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Un paradigma en crisis

El paradigma generado en el CRA estaba siendo puesto a prueba. Las fisuras que comenzaron a aparecer se hicieron paulatinamente más grandes. Por un lado, había insatisfacción de un sector que consideraba que se formaban arquitectos sociólogos que no respondían al perfil que debía poseer un arquitecto y, por el otro, quienes pensaban que no se daba respuesta a lo que, según los postulados de la reestructuración, la sociedad demandaba.

Pero la conflictividad de la Facultad de Arquitectura surgía también entre los actores que debían apoyar el mismo proyecto, pero que mostraban diferencias sustantivas en las formas de abordarlo. Se estaba haciendo tambalear el escenario y, la incertidumbre y la discordia, emergían entre los distintos actores.

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Lo más nocivo organizativamente, había surgido por la falta de coordinación, delimitación de las funciones y luchas de poder entre la Junta Directiva y el Consejo de Facultad. Los integrantes de este Consejo creían que por ser el órgano paritario debía tener la hegemonía en las decisiones académicas, pero la Junta Directiva, como órgano directivo tradicional, mantenía que sus funciones estaban definidas dentro de un marco más amplio y conservaba el poder real de la Facultad. Los conflictos entre ambos organismos, acompañados de señalamientos e intereses personales, posturas y reclamos políticos, estaban siendo el caldo de cultivo para un nuevo ciclo de enfrentamientos que se convirtió en un hábito en la unidad académica.

Había quienes seguían sosteniendo que la culpa de la situación se debía a que el modelo de autogobierno propuesto, que eliminaba la figura del Decano, no fue aprobado por el CSU. Otros suponían que la causa era que el Consejo de Facultad lo integraban personas contrarias al Decano. La falta de consensos, las diferencias, los bloqueos, los intereses particulares y las inculpaciones, habían llevado a que finalmente, el primer CF, renunciara en pleno.

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Los renunciantes no midieron las consecuencias para la Facultad, para el CRA o para ellos mismos. No percibieron la magnitud que tendría la renuncia, el valioso espacio de decisión que estaban dejando libre que, sin embargo, les dejaba poca opción de maniobra. Un ámbito que, además de propiciar el equilibrio paritario, brindaba legitimad y protección para su accionar político académico. En fin, de manera similar a cuando el Arq. Asensio dejó por decisión propia, un margen abierto para sus contendientes, con lo que facilitó él mismo su caída y la de sus aliados, parecía que ahora lo hacían también los miembros del Consejo de Facultad.

Si a eso se suman los otros factores revisados, había indicios suficientes de que el proyecto del CRA no estaba teniendo los resultados esperados y según lo que ocurriera en los próximos meses, podría perder el rumbo. Si bien, el paradigma del CRA había tenido un proceso en el que se conciliaron fundamentos claros con una sólida base ideológica y se definieron estrategias cuyo principio fundamental era la paridad en la toma de decisiones, su desarrollo todavía no estaba asegurado.

Por eso también se concibieron mecanismos para monitorear y corregir, entre los que se consideraba al Coneval como el instrumento principal para mediar, mantener el rumbo y reforzar los criterios formulados en la reestructuración. Pero debido a la confrontación registrada, antes y durante el evento, no se llegó a resoluciones integrales que definieran orientaciones precisas para retomar la senda, es más, ni siquiera se divulgó un informe sobre el congreso.

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Los conflictos con el sector estudiantil también habían comenzado a surgir, en gran medida por la demanda de paridad en las decisiones y la exigencia de integrar de manera inmediata un nuevo Consejo de Facultad. Pero ya se había demostrado los conflictos generados por la existencia de dos organismos de igual jerarquía en una misma organización, más aún, en una cultura en que las grandes contradicciones, aunadas a los intereses individuales, suscitaban severos obstáculos por superar. La administración evitaba volver a reintegrarlo, pero recibía fuertes presiones que lograría ignorar por más de un año.

En general 1975, el primer año de gestión como Decano electo de Méndez Dávila, había terminado en preocupantes condiciones. El nuevo año ofrecería otras circunstancias, se vería marcado tempranamente, por un suceso natural que revelaría nuevos retos y perspectivas, daría la oportunidad de demostrar la amplia proyección social que podía tener la Facultad y se constituiría en una nueva coyuntura para recobrar el rumbo.

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EL SISMO ABRIÓ UNA SENDA ALTERNA

399. Asociación de Amigos del País (2004). Diccionario Histórico Biográfico de Guatemala. Guatemala. Editorial: Amigos del País, Guatemala.

400. Prensa Libre. 10 de marzo de 1976. Año 25. No. 7507.

401. ASIES. Compendio de Historia de Guatemala, 51. El 31 de enero de 1976 se celebró el tricentenario de la fundación de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Nadie habría imaginado que pocos días después, un súbito evento telúrico de grandes proporciones agobiaría a la mayoría de los guatemaltecos. El hecho conmovería a la ciudadanía y pondría en evidencia los contrastes socioeconómicos y las carencias que afectaban a la generalidad de la población.

El primer lunes de febrero de 1976 se iniciaron formalmente las actividades académicas en la Facultad de Arquitectura. Dos días después en la madrugada, un fuerte terremoto devastaría una gran parte del territorio nacional. Era el 4 de febrero de 1976, una fecha que quedaría grabada en todos los guatemaltecos.

El movimiento telúrico de magnitud de 7.5 en escala Richter y de 9 en la escala de Mercalli se registró a las 3:03:33 horas. Durante los 39 segundos del principal sismo, fueron destruidas más de 250,000 viviendas y quedaron sin techo más de un millón de personas. El costo de la reconstrucción se estimó en más de mil millones de dólares.399

Según informe del ministerio de Salud, se determinó que el área afectada fue de 39 mil kilómetros del país en la que había tres millones de habitantes. Hubo más de Veintitrés mil muertos y setenta y seis mil heridos. En la capital de la república los mayores daños materiales y en vidas ocurrieron en la zona 3 (antiguo barrio el Gallito), y en las zonas 5 y 6. En el interior del país, los daños de mayor magnitud se produjeron en Salamá, Baja Verapaz, San Pedro Ayampuc y San Juan Sacatepéquez y en el departamento de Guatemala. Pero los destrozos serían mayores y abarcarían otras áreas. Chimaltenango sería el área más afectada. Sólo en los departamentos de Retalhuleu y Petén no se reportarían daños. 400

El gobierno decretó el estado de calamidad pública en toda la República. El presidente Laugerud, en un mensaje difundido en la cadena de radio y televisión la noche del 4 de febrero, subrayó: «Toda Guatemala está golpeada mas no herida de muerte; hemos sido castigados mas no vencidos».

El sismo tuvo repercusiones tanto políticas como económicas. La afluencia de la cooperación económica internacional dio un respiro al Gobierno que había perdido el apoyo financiero de los Estados Unidos. Pero el enorme déficit presupuestario que se venía arrastrando ocasionaría que la inflación fuera incontrolable. 401

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402. Comisión para el Esclarecimiento Histórico CEH. Guatemala: Causas y orígenes del enfrentamiento armado interno. (Guatemala: F&G, 3ª Ed. 2019) 203 403. Cazali, 408 404. CSU 9/1976 de 12 de marzo. El manejo de la emergencia rendiría créditos políticos al presidente, las críticas sobre su cuestionada elección quedarían en el pasado. Pero el esmero para enfrentar la crisis incrementaría la desatención sobre la contrainsurgencia, lo que favoreció la reestructuración que se estaba dando en la guerrilla para reencauzar las estrategias y los objetivos revolucionarios.

La situación encaminó a que muchas de las personas que habían perdido todo con el terremoto se integraran a las filas guerrilleras. La crisis fue aprovechada por las organizaciones insurgentes para su trabajo político en el que se mezclaban las reivindicaciones sociales con las propuestas de lucha armada.402

La Universidad constituyó un comité de emergencia orientado a socorrer a las víctimas de los sectores populares y a coadyuvar a resolver sus necesidades más inmediatas. Se formaron brigadas de socorro integradas por profesores y estudiantes que trabajaron en diversos municipios del país y áreas marginales de la ciudad de Guatemala. En el tema académico el terremoto motivó a que se celebrarán seminarios de estudios que enfocaron el problema desde diferentes ángulos. «Se hizo notoria la necesidad que existía de qué la investigación y la docencia se readecuarán a la realidad nacional para ser más fructífera la misión educativa de la Universidad».403

Las acciones humanitarias, la vinculación social de los universitarios y las operaciones políticas cambiarían nuevamente el escenario nacional y universitario. Pronto las intervenciones universitarias serían interpretadas por algunos sectores como amenazas contra el sistema. Diversos grupos estudiantiles se habían entregado a la tarea de socorrer a las clases más necesitadas, pero dicha labor se interpretaría como acción subversiva por parte de las fuerzas opresivas del país. Esto llevó al asesinato, intimidación y privación de libertad de algunos estudiantes, por lo que el CSU exigió al presidente de la República y las autoridades el cese de actividades represivas.404

En la Facultad de Arquitectura algunos docentes y estudiantes, además de las acciones emergentes, propondrían una visión más integral para enfrentar la situación por medio del Plan de Integración Académica 1976.

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Tabla 10.1 Nómina de catedráticos de 1976 por Áreas y Unidades

ÁREA 1

Arq. Erwin Solórzano (T) (Coordinador Área) Arq. Eduardo Sosa (Coordinador Área) U. 1.1 Matemática y Estadística U. 3.1 Medios de Comunicación

Lic. Francisco Leal (Coord. Unidad)

Ing. Jorge Peláez (T) Br. Gloria Almengor Br. Glenda Rodríguez Br. Jorge Valenzuela

U. 1.2 Física y Estructuras

Ing. Vicente Mazariegos (T) (Coord. Unidad)

Ing. Rafael Santiago (T) Ing. Hugo Galindo (T) Arq. Jorge Escobar Prof. Héctor Jiménez Br. Miguel A. Herrera Br. Magaly Soto Br. Juan Fernández

U. 1.3 Tecnología de Construcción

Arq. Luis Eskenasy (T) (Coord. Unidad)

Arq. Erwin Solórzano (T) Arq. Julio Corea (T) Arq. Rubén Bailey Arq. Eduardo Aguilar Br. Roberto Palomo

ÁREA 3

Arq. Alfredo Rivera (Coordinador Unidad)

Arq. Fernando Pepió Arq. Ricardo Córdova Br. Sergio García Br. Jorge Rousselin

U. 3.2 Taller Síntesis

Prof. M. René Villagrán (Coord. Nivel Inicial) Prof. Gilberto Morales (Coord. Nivel Medio) Arq. Carlos Brichaux (Coord. Niv. Profundidad)

Arq. Francisco Piloña (T) Arq. Ricardo Alonso (T) Arq. Guillermo Gomar (T) Arq. Francisco Chavarría (T) Arq. Francisco Méndez Arq. Manuel Pinelo Arq. Randal Recinos Arq. Carlos Mazariegos Arq. Darío Menéndez (T) Arq. Julio Fonseca Br. Luis Benítez

U. 3.3 EPS

Arq. Eduardo Aguirre

ÁREA 2

Arq. Marcelino González (T) (Coord. Área) Arq. Gilberto Castañeda (T) (Coord. UTA-ARQ) U. 2.1 Teoría e Historia de la Arquitectura

Arq. Francisco Méndez (Coord. Unidad)

Arq. Mario Hugo Rosal (T) Art. Roberto Cabrera Br. Roberto Godoy Br. Ramiro Soria Br. Sergio Búcaro Br. Hugo Meza Br. Rufino Alvarado Br. Marco Antonio Flores

U. 2.2 Ciencias Sociales y Planeamiento

Arq. Roberto Morales (Coord. Unidad)

Arq. Miguel A. Santacruz (T) Dr. Jorge Solares (T) Arq. Roberto Morales Lic. Hugo Recinos Prof. Gilberto Morales Br. Anne Arévalo Br. Fernando Rodríguez

Arq. Rodolfo Cuevas (T) (Coord. Administrativo)

Se agregaron a la nómina del año anterior:

Ing. Carlos Cabrera Ing. Máximo Letona Arq. Adolfo Figueroa Dr. Luis Padilla

Br. Arturo Villagrán Br. Marco A. Rivera Br. Edgar León Br. Víctor Mejía Br. Jorge. R. Zuchini Br. Julio Guerrero Prof. Alfonso Campo Br. Jorge Figueroa Dr. Luis Ferraté Dr. Rodolfo Castillo Lic. Mario Roberto Morales Lic. Julio Hernández

Br. Horacio Mendizábal Br. Jorge Ramírez Br. Eduardo Pérez Br. Saúl Cárcamo Br. Oscar Henry Br. Oscar Velásquez Br. Rolando Caballeros Br. Rolando Monzón

Fuente: Acta de Junta Directiva 498 2/1975 de 10 de diciembre. Se reconstruyó la distribución por unidades debido a que en el Acta no se indica por lo que puede haber algunas inexactitudes en la ubicación. (T)= Titular.

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