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Futuro energético en El Salvador: sostenibilidad y diversificación

Stefany Rascón

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I. Introducción

El Salvador, siendo un país de corta extensión territorial, ubicado en América Central, se enfrenta a desafíos significativos en su búsqueda de un futuro energético sostenible y seguro. Con una población en constante crecimiento y una dependencia histórica de los combustibles fósiles, el país se encuentra en un momento crítico para hacer una transición hacia fuentes de energía más limpias y renovables. En este artículo, exploramos el panorama actual de la energía en El Salvador, los avances en el desarrollo de energías renovables y los desafíos que deben enfrentar para alcanzar un futuro energético más prometedor.

El Panorama Energético Actuals

En la actualidad, El Salvador depende en gran medida de los combustibles fósiles, principalmente del petróleo y del carbón, para satisfacer su demanda energética. Esta dependencia ha generado vulnerabilidad frente a la volatilidad de los precios internacionales del petróleo y ha contribuido a las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que representa un riesgo para la salud pública y el medio ambiente.

A pesar de los esfuerzos realizados en los úl- timos años para diversificar la matriz energética, las fuentes renovables aún tienen una participación limitada en la generación de energía en el país. La energía hidroeléctrica ha sido tradicionalmente la principal fuente renovable, pero se enfrenta a desafíos debido a la variabilidad climática y la disminución de la disponibilidad de agua en algunas regiones.

El Salvador también ha comenzado a explorar otras fuentes de energía renovable, como la solar y la geotérmica, pero aún no han alcanzado su máximo potencial. A pesar de los avances en tecnología y la disminución de los costos de instalación, las barreras para la adopción de energías renovables persisten, incluyendo la falta de infraestructura adecuada y la falta de incentivos suficientes para la inversión privada.

Avances en Energía Renovable

A pesar de los desafíos, El Salvador ha logrado avances significativos en el desarrollo de energía renovable en los últimos años. La energía geotérmica se ha convertido en una de las principales fuentes de generación de electricidad en el país. La presencia de recursos geotérmicos en la región volcánica de Ahuachapán ha permitido el desarrollo de proyectos exitosos que aprovechan el calor del subsuelo para generar electricidad limpia y constante.

Asimismo, la energía solar ha experimentado un crecimiento prometedor. El país cuenta con un recurso solar abundante y favorable para el desarrollo de proyectos fotovoltaicos. Incentivos gubernamentales y políticas de promoción de energías limpias han contribuido a la instalación de plantas solares y la adopción de tecnología solar en residencias y empresas.

Además de las energías renovables, El Salvador ha buscado promover la eficiencia energética como una estrategia para reducir el consumo y optimizar el uso de la energía. Programas de iluminación eficiente, electrodomésticos y equipos de bajo consumo y medidas de gestión energética han sido implementados para mejorar la eficiencia energética en diversos sectores.

El Desafío de la Diversificación Energética

A pesar de los avances en energías renovables, El Salvador aún enfrenta el desafío de diversificar su matriz energética de manera más equilibrada. La dependencia continua de los combustibles fósiles y la energía hidroeléctrica plantean riesgos a la seguridad energética y ambiental del país. Para abordar esta cuestión, es fundamental fomentar la inversión en energías renovables no convencionales y desarrollar mecanismos para el almacenamiento y gestión eficiente de la energía.

El desarrollo de proyectos de energía eólica, por ejemplo, representa una gran oportunidad para aprovechar el recurso eólico en zonas adecuadas. Los parques eólicos pueden proporcionar una fuente estable de electricidad y contribuir a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, para atraer inversiones en este sector, es necesario fortalecer la seguridad jurídica y mejorar la planificación del territorio para evitar conflictos con otras actividades y proteger los ecosistemas sensibles.

Por otro lado, el almacenamiento de energía es un factor crucial para asegurar la disponibilidad continua de energía renovable. La implementación de tecnologías de almacenamiento, como baterías y sistemas de bombeo, permitirá compensar la variabilidad de las fuentes renovables y garantizar una oferta confiable de electricidad.

Tal como recientemente ha ocurrido, las Islas Meanguera, Conchagüita y Meanguerita, Isla Zacatillo que forman parte del Golfo de Fonseca, en el departamento de La Unión se beneficiarán por la puesta en marcha de la planta AES Meanguera del Golf, que ha sido instalada y equipada con tecnología de almacenamiento de energía por medio de baterías de última generación, y a través de un sistema de generación distribuida proveerá un suministro eléctrico libre de carbono que garantiza su disponibilidad de forma permanente, procurando ser un suministro alternativo de electricidad a los habitantes que tenían dependencia a la red eléctrica submarina, que es susceptible a fuertes oleajes o a la navegación de grandes embarcaciones, con ello, el modelo contribuye con la expansión y descarbonización de la matriz energética salvadoreña, propiciando así el aprovechamiento de los recursos naturales para producir y almacenar energía limpia, y pudiendo llegar a las comunidades ubicadas en zonas de difícil acceso.

Políticas y Regulaciones para la Transición Energética

Para lograr una transición exitosa hacia un futuro energético más sostenible, El Salvador debe contar con políticas y regulaciones sólidas que incentiven la inversión en energías renovables y promuevan la eficiencia energética. Es esencial que el gobierno establezca metas claras y ambiciosas para la incorporación de energías renovables en la matriz energética y defina estrategias para alcanzar estos objetivos.

La promoción de esquemas de incentivos fiscales y tarifarios para la generación de energía renovable, así como la implementación de subastas competitivas para la adjudicación de proyectos, pueden atraer inversiones privadas y promover la competencia en el sector. Por ahora el país cuenta con la Ley de Incentivos Fiscales para el Fomento de las Energías Renovables en la Generación de Electricidad, aplicable para nuevas inversiones en energía con recursos naturales geotérmicos, foto- voltaicos, eólicos, hidráulicos y de biomasa, siendo la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones -SIGET-, el ente certificador los proyectos a fin de ampararse a la Ley.

Además, el marco regulatorio debe abordar cuestiones relacionadas con la seguridad jurídica, el acceso a la red eléctrica, el acceso a financiamiento y la interconexión regional para facilitar el desarrollo de proyectos de gran escala.

Conclusión

El futuro energético de El Salvador se encuentra en una encrucijada. El país tiene la oportunidad de aprovechar su abundante recurso renovable y tomar medidas para reducir su dependencia de los combustibles fósiles. La diversificación de la matriz energética y la promoción de energías limpias y eficientes son esenciales para garantizar la seguridad energética, mitigar el cambio climático y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

La transición hacia un futuro energético sostenible requiere un compromiso conjunto de los sectores público y privado, así como la participación de la sociedad civil. La adopción de políticas y regulaciones adecuadas, la promoción de la investigación y la innovación, y el fomento de la conciencia ambiental son elementos clave para avanzar hacia un país más resiliente y sostenible en términos energéticos. Con una visión a largo plazo y una acción decidida, El Salvador puede posicionarse como un líder regional en la transición hacia un futuro energético más limpio y próspero.