Cinco miradas cruzadas en el Valle del Mgoun

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Cinco miradas cruzadas en el Valle del Mgoun Alto Atlas | Marruecos

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edita:

EXPOSICION Y CATÁLOGO:

CINCO MIRADAS CRUZADAS EN EL VALLE DEL MGOUN Alto Atlas, Marruecos

financia:

colaboran:

Comisariado: José Manuel López Osorio y Jorge Asencio Juncal. Universidad de Málaga Idea original, texto y diseño de contenidos: Enrique España Naveira, Teófilo García Ruíz de Mier, Pedro Ignacio García Sáez, Juan Manuel Mateos Delgado, Daniel Natoli Rojo. Colectivo LA NEVERA José Manuel López Osorio, Jorge Asencio Juncal, Ila Montoro García

partners:

Planimetría y documentación gráfica: Colectivo eAM´Coopera, Universidad de Málaga Universitat Politècnica de València Tratamiento digital de las fotografías: Colectivo LA NEVERA, Román & Bueno Traducción: Marie E. Labiche (francés), Margarita Osborn Belt (inglés), Meryem Bahloul (árabe)

participan:

Investigadores: Jorge Asencio Juncal, María del Mar Carrión Ramírez, Guido Cimadomo, José Manuel López Osorio, Belén Nogueira Bernárdez. Universidad de Málaga Iman Meriem Benkirane. Ecole Nationale d’Architecture de Rabat Julio Calvo Serrano, Fabián García Carrillo. Universidad de Granada Teresa Gil Piqueras, Pablo Rodríguez Navarro. Universitat Politècnica de València Faissal Cherradi. Ministère de la Culture du Maroc Colaboradores: Roger Mimó, Youssef Alami, Juan de Dios Romero, Xosé Garrido

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PROYECTO PCI_AECID (AP- 050921-11):

PAISAJE Y PATRIMONIO EN EL SUR DE MARRUECOS

Propuesta para el desarrollo de modelos de turismo responsable

Coordinador: José Manuel López Osorio, Universidad de Málaga Investigadores: Jorge Asencio Juncal, María del Mar Carrión Ramírez, Guido Cimadomo, Belén Nogueira Bernárdez. Universidad de Málaga Iman Meriem Benkirane. Ecole Nationale d’Architecture de Rabat Julio Calvo Serrano, Fabián García Carrillo. Universidad de Granada Teresa Gil Piqueras, Pablo Rodríguez Navarro. Universitat Politècnica de València Faissal Cherradi. Ministère de la Culture du Maroc Participantes en el proyecto: Universidad de Málaga: Ignacio Álvarez-Ossorio Martínez, Marina Díaz García, Laura Díaz del Pino, Maribel Enríquez Borja, Enrique España Naveira, Paloma España Naveira, Marián García Alcántara, Alejandro García Ramos, Teófilo García Ruíz de Mier, Pedro Ignacio García Sáez, Gloria González Rojas, Juan Alejandro Goñi Uriarte, José Jiménez Pérez, Susana López Maldonado, Blanca Marín Zofio, Úrsula Martín Codes, Juan Manuel Mateos Delgado, Alberto Montiel Lozano, Ila Montoro García, Daniel Natoli Rojo, Juan Navarro Díaz, Sonia Pino Martín, Carolina Paula Roa Paz, José Alberto Simón Montesinos, Amor Vacas Álvarez, Eva Mar Vielba Fernández, Abel Viñas Becerra, Viviana Winkler Ojea Universidad de Granada: Adela Ávila Lara, Mohamed Saad Benjilany, Inmaculada Gavilán Marín, Laura Jiménez López, Adrián Torices Sánchez Universitat Politècnica de València: Manuel Mateo Lajarín, Antonio Ramírez Rentero

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Introducci贸n

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SAMIRA

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ZHARA

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IBRAHIM

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KARIM

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MARIE

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Traducciones

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Comentarios de los autores y agradecimientos

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Cinco miradas cruzadas en el Valle del Mgoun presenta un acercamiento subjetivo a las transformaciones del hábitat en este valle presahariano, situado en el Alto Atlas de Marruecos. La realidad de este lugar resulta compleja por lo que frente a mostrar un discurso lineal y expositivo, se opta por presentar un relato interpolado a través de los ojos de cinco personajes cuyas historias se tejen con el hilo de la cotidianeidad. Los perfiles han sido creados en base a los contactos establecidos con la población local. Las situaciones y los personajes son ficticios pero el contexto que reflejan no es ficción en ningún caso: SAMIRA, una niña

nómada de una familia de pastores trashumantes; ZHARA, una madre que lucha por sacar adelante a su familia trabajando en una cooperativa de mujeres artesanas; IBRAHIM, un joven emprendedor que está montando un moderno alojamiento turístico; KARIM, un experto albañil que construye con tierra y defiende los sistemas constructivos tradicionales; y MARIE, una joven turista francesa que busca encontrarse a sí misma en las rutas senderistas del Alto Atlas. Cinco miradas subjetivas que muestran una cartografía humana e interrelacionada que, a modo de palimpsesto, dibuja las diferentes visiones del paisaje, el hábitat, la arquitectura y el turismo en el Valle del Mgoun. 11

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SAMIRA

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Aún no ha amanecido pero Samira ya se ha levantado. Los balidos de las cabras resuenan en los altos del Mgoun. Es hora de comenzar con las labores diarias de una familia que nunca termina de trabajar. Samira pertenece a la tribu nómada Aït Morrhad, cada quince días, ella, su familia y todo su hogar se desplazan en busca de buenos pastos para el ganado, migrando al ritmo de la naturaleza. Su vida transcurre entre la inmensidad de la montaña y la oscuridad de su refugio temporal. Samira no sabe leer ni escribir, y, a pesar de su corta edad, ya ha experimentado la realidad de la vida y la dureza de un territorio que en ocasiones se muestra generoso, y en otras árido e inclemente. Sin saberlo, es heredera de una cultura ancestral que practica la transhumancia entre el macizo del Mgoun y el Jbel Sagrho.

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Por la mañana Samira ayuda en las labores cotidianas. Tras desayunar, carga la mula con veinticuatro botellas de plástico, la agarra por las bridas y la arrastra bruscamente valle abajo en busca del agua del manantial. A Samira le disgusta tener que caminar, frunce el ceño mientras anda pateando las piedras de la vereda. En la soledad y en el silencio de su trayecto, su rebeldía es inocente. Mientras tanto, el sol abrasa a las doce y cuarto del medio día cuando un grupo de montañeros europeos se cruza en su camino. Aunque habla bereber, Samira es incapaz de comunicarse oralmente con el grupo. Sin embargo, a su paso, ella se detiene en seco y mantiene fija la mirada. Una mirada curiosa, inquieta y esperanzadora que delata la contradicción del instante y la complejidad de su verdad.

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ZHARA

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Por la estrecha ventana de la habitación entra una luz traicionera que hace bajar mucho la cabeza para tejer. A lo lejos se oye a los niños corretear entre los campos y Zhara reza para que su pequeño Yamal no se haga daño durante sus travesuras. Su esposo trabaja las tierras de cultivo ganadas al río. Hace ya tiempo que la venta de las cosechas no da para vivir, por lo que a sus veintidós años ella trabaja duro en el telar para sacar adelante a su familia. La cooperativa de mujeres artesanas del pueblo de LHot bulle de actividad después del último encargo de alfombras que han recibido. Los turistas visitan casi todos los días el pequeño taller para curiosear en sus labores, comprar algo de bisutería, tejidos bordados a mano o hacerse un tatuaje de henna. 30

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Hace ya algunos años que una pequeña ONG europea ayudó a las mujeres del pueblo a establecerse en una cooperativa que supusiera una fuente extra de ingresos para las familias, además de potenciar la tradición artesana de la región. Son precisamente los europeos sus mejores clientes, quienes suelen pagar gustosos los precios de sus objetos suntuarios. Zhara trabaja en el diseño de una nueva alfombra. El chico que se la encargó, Ibrahim, pidió algo tradicional para decorar las habitaciones de su nuevo negocio: un albergue rural en la población vecina de Issoumar. Zhara ha elegido un modelo clásico de dibujos geométricos bereberes usando la lana blanca y negra de las ovejas de los nómadas. Sus dedos se deslizan ágilmente por la trabazón de hilos de la urdimbre del telar con la determinación y firmeza de una mujer que lucha por su familia, haciéndolos sonar, sin querer, como si de un ancestral instrumento musical se tratara. 32

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IBRAHIM

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Cae la noche en Issoumar e Ibrahim y sus amigos charlan sentados en la puerta de su casa. Les explica que su cabeza no deja de dar vueltas ya que mañana se reunirá con Karim, un reputado maalem de Bou Taghrar, para encargarle la construcción de su futuro albergue turístico. Desde que regresó de Francia, donde pasó su juventud estudiando una carrera universitaria, está empeñado en montar un negocio que le dé de comer y pueda impulsar el desarrollo de este pequeño poblado del valle, al que ni siquiera se puede acceder mediante un camino asfaltado.

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Ibrahim desborda ilusión mientras describe con minuciosidad como serán las estancias de su hospedaje, las rutas de trekking que ofrecerá a los turistas, los paseos en todo terreno por las gargantas del río y hasta los encabezados de su página en Internet. Lleva casi cuatro años trabajando sin descanso como guía de montaña para un conocido hotel de Qal`at Mgouna, esperando día tras día este momento. Se muestra nervioso y deseoso de empezar. A partir de mañana invertirá todo su esfuerzo en ver como prospera su vida y la de los suyos en el valle que le vio nacer. Sus amigos le replican y no entienden cómo regresó a su tierra habiendo tenido la oportunidad de quedarse a vivir en Lyon, donde tenía un trabajo estable, y porqué conociendo lo grande que es el mundo ha decidido comenzar una nueva vida en este remoto lugar.

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KARIM

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Un sol sofocante se cierne sobre las escarpadas laderas del valle. Karim se toma un descanso para refrescarse bajo la sombra de una higuera, mientras su cuadrilla de albañiles levanta un muro de tierra. Se enjuaga la cara con el agua de una acequia cercana mientras no deja de mirar la tapia a medio levantar. Su piel está tostada por el sol y sus manos son duras como el cuero, curtidas por el pisón y la azada. Tiene cincuenta y cinco años y aún sigue trabajando como el primer día. Ahora le está enseñando el oficio al menor de su prole. “Youssef, hijo mío, con este calor hay que vigilar que la tierra esté húmeda para que la tapia no se agriete.” 85

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Karim y su equipo de albañiles están haciendo el muro que cerrará la parcela de un nuevo edificio que servirá para alojar a los turistas. Un testarudo joven los contrató hace un par de semanas para construir el edificio en hormigón armado. Karim conoce esta nueva forma de construir pero no le gusta, es más cara que los sistemas tradicionales y en las casas que así se levantan hace frío en invierno y calor en verano. Karim es maestro albañil o maalem, como se les llama en la zona, y le gusta hacer las cosas bien, como siempre se han hecho por allí. Su joven patrón, Ibrahim, le dice que es un antiguo y que las casas de hormigón son más grandes, bonitas y modernas que las de tierra, como las de Qal`at Mgouna. Tras discutir un buen rato, finalmente llegan a un acuerdo: la estructura de la casa será de hormigón pero las paredes serán de adobe y el muro de la parcela, de tapial. Karim se da por satisfecho y no deja de preguntarse qué le ven los jóvenes emigrantes a esos nuevos mamotretos grises y fríos. 86

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AÏT AITCHA, BOU TAGHRAR Levantamiento/Ortofotografía 110

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AÏT BUSAKE, ISSOUMAR Levantamiento/Ortofotografía 112

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TIPOLOGÍAS CONTEMPORÁNEAS Construcción en hormigón armado 120

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MARIE

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Marie espera la llegada del barco en el puerto de Tánger. Está confusa, era la primera vez que visitaba el sur de Marruecos. Hace un par de semanas, al cruzar el estrecho y pisar por primera vez África, no era consciente de que aquel viaje la cambiaría para siempre. Hace tiempo que Marie sentía curiosidad por aquel país exótico, del que oyó hablar por primera vez siendo una niña durante una clase de historia en su Francia natal. Cuando los del club de alpinismo de Grenoble le propusieron visitar Marruecos para hacer un trekking por el Valle del Mgoun, no se lo pensó dos veces. Las novelas de Jack Kerouac y Paul Bowles la habían llevado ya a esos mundos de viajeros soñadores y habían supuesto un acicate para lanzarse a la aventura, aunque nunca podía imaginar las sensaciones que viviría en aquel viaje.

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El trayecto había sido muy rápido y siempre hacia el sur: Chefchaouen, Fez, las dunas de Merzouga, el Alto Atlas y los valles presaharianos. El grupo se hospedó junto a la base del macizo en un pequeño albergue de montaña. Por la mañana, el ascenso a la cumbre fue duro, un camino pedregoso y árido, pero los paisajes bien merecían la pena. A mitad del día, y mientras Marie clavaba pesadamente los bastones en las piedras sueltas, el grupo de excursionistas se cruzó con una niña que tiraba de una mula. La escena parecía sacada de una película bíblica. Durante un instante todos se miraron mutuamente con la extrañeza con la que se observa a un ser de otro mundo.

Marie quiso hacerse una foto con la pequeña, sin embargo ella se negó con un vehemente gesto carente de cortesía. Marie se quedó a un tiempo sorprendida y contrariada. Ya de vuelta a casa, visitó Marrakech y sólo así, al dejar atrás la montaña y el desierto, fue capaz de entender lo que significaba aquel crisol de culturas de la plaza Jmaa el Fna. Su mirada ya había cambiado, entre el cliché de los iconos del turista y un fugaz contacto con la realidad. África le había conquistado para siempre, pero éste no era su lugar. Puede que su recuerdo sólo sea ya una esencia que no requiere sitio en la existencia.

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TRADUCCIONES

Francés, inglés y árabe

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CINQ REGARDS CROISÉS DANS LA VALLÉE DU MGOUN. Haut Atlas, Maroc

Introduction Cinq regards croisés dans la Vallée du Mgoun présente une approche subjective aux transformations de l’habitat dans cette vallée présaharienne, située dans le Haut Atlas du Maroc. La réalité de ce lieu se révèle complexe, c’est pour cela qu’il est préférable, contrairement à un discours linéaire et narratif, de présenter un récit intercalé à travers la vision de cinq personnages dont les histoires se tissent avec le fil de la quotidienneté. Les profils ont été crées sur la base des contacts établis avec la population locale, par conséquent, bien que les situations et les personnages sont fictifs, le contexte qu’ils reflètent n’est en aucun cas de la fiction: SAMIRA, une petite fille nomade d’une famille de bergers transhumants; ZHARA, une mère qui lutte pour subvenir aux besoins de sa famille en travaillant dans une coopérative de femmes artisanes; IBRAHIM, un jeune entrepreneur en cours de construction d’un logement touristique moderne; KARIM, un chef maçon qui construit avec de la terre et défend les systèmes de construction traditionnels; et MARIE, une jeune touriste française qui se cherche dans les chemins de randonnée du Haut Atlas. Cinq regards subjectifs qui montrent une cartographie humaine et liée qui, à titre de palimpseste, dessine les différentes visions du paysage, de l’habitat, de l’architecture et du tourisme dans la Vallée du Mgoun. SAMIRA Le jour n’est pas encore levé mais Samira est déjà debout. Les bêlements des chèvres résonnent dans les hauts du Mgoun. Il est l’heure de commencer les tâches quotidiennes d’une famille pour qui le travail ne s’arrête jamais. Samira appartient à la tribu des Aït Morrhad, tous les quinze jours, elle, sa famille et leur foyer se déplacent à la recherche de b ons pâturages pour leur troupeau, migrant au rythme de la nature. Sa vie se déroule entre l’immensité de la montagne et l’obscurité de son refuge temporaire. Samira ne sait ni lire ni écrire, et malgré son jeune âge, elle a déjà expérimenté la réalité de la vie et la dureté d’un territoire qui, en certaines occasions, se montre généreux, et en d’autres, aride et peu clément. Sans le savoir, elle est l’héritière d’une culture ancestrale qui pratique la transhumance entre le massif du Mgoun et Jbel Sagrho. Le matin, Samira aide aux tâches ménagères. Après le déjeuner, elle charge la mule de vingt-quatre bouteilles en plastique, l’agrippe par les brides et l’entraîne brusquement vers le bas de la vallée pour aller chercher l’eau à la source. Samira n’aime pas avoir à marcher, les sourcils froncés, elle avance en donnant des coups de pied dans les cailloux du sentier. Dans la solitude et le silence de son trajet, sa rébellion est innocente. C’est alors que, à midi et quart, là où le soleil s’embrase, elle croise un groupe de montagnards européens. Bien que parlant le berbère, elle ne peut communiquer oralement avec le groupe. Cependant, à son passage, elle s’arrête soudain et le regarde fixement. Un regard curieux, inquiet et plein d’espoir qui exprime la contradiction de l’instant et la complexité de sa vérité. ZHARA Par l’étroite fenêtre de la chambre, entre une lumière sournoise qui oblige à beaucoup baisser la tête pour tisser. On entend, au loin, les enfants galoper dans les champs, et Zhara prie pour que son petit Yamal ne se fasse pas de mal au cours de ses espiègleries. Son époux cultive les terres gagnées sur le fleuve. Il y a longtemps que la vente des récoltes ne suffit plus à les nourrir, aussi, à vingt deux ans, elle travaille dur, sur le métier à tisser, pour faire vivre sa famille. La coopérative des femmes artisanes du village de LHot bouillonne d’activité depuis la dernière commande de tapis qu’elle a reçue. Les touristes visitent chaque jour le petit atelier s’intéressant à leurs ouvrages, achetant quelques bijoux, tissus brodés à la main ou se faisant faire un tatouage au henné. Depuis quelques années déjà, une petite ONG européenne a aidé les femmes du village à s’établir en coopérative, ce qui a supposé une nouvelle source de revenus pour les familles, tout en favorisant aussi la tradition artisanale de la région. Ce sont précisément eux, les européens, leurs meilleurs clients, qui sont ravis de s’offrir objets luxueux. Zahra travaille sur le dessin d’un nouveau tapis. Le jeune homme qui l’a commandé, Ibrahim, a demandé quelque chose de traditionnel pour décorer les chambres de son nouveau négoce: un hôtel rural dans le village voisin d’Issoumar. Zhara a choisi un modèle classique aux dessins géométriques berbères en utilisant la laine blanche et noire des brebis des nomades. Ses doigts glissent agilement sur l’entrelacs des fils de la chaîne avec la détermination et la fermeté d’une femme qui lutte pour sa famille, les faisant vibrer, sans le vouloir, comme s’il s’agissait d’un instrument de musique ancestral. 150

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IBRAHIM La nuit tombe sur Issoumar et Ibrahim et ses amis bavardent assis sur le seuil de leur maison. Il leur explique qu’il ne cesse de tourner et retourner dans sa tête le rendez vous de demain avec Karim, un maalem réputé de Bou Taghrar, pour le charger de la construction de sa future auberge touristique. Depuis son retour de France où il y a passé sa jeunesse, étudiant une carrière universitaire, il n’a eu de cesse de monter une affaire qui lui donne de quoi vivre et puisse promouvoir le développement de ce petit village de la vallée, auquel on ne peut même pas accéder par un chemin asphalté. Ibrahim déborde de joie lorsqu’il décrit minutieusement comment seront les chambres de sa maison d’hôtes, les routes de trekking qu’il proposera aux touristes, les promenades en tout-terrains dans les gorges du fleuve et jusqu’aux intitulés de son site Internet. Il travaille presque depuis quatre ans, sans relâche, comme guide de montagne pour un hôtel connu de Qal`at Mgouna, attendant jour après jour ce moment. Il est agité et pressé de commencer. À partir de demain, il va investir tous ses efforts pour faire prospérer sa vie et celle des siens dans la vallée qui l’a vu naître. Ses amis lui répondent qu’ils ne comprennent pas pourquoi il est revenu sur sa terre alors qu’il avait l’opportunité de rester vivre à Lyon, où il avait un travail stable, et pourquoi, connaissant la grandeur du monde, il a décidé de commencer une nouvelle vie dans ce lieu lointain. KARIM Un soleil suffocant enserre les flancs escarpés de la vallée. Karim s’accorde un instant de repos pour se rafraîchir à l’ombre d’un figuier, pendant que son équipe de maçons monte un mur de pierre. Il se rince la figure avec l’eau d’une séguia proche sans quitter du regard le mur à demi monté. Sa peau est burinée par le soleil et ses mains sont dures comme le cuir, tannées par la dame et la houe. Il a cinquante cinq ans et continue de travailler comme au premier jour. Maintenant il apprend le métier au plus jeune de son équipe. «Youssef, mon fils, avec cette chaleur il faut veiller à ce que la terre soit humide pour ne pas risquer que le mur ne se fissure.» Karim et son équipe de maçons sont en train de monter le mur de clôture de la parcelle du nouveau bâtiment qui servira à loger des touristes. Un jeune homme obstiné les a engagés il ya deux semaines pour construire cet édifice en béton armé. Karim connaît cette nouvelle méthode de construction mais cela ne lui plaît pas, elle est plus chère que les méthodes traditionnelles et dans les maisons construites de cette façon, il y fait froid en hiver et chaud en été. Karim est chef maçon ou maalem, comme on les appelle dans le coin, et il a le goût des choses bien faites, comme cela s’est toujours fait ici. Son jeune patron, Ibrahim, lui dit qu’il est dépassé et que les maisons en béton sont plus grandes et plus jolies et modernes que celles en pisé, comme celles de Qal`at Mgouna. Après un bon moment à discuter, ils finissent par arriver à un accord: la structure sera en béton mais les murs seront en adobe et le mur de la parcelle, en pisé. Karim est satisfait et se demande encore ce que les jeunes émigrés trouvent d’intéressant à ces mastodontes gris et froids. MARIE Marie attend l’arrivée du bateau dans le port de Tanger. Elle est confuse, c’était la première fois qu’elle visitait le sud du Maroc. Il y a deux semaines, quand elle a traversé le détroit et qu’elle a foulé l’Afrique pour la première fois, elle n’avait pas conscience que ce voyage la changerait pour toujours. Depuis longtemps elle ressentait une curiosité pour ce pays exotique, dont elle avait entendu parler pour la première fois, petite, pendant un cours d’histoire dans sa France natale. Lorsque les membres du club d’alpinisme de Grenoble lui proposèrent de visiter le Maroc pour un trekking dans la vallée du Mgoun, elle n’hésita pas un instant. Les romans de jack Kerouac et Paul Bowles l’avaient déjà emmenée dans ces mondes de voyageurs rêveurs et avait été l’aiguillon pour ce lancer dans cette aventure, même si elle était loin d’imaginer les sensations qu’elle éprouverait au cours de ce voyage. Le trajet avait été très rapide toujours plein sud: Chefchaouen, Fès, les dunes de Merzouga, le Haut - Atlas et les vallées présahariennes. Le groupe se logea juste au pied d’un massif dans un petit hôtel de montagne. Au matin, l’ascension vers le sommet fut dure, sur un chemin pierreux et aride, mais les paysages en valaient la peine. À midi, et pendant que Marie plantait avec force ses bâtons dans les cailloux, le groupe d’excursionnistes rencontra une petite fille qui tirait une mule. La scène paraissait sortie d’un film biblique. Durant un instant, tous se regardèrent éprouvant le même étonnement d’avoir rencontré un être d’un autre monde. Marie voulut se faire prendre en photo avec la petite, mais celle-ci se déroba d’un geste véhément et peu amène. Marie éprouva un moment de surprise et contrariété. Au retour, elle visita Marrakech et seulement ainsi, après avoir laissé derrière elle la montagne et le désert, elle put comprendre le sens de ce creuset culturel de la place Jemaa el Fna. Son regard avait changé, entre les clichés et les icônes touristiques et un contact fugace avec la réalité. L’Afrique l’avait conquise pour toujours, mais sa place n’était pas ici. Son souvenir, peut-être, n’était plus qu’une essence sans besoin de lieu pour exister. 151

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FIVE GAZES MEET IN THE MGOUN VALLEY. High Atlas, Morocco

Introduction Five Gazes Meet in the Mgoun Valley is a subjective approach to the changes in the habitat of this pre-Saharan valley in the High Atlas of Morocco. The reality of the place is complex, so instead of having a linear and expository discourse, the story is interpolated through the eyes of five characters whose stories are woven with the thread of daily routine. The profiles were based on the contacts made among the local population. Therefore, although the situations and characters are fictitious, the context they reflect is very real: SAMIRA, a nomad girl from a family of migrating shepherds; ZHARA, a mother who works hard in a cooperative of craftswomen to support her family; IBRAHIM, a young businessman who is erecting a modern hotel for tourists; KARIM, a skilled mason who builds with earth and defends traditional building techniques; and MARIE, a young French tourist in search of herself on the trekking routes of the High Atlas. These five subjective gazes form an interrelated human map that outlines different views of the landscape, habitat, architecture and tourism in the Mgoun Valley. SAMIRA Dawn has not broken yet, but Samira is already up. The bleating of the goats echoes in the heights of the Mgoun. It is time to start the daily chores of a family that toils without end. Samira belongs to the nomad AÏt Morrhad tribe. Every two weeks, she, her family and all their possessions move to fresh pastures for their livestock, migrating at Nature’s rhythm. She spends her life between the enormous mountains and the darkness of her makeshift home. Samira cannot read and write, but she knows the reality of life despite her young age . She lives in a harsh land that can be generous at times, but also arid and unforgiving. She has unwittingly inherited an ancestral culture that migrates with the seasons between the Mgoun and Jbel Sagrho mountain ranges. In the morning, Samira helps with the daily chores. After breakfast, she loads the mule with twenty-four plastic bottles, grabs the animal by the reins and drags it briskly down to the valley, heading for the natural spring. Samira does not like to walk. She frowns, kicking stones off the path as she strides along. In the lonely silence of her journey, her rebellion is innocent. The sun is burning in the sky at quarter past noon when she comes across a group of European mountaineers. Although she can speak Berber, Samira is unable to communicate orally with the group. Even so, she stops dead and stares at them as they pass. It is a curious, lively, hopeful stare that betrays the contradiction of the instant and her complex truth. ZHARA A treacherous shaft of light pouring through the narrow window forces her to lower her head to weave. Children can be heard running around in the distance and Zhara prays that her little Yamal will not hurt himself with his mischievous behaviour. Her husband labours in the croplands stolen from the river. The crops no longer bring in enough money to live on, so at the age of twenty-two she works hard at her loom to support her family. The cooperative of craftswomen in LHot bustles with activity after the latest order for rugs they have received. Tourists visit the little workshop almost every day to peer at their work; buy costume jewellery and hand-embroidered cloth; and have their hands tattooed with henna. Some years ago a modest NGO helped the village women to set up a cooperative so they would have an additional source of income for their families and to promote traditional local crafts. Europeans are their best customers because they are willing to pay a good price for luxury items. Zhara works on a design for a new carpet. Ibrahim, the young man who ordered it, asked for something traditional to decorate the walls of his new business: a country inn in the neighbouring town of Issoumar. Zhara has chosen a classical model with a Berber geometric design that calls for the black and white wool of the nomads’ sheep. Her nimble fingers slide skilfully along the threads of the warp with the determination and firm resolve of a woman who fights for her family. The threads hum with her touch like an ancestral instrument. 152

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IBRAHIM Night falls in Issoumar and Ibrahim chats with his friends, sitting on the doorstep of his house. He tells them that he cannot stop thinking of the next day, when he will meet Karim, a renowned maalem from Bou Taghrar, to hire him to build his future country inn. Ever since he returned from France, where he spent his youth studying a university career, he has been determined to set up a business to generate an income and promote development in his small village in the valley, which does not even have a paved road to get to it. Ibrahim bubbles with enthusiasm while he describes the inn’s rooms in great detail; the trekking routes he will offer the tourists; the trips in offroad vehicles to the river’s ravines; and even the headings on his website. He has been working non-stop as a mountain guide for a well-known hotel in Qal`at Mgouna, waiting day after day for this moment to arrive. Now he is restless and eager to start. From tomorrow onwards, he will invest all his effort into making his life and the lives of the people in his native valley prosper. His friends reply that they cannot understand why he returned when he had the opportunity to live in Lyon, where he had a steady job. How was it, they asked, that, having seen the world, he decided to start his life anew in this remote spot? KARIM A suffocating sun glares on the steep valley slopes. Karim takes a refreshing break in the shadow of a fig tree while his team of masons build the earthen wall. He rinses his face in a nearby irrigation ditch while keeping an eye on the half-built wall. His skin is bronzed by the sun and his hands are as hardened as leather from handling the earth rammer and hoe. He is fifty-five years old and can still work as well as on the first day. Now he is teaching the trade to his youngest child. “Youssef, my son, in this heat you must take care to keep the earth damp so the wall won’t crack.” Karim and his team of builders are making the wall that will surround the plot where a new building will serve as an accommodation for tourists. A headstrong young man hired them a couple of weeks ago to erect a building made of reinforced concrete. Karim knows how to build in this new way but he does not like it. It is more expensive than traditional methods and houses made with concrete are cold in winter and hot in summer. Karim is a master builder, or maalem, as they are known locally. He likes to do things well, as they have always been done in these parts. His young boss, Ibrahim, says that he is old-fashioned and that concrete houses are larger, more beautiful and modern than earthen houses, like the ones in Qal`at Mgouna. After discussing it at length, they finally reach an agreement: The structure of the house will be made with concrete but the walls will be made with adobe and the surrounding wall with earth. Karim must be content with that, but he asks himself what it is that makes the young immigrants love those cold grey buildings so much. MARIE Marie is waiting for the boat in the port in Tangier. She is confused; it was the first time she travelled to southern Morocco. A couple of weeks ago, when she crossed the straits and set foot in Africa, she was not aware that the journey would change her forever. Marie had always been curious about that exotic country. She first heard about it when she was a child, during a history lesson in her native France. When the mountaineering club in Grenoble proposed a trip to Morocco to go trekking in the Mgoun Valley, she did not hesitate to accept. The novels by Jack Kerouac and Paul Bowles had already taken her on armchair adventures to those far-off worlds, encouraging her to embark on the adventure. There was no way she could have imagined what she would experience during the trip. The itinerary was very quick and always southwards: Chefchaouen, Fez, the dunes of Merzouga, the High Atlas and the pre-Saharan valleys. The group found accommodation in a small mountain inn in the foothills. The ascent to the summit in the morning was hard, the path arid and stony, but the scenery was well worth it. At noon, while Marie drove her trekking poles into the loose stones with effort, the group of hikers came across a girl who was pulling a mule. The scene seemed to come straight out of a film on the Bible. They all looked at each other for an instant with the curiosity of seeing someone from another world. Marie wanted to take a picture of the child, but she refused with a vehement gesture lacking in any pretence of being polite. Marie stood there for a moment, surprised and annoyed. She stopped off at Marrakech on her way back to France, but it was only there, leaving the mountains and desert behind, that she was able to fully understand the meaning of the melting pot of cultures that was Jmaa el Fna Square. Somewhere between the cliché of a tourist’s souvenirs and her brief contact with reality in the Mgoun Valley, her gaze had changed. Africa had conquered her forever, but she was out of place there. Perhaps her memory had distilled the essence of the continent and no longer a place in which to exist. 153

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‫خمس لوحات عبرخمس لمحات في وادي المكون‪ .‬ال أطلس الكبير‪،‬المغرب‬ ‫دمقِّمة‬ ‫ﻝل ﻋﻠﻰ ﻤﺸﺎﺭﻑ ﺍﻟﺼﺤﺭﺍﺀ ﻭﺍﻟﻤﺘﻭﺍﺠﺩ ﺒﺎﻷﻁﻠﺱ ﺍﻟﻜﺒﻴﺭ ﻓﻲ ﺍﻟﻤﻐﺭﺏ‪ .‬ﻨﻅﺭﺍ ﻟﻠﻭﺍﻗﻊ ﺍﻟﻤﻌﻘﹼﺩ ﻟﻬﺫﺍ ﺍﻟﻤﻜﺎﻥ‪ ،‬ﻭﺒﺩﻻ ﻤﻥ ﺘﻘﺭﻴﺭ‬ ‫ﺨﻤﺱ ﻟﻭﺤﺎﺕ ﻋﺒﺭﺨﻤﺱ ﻟﻤﺤﺎﺕ ﻓﻲ ﻭﺍﺩﻱ ﺍﻟﻤﻜﻭﻥ ﻴﻘﺩ‪‬ﻡ ﻟﻨﺎ ﻟﻤﺤﺔ ﺫﺍﺘﻴﺔ ﻋﻥ ﺘﻐﻴﺭﺍﺕ ﻤﻼﻤﺢ ﺍﻟﺒﻴﺌﺔ ﺒﻬﺫﺍ ﺍﻟﻭﺍﺩﻱ ﺍﻟﻤﻁ ّ‬ ‫ﺘﻔﺴﻴﺭﻱ‪ ،‬ﺘ ‪‬ﻡ ﺍﺨﺘﻴﺎﺭ ﺃﺴﻠﻭﺏ ﺭﻭﺍﺌﻲ ﻴﺼﻔﻪ ﻟﻨﺎ ﻋﺒﺭ ﺃﻋﻴﻥ ﺨﻤﺴﺔ ﺃﺸﺨﺎﺹ ﺤﻴﺎﺘﻬﻡ ﻜﻨﺴﻴﺞ ﻤﻥ ﺨﻴﻭﻁ ﻴﺼﻨﻌﻬﺎ ﺘﺴﻠﺴﻝل ﺍﻷﻴﺎﻡ‪.‬‬ ‫ﺘﻡ ّ ﺍﺨﺘﻴﺎﺭ ﺍﻟﺸﺨﺼﻴﺎﺕ ﺒﻨﺎﺀﹰﺍ ﻋﻠﻰ ﺍﻟﺘﻭﺍﺼﻝل ﻤﻊ ﺴﻜﺎﻥ ﺍﻟﻤﻨﻁﻘﺔ‪ ،‬ﻟﻬﺫﺍ ﻓﺭﻏﻡ ﺃﻥ ﺍﻟﺸﺨﺼﻴﺎﺕ ﻭﺍﻟﻤﻭﺍﻗﻑ ﻤﻥ ﻨﺴﻴﺞ ﺍﻟﺨﻴﺎﻝل ﺇﻻ ﺃﻨﻬﺎ ﺘﻌﺒﺭﻋﻥ ﻭﺍﻗﻊ ﻤﻠﻤﻭﺱ‪ :‬ﻓﺴﻤﻴﺭﺓ ﻫﻲ ﻓﺘﺎﺓ ﻤﺘﺭﺤ‪‬ﻠﺔ ﺘﻨﺘﻤﻲ ﺇﻟﻰ ﻋﺎﺌﻠﺔ ﺭﻋﺎﺓ ﺭﺤ‪‬ﻝل ﻭﺯﻫﺭﺓ ﺃ ‪‬ﻡ ﺘﻜﺎﻓﺢ ﻟﺘﻠﺒﻴﺔ‬ ‫ﺤﺎﺠﻴﺎﺕ ﻋﺎﺌﻠﺘﻬﺎ ﻤﻥ ﺨﻼﻝل ﻋﻤﻠﻬﺎ ﺒﺘﻌﺎﻭﻨﻴﺔ ﺼﺎﻨﻌﺎﺕ ﺘﻘﻠﻴﺩﻴﺎﺕ؛ﺃ ﻤ‪‬ﺎ ﺇﺒﺭﺍﻫﻴﻡ ﻓﻬﻭ ﻤﺴﺘﺜﻤﺭ ﺸﺎﺏ ﻴﺒﻨﻲ ﻨﺯﻻ ﺴﻴﺎﺤﻴﺎ ﻋﺼﺭﻴﺎ ﻭﻜﺭﻴﻡ ﻫﻭﻋﺎﻤﻝل ﺒﻨﺎﺀ ﻤﺎﻫﺭ ﻴﻌﻤﻝل ﻋﺎﺩﺓ ﺒﺎﻟﻁﻴﻥ ﻭﻴﺩﺍﻓﻊ ﻋﻥ ﻁﺭﻕ ﺍﻟﺒﻨﺎﺀ ﺍﻟﺘﻘﻠﻴﺩﻴﺔ ﻭﻤﺎﺭﻱ ﻫﻲ ﺴﺎﺌﺤﺔ ﻓﺭﻨﺴﻴﺔ ﺸﺎﺒﺔ ﻜﺎﻥ‬ ‫ﺘﺠﻭﺍﻟﻬﺎ ﺒﻤﺴﺎﻟﻙ ﺍﻷﻁﻠﺱ ﺍﻟﻜﺒﻴﺭ ﺒﻤﺜﺎﺒﺔ ﺒﺤﺙ ﻋﻥ ﺍﻟﺫﺍﺕ‪ .‬ﺨﻤﺱ ﻟﻤﺤﺎﺕ ﺸﺨﺼﻴﺔ ﺘﺭﺴﻡ ﺨﺭﻴﻁﺔ ﺒﺸﺭﻴﺔ ﻤﺘﺭﺍﺒﻁﺔ ﻭﺍﻟﺘﻲ ﻋﻠﻰ ﻏﺭﺍﺭ ﺍﻟﺭﻕ ﺍﻟﻤﻤﺴﻭﺡ ﺘﺭﺴﻡ ﻟﻭﺤﺎﺕ ﻤﻨﺎﻅﺭ ﻭﻁﺒﻴﻌﺔ ﻭﻤﻌﻤﺎﺭ ﻭﺴﻴﺎﺤﺔ ﻭﺍﺩﻱ ﻡڭﻭﻥ‪.‬‬ ‫ﺴﻤﻴﺭﺓ‬

‫ﺼﺤﻴﺕ ﺴﻤﻴﺭﺓ ﻭﺍﻟﻔﺠﺭﻟﻡ ﻴﻜﻥ ﻗﺩ ﺒﺯﻍ ﺒﻌﺩ ﻭ ﺜﻐﺎﺀ ﺍﻟﻤﺎﻋﺯ ﻴﺩﻭ‪‬ﻱ ﺒﺄﻋﺎﻟﻲ ﺍﻟﻡڭﻭﻥ؛ ﻓﻘﺩ ﺤﺎﻥ ﻭﻗﺕ ﻤﺒﺎﺸﺭﺓ ﺍﻷﻋﻤﺎﻝل ﺍﻟﻤﻨﺯﻟﻴﺔ ﻟﻌﺎﺌﻠﺔ ﻻ ﺘﻜﻑﹼ ﻋﻥ ﺍﻟﻌﻤﻝل ﺃﺒﺩﺍﹰ‪ .‬ﺘﻨﺘﻤﻲ ﺴﻤﻴﺭﺓ ﺇﻟﻰ ﻗﺒﻴﻠﺔ ﺁﻴﺕ ﻤﺭﻏﺎﺩ ﺍﻟﺭﺤﻝل ﻓﻜﻝل ﺃﺴﺒﻭﻋﻴﻥ ﺘﺘﻨﻘﻝل ﻤﺼﺤﻭﺒﺔ ﺒﻌﺎﺌﻠﺘﻬﺎ ﻭ ﻤﻨﺯﻟﻬﺎ ﺒﺤﺜﺎ ﻋﻥ‬ ‫ﻤﺭﺍﻋﻲ ﺠﻴﺩﺓ ﻟﻠﻤﺎﺸﻴﺔ ﺇﺫ ﻴﺴﻴﺭﻭﻥ ﻋﻠﻰ ﻨﻅﺎﻡ ﺍﻟﻁﺒﻴﻌﺔ‪ .‬ﺘﻘﻀﻲ ﺤﻴﺎﺘﻬﺎ ﺒﻴﻥ ﻀﺨﺎﻤﺔ ﺍﻟﺠﺒﺎﻝل ﻭﻅﻼﻡ ﻤﺄﻭﺍﻫﺎ ﺍﻟﻤﺅﻗﺕ‪ .‬ﻟﻡ ﺘﻜﻥ ﺴﻤﻴﺭﺓ ﺘﻌﺭﻑ ﺍﻟﻘﺭﺍﺀﺓ ﻭﻻ ﺍﻟﻜﺘﺎﺒﺔ ﻭﺭﻏﻡ ﺼﻐﺭ ﺴﻨﻬﺎ ﻋﺎﺸﺕ ﺤﻘﻴﻘﺔ ﺍﻟﺤﻴﺎﺓ ﻭﺘﺤ ﻤ‪‬ﻠﺕ ﻗﺴﺎﻭﺓ ﺃﺭﺍﺽ ﺘﺎﺭﺓ ﺘﻤﻴﻝل ﺇﻟﻰ ﺍﻟﺴﺨﺎﺀ ﻭﺘﺎﺭﺓ ﺃﺨﺭﻯ ﺇﻟﻰ‬ ‫ﺍﻻﻤﺘﻨﺎﻉ‪ .‬ﺘﺤﻤﻝل ﺴﻤﻴﺭﺓ ﺩﺍﺨﻠﻬﺎ ﺜﻘﺎﻓﺔ ﻋﺭﻴﻘﺔ ﻭﺭﺍﺜﺘﻬﺎ ﻋﻥ ﺃﺠﺩﺍﺩ ﻴﻤﺎﺭﺴﻭﻥ ﺍﻟﺘﺭﺤﺎﻝل ﺒﻴﻥ ﺠﺒﺎﻝل ﻡڭﻭﻥ ﻭﺼﻐﺭﻭﻤﻨﺫ ﺯﻤﻥ ﺒﻌﻴﺩ‪.‬‬ ‫ﺼﺒﺎﺤﺎ‪ ،‬ﺘﻘﻭﻡ ﺴﻤﻴﺭﺓ ﺒﺎﻟﻤﺴﺎﻋﺩﺓ ﻓﻲ ﺍﻟﻘﻴﺎﻡ ﺒﺎﻷﻋﻤﺎﻝل ﺍﻟﻤﻨﺯﻟﻴﺔ ﻓﺒﻌﺩ ﺘﻨﺎﻭﻝل ﺍﻹﻓﻁﺎﺭ‪ ،‬ﺘﻀﻊ ﺃﺭﺒﻌﺔ ﻭﻋﺸﺭﻴﻥ ﻗﻨﻴﻨﺔ ﺒﻼﺴﺘﻴﻜﻴﺔ ﻋﻠﻰ ﻅﻬﺭﺍﻟﺒﻐﻝل ﻭﺘﻤﺴﻙ ﺒﻠﺠﺎﻤﻪ ﻟﺘﺠﺭ‪‬ﻩ ﺒﻘﻭﺓ ﻨﺤﻭ ﺃﺴﻔﻝل ﺍﻟﺠﺒﻝل ﻟﺠﻠﺏ ﺍﻟﻤﺎﺀ ﻤﻥ ﺍﻟﻌﻴﻥ‪ .‬ﻻ ﺘﻔﻀ‪‬ﻝل ﺴﻤﻴﺭﺓ ﺍﻟﻤﺸﻲ‪ ،‬ﻟﻬﺫﺍ ﺘﺠﺩﻫﺎ ﺘﻘﻁﱢﺏ ﺤﺎﺠﺒﻴﻬﺎ‬ ‫ﺒﻴﻨﻤﺎ ﺘﻤﺸﻲ ﻭﺘﺭﻤﻲ ﺒﺎﻷﺤﺠﺎﺭﻋﻠﻰ ﻁﻭﻝل ﺍﻟﻤﺴﻠﻙ‪ .‬ﻓﻲ ﻭﺤﺩﺓ ﻭﺴﻜﻭﻥ ﻁﺭﻴﻘﻬﺎ ﻴﺼﺒﺢ ﺘﻤﺭﺩﻫﺎ ﺒﺭﻴﺌﺎ‪.‬‬ ‫ﻻ ﺃﻨﻬﺎ ﻋﺠﺯﺕ ﻋﻥ ﺍﻟﺘﻭﺍﺼﻝل ﻤﻌﻬﻡ‪.‬ﻓﻌﻨﺩ ﻤﺭﻭﺭﻫﻡ‪ ،‬ﺘﻭﻗﻔﺕ ﻓﺠﺄﺓ ﻭﻅﻠﹼﺕ ﺘﺭﺸﻘﻬﻡ ﺒﻨﻅﺭﺓ ﻴﻐﻤﺭﻫﺎ ﺍﻟﻔﻀﻭﻝل ﻭﺍﻟﻘﻠﻕ‬ ‫ﻋﻨﺩ ﻤﻨﺘﺼﻑ ﺍﻟﻨﻬﺎﺭ‪ ،‬ﻭﺒﻴﻨﻤﺎ ﻜﺎﻨﺕ ﺍﻟﺸﻤﺱ ﺤﺎﺭﻗﺔ‪،‬ﺍﻟﺘﻘﺕ ﺴﻤﻴﺭﺓ ﺒﻤﺠﻤﻭﻋﺔ ﻤﻥ ﻤﺘﺴﻠﻘﻲ ﺍﻟﺠﺒﺎﻝل ﺍﻻﻭﺭﻭﺒﻴﻴﻥ‪ .‬ﻭ ﺒﺎﻟﺭﻏﻡ ﻤﻥ ﺃﻨﹼﻬﺎ ﺘﺘﻜﻠﹼﻡ ﺍﻷﻤﺎﺯﻴﻐﻴﺔ ﺇ ﹼ‬ ‫ﻭﺍﻷﻤﻝل‪،‬ﻨﻅﺭﺓ ﺘﻌﺒﺭﻋﻥ ﻤﻭﻗﻑ ﻭﻭﺍﻗﻊ ﻤﺘﻨﺎﻗﻀﻴﻥ‪.‬‬ ‫ﺯﻫﺭﺓ‬

‫ﻋﺒﺭ ﺍﻟﻨﺎﻓﺫﺓ ﺍﻟﻀﻴﻘﺔ ﻟﻠﻐﺭﻓﺔ ﻴﺘﺴﻠﹼﻝل ﻀﻭﺀ ﺨﺎﻓﺕ ﻴﺠﻌﻝل ﺍﻟﻤﺭﺀ ﻴﺤﻨﻲ ﺭﺃﺴﻪ ﻟﻴﺘﻤﻜﻥ ﻤﻥ ﺍﻟﻨﺴﻴﺞ ﻭﻤﻥ ﺒﻌﻴﺩ ﻴﺴﻤﻊ ﺼﻭﺕ ﺠﺭﻱ ﺍﻷﻁﻔﺎﻝل ﺒﻴﻥ ﺍﻟﺤﻘﻭﻝل ﻓﺘﻀﺭﻋﺕ ﺯﻫﺭﺓ ﺒﺎﻟﺩﻋﺎﺀ ﻟﻜﻲ ﻴﺼﺎﺏ ﺍﺒﻨﻬﺎ ﺠﻼﻝل ﺒﺄﺫﻯ ﺃﺜﻨﺎﺀ ﺍﻟﻠﻌﺏ‪ .‬ﻴﻌﻤﻝل ﺯﻭﺠﻬﺎ ﻓﻲ ﺍﻷﺭﺍﻀﻲ ﺍﻟﻤﻁﻠﺔ ﻋﻠﻰ‬ ‫ﺞ ﺒﺎﻟﻨﺸﺎﻁ ﺒﻌﺩ ﺁﺨﺭ ﻁﻠﺒﻴﺔ ﺯﺭﺍﺏ‬ ‫ﺍﻟﻨﻬﺭ‪.‬ﻭﻟﻜﻥ ﻤﻨﺫ ﻤﺩ‪‬ﺓ‪ ،‬ﻟﻡ ﻴﻌﺩ ﻤﺭﺩﻭﺩ ﺍﻟﻤﺤﺎﺼﻴﻝل ﻜﺎﻓﻴﺎ ﻟﻤﺼﺎﺭﻴﻑ ﺍﻟﺤﻴﺎﺓ ﻓﺎﻀﻁﺭ‪‬ﺕ ﺯﻫﺭﺓ ﻭﻫﻲ ﻓﻲ ﺭﺒﻴﻌﻬﺎ ﺍﻟﺜﺎﻨﻲ ﻭﺍﻟﻌﺸﺭﻴﻥ ﺃﻥ ﺘﻌﻤﻝل ﺒﻤﺸﻘﺔ ﻓﻲ ﺍﻟﻤﻨﺴﺞ ﻟﺘﻠﺒﻴﺔ ﺤﺎﺠﻴﺎﺘﻬﻡ‪ .‬ﺃﺼﺒﺤﺕ ﺘﻌﺎﻭﻨﻴﺔ ﺍﻟﺼﺎﻨﻌﺎﺕ ﺍﻟﺘﻘﻠﻴﺩﻴﺎﺕ ﻟﻘﺭﻴﺔ ﺍﻟﻠﺤﻭﻁ ﺘﻌ ‪‬‬ ‫ﺘﻠﻘﺘﻬﺎ‪ .‬ﻴﺘﻭﺍﻓﺩ ﺍﻟﻌﺩﻴﺩ ﻤﻥ ﺍﻟﺴﻴﺎﺡ ﻴﻭﻤﻴﺎ ﺍﻟﻰ ﺍﻟﻤﺸﻐﻝل ﺒﺩﺍﻓﻊ ﺍﻟﻔﻀﻭﻝل ﺃﻭ ﻻﻗﺘﻨﺎﺀ ﺒﻌﺽ ﺍﻟﺤﻠﻲ ﺃﻭ ﺍﻷﺜﻭﺍﺏ ﺍﻟﻤﻁﺭﺯﺓ ﺒﺎﻟﻴﺩ ﺃﻭ ﻟﺘﺯﻴﻴﻥ ﺃﻴﺎﺩﻴﻬﻡ ﺒﺎﻟﺤﻨﺎﺀ‪.‬‬ ‫ﻤﺭ‪‬ﺕ ﺴﻨﻭﺍﺕ ﻋﻠﻰ ﺤﻠﻭﻝل ﻤﻨﻅﻤﺔ ﻏﻴﺭ ﺤﻜﻭﻤﻴﺔ ﺍﻭﺭﻭﺒﻴﺔ ﺒﺎﻟﻘﺭﻴﺔ ﻟﻤﺴﺎﻋﺩﺓ ﻨﺴﺎﺌﻬﺎ ﻋﻠﻰ ﺍﻻﻨﻀﻤﺎﻡ ﺇﻟﻰ ﺘﻌﺎﻭﻨﻴﺔ ﻗﺩ ﺘﺸﻜﱢﻝل ﻤﺼﺩﺭ ﺩﺨﻝل ﺇﻀﺎﻓﻲ ﻟﻸﺴﺭ ﺫﻟﻙ ﺇﻟﻰ ﺠﺎﻨﺏ ﺘﻌﺯﻴﺯ ﺍﻟﺘﻘﺎﻟﻴﺩ ﺍﻟﺼﻨﺎﻋﻴﺔ ﻟﻠﻤﻨﻁﻘﺔ‪ .‬ﺃﻭﻟﺌﻙ ﺍﻷﻭﺭﻭﺒﻴﻭﻥ ﺍﻟﺫﻴﻥ ﻴﺸﻜﻠﻭﻥ ﺃﻓﻀﻝل ﺯﺒﺎﺌﻨﻬﻡ ﻓﻬﻡ ﺍﻟﺫﻴﻥ‬ ‫ﺍﻋﺘﺎﺩﻭﺍ ﺃﻥ ﻴﺩﻓﻌﻭﺍ ﻋﻥ ﺭﺤﺏ ﻭﺴﻌﺔ ﺃﺜﻤﻨﺔ ﻤﺸﺘﺭﻴﺎﺘﻬﻡ ﺍﻟﻜﻤﺎﻟﻴﺔ‪ .‬ﺘﻌﻤﻝل ﺯﻫﺭﺓ ﻋﻠﻰ ﺘﺼﻤﻴﻡ ﺯﺭﺒﻴﺔ ﺠﺩﻴﺩﺓ‪ .‬ﺇﺒﺭﺍﻫﻴﻡ ‪،‬ﺍﻟﺸﺎﺏ ﺍﻟﺫﻱ ﻜﻠﹼﻔﻬﺎ ﺒﺫﻟﻙ‪ ،‬ﻁﻠﺏ ﻤﻨﺘﻭﺠﺎ ﺘﻘﻠﻴﺩﻴﺎ ﻟﺘﺯﻴﻴﻥ ﻏﺭﻑ ﻤﺸﺭﻭﻋﻪ ﺍﻟﺠﺩﻴﺩ‪ :‬ﻓﻨﺩﻕ ﺭﻴﻔﻲ ﺒﺎﻟﺒﻠﺩﺓ ﺍﻟﻤﺠﺎﻭﺭﺓ ﻭﻫﻲ ﺒﺎﻴﺴﻭﻤﺎﺭ‪ .‬ﻭﻗﻊ ﺍﺨﺘﻴﺎﺭ ﺯﻫﺭﺓ ﻋﻠﻰ‬ ‫ﻁﺭﺍﺯ ﺘﻘﻠﻴﺩﻱ ﺒﺭﺴﻭﻡ ﻫﻨﺩﺴﻴﺔ ﺃﻤﺎﺯﻴﻐﻴﺔ ﻤﺴﺘﻌﻤﻠﺔ ﺍﻟﺼﻭﻑ ﺍﻷﺒﻴﺽ ﻭﺍﻷﺴﻭﺩ ﺍﻟﺫﻱ ﻴﺠﺯ‪‬ﻤﻥ ﺨﺭﺍﻑ ﺍﻟﺭﺤﻝل‪ .‬ﻋﺯﻴﻤﺘﻬﺎ ﻭ ﺜﺒﺎﺘﻬﺎ ﻜﺎﻤﺭﺃﺓ ﺘﻜﺎﻓﺢ ﻤﻥ ﺃﺠﻝل ﺃﺴﺭﺘﻬﺎ ﺘﺠﻌﻝل ﺃﺼﺎﺒﻌﻬﺎ ﺘﺘﺤﺭ‪‬ﻙ ﺒﺎﻨﺴﻴﺎﺒﻴﺔ ﺒﻴﻥ ﻭﺼﻼﺕ ﺍﻟﺨﻴﻭﻁ ﻭﻜﺄﻨﹼﻬﺎ ﺘﻌﺯﻑ ﻋﻠﻰ ﺁﻟﺔ ﻤﻭﺴﻴﻘﻴﺔ ﺘﻘﻠﻴﺩﻴﺔ‪.‬‬

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‫ﺇﺒﺭﺍﻫﻴﻡ‬

‫ﻤﻊ ﺤﻠﻭﻝل ﺍﻟﻠﻴﻝل ﺒﺎﻴﺴﻭﺭﺍﻥ‪ ،‬ﻴﺠﻠﺱ ﺍﺒﺭﺍﻫﻴﻡ ﺒﺭﻓﻘﺔ ﺍﺼﺩﻗﺎﺌﻪ ﺒﻌﺘﺒﺔ ﺒﻴﺘﻪ ﻴﻔﺴ‪‬ﺭ ﻟﻬﻡ ﻜﻴﻑ ﺃﻨﹼﻪ ﻻ ﻴﺴﺘﻁﻴﻊ ﺃﻥ ﻴﺘﻭﻗﹼﻑ ﻋﻥ ﺍﻟﺘﻔﻜﻴﺭ ﻟﻘﺭﺏ ﻤﻭﻋﺩﻩ ﻤﻊ ﻜﺭﻴﻡ ﻭﻫﻭ"ﻤﻌﻠﹼﻡ" ﻤﺭﻤﻭﻕ ﻤﻥ ﺒﻭﺘﻐﺭﺍﺭ ﻟﻴﻜﻠﱢﻔﻪ ﺒﺒﻨﺎﺀ ﻤﺸﺭﻭﻉ ﻓﻨﺩﻗﻪ ﺍﻟﺭﻴﻔﻲ‪ .‬ﻗﻀﻰ ﺇﺒﺭﺍﻫﻴﻡ ﺸﺒﺎﺒﻪ ﻴﺩﺭﺱ ﺒﺠﺎﻤﻌﺔ ﻓﺭﻨﺴﻴﺔ‪،‬‬ ‫ﻭﻤﻨﺫ ﺭﺠﻭﻋﻪ ﻭﻫﻭ ﻤﺼﻤ‪‬ﻡ ﻋﻠﻰ ﺇﻨﺠﺎﺯ ﻤﺸﺭﻭﻉ ﻴﺅﻤ‪‬ﻥ ﻟﻪ ﻤﺩﺨﻭﻻ ﻭﻴﻨﻬﺽ ﺒﺘﻨﻤﻴﺔ ﻫﺫﻩ ﺍﻟﺒﻠﺩﺓ ﺍﻟﺘﻲ ﻴﻨﻌﺩﻡ ﻓﻴﻬﺎ ﻁﺭﻴﻕ ﻤﻌﺒ‪‬ﺩ ﻟﻠﻭﺼﻭﻝل ﺇﻟﻴﻬﺎ‪.‬‬ ‫ﻜﺎﻥ ﺍﻷﻤﻝل ﻴﻐﻤﺭ ﺍﺒﺭﺍﻫﻴﻡ ﻭﻫﻭ ﻴﺼﻑ ﺒﺩﻗﹼﺔ ﻤﺴﺎﻟﻙ ﺍﻟﺘﺠﻭﺍﻝل ﺍﻟﺘﻲ ﺴﻴﻌﺭﻀﻬﺎ ﻋﻠﻰ ﺍﻟﺴﻴﺎﺡ‪ ،‬ﻭﺍﻟﺭﺤﻼﺕ ﻋﻠﻰ ﻤﺘﻥ ﺴﻴﺎﺭﺍﺕ ﺭﺒﺎﻋﻴﺔ ﺍﻟﺩﻓﻊ ﻋﺒﺭ ﺃﺨﺎﺩﻴﺩ ﺍﻟﻨﻬﺭ ﻭﻜﺫﺍ ﺍﻟﺭﻤﺯ ﺍﻟﺫﻱ ﺴﻴﺤﻤﻠﻪ ﻤﻭﻗﻌﻪ ﻋﻠﻰ ﺍﻹﻨﺘﺭﻨﺕ‪ .‬ﻋﻤﻝل ﺇﺒﺭﺍﻫﻴﻡ ﻜﻤﺭﺸﺩ ﺠﺒﺎﻝل ﺒﻔﻨﺩﻕ ﺸﻬﻴﺭﺒﻘﻠﻌﺔ ﻡڭﻭﻨﺔ ﻟﻤﺩ‪‬ﺓ‬ ‫ﻥ ﺃﺼﺩﻗﺎﺌﻪ ﺃﻋﺭﺒﻭﺍ ﻋﻥ ﻋﺩﻡ ﺍﺴﺘﻴﻌﺎﺒﻬﻡ ﻟﺴﺒﺏ ﻋﻭﺩﺘﻪ‬ ‫ﻝل ﻗﻭﺍﻩ ﻟﻠﻨﻬﻭﺽ ﺒﺤﻴﺎﺘﻪ ﻭﺤﻴﺎﺓ ﺴﺎﻜﻨﺔ ﺍﻟﻭﺍﺩﻱ ﺍﻟﺫﻱ ﺸﻬﺩ ﻨﺸﺄﺘﻪ‪ .‬ﻟﻜ ‪‬‬ ‫ﺘﻨﺎﻫﺯﺃﺭﺒﻌﺔ ﺃﻋﻭﺍﻡ ﺍﻨﺘﻅﺭ ﺨﻼﻟﻬﺎ ﻟﺤﻅﺔ ﺘﻨﻔﻴﺫ ﻤﺸﺭﻭﻋﻪ ﻭﻋﻼﻤﺔ ﺍﻹﺜﺎﺭﺓ ﻭﺍﻟﺤﻤﺎﺱ ﺒﺎﺘﺕ ﻅﺎﻫﺭﺓ ﻋﻠﻰ ﻤﻼﻤﺤﻪ‪ .‬ﺍﺒﺘﺩﺍﺀﹰﺍ ﻤﻥ ﺍﻟﻐﺩ ﺴﻭﻑ ﻴﺴﺘﺜﻤﺭﻜ ّ‬ ‫ﺇﻟﻰ ﺒﻠﺩﺘﻪ ﺒﻌﺩ ﺃﻥ ﺃﺘﻴﺤﺕ ﻟﻪ ﺍﻟﻔﺭﺼﺔ ﻟﻠﻤﻜﻭﺙ ﺒﻠﻴﻭﻥ ﺤﻴﺙ ﻜﺎﻥ ﻟﻪ ﻋﻤﻝل ﻗﺎﺭ‪ ‬ﻓﻜﻴﻑ ﻟﻪ ﺃﻥ ﻴﻔﻀ‪‬ﻝل ﺍﻟﺭﺠﻭﻉ ﺍﻟﻰ ﻫﺫﻩ ﺍﻟﻤﻨﻁﻘﺔ ﺍﻟﻨﺎﺌﻴﺔ ﻻﻨﻁﻼﻗﺔ ﺍﻟﺠﺩﻴﺩﺓ ﺒﻌﺩ ﺃﻥ ﺍﻜﺘﺸﻑ ﻤﺩﻯ ﺸﺴﺎﻋﺔ ﺍﻟﻌﺎﻟﻡ‪.‬‬

‫ﻜﺭﻴﻡ‬

‫ﻜﺎﻨﺕ ﺍﻟﺸﻤﺱ ﺍﻟﺤﺎﺭﺓ ﺴﺎﻁﻌﺔ ﻋﻠﻰ ﺍﻟﻤﻨﺤﺩﺭﺍﺕ ﺍﻟﻘﻭﻴﺔ ﻟﻠﻭﺍﺩﻱ‪ .‬ﺒﻴﻨﻤﺎ ﻜﺎﻥ ﻓﺭﻴﻕ ﺍﻟﻌﻤﺎﻝل ﻴﺒﻨﻲ ﺠﺩﺍﺭ ﻤﻥ ﺍﻟﻁﻴﻥ‪ ،‬ﻟﺠﺄ ﻜﺭﻴﻡ ﺇﻟﻰ ﺸﺠﺭﺓ ﺘﻴﻥ ﻟﻴﺴﺘﺭﻴﺢ ﺘﺤﺕ ﻅﻠﹼﻬﺎ ﺍﻟﻤﻨﻌﺵ‪ .‬ﺒﻠﹼﻝل ﻭﺠﻬﻪ ﺒﺎﻟﻤﺎﺀ ﻤﻥ ﺍﻟﺴﺎﻗﻴﺔ ﻭﻫﻭ ﻴﺘﺄﻤ‪‬ﻝل ﺍﻟﺴﻭﺭ ﻏﻴﺭ ﺍﻟﻤﻜﺘﻤﻝل‪ .‬ﺍﺴﻤﺭ‪‬ﺕ ﺒﺸﺭﺓ ﻜﺭﻴﻡ ﺘﺤﺕ‬ ‫ﺍﻟﺸﻤﺱ ﻭﺃﺼﺒﺤﺕ ﻴﺩﻴﻪ ﺨﺸﻨﺘﻴﻥ ﻤﺜﻝل ﺍﻟﺠﻠﺩ ﺠﺭﺍﺀ ﺍﺴﺘﻌﻤﺎﻝل ﺍﻟﻤﺠﺭﻓﺔ ﻭﺍﻟﻔﺄﺱ‪.‬ﺭﻏﻡ ﺒﻠﻭﻏﻪ ﺨﻤﺴﺔ ﻭﺨﻤﺴﻭﻥ ﺴﻨﺔ ﻓﻬﻤ‪‬ﺘﻪ ﻓﻲ ﺍﻟﻌﻤﻝل ﻟﻡ ﺘﻘﻝلّ ﺸﺩ‪‬ﺓ ﻋﻥ ﺃﻭﻝلّ ﻴﻭﻡ ‪ .‬ﻭﻫﺎﻫﻭ ﺍﻟﻴﻭﻡ ﻴﻠﻘﱢﻥ ﺍﻟﺤﺭﻓﺔ ﻷﺼﻐﺭ ﺃﻭﻻﺩﻩ » ﻴﻭﺴﻑ ﻴﺎ ﺒ‪‬ﻨﻲ‪ ،‬ﻋﻨﺩﻤﺎ ﻴﻜﻭﻥ ﺍﻟﺠﻭ ﺤﺎﺭ‪‬ﺍ ﻴﺠﺏ ﺃﻥ ﺘﺤﺭﺹ‬ ‫ﻝل ﺍﻷﺭﺽ ﺭﻁﺒﺔ ﻜﻲ ﻻ ﻴﺘﺸﻘﹼﻕ ﺍﻟﺴﻭﺭ« ‪.‬‬ ‫ﻋﻠﻰ ﺃﻥ ﺘﻅ ّ‬ ‫ﻥ‬ ‫ﻴﻌﻤﻝل ﻜﺭﻴﻡ ﻭ ﻓﺭﻴﻘﻪ ﻋﻠﻰ ﺒﻨﺎﺀ ﺍﻟﺠﺩﺍﺭ ﺍﻟﺫﻱ ﺴﻴﺤﻴﻁ ﺒﺎﻟﺒﻘﻌﺔ ﺍﻟﺘﻲ ﺴﻴﻘﺎﻡ ﻋﻠﻴﻬﺎ ﻤﺒﻨﻰ ﻻﺴﺘﻘﺒﺎﻝل ﺍﻟﺴﻴﺎﺡ‪ .‬ﻤﻨﺫ ﺃﺴﺒﻭﻋﻴﻥ‪ ،‬ﻜﻠﹼﻔﻬﻡ ﺸﺎﺏ ﻋﻨﻴﺩ ﺒﺒﻨﺎﺌﻪ ﺒﺎﻻﺴﻤﻨﺕ ﺍﻟﻤﺴﻠﹼﺢ ﻭﺭﻏﻡ ﺃﻥ ﻜﺭﻴﻡ ﻴﻌﺭﻑ ﻫﺫﻩ ﺍﻟﺘﻘﻨﻴﺔ ﺇﻟﹼﺎ ﺃﻨﹼﻪ ﻻ ﻴﻔﻀ‪‬ﻠﻬﺎ ﻟﻜﻭﻨﻬﺎ ﺃﻜﺜﺭ ﻜﻠﻔﺔ ﻤﻥ ﺍﻟﺘﻘﻠﻴﺩﻴﺔ‪ ،‬ﺇﻀﺎﻓﺔ ﺇﻟﻰ ﺃ ‪‬‬ ‫ﻥ ﺍﻟﻤﻨﺎﺯﻝل ﺍﻟﻤﺒﻨﻴﺔ ﺒﺎﻻﺴﻤﻨﺕ‪،‬‬ ‫ﺍﻟﻤﻨﺎﺯﻝل ﺍﻟﻤﺒﻨﻴﺔ ﺒﻬﺫﻩ ﺍﻟﻁﺭﻴﻘﺔ ﺘﻜﻭﻥ ﺒﺎﺭﺩﺓ ﻓﻲ ﺍﻟﺸﺘﺎﺀ ﻭﺤﺎﺭﺓ ﻓﻲ ﺍﻟﺼﻴﻑ‪ .‬ﺇﻥ‪ ‬ﻜﺭﻴﻡ ﻫﻭ ﻜﺒﻴﺭ ﻋﻤﺎﻝل ﺍﻟﺒﻨﺎﺀ ﺃﻭ "ﻟﻤﻌﻠﹼﻡ" ﻜﻤﺎ ﻴﻘﺎﻝل ﻓﻲ ﺍﻟﻤﻨﻁﻘﺔ ﺤﻴﺙ ﺘﻌﻭﺩ‪ ‬ﺃﻥ ﻴﻘﻭﻡ ﺒﻌﻤﻠﻪ ﺒﺈﺘﻘﺎﻥ‪ .‬ﺇﺒﺭﺍﻫﻴﻡ‪ ،‬ﻤﺴﺎﻋﺩﻩ‪ ،‬ﻴﻨﻌﺙ ﺘﻔﻜﻴﺭﻜﺭﻴﻡ ﺒﺎﻟﺘﻘﻠﻴﺩﻱ ﻭﻴﺭﻯ ﺃ ‪‬‬ ‫ﻜﻤﻨﺎﺯﻝل ﻗﻠﻌﺔ ﻡڭﻭﻨﺔ‪ ،‬ﺘﻜﻭﻥ ﻋﺼﺭﻴﺔ ﻭﺠﻤﻴﻠﺔ ﻭﺃﻜﺒﺭﺤﺠﻤﺎ ﻤﻥ ﺘﻠﻙ ﺍﻟﺘﻲ ﺒﻨﻴﺕ ﺒﺎﻟﻁﻴﻥ‪.‬ﺃﺨﻴﺭﺍ ﻭﺒﻌﺩ ﻨﻘﺎﺵ ﻤﻁﻭ‪‬ﻝل‪ ،‬ﺍﺘﹼﻔﻘﺎ ﻋﻠﻰ ﺃﻥ ﻴﻜﻭﻥ ﻫﻴﻜﻝل ﺍﻟﻤﻨﺯﻝل ﻤﻥ ﺍﻻﺴﻤﻨﺕ ﻭﺘﻜﻭﻥ ﺍﻟﺠﺩﺭﺍﻥ ﻤﻥ ﺍﻟﻁﻭﺏ ﺃﻤﺎ ﺤﺎﺌﻁ ﺍﻟﺴﻭﺭﻓﺴﻴﺘﻜﻭ‪‬ﻥ ﻤﻥ ﻤﺯﻴﺞ ﺍﻟﻁﻴﻥ ﻭﺍﻻﺴﻤﻨﺕ‪ .‬ﺍﻗﺘﻨﻊ ﻜﺭﻴﻡ ﺇﻟﻰ‬

‫ﻑ ﻋﻥ ﺍﻟﺘﺴﺎﺅﻝل ﺤﻭﻝل ﻤﺎ ﻴﺠﺫﺏ ﺍﻟﺸﺒﺎﻥ ﺍﻟﻤﻬﺎﺠﺭﻴﻥ ﺇﻟﻰ ﺘﻠﻙ ﺍﻟﻤﺒﺎﻨﻲ ﺍﻻﺴﻤﻨﺘﻴﺔ ﺍﻟﺨﺎﻟﻴﺔ ﻤﻥ ﺩﻑﺀ ﺃﻟﻭﺍﻥ ﺍﻟﺠﻤﺎﻟﻴﺔ‪.‬‬ ‫ﺤ ‪‬ﺩ ﻤﺎ ﺒﺎﻟﻔﻜﺭﺓ ﺇﻟﹼﺎ ﺃﻨﹼﻪ ﻟﻡ ﻴﻜ ﹼ‬ ‫ﻤﺎﺭﻱ‬

‫ﺃﺜﻨﺎﺀ ﺍﻨﺘﻅﺎﺭ ﻤﺎﺭﻱ ﻭﺼﻭﻝل ﺍﻟﺒﺎﺨﺭﺓ ﺇﻟﻰ ﻤﻴﻨﺎﺀ ﻁﻨﺠﺔ ﺍﻨﺘﺎﺒﻬﺎ ﺍﻻﺭﺘﺒﺎﻙ‪ ،‬ﻓﻘﺩ ﻜﺎﻨﺕ ﻫﺫﻩ ﻫﻲ ﺃﻭﻝل ﻤﺭﺓ ﺘﺯﻭﺭ ﻓﻴﻬﺎ ﺍﻟﻤﻐﺭﺏ‪ ،‬ﻓﻤﻨﺫ ﺍﺴﺒﻭﻋﻴﻥ ﺤﻴﻥ ﻋﺒﺭﺕ ﺍﻟﻤﻀﻴﻕ ﻭﻭﻁﺄﺕ ﻗﺩﻤﻴﻬﺎ ﻷﻭﻝل ﻤﺭﺓ ﺍﻟﻘﺎﺭﺓ ﺍﻹﻓﺭﻴﻘﻴﺔ‪ ،‬ﻟﻡ ﺘﻜﻥ ﺘﻌﺭﻑ ﺃﻥ ﻫﺫﻩ ﺍﻟﺭﺤﻠﺔ ﺴﺘﻐﻴﺭﻫﺎ ﻟﻸﺒﺩ‪ ،‬ﻓﻤﻨﺫ ﻭﻗﺕ‬ ‫ﻜﺎﻨﺕ ﻤﺎﺭﻱ ﺘﺤﺱ ﺒﺎﻟﻔﻀﻭﻝل ﻻﻜﺘﺸﺎﻑ ﺫﺍﻟﻙ ﺍﻟﺒﻠﺩ ﺍﻟﻤﺜﻴﺭ ﻭﺍﻟﺫﻱ ﺴﻤﻌﺕ ﻋﻨﻪ ﻷﻭﻝل ﻤﺭﺓ ﻭﻫﻲ ﻻ ﺘﺯﺍﻝل ﻁﻔﻠﺔ ﺨﻼﻝل ﺤﺼﺔ ﺍﻟﺘﺎﺭﻴﺦ ﺒﺒﻠﺩﻫﺎ ﺍﻷﻡ ﻓﺭﻨﺴﺎ‪ ،‬ﻓﺤﻴﻥ ﺍﻗﺘﺭﺡ ﻋﻠﻴﻬﺎ ﻨﺎﺩﻱ ﺘﺴﻠﻕ ﺍﻟﺠﺒﺎﻝل ﺒﻤﺩﻴﻨﺔ ﺠﺭﻭﻨﻭﺒﻝل ﺯﻴﺎﺭﺓ ﺍﻟﻤﻐﺭﺏ ﻤﻥ ﺃﺠﻝل ﺍﻟﻘﻴﺎﻡ ﺒﺭﺤﻠﺔ ﺘﺠﻭﺍﻝل ﻋﺒﺭ ﻭﺍﺩﻱ‬ ‫ﻡڭﻭﻥ ﻟﻡ ﺘﻔﻜﺭ ﻓﻲ ﺍﻷﻤﺭ ﻤﺭﺘﻴﻥ‪ ،‬ﻓﻘﺩ ﺃﺨﺫﺘﻬﺎ ﺭﻭﺍﻴﺎﺕ ﺠﺎﻙ ﻜﺭﻭﺍﻙ ﻭﺒﻭﻝل ﺒﻭﻟﺯ ﺇﻟﻰ ﻋﻭﺍﻟﻡ ﺍﻟﺭﺤﻝل ﺍﻟﺤﺎﻟﻤﻴﻥ ﻭﻜﺎﻨﺕ ﻟﻬﺎ ﺒﻤﺜﺎﺒﺔ ﺍﻟﺩﺍﻓﻊ ﻟﻼﻨﻁﻼﻕ ﺇﻟ ﻰ ﻋﺎﻟﻡ ﺍﻟﻤﻐﺎﻤﺭﺓ‪ ،‬ﻏﻴﺭ ﺃﻥ ﺨﻴﺎﻟﻬﺎ ﻟﻡ ﻴﺼﻝل ﺇﻟﻰ ﻤﺴﺘﻭﻱ ﺍﻷﺤﺎﺴﻴﺱ ﺍﻟﺘﻲ ﻋﺎﺸﺘﻬﺎ ﺨﻼﻝل ﺘﻠﻙ ﺍﻟﺭﺤﻠﺔ‪.‬‬ ‫ﻜﺎﻥ ﺍﻟﺴﻔﺭ ﺴﺭﻴﻌﺎ ﺠﺩﺍ ﻭﺩﺍﺌﻤﺎ ﺒﺎﺘﺠﺎﻩ ﺍﻟﺠﻨﻭﺏ؛ ﺸﻔﺸﺎﻭﻥ ﻭﻓﺎﺱ ﻭﻜﺘﺒﺎﻥ ﻤﺭﺯﻭڭﺓ ﻭﺍﻷﻁﻠﺱ ﺍﻟﻜﺒﻴﺭ ﻭﺍﻟﻭﺩﻴﺎﻥ ﺍﻟﻤﺘﻭﺍﺠﺩﺓ ﻋﻠﻰ ﻤﺸﺎﺭﻑ ﺍﻟﺼﺤﺭﺍﺀ‪ ،‬ﻨﺯﻟﺕ ﺍﻟﻤﺠﻤﻭﻋﺔ ﺒﻔﻨﺩﻕ ﺼﻐﻴﺭ ﺃﺴﻔﻝل ﺍﻟﺠﺒﻝل‪ .‬ﻓﻲ ﺍﻟﺼﺒﺎﺡ ﻜﺎﻥ ﺍﻟﺼﻌﻭﺩ ﺇﻟﻰ ﺍﻟﻘﻤﺔ ﺼﻌﺒﺎ ﻭﺍﻟﻁﺭﻴﻕ ﺼﺨﺭﻱ ﻭﻗﺎﺤﻝل ﻟﻜﻥ‬ ‫ﺍﻟﻤﻨﺎﻅﺭ ﻜﺎﻨﺕ ﺘﺴﺘﺤﻕ ﺫﺍﻟﻙ ﺍﻟﻌﻨﺎﺀ‪ ،‬ﻓﻲ ﻤﻨﺘﺼﻑ ﺍﻟﻨﻬﺎﺭ ﻭﺒﻴﻨﻤﺎ ﻜﺎﻨﺕ ﻤﺎﺭﻱ ﺘﺜﺒﺕ ﺍﻟﻌﺼﺎ ﻋﺒﺭ ﺍﻟﺼﺨﻭﺭ ﺍﻟﻤﺘﻨﺎﺜﺭﺓ‪ ،‬ﺍﻟﺘﻘﺕ ﺍﻟﻤﺠﻤﻭﻋﺔ ﺒﻔﺘﺎﺓ ﺘﺠﺭ ﺒﻐﻼ‪ ،‬ﺒﺩﺍ ﺍﻟﻤﺸﻬﺩ ﻭﻜﺄﻨﻪ ﻤﺄﺨﻭﺫ ﻤﻥ ﻓﻴﻠﻡ ﺘﺎﺭﻴﺨﻲ‪ ،‬ﺃﺨﺫ ﺍﻟﺠﻤﻴﻊ ﻴﻨﻅﺭ ﺒﻌﻀﻪ ﺒﻌﻀﺎ ﺒﺎﺴﺘﻐﺭﺍﺏ ﻭﻜﺄﻥ ﻜﻝل ﻭﺍﺤﺩ ﻤﻨﻬﻡ ﻴﺭﻯ‬ ‫ﺃﻤﺎﻤﻪ ﻜﺎﺌﻨﺎ ﻤﻥ ﻋﺎﻟﻡ ﺍﺨﺭ‪.‬ﺃﺭﺍﺩﺕ ﻤﺎﺭﻱ ﺃﺨﺫ ﺼﻭﺭﺓ ﻤﻊ ﺍﻟﺼﻐﻴﺭﺓ ﻟﻜﻨﻬﺎ ﺭﻓﻀﺕ ﺒﺸﺩﺓ ﻤﻥ ﺨﻼﻝل ﺤﺭﻜﺔ ﺨﺎﻟﻴﺔ ﻤﻥ ﺍﻟﻤﺠﺎﻤﻠﺔ ﻭﻟﻠﺤﻅﺔ ﺍﻨﺘﺎﺏ ﻤﺎﺭﻱ ﺍﺤﺴﺎﺱ ﻤﻠﻲﺀ ﺒﺎﻟﻤﻔﺎﺠﺄﺓ ﻭﺍﻻﻨﺯﻋﺎﺝ‪ .‬ﺃﺜﻨﺎﺀ ﻁﺭﻴﻕ ﺍﻟﻌﻭﺩﺓ‪ ،‬ﺤﻠﺕ ﻤﺎﺭﻱ ﺒﻤﺩﻴﻨﺔ ﻤﺭﺍﻜﺵ ﺘﺎﺭﻜﺔ ﺨﻠﻔﻬﺎ ﺍﻟﺠﺒﺎﻝل‬ ‫ﻭﺍﻟﺼﺤﺭﺍﺀ ﻭﺤﻴﻨﺌﺫ ﻓﻘﻁ ﺃﺼﺒﺤﺕ ﻗﺎﺩﺭﺓ ﻋﻠﻰ ﺍﺴﺘﻴﻌﺎﺏ ﺫﺍﻟﻙ ﺍﻟﻤﺯﻴﺞ ﺍﻟﻐﻨﻲ ﻤﻥ ﺍﻟﺜﻘﺎﻓﺎﺕ ﺍﻟﻤﺘﻤﺭﻜﺯ ﺒﺴﺎﺤﺔ ﺠﺎﻤﻊ ﺍﻟﻔﻨﺎ‪ .‬ﻜﺎﻨﺕ ﻨﻅﺭﺘﻬﺎ ﻗﺩ ﺘﻐﻴﺭﺕ ﺒﻴﻥ ﺍﻷﻓﻜﺎﺭ ﺍﻟﺸﺎﺌﻌﺔ ﺍﻟﺘﻲ ﻴﺄﺘﻲ ﺒﻬﺎ ﺍﻟﺴﻴﺎﺡ ﻓﻲ ﻤﺨﻴﻠﺘﻬﻡ ﻭﺒﻴﻥ ﻟﻤﺴﺔ ﺴﺭﻴﻌﺔ ﻟﻠﻭﺍﻗﻊ‪ .‬ﺍﺤﺘﻠﺕ ﺍﻓﺭﻴﻘﻴﺎ ﻤﻜﺎﻨﺔ ﺨﺎﺼﺔ ﻓﻲ ﻗﻠﺏ‬ ‫ﻤﺎﺭﻱ ﻟﻸﺒﺩ ﻟﻜﻥ ﻻﻤﻜﺎﻥ ﻟﻬﺎ ﻫﻨﺎ‪ .‬ﻤﻥ ﺍﻟﻤﻤﻜﻥ ﺃﻥ ﺘﻜﻭﻥ ﺫﻜﺭﻴﺎﺘﻬﺎ ﻟﻡ ﺘﻌﺩ ﺴﻭﻯ ﺠﻭﻫﺭﺍ ﻻ ﻴﺘﻁﻠﺏ ﻤﻜﺎﻨﺎ ﻓﻲ ﺍﻟﻭﺠﻭﺩ‪.‬‬

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‫ﺘﻌﻠﻴﻘﺎﺕ ﺍﻟﻤﺅﻟﻔﻴﻥ ﻭﻻﺌﺤﺔ ﺍﻟﺸﻜﺭ ﺍﻟﺨﺎﺹ ‪:‬‬ ‫ﻴﻘﺩ‪‬ﻡ ﻟﻨﺎ ﻫﺫﺍ ﺍﻟﻤﻁﺒﻭﻉ ﻤﻠﺨﹼﺼﺎ ﻻﺴﺘﻨﺘﺎﺠﺎﺕ ﺍﻟﺤﻠﻘﺎﺕ ﺍﻟﺩﺭﺍﺴﻴﺔ ﺍﻟﻤﻨﻅﻤﺔ ﺨﻼﻝل ﺸﻬﺭﻱ ﺸﺘﻨﺒﺭ‪ 2011‬ﻭﺸﺘﻨﺒﺭ‪ 2012‬ﺒﻭﺍﺩﻱ ﺍﻟﻡﯓڭﻭﻥ )ﺍﻷﻁﻠﺱ‬ ‫ﺍﻟﻜﺒﻴﺭ‪،‬ﺍﻟﻤﻐﺭﺏ( ﺒﻤﺴﺎﻫﻤﺔ ﺠﺎﻤﻌﺎﺕ ﻤﺎﻟﻘﺔ‪ ،‬ﻏﺭﻨﺎﻁﺔ‪ ،‬ﻓﺎﻟﻨﺴﻴﺎ ﻭﺍﻟﺭﺒﺎﻁ‪ .‬ﻭﻫﻭﺒﻤﺜﺎﺒﺔ ﻤﺤﺎﻭﻟﺔ ﻟﻌﻜﺱ ﺼﻭﺭﺓ ﺫﺍﺘﻴﺔ ﻟﻠﻤﻨﺎﻅﺭ ﺍﻟﻁﺒﻴﻌﻴﺔ ﻭﺍﻟﻤﻌﻤﺎﺭﻴﺔ‬

‫ﻭﺍﻟﺒﺸﺭﻴﺔ ﻟﻬﺫﺍ ﺍﻟﻭﺍﺩﻱ ﺍﻟﻤﺘﻭﺍﺠﺩ ﻋﻠﻰ ﻤﺸﺎﺭﻑ ﺍﻟﺼﺤﺭﺍﺀ‪.‬‬

‫ﻨﺭﻴﺩ ﺃﻥ ﻨﻘﺩ‪‬ﻡ ﺠﺯﻴﻝل ﺍﻟﺸﻜﺭ ﻟﻠﺴﻴﺩ ﺭﻭﺠﺭ ﻤﻴﻤﻭ ﻟﻤﺴﺎﻋﺩﺘﻪ ﺍﻟﻘﻴ‪‬ﻤﺔ ﻋﻠﻰ ﺘﻨﻅﻴﻡ ﺍﻟﻤﺸﺭﻭﻉ‪ ،‬ﻟﻠﺴﻴﺩ ﺒﻨﺸﻘﺭﻭﻥ ﻻﺴﺘﻀﺎﻓﺘﻪ ﻟﻨﺎ ﺒﺎﻟﻤﺩﺭﺴﺔ ﺍﻟﻭﻁﻨﻴﺔ‬ ‫ﻟﻠﻬﻨﺩﺴﺔ ﺍﻟﻤﻌﻤﺎﺭﻴﺔ ﻟﻠﺭﺒﺎﻁ‪ ،‬ﻟﻠﺴﻴﺩ ﻴﻭﺴﻑ ﻋﻠﻤﻲ ﺍﻟﺫﻱ ﻜﺎﻥ ﻨﻌﻡ ﺍﻟﻤﻀﻴﻑ ﺒﺒﻭﺘﻐﺭﺍﺭ‪ ،‬ﻝل ﺇﺒﺭﺍﻫﻴﻡ ﻻﺴﺘﻘﺒﺎﻟﻪ ﻟﻨﺎ ﺒﺎﻴﺴﻭﻤﺎﺭ ﻭﻟﻠﺴﻴﺩ ﺨﻭﺍﻥ ﺩﻱ‬ ‫ﺩﻴﻭﺱ ﺭﻭﻤﻴﺭﻭ ﻟﺤﻔﺎﻭﺓ ﺍﺴﺘﻘﺒﺎﻟﻪ ﻟﻨﺎ ﺒﺎﻤﺴﻜﺎﺭ ﺍﻟﻔﻭﻗﺎﻨﻲ‪ .‬ﻜﺫﻟﻙ ﻨﻘﺩ‪‬ﻡ ﺠﺯﻴﻝل ﺍﻟﺸﻜﺭ ﻟﻠﺴﻴﺩ ﺨﻴﺭﻭﻨﻴﻤﻭ ﺒﺎﻴﺯ ﻻﺴﺘﻀﺎﻓﺘﻨﺎ ﺒﻤﻨﺯﻟﻪ ﺒﺴﻜﻭﺭﺓ‪ ،‬ﻟﻌﺎﺌﻠﺔ‬ ‫ﺒﻨﺠﻴﻼﻥ ﺒﺎﻟﺭﺒﺎﻁ ﻭﻟﺠﻤﻴﻊ ﻤﺸﺭﻓﻲ ﺍﻟﻔﻨﺎﺩﻕ ﺨﺎﺭﺝ ﺍﻟﻭﺍﺩﻱ‪:‬ﺍﻟﺴﻴﺩ ﺒﻥ ﺴﻼﻡ ﺒﺸﻔﺸﺎﻭﻥ‪ ،‬ﺍﻟﺴﻴﺩ ‪ ‬ﺒﺭﻨﺎﺩدﺭر ﺒﻔﺎﺱ‪ ،‬ﺍﻟﺴﻴﺩ ﺃﺤﻤﺩ ﺒﺎﻟﺨﺭﺒﺎﻁ‪ ،‬ﺍﻟﺴﻴﺩ ﺨﻭﺍﻥ‬ ‫ﺩﻱ ﺩﻴﻭﺱ ﺒﺴﻜﻭﺭﺓ‪ ،‬ﺍﻟﺴﻴﺩ ﻤﺤﻤﺩ ﺒﺘﻤﻨﻭﻜﺎﻟﺕ‪ ،‬ﺍﻟﺴﻴﺩ ﺤﺴﻥ ﺒﺄﻜﺩﺯ‪ ،‬ﺍﻟﺴﻴﺩ‪ ‬ﺍﻟﺤﺴﻴﻥ ﺒﺄﻨﻜﻠﺯ‪ ،‬ﺍﻟﺴﻴﺩﺓ ﻤﺎﺭﻴﻨﺎ ﺒﻤﺭﺍﻜﺵ ﻭﺍﻟﺴﻴﺩﺓ ﺭﺸﻴﺩﺓ ﺒﺄﺼﻴﻠﺔ‪ .‬ﻨﻭ ‪‬ﺩ‬ ‫ﻜﺫﻟﻙ ﺸﻜﺭ ﺠﻤﻴﻊ ﺍﻟﺴﺎﺌﻘﻴﻥ ﺍﻟﺫﻴﻥ ﻗﺎﺩﻭﻨﺎ ﺇﻟﻰ ﺍﻟﺠﻨﻭﺏ ﻭ ﺍﻟﻤﻜﺎﺭﻴﻥ ﻭﻜﺫﺍ ﺍﻟﻤﺭﺸﺩﻴﻥ ﺍﻟﻤﺤﻠﹼﻴﻴﻥ ﺍﻟﺫﻴﻥ ﺭﺍﻓﻘﻭﻨﺎ ﺨﻼﻝل ﺭﺤﻠﺘﻨﺎ ﻋﺒﺭ ﻭﺍﺩﻱ ﺍﻟﻤﻜﻭﻥ‪.‬‬ ‫ﻜﺫﻟﻙ ﻨﻘﺩ‪‬ﻡ ﺠﺯﻴﻝل ﺍﻟﺸﻜﺭ ﻟﻠﺴﺎﺩﺓ ﻋﺒﺩ ﺍﻟﻌﺯﻴﺯ ﻭﺒﺩﺭ ﺍﻟﻌﺭﺒﺎﻭﻱ‪ ،‬ﺃﺴﺎﺘﺫﺓ ﺒﺎﻟﺴﻠﻙ ﺍﻻﺒﺘﺩﺍﺌﻲ ﺒﺎﻟﻤﺩﺭﺴﺔ ﺍﻻﺒﺘﺩﺍﺌﻴﺔ ﻟﺒﻭﺘﻐﺭﺍﺭ ﻭﺸﻜﺭ ﺨﺎﺹ ﻟﻠﺴﻴﺩ‬ ‫ﻤﻴﻤﻭﻥ ﺘﻔﻭﻴﺕ‪ ،‬ﻤﺩﻴﺭﺍﻟﻤﺩﺭﺴﺔ‪ ،‬ﻭﺍﻟﺫﻱ ﺴﻤﺢ ﻟﻨﺎ ﺒﺘﻨﻅﻴﻡ ﺤﻠﻘﺔ ﺩﺭﺍﺴﻴﺔ ﻤﻊ ﺘﻼﻤﻴﺫ ﺍﻟﻤﺅﺴﺴﺔ‪ .‬ﻭﻨﺸﻜﺭ ﻜﺫﻟﻙ ﺠﻤﻌﻴﺔ ﺍﻟﺤﻭﻁ ﻟﻠﻔﻠﻜﻠﻭﺭ ﺍﻷﻤﺎﺯﻴﻐﻲ‪،‬‬ ‫ﻭﺠﻤﻌﻴﺔ ﺘﻤﺎﺯﻴﻐﺕ ﻟﺘﻨﻤﻴﺔ ﺍﻟﻤﺭﺃﺓ ﺍﻟﻘﺭﻭﻴﺔ ﺒﺎﻟﻤﺩﻭﻥ ﻭﻜﺫﺍ ﺍﻟﺘﻌﺎﻭﻨﻴﺎﺕ ﺍﻟﻨﺴﻭﻴﺔ‪:‬ﺍﻭﺭﺍﻍ ﺒﺭﺒﺎﻁ ﺍﻴﻐﻴﻝل ﺍﻭﻤﻜﻭﻥ‪ ،‬ﺯﺭﺍﺒﻲ ﺤﺩﻴﺩﺍ ﻭﺍﺴﻴﻑ ﺒﺤﺩﻴﺩﺍ‬ ‫ﻭﺍﻤﺠﻜﺎﻙ ﺒﺎﻤﺠﻜﺎﻙ؛ ﺸﻜﺭﺍ ﻟﻠﺴﻤﺎﺡ ﻟﻨﺎ ﺒﺩﺨﻭﻝل ﻤﻌﺎﻤﻠﻬﻡ ﺍﻟﺘﻘﻠﻴﺩﻴﺔ‪.‬‬ ‫ﻭﺃﺨﻴﺭﺍ‪ ،‬ﺸﻜﺭ ﺨﺎﺹ ﻟﻌﺎﺌﻠﺔ ﺍﻴﺕ ﻤﻭﺤﺎ ﺍﻟﻤﺘﺭﺤﻠﺔ ﻟﻜﺭﻡ ﻀﻴﺎﻓﺘﻬﺎ ﻭﻻﺴﺘﻘﺒﺎﻟﻨﺎ ﻓﻲ ﻤﺴﻜﻨﻬﺎ ﺒﺎﻟﺠﺒﻝل ﺍﻟﻌﺎﻟﻲ ﻭﻟﺠﻤﻴﻊ ﻨﺴﺎﺀ ﻭﺭﺠﺎﻝل ﺍﻟﻭﺍﺩﻱ ﺍﻟﺫﻴﻥ‬ ‫ﺃﻋﺎﺭﻭﻨﺎ ﻤﻼﻤﺤﻬﻡ ﻭﺴﻤﺤﻭﺍ ﻟﻨﺎ ﺒﺩﺨﻭﻝل ﺩﻴﺎﺭﻫﻡ ﻭﺍﺴﺘﺤﻤﻠﻭﺍ ﻓﻀﻭﻟﻨﺎ؛ ﻟﻬﻡ ﻨﻬﺩﻱ ﻫﺫﺍ ﺍﻟﻜﺘﺎﺏ‪.‬‬ ‫ﻤﻠﺤﻭﻅﺔ‪:‬‬

‫ﺘﻡ‪ ‬ﺘﻤﻭﻴﻝل ﺍﻟﺤﻠﻘﺎﺕ ﺍﻟﺩﺭﺍﺴﻴﺔ ﻤﻥ ﻁﺭﻑ ﺍﻟﻤﺴﺎﻫﻤﻴﻥ ﺒﺩﻋﻡ ﻤﻥ ﺍﻟﻭﻜﺎﻟﺔ ﺍﻻﺴﺒﺎﻨﻴﺔ ﻟﻠﺘﻌﺎﻭﻥ ﺍﻟﺩﻭﻟﻲ ﻤﻥ ﺃﺠﻝل ﺍﻟﺘﻨﻤﻴﺔ )‪ (PCI_AP/050921/11‬ﻭﻤﻜﺘﺏ ﻨﺎﺌﺏ ﺭﺌﻴﺱ ﻗﺴﻡ ﺍﻟﻌﻼﻗﺎﺕ‬ ‫ﺍﻟﻌﺎﻤﺔ ﻭﺍﻟﺩﻭﻟﻴﺔ ﻟﺠﺎﻤﻌﺔ ﻤﺎﻟﻘﺔ ﺒﺎﺘﹼﻔﺎﻕ ﻤﻊ ﺍﻟﻭﻜﺎﻟﺔ ﺍﻷﻨﺩﻟﺴﻴﺔ ﻟﻠﺘﻌﺎﻭﻥ ﺍﻟﺩﻭﻟﻲ ﻤﻥ ﺃﺠﻝل ﺍﻟﺘﻨﻤﻴﺔ؛ ﻤﻊ ﻤﺴﺎﻫﻤﺔ ﺍﻟﻤﻌﻬﺩ ﺍﻟﺘﻘﻨﻲ ﺍﻟﻌﺎﻟﻲ ﻟﻠﻬﻨﺩﺴﺔ ﺍﻟﻤﻌﻤﺎﺭﻴﺔ ﻟﺠﺎﻤﻌﺔ ﻏﺭﻨﺎﻁﺔ ﻭﻗﺴﻡ‬ ‫ﺍﻟﻌﻤﺎﺭﺓ ﻭﻋﻠﻭﻡ ﺍﻟﺒﻨﺎﺀ‪ ،‬ﻗﺴﻡ ﺍﻟﺘﻌﺒﻴﺭ ﺍﻟﻤﻌﻤﺎﺭﻱ ﻭﻗﺴﻡ ﺍﻟﻬﻨﺩﺴﺔ‪ .‬ﺴﺎﻫﻡ ﻜﺫﻟﻙ ﻓﻲ ﺘﻁﻭﻴﺭﻭﻨﺸﺭﻫﺫﺍ ﺍﻟﻤﺸﺭﻭﻉ ﺍﻟﻤﻌﻬﺩ ﺍﻟﺘﻘﻨﻲ ﺍﻟﻌﺎﻟﻲ ﻟﻠﻬﻨﺩﺴﺔ ﺍﻟﻤﻌﻤﺎﺭﻴﺔ ﻟﺠﺎﻤﻌﺔ ﻤﺎﻟﻘﺔ ﻭﺍﻟﻤﺩﺭﺴﺔ‬ ‫ﺍﻟﻭﻁﻨﻴﺔ ﻟﻠﻬﻨﺩﺴﺔ ﺍﻟﻤﻌﻤﺎﺭﻴﺔ ﺒﺎﻟﺭﺒﺎﻁ ﻭﺍﻟﻤﻌﻬﺩ ﺍﻟﺘﻘﻨﻲ ﺍﻟﻌﺎﻟﻲ ﻟﻠﻬﻨﺩﺴﺔ ﺍﻟﻤﻌﻤﺎﺭﻴﺔ ﺍﻟﺘﺎﺒﻊ ﻟﻠﺠﺎﻤﻌﺔ ﺍﻟﻤﺘﻌﺩ‪‬ﺩﺓ ﺍﻟﺘﻜﻨﻭﻟﻭﺠﻴﺎ ﺒﻔﺎﻟﻨﺴﻴﺎ ﻭﻭﺯﺍﺭﺓ ﺍﻟﺜﻘﺎﻓﺔ ﺍﻟﻤﻐﺭﺒﻴﺔ ﻭﺠﻤﻌﻴﺔ ﺍﻟﺩﺭﺍﺴﺎﺕ‬ ‫ﺍﻟﺘﺎﺭﻴﺨﻴﺔ ﺍﻟﻤﺘﻌﻠﹼﻘﺔ ﺒﺎﻟﻤﺭﺃﺓ ﺍﻟﺘﺎﺒﻌﺔ ﻟﺠﺎﻤﻌﺔ ﻤﺎﻟﻘﺔ‪.‬‬

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Commentaire des auteurs et remerciements:

Authors’ comments and acknowledgements:

Cette publication présente une synthèse du matériel recueilli dans les ateliers réalisés durant les mois de septembre de 2011 et 2012 dans la Vallée du Mgoun (Haut Atlas, Maroc), auxquels ont participé les Universités de Málaga, Grenade, Valence et Rabat. Le travail reflète les expériences vécues et tente uniquement d’offrir un regard subjectif vers le paysage territorial, architectural et humain de cette vallée présaharienne. Nous remercions Roger Mimó pour son aide inestimable dans l’organisation, M. Benchekroun qui nous a reçus à l’École Nationale d’Architecture de Rabat, Youssef Alami, qui a été notre hôte rêvé à Bou Taghrar, Ibrahim qui nous a reçus à Issoumar et Juan de Dios Romero pour son enthousiasme en nous hébergeant à Imeskar el Fouqani. Nous sommes aussi reconnaissants à Jerónimo Paéz pour son accueil dans sa maison de Skoura, la famille Benjilan à Rabat, et tous les gérants de logements hors de la vallée, Ben Salam à Chefchaouen, Bernard à Fez, Ahmed à El Khorbat, Juan de Dios à Skoura, Mohamed à Tamnougalt, Hassan à Agdz, Lahoucine à Anguelz, Marina à Marrakech et Rachida à Asilah. Nous voulons aussi remercier tous les conducteurs de véhicules qui nous ont conduit au sud pour leur patience, les muletiers et guides locaux qui nous ont accompagnés dans notre dérive dans la Vallée du Mgoun. Nous remercions aussi Abdelaziz et Badr Arbaoui, professeurs de l’École Primaire de Bou Taghrar, et particulièrement son directeur, Mimoune Tafouit, qui nous a permis de réaliser un atelier avec les élèves du centre. De même pour l’Association du Folklore berbère de Lhot, l’Association Tamazir’t pour le développement de la femme rurale, et les coopératives de femmes: Awragh à Rbat-Ighil Oumgoune, Tapis Hdida et Assif à Hdida et Amjkak à Amejgag. Merci de nous avoir ouvert les portes de vos ateliers d’artisanat. Finalement, nous remercions chaleureusement l’hospitalité de la famille nomade Aït Moha, qui nous a ouvert les portes de son refuge en haute montagne, et toutes les femmes et les hommes anonymes de la Vallée du Mgoun, qui nous ont prêté leurs visages, nous ont permis d’entrer dans leurs maisons et ont supporté notre curiosité. Ce livre est principalement dédié à eux.

This publication is a summary of the material collected in the workshops held in the month of September in 2011 and 2012 in the Mgoun Valley (High Atlas, Morocco), in which the Universities of Málaga, Granada, Valencia and Rabat took part. These pages offer an outline of our experiences during the project and cast a subjective gaze on the territorial, architectural and human landscape of the pre-Saharan valley. We would like to express our very great appreciation to Roger Mimó for his invaluable assistance in the organisation, M. Benchekroun for receiving us at the Ecole Nationale d’Architecture in Rabat, Youssef Alami for being our best host in Bou Taghrar, Youssef for receiving us in Issoumar and Juan de Dios Romero for the enthusiasm with which he accommodated us in Imeskar el Fouqani. Our special thanks to Jerónimo Páez for receiving us at his home in Skoura, the Benjilan family in Rabat, and the managers of the accommodation we stayed at away from the valley: Ben Salam in Chefchaouen, Bernard in Fez, Ahmed in El Khorbat, Juan de Dios in Skoura, Mohamed in Tamnougalt, Hassan in Agdz, Lahoucine in Anguelz, Marina in Marrakech and Rachida in Asilah. We would also like to extend our thanks to the drivers of the vehicles that took us southwards, and the muleteers and local guides who accompanied us in our wanderings in the Mgoun Valley. We are particularly grateful to Abdelaziz and Badr Arbaoui, teachers at the Primary School in Bou Taghrar, and especially to the director, Mimoune Tafouit, who allowed us to organise a workshop with the schoolchildren. Our thanks as well to the Berber folklore Association in Lhot; the Tamazir`t Association for the development or rural women in Alemdoune; and the women’s cooperatives: Awragh in Rbat-Ighil Oumgoune, Tapis Hdida and Assif in Hdida, and Amjkak in Amejgag. Thank you for opening the doors to your crafts workshops for us. Finally, our warmest thanks for the hospitality of the nomad Aït Moha family for welcoming us in their refuge in the high mountain; and to the anonymous women and men in the Mgoun Valley who allowed us to photograph them and enter their homes, and were patient with our curiosity. We dedicate this book to them, especially.

REMARQUE : Les ateliers ont été financés par les propres participants avec le soutien de l’Agence Espagnole de Coopération Internationale au Développement (PCI_AP-050921-11) et le Vice-Rectorat de Communication et Projection Internationale de l’Université de Málaga, en collaboration avec l’Agence Andalouse de Coopération Internationale au Développement. De même, l’École Technique Supérieure de Génie de l’Édification de l’Université de Grenade et les sections de Constructions Architecturales et Expression Architecturale et du Génie ont collaboré au projet. L’École Technique Supérieure d’Architecture de Málaga, l’École Nationale d’Architecture de Rabat, l’École Technique Supérieure de Génie de l’Édification de l’Université Polytechnique de Valence, le Ministère de la Culture du Maroc, et l’Association d’Études Historiques de la Femme de l’Université de Málaga ont aussi participé au le développement et à la diffusion du projet.

COMMENT: The workshops were financed by the participants, with support by the Spanish Agency for International Development Cooperation (PCI_AP-050921-11) and the Vice-Rectorate for Communication and International Projection of the University of Málaga, in an partnership with the Andalusian Agency for International Development Cooperation. The Higher Technical School of Building Engineering of the University of Granada, the Departments of Architectural Constructions and Architectural Expression, and the Department of Engineering also collaborated. The Higher Technical School of Architecture of the University of Málaga, Ecole Nationale d’Architecture in Rabat, Higher Technical School of Building Engineering of the Universitat Politècnica de València, the Ministère de la Culture du Maroc and the Association of Historical Women’s Studies of the University of Málaga also took part in the project’s development and dissemination.

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Comentario de los autores y agradecimientos: Esta publicación presenta una síntesis del material recopilado en los talleres realizados en los meses de septiembre de los años 2011 y 2012 en el Valle del Mgoun (Alto Atlas, Marruecos), y en los que participaron las Universidades de Málaga, Granada, Politécnica de Valencia y Rabat. El trabajo refleja las experiencias vividas y ofrece una mirada subjetiva del paisaje del valle, entendido como confluencia de sus múltiples miradas: territorial, arquitectónica, social, cultural, turística y patrimonial. Agradecemos a Roger Mimó su inestimable ayuda en la organización, a M. Benchekroun por recibirnos en la Ecole Nationale d’Architecture de Rabat, a Youssef Alami por ser nuestro mejor anfitrión en Bou Taghrar, a Ibrahim por recibirnos en Issoumar y a Juan de Dios Romero por su entusiasmo al alojarnos en Imeskar el Fouqani. También damos las gracias a Jerónimo Páez por recibirnos en su casa de Skoura, a la familia Benjilan en Rabat, y a todos los gerentes de los alojamientos fuera del valle: a Ben Salam en Chefchaouen, a Bernard en Fez, a Ahmed en El Khorbat, a Juan de Dios en Skoura, a Mohamed en Tamnougalt, a Hassan en Agdz, a Lahoucine en Anguelz, a Marina en Marrakech y a Rachida en Asilah. También queremos agradecer su paciencia a todos los conductores de vehículos que nos llevaron al sur, y a los muleros y guías locales que nos acompañaron en nuestra deriva por el Valle del Mgoun. Damos las gracias también a Abdelaziz y Badr Arbaoui, profesores de la Escuela Primaria de Bou Taghrar, y especialmente a su director, Mimoune Tafouit, que nos permitió realizar un taller con los alumnos del centro. También a la Asociación de folclore bereber de Lhot, a la Asociación Tamazir`t para el desarrollo de la mujer rural de Alemdoune y a las cooperativas de mujeres: Awragh de Rbat-Ighil Oumgoune, Tapis Hdida y Assif de Hdida y Amjkak de Amejgag. Gracias por abrirnos las puertas de sus talleres de artesanía. Finalmente, agradecemos calurosamente la hospitalidad de la familia nómada Aït Moha que abrió las puertas de su refugio en la alta montaña, y a todas las mujeres y hombres anónimos del Valle del Mgoun, que nos prestaron sus rostros, nos permitieron entrar en sus casas y soportaron nuestra curiosidad. Especialmente a ellos va dedicado este libro. NOTA: Los talleres han sido financiados por los propios participantes con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (PCI_AP-050921-11) y el Vicerrectorado de Comunicación y Proyección Internacional de la Universidad de Málaga en convenio con la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional al Desarrollo. Así mismo, ha colaborado la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Edificación de la Universidad de Granada y los departamentos de Construcciones Arquitectónicas y Expresión Arquitectónica y de la Ingeniería. En el desarrollo y difusión del proyecto han participado también la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Málaga, la Ecole Nationale d’Architecture de Rabat, la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Edificación de la Universitat Politècnica de València, el Ministère de la Culture du Maroc y la Asociación de Estudios Históricos de la Mujer de la Universidad de Málaga. 159

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CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS

Pedro Ignacio García Sáez: portada (Tazroute), p. 2 (Issoumar), 10 (Touzrikt), 31, 33 (Hdida), 34 (Tourbist), 38 (Azrou), 41 (Aït Gmat), 42 y 43 (Mirna), 45 (Lhot), 50 (Bou Taghrar), 53 y 55 (Qal’at Mgouna), 56 (Timestikkit), 58 (Alemdoune), 64 y 71 (El Khorbat), 72, 75, 76a, 76b (Aït Tourmet), 77, 84, 88a y 88b (Bou Taghrar), 91 (Azrou), 98 (Tazroute), 104 (Timestikkit), 107 y 109 (Tazroute), 118 (Aït Khlifa), 122 (Lhot), 128 (Ighrem Aqdim), 133, 136 (Ibar), 142 y 144 (Ighrem Ashahout), 146 (Aït Gmat), 162 (Aït Khlifa) José Manuel López Osorio: p. 68 (Aït Gmat), 69 (Imi N-Ouaqqa), 70 (Amejgag), 87 y 89 (Issoumar), 92 (Aït Said), 94 y 95 (Issoumar), 97 (Ighrem Ashahout), 100 y 101 (Bou Taghrar), 103 (Imi N-Ouaqqa), 111 (Bou Taghrar), 115 (Alemdoune), 117 (Aït Gmat), 121 (Alemdoune), 127 (Aït Youb) Jorge Asencio Juncal: p. 15, 17, 19, 22, 24 y 27 (Macizo Mgoun), 37 (El Khorbat), 113 (Imeskar el Fouqam), 126 (Tighremt-n-Tichki) Manuel Mateo Lajarín: p. 36 (Issoumar), 47 (Bou Taghrar), 73 (Issoumar), 82 y 90 (Bou Taghrar) Pablo Rodríguez Navarro/Teresa Gil Piqueras: p. 66 (Gargantas Amejgag), 78 (Ighrem Aqdim) Juan Navarro Díaz: p. 20 (Amejgag) Laura Jiménez López: p. 48 (Lhot) Carolina Paula Roa Paz: p. 62 (El Khorbat) Juan Manuel Mateos Delgado: p. 134 (Macizo Mgoun) Viviana Winkler Ojea: p. 138 (Bou Taghrar) Laura Díaz del Pino: p. 145 (Alemdoune) Ignacio Álvarez-Ossorio Martínez: p. 148 (Colectivo eAM`Coopera, Oasis de Ferkla) EDITORES: José Manuel López Osorio y Jorge Asencio Juncal

Publicación y exposición realizada al amparo del Proyecto de Cooperación Interuniversitaria de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AP-050921-11) © de los textos: los autores © de las fotografías: los autores © de los planos: los autores DISEÑO: Román y Bueno Editores, S.L. www.romanybueno.com IMPRESIÓN: LOZANO IMPRESORES, S.L. Polígono Industrial Juncaril. C/ Capileira, 71-72. CP 18210 Peligros (Granada) ISBN: Depósito legal: Granada, marzo 2013 160

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Esta obra está bajo licencia Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual (by-nc-sa) 3.0 España Creative Commons. Usted es libre de copiar, distribuir, comunicar públicamente, remezclar, retocar y crear a partir de esta obra, bajo las condiciones siguientes: _Reconocimiento: Debe reconocer los créditos de la obra de la manera especificada por el autor o el licenciador (pero no de una manera que sugiera que tiene su apoyo o apoyan el uso que hace de su obra). _No comercial: No puede utilizar esta obra para fines comerciales. _Compartir igual: La explotación autorizada incluye la creación de obras derivadas siempre que mantengan la misma licencia al ser divulgadas. Al reutilizar o distribuir la obra, tiene que dejar bien claro los términos de licencia de esta obra. Algunas de estas condiciones pueden no aplicarse si se obtiene el permiso del titular de los derechos de autor. Los derechos derivados de usos legítimos u otras limitaciones reconocidas por la ley no se ven afectados por lo anterior. La licencia completa está disponible en: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/legalcode 161

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