Boletín Salesiano Antillas Sept. - oct. 2025

Page 1


150 AÑOS

DE LA PRIMERA EXPEDICIÓN MISIONERA SALESIANA

CONTENIDO

Estimados amigos y amigas: nuestra revista de septiembre – octubre se una a toda la congregación salesiana para celebrar el 150 aniversario de la primera expedición misionera salesiana que partió hacia Argentina en 1875. Este acontecimiento marca el inicio de la presencia salesiana en América Latina y la consolidación de la misión educativa y pastoral que, desde entonces, ha impactado profundamente en la vida de miles de jóvenes y comunidades. Queremos destacar los esfuerzos pioneros de los misioneros, quienes, con gran dedicación y en condiciones muchas veces adversas, establecieron la primera obra salesiana en Argentina. También se subraya la figura de Don Bosco como un visionario que, con su carisma y compromiso, impulsó la creación de una red de instituciones educativas, oratorios y centros de formación profesional que hoy son un referente mundial.

Además, se hace un llamado a los jóvenes y a toda la familia salesiana a seguir el legado de esos primeros misioneros, manteniendo viva la misión educativa y social que caracteriza al carisma salesiano.

El Boletín Salesiano es la revista oficial de formación, animación y difusión de la Familia Salesiana. Fue fundado por San Juan Bosco en 1877. Actualmente se imprime en 55 ediciones y 25 lenguas diversas y se distribuye en 151 naciones de los 5 continentes.

Este medio de difusión se sostiene con ayuda de sus lectores y les agradecemos su cooperación para mantener el boletín y las obras salesianas en las Antillas, y por tendernos sus manos en las misiones salesianas en el mundo.

Todos los Derechos Reservados ® Inspectoría Salesiana de las Antillas

Las opiniones y/o informaciones contenidas en los artículos firmados por autores determinados son de la exclusiva responsabilidad de éstos.

El Boletín Salesiano se distribuye gratuitamente a la Familia Salesiana y a los amigos de Don Bosco.

El costo de la edición y la distribución del Boletín Salesiano se cubre con las contribuciones voluntarias de sus lectores. Sus aportes puede enviarlos a:

Nombre: Sociedad Salesiana Cuenta: 08299280641

Banco: BHD-LEÓN

01

EDITORIAL 150 AÑOS DE MISIÓN

02

RECTOR MAYOR LA LOCURA DIVINA DEL SEMBRADOR 04

LA VOZ DEL INSPECTOR UN ÁRBOL NACIDO EN TURÍN

06

EDUCACIÓN 08 EN LA MIRA 90 SON 90 09

EXALUMNOS JUVENTUD Y FRATERNIDAD

10

ESTADÍSTICA MISIONERA

12

ARTÍCULO CENTRAL LA MISIÓN SALESIANA

13

VISITA INSPECTORIAL PUERTO RICO

14

TESTIMONIO SEAMOS APÓSTOLES MISIONEROS

Edición Antillas

Año 70, No. 5, Sep - Oct 2025

Director

P. Pablo Abreu, SDB

Director Ejecutivo

Francisco Alberto Pérez

Editora

Lesly Núñez

Diseño Editorial

Renelis Abreu Ramírez

Consejo Editorial

Aimee Rosa

Leslie Tavárez

P. Emilio Torres, SDB

16 FMA VERANO MISIÓN CUBA 18

CAMBIÉ Y CAMBIÓ EL MUNDO MISIONEROS DE FUEGO

20 FORMACIÓN BODAS DE ORO DEL CSFPA

22 SANTIDAD CARLO ACUTIS

23 MISIONEROS

26 ENTREVISTA ANTONIO BOCCIA

20 NOTICIAS

30 SS.CC. VI ENCUENTRO REGIONAL

32

SALESIANOS NUEVOS MISIONEROS

P. Genaro Martínez, SDB

Sor Gertrudys Díaz, FMA

Vanessa Caraballo

Colaboradores de esta edición

Aimee Rosa

P. José Pastor Ramírez, SDB

P. Juan Linares, SDB

Luz Karen Granado

Carlos José Reyes

Sor Mirla Castellanos López, FMA

Fotografía

Plus Photos

Juan Pablo Santos

L. Alexánder Domínguez, SDB

Distribución

Salesianos Antillas

Impresión

Amigo del Hogar

Sede Legal y Administrativa

Inspectoría Salesiana de Las Antillas Av. 30 de Marzo #52. Apartado 2569, Santo Domingo, R.D Tel. (809) 688-7746 ext. 236

Correo electrónico: boletinantillas@gmail.com

150 AÑOS DE MISIÓN Y UN LEGADO DE ESPERANZA

IHace 150 años, un grupo de misioneros salesianos emprendió un viaje lleno de valentía y esperanza. Cruzaron océanos, no sólo para llevar la educación y el Evangelio, sino para sembrar vida y futuro en corazones jóvenes y comunidades necesitadas. Los primeros salesianos misioneros enviados por Don Bosco en 1875 a la Patagonia argentina fueron un grupo de diez jóvenes, entre sacerdotes y coadjutores, que partieron con el propósito de evangelizar a los pueblos indígenas y fundar obras educativas en la región.

Hoy, al mirar hacia atrás, nos sentimos profundamente agradecidos por todos los misioneros que han llegado a nuestras tierras. Gracias a ellos, nuestras casas salesianas han sido espacios donde los jóvenes descubren su valor, desarrollan sus talentos y encuentran un acompañamiento cercano. Cada gesto de estos misioneros es un reflejo vivo del espíritu de Don Bosco: una mirada de cariño, una palabra que anima, un ejemplo que inspira.

Este aniversario de 150 años se une a la celebración de los 90 años de presencia salesiana en la República Dominicana, un tiempo en el que la misión salesiana ha dejado huellas profundas en la educación, la evangelización y la formación integral de miles de

jóvenes y sus familias. Ambas conmemoraciones nos invitan a mirar con gratitud la historia que nos precede y a renovar nuestro compromiso de llevar luz donde haya oscuridad, esperanza donde haya desesperanza y acompañamiento donde haya soledad.

Ser misionero hoy no significa solo viajar a lugares lejanos; significa llevar la misión a cada contexto en el que vivimos: escuelas, barrios, comunidades y espacios digitales. Cada proyecto educativo, cada actividad pastoral, cada palabra y gesto de cercanía es un testimonio de nuestra entrega y de la continuidad de aquel sueño misionero que hace 150 años comenzó a recorrer el mundo.

Que estas celebraciones nos anime a seguir caminando con valentía y alegría, conscientes de que nuestra misión sigue siendo un llamado de Dios al que debemos dar respuesta. Anclados en la esperanza, continuamos sembrando educación, fe y fraternidad, fieles al ejemplo de Don Bosco, agradecidos con los misioneros que nos acompañan y comprometidos con los jóvenes que confían en nosotros. Sigamos construyendo un legado que transforme vidas y haga del mundo un lugar más justo, solidario y esperanzador.

LA LOCURA DIVINA DEL SEMBRADOR QUE

“SIEMBRA EN LA OSCURIDAD”

IEsta verdad está contenida en el mismo gesto del sembrador, un gesto que podríamos definir como un “sembrar en la oscuridad”: un acto de generosidad desmesurada, aparentemente ineficiente, que desafía la lógica humana del resultado y del control.

El corazón de la reflexión no reside tanto en los cuatro tipos de terreno, cuanto en la figura del sembrador y en su acción. Él sale y esparce la semilla con un gesto amplio, casi irreflexivo. No hace un mapa preliminar del campo, no selecciona las parcelas más prometedoras, no evita cuidadosamente las piedras o los zarzales. Siembra en todas partes. No es la técnica de un agricultor moderno que busca maximizar la cosecha optimizando los recursos. Es, más bien, la representación de una lógica divina, una lógica de abundancia y de don incondicional.

Trasladado al ámbito educativo y pastoral, este gesto desenmascara una de nuestras mayores tentaciones: la de la eficiencia y del resultado medible e inmediato. El educador, el catequista, el sacerdote, el padre o la madre, suelen verse acosados por el “síndrome del campesino calculador”. Se tiende a invertir tiempo y energías allí donde se intuye una promesa de retorno: el estudiante brillante, el feligrés devoto, el grupo juvenil más receptivo. Inconscientemente, se corre el riesgo de descuidar el “camino” de los corazones endurecidos, el “terreno pedregoso” de los entusiasmos efímeros o las “espinas” de las vidas complicadas y asfixiantes. La parábola nos dice, en cambio, que la semilla de la Palabra, del cuidado, del conocimiento, del testimonio, debe lanzarse en todas partes, sin cálculo ni prejuicio. “Sembrar en la oscuridad” significa ante todo esto: actuar por pura gratuidad, movidos no por la probabilidad de éxito, sino por la fe inquebrantable en el valor de la semilla misma. Es el amor que no hace diferencias, que se ofrece a todos porque no es una inversión, sino un don que desborda.

En segundo lugar, “sembrar en la oscuridad” revela una profunda verdad sobre la humildad de nuestro papel. La oscuridad no es sólo la indiferencia del

sembrador hacia la calidad del terreno, sino también el misterio impenetrable que es el corazón humano. El educador y el pastor no pueden “ver” dentro del alma del otro. No conocen del todo las heridas pasadas, los miedos ocultos, las resistencias inconscientes que vuelven un corazón duro como un camino o superficial como una fina capa de tierra. No pueden prever qué preocupación mundana o qué nueva pasión sofocará un buen propósito. Actuar en esta “oscuridad” significa aceptar no tener el control sobre el proceso de crecimiento. Nuestra tarea es sembrar, no hacer germinar. El crecimiento pertenece a una dinámica misteriosa que involucra la libertad de la persona (el terreno), la potencia intrínseca de la semilla (la Palabra, el amor) y la acción de la Gracia (el sol y la lluvia que no dependen del sembrador). Esta conciencia nos libera de dos cargas opuestas pero igualmente dañinas: la arrogancia de quien se siente artífice del éxito ajeno y la frustración de quien se cree responsable del fracaso. El educador que siembra en la oscuridad sabe que su labor es esencial pero no omnipotente. Ofrece, propone, acompaña, pero al final da un paso atrás con respeto ante el recinto sagrado de la libertad del otro, donde ocurre el verdadero encuentro entre la semilla y la tierra.

Finalmente, el “sembrar en la oscuridad” es un acto de esperanza radical. ¿Por qué el sembrador sigue esparciendo la semilla con tanta generosidad, aun sabiendo que gran parte de ella se perderá? Porque su confianza no está puesta en la eficacia de su gesto, sino en la vitalidad inagotable de la semilla. Él sabe que, a pesar de los caminos, las piedras y las espinas, la semilla encierra en sí misma una potencia de vida capaz de dar fruto “al treinta, al sesenta, al ciento por uno” allí donde encuentre aunque sólo sea un pequeño rincón de tierra buena.

Esta es una lección fundamental contra el cinismo y el cansancio que pueden asaltar a quienes trabajan en el campo educativo y pastoral. Ante la apatía, la indiferencia o la hostilidad, la tentación es dejar de sembrar, concluir que “no merece la pena”. La pa-

rábola nos invita, en cambio, a trasladar el foco de la respuesta del terreno a la calidad de la semilla. Nuestra tarea no es obsesionarnos con la cosecha, sino asegurarnos de sembrar una buena semilla: una palabra auténtica, un testimonio creíble, un amor paciente, una cultura sólida.

La esperanza del sembrador no es un vago optimismo, sino la certeza de que la Verdad, la Belleza y el Bien, si se ofrecen con generosidad, poseen una fuerza propia que, tarde o temprano, de un modo que no podemos prever ni controlar, encontrará la manera de germinar.

En conclusión, la parábola del sembrador nos libera de la tiranía del resultado inmediato y nos introduce en una espiritualidad de la acción fundada en la gratuidad, la humildad y la esperanza. “Sembrar en la oscuridad” no es una acción ciega o ingenua, sino el acto más realista y fecundo posible, porque se funda en la realidad de un Dios que da sin medida y en el misterio de la libertad humana. Para el educador y el pastor, esto significa amar sin esperar recompensas, enseñar sin pretender moldear, testimoniar con fidelidad sin la ansiedad de ver los frutos. Tal vez, el primer y más importante fruto de esta siembra generosa no sea el que crece en el campo, sino la transformación del corazón mismo del sembrador, que aprende a actuar y a amar con la misma “locura” divina, generosa y llena de esperanza.

La parábola del sembrador, narrada en los Evangelios sinópticos, es una imagen poderosa y fundante del mensaje cristiano. A primera vista, podría parecer una simple alegoría sobre la diversa acogida de la Palabra de Dios. Sin embargo, con una mirada más profunda, revela una verdad radical, especialmente cuando se aplica a los procesos educativos y pastorales.

UN ÁRBOL NACIDO EN TURÍN,

CON RAÍCES EN AMÉRICA Y FRUTOS EN EL CARIBE

IEn 1875, el corazón de Valdocco latió más allá de Turín. Don Bosco, con la audacia de los santos y la mirada profética de un padre, sembró en Argentina la primera semilla misionera salesiana. Diez jóvenes partieron con la certeza de que el Evangelio no conoce fronteras y debía echar raíces en climas, lenguas y culturas nuevas. No llevaban riquezas ni seguridades, sino un tesoro más grande: el carisma salesiano, tejido de razón, religión y amor, ofrecido como don a los jóvenes más pobres y olvidados. Aquella pequeña semilla, regada con fe y sacrificio, se convirtió en un árbol vigoroso que hoy extiende sus ramas sobre los cinco continentes, dando sombra, cobijo y esperanza a millones de muchachos y muchachas. El envío de 1875 abrió un horizonte de frutos abundantes. La Iglesia halló en los salesianos un aliado fiel para la evangelización de los jóvenes y de los sectores populares. La educación se renovó con escuelas, talleres y colegios que unieron fe y razón en un estilo preventivo capaz de responder a necesidades concretas. La sociedad se enriqueció

con puentes culturales que favorecieron la integración y la promoción humana. Y, sobre todo, quedó un legado espiritual: la certeza de que el Reino de Dios se cultiva con cercanía, ternura y la educación del corazón juvenil.

Lo que brotó en Argentina se multiplicó con rapidez. En pocas décadas, nuevas ramas se extendieron hacia Uruguay, Brasil, Chile y Paraguay, y más tarde a casi todo el continente: México, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Cada nuevo país fue más que un destino geográfico: representó la oportunidad de inculturar el Sistema Preventivo, de valorar la riqueza de cada cultura y de ofrecer a los jóvenes respuestas concretas y esperanzadoras. Así, el árbol sembrado por Don Bosco fue creciendo como familia y misión que sigue dando frutos en toda América.

El Caribe no fue la excepción. Tras intentos frustrados en Curazao y Jamaica, en 1917 los primeros salesianos llegaron a Camagüey, Cuba, guiados por el beato José Calasanz, para fundar un Colegio de Artes y Oficios. Al inicio dependían de la Inspec-

toría Tarraconense de España; luego, en 1924, de la de México. La persecución religiosa en ese país obligó a trasladar la sede inspectorial a La Habana en 1927.

El 15 de septiembre de 1953 nació oficialmente la Inspectoría de las Antillas, bajo el patrocinio de Don Bosco. Tras la revolución cubana, la sede se trasladó a la República Dominicana, primero en el colegio Don Bosco y, desde 1993, en una casa propia donde permanece hasta hoy. En 1935, gracias al impulso de Don Ricardo Pittini, germinó en Santo Domingo la primera escuela salesiana. En Puerto Rico, tras una solicitud en 1933, la misión se concretó en 1947 con la parroquia San Juan Bosco en Santurce, pasando temporalmente a la Inspectoría de Estados Unidos en 1950, para luego volver a las Antillas y asegurar su continuidad pastoral y educativa.

Hoy, con 108 años en Cuba, 90 en República Dominicana y 78 en Puerto Rico, el árbol salesiano ha echado raíces profundas en el Caribe, donde el espíritu de Don Bosco sigue transformando vidas, educando a los jóvenes y sembrando esperanza.

En esta tierra, el carisma se ha fortalecido con frutos visibles: colegios y centros técnicos que preparan generaciones; obras sociales para niños en riesgo, migrantes y familias vulnerables; parroquias

y movimientos juveniles que anuncian el Evangelio con alegría; y la promoción de valores que fortalecen el tejido social. Hoy, la Inspectoría de las Antillas no es rama dependiente, sino un tronco vigoroso dentro de la gran familia salesiana mundial. El mayor aporte de los salesianos en el Caribe ha sido dar voz, dignidad y futuro a los jóvenes más pobres. Con educación, fe y acompañamiento pastoral, miles de muchachos han descubierto que tienen un lugar en la sociedad y en el corazón de Dios.

De cara al futuro, el árbol misionero necesita seguir creciendo: innovar en educación frente a las nuevas tecnologías y desigualdades; responder al fenómeno migratorio; fortalecer la pastoral vocacional; y ser profetas de esperanza en medio de la secularización.

A 150 años de aquella primera expedición, podemos afirmar con gratitud que la semilla plantada en Argentina florece hoy en las Antillas. Damos gracias a Dios por estos años de gracia: 108 en Cuba, 90 en República Dominicana y 78 en Puerto Rico. Pedimos a María Auxiliadora que mantenga vivo en nosotros el fuego misionero, porque, como entonces, también hoy el mundo juvenil necesita testigos capaces de cambiar su corazón… y cambiar el mundo.

INSTITUTO SALESIANO DON BOSCO

GRADÚA 93 NUEVOS BACHILLERES TÉCNICOS

IEl Instituto Salesiano Don Bosco de Santo Domingo celebró su Sexta Graduación Ordinaria de Bachilleres Técnico-Profesional (LXXVII Graduación Ordinaria General), un evento que no solo marca el final de una etapa para sus estudiantes, sino que también conmemora el 90 aniversario de la primera obra salesiana en el país.

La ceremonia tuvo dos momentos, uno el viernes 12 con la eucaristía y la noche de honores y otra realizada el 13 de septiembre en Casa San Pablo.

La graduación no es solo la entrega de un diploma, sino el inicio de una nueva etapa. Los graduandos son la culminación de un trabajo continuo y la promesa de un futuro lleno de esperanza. Al igual que

otras generaciones ya graduadas y entregadas a la sociedad, ellos ahora tienen la tarea de llevar el legado de Don Bosco a sus comunidades, transformando sus propias vidas y las de los demás a través del trabajo y el compromiso social.

La formación técnico-profesional es un sostén fundamental de la obra salesiana, y la graduación de estos 93 jóvenes en áreas como Comercio y Mercadeo, Administración y Tributaria, desarrollo de Aplicaciones Informáticas y Logística y Transporte. El objetivo es que los estudiantes salgan preparados no solo con conocimientos teóricos, sino con habilidades prácticas que les permitan ser agentes de cambio en la sociedad.

ESCUELA SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

GRADÚA A JÓVENES DE VILLA JUANA

I

La Escuela Sagrado Corazón de Jesús de Villa Juana celebró el 13 de septiembre de 2025 su ceremonia de graduación, en un emotivo acto realizado en el Auditorio de la Policía Nacional, ubicado en la Plaza Educativa Juan Pablo Duarte de Santo Domingo.

Durante esta significativa jornada, cerca de un centenar de jóvenes culminaron con éxito sus estudios: 50 de la tanda matutina, pertenecientes a la promoción Zephros, y unos 30 de la tanda nocturna, correspondientes a la promoción Lithium. Todos recibieron su diploma como reconocimiento a su esfuerzo y dedicación.

El P. Ronny Stephan, director regente de la escuela, presidió la ceremonia, destacando la importancia de este logro no solo como un paso académico, sino como un compromiso con la formación integral y la construcción de un futuro lleno de esperanza y servi-

cio a la comunidad.

Uno de los momentos más inspiradores fue la intervención del orador principal, el exalumno Luis Ventura, quien compartió con los graduados cómo la formación salesiana marcó su vida personal y profesional. Sus palabras motivaron a los jóvenes a valorar lo recibido y a proyectarse con gratitud y responsabilidad.

Asimismo, se reconoció el desempeño sobresaliente de estudiantes meritorios y maestros destacados, reflejando el compromiso de toda la comunidad educativa con la excelencia académica y la formación en valores.

La graduación de la Escuela Sagrado Corazón de Jesús es un testimonio del trabajo constante de la institución y de su misión de formar jóvenes preparados para enfrentar los desafíos del mundo, llevando consigo el legado educativo y pastoral de Don Bosco.

Layelen Suarez Hernández por el Politécnico Salesiano y Guillermo Javier Frías Rojas por la Escuela Nocturna

90 “JÁQUIMA”, 90 “TURPENES”...

90 SON 90

IIAl

derecho o al revés, 90 son 90. Como quiera que los veas, son 90. De hecho, hoy día, las personas que llegan a los 75, se les dice que ya están pagos, ya están viviendo días extras de su calendario (sin quitarle a Dios su protagonismo en ello, obviamente). Claro está, todos mientras más vivimos, más queremos seguir bien viviendo, perderse de este gozo terrenal, pocos quieren (a menos que tengan algún malestar de salud o alguna condición mental), a pesar de que en el cielo lo que venga sea mejor.

Destilando confeti por todos los huecos visibles de nuestros cuerpos. Casi un centenario de vida salesiana en nuestro país. Nueve décadas de pura siembra y constantes zafras; millones de vidas impactadas positivamente; millones de dominicanos vociferando salesianidad como parte de su ADN. Un Don Bosco vivo e inmortal en todos los que se han quedado con el carisma, no así en aquellos que han pasado por el carisma, o que el carisma les ha pasado de largo.

Sí, sabemos perfectamente que, como los dedos de las manos, todos los alumnos o fieles que han pasado por cualquiera de las plataformas de la salesianidad, son diferentes. Y de la misma forma que hay salesia-

nos que nunca abandonamos nuestro carisma, así mismo hay muchos que el carisma les entró por un oído y les salió por un hoyo de la nariz (la distancia es más corta). Pero aquí, en este boletín, desde el lector hasta el que escribe, la salesianidad brota, se respira y transpira, en formas diversas.

Sí, aunque estemos orgullosos de estos 90 pencos años, y seamos más los buenos que los menos buenos, queda mucho por hacer. Hay una necesidad rampante de vocaciones; una sed social de fe; un hambre nacional insaciable de personas que profesen a diestra y siniestra, no solo los sábados y domingos en misa; necesitamos más corazones repletos de la eterna juventud para dejar de achacarle responsabilidad a los jóvenes de edad; requerimos de más empatía, menos caretas y sinvergüencerías.

Que nunca temamos en replicar, reconocer y mantener nuestros valores religiosos (humanos y personales) intactos. Estamos en una sociedad donde el pertenecer nos ha puesto a desvariar, a aceptar acciones que van en total contradicción con lo que profesa nuestra idiosincrasia salesiana. Un entorno donde conceptos como:

Trío/ orgía/ bisexualidad/ poliamor/ nueva era/ género fluido/ no binario/ pansexual/ etc., son el ABC del sonido.

Que el can del “meterle al bloque” nos contagie de una sola cosa: la sensación de latir todos al mismo ritmo cardíaco que el carisma que nos une.

CUMBRE AMERICANA DE EXALUMNAS Y EXALUMNOS DE DON BOSCO:

JUVENTUD Y FRATERNIDAD EN EL CORAZÓN DE LA MISIÓN SALESIANA

IGuadalajara, México – 11 al 14 de septiembre de 2025.

La ciudad de Guadalajara fue sede de la Cumbre Americana de Exalumnas y Exalumnos de Don Bosco, un encuentro que reunió a representantes de las Federaciones nacionales de toda América, junto a delegados salesianos, para reflexionar sobre los desafíos de la misión y fortalecer la identidad carismática en la familia salesiana.

El encuentro, celebrado del 11 al 14 de septiembre, tuvo como propósito principal renovar el compromiso de los exalumnos y exalumnas como “buenos cristianos y honrados ciudadanos”, en fidelidad al legado de Don Bosco y en diálogo con las realidades sociales y eclesiales del continente.

Uno de los ejes centrales fue la participación de los Jóvenes Exalumnos (JEX), quienes, con entusiasmo y creatividad, compartieron sus inquietudes, sueños y propuestas. Su presencia marcó un aire de frescura y esperanza, evidenciando que la asociación de exalumnos no es solo memoria del pasado, sino también un camino abierto al futuro.

Durante las jornadas, se desarrollaron espacios de formación, intercambio de experiencias y fraternidad, subrayando la importancia de la sinodalidad y

de la colaboración estrecha con las demás ramas de la Familia Salesiana. La voz juvenil estuvo presente en los paneles y grupos de trabajo, ofreciendo perspectivas que impulsan a la asociación hacia un renovado dinamismo misionero y social.

La Federación Dominicana de Exalumnos y Exalumnas de Don Bosco (FEDEBOSCO) estuvo presente con una delegación que aportó la riqueza de su experiencia y reafirmó su compromiso de seguir acompañando a los jóvenes en sus procesos de vida, fe y compromiso social. Durante su participación, hizo un recuento histórico de la llegada de los salesianos a la República Dominicana en 1935 y de su posterior expansión a diversos lugares del país, recordando también la celebración de los 90 años de presencia salesiana en suelo dominicano. Con igual entusiasmo, la delegación se unió a la conmemoración continental de los 150 años de la llegada de los salesianos a América, celebrando la vitalidad y actualidad del carisma de Don Bosco.

La Cumbre concluyó con un fuerte llamado a la esperanza y a la acción: continuar siendo testigos de Cristo en el mundo, desde el carisma salesiano, con los jóvenes y para los jóvenes.

Autor Carlos José Reyes

150 AÑOS:

DAR GRACIAS, REPENSAR, RELANZAR

IEl 14 de diciembre de 1875 comienza un capítulo fundamental en la historia de la educación y de la pastoral en nuestro continente: la llegada de los primeros salesianos a América. Este hecho no solo marcó un hito en la Congregación Salesiana, que cuando recién conseguía la aprobación definitiva de la Iglesia dio un salto hacia la mayoría de edad, sino que también fue punto de partida de una misión que con los años ha tocado la vida de millones de jóvenes y de familias. Los primeros diez jóvenes misioneros que arribaron a la Argentina enviados por el mismo Juan Bosco, abrieron el camino para lo que hoy es una vasta presencia en toda América. Ciento cincuenta años después, en sintonía con la historia, los salesianos

buscan mantener la osadía y el compromiso con la realidad de aquellos primeros misioneros: acompañar el sueño de los jóvenes, en especial de aquellos a quienes hoy la sociedad les quita la esperanza; estar del lado de las víctimas, de los pueblos originarios, de los más vulnerables y alimentar la utopía del Evangelio que brotó en el corazón de Don Bosco. Hoy, esta conmemoración no se reduce a un recuerdo romántico del pasado ni a una memoria congelada de lo que fue. Es, ante todo, una oportunidad para dar gracias por la fe sencilla y valiente de quienes sembraron en tierras desconocidas, por las obras educativas que rescataron generaciones enteras, por las comunidades que nacieron en contextos de pobreza,

Vicente Gioia

Bartolomé Scavini

P. Valentín Cassini

Juan B. Baccino

Esteban Belmonte

Juan S. Allavena

P. Domingo Tomatis

San Juan Bosco

P. Juan

Cagliero

Juan B. Gazzolo

Cónsul Argentino

P. José Fagnano

Bartolomé Molinari

exilio, migración, dictaduras y reconstrucción social. Dar gracias implica reconocer los rostros concretos: misioneros, laicos, catequistas, mujeres consagradas, bienhechores, pueblos originarios que abrazaron el carisma y tantos jóvenes que con sus luchas y sueños mantuvieron viva la llama.

Pero también este aniversario invita a repensar los caminos recorridos. La América de hoy ya no es las de 1875 ni las de mediados del siglo XX. Nuevas pobrezas se alzan: las digitales, las ambientales, las migratorias, las afectivas. Surgen juventudes fragmentadas, familias heridas, comunidades polarizadas. Repensar la misión supone escuchar esas voces, discernir los signos y revisar estructuras que quedaron estrechas frente a los desafíos actuales. Significa preguntarse cómo educar sin excluir, cómo evangelizar sin imponer, cómo acompañar sin perder la confianza en el protagonismo juvenil. Implica, también, abrir paso a nuevas formas de presencia y corresponsabilidad con la Familia Salesiana, los laicos y los propios jóvenes. Finalmente, recordar 150 años es también relanzar el sueño. Así como Don Bosco se atrevió a mirar más allá del horizonte, hoy se nos pide creatividad pastoral, audacia educativa, cercanía profética y alegría evangelizadora. Relanzar no es repetir esquemas antiguos, sino permitir que el mismo Espíritu que impulsó la primera expedición misionera sople con fuerza en medio de nuestras casas, escuelas, parroquias, obras sociales y espacios digitales. Es renovar la alianza con los jóvenes, especialmente con aquellos que cargan el peso de la violencia, la exclusión, la desesperanza o la falta de oportunidades. En este tiempo, relanzar significa volver al corazón de la misión salesiana: educar evangelizando y evangelizar educando, caminar con los pueblos originarios respetando sus culturas, proteger la casa común, promover una ciudadanía solidaria y construir comunidades que sean signos de esperanza. Es mirar a María Auxiliadora como Madre y Maestra que acompaña el camino y dejar que su estilo inspire decisiones concretas. Celebrar este siglo y medio es, entonces, una invitación triple: dar gracias con humildad, repensar con valentía y relanzar con esperanza. Porque la historia no se guarda en vitrinas: se prolonga en gestos, opciones y rostros que siguen creyendo que los sueños de los jóvenes merecen ser acompañados con la misma pasión que encendió a Don Bosco.

1875

Primera expedición misionera. Presencia Salesiana en 4 países

Misioneros enviados desde 1875

511

Misioneros en actividad

74

Misioneros en Cono Sur desde 1993

39

Misioneros recibidos por Argentina hoy 155 Expediciones hasta la fecha 10,705

13

Misioneros argentinos actuales 2025

Presencia Salesiana en más de 138 países.

LA MISIÓN SALESIANA

LA EVANGELIZACIÓN DE LOS MÁS POBRES, EL OBJETIVO QUE NOS DEJÓ DON BOSCO

IComo continuadores de la misión de Don Bosco, nuestro objetivo principal es hacerle saber a cada joven, sobre todo a los más pobres y abandonados, que Dios los ama y que puede transformar su vida. El estilo salesiano se caracteriza por la amabilidad, la disponibilidad, la alegría, la creatividad, la audacia y el trabajo sin límites. Por eso, elegimos trabajar junto con otros, entrando en diálogo con las diferentes culturas y contextos en los que nos encontramos presentes. Valorando la riqueza propia de cada pueblo y aportando una mirada de fe a los procesos que ya están en marcha.

La pedagogía y la comunicación son dos de las herramientas de las cuales nos valemos para transmitir el mensaje del Evangelio, siempre actual y renovado, con la confianza de que es María quien completa y enriquece nuestra tarea.

Con los pueblos originarios

La misión compartida nos llama a conocer, comprometernos y enriquecernos con diferentes historias y culturas. El mismo Don Bosco soñó con llegar a las tierras patagónicas y compartir la Buena Nueva del Evangelio de Jesús. Desde una Iglesia misionera en salida estamos llamados a realizar una conversión pastoral con la espiritualidad de la escucha y el anuncio.

Por este motivo, el trabajo junto con los pueblos originarios es un pilar fundamental en la Familia Salesiana. El aniversario de la llegada de los primeros misioneros salesianos nos invita a mirar el pasado desde una mirada crítica y constructiva, y nos convoca a visibilizar y salir al encuentro de realidades excluidas y vulnerables.

Las necesidades, los desafíos y las características propias de cada región, cultura y persona nos unen y nos hacen crecer más fuertes.

LA MISIÓN SALESIANA EN PUERTO RICO

ESCUCHAR, DISCERNIR Y PROYECTAR CON CORAZÓN SALESIANO

IDel 7 al 10 de septiembre se realizó la visita de animación y gobierno a las comunidades salesianas de Puerto Rico. Esta presencia fraterna y pastoral tuvo como objetivos principales:

a) Promover un encuentro del Inspector y su Consejo con los salesianos de las comunidades, para analizar, discernir y proyectar la misión en la isla.

b) Escuchar directamente la realidad que se vive en Puerto Rico y su incidencia en el carisma y la misión salesiana.

c) Conversar sobre la situación de las casas y obras locales:

– Obra Salesiana de Cantera y Calle Lutz: Colegio Don Bosco, Oratorio y Parroquias Don Bosco, María Auxiliadora y “Jóvenes del Ayer”.

– Obra Salesiana de Aibonito Beato Miguel Rúa: comunidad salesiana y Casa de Retiro.

– Obra Salesiana de Orocovis San Juan Bautista: comunidad, parroquia, capillas y Oratorio Centro Juvenil.

d) Verificar si se ha trabajado el tema de la interioridad o vida interior en las comunidades religiosas y educativo-pastorales.

Como herederos del espíritu de Don Bosco, mantenemos firme nuestro objetivo: anunciar a cada joven que Dios los ama y puede transformar sus vidas. La visita permitió constatar que el estilo salesiano sigue vivo: alegría, amabilidad, creatividad,

disponibilidad y el hermoso trabajo que realizan salesianos y laicos en Puerto Rico.

Los encuentros fraternos ayudaron a reconocer desafíos concretos en lo pastoral, educativo y vocacional, además de valorar la misión compartida con laicos y colaboradores. Se reafirmó la necesidad de una presencia cercana, significativa y encarnada en la realidad del pueblo puertorriqueño.

Puerto Rico, con su historia, su religiosidad popular y sus tensiones actuales, invita a renovar el anuncio del Evangelio desde la pedagogía y la comunicación, herramientas esenciales del carisma salesiano. Confiamos, como Don Bosco, en que María acompaña y completa esta misión.

La escucha directa mostró situaciones de vulnerabilidad, los desafíos y retos de la misión en la isla del encanto. Esto impulsa a fortalecer el acompañamiento pastoral, revitalizar los espacios educativos y comunitarios, promover la vida interior y estar presentes también en los campos prioritarios de la comunicación y el medioambiente.

Así como Don Bosco soñó con llegar a las periferias de su tiempo, hoy miramos cada realidad con fe, audacia y esperanza. La visita a Puerto Rico fortaleció la fraternidad y renovó el compromiso de servir a los jóvenes con corazones disponibles y atentos al Espíritu.

Autor
P. Emilio José Torres, SDB

¡SEAMOS APÓSTOLES MISIONEROS!

IEl 14 de diciembre de 1875 llegan al puerto de Buenos Aires, Argentina, los primeros diez jóvenes misioneros enviados desde Italia por San Juan Bosco.

Con su llegada comenzó un capítulo fundamental en la historia de la educación y de la pastoral en nuestro continente. Este hecho no solo marcó un hito en la Congregación Salesiana, sino que también fue punto de partida de una misión que con los años ha transformado la vida de millones de jóvenes y de familias, con una vasta presencia evangelizadora y educativa en toda América.

Una vocación excelsa

Ser misionero es la vocación más hermosa que los cristianos podemos tener. Yo, personalmente, me siento orgulloso de “ser misionero”, pues es el regalo más bello que Dios me ha hecho. La Misión realizada ha llenado de alegría toda mi vida.

Considero que no hay mejor manera para celebrar los 150 años de la Primera Expedición Misionera Sa-

conciencia misionera más profunda, a un servicio actualizado en el contenido y en la metodología, y a un compromiso renovado que, para ser creíble, debe dirigirse simultáneamente al interior y al exterior de nuestras propias instituciones. Se trata de mantener vivo el ardor misionero.

Un nuevo paradigma de Misión

Actualmente, hay un nuevo paradigma en la concepción misionera. El papa Francisco vivió y pensó una Iglesia desde la misión y para la misión y por eso nos pidió una conversión pastoral y misionera a todos los que formamos parte de esta Iglesia, Pueblo de Dios.

Lo de la “Iglesia en salida” tiene un profundo significado y expresa muy bien la dimensión esencial de la Iglesia, la de ser misionera.

Hemos de ser conscientes de que estamos en un tiempo donde la misión se renueva como consecuencia de la globalización, del nuevo contexto cultural, las migraciones, el pluralismo, los conceptos de “ad

ras”. La misión aparece no ya unidireccional sino como camino de ida y vuelta, como experiencia de reciprocidad. Esta comunión de iglesias ha de ser dinámica; es decir, se trata de una comunión para la comunicación a los otros. En consecuencia, la comunión es servicio compartido para la evangelización del mundo. Así, ciertamente, la Misión renueva nuestra Pastoral.

Una tarea permanente

Hemos de hacer realidad lo que nuestros obispos de América Latina nos dijeron en Aparecida: todos somos Discípulos Misioneros. “La Iglesia está llamada a hacer de todos sus miembros, discípulos misioneros de Cristo, camino verdad y vida para que nuestros pueblos tengan vida en Él”. (Documento de Aparecida,1).

El discípulo tiene a María como modelo. La Madre del resucitado es también Madre del Espíritu. Es para él modelo de servicio, desprendimiento, docilidad, compromiso peregrino y misionero. María le muestra el camino de la pobreza al discípulo. Para el misionero, salir de la tierra implica salir de su comodidad para ir mar adentro, a las circunstancias donde Cristo lo quiere enviar. Debe abandonar sus ideas preestablecidas y abandonarse para evangelizar el

seguimiento de Jesús.

El voluntariado misionero

Una experiencia concreta de acción misionera es el voluntariado.

El Voluntariado Misionero Salesiano (VMS) es una experiencia solidaria y educativa donde el voluntario se integra en comunidades salesianas para trabajar por la infancia y juventud en situación de vulnerabilidad, siguiendo la espiritualidad y pedagogía de Don Bosco. Se basa en el servicio gratuito y comprometido, buscando el crecimiento personal del voluntario y la transformación social a través de la educación y la promoción de los derechos humanos.

Misiones Salesianas de Madrid, lo define de esta manera:

“En Misiones Salesianas entendemos el voluntariado como el compromiso personal y solidario capaz de transformar a las personas y convertirlas en agentes de cambio social que favorezcan la construcción de una sociedad más justa, inclusiva y solidaria.

Bajo el carisma salesiano de Don Bosco, nuestro voluntariado quiere formar parte del proyecto de vida de las personas, centrando la misión en la educación y en el desarrollo de la infancia y la juventud en situación de vulnerabilidad social.

El voluntariado es una oportunidad de crecimiento personal que acompaña a los niños, niñas y jóvenes en la misión que encontramos en el día a día a nivel local o más allá de las fronteras”.

Renovemos nuestra vocación misionera

En este Año Jubilar, sintámonos enviados por Jesús, con un corazón lleno de Esperanza, a llevar el Evangelio a las realidades en que se desenvuelve nuestra vida y experimentaremos la belleza de nuestra vocación misionera.

VERANO MISIÓN CUBA

¡UN AÑO DE GRACIA! ¡UN AÑO JUBILAR!

I

IJustas, merecidas y esperadas son las vacaciones. El verano trae consigo los planes propios de este tiempo en el que la mayoría aprovecha para salir de la rutina y darse un chapuzón de vida nueva. En este verano, a un grupo de misioneros de la esperanza, impulsados por el año jubilar, no les bastó con el descanso físico; el descanso del corazón fue el servicio. 13 misioneros repartieron alegría en la nación cubana, haciendo de la vida una fiesta y enseñando con ternura y dedicación a los niños del jardín Maín de la comunidad Madre Mazzarello en Peñalver, Cuba. Los entusiastas misioneros han animado durante el mes de julio el campamento de verano: “Ecoexploradores del planeta”, una iniciativa fruto del corazón de la misión salesiana y la espiritualidad de la “Laudato Si”. Durante dos semanas, los participantes vivieron una experiencia de familia alternando espacios de formación en la conciencia ecológica, actividades artísticas y deportivas, jubileo de los niños y la clausura del año de oratorio.

La misión fue fruto del compromiso de las Hijas de María Auxiliadora por acompañar a la niñez cubana, generando experiencias que respondan a su realidad y fortalezcan su desarrollo humano y espiritual. Una

nota característica de la misión ha sido acompañar a las jóvenes en proceso de discernimiento vocacional en la inspectoría, quienes compartieron la vida, la fe y el servicio con la comunidad misionera FMA allí presente. Esta oportunidad ha sido un espacio idóneo para la confrontación, a través de la cercanía a la realidad del entorno, el servicio y la vivencia del Evangelio como peregrinas de esperanza atentas al mandato de Jesús: “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos” y dispuestas a responder a la llamada de Dios. “Aquí estoy, envíame”. Nuestras misioneras nos cuentan: “La misión en Cuba fue más que un viaje, fue un encuentro que me desarmó y me enseñó a mirar distinto. Entre la alegría de los niños, la pobreza que duele y la fe que resiste, descubrí a un Dios presente en lo más pequeño y verdadero. No soy la misma. No quiero ser la misma. Algo se rompió y no lo quiero reparar. Porque en esa ruptura conocí a Jesús como nunca antes. Y si esto fue apenas un poquito de lo que significa vivir desde la fe verdadera, entonces que me siga ardiendo el alma”. Testimonio de Ana Espino. Al inicio, cuando llegué, tenía miedo porque no sabía con qué me iba a encontrar debido a todos los comen-

Autora

tarios que me habían dicho previamente sobre Cuba. Y la verdad es que no estuvieron para nada cortos.

Una salesiana cooperadora cubana me dijo: “Mientras yo amanezca viva, doy gracias a Dios por todo” y agregó: “Si tu mano está herida y tiene solución, ¿de qué te quejas? Si tu mano está herida y no tiene solución, ¿de qué te quejas? Y entonces, ¿para qué te quejas? “Muchos se pasan la vida quejándose y no ven que tienen lo más importante, que es la vida…”.

Ella, siendo consciente de la situación, vive con fe y alegría; su testimonio me conmovió mucho. Ojalá nosotros, que tenemos muchas posibilidades, aprendamos a no quejarnos nunca de nada. Tuvimos la oportunidad de celebrar el Jubileo de los niños con toda la arquidiócesis. Ver tantos niños y adolescentes llenos de alegría, llenos de vida y de esperanza, me hizo ver la bondad de Dios.

Me di cuenta de lo mucho que puedo dar, de lo organizada y ágil que puedo ser para responder en distintas situaciones. Aprendí que Dios me invita a ser más agradecida y confirmar mi deseo de salir a servir a los demás, de ser misionera por el mundo. Agradezco mucho la oportunidad de haber conocido Cuba

y las hermanas de la comunidad Madre Mazzarello, Peñalver, que nos acogieron con mucha alegría, nos acompañaron y nos asistieron en todo lo que necesitábamos. Agradezco a todo el equipo, fue un grupo misionero muy bonito, todos con un mismo latir en el corazón: servir. Me llevo la sonrisa de Sor Henrika, el cariño de los niños y la certeza de que Dios sigue manifestándose allí. Gracias, Señor, por enviarme a Cuba, por permitirme llevar alegría y esperanza. Te pido que, así como a Sor María Troncatti, me concedas un corazón lleno de amor y dedicación para evangelizar y entregarme a los que más necesitan de ti, que pueda ser yo un puente entre las almas y tu amor. Sigo diciendo: ¡Aquí estoy! ¡Gracias!

Testimonio Stephania Rivas Ventura

Ha sido un verano diferente, un verano de fe y misión, sin dudas que ha sido una gracia del año jubilar. El grupo ha encontrado a Dios en el cariño de los niños, las necesidades de la gente, la dulzura y fraternidad de las hermanas; su presencia es un bálsamo ante tantas urgencias.

Un gracias de corazón a Dios y a la inspectoría FMA ANT, vamos por más. ¡Hasta pronto, Cuba!

MISIONEROS DE FUEGO

150 AÑOS ENCENDIENDO ESPERANZA

IEn 1875, un pequeño grupo de diez jóvenes salesianos, escogidos personalmente por Don Bosco, emprendió una travesía que marcaría para siempre la historia de la Iglesia y de la Congregación salesiana. No eran superhombres ni aventureros de oficio, eran muchachos apasionados por Dios, por los jóvenes y por el Evangelio, que respondieron con valentía a la llamada del sacerdote turinés. Su destino era Argentina, pero en realidad iban hacia lo desconocido: nuevas culturas, idiomas, climas, enfermedades, costumbres y horizontes completamente distintos a los que habían conocido en el Piamonte. Su “sí” personal cambió sus vidas y, con el tiempo, cambió también la historia de miles de jóvenes en América.

Personalidad y convicciones: el fuego interior Don Bosco sabía que no bastaba el entusiasmo momentáneo para emprender la misión. Por eso, eligió hombres de personalidad fuerte, con carácter templado en la fe, con capacidad de resistencia y espíritu emprendedor. Desde una mirada psicológica, se diría que eran jóvenes con resiliencia: capaces de integrar el dolor, la frustración y lo inesperado, transformándolos en oportunidades de crecimiento.

Las convicciones que llevaban en el corazón eran claras y firmes: buscar las almas y no los honores, encarnar el Evangelio en la vida cotidiana, vivir con sencillez y humildad. Esa claridad interior les dio la fortaleza necesaria para afrontar las crisis emocionales propias de la soledad, del desarraigo y de los inevitables choques culturales. La espiritualidad salesiana, basada en la confianza en Dios y en la ternura de María Auxiliadora, les proporcionó la fuerza interior para mantenerse en pie cuando todo parecía adverso.

Vivir lo inesperado: fe y flexibilidad

El misionero salesiano de la primera hora debió aprender a vivir lo inesperado. La psicología contemporánea habla de la “tolerancia a la frustración” y de la “flexibilidad cognitiva” como habilidades necesarias para la adaptación. Ellos lo vivieron en carne propia: Los climas extremos, desde los inviernos patagónicos hasta los calores húmedos de la pampa. La fragilidad del sistema inmunológico ante enferme-

dades desconocidas, que les exigió fortaleza física y una disposición constante al cuidado mutuo. Los cambios en la alimentación y costumbres, que no pocas veces fueron causa de malestar o debilidad.

Pero, lejos de retroceder, transformaron cada dificultad en un espacio de aprendizaje. Allí donde había límites, ellos veían posibilidades. Ese modo de enfrentar la vida fue pedagógico y espiritual: enseñaron a los jóvenes con el ejemplo que el dolor puede convertirse en esperanza, y la adversidad en oportunidad.

Inculturar el Evangelio y el Sistema Preventivo

La misión no fue un simple traslado de métodos europeos a suelo americano. Fue un verdadero proceso de inculturación: aprender a valorar la riqueza de los pueblos originarios, integrar costumbres nuevas y dialogar con las culturas locales.

Desde lo pedagógico, supieron conjugar la enseñanza clásica con la práctica agrícola, pecuaria y artesanal. Crearon Escuelas Agrícolas que no solo formaban técnicos, sino que dignificaban el trabajo y ofrecían a los jóvenes una salida de futuro. El Sistema Preventivo se adaptó a nuevas realidades, mostrando su fuerza universal: educar con razón, religión y amor es válido en cualquier contexto humano.

El hecho de poner al servicio sus conocimientos vinícolas, agrícolas o pecuarios muestra que evan gelizar no es solo predicar, sino también enseñar a cultivar la tierra, cuidar los animales, organi zar comunidades, sanar vínculos y generar proyectos. La pedagogía salesiana se hizo cultura, comunidad y esperanza.

Vínculos que transforman Psicológica y espiritualmente, los vínculos fueron el secreto de su mi sión. Don Bosco les enseñó a ga narse el corazón de la gente a través de la sencillez y la cercanía. No iban a imponer, sino a compartir. La capacidad de cons truir rela

ciones profundas con los jóvenes, con las familias, con las autoridades y con los pueblos indígenas fue la clave para que su mensaje prendiera en tierra americana.

En la vida emocional, estos vínculos fueron también un sostén ante la nostalgia y la soledad. La hermandad entre ellos, el apoyo mutuo en el dolor, les permitió mantener la alegría y el entusiasmo. Sabían que solos se debilitaban, pero juntos podían afrontar cualquier adversidad. Ese mismo espíritu de familia, heredado de Valdocco, se hizo cultura en las nuevas tierras.

Principios de vida: la pedagogía de Don Bosco

Antes de partir, Don Bosco les entregó unas reglas de oro que no eran simples consejos prácticos, sino una verdadera pedagogía espiritual y emocional: Busca las almas, no el dinero ni los honores: la prioridad es siempre la persona, especialmente el joven y el pobre. Prioriza a los más vulnerables: enfermos, niños, ancianos y pobres, porque en ellos se encuentra el rostro de Cristo. Vive la pobreza y la sencillez: una vida austera abre puertas y gana corazones. Sé caritativo y cortés: la bondad abre caminos donde la fuerza se cierra. Evita el ocio y las disputas: mantenerse ocupado en lo bueno es la mejor prevención contra el mal. Respeta a las autoridades: la obediencia y la cordialidad abren espacios de colaboración. Confía en Dios y en María Auxiliadora: la fuerza espiritual se encuentra en la oración, los sacramentos y la devoción mariana.

tos inesperados. En esas tierras se formaron figuras luminosas como Artemide Zatti, el enfermero santo que encarnó la compasión salesiana; Laura Vicuña, la joven mártir de la pureza y la fidelidad; o Ceferino Namuncurá, el muchacho mapuche que soñaba con ser sacerdote para su pueblo. Ellos son testigos de cómo la misión salesiana no solo cambió estructuras, sino que transformó corazones hasta dar frutos de santidad.

Espiritualidad del cambio: cambié y cambió el mundo

El lema “Cambié y cambió el mundo” se cumple en aquellos primeros misioneros: al transformarse interiormente pudieron transformar exteriormente. El cambio verdadero nace en el corazón, como anunció Jesús: “El Reino de Dios está dentro de ustedes” (Lc 17,21). Supieron convertir el miedo en confianza, la ambición en servicio y la soledad en comunidad. Así irradiaron un cambio cultural, social y espiritual.

Gratitud y compromiso

Ciento cincuenta años después, agradecemos a esos pioneros que, con fe y audacia, hicieron que el carisma salesiano echara raíces en América. Este aniversario también nos interpela: ¿estamos dispuestos a cambiar dentro para transformar nuestro mundo? El Espíritu sigue actuando en nosotros, invitándonos a vivir con confianza, amabilidad y poder personal centrados en Dios. Hoy, como ayer, el mundo necesita testi-

BODAS DE ORO DEL CSFPA,

CON MÁS FANTASÍA QUE NOSTALGIA, UN TEJEDOR DE SUEÑOS

I

Un Dios “tejedor”

Dicen que Dios, antes de crear el mundo, se paseaba por los no-rincones de su infinita eternidad y por los no-espacios sin-tiempos de su perfección absoluta, tanto que comenzó a experimentar una especie de aburrimiento… Sin saber qué hacer… ni en qué entretenerse… un no-día se le ocurrió aprender a tejer… Así fue cómo inventó la historia humana, creando ese hilo alternativo, totalmente novedoso e impredecible, hecho de contingencia, caducidad, increíble ignorancia y presunción…, que le resultó fascinante, porque podía entrecruzarlo con su inagotable vida divina y la belleza de su sabiduría proverbial, haciendo surgir infinidad de nuevos diseños y creaturas. Fue en ese entonces que inventó el primer “nudo” que está a la base de todos sus tejidos, con el que entrelaza lo divino con lo humano…

Un telar hecho de “utopía y realidad”

El Centro Salesiano de Formación Permanente para toda América (CSFPA) que cumple sus Bodas de Oro, nació como un diseño original, de las manos artesanas de Dios. Medio siglo de vida que entreteje, según las palabras pronunciadas hace 25 años, por su mismo fundador el P. Fernando Peraza, una mezcla de “sueño” y “realidad”. Es una experiencia, que, como todo lo realizado por Dios, hilvana hechos y protagonistas, esfuerzos humanos y acción misteriosa del Espíritu, conformando una preciosa historia vivida entre “utopía y realidad”.

Espíritu Conciliar y realidad Latinoamericana

La trama de esta novedosa institución formativa, inició como fruto de diálogos entre pasillos, durante los días del Vigésimo Capítulo General Salesiano, llamado “Especial”, no sólo porque fue el más largo de

P. Luis Timossi.

la historia, sino porque puso en juego nada menos que el “revisar, en profundidad, nuestra identidad, a la luz de las realidades modernas, y según las directrices de la Iglesia Conciliar”. Los inspectores y delegados de América, sintieron el soplo renovador del Espíritu que había “abierto las ventanas de la Iglesia” para refrescarla con su aire nuevo. Este centro de formación permanente es, sin lugar a dudas, un hijo del Concilio Vaticano II: lleva en sus entrañas los genes del Espíritu Santo que lo inspiró.

La figura de un “Abuelo”

Un personaje imprescindible para comprender su nacimiento y realizar una adecuada interpretación de su particular identidad, es la figura del Padre Fernando Peraza Leal, llamado cariñosamente por sus exalumnos: el “Abuelo”. Al ponerse a tejer el diseño de este nuevo espacio al servicio de la formación salesiana, Dios pensó en una fibra que le diera originalidad y consistencia.

El “Abuelo” fue, para todos los que lo conocimos, ese reflejo del amor de Dios que, pasando por el corazón de Don Bosco, se hizo en él poesía, inspiración, ciencia, contención espiritual, paternidad … Su persona está ligada indisolublemente al novedoso perfil de este centro. Sin el “Abuelo”, el CSFPA hubiera sido otra cosa…

camino de la formación… El método del entramado vital Dios aprendió a tejer con habilidad y se hizo “maestro” en este arte. Llegó un día en el que “no pudo con su genio” y quiso realizar una experiencia inédita y transformadora. Se propuso asumir la condición humana en su fragilidad para entrelazarla con su misma naturaleza divina. Así fue que envió a su Hijo único para que se apropiara de las limitaciones de sus siervos y se hiciera en todo semejante a ellos. Y ese tejido fue su obra cumbre, el modelo revelador de todo proceso de transformación terrenal. Así, la “pascua” de Jesús -medida de amor sin medida- se constituyó en principio inspirador del crecimiento y la formación de toda vida humana. Acorde con este dinamismo regenerador, la metodología de estudio y formación del CSFPA implantó sus raíces en el corazón de los participantes, haciendo de la formación un “aprendizaje del arte de tejer” y capacitando a cada uno en la práctica de entrelazar armónicamente la historia, el pensamiento crítico y el hilo de oro del amor de Dios, reconocido en la dimensión experiencial de la propia existencia. América salesiana agradecida.

La formación, “urdimbre” del telar Todo lo que Dios teje, lo sostiene con su “soplo de vida”. Es el hilo de oro que da sentido y trascendencia a todo lo que hace. Este Espíritu de luz y de amor al entretejerse en la historia humana, se llama “formación”. Para Dios, la formación no consiste en el conocimiento, sino en el aprender a vivir… Su pedagogía está orientada al ejercicio del “discernimiento” mediante el cual se percibe, en la trama de las circunstancias, justamente, la hebra de vida que la sostiene, le da sentido y la hace trascender. El gran “acierto” del principio de renovación carismática salesiana que se propone en este CSFPA, es haber elegido el

Nos disponemos a celebrar las Bodas de Oro de este Centro de Formación Permanente reconociendo en él, un regalo hecho por Dios a toda América Salesiana. Millares de personas han pasado por este espacio formativo oratoriano y han sentido vibrar sus mentes y sus corazones, aprendiendo a sintonizarlos y entretejerlos con los ritmos del corazón de nuestro padre Don Bosco y con los corazones -muchas veces heridos- de los jóvenes que hoy continúan necesitando de su paternidad educativa y espiritual.

¡Felices Bodas de Oro CSFPA! que continúes por muchos años más acompañando la apasionante aventura de entretejer vidas, conectándolas con la actualizada misión de don Bosco, de servir a la juventud más pobre y abandonada de todos los tiempos.

CARLO ACUTIS,

UN SANTO PARA LOS JÓVENES DEL SIGLO XXI

ILa canonización de Carlo Acutis tiene un significado muy profundo para la Iglesia y para el mundo. Es un reconocimiento de que la santidad puede florecer en la juventud y en la vida cotidiana de las personas. Carlo no fue un sacerdote ni un monje; fue un joven normal con una gran pasión por Dios. Su ejemplo nos recuerda que cada persona, sin importar su edad o profesión, tiene el potencial de ser un faro de fe en el mundo. Al ser el primer santo de su generación, Carlo Acutis se convierte en un modelo a seguir para millones de jóvenes que crecieron con internet, demostrando que la fe y la tecnología no son opuestas, sino que pueden ser grandes aliadas.

Conocido como el “santo millennial”, Acutis fue canonizado el 7 de septiembre de 2025, en una ceremonia en la Plaza de San Pedro del Vaticano presidida por el Papa León XIV. Esta canonización se sustentó en dos milagros atribuidos a su intercesión: la curación inexplicable de un niño brasileño llamado Matheus Vianna, quien sufría de un defecto congénito en el páncreas, y la recuperación de una joven costarricense llamada Valeria Vargas tras un grave accidente de bicicleta en Italia.

La memoria litúrgica de San Carlo Acutis se celebra el 12 de octubre de cada año.

Carlo Acutis es el puente entre la fe y la modernidad: Un joven millennial que, con su pasión por la Eucaristía y su talento digital, nos enseñó que la santidad es posible hoy, usando la tecnología para compartir al Señor.

P. NESTOR LUIS PAZOS DE ALDEKOA

56 AÑOS DE MISIONERO EN LA REPÚBLICA DOMINICANA.

IEste año estamos celebrando los 150 años de la primera expedición misionera salesiana. Los salesianos salieron de Italia en noviembre de 1875 y llegaron en diciembre del mismo año a Argen tina. Aquí, en República Dominicana, la celebración de este acontecimiento misionero coincide con la celebración, en este año de las bodas de oro del sacerdote argentino Néstor Luis Pazos de Aldekoa, quien llegó como misionero a nuestras tierras en el 1969, hace ya 56 años.

El P. Pazos llegó muy joven a nuestra inspectoría y como da testimonio el P. Ángel Soto en el libro escrito por el propio P. Pazos titulado “De la Pata gonia al Caribe”, sus ansias misioneras se concre taron cuando el Inspector de Las Antillas, P. José González del Pino, quien también era de naciona lidad argentina, le pidió venir nuestras tierras, y desde ese momento se convirtió en un dominicano más.

El P. Néstor Pazos ha desempeñado varias fun ciones en la iglesia católica dominicana desde la congregación salesiana, entre ella podemos desta car que fue el primer Vicario de educación del Ar zobispado de Santo Domingo.

Entre las cualidades del P. Pazos, nos cuenta en su testimonio el P. Rogelio Soto, SDB, podemos resaltar que es un salesiano de corazón, servicio cualificado a la juventud sobre todo a través de la educación profesional, párroco cuidadoso y abierto a las nuevas líneas de la iglesia, es una persona que aprovecha al máximo los nuevos modos de co municación para lo espiritual y muchas otras cuali dades más.

Queremos también resaltar que, gracias al em peño, cuidado y seguimiento esmerado del P. Pa zos, se dio inicio a la obra salesiana de Plaza Edu cativa Don Bosco en Hainamosa la cual es una de las presencias últimas más significativas de los sa lesianos en Las Antillas. Terminamos este articulo coincidiendo con el P. Soto:

P. Néstor Pazos, misionero, argentino de naci miento, dominicano de corazón, salesiano, sacer dote y educador por vocación.

MISIONEROS SALESIANOS EN LA INSPECTORÍA DE LAS ANTILLAS

Boletín Salesiano Antillas
P. Miguel A. Fernández ESPAÑA
P. Nicolás Navarro ESPAÑA
P. Guillermo Morales GUATEMALA
P. Marijan Zovak CROACIA
P. Nestor Pazos ARGENTINA
P. Fernando Yoldi ESPAÑA
P. Juan Francisco ESPAÑA
P. Julian San Nicasio ESPAÑA
P. Lorenzo Ruiz ESPAÑA
P. Juan José Ochoa ESPAÑA
P. Federico Rodríguez ESPAÑA
P. Gregorio García ESPAÑA
P. Timothy Zak ESTADOS UNIDOS
P. Juan Martínez ESPAÑA
P. Juan Linares ESPAÑA
P. Manel Morracho ESPAÑA
P. Eduardo Marroquín ESPAÑA
P. Santiago Martinez M. ESPAÑA
P. Jesús Perez ESPAÑA
P. Antonio Premoli ITALIA
P. Jude Jojy
P. Jacques Massa CONGO
P. Peter Ivancic ESLOVENIA
Hno. Luis Orozco COLOMBIA
P. Hervé Kaputa REP. DEM. DEL CONGO

ENTREVISTA A ANTONIO BOCCIA

COORDINADOR MUNDIAL DE LOS SALESIANOS COOPERADORES.

IEs italiano, tiene 64 años y es Salesiano Cooperador desde hace 46. Está casado y es padre de tres hijos. Actualmente es el Coordinador Mundial de los Salesianos Cooperadores, animando la Asociación en más de 102 países. Se distingue por impulsar el protagonismo laical, la esperanza y la identidad salesiana, y lidera la preparación del 150º aniversario de la Asociación.

¿Cómo se ha sentido estos días en nuestro país? Me he sentido muy bien porque hay mucha alegría y mucho entusiasmo. Tendré que volver a Italia por que tengo trabajo allá, pero si pudiera quedarme algunos días más, lo haría con gusto.

Según usted, ¿cuál sería el aporte más signifi cativo de este encuentro que acaba de concluir en nuestra Inspectoría? No perder la esperanza y el entusiasmo que se ha vivido en estos días. Hemos hablado de formación, hemos hablado de sueños, y nosotros, que somos salesianos, lo llevamos en el ADN. El sueño nos lleva a pensar en el futuro. Lo que les deseo es que los Salesianos Cooperadores hagan esta expe riencia: no perder este entusiasmo que los impulsa a soñar el futuro.

¿Qué experiencias le impresionaron en este re ciente encuentro?

Sin duda, el trabajo de los grupos, porque cada participante tuvo la oportunidad de expresarse con libertad y compartir con los demás. Y luego, lo que me emocionó particularmente a mí fue el momento conclusivo, cuando todos los Salesianos Coopera dores presentes abrazaron físicamente un cirio pascual que fue llevado a la asamblea. Ese Cristo que debe estar en el centro estaba representado en ese momento por el cirio pascual.

Desde su experiencia como coordinador mun dial, ¿qué desafío común observa hoy en los Centros de Salesianos Cooperadores en el mundo?

Lo que une un poco todas las experiencias de los Salesianos Cooperadores del mundo es que están en primera línea, en contacto con las dificultades del día a día. No hay Salesianos Cooperadores que vivan en situaciones có-

modas; todos están “con las manos en la masa”, es decir, implicados en actividades que se relacionan sobre todo con el malestar cotidiano.

¿Qué papel clave está llamado a asumir el Salesiano Cooperador en la realidad cambiante de la Iglesia y la sociedad actual?

Los Salesianos Cooperadores ya lo vienen haciendo desde hace varios años. Están creciendo

¿Cómo percibe hoy la relación entre los Salesianos Cooperadores y los jóvenes?

Los Salesianos Cooperadores están dando pasos muy importantes para sintonizarse con los jóvenes, porque los jóvenes tienen una forma de diálogo y de comunicación que es un poco distinta de la experiencia de muchos Salesianos Cooperadores de una franja de edad más alta. Pero puedo dar testimonio de que muchos Salesianos Cooperadores están cambiando esta actitud, buscando entrar en sintonía con los jóvenes.

¿Qué significa concretamente para usted “caminar juntos” como Familia Salesiana y consa-

como relación con Cristo, esa esperanza es concreta y tangible. Si la vivimos solo como un falso optimismo, no es lo que quiere Don Bosco. Así que el sueño no es ser portadores de un optimismo vacío, sino de uno que incluya esperanza. Ser testigos de esperanza: ese es el sueño que imagino para los Salesianos Cooperadores. Para América, ya existe un entusiasmo que genera esperanza, así que no lo dejemos disminuir. Aumentemos la presencia de los Salesianos Cooperadores en América.

¿Cómo se están preparando para la celebración de los 150 años de los Salesianos Cooperadores?

Don Bosco nos pensó como familia. No es casual que todos los grupos pertenezcan a una Familia Salesiana. La manera de vivir esta pertenencia es no estar aislados, no vivir solo dentro del propio grupo de Salesianos Cooperadores, sino ponerse en relación y en diálogo con todas las otras realidades de la Familia Salesiana presentes en el mismo territorio. Es aplicar de forma muy concreta y práctica lo que el Papa Francisco nos pide en una Iglesia sinodal. Una Iglesia sinodal significa que todos tienen la justa responsabilidad para ser protagonistas en esta vida cotidiana que compartimos. Y esto es lo que deseo para los Salesianos Cooperadores, junto con los demás grupos de la Familia Salesiana.

¿Cuáles son las características que no pueden faltar en un Salesiano Cooperador de este siglo? Dar espacio al encuentro personal con el Señor, recuperar la dimensión del silencio, ser curioso, estar atento a todo lo que sucede en la vida cotidiana, en el mundo donde vive. Y ser un testigo creíble para llevar esperanza. En conclusión: el Salesiano Cooperador del siglo XXI debe ser un hombre del día a día, con una relación con Cristo que lo fortalezca para llevar a ese Cristo como esperanza a los demás que encuentra.

¿Qué sueña para los Salesianos Cooperadores en los próximos años, especialmente en América?

En general, como decía antes: debemos ser signo de una esperanza vivida. Porque si la vivimos

Venimos trabajando intensamente desde hace tres años. Empezamos en 2024 con el año del recuerdo; luego pasamos al segundo año, el de la renovación de la promesa. Ahora estamos trabajando para comprender en qué realidad vive la Asociación, para hacer emerger los desafíos que presentaremos al Congreso Mundial. Y entonces, en ese congreso mundial, cuando celebremos los 150 años de la Asociación, recibiremos también de la misma Asociación los desafíos para comprometernos en los próximos seis años como futuro de la Asociación. Nos estamos preparando con empeño, sobre todo desde el Consejo: todos los consejeros mundiales que representan las regiones de la Asociación están trabajando, y lo hacen con dedicación —yo mismo soy testigo.

¿Qué palabra desea dejar a quienes sienten la vocación de ser Salesianos Cooperadores?

Escuchar y confiar. Escuchar: ponerse a la escucha de lo que el Señor hace llegar a la persona a través de las circunstancias de su vida, en experiencias fuertes, a través de la palabra de algunas personas que hacen de mediadores. Esa es la llamada del Señor.

Confiar en la ayuda del Señor, pero para nosotros Salesianos Cooperadores también confiar en la ayuda de María. Si Don Bosco logró poner en marcha un proceso que lleva 200 años desde el sueño, y 150 años de la Asociación de Salesianos Cooperadores, es porque nunca renunció a la ayuda que María le daba. Y se dio cuenta al final de su vida, con aquella frase famosa que todos recordamos: «Ella lo ha hecho todo». Entonces, para quien se acerca a esta vocación: escuchar lo que el Señor pide y confiarse a María para el camino del futuro Salesiano Cooperador.

I Encuentro de Delegados de Formación de América: Del 21 al 27 de septiembre en el Centro Salesiano de Formación Permanente América (CSFPA), Quito, Ecuador, se reunieron los delegados de formación de diversas inspectorías salesianas del continente.

El P. Carlos Nabel García, Vicario Inspectorial y delegado para la formación, participó activamente representando nuestra inspectoría de las Antillas.

I El póster de los doce Rectores Mayores de la Congregación Salesiana: Una herramienta sencilla, pero de gran impacto, pensada para visualizar de inmediato –y para compartir y difundir en la vasta Familia Salesiana– las figuras que han animado, guiado y dirigido la Congregación Salesiana en sus más de ciento sesenta y cinco años de historia. Con este objetivo, el sector para la Comunicación Social de los salesianos de san Juan Bosco ha realizado y puesto a disposición un póster que retrata a los doce Rectores Mayores, desde san Juan Bosco hasta el padre Fabio Attard.

I

IATESA, Graduación 2025: El pasado sábado 21 celebramos con gran alegría la graduación de los estudiantes de 6to y Perito, generación 2021-2026. Este día marcó el cierre de una etapa llena de aprendizajes y el comienzo de un nuevo camino lleno de sueños y oportunidades. Durante la ceremonia también se reconoció el esfuerzo y la excelencia de nuestros estudiantes con la entrega del Premio Don Bosco y los galardones a los mejores de cada taller, destacando su dedicación, compromiso y ejemplo para toda la comunidad IATESA.

I Visita de cortesia del P. Baltazar Santana a la Procura Misionera de New Rochelle: El 22 de septiembre de 2025, el P. Jesús Baltazar Santana Pérez, ecónomo inspectorial, realizó una visita de cortesía y agradecimiento muy especial. Se encontró con el P. Mike Conway, procurador de Salesian Missions en New Rochelle, para expresar su gratitud por el apoyo y la colaboración que han fortalecido su misión. Este encuentro refleja la profunda hermandad y el espíritu de servicio que une a la Familia Salesiana en todo el mundo.

¡Gracias, P. Mike Conway, por su compromiso con la misión de Don Bosco!

IEncuentro Juvenil en Santa Clara: El pasado 21 de septiembre de 2025, un grupo de jóvenes de Santa Clara, Cuba, compartió un espacio de fe, alegría y fraternidad junto al P. Ysidro Ramírez, SDB, delegado para la Pastoral Juvenil de las Antillas. Un día para crecer juntos en esperanza, escuchar, dialogar y seguir caminando como Familia Salesiana.

IEjercicios espirituales, Cuba: El 20 de septiembre se dio por concluida la cuarta experiencia de ejercicios espirituales en Cuba. Esta experiencia inició el 14 de septiembre y durante una semana los salesianos que realizan la misión salesiana en Cuba y algunos otros hermanos de República Dominicana, hacen un tiempo de oración y reflexión. “El Señor nos ha iluminado y asistido el crecimiento humano, espiritual y emocional”.

VI ENCUENTRO REGIONAL

DE SALESIANOS COOPERADORES –

REGIÓN INTERAMERICANA

IDel 25 al 28 de septiembre de 2025, Santo Domingo, República Dominicana será la sede del VI Encuentro Regional de Salesianos Cooperadores de la Región Interamericana.

Con el firme propósito de fortalecer la identidad salesiana y renovar el compromiso con los jóvenes, se celebró en Santo Domingo, República Dominicana, el VI Encuentro Regional de Salesianos Cooperadores de la Región Interamericana, bajo el inspirador lema: “Peregrinos de esperanza con los jóvenes, relanzando nuestra identidad hacia el futuro”.

Este encuentro fue una verdadera fiesta del espíritu, donde la fe, la formación y la cultura se entrelazaron para dar vida a una experiencia inolvidable. A través de intensos talleres, los participantes reflexionaron sobre el impacto de su labor en las distintas regiones, revisaron sus responsabilidades como cooperadores y renovaron sus compromisos con la misión salesiana. Cada espacio formativo fue una oportunidad para crecer, discernir y caminar juntos en fidelidad al carisma de Don Bosco.

Uno de los momentos más significativos fue la visita al Templo Jubilar Sagrado Corazón de Jesús, en Villa Juana, donde se vivió una profunda lectio divina, seguida de una experiencia conmovedora en el Proyecto Aprendices con Don Bosco. Allí, los Salesianos Cooperadores compartieron con niños, niñas y adolescentes en situación de alto riesgo, quienes les ofrecieron una cálida bienvenida llena de dulces, juegos, bailes y sonrisas genuinas. En este encuentro, los cooperadores regalaron pequeños detalles representativos de sus países, como gesto de cercanía y recuerdo. Fue un momento cargado de emoción, nostalgia y gratitud, que reafirmó el sentido de la vocación salesiana: estar con los jóvenes, especialmente los más necesitados.

La dimensión cultural también tuvo un espacio especial. Los participantes realizaron un recorrido turístico por la Zona Colonial de Santo Domingo, la primera ciudad del continente americano, donde pudieron admirar la riqueza histórica y arquitectónica que guarda esta emblemática zona. Además, se ce-

lebró una noche festiva de intercambio cultural, en la que cada país compartió música típica, danzas y expresiones propias de su identidad, creando un ambiente de alegría, unidad y celebración.

El encuentro culminó el domingo con la celebración de la Eucaristía, presidida por el Padre José Cuello, en un ambiente de recogimiento y gratitud. Fue el momento ideal para compartir lo aprendido, agradecer los frutos del encuentro y renovar el compromiso de seguir siendo peregrinos de esperanza junto a los jóvenes.

Cabe destacar la presencia del Coordinador Mundial de los Salesianos Cooperadores, Antonio Boccia, y del Consejero Regional para Interamérica, Martín Cal-

derón Vargas, quienes acompañaron con cercanía, sabiduría y entusiasmo cada momento del encuentro, fortaleciendo el sentido de pertenencia a una comunidad global que camina unida en misión.

Este VI Encuentro Regional no solo fue un espacio de formación y fraternidad, sino también una profunda experiencia espiritual y pastoral, que deja huellas imborrables en el corazón de quienes participaron. Con renovada esperanza, los Salesianos Cooperadores de la Región Interamericana regresan a sus países con el firme propósito de relanzar su identidad y seguir construyendo, junto a los jóvenes, un futuro lleno de fe, alegría y compromiso salesiano.

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.