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La toma de rectoría y el cambio de decisión

167. CSU 1163, 8/1972 de 2 de agosto. Hicieron uso de la palabra los estudiantes Héctor Jiménez, Mario Villagrán, Gilberto Castañeda y Jorge Rousselin. 168. Ídem.

169. CSU 1164, 2/1972 de 3 de agosto. 170. CSU 1164, 3.1 y 3.2/1972 de 3 de agosto. Luego de conocer la decisión del CSU la AEDA solicitó nueva audiencia. Los representantes expresaron su más categórica y enérgica protesta por la resolución adoptada entorno a las peticiones de renuncia del Decano de Arquitectura. Asimismo, que, a partir de ese momento, el edificio de Rectoría sería ocupado y que esa situación se mantendría hasta que el Consejo resolviera favorablemente las peticiones planteadas.167

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El Rector después de escuchar a los estudiantes «les hizo un llamado a la cordura y a la madurez y anunció la inmediata designación, por parte de la Rectoría, de una comisión encargada de mantener un diálogo permanente con los estudiantes a fin de garantizar, sobre este conflicto, una solución satisfactoria para los más altos intereses de la universidad». Seguidamente anunció la integración de varias comisiones, entre ellas, una para sostener un diálogo permanente con los estudiantes que ocupaban el edificio y otra para solicitar la opinión jurídica sobre la posibilidad de revisar lo resuelto por el Consejo cuando este trató la renuncia presentada por el Decano. La conflictiva sesión se cerró cuando eran las cuatro horas y cuarenta y cinco minutos del 3 de agosto de 1972 con un llamado del Rector para observar la mayor cordura y vigilancia ante los peligros con que pudiera ser amenazada la autonomía universitaria.168

...los estudiantes reiteraron su irrevocable decisión de insistir en su petición de renuncia al Decano de la Facultad de Arquitectura

Ese mismo día, pasadas las 20 horas, se continuó con la sesión permanente con el propósito de informar sobre los actuado por las comisiones nombradas. La comisión para realizar las consultas jurídicas informó que no había posibilidades legales de revisar los resuelto por el Consejo al considerar la renuncia planteada por el Decano de la Facultad de Arquitectura. Por su parte la comisión encargada de dialogar con los estudiantes que ocupan el edificio de rectoría informó que los estudiantes reiteraron su irrevocable decisión de insistir en su petición de renuncia al Decano de la Facultad de Arquitectura y de someter al Consejo, esa misma noche, una solicitud de revisión a lo actuado en la última sesión.169

El Rector sometió a la consideración del Consejo hacer la revisión de la renuncia del Decano. Previo a discutir el tema se declaró un receso para que los Decanos dicutieran sobre una unificación de criterios. Al reiniciar la sesión se indicó que los Decanos no pudieron ponerse de acuerdo por lo que debería procederse a la discusión sobre la revisión.170

171. CSU 1164, 3.3/1972 de 3 de agosto. 172. Ídem.

El Consejo exhortó al Decano de Arquitectura a que presentara su renuncia.

En vista de la gravedad que había tomado el conflicto de la Facultad de Arquitectura, y de haberse agotado todas las medidas para un arreglo amistoso y, «estando en juego el riesgo de que se resquebraje el régimen constitucional de autonomía conquistado por los universitarios en 1944, apelando a su alto espíritu universitario y a su deseo de que salga avante el proceso de reforma de la Facultad -invocado en diverso actos suyos» el Consejo exhortó al Decano de Arquitectura, a que haciendo abstracción de su situación personal, presentara su renuncia. También exhortó al sector estudiantil, a que ejecutara su derecho de petición de forma adecuada y que procediera con responsabilidad y cordura para no poner en peligro el régimen constitucional de autonomía. 171

Esta trascendental decisión marcó al órgano máximo universitario que había mostrado una cambiante posición en sus decisiones. Había cedido nuevamente ante la presión estudiantil, en un tema que afectaba directamente los procesos de elección dentro de la universidad, y que dejaría una serie de votos razonados que mostraban criterios a favor y en contra.172

Quienes razonaron a favor de solicitar la renuncia, sustentaban que fue el Decano quien originalmente había dimitido, con lo que demostró que ya no tenía interés en continuar en su cargo ni tampoco para afrontar los problemas de la reforma de la Facultad de Arquitectura. Que los involucrados en el problema no habían contribuido a la solución y en ese momento lo más adecuado era exhortar a la renuncia. Que si bien, una persona no podía ser la única causa de condiciones como las generadas, sí podía ser un factor precipitante y provocador de ellas al actuar, voluntaria o involuntariamente, para mantener o estimular las tensiones.

Por su parte quienes hicieron razonamientos en contra de solicitar la renuncia, cuestionaron que no se había ofrecido ningún nuevo elemento de juicio para variar la resolución adoptada en la sesión anterior. Reiteraron que debía respetarse la institucionalidad de la Universidad, sus fundamentos legales y estatuarios y evitar tomar decisiones que, eventualmente, podrían poner en peligro la autonomía de la universidad.

173. CSU 1164, 3.3/1972 de 3 de agosto. También se argumentó que el Decano era un funcionario de la USAC, que se estaba lesionando la voluntad de los sectores que legalmente lo eligieron y que contaba con el apoyo del claustro de catedráticos, de la mayoría del Colegio de Arquitectos y de un grupo de estudiantes de la misma casa de estudios. Que al CSU le competía velar por el cumplimiento de la ley orgánica que, en ese caso, había sido violada al atender sólo a una parte de los tres sectores que eligieron al Decano. Se reclamó que la resolución se había adoptado por la presión ante la ocupación de la Rectoría, que se consideraba poco democrático el procedimiento de coaccionar al Consejo Superior Universitario, para que “exhorte” a uno de sus miembros a presentar su renuncia.

Hubo también posiciones que indicaban que no se habían sentido presionados por las demandas estudiantiles, sino por la situación conflictiva que se han creado innecesariamente. Hubo abstenciones porque la votación iba en contra de lo resuelto por el Consejo y que textualmente establecía que, no se conocería ningún asunto cuando el Consejo Superior Universitario se encontrara bajo presión.173

Se cuestionó la inestabilidad de las decisiones. En una sesión el Consejo no aceptó la renuncia voluntaria presentada por el Arq. Asensio y en otra no aceptó la petición del sector estudiantil. Ahora nuevamente se modificaba la decisión exhortando al Decano a que presentara su renuncia.

Las serias confrontaciones y discusiones que llevaron a modificar la decisión del CSU, salvo por las diferencias generadas y el nivel de desgaste sufrido, no cambiaría las cosas, pero dejaría en claro la vulnerabilidad del Consejo.