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Bajo comercialsuperávit de bienes en enero
Por Invecq Consulting S.A.
Economía
Con exportaciones e importaciones que alcanzaron los US$5.890 M y US$5.748 M, respectivamente, la balanza comercial de bienes fue superavitaria por US$142 M en enero. Se trató del saldo más bajo de la era Milei: US$650 M menor (-82,5% i.a.), en dólares constantes, al de ene-24 (el mínimo hasta el momento).
Las ventas al exterior crecieron 9,1% i.a. en valor, producto de un aumento de 12,5% en las cantidades y una caída de 2,9% en sus precios. Los volúmenes exportados acumulan 13 meses consecutivos de incremento interanual , aunque en enero morigeraron bastante su ritmo (12,5% vs. 26,7% el año pasado y 35,6% promedio en IV-T 2024). De todas formas, cabe destacar que se encuentran en máximos históricos: tomando un promedio móvil de 12 meses, el valor de ene-25 está solamente 0,3% por debajo del pico de febrero 2012.
Por su parte, las importaciones subieron 24,6% i.a., como consecuencia de una contracción de 9% en sus precios y un notable aumento de 37% en sus cantidades , destacándose el caso de bienes de capital (BK) (56,7%), piezas y accesorios (PyA) para BK (52,6%) y bienes de consumo (BC) (45,7%). Este salto estuvo en línea con sucedido en dic24 -habían aumentado 36,9% i.a.-, y se explica, principalmente, por i) la eliminación del impuesto PAIS, ii) la recuperación económica, iii) un tipo de cambio real (TCR) menor que en 2024, y iv) una baja base de comparación (en ene-24, con la devaluación de dic-23, la recesión y la incertidumbre, las cantidades importadas fueron muy bajas).
¿Qué esperar para lo que resta de 2025? Por un lado, las exportaciones estarían en línea con las del año pasado , producto de menores precios (tanto de los commodities agropecuarios como energéticos), que se compensarán con mayores cantidades (principalmente, de las manufacturas de origen industrial y combustibles y energía, ya que las últimas proyecciones del agro evidencian una menor producción versus la campaña 2023/24).
Por su parte, los volúmenes importados seguirán creciendo, como consecuencia del rebote de la actividad y un TCR más bajo. Asumiendo i) una suba de 4,5% del PBI (se alcanzaría el mayor nivel desde el inicio de la serie en 2004), y ii) el TCR más bajo de los últimos 21 años (incluso manteniéndose en los niveles actuales; lo cual luce optimista, ya que el crawling seguirá por debajo de la inflación y el dólar fortaleciéndose a nivel mundial), las compras externas podrían aumentar considerablemente. Si se compara, por ejemplo, con el promedio móvil 6 meses a diciembre 2017, cuando había un nivel de actividad similar al proyectado para 2025, y un TCR incluso algo más alto, la importación de BK se encuentra 22% debajo hoy en día, mientras que las de PyA y BC -9% y -15%, respectivamente.
De esta manera, si bien cabe esperar un abultado superávit comercial de bienes para 2025, este rondará los US$9.000 M – US$10.000 M (base devengado), guarismo bastante menor al de 2024.
Finanzas y mercados
Los bonos soberanos en dólares vienen perdiendo fuerza desde el máximo alcanzado el 7 de enero de 2025, dos días previos al pago de vencimiento de capital e intereses. Desde 78,3% hasta 72,5%, la paridad promedio ponderada se redujo 6 p.p. (-6,4 p.p. en el caso de los Bonares y -6,2 p.p. los Globales). Esta semana puntualmente los bonos presentaron una marcada volatilidad, con una caída de 3,4 p.p. el lunes tras la polémica en torno a la criptomoneda Libra, pero recuperando parcialmente al día siguiente (+2,6 p.p.).
¿Qué se podría esperar hacia adelante y cómo podría impactar en nuestra economía? El presidente Javier Milei viajó esta semana a Estados Unidos y dialogó con la titular del Fondo Monetario Internacional en Washington, quien expresó en su cuenta de X que el plan de estabilización y crecimiento de Argentina está dando resultados y que ambos equipos continúan trabajando en un nuevo programa. Esta lectura resulta positiva para los mercados de cara a la mayor probabilidad de que puedan ingresar fondos frescos a nuestro país que permitan tener mayor claridad, sobre todo en el futuro del esquema monetario-cambiario, incrementando la confianza (o reduciendo el riesgo) y el mayor apetito por activos argentinos.
Actualmente, el riesgo país se sitúa en torno a los 700 p.b. Si bien creemos que los fondos que lleguen del FMI ante un nuevo programa no serán de libre disponibilidad, y quizás exija alguna modificación en las restricciones cambiarias, sí consideramos que resultará un impacto positivo para los inversores, avalando el programa del gobierno. Una mejora en la confianza sobre las condiciones macroeconómicas y la consecuente reducción en la tasa que se paga por el riesgo suele tener mayor impacto en bonos de mayor duration, que presentan una mayor sensibilidad. Esto se puede ver con un ejemplo: si el riesgo país comprimiera 300 p.b. (niveles que le permitirían a Argentina poder volver a acceder al mercado de deuda internacional), los upsides de los bonos de más largo plazo, como el EA38 o el AL41 y GD41 llegan hasta

27% para el primero y 26% para los últimos (vs 8% el GD29 o 10% el AL29, que priorizan el cobro de la renta a mediados de este año).
En conclusión, una mejora en el riesgo país no sólo reduciría el costo de financiamiento internacional, sino que también generaría mayores oportunidades de apreciación en los bonos largos, que ante la última baja, presentan un interesante punto de entrada. Por lo pronto, habrá que esperar más novedades sobre el avance en el acuerdo con el FMI, en el que Luis Caputo confirmó que el acuerdo estaría cerrado hacia el primer cuatrimestre del año.


Opinión

Lic. Yanina S. LOJO
Mg. en Dirección de Finanzas y Control. Titular de Consultora Lojo @mg.yaninaslojo www.consultoralojo.com