The rogue hunter

Page 302

The Rogue Hunter

Lynsay Sands

Sam se sonrojó. Tonta que era, les había hablado de su estancia en Minden. Sus hermanas habían sido muy comprensivas, una vez que habían terminado de reírse para sí mismas de la tontería. —Debe haber sido en el camino de vuelta,— murmuró Sam, a pesar de que había visto las marcas en el espejo del baño de Decker, cuando se había vestido. No había querido despertar a Mortimer, por lo que había comprobado que la sala de grabación estaba vacía y luego había reunido su ropa y salió a vestirse en el cuarto de baño. Había oído a los hombres regresar cundo había terminado y se había apresurado a deslizarse a través de las puertas corredizas de abajo antes de que su presencia pudiera ser descubierta. Sam había visto las marcas en el cuello, mientras estaba en el cuarto de baño, así que sabía que no los había conseguido en el camino de vuelta. Debió haber sido en el paseo después, pensó, y luego frunció el ceño mientras miraba los pasteles que Alex dejaba en la encimera. No es de extrañar que se sintiera tan seca. Alex había estado hornear y calentando la casa con el horno. —¿Para quién es eso?— Preguntó, moviendose hacia abajo para mirar con avidez en los pasteles. —Para nosotros y Grant,— respondió Alex. —Pensé que así podría lograr que se hicieran mejor hoy que mañana. De esta forma estaremos seguras de encontrarle y no tener que dejarlo en el porche con una nota como el año pasado. Juro que el hombre nunca está en casa. Sam asintió con la cabeza. Ellas siempre le daban un pastel con el cheque por cubrir el trabajo que hacía para ellas durante todo el año. Había comenzado como algo que su madre había hecho por el Sr. Warner antes que él. Alex había mantenido la tradición después de la muerte de sus padres y simplemente siguió haciéndolo con Grant. —Alex hizo el segundo pastel para nosotras,— dijo Jo, feliz.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.