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El rol de las FSRU y FLNG en la cadena logística del GNL

Débora ARAMAYO

Abogada y Profesora en Ciencias Jurídicas. Docente Universitaria de grado y posgrado en UBADERECHO, Universidad del Salvador-Carrera Franco Argentina y en Universidades extranjeras. Investigadora SIGEVACONICET. Asesora en temas marítimos, aeronáuticos, aduaneros y del transporte.

El Gas Natural Licuado (GNL) se ha convertido en un pilar fundamental del mercado energético global debido a su capacidad para ser transportado de manera eficiente a largas distancias sin necesidad de gasoductos. Su creciente importancia radica en la diversificación de las fuentes de energía y en la reducción de emisiones de carbono en comparación con otros combustibles fósiles.

El mercado global del GNL ha experimentado un crecimiento exponencial en las últimas décadas, ya que tradicionalmente el comercio de gas na- tural se realizaba mediante gasoductos, lo cual limitaba la capacidad de exportación a países vecinos, sin embargo, con la licuefacción del gas es posible transportarlo en buques metaneros a cualquier parte del mundo. En este contexto, debemos considerar el papel trascendente que está empezando a jugar Argentina a nivel internacional, si bien en una primera etapa la falta de inversión en infraestructura y la creciente demanda interna llevaron al país a depender de la importación de GNL mediante Unidades Flotantes de Almacenamiento y Regasificación (FSRU), el descubrimiento y la explotación de Vaca Muerta, una de las mayores reservas de gas del mundo, marcaron un punto de inflexión en la política energética del país, ya que, con el incremento en la producción de gas Argentina está reduciendo progresivamente su dependencia del GNL importado y ha comenzado a explorar las oportunidades para exportarlo.

El desarrollo del GNL en Argentina y en el mundo enfrenta diversos desafíos, siendo la inversión en infraestructura un punto crucial para afianzar al país como exportador, al igual que la necesidad de estabilidad política y regulatoria para atraer capitales internacionales.

Ya hemos mencionado que el GNL ha surgido como un componente esencial en el panorama energético global, gracias a su capacidad para ser transportado de manera eficiente y segura a través de largas distancias y es en este esenario donde las unidades flotantes de almacenamiento y regasificación (FSRU) y las unidades flotantes de GNL (FNLG) juegan roles fundamentales.

Estas innovaciones marítimas facilitan el comercio internacional del GNL, brindando ventajas operativas para su comercialización y transporte, han surgido como una respuesta estratégica ofreciendo una alternativa flexible y eficiente a las terminales terrestres tradicionales, ya que estas si bien ofrecen una solución permanente y de alta capacidad con costos operativos diarios relativamente bajos, son costosas de construir y ofrecen menos flexibilidad que una FSRU, que puede reubicarse por cambios en la demanda. Para tener en cuenta, un proyecto de construcción de una terminal terrestre podría llegar a demorar entre 3 y 5 años, dependiendo de una serie de factores, como ser, el cronograma del proyecto, los requisitos de capacidad, la geografía, el costo, etc.

Las FSRU son unidades flotantes que permiten el almacenamiento y regasificación del GNL, su construcción y despliegue son más rápidos y menos costosos que las terminales terrestres, brindando flexibilidad a los países que requieren acceso rápido al gas, estas unidades pueden recibir GNL de buques metaneros, almacenarlo y regasificarlo para su posterior distribución a través de tuberías. Una de las principales ventajas de las FSRU es su capacidad para operar en zonas donde la construcción de terminales de GNL sería inviable o económicamente poco atractiva, permitiendo de este modo que países en desarrollo puedan recibir GNL, impulsando su crecimiento energético y reduciendo su dependencia de fuentes más contaminantes. En tanto las FNLG son embarcaciones especializadas diseñadas para transportar GNL entre productores y mercados de consumo, su diseño avanzado y capacidades de refrigeración permiten un transporte seguro y eficiente del gas en estado líquido, garantizando que permanecerá en condiciones óptimas durante la travesía marítima, esto permite a los productores de GNL acceder a más mercados, maximizando sus oportunidades comerciales.

Es de destacar, el papel protagónico que tienen las FSRU en el negocio global del GNL, como ser:

Flexibilidad y Eficiencia: Las FSRU permiten una entrega más ágil del GNL, ya que pueden ser instaladas en diferentes ubicaciones sin la necesidad de construir terminales en tierra, lo que reduce los costos y tiempos de inversión.

Almacenamiento: Estas unidades actúan como tanques de almacenamiento flotantes que pueden recibir, almacenar y regasificar GNL, facilitan- do así la cadena de suministro y la seguridad energética de los países que las utilizan.

Conexión de Mercados: Las FSRU ayudan a conectar mercados de gas que, de otro modo, no estarían interconectados, ofreciendo una mayor integración y opción de abastecimiento.

Respuesta a la demanda variable: En momentos de alta demanda de gas, las FSRU pueden proporcionar un suministro rápido y adicional, ayudando a estabilizar los precios y asegurar la disponibilidad.

Transición Energética: Con miras en la transición hacia fuentes de energía más limpias, el GNL transportado y regasificado a través de FSRU, se presenta como una alternativa menos contaminante frente a otros combustibles fósiles, contribuyendo a la diversificación energética.

Proyectos de Infraestructura: Facilitar el desarrollo de infraestruc- turas de GNL en países en desarrollo, donde los costos de infraestructura fija son escasos o inviables.

Asimismo la Organización Marítima Internacional (OMI), si bien no tiene un instrumento específico dedicado exclusivamente a las FSRU (Floating Storage and Regasification Units) ni a las FLNG (Floating Liquefied Natural Gas Units), ha abordado el tema en varias de sus normativas y documentos relacionados con la seguridad marítima y la protección del medio ambiente.

Estos son algunos de los puntos considerados por la OMI respecto a estas Unidades:

Seguridad Operativa: La OMI establece pautas para asegurar que las operaciones de FSRU y FLNG cumplan con las normas de seguridad marítima. Esto incluye requisitos de diseño, construcción y operación que buscan minimizar los riesgos durante las actividades de carga, almacenamiento y regasificación de GNL.

Evaluación de Riesgos: Se promueve la implementación de evaluaciones de riesgos y estudios de impacto ambiental específicos para las FSRU y FLNG. La OMI aliena a las partes interesadas a considerar los impactos ambientales y los riesgos asociados al uso de estas unidades flotantes en el transporte y manejo de GNL.

Convenios Internacionales: Las FSRU y FLNG están reguladas bajo una combinación de convenios y directrices internacionales, dependiendo de su operación y características, como: SOLAS (Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar), Código IGC (Código Internacional para la Construcción y Equipamiento de Buques que Transportan Gases Licuados a Granel), MARPOL (Convenio para la Prevención de la Contaminación por los Buques), Requerimientos de So- ciedades de Clasificación (DNV, ABS, Lloyd’s Register, Bureau Veritas, etc.) y normas de terminales y operadores de GNL, como OCIMF y SIGTTO. Esto asegura que las operaciones se realicen de manera segura y que se minimicen los riesgos de contaminación.

Capacitación y Preparación: La OMI también enfatiza la importancia de la capacitación adecuada del personal que opera en FSRU y FLNG. Se debe garantizar que los tripulantes y el personal en tierra estén preparados para manejar situaciones de emergencia y posean un conocimiento adecuado de las normativas relevantes.

Innovación y Desarrollo Sostenible: La OMI reconoce que las FSRU y FLNG representan tecnologías innovadoras que pueden contribuir a un transporte más eficiente y efectivo de GNL. Promueve el desarrollo sostenible y la reducción de la huella de carbono en el sector marítimo.

Colaboración Internacional: La OMI fomenta la cooperación entre países, la industria y otras partes aceptadas para compartir experiencias, buenas prácticas y lecciones aprendidas en relación con las operaciones de FSRU y FLNG.

Podemos concluir entonces que el GNL ha transformado el comercio energético global y Argentina se encuentra en un proceso de consolidación como exportador gracias a su producción en Vaca Muerta y a la mejora de su infraestructura de transporte y licuefacción, si bien los desafíos son considerables, el país tiene la oportunidad de posicionarse como un actor relevante en el mercado internacional del GNL.

Asimismo, las FSRU y FNLG son claves facilitadores en este proceso, al permitir que países y empresas diversifiquen su matriz energética y adopten el GNL como un recurso menos contaminante, su capacidad para ser reubicadas rápidamente y ajustarse a las cambiantes demandas energéticas y a las políticas ambientales internacionales, las torna como herramientas valiosas en la gestión de la transición energética. Es destacado el papel que juega la OMI en la regulación y promoción de las mejores prácticas para las FSRU y FLNG, enfocándose en la seguridad, el medio ambiente y la capacitación, sus normativas y opiniones buscan garantizar que estas tecnologías contribuyan de manera segura y sostenible al comercio internacional de GNL.

Débora Aramayo
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