has suicidado.

Te dejo una copia del fanzine aquí, en tu tumba, por si alguna vez se te ocurre convertirte en zombie y sientes algún tipo de interés o curiosidad. Estoy seguro de que te encantaría, pero como no lo veo probable, mejor nos vemos allí arriba. Te quiero, amigo.

Para Yulen, ¿cómo no?

Y para todos los que lo acompañaron alguna vez.

Acceso a la canción:

http://www.goear.com/listen/ fdd36cf/bizarre-love-trianglefrente-cover-edgar-lopez Barcelona, 7 de Enero de 2016. Edgar López. doppelganger@hotmail.es