Mel Ramos
El discreto encanto de una estrella del Pop Art Las diferencias generacionales son uno de los fenómenos más curiosos que estudia la antropología porque condicionan la manera en que las personas nos relacionamos con la cultura popular. No en vano, es muy distinto vivir en primera persona el nacimiento de una moda, que descubrirla décadas más tarde en televisión gracias a un revival patrocinado por una gran marca. Sin embargo, la influencia puede ser prácticamente la misma si los jóvenes dejan volar su imaginación, esquivan los prejuicios de su época y tienen curiosidad por bucear en el pasado. Esta disertación enlaza con mi flechazo adolescente por la obra de Mel Ramos a través de la portada del álbum Evil Empire de Rage Against The Machine a mediados de los años 90. Una imagen dulce e inofensiva que escondía una colección de canciones incendiarias. Más tarde, mientras estudiaba en la universidad, me enteré de que este artista había sido uno de los pioneros del Pop Art en los Estados Unidos, que sentía fascinación por los superhéroes de cómic y que se había codeado con otros ilustres representantes de ese movimiento artístico, como Wayne Thiebaud o el mismísimo Roy Lichtenstein. Aunque su fama actual está cimentada en cuadros de mujeres desnudas que se mezclan de manera sugerente con objetos tan reconocibles como las chocolatinas Toblerone, las botellas de Coca-Cola o la icónica lata de sopa Campbell. Bienvenidos a un universo visual que ha derribado tabús sexuales más allá de las Pin-Up y ha creado su propia leyenda, incluso en plena era digital. Texto: David Moreu. Imágenes cedidas por Mel Ramos. Web del artista: www.melramos.com
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