Predicción. Una estrategia para mejorar la comprensión lectora

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29 La lluvia hizo un milagro

Éramos una rueda de niñas en el patio de la escuela. Todas estábamos contentas de ver llover y al igual que las ranitas que cantan en el invierno, nosotras cantamos:

Había una vez, un niño como tú, que amaba el mar. Le gustaba quedarse horas y horas sentado en sus orillas contemplando cómo partían y llegaban los barcos. Se imaginaba miles de cosas, que era capitán de algún barco, o tal vez un audaz marinero, pero, eso era tan solo su imaginación.

¡Que llueva, que llueva, Virgen de la cueva…!

Entonces tristemente se conformaba hablando con los marineros.

Las nubes oyeron nuestro canto y soltaron su carguita de agua, primero en una lluvia fina y luego en un fuerte aguacero que nos obligó a buscar refugio en la clase.

Cuando creció y se hizo grande tuvo una sola ilusión, ser navegante y descubrir otras tierras donde nadie aún había llegado. Buscó ayuda para tener sus propios barcos, pero nadie lo escuchó.

Supongo que la historia termina cuando… Digo mi predicción

Supongo que la historia termina cuando… Digo mi predicción

El rey que no podía bañarse (Adaptación)

Agustina y sus sueños (Adaptación)

El rey Vigildo se fue de guerra y volvió veinte años después, diciendo que le dolía el cuerpo. La reina le llenó una bañera con agua caliente. Cuando llegó el momento de sumergirse, el rey se negó.

El pasatiempo favorito de Agustina era leer. Pasaba las tardes, después de hacer los deberes, concentrada en sus lecturas. Durante los paseos del colegio, se sentaba bajo un árbol para disfrutar de las páginas de sus amados libros.

—No me baño —dijo—. ¡No me baño, no me baño y no me baño!

Agustina tenía sueños, donde volvía a vivir las historias que había leído durante el día. A veces, soñaba que subía montañas, caminaba por la cuerda floja, cruzaba el océano nadando y otras tantas aventuras.

— ¿Qué pasa, majestad? ¿El agua está demasiado caliente? ¿El jabón demasiado frío? — preguntaron —. La reina, los príncipes y todos los parientes hacían muchos esfuerzos, pero fueron inútiles: el rey no se bañaba. Así pasó un tiempo interminable.

Soñaba tanto que cada día era más común que Agustina se durmiera en el escritorio. Era tanto el cansancio acumulado, que no lograba mantener los ojos abiertos y la tenían que despertar cada cinco minutos.

Supongo que la historia termina cuando…

Supongo que la historia termina cuando…

Digo mi predicción

Digo mi predicción

Cuadernillo No. 3 PREDICCIÓN. Una estrategia para mejorar la comprensión lectora.

Las primeras gotitas de lluvia, mojaron nuestras manos abiertas hacia el cielo, para sentir la caricia del agua fresca.

El soñador y la reina (Adaptación)

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