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Periódico Digital G R A T U I T O - nº14 Febrero 2011
Diario del Misterio
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Una vez más, la industria farmacéutica contra la sociedad (El Diario del Misterio) Jesús García (Redacción DM) Una vez más, si señores. Otro atropello más de la industria farmacéutica enarbolando la bandera de una máxima que hace tiempo tiene como ley fundamental para su enriquecimiento: a los laboratorios de medicina convencional les interesa tener a pacientes vivos, pero medicados. Y es ahora cuando se han lanzado en la busca y captura, como si de una caza de brujas se tratara, de aquellos remedios que puedan hacer sombra a un sector que, por la falta de nuevas enfermedades a las que hacer frente con fórmulas médicas, ve mermado su beneficio y para colmo de sus males, espera a que el tiempo que pasa, inexorable para todo incluyéndolos a ellos, termine por no poder renovar patentes ya obsoletas que tantos dividendos les producía, pudiendo entonces cualquier otro laboratorio producir esos medicamentos que ellos sólo vendían a precio de oro. Además, está la crisis y los recortes en sanidad… ¿seguro que sólo esto les afecta? No. Como decía, se ha comenzado la caza de brujas, se ha comenzado a paralizar cualquier remedio que en realidad termine por quitarles clientela, o sea, termine por curar la dolencia que sufre un paciente y por la cual, se veía en un negro futuro mermado por los efectos secundarios de ingredientes diseñados en laboratorios, como condena de por vida ante ese temible diagnóstico que nadie quiere llegar a oír en su vida: crónico. Hoy le toca a una terapia que ha
conseguido lo que muchas personas con diferentes enfermedades anhelan en su vida, esto es, la curación de su enfermedad. Y para ser justos, no queremos decir que estemos ante la terapia panacea, el elixir de la eterna juventud pero, aun así, ha conseguido más que muchos laboratorios en años de supuestas investigaciones para tratar enfermedades, cuando lo que hacen en realidad es buscar la forma de minimizar síntomas sin hacer desaparecer del todo la enfermedad, y esto siendo benévolos. Esta terapia que han decidido minar se denomina “oligoterapia” y que, a un servidor le ha hecho abandonar uno de esos tratamientos crónicos en este caso para una dolencia precisamente provocada por el uso de otros tratamientos, el omeprazol. Y este no es el único paso que van a dar, ni el que han dado. Todos recordarán la lucha que esta industria tuvo con la homeopatía, un remedio que decían hace años era totalmente inocuo pero que a fuerza de repetidos éxitos, les estaba haciendo tanto daño que consiguieron considerarlo como “medicamento” y por tanto, ser sólo dispensado en oficinas de farmacia. Paso este que ha llevado casi al fin de dicho remedio porque a estas no les interesa vender algo que cura, ya que se quedarían sin clientela. Y la mejor forma de hacer que algo desaparezca es condenarlo al ostracismo para que, ante la falta de presencia en lugares donde cualquiera pueda acceder a ellos, como son nuestros amados y alternativos herbolarios, quede en desuso no interfiriendo en su negocio y obligando a aquella persona que quiera tratarse con este método a buscar con insistencia dicho
tratamiento. Eso quieren hacer con la oligoterapia porque funciona, porque les quita mercado y beneficio, porque cura. Lo conseguirán como ya lo han hecho con tantos otros tratamientos, sirviéndose de la división que existe dentro del mundo de las terapias alternativas medicinales, ya que no pueden defenderse uno a uno de la maquinaria conjunta de varias farmacéuticas que, aunque cara a la opinión pública se disfrazan de competencia alternativa, en realidad colaboran en la sombra para mantener su estatus de monopolio en el tratamiento de enfermedades a los seres vivos. Es una pena, pero también una realidad. Sólo espero que, de una vez por todas, tomemos todos ejemplo de aquellos actos que precisamente por la unión, han conseguido liberarse de yugos dictatoriales no hace muchos días. Que analicemos lo que han conseguido en Egipto, unidos cristianos y musulmanes, abriendo un nuevo horizonte destinado a la libertad tras años de sometimiento. Cristianos y Musulmanes, diferentes en cuanto a ideología, unidos bajo un mismo pensamiento. ¿Por qué no puede hacer esto la industria de la medicina natural? ¿Por qué tenemos que vernos los consumidores que buscamos liberarnos de las sustancias que perjudican nuestro cuerpo más de lo que beneficia, perjudicados por dejarse los laboratorios de medicina natural pisotearse mientras ellos se miran el ombligo, no vaya a ser que el compañero de la competencia se crea que son débiles? La debilidad, señores, la hace la división, no la falta de beneficios o cuota de mercado, y
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gracias a esta debilidad estamos perdiendo algo que es para muchos la salida a un largo y oscuro túnel en su salud. Por supuesto que aquí no he querido reflejar los errores de bulto cometidos por la industria farmacéutica, los cientos de noticias relacionadas con tratamientos retirados tras provocar diversas dolencias e incluso la muerte a sus usuarios que son reflejadas tímidamente por los medios de comunicación, siendo estas una pequeña parte del total que nos ocultan por no querer enfrentarse a “sus clientes”. He querido poner de manifiesto dos cuestiones: la falta de escrúpulos de las farmacéuticas, que se suponen velan por nuestra salud, y tras esta justificación esconden maniobras para seguir generando beneficios, retirando competencia realmente temible para ellos porque si no ¿cómo se comprende que tras años de presencia en el mercado de los oligoelementos, no sólo en nuestro país sino en muchos otros europeos, ahora vengan con la milonga de declarar estos como “medicina” y no como “complemento natural o alimenticio” como estaban designados? ¿Ahora? ¿Antes no lo eran? La segunda cuestión es ya repetida: división. La medicina natural está dividida por miedo, por pánico a la competencia. Y este talón de Aquiles es utilizado por la apisonadora farmacéutica para conseguir sus metas: continuar atrayendo clientes, mejorando dolencias pero no curando, para que sigan así llenando sus arcas, y vaciando nuestras vidas.