REFORMAS ELECTORALES

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PONENCIA

“REFORMAS ELECTORALES QUE IMPULSARON LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA EN MEXICO Y LOS FACTORES QUE IMPIDEN LA CONSOLIDACIÓN DE LA MISMA”

LIC. HUGO ERNESTO CASAS REYES PRESIDENTE DE LA ASOCIACION CIVIL “DESARROLLO ELECTORAL Y CULTURA POLÍTICA”


SINOPSIS: La presente ponencia se propone explorar el significado ambiguo de la palabra democracia en la ciudad estado griega, así como conocer algunas definiciones que se han elaborado a través del tiempo acerca de este concepto. La ponencia explora las reformas electorales que impulsaron la transición a la democracia en México, culminando con el señalamiento de los elementos que configuran una democracia consolidada y con la opinión personal del ponente del estado actual de la democracia en México.

I. INTRODUCCIÓN

1. Evolución de las definiciones de la democracia en sus distintas épocas. “Russell Hanson en su ensayo sobre la historia de la “democracia” y su evolución como concepto, afirma que vivimos en un mundo que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial está de acuerdo sobre la importancia y conveniencia de la democracia, sin embargo, esto no fue siempre así, ya que ha sido resultado de un largo proceso histórico”.

La democracia tradicionalmente se ha analizado en dos dimensiones: la dimensión empírica y la dimensión normativa, la dimensión empírica analiza que es y cómo funciona la democracia y la dimensión normativa analiza cómo debería ser. El presente ensayo es elaborado desde la dimensión empírica, toda vez que el diagnóstico de nuestra democracia va a

depender entre otros factores, de la forma en que han

funcionado las instituciones democráticas en la práctica y en la dinámica de México a través de los años.

Iniciemos con Grecia, como es sabido, la palabra democracia se integra con dos sustantivos griegos: demos y kratos, cada uno de estos sustantivos tienen su propio significado, en el caso del sustantivo “demos” aunque significa genéricamente pueblo, su significado es ambiguo, ya que por un lado “demos” indicaba la totalidad de los componentes de la comunidad política y por otro lado indicaba a la parte menos elevada de la población, o sea la clase no noble de la sociedad.

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Cf.N.Bobbio,Teoría generale della política, Einaudi, Torino, 1999, p. 374:(…) no produzca engaños la palabra “ pueblo “, que siempre ha significado no la totalidad de los habitantes sino solo aquella parte que gozaba del derecho de decidir o de elegir a quien tendría que decidir por ella, hasta el punto que aun Maquiavelo distinguia en Florencia las divisiones entre los nobles, entre estos y el pueblo y la esencial entre el pueblo y la plebe (el populace de los franceses, el Pobel de los alemanes).Vease también, de manera mas extensa sobre este problema, ibid., pp.331-333.Trad. cast., Teoría general de la politica,Trotta, Madrid, de próxima publicacion.

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En cuanto al sustantivo Krátos, también es ambiguo, éste significa “fuerza”, ”solidez”, pero a la vez también “superioridad”, capacidad de afirmarse, y por lo tanto parece indicar a una fuerza sobreabundante, preponderante, que se impone; podríamos decir la fuerza del más fuerte; pero como componente de palabras como democracia o aristocracia, krátos pasa a designar el poder político, es decir, el poder de tomar decisiones colectivas, y, por lo tanto, el poder atribuido a ese sujeto que en una comunidad establece las decisiones públicas, y por ello es supremo o soberano.2

De esta manera con la palabra compuesta democracia los griegos indicaban de manera ambigua dos realidades diferentes o podemos decir dos interpretaciones distintas de una misma forma política, la primera interpretación hace referencia a una forma de comunidad en la cual el poder de decisión política está en manos de la asamblea y la segunda que hace referencia a la forma de comunidad en la cual el poder de decisión está en manos de la parte pobre y no noble.

Incluso en la ciudad estado griega se usaban dos palabras como sinónimo de la democracia, isonomía e isegoría, la noción de isonomía sugiere la imagen de la democracia que corresponde a un círculo, en el cual todos los puntos de la circunferencia son los ciudadanos y estos son equidistantes del centro, sitio en donde reside el poder.

Jean Pierre Vernant refiere en relación a la isonomía de la ciudad estado griega en los siguientes términos: “como un espacio político organizado de manera simétrica en torno a un centro, constituida de acuerdo a un esquema geométrico de relaciones reversibles, cuyo orden se funda en el equilibrio y la reciprocidad entre iguales”.

La noción de isegoría tenía un significado característico, que consistía en hablar en voz alta en el sitio que más importaba, es decir, en la asamblea de todos los ciudadanos3. Por otra parte Moses I. Finley recuerda que el término isegoría fue acuñado en los inicios del siglo V y significaba en inicio “libertad de palabra”, pero el significado

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E. Benveniste,en II vocabulario delle istituzioni indoeuropee (Einaudi, Torino, 1976, vol. II, pp.337-346), considera un error interpretar el termino griego kratos como “fuerza”, prefiriendo interpretarlo con la idea de “preeminencia”, pero posteriormente reconoce la ambigüedad de esta operación, identificando el hecho de que hubo superposiciones, en el termino y en sus derivados, entre las nociones de “superioridad” y de “dureza”. 3 M. I. Finley, politics in the Ancient World, CUP, Cambridge, 1983, trad., La política nel mondo antico, Laterza, Roma-Bari, 1985, p.206.

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democrático de isegoría no reside en el hecho de ser una libertad, sino que el prefijo “iso” que integra dicha palabra la convierte en un tipo de igualdad.

Por su parte Aristóteles en el libro IV de la Política define a la democracia como el régimen en el cual está vigente la igualdad, la ley de la democracia entendida de esta manera, establece como norma de igualdad que los pobres no deben tener menos poder que los ricos, ni que unos deban ser dueños del gobierno más que los otros.4

Ya en el siglo XIX para ser precisos, el 19 de noviembre de 1863, Abraham Lincoln en Gettysburg, Estados Unidos, expresó lo siguiente: “que esta nación, por la gracia de Dios, tenga una nueva aurora de libertad, y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, no desaparezca de la faz de la tierra”.5

En lo que respecta a los autores contemporáneos, Schumpeter concibe a la democracia como un “método político”: como un concierto institucional para llegar a ciertas decisiones políticas, esencialmente a la designación de los gobernantes. El propio Schumpeter se refiere a la teoría democrática como la teoría del caudillaje competitivo.6 La democracia, sostienen Mc Adam et al., es un régimen de consulta protegida”, en el cual podemos distinguir cuatro dimensiones: la amplitud de la comunidad política, la igualdad entre los miembros de dicha comunidad en relación con los gobernantes, la fuerza de la consulta colectiva (elecciones) entre los miembros de la comunidad con el fin de elegir a los gobernantes, y la protección de los miembros de la comunidad política frente la acción arbitraria de los agentes gubernamentales.7

Como podemos observar las definiciones de la democracia son diversas dependiendo del momento histórico y la perspectiva de su autor.

4 Política, IV, 1291b, 31 ss. De este pasaje retomo un alectio que no está entre las más difundidas, pero que me parece que es más congruente con todo el contexto de la argumentación de Aristóteles: la adoptó M. Isnardi Parente en el pequeño volumen antológico, coordinado por ella misma, Citta e regimi politici nel pensiero greco, Loescher, Torino, 1979, pp. 196-197 5 Felipe Ruiz Gutiérrez, Radiografía de la Democracia, México, D.F. Instituto Politécnico Nacional, Pág. 8 6 Véase en la Página de Internet http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=26701902&iCveNum=641 7 Reynaldo Yunuen Ortega Ortiz, Editor, Caminos a la Democracia, México, Colegio de México, Centro de Estudios Internacionales 2001. Pag. 12

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2. Modelos de democracia.

Existen básicamente tres modelos de democracia: modelo liberal protector, modelo democrático participativo y el modelo pluralista competitivo. El modelo liberal protector corresponde a lo que conocemos como democracia representativa, sus principales exponentes son Locke, Tocqueville y John Stuart Mill. El modelo democrático participativo es lo que conocemos como democracia directa, tiene sus raíces en la Grecia clásica y culmina con Rousseau.

El modelo pluralista competitivo corresponde a una visión elitista de la democracia y se caracteriza por la forma de selección de las élites que contenderán por el poder político, afectando su pluralismo, en este modelo se adquiere poder de decisión a través de la lucha competitiva entre elites plurales para conseguir los votos de la población, sus principales exponentes son Schumpeter, Sartori y Dahl.

La democracia representativa permite la protección de cada ciudadano respecto a la acción del Estado, para ello se crean instituciones básicas como los derechos civiles, la división de poderes, el control de la legalidad, el control de los representantes a través de las elecciones, etc.

El modelo democrático participativo tiene como principio básico la participación de los ciudadanos para tomar parte en la deliberación de los asuntos públicos, este modelo concibe a la democracia como una forma de vida, no solo como un conjunto de instituciones. La crítica básica a este modelo consiste en que es poco realizable para dimensiones grandes de las sociedades modernas.

El modelo pluralista competitivo se rige bajo el principio básico de que la dirección real de la política está en manos de minoría y elites selectas, así la división de gobernantes y gobernados es ineludible. Para este modelo la democracia sería aquel régimen político en el cual se adquiere poder decisión a través de la lucha competitiva de élites plurales para conseguir el apoyo de la población, pero para ello es crucial la composición de las minorías plurales. 4


II. ALCANCES Y DESARROLLO DE LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA EN MÉXICO

A principios de los años setenta México era un claro ejemplo de lo que Juan Linz definió como sistema político autoritario, no era un régimen totalitario, tampoco podríamos hablar de una democracia, podríamos aproximarnos a la realidad diciendo que era un sistema de pluralismo limitado. El sistema político autoritario se originó en la revolución social de 1910, a la cuál siguió un proceso de institucionalización del régimen autoritario posrevolucionario, la formación de un sistema presidencial centralizado y un partido político hegemónico.8

No podemos hablar de un criterio unánime respecto de considerar a México como un sistema político autoritario a inicios de los años setenta, ya que otro bloque de autores, consideraban a México como una democracia poco común pero al fin democracia. Robert Dahl y Robert Scott afirmaban que México era un régimen en transición en los setentas. Sin embargo, en 1968, la masacre de estudiantes en la plaza de Tlatelolco hizo evidente que el sistema político mexicano era efectivamente un régimen autoritario.

Esta masacre de estudiantes en Tlatelolco, como podemos observar, puso en duda la supuesta transición a la democracia ya iniciada en los años setenta, incluso, es evidente, que manifestó la existencia de un

sistema político autoritario, del que

hablaba Juan Linz al hacer el diagnóstico del sistema político mexicano.

En este contexto de incertidumbre de cómo catalogar la situación política de nuestro país después del 68, surgen diversas interrogantes al respecto, ¿México ya vivía una transición a la democracia antes de 1968 y fue suspendida por los incidentes de Tlatelolco? ¿Ó podríamos sostener entonces que México inició en 1968 su transición a la democracia?

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Reynaldo Yunuen Ortega Ortiz, Editor responsable, Caminos a la Democracia, México, Colegio de México, Centro de Estudios Internacionales 2001, pag 271. Ensayo de Wayne A. Cornelius denominado “Huecos en la democratización: la Política Subnacional como un obstáculo en la Transición Mexicana”

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Las interrogantes antes planteadas me obligan a iniciar el estudio de la transición en México, para ello propongo la siguiente pregunta: ¿Qué debemos entender entonces por transición democrática? Ricardo Becerra. Pedro Salazar y José Woldenberg dicen que “la transición es un proyecto que arrranca de un gobierno autoritario, atravesando varias fases híbridas, distintas unas de otras… Un esfuerzo político de instalar instituciones democráticas y hacerlas funcionar en contextos que las desconocían o que las habían abandonado”.

En México el proceso de la transición a la democracia se enfocó inicialmente a la reforma de los procesos electorales, entre las reformas más importantes podemos señalar la de 1977 impulsada por Jesús Reyes Heroles, la de 1986, promovida por el presidente Miguel de la Madrid y la de 1996 que establece la creación del Instituto Federal Electoral con un corte ciudadano, y del ahora Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Siguiendo la noción anterior, podemos identificar varias reformas que le han dado vida a la figura de la transición democrática en nuestro país, cada una de estas reformas no se generaron espontáneamente, siempre hubo un factor que determinó su nacimiento, ya sea por un movimiento social o por presión de los propios partidos políticos.

Empecemos por la Reforma Política de 1977, en ésta, se da el primer paso para combatir el régimen autoritario representado por el partido único, lo anterior mediante la apertura para crear un sistema de partidos por medio de un registro condicionado a diversas agrupaciones políticas. El origen de esta reforma se ubica en un movimiento campesino armado en contra del gobierno, encabezado por Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, este movimiento propició una convocatoria del Estado Mexicano al mundo intelectual para generar

la reforma política necesaria y evitar de esta forma que

creciera el citado movimiento social.

El operador de esta reforma fue el entonces Secretario de Gobernación Jesús Reyes Heroles, quien fue

el encargado

de hacer los ajustes que respondiesen a la

encrucijada en que se hallaba inmerso el régimen. Fue precisamente en la Ciudad de Chilpancingo, Guerrero, en donde se hizo el anuncio de cambios sustantivos en el 6


esquema electoral del régimen autoritario que prevalecía a un esquema más democrático y pluralista.

La reforma política de 1977 fue crucial, toda vez que con ella se inició un esfuerzo político por instalar instituciones democráticas inexistentes hasta ese momento en el país, basta señalar que la propia Cámara Baja del Congreso de la Unión en esa época, no era una institución propiamente democrática, ya que estaba integrada sólo por representantes del Partido Revolucionario Institucional, con la reforma en comento, el Partido Acción Nacional logra ganar cuatro diputaciones de mayoría relativa y cuarenta y dos de representación proporcional, así mismo, se otorga el registro a organizaciones políticas que funcionaban en la clandestinidad como movimientos armados en contra del gobierno.

Incluso la reforma de 1977 operó un cambio en la fórmula de representación proporcional para generar pluralismo político, este cambio, consistió en repartir cien escaños para los diversos partidos pequeños en base a la votación nacional obtenida por los mismos, logrando que partidos tales como el Partido Comunista Mexicano, el Partido Popular Socialista, el Partido Socialista de los Trabajadores, el Partido Demócrata Mexicano y el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana obtuvieran representación política en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

En lo personal considero que con esta reforma se inicia una primera fase de la transición hacia la democracia en nuestro país, ya que la misma instaura condiciones mínimas de competencia electoral e instituciones mayormente representativas como se detalló en párrafos anteriores.

Después del proceso electoral de 1985 hubo una serie de impugnaciones realizadas por los partidos de oposición que dieron pauta al presidente de la República Miguel De la Madrid para decidir abrir el debate sobre la normatividad de la legislación electoral vigente, culminando esta apertura con el envió de una propuesta electoral que sustituiría a la LFOPPE, aprobándose la misma en diciembre de 1986.

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La reforma del proceso electoral de 1986 logró democratizar el Senado de la República, al proponer su renovación por mitad cada tres años, lo cual implica necesariamente una elección popular, en la cual los ciudadanos tuvieron la posibilidad de elegir a sus miembros, así mismo, esta reforma, dispuso la creación del Tribunal de lo Contencioso Electoral para dirimir controversias suscitadas

por los procesos

electorales que antes eran resueltos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Por otra parte, esta reforma suprimió el registro condicionado a los partidos políticos, se le reconoció a éstos como entidades de interés público, otorgándoles financiamiento, se amplió la representación proporcional en la Cámara de Diputados de cien a doscientas curules, incluyendo la posibilidad que el partido mayoritario participara en las mismas hasta con trescientos cincuenta espacios como máximo.

Llega el proceso electoral de 1994 en el que resultó ganador Ernesto Zedillo del PRI, éste proceso fue totalmente inequitativo, ya que el triunfador contó con recursos que fueron varias veces superiores a los de los otros 8 partidos juntos, ya que en la campaña presidencial el PRI declaro haber gastado más de 128 millones de pesos, mientras el PAN gasto casi 32 millones y el PRD 11 millones.

Esta situación de inequidad produjo toda una serie de demandas de los partidos políticos de oposición y de diversos actores sociales, tanto internos como internacionales, el resultado de todo esto, fue que la Secretaría de Gobernación inició los trabajos para una nueva reforma electoral. Cabe mencionar que la nueva reforma electoral fue aprobada sólo por los diputados del PRI debido a que no se llegó a un acuerdo sobre cuestiones centrales como limites de gasto en campañas y coaliciones.

La reforma de 1996 implementó la autonomía total de los órganos electorales, esta reforma ya regula la protección de los derechos políticos de los ciudadanos, los cuales alcanzan un estatuto y unos instrumentos muy superiores a los del pasado, se instala el control de constitucionalidad de los actos en materia electoral.

Además se incorpora el Tribunal Electoral al Poder Judicial de la Federación, las condiciones de la competencia política mejoran, no sólo 8

porque los recursos


materiales y en materia de medios entre los partidos se equiparan, sino porque la autoridad cuenta con mejores instrumentos para fiscalizar, revisar y modular los gastos de campaña de los partidos, así mismo, se ajustan las fórmulas de representación en el Congreso.

Se inyecta un mayor pluralismo a la Cámara Alta mediante la elección de 32 senadores en una lista nacional de representación proporcional, se abre a la competencia electoral la ciudad de México, mediante la elección directa del jefe de gobierno en la capital del país.

Las medidas contenidas en las tres reformas electorales tienen como objeto abrir un juego democrático más equitativo y plural en beneficio de la conservación del propio sistema político, en mi opinión, la transición implica precisamente ese

proceso de

esfuerzo de muchos años para generar toda una serie de mejoras en las reglas electorales, las cuales buscan la equidad en las contiendas políticas.

Y que en base a estas condiciones, exista la posibilidad de un cambio de un gobierno autoritario a uno de oposición, pero no significa que la alternancia determine la transición, lo que determina la transición es toda la serie de reglas que buscan hacer más justas y equitativas las contiendas electorales.

Por lo antes expuesto, considero que la fase de transición a la democracia ya terminó en México, que estamos iniciando la fase de consolidación, pero que corremos el riesgo de no poder consolidar nunca nuestra democracia, ya que los propios actores políticos se han encargado de romper de forma muy grotesca el juego limpio que debe existir en una contienda electoral, echando a la basura todo el esfuerzo ganado en las reformas electorales.

La transición en nuestro país no fue una transición pactada, han sido necesarios más de veinte años para poder superarla, se ha dado de forma sumamente compleja. La podemos catalogar como una transición difícil y prolongada, Joel Barkan, al respecto, señala que las transiciones prolongadas son esos largos periodos de tiempo (diez años o más) que conducen a una elección realmente competitiva, “libre y justa”, en la 9


que hay una posibilidad de alternancia de un gobierno autoritario, o lo que quede de él, hacia un gobierno de oposición.

En mi opinión la duración de la transición fue excesiva en el caso de México, ya que por ejemplo, el caso de la transición pactada en Argentina duró aproximadamente dos años y el caso Mexicano se prolongó de 1977 al año 2000 aproximadamente, fecha en la que se dio un cambio en el poder y que hace coincidente la transición con la alternancia, lo cual no significa que sean lo mismo.

III. ELEMENTOS QUE CONFIGURAN UNA DEMOCRACIA CONSOLIDADA La elección del año 2000 es la elección “fundadora” de la nueva democracia en México. Guillermo O’ Donnell y Philippe C. Schmitter consideran que una elección fundadora ocurre cuando por primera vez, después de un régimen autoritario, los cargos de elección popular de importancia nacional se disputan en condiciones razonablemente competitivas.

Sin duda la elección del año 2000 tiene la naturaleza de ser la fundadora de una nueva democracia en México, pero recordemos que la etapa final de la democratización no es la transición sino la consolidación democrática. Michaell Bratton y Nicholas Van Walle, señalan que la consolidación democrática se refiere a la total institucionalización de las prácticas democráticas, así mismo, se requiere que los actores políticos internalicen completamente las reglas del juego de tal modo que ya no pueden imaginar nunca más regresar a prácticas no electorales para llegar al poder.

Juan J. Linz y Alfred Stepan señalan que una nueva democracia se consolida cuando ésta

se convierte en el único juego en la ciudad. Chebrosky señala que la

consolidación se alcanza cuando un contexto social y económico determinado, las instituciones que integran el sistema se convierten en la única alternativa para los ciudadanos, de tal suerte que en caso de perder en el juego democrático decidan volver a jugar con las mismas reglas para competir con la esperanza de ganar otra contienda. 10


En un régimen consolidado es indispensable que las elites compartan el respeto por las reglas y las instituciones democráticas, de tal suerte que no vieran como una opción atractiva romper la institucionalidad, propiciando y participando directamente en acciones que restauren el régimen autoritario

Una democracia consolidada implica además de lo antes señalado, el cumplimiento de ciertas condiciones democráticas como las siguientes: una sociedad civil fuerte, cultura política democrática, interés de la ciudadanía en los asuntos públicos, confianza de la ciudadanía

hacia

las instituciones, interés de la ciudadanía para ejercitar sus

derechos políticos, pluralidad de las élites, respeto de los derechos humanos por el poder, existencia de suficientes mecanismos de participación ciudadana.

En mi opinión nuestro país está lejos de cumplir con esos requerimientos, para conocer esos elementos o aspectos que faltan según mi apreciación personal en la democracia en México, a continuación presento el siguiente cuadro ilustrativo.

ELEMENTOS DE UNA DEMOCRACIA CONSOLIDADA SE CUMPLE

NO SE CUMPLE

EN MÉXICO

EN MÉXICO

Sociedad civil fuerte

X

Cultura política democrática en la ciudadanía

X

Los actores políticos dirimen sus disensos en canales institucionales?

X

La ciudadanía conoce y hace valer sus derechos políticos?

X

Respetan las elites políticas las reglas del juego democrático?

X

Las elites políticas son plurales?

X

Existen mecanismos suficientes de participación ciudadana?

X

El Estado garantiza el respeto de los derechos humanos? Existe una Reforma del Estado?

X (en parte)

X

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CONCLUSIÓN

Hay unanimidad en el ámbito intelectual tanto nacional como internacional de que nuestro país experimentó una transición a la democracia sumamente prolongada, caracterizada porque los actores políticos no mostraron el sentido de urgencia para poder llegar a acuerdos reales en un menor lapso de años. En este contexto, la transición en México se dio por medio de un “gradualismo” de medidas, esto es, por medio de reformas sucesivas pero a través de muchos años.

Las reformas electorales de 1977, 1986 y 1996 analizadas en el presente ensayo, son las reformas que configuran la transición a la democracia en México, ya que mediante ellas se fueron estableciendo mejores condiciones de equidad en las contiendas electorales, generando una competencia política real en nuestro país. Esta situación permitió que en el año 2000, un partido de oposición, en este caso el PAN, ganara las elecciones presidenciales, con este hecho, termina la fase de transición y se inicia propiamente la democracia en México, siendo la elección del año 2000 la fundadora de la misma.

Como mexicano pensé que con la alternancia dada en el año 2000 se llegaría prontamente a la consolidación democrática, ya que aspiraba a que el grupo gobernante impulsara de manera decidida las reformas constitucionales y legales que fomentaran dicha consolidación. La realidad ha sido otra muy distinta, ya que las reformas han sido parciales al enfocarse sólo al perfeccionamiento de las reglas electorales al igual que las reformas que configuraron la fase de transición democrática.

La reforma electoral del año 2007-2008 sigue con esta misma tendencia, al intentar fortalecer y consolidar nuestra democracia por medio del establecimiento de reglas del juego más equitativas, ya que esta reforma se planteó en tres ejes principales: disminuir el gasto de las campañas electorales, diseñar una nueva forma de acceso de los partidos políticos a los medios masivos de comunicación, específicamente radio y televisión y fortalecer atribuciones y facultades de autoridades electorales federales.

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Lo anterior demuestra que en México se ha buscado la transición y la consolidación democrática por el mismo mecanismo, esto es, por medio de reformas electorales que hagan más equitativas y competitivas las contiendas, dejando de lado otras reformas que también son necesarias en una democracia. Estas reformas que no se han aprobado y que son vitales si queremos lograr una democracia consolidada, son las que tienen que ver con la Reforma del Estado.

Una Reforma del Estado es un proceso inducido para asegurar la propia supervivencia y funcionalidad del estado ante los incesantes cambios económicos y sociales que lo van afectando, sus temas principales son el Federalismo, el régimen del Estado y Gobierno, las garantías sociales, las reformas al poder judicial y obviamente la Democracia y Sistemas Electorales (reforma política).

De esta manera, la Reforma Estado en su conjunto busca generar mayores condiciones de gobernabilidad, a mayor abundamiento, la exposición de motivos de la reforma política presentada por el Ejecutivo en diciembre del 2009 señala que “la reforma política debe ampliar el ejercicio de las libertades y capacidades ciudadanas”.

Como podemos ver la citada iniciativa de Reforma Política en comento reconoce que es necesario ampliar la concepción de ciudadanía, de tal forma que las instituciones no solo garanticen las libertades fundamentales sino que pongan en manos de los ciudadanos el poder para exigir una protección eficiente de sus derechos, así mismo el sistema político debe garantizar

en todo momento las libertades políticas de los

ciudadanos. En este sentido, las concepciones más avanzadas sobre la democracia implican respeto a los derechos humanos, es decir, tenemos que ir más allá de lo electoral para hablar de una democracia consolidada.

La falta de Reforma del Estado hace difícil el camino de la democracia mexicana hacia su consolidación, aunado a esto, hay otros elementos que impiden en mi opinión la consolidación de la democracia en nuestro país, uno de estos elementos es la falta de cultura política en las élites, esto es, las élites deben compartir el respeto por las reglas y las instituciones democráticas, deben hacer valer sus disensos por canales institucionales y no mediante manifestaciones que afecten la paz social. 13


Desafortunadamente no existe esta cultura política en las élites en México, ya que basta recordar que en la elección federal del 2006, se tuvo incluso que pensar en un “pacto de civilidad” como mecanismo para obligar a reconocer el triunfo del candidato vencedor por los actores políticos vencidos, lo cual evidencia la falta de cultura política y es una prueba de que la democracia no está consolidada en México.

Otro elemento que demuestra la falta de consolidación de la democracia mexicana es la falta de una sociedad civil fuerte e interesada en organizarse y realizar tareas de desarrollo y bienestar, por medio de asociaciones legalmente constituidas que existan y que no sean partidarias.

En fin, recapitulando, hay toda una serie de pendientes que deben ser atendidos para poder hablar de una democracia consolidada, como por ejemplo, el respeto irrestricto a los derechos humanos de los ciudadanos, la promoción de suficientes mecanismos de participación ciudadana, la propia democratización de las élites políticas mediante el fortalecimiento de su pluralidad, el ejercicio de los derechos políticos de la población, como observamos no todo es electoral, sino que pasa por otros planos.

Concluyo diciendo que México es una democracia no consolidada, que ha iniciado el difícil camino a la consolidación, pero el camino es escabroso, complejo, incluso con presiones de orden internacional, pero fundamentalmente es un camino que requiere una gran voluntad política de todos los actores del sistema político para que podamos llegar al final de este camino que es la consolidación.

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BIBLIOGRAFÍA

Reynaldo Yunuen Ortega Ortiz, Editor responsable, Caminos a la Democracia, Colegio de México, Centro de Estudios Internacionales, Primera Edición 2001. Felipe Ruiz Gutiérrez, Radiografía de la Democracia, Talleres Gráficos de la Dirección de Publicaciones del Instituto Politécnico Nacional, Primera Edición 2000 Norberto Bobbio, Teoría General de la Política, Einaudi, Torino, 1999, E. Benveniste,en II vocabulario delle istituzioni indoeuropee (Einaudi, Torino, 1976, vol. II, pp.337-346), http://es.wikipedia.org/wiki/Reforma_pol%C3%ADtica_en_M%C3%A9xico_de_1977 http://www.cddhcu.gob.mx/museo/s_nues11.htm y nues12.htm http://www.bibliojuridica.org/libros/2/650/7.pdf http://www.bibliojuridica.org/libros/libro.htm?l=497

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