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Rechazo a la exhortación de renuncia

184. Nota del Decano de Arquitectura del 10 de agosto de 1972 dirigida al CSU. La respuesta del Decano de Arquitectura ante la decisión del CSU de exhortarlo a presentar su renuncia fue categórica. Para argumentar su decisión presentó un extenso memorial con distintos criterios entre los que se comparten los más relevantes. 184

Resaltó que el CSU debía dirigir su política académica y administrativa con respeto a las leyes y a los valores éticos. Que el hecho de afectar los principios morales y por tanto la dignidad humana «era un síntoma de desquiciamiento interno, con resultados graves e imprevisibles». Señaló que la exhortación que le había sido dirigida era ni más ni menos, una coacción moral en la que el Consejo, aduciendo un derecho de petición de los estudiantes, presionaba a uno de sus miembros, para que prescindiera de sus legítimos derechos. Agregó que esa coacción moral subía de punto cuando se justificaba arguyendo pretender evitar el resquebrajamiento de la autonomía universitaria, haber agotado las posibilidades de arreglos amistosos y buscar que saliera avante el proceso de reforma de la Facultad de Arquitectura.

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Asensio subrayó que era buena hora para que el CSU y todos los universitarios conscientes hicieran el análisis sereno y justo, respecto a si los peligros que está enfrentada la autonomía devenían del Decano de la Facultad de Arquitectura o si tal situación estaba siendo provocada por otros factores internos y externos, a los cuales era absolutamente ajeno. Además, agregó, que ninguna autonomía se perdía por la voluntad de una persona y más aún si tal persona, como en su caso, había sido un universitario digno e intachable.

En relación con haberse agotado los arreglos amistosos, a la delegación del Consejo Superior Universitario le constaba que, habían sido los directivos de la AEDA, el Vocal 1 y los vocales estudiantiles de la Junta Directiva y algunos miembros del directorio del CRA, los que haciendo caso omiso de los seis puntos que pudieron conducir a la conciliación, pretendieron como única salida que declinara asumir la rectoría en caso de ausencia del Rector, cerrando toda otra posibilidad de entendimiento. En este punto advirtió una nueva injusticia ya que el honorable Consejo Superior Universitario debió apelar, en todo caso, al alto espíritu universitario de quienes obstaculizaron el cabal cumplimiento de la misión encomendada por él mismo.

Rechazo terminantemente la exhortación a renunciar por razones éticas, de dignidad humana, universitarias, profesionales y jurídicas.

Carlos Asensio

185. Memorial del Decano de Arquitectura del 10 de agosto de 1972 dirigida al Consejo Superior Universitario conocida en sesión del 16 de agosto de 1972. Para Asensio los motivos expuestos eran suficientes para no presentar su renuncia. Pero agregó que había otros que, en esta situación, habían puesto en entredicho su honor y dignidad, que eran de carácter jurídico y que estaba obligado a expresar. La opinión de varios juristas que consideraron profundas dudas sobre los apoyos legales del Consejo Superior Universitario para exhortarlo a renunciar, pues vulneraba de hecho el orden institucional de la universidad, también señalaba que la exhortación no contenía un solo cargo válido y de peso en contra de su ejercicio como Decano.

Agregó que por asuntos de menor importancia el Consejo Superior había nombrado comisiones para investigar y obtener criterios que apoyaran sus decisiones, pero esto, no lo había merecido un Decano universitario. El Consejo ni siquiera consideró oírlo previo a tomar su decisión. Pero lo que para él no tenía duda legal, era que había sido electo por tres cuerpos, estudiantes, catedráticos y profesionales, y sólo se atendieron las muy debatidas razones de una parte de los estudiantes, pero los otros sectores no fueron atendidos en ningún momento lo cual falseaba de hecho y de derecho, el acuerdo adoptado por ese alto Organismo.

Asensio consideró que lo que hacía aún más vulnerable la decisión, fue que esta hubiera sido tomada con ostensible presión de un grupo estudiantil. El Consejo ya había resuelto, pero debido a la presión, lo que se había acordado previamente se revisó horas después cuando el edificio del rectorado fue ocupado por grupos de estudiantes, que llegaron al extremo de paralizar las funciones administrativas. Al margen de muchas consideraciones que podrían expresarse Asensio catalogó como deplorable el hecho, señaló que valía la pena preguntarse ¿es legal o moral adoptar decisiones bajo un clima semejante? Agregó que este señalamiento, aparte de su opinión fue secundado en muchos de los puntos razonados del Acta 1164.

Para finalizar recalcó que no aceptaba la coactiva exhortación para renunciar de su cargo y a todos los derechos que esto conllevaba, porque simultáneamente a la del Consejo Superior recibió otras exhortaciones más dignas y universitarias: la de los catedráticos, profesionales y numerosos estudiantes, que le respaldaban y le exigían concluir su decanato. En todo caso cerró: «manifiesto al honorable Consejo Superior Universitario que continúo en la mejor disposición de entablar un nuevo diálogo con todos los componentes de mi Facultad, bajo bases honestas, jurídicas y académicas, y espero que esta actitud sea compartida por los miembros de ese alto Organismo».185

La nota del Decano no fue discutida y, al igual que varios documentos de la Facultad de Arquitectura de ese día, se resolvió avisar recibo y agregarlos a los antecedentes en los Anexos del Acta.