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Los acomodos urgentes

35. FARUSAC, 189, 2 /1968 de 29 de agosto. 36. FARUSAC, 207/1969 de 30 de abril. Al inicio de la gestión de Asensio integraban la Junta Directiva el Arq. Augusto Vela Secretario, el Arq. Víctor del Valle, Vocal 1; el Arq. Mario Flores, Vocal 3; los representantes estudiantiles eran Mario Roca Sermeño, Vocal 4 y Guillermo Gomar Vocal 5. El 9 de mayo sería electo Vocal 2 de Junta Directiva el Físico Eduardo Suger. Los vocales 4 y 5 serían sustituidos por los bachilleres Santiago Tizón y Justo Chang, respectivamente. 37. FARUSAC, 212, 10/1969 de 18 de junio.

Las decisiones de crear los Estudios Generales en 1964 y luego, años después, de suspenderlos, incidieron directamente en la estructura curricular de Arquitectura. El cierre obligado de los estudios básicos demostraría la efectividad de las medidas de presión para influir en las decisiones de las autoridades universitarias y el efecto que la organización estudiantil podría tener en la forma de orientar y entender el quehacer de la academia. Esta estrategia, que había demostrado su efectividad, seguiría siendo utilizada en el futuro.

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Para agosto de 1968 estudiantes de Arquitectura habían presentado un memorial en el que solicitaban la reestructura del Plan de Equivalencias y la supresión de algunas materias del Plan de Estudios vigente en ese momento. La Junta Directiva delegó a la Comisión de Docencia, al Decano y al Secretario para que durante septiembre decidiera sobre los cambios que se pudieran introducir al pensum de estudios debido a los problemas de orden interno y externo que se afrontarían con las inscripciones del siguiente año como consecuencia de la eliminación de los estudios generales.35

En los inicios de octubre se conoció la propuesta de los jefes de Departamento en relación con el nuevo Plan de Estudios. Esta vez las modificaciones del plan de estudios de Arquitectura, debido a la desaparición de los estudios generales, fueron más notorias. Se debían reestructurar rápidamente los dos primeros ciclos del Plan de Estudios para atender la problemática inmediata que se daría a inicio del siguiente año.

En 1969 los estudiantes ingresarían directamente a la carrera sin estudios generales y sin examen de admisión. Para ese momento se había resuelto la emergencia de diseñar los cursos para los dos primeros años, pero todavía se mantenía la necesidad de completar el nuevo Plan de Estudios. Esta tarea correspondería al nuevo Decano el Arquitecto Carlos Asensio Wunderlich que asumiría en abril de 1969.36 (Figura 1.4)

De acuerdo con un nuevo organigrama se nombró Jefes de Departamento a los arquitectos: Roberto Aycinena en Teoría e Historia; Roberto Ogarrio en Composición Arquitectónica; Federico Fahsen en Planeamiento; Guido Ricci en Edificación y Arturo Molina en Ciencias Aplicadas.37

Antecedentes 40

Figura 1.4. Arq. Carlos Asensio Wunderlich, Decano 1969-1973. Foto: archivos Farusac.

Antecedentes 41

38. Castañeda, “La formación”, 21, 22. 39. Conclusiones del Congreso Centroamericano de Estudiantes de Arquitectura. Del 1 al 7 de septiembre de 1969. 40. Pedro Asturias, Entrevista personal, 3 de agosto de 2022. 41. FARUSAC, 217, 5, 6 y 7/1969 de 6 de noviembre y 223, 4/1970 de 23 de enero.

Les pedimos que trabajáramos juntos, a lo que accedieron, por lo que se suspendió el movimiento. Pero no cumplieron. Pedro Asturias

Del 1 al 7 de septiembre de 1969 se realizaría en Guatemala el Primer Congreso centroamericano de estudiantes de Arquitectura con un temario que incluía la arquitectura, el urbanismo y el medio social centroamericano; la formación de los estudiantes de Arquitectura en Centroamérica, y la constitución de la Federación Centroamericana de Estudiantes de Arquitectura. Con algunas divergencias de opinión se aprobaría por mayoría que el congreso llevara el nombre de Rogelia Cruz la estudiante de Arquitectura que apareció asesinada a principios de 1968 y que se convertiría en símbolo de la mujer universitaria en el futuro. Los resultados del congreso profundizaron las divergencias en el cuerpo estudiantil, las cuales cobrarían cuerpo definitivo en 1970 con la crisis en que entraría la AEDA.38

Durante el Congreso Centroamericano de Estudiantes de Arquitectura se dio un rechazo explícito hacia la formación del arquitecto que se consideraba orientada hacia la obra aislada y personal, desligado de una obra orgánica y social que pudiera favorecer el desarrollo humanosocial. Por eso se planteó la premisa de que el arquitecto así entrenado conspiraba en cada proyecto contra la realidad social y económica de su país y la necesidad de que las escuelas de arquitectura incorporaran la investigación, la docencia y el servicio a la sociedad. 39

Mientras se daban esas reflexiones a nivel estudiantil, a finales de 1969, la Junta Directiva de la Facultad envió al CSU el Nuevo Plan de Estudios para su aprobación. Según los estudiantes la propuesta mantenía la misma orientación y contenidos, así como fallas en la enseñanza, pero además incluía criterios de evaluación y de prerrequisitos curriculares que estos consideraban lesivos a sus intereses. Además, reiteraban que la propuesta no había sido conocida por ellos. Según refiere Pedro Asturias, presidente de la AEDA, en ese momento estalló el primer conflicto y se suspendieron actividades. Se reunieron con las autoridades para exponerles la problemática: «Les pedimos que trabajáramos juntos, a lo que accedieron, por lo que se suspendió el movimiento. Pero no cumplieron». 40

Los reclamos estudiantiles se acrecentaron. La molestia fue tal que incluso solicitaron la renuncia de los vocales estudiantiles que habían avalado la propuesta. La AEDA también solicitó revisión de la aprobación del nuevo Plan de Estudios. Sin embargo, la Junta Directiva respondió que, «consciente del proceso de elaboración del plan, que culminó en un pensum de estudios adecuado a la formación integral, ratificaba la aprobación del plan en su totalidad». No obstante, apuntó, «para garantizar el buen funcionamiento de este y para darle la dinámica necesaria» se crearía una Comisión Específica integrada por representantes del claustro, la Comisión de Docencia, de la Junta Directiva y estudiantes de la Facultad. 41

Antecedentes 42

El plan 69 contaba con 76 cursos, de los cuales 5 eran electivos. Se había eliminado los cursos de biología y química del área básica, pero se agregaron dos cursos de ecología. Los cursos de filosofía se mantenían al igual que los de lenguaje, parecía que se había identificado la importancia que estos cursos tenían en la formación integral ya que no estaban en el Plan 62. Los demás cursos del área común se habían distribuido dentro de los contenidos del nuevo pensum. También se agregaron dos cursos sobre historia de Guatemala, dos cursos de sociología, se mantenía una asignatura sobre servicio social y cuatro materias referidas a la planificación urbana y regional.

Figura 1.5. Primer Congreso Centroamericano de Estudiantes de Arquitectura, 1969. En el patio central del Edificio T2 Ciudad Universitaria. Se identifican primera fila abajo: 1 Rosalinda de la Vega, 2 Glenda Rodríguez, 3 Argentina Díaz, 4 Julia Toledo, 5 Rodolfo Gándara, 6 Aura Rosa González, 7 María del Carmen Araujo, 8 Gerardo Soto, 9 Olivia Chang, 10 Haydé Álvarez, 11 N/I, 12 Fernando Pepió, 13 Ramiro Soria, 14 N/I, 15 Gilberto Castañeda, 16 Juanita García, 17 Pedro Asturias, 18 Arturo Iglesias, 19 N/I, 20 Maiko de la Cerda, 21, 22 N/I. Segunda fila: 23 Roberto “el pollo” Flores, 24 N/I, 25 Edgar Ibarra, 26 N/I, 27 Roberto Búrbano , 28, 29 N/I, 30 Zoemia Prado, 31 Emilio Calderón, 32 Ana María Sosa, 33 Chino Midence, 34 José Monzón, 35 Luis Estrada, 36 Antonio Vásquez, 37 Jorge Escobar, 38 N/I. Tercera fila: 39 José Acevedo, 40, 41 N/I, 42 N/I, 43 Erwin “el canche” Furlán, 44 Benítez Bathen, 45, Alfredo Chaluleu, 46 N/I, 47 Raúl Anguiano, 48 Erwin Reynoso, 49 Jorge Martínez, 50 Víctor Mejía, 51, 52 N/I, Echeverría, 53 Jorge Figueroa, 54 Pineda Rueda. Hasta atrás: 55 N/I, 56 Roberto Tovar, 57, 58 N/I. En la parte de arriba: 1 García Sologaistoa, 2 Ana Beatriz Granados, 3, 4 N/I, 5 Olga Valle, 6 Bernardo del Valle, 7, 8, 9 N/I, 10 Odette Hasburn, los demás no identificados (N/I), varios de ellos eran extranjeros. Foto: Jorge Rousselin.

Antecedentes 43

42. Darío Menéndez, entrevista de B. Rabe, 26 de julio de 2022. 43. José Asturias, entrevista de B. Rabe, 9 de agosto de 2022.

44. Ramiro Soria, entrevista de B. Rabe, 30 de julio de 2022.

...la escuela de arquitectura la fundó un grupo de brillantes arquitectos, realmente no creo que haya habido uno que no fuera capaz. Pero veían una escuela de élite que dentro del contexto de una universidad nacional no encajaba. Ramiro Soria

En el nuevo Plan se procuraba mostrar una mayor atención hacia la problemática nacional, pero el sector estudiantil seguiría insistiendo que, en esencia, persistía el mismo modelo desde el inicio de la carrera de Arquitectura. según refiere Darío Menéndez, «Sí, queríamos aprender de diseño, pero en sociología urbana se hablaba de Europa y en historia de arquitectura maya se hacía un enfoque descriptivo».42

Se mantenía la crítica sobre los proyectos suntuosos desvinculados de la realidad nacional, la falta de coordinación e integración entre las asignaturas y la falta de respuestas por parte de las autoridades a los requerimientos estudiantiles. Se rechazaba la marcada visión esteticista y formal, que si bien, favorecía el desarrollo de la creatividad artística, no vinculaba al estudiante con su propia realidad social, parte medular que la universidad debía atender para contribuir a la solución de la problemática nacional.

José Asturias Rudeke que se había graduado y realizado una importante práctica profesional en México, ingresó a lo docencia en la Facultad durante la gestión de Carlos Asensio. Sería partícipe del proceso de transformación. En entrevista Asturias observó que existía una visión intuicionista de la arquitectura que planteaba que el arquitecto nace, no se hace. Enfatizó en que no existían procesos para diseñar y se partía de la repetición de patrones previamente definidos, lo que él llama el método del fusilamiento (referido a la copia de proyectos existentes). Por eso, para obtener ideas se recurría a las revistas de arquitectura, que muy pocos podían pagar. Las asesorías de los docentes eran totalmente subjetivas y no aportaban al crecimiento académico.43

En congruencia con lo dicho por Asturias, Ramiro Soria expone: nunca me explicaron qué era forma, función, circulaciones, proporciones, espacios. Eso nunca nos lo enseñaron, aprendíamos de manera muy empírica, pero con evaluaciones muy exigentes. No obstante, refirió, la escuela de arquitectura la fundó un grupo de brillantes arquitectos, realmente no creo que haya habido uno que no fuera capaz. Pero veían una escuela de élite que dentro del contexto de una universidad nacional no encajaba.44

En su tesis de grado, Darío Menéndez proponía antes del CRA, que la Universidad de San Carlos, en conjunto con organismos económicos regionales, especializados, y organizaciones nacionales y regionales de

Antecedentes 44

45. Darío Menéndez. “La Arquitectura como un aporte al desarrollo de Guatemala.” Tesis de licenciatura. USAC, 1970. 150.

46. Hermes Marroquín en la presentación de la tesis “La Arquitectura como un aporte al desarrollo de Guatemala.”, 1970. vivienda, llevaran a cabo amplios programas de investigación acerca de los problemas ecológicos, tecnológicos, sociales, económicos, sanitarios, de diseño y de procesos de diseño, para programas de vivienda y desarrollo Urbano. 45

La dinámica social fue haciendo más notoria la necesidad de atender el problema de la vivienda social a partir de un parámetro más amplio que tomara en cuenta la cuestión urbana como tema de atención del arquitecto. El problema de la migración campo ciudad se estaba agudizando con el crecimiento industrial y también debía ser atendido. Del mismo modo se hacía evidente la necesidad de planificación de los municipios y de los asentamientos que estaban proliferando. Los temas de diseño debían responder a las necesidades propias de la población desde el marco filosófico que la misma universidad establecía. Además, el crecimiento del Estado presentaba, en ese momento, una coyuntura favorable para la inserción laboral de profesionales preparados en estos campos.

En agosto de 1970 el primer egresado de la Facultad de Arquitectura, Arq. Hermes Marroquín planteaba que la formación del futuro arquitecto debía contemplar además de todas las técnicas propias del diseño, una adecuada formación que le permitiera contribuir positivamente al desarrollo nacional, identificando el ejercicio de su profesión con la problemática de nuestra sociedad, de manera que el producto de ese mismo ejercicio profesional, fuera instrumento de desarrollo y, el profesional en sí, un agente de transformación de las estructuras que impedían o retrasaban el avance económico, social, político y cultural.46

La creciente toma de conciencia del estudiantado de arquitectura sobre sus capacidades para intervenir en su propio desarrollo académico y del compromiso social que tenía la USAC, fue el resultado lógico de una dinámica que pronto lograría una importante cohesión.

Era evidente que el contexto no era el mismo que durante la fundación. Los parámetros de la carrera necesitaban ajustes para responder a las nuevas necesidades y enfoques sociales dentro del marco de la única universidad pública. A esas alturas la mesa estaba servida para un cambio sustancial y las autoridades, lamentablemente, no pudieron o no quisieron atenderlo.

Antecedentes 45

Preámbulo 47

Preámbulo 48

PREÁMBULO

47. Rodolfo Córdoba Gálvez. “Enfoque al problema arquitectónico de Guatemala”. Tesis de licenciatura en Arquitectura. Universidad de San Carlos de Guatemala. 1967.

48. Juan Carlos Ocaña. Historia de las Relaciones Internacionales durante el Siglo XX. La guerra de Vietnam. 2003. Disponible en http://www. historiasiglo20.org/GLOS/ vietnam.htm. Consultado en línea, mayo 2020. 49. Felipe Victoriano Serrano. Estado, golpes de Estado y militarización en América Latina: una reflexión histórico política. Dossier. Repensar el Estado. Argumentos (Méx.) vol.23 no.64 México sep./dic. 2010. 50. Oklahoma University Press, Norman. La tercera ola: democratización a finales del siglo XX, Paidós, Buenos Aires, 1994. Frecuentemente se comete lo que pudiera calificarse de transgresiones al verdadero sentido del hacer arquitectónico. Es decir, en busca de logros arquitectónicos no falta quien se lance desembarazándose de la serie de restricciones lógicas y necesarias, a montar escenográficos conjuntos, logrando además de arquitectura bonita, efectos momentáneos, A costa a veces, de recursos casi inexistentes en países miserables como los nuestros. 47

La década de los setenta también estaría llena de conflictos y movimientos políticos y militares en diferentes partes del mundo. Para 1972 Nixon ya había retirado dos tercios de las tropas norteamericanas de Vietnam, en 1973 se firmarían los Acuerdos de París, pero el conflicto continuaría en menor intensidad hasta finales de abril de 1975 cuando los comunistas tomarían Saigón dando fin a la guerra y dejando a los Estados Unidos derrotado y humillado. 48

El proceso de militarización que vivía el Estado y la sociedad civil tuvo la particularidad de ser epocal, describía no sólo un fenómeno de coincidencias geográficas, sino, sobre todo, un estado de época que encontró su originalidad en los golpes “cívico militares” que irrumpieron cronológica y sintomáticamente en la primera mitad de la década de 1970.49

En Latinoamérica los golpes militares al Estado comenzaron a registrarse desde 1964 en Brasil y se extendieron hasta mediados de la década de 1970, marcarían un periodo de grandes transformaciones en la estructura política y económica de la región. En agosto de 1971 se iniciarían una nueva serie de golpes de Estado que cambiarían el rumbo de varias naciones, el primero sería en Bolivia; en febrero de 1972 sería en Ecuador; luego en junio y septiembre de 1973 en Uruguay y Chile y, en 1976, en Argentina.

En otros países como Guatemala el acceso de los militares al poder sería por medio de elecciones democráticas, pero su continuidad estaría señalada de fraudes. La característica central de los gobiernos militares incluía severas reformas al Estado y el despliegue de una política represiva sobre amplios sectores de la sociedad civil. Con las primeras intervenciones militares de ese período comenzaría a gestarse un nuevo tipo de violencia política que buscaba intervenir el Estado y reorientar la sociedad civil en torno a un paradigma de dominación hasta entonces inédito. «Se inauguraba así un proyecto de dominación continental, de naturaleza hegemónica».50

Preámbulo 49