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Inicia otro año de delirio y muerte

Durante la lección inaugural del primer semestre de 1980 en la Facultad de Arquitectura, se dio espacio para que varios campesinos indígenas fueran oídos. El 31 de enero estos mismos campesinos acompañados de estudiantes universitarios ocuparían la Embajada de España. Esta toma sería de trascendencia internacional y tendría serias repercusiones políticas y económicas para el gobierno guatemalteco. Las fuerzas de seguridad intervinieron en la Embajada, lo que provocó el incendio del recinto diplomático y la muerte de quienes se encontraban dentro, incluyendo dos conocidos profesionales, estudiantes universitarios, personal de la embajada y los campesinos que habían ocupado la sede de esa misión extranjera.

El 1 de febrero el único sobreviviente de la toma del Embajada Gregorio Yuxá fue secuestrado. Posteriormente, su cadáver apareció en la ciudad universitaria, con perforaciones de bala en el cráneo, como un claro mensaje hacia los académicos. El siguiente día fue asesinado el presidente de la Asociación de Estudiantes de Medicina, Gustavo Adolfo Hernández y el estudiante de derecho Jesús España.

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La violencia contra la Universidad se extendió al interior del país. En la madrugada de 16 de febrero fue allanado el Centro universitario de Oriente -CUNORI-, con sede en la ciudad de Chiquimula. Un grupo de individuos portando ametralladoras penetraron al recinto y se dedicaron a destruir mobiliario, sustraer documentos y pintar rótulos con amenazas de muerte a docentes y estudiantes.

Otros casos que revelaron la pretensión de las fuerzas represivas de desestabilizar a la Universidad fue el asesinato de licenciado Hugo Rolando Melgar, asesor jurídico de la institución. El director del Instituto de investigaciones económicas y sociales, licenciado Julio Alfonso Figueroa y su esposa la Trabajadora Social Margarita de Figueroa fueron ejecutados durante la última semana de marzo.

Entre el asedio y la barbarie 374