Los Mambo Jambo

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Los Mambo Jambo

En un momento en el que la industria musical de nuestro país se encuentra en un cruce de caminos desolador, es de agradecer que todavía haya artistas que se atrevan a vender su alma al diablo a cambio de seguir haciendo aquello que realmente les apasiona y sin importarles las consecuencias.

Káraterte T E X T O :

D A V I D

M O R E U

Dani Nel.lo, Ivan Kovacevic, Anton Jarl y Dani Baraldés vuelven a las andadas (foto: Nilo Zimmerman)

e u m a en un paraíso exótico 34 | RUTA 66

P

or este motivo siempre es una buena noticia que Los Mambo Jambo regresen al cuadrilátero con un nuevo disco bajo el brazo titulado Exotic Rendezvous (Buenritmo) y nos recuerden por qué son un referente ineludible de este viejo arte al que llamamos rock’n’roll. Una colección de canciones que nos adentran en un viaje frenético a través del desierto, acompañados por referentes de serie B, cómics underground, ilustraciones con aires vintage e incluso reptiles que nos observan desde la cuneta antes de cruzar temerosos la carretera. Más que un ejercicio de estilo, una demostración de que la veteranía sigue siendo un factor clave en el negocio discográfico. Hablamos con Dani Nel.lo para reflexionar sobre la incertidumbre y el nuevo camino que acaban de iniciar cuales jinetes del apocalipsis. La última vez que hablamos acababais de presentar el disco Arkestra y empezabais los festejos de vuestro décimo aniversario. ¿Era una manera de cerrar un ciclo e iniciar una nueva etapa? Fue una manera de despedir un repertorio que llevábamos mucho tiempo tocando y también de resumir el trabajo hecho durante los últimos años. En ese disco vestimos los temas con un traje de gala, con una gran formación y con unos arreglos que llevaban las composiciones a otro nivel. Mientras lo grabábamos se vivían tiempos convulsos en la banda porque era muy difícil cuadrar las distintas agendas de los cuatro miembros. Encerrarnos a trabajar en el disco supuso mirarnos en el espejo y ver lo

que habíamos logrado musicalmente durante nuestro recorrido. Era un proyecto un poco suicida del que salimos bastante bien parados porque ofrecimos muchos más conciertos con big band de lo que esperábamos. Por otro lado, fue muy bonito el concierto en la sala Apolo reuniendo a distintos músicos que nos han acompañado a lo largo de los diez años de existencia de la banda. También encontrasteis tiempo para grabar unos cuantos temas con Barrence Whitfield y actuar conjuntamente en un festival. ¿Cómo fue el reencuentro con este cantante norteamericano? Era la primera vez que escuchaba su repertorio tocado por una big band y en los ensayos alucinaba. Recuerdo que uno de los primeros temas que probamos fue «Georgia Slop», uno de nuestros favoritos, e Ivan se sacó de la manga unos arreglos de metal increíbles. Después de tocarlo un par de veces era como subir a una montaña rusa. ¡Quién le hubiera dicho a Jimmy McCracklin que un día ese tema lo tocaría y grabaría una big band en España! De todas las colaboraciones que hemos hecho con cantantes, la de Barrence quizás sea la más explosiva y con la que más nos hemos identificado. Su manera de vivir el directo encaja perfectamente con la nuestra. Su aproximación al rock and roll y al R&B es salvaje, incendiaria y primitiva, pero también refleja un conocimiento exhaustivo y sofisticado de la historia de la música del siglo XX. Barrence es una enciclopedia humana y nos pasamos muchas horas de furgoneta comentando discos, grabaciones y canciones. La pandemia frenó en seco las actuaciones que teníais programadas y puso en jaque a la industria musical nacioRUTA 66 | 35


De repente, las circunstancias dictan que ya que no puedes realizar la misión a la que has dedicado toda tu vida. Tienes que tocar solo en tu casa. Fue como si Superman tuviera que vivir constantemente en la piel de Clark Kent nal. ¿Cómo has vivido el confinamiento alejado de los escenarios? Después del shock inicial, que nos dejó groguis como a todo el mundo, reaccionamos generando actividad. El parón de los directos ha sido terrible y nunca habíamos pasado tanto tiempo sin tocar juntos o por separado. Ha sido como una negación de nuestra esencia. De repente, las circunstancias dictan que ya no puedes ser tú mismo ya que no puedes realizar la misión a la que has dedicado toda tu vida. Tienes que tocar solo en tu casa y no puedes compartir la música con nadie. Fue como si Superman tuviera que vivir constantemente en la piel de Clark Kent. La reacción natural ha sido no parar de componer y practicar mucho. Como resultado, un cajón de sastre con bastantes recursos porque acabas almacenando un montón de melodías, riffs y ritmos que te facilitan la composición. ¿Podríamos decir que componer se ha convertido en una forma de evadirte de la realidad? Más que una evasión, el hecho de componer y la música en general te ofrecen un espacio donde ser tú mismo sin tener que dar explicaciones a nadie. Un universo propio en el que nadie más que tú decide lo que entra. Un lugar sin actualizaciones, ni publicidad, ni imposiciones, ni impuestos, ni corrupción y, sobre todo, sin noticias. Vuestra manera de rebelaros contra la incertidumbre ha sido lanzando un nuevo disco donde la influencia del R&B sigue presente, aunque también se aprecian destellos de jazz y ritmos latinos.

Colaboraciones estelares Ellos mismos nos cuentan su experiencia con algunas de las figuras históricas que se han cruzado en su camino.

Big Jay McNeely por Dani Nel.lo

La grabación con Big Jay Mcneely nos pilló un poco a pie cambiado, no lo esperábamos. Había venido a tocar al Rockin’ Race de Torremolinos y tuvimos la oportunidad de traerle a Barcelona para grabar un EP y, claro, no podíamos dejar escapar la ocasión. Vino acompañado por el malogrado Marc Tortorici. ¡Organizamos un ensayo el día antes de la grabación y alucinamos! A pesar de sus 86 años, seguía teniendo un sonido muy potente. Grabamos algunos de sus hits y “jameamos” a gusto. La sensación de estar tocando con el rey de los “honkers” fue impresionante. La sesión fue un poco caótica, pero siempre recordaremos la experiencia. Hasta ahora no hemos tenido la oportunidad de publicarlo y lo haremos con nuestro sello Buenritmo. Celebrando su quince aniversario, saldrá un single que incluye «Blow Big Jay» y «Tondalayo».

Mike Sánchez por Ivan Kovacevic

Hay ciertos artistas que cuando se cruzan en tu camino te dejan una huella musicalmente. Pero sobre todo hay algunos cuya forma de ser te cambia para siempre. 
Cada vez que nos encontramos con Mike de nuevo es como si hubieran pasado dos días. De hecho, la primera vez que subimos juntos a un escenario fue con una total naturalidad, facilidad y entendimiento. Eso que no ocurre a menudo. La sensación de estar al lado de un personaje que ha marcado la escena de rock’n’roll de las últimas décadas es algo por lo que merece 36 | RUTA 66

la pena vivir. 
Como algo característico de todos los grandes, la fuerza abrumadora que tiene encima y debajo del escenario es la misma. Es algo que tiene arraigado y con lo que consigue contagiar a todos los que están a su alrededor.

Barrence Whitfield por Anton Jarl

Recuerdo una conversación que tuvimos en nuestros inicios: el invitado perfecto para Los Mambo Jambo sería Barrence Whitfield. Cuando se presentó la oportunidad no dudamos. Fue en el Rockin’ Race de 2014. Ensayamos por la tarde y directos al bolo. Resultó uno de nuestros bolos más memorables. Una locura, explosión de energía total. El público loco, la banda también y Barrence totalmente “on fire”. Como un James Brown del rock’n’roll. Grabamos un single para Sleazy Records. Años después, en 2017, montamos una gira de diez fechas por España y fue un auténtico placer. Aparte de la complicidad musical, Barrence es una persona fenomenal y una “enciclopedia con patas” de historia musical. En 2020 volvimos con él al Rockin’ Race pero esta vez con el apoyo de Arkestra, doce músicos y nuevos arreglos. El show se convirtió en una auténtica celebración. Grabamos otro single con Sleazy Records ¡y ahora esperamos poder repetir lo antes posible!

Sister Cookie por Dani Baraldés

Lo de Sister Cookie fue en el Upload de Barcelona. Fue caótica, divertida y tuvimos que sortear algunos imprevistos. Empezamos torcidos, pues nos pasó una demo de sus temas con unos audios que eran bastante indescifrables, tuvimos que reinter-

Barrence Whitfield y Los Mambo Jambo: Sensurround (foto: Sergi Fornols)

pretar arreglos cuadrándolo con nuestro repertorio. No teníamos claro si funcionaría pues solo teníamos un ensayo. El otro gran inconveniente fue Ivan por una movida familiar, tuvo que salir del país causando una importantísima baja. Después de la incertidumbre, conseguimos encajarlo todo. La sensación era de que la nave podía hacer aguas. Justo antes de salir al escenario, Cookie se encontraba mal. Por un momento pensé que no podría hacer el bolo. Al final salió y conseguimos arrancar. Siendo Cookie una cantante con “punch” y mucho “mojo” en el escenario, sufrimos un poco al principio. Después tocamos nuestros temas instrumentales. Cookie tomó aire y salió con más garra y energía. Como nota curiosa, en mitad del concierto saltó al escenario una chica disfrazada de gamba, una animadora del Gambeat, y se lió. La gente enloqueció, caos abajo y arriba del escenario. Fue una enorme ola que Sister aprovechó para surfear y acabar coronando el show. ¡Lo conseguimos!

Hemos hecho tabula rasa para afrontar este disco. Siguiendo el camino trazado por Jambology, hemos profundizado en nuestras características más personales, musicalmente hablando. El rock’n’roll instrumental es un lenguaje muy amplio en el que hemos encontrado un idioma propio con el que expresarnos. En cada tema hemos querido ampliar el vocabulario de este idioma, enriqueciéndolo y dotándolo de nuevos matices. Hemos tenido tiempo de componer muchos temas y los hemos trabajado hasta seleccionar doce piezas que nos representan y con las que nos sentimos identificados. Nuestro papel no es descifrar estilísticamente el disco, pero en él continuamos con nuestra combinación de hedonismo y drama, moviéndonos entre los ecos latinos de fundadores del rock and roll instrumental como The Champs y el pulso del R&B de los saxofonistas “honkers”. Algunos temas también tienen influencias de la exótica y trazas de jazz noir. El título del disco es una invitación a un viaje musical hacia territorios exóticos e incluso utópicos. ¿Qué referentes culturales y sonoros han marcado el pulso de este nuevo trabajo? Exotic Rendezvous es una cita exótica y una manera de reivindicar los paraísos perdidos. Es un antídoto contra la inmediatez, contra la esclavitud de la rabiosa actualidad, contra la vida constantemente retransmitida, contra el exceso de información y la caída del sistema. Tenemos que ser capaces de crear y disfrutar de espacios donde refugiarnos de toda esa mediocridad. Cuando citamos lo “exótico”, hablamos de lo inaudito, de lo desconocido y de lo excitante que cada uno lleva dentro. Lugares personales donde descubrir, inventar y fantasear con todas esas referencias culturales que nos hacen cosquillas desde la adolescencia. ¿Qué coño es eso de seguir constantemente las luces de las últimas tendencias, de las autopistas del ocio y del entretenimiento? Llevamos muchos años escribiendo nuestra propia aventura y vamos a seguir apostando por ella. Aunque

este no es un disco de “exótica”, sí que esconde cierta fascinación por el poder de flipar que tuvieron los creadores del género, como Martin Denny, Les Baxter y compañía, para crear un mundo extramusical que evocara y diera salida a la utopía de los paraísos perdidos. La primera canción, «Contra las Cuerdas», deja claro el punto de partida en el que estabais como banda. ¿Cómo fueron las sesiones de grabación en el breve respiro que os ofreció la pandemia? En el ámbito pugilístico, cuando estás contra las cuerdas tienes que mantener la guardia, respirar y no soltar golpes de pánico que te expongan. Eso es lo que hicimos y, antes de Navidad, decidimos pisar el acelerador. Ya teníamos material en marcha, pero la conjura para entrar en el estudio en febrero nos lanzó hacia adelante. El proceso de grabación fue parecido al de siempre. Uno trae temas e ideas, más o menos elaboradas, y se acaban de trabajar en grupo para que el resultado final suene con todos los matices característicos del “sonido jambofónico”. Este proceso es muy intenso, no exento de cierta tensión, y más si lo haces en un corto plazo de tiempo. Pero ya nos gusta que sea así, nos pone y lo disfrutamos. Lo que hemos intentado evitar son los caminos ya transitados. No repetirnos, no caer en nuestros propios clichés y, a la vez, seguir siendo nosotros mismos. Jugar con elementos del R&B, del surf o del swing sin hacer un ejercicio de estilo y aportando un sonido singular. Siempre me ha parecido fascinante la capacidad que tenéis para no repetir esquemas y sumergiros en nuevas influencias. Esta reflexión también enlaza con la imagen de la portada del disco… Lo complejo de la música instrumental es no caer rápidamente en un género o en un estereotipo. Nos encantan las bandas de surf, pero venimos de otro lado musicalmente hablando. Nos encantan el swing y el jazz, pero el latido rocker palpita con más fuerza. El blues me acompaña desde la juventud, pero creo que

Los Mambo Jambo Arkestra a todo trapo en la Plaça Sant Feliu, Girona, 2018 (foto: Sergi Fornols)

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la voz es un elemento casi obligado para desarrollarlo. Así que en la composición tenemos elementos de todo esto, pero apostamos por un lenguaje propio. El arte de la portada lo ha hecho el artista canadiense Ryan Heshka, uno de mis ilustradores favoritos. En su obra hace un ejercicio similar al nuestro porque bebe del pulp, del sci-fI y de la ilustración de los cuarenta y cincuenta, pero lo hace desde el aquí y el ahora. Además, tiene un estilo totalmente personal. Por cierto, entre sus fans más acérrimos está David Lynch. Es como un hijo extraño y perdido de Ed Wood o del pintor Alberto Vargas. Muchos títulos de canciones hacen referencia a reptiles y

corrección o pulcritud. Ese no es nuestro camino. Por otro lado, a la hora de componer no puedes estar pensando en tu imagen, ni en si lo que estás haciendo conviene más o menos o si va a venderse de una u otra manera. Prefiero pensar que cada mañana sales de pesca y vuelves con distintas capturas. Después ya se verá qué haces con todo eso y cómo lo cocinas. Nueva Orleans sigue siendo el potente faro que marca el camino de vuestro imaginario sonoro. ¿Qué tiene de mágico esta ciudad que nunca agota sus referentes musicales? Es una meca para todos los amantes de la música de raíces. En Nueva Orleans se mezcla lo africano, lo caribeño, el R&B, el rock’n’roll, el zydeco, el cajún, las influencias euroExotic Rendezvous es un antídoto contra la inmediatez, contra la peas, el soul y el funk. A título personal te diré que al programa de radio que conduzco en iCat FM esclavitud de la rabiosa actualidad, contra la vida constantemente gracias no he parado de descubrir temas, artistas y discos proretransmitida, contra el exceso de información y la caída del sistema venientes de la Crescent City. Es una auténtica mina. Creo que la explosión de la música afroamericana duanfibios que mudan de piel cada temporada. ¿Supone una rante el siglo XX ya se ha convertido en universal. Por supuesto responsabilidad el hecho de tener un sonido y una imagen que hay matices étnicos, raciales y locales, pero su impacto ha tan icónicos? sido enorme y su onda expansiva ha llegado tan lejos que ha Con Jambology encontramos una manera de trabajar, de com- podido influir a un joven serbio como Ivan Kovacevic, a un poner y de arreglar los temas que nos marcó el camino. Es un sueco como Anton Jarl, a un músico de Sarrià como Dani Baralproceso que nos permite avanzar. Somos exigentes con nosotros dés y a un tipo del barrio de Magòria de Barcelona como yo. Las mismos y, aunque suene a tópico, también somos nuestros peo- esporas de la música no paran de viajar. Pueden llegar en condires críticos. ¿Responsabilidad? La singularidad de nuestra pro- ciones desfavorables, pero acaban dando frutos a miles de kilópuesta nos hace libres. Si militas en un estilo musical muy metros de su origen. Es como un milagro. concreto, cerrado y con parámetros estrictos, juegas con las re¿Afrontáis la “nueva” realidad de los directos como una glas de otros y siempre habrá alguien que las aplique con más manera de reinventaros en los escenarios o de recuperar la

Los cuatro magníficos del ritmo: una imparable máquina de gozo musical (foto: Nilo Zimmerman)

En el estudio de grabación Es incuestionable que los Mambo Jambo son primordialmente una banda de directo. Sobre el escenario, ya sea el de un pequeño club, el de una sala de mayor capacidad o bien en el marco de un gran festival, es donde se sienten en casa. Es su terreno favorito, su hábitat natural. Encima de las tablas su propuesta cobra toda su dimensión y se muestra en su máxima expresión. Una maquinaria perfectamente engrasada que combina con acierto los momentos de lucimiento individual con los instantes en que la banda al completo protagoniza el subidón. Un combo flamígero que conquista nuevos fans en cada concierto. Pero no solo de giras vive el músico, ni tampoco el público, así que en las siguientes líneas procederemos a darnos una vuelta por su discografía. Algo que, les garantizo, produce tanta satisfacción como verlos en vivo. Hasta el momento tienen editados cinco elepés si incluimos en la cuenta el recopilatorio La Maldición de los Rockers: The Singles Collection (Buen Ritmo, 2015) y su último larga duración. Esa recreación de algunas de las composiciones de su catálogo, más el hasta entonces inédito «Experiment in Honk» y «La Caza», esta última aparecida solo 38 | RUTA 66

en single en el 2014, reforzados por una docena de músicos adicionales que es Arkestra (Buen Ritmo, 2018). El primero, de homónimo título, vio la luz en el ya lejano año 2012. Una breve, solo nueve temas, pero excelente tarjeta de presentación para plasmar en soporte físico lo que llevaban haciendo desde que en el año 2009 nacían como grupo a raíz de las sesiones de burlesque que se llevaban a cabo en la sala Apolo. Ahí ya aparecían piezas que todavía figuran a menudo en su repertorio, como «El Timo» o «La Maldición de los Rockers». Tras él llegaba Impacto Inminente (Buen Ritmo, 2013), un decidido paso adelante que acentuaba su personalidad y donde asumían una mayor responsabilidad en la composición. El resultado tumba de espaldas, imperiales a nivel técnico y con una confianza ciega en sí mismos se mueven con desparpajo entre el surf, el rock’n’roll, el swing, el jive y el jazz montando una fiesta que si peca de algo es, nuevamente, de ser demasiado corta. Pero ahí tenemos «Un Baile Hipnótico», «Poderosa», «El Cadáver que Vino a Cenar» y la vertiginosa «Carrera de Ratas» para sentar cátedra. Tres años tardaron en

darle continuidad, un tiempo bien empleado ya que Jambology (Buen Ritmo, 2016) es, en mi opinión, su mejor trabajo. La cima, hasta el momento, de su carrera. Una grabación impecable, sin un segundo en que puedas distraer la atención, repleta de temazos de principio a fin, un álbum que, en mi caso, no salió del reproductor en muchos meses. Como anécdota particular les puedo decir que mi hijo pequeño llegó a preguntarme un día la razón de que pusiera ese disco tantas veces. Imposible despegarse de «Los Ases del Baile», «Gallo de Pelea», «Fuego Cruzado», «El Grito» o «Roadrace». Otro aspecto que no conviene descuidar son sus sencillos y EPs. Un mundo paralelo al que han prestado siempre mucha atención y en los que, además de cubrir el espacio de promoción, podemos apreciar diferentes aspectos de su trabajo como músicos, versiones e incluso temas que no aparecen en sus elepés. De hecho su debut plastificado es Sonido Jambofónico, un EP que vio la luz en el 2011. De todos ellos podríamos destacar los dos grabados junto a la bestia aulladora por excelencia, el gran Barrence Whitfield. Uno puesto en circulación en 2013 y el reciente

Los Mambo Jambo Arkestra & Barrence Whitfield (2020), ambos a cargo de Sleazy Records. Con el macanudo respaldo de los Jambo el de Jacksonville suelta todo el poderío de sus cuerdas vocales en pepinazos como «Jackeline», «Candlelight», «Shot Down» de los Sonics o esa vacilona y fronteriza «Down to Tia Juana». No podemos obviar en este rápido repaso a su obra grabada la magnífica adaptación —editada como sencillo en 2017 por Buen Ritmo— de una de las cabeceras televisivas más emblemáticas de este país. Ya puede pasar el tiempo que la sintonía que abría la mítica serie de Félix Rodríguez de la Fuente El Hombre y la Tierra permanece en la memoria colectiva de varias generaciones. Se la llevan a su terreno con una naturalidad y una facilidad asombrosa y es obvio que encaja como anillo al dedo entre el resto de su repertorio. Y finalizamos con Cayo Diablo (Buen Ritmo, 2020), avance de su próximo disco que además del tema citado contiene «El Último Shimmy» y «Experiment in Honk». ¡Sonido jambofónico, damas y caballeros, que no pare! MANEL CELEIRO

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En la legendaria cava de jazz barcelonesa Jamboree, verano de 2016 (foto: Sergi Fornols)

esencia salvaje de vuestros inicios en el Taboo? Hay que afrontar las cosas como vienen. Claro que tocar en una sala como una olla a presión, con el público de pie y desenfrenado, es lo mejor. Ahora no puede ser así y toca adaptarnos. A veces pienso en las diversas circunstancias en las que los músicos han tenido que tocar durante la historia y me tranquilizo. Imagínate tocar en época de guerra o de posguerra. Hemos

tocado poco durante el último año, pero lo hemos hecho y al final son tantas las ganas de los músicos y del público que acabas conectando y dando lo mejor de ti. La esencia salvaje ni se gana ni se pierde, simplemente se tiene o no se tiene. Cuando estamos juntos, fluye entre nosotros, queremos compartirla y el hecho de que el público esté sentado, de pie o encima de una peana no impedirá que nos comuniquemos. *

Fotos: Nilo Zimmerman

Jambofónicos y salvajes

Dani Nel.lo, el cerebro

El artista más inquieto del R&B y el rock’n’roll español, comenzó con diecisiete años a soplar el saxo en Los Rebeldes, donde estuvo doce años, pero su curiosidad musical le llevó también a la escena barcelonesa del blues de mediados de los ochenta. Tras su marcha de Los Rebeldes crea Tandoori Lenoir junto a figuras del jazz y el blues como August Tharrats, Artur Regada o Amadeu Casas. En 1998 crea Nel.lo & La Banda del Zoco, un singular proyecto de cuatro años, tras el que se vuelca en su pasión cultural por el género negro y el cabaret, con discos como Vértigo, Noir y Tesoro Recordings. En 2009 crea Los Mambo Jambo, una apuesta instrumental que bautiza como “sonido jambofónico”, mientras su inquietud sigue latiendo en Los Saxofonistas Salvajes. 40 | RUTA 66

Ivan Kovacevic, el corazón

Llegó a Barcelona hace veinte años desde Belgrado, para estudiar jazz e iniciar una aventura vital y profesional. En 2003 montó la banda de swing-blues Down Home, con Hernán Senra “Chino” y pronto se convierte en uno de los principales contrabajistas de la ciudad. Bandas como Lazy Jumpers, Nu Niles, Bernat Font Trío son testigos de la versatilidad que le permite interpretar con igual talento jazz, blues, rock, surf, klezmer o R&B. En 2010 crea su proyecto más ambicioso, la Barcelona Big Blues Band. En 2009 entra en Los Mambo Jambo, en 2012 participa en el nacimiento de la Barcelona Gipsy Klezmer Orchestra, convertida luego en la Barcelona Gipsy Balkan Orchestra, y en 2015 retoma el blues-jazz con Ivan Kovacevic 5 Spots.

Dani Baraldés, el nervio

Hoy es uno de los guitarristas más destacados del rock’n’roll y el R&B español, pero siendo un quinceañero cantaba rockabilly en Impresentables. Estudió guitarra en el Aula de Música Moderna y Jazz de Barcelona, pero fue con el guitarrista de Escalones, Jordi Mena, a quién venera como su mentor, con quién se curtió al sustituirle tocando con Sau, Bunbury y Pau Donés. En 1993 forma parte de El Fantástico Hombre Bala, que con dos discos se convirtió en banda de culto y desapareció. Pasa a Nel.lo & La Banda del Zoco, ayuda a crear Rulo & La Contrabanda y monta su propio proyecto, Dani Baraldés y La XXX Band, mientras toca con las mejores bandas barcelonesas de R&B.

Anton Jarl, el latido

Se apasionó por el jazz a los 15 años y lleva cuarenta tocando la batería, abierto siempre a toda la música afroamericana. Llegó a Barcelona en 2004 para pasar tres meses aprendiendo español y aquí sigue, poniendo el latido a bandas de R&B, rock’n’roll y jazz como Los Mambo Jambo, Koko-Jean & The Tonics, Dani Nel.lo y Los Saxofonistas Salvajes, David Pastor Quartet, Ivan Kovacevic 5 Spots y Rambalaya, creada por él en 2015 como The Ramblers. Su proyecto más personal, Anton Jarl Quartet, es puro jazz, pero también compone las canciones en The Stamp. Sus baquetas están al servicio de un sinfín de músicos y estilos, desde Tandoori Lenoir a August Tharrats Trio & Txell Sust o Myriam Swanson, entre otros. MANUEL

LÓPEZ POY


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