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niversalia U NĂşmero27mayo2008

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El «rollo» moral

Rafael Escalona decano de estudios generales marzo 2008

Soy de los que creen, como plantea Fernando Savater en su libro Ética para Amador , que la ética no sirve para terminar ningún debate, o dictaminar vencedores o vencidos en una disputa; sin embargo, debe colaborar a iniciarlos todos. Siguiendo a este autor, la «Moral» es el conjunto de comportamientos y normas que solemos aceptar como válidos para buscar y alcanzar el bien general. La «Ética» es la reflexión sobre por qué esas normas se consideran válidas y la eventual comparación con otras «morales». Así que en cierto modo, la moral es ética aplicada. Como el láser es una aplicación de la Física. No obstante, entre un dispositivo láser y una conducta moral o inmoral hay una diferencia notable. Ese aparato no es para nada esencial a la humanidad, en cambio lo «moral» sí lo es. Durante decenas de miles de años el hombre pudo arreglárselas sin láseres, pero jamás pudo vivir sin mandamientos, preceptos religiosos o normas morales de convivencia. En la antigüedad, Aristóteles fue el primer gran pensador que separó la moral de la metafísica. De hecho la moral cristiana, predominante durante casi dos milenios, está basada en la «ética» aristotélica. Andando en la Historia, Baruch Spinoza decía que la moral busca liberar al hombre de la esclavitud de los sentimientos y vivir según la razón. Kant señaló que la moral es la «ciencia» de las leyes de la libertad y de su aplicación efectiva en la autonomía de la voluntad. Y ya en el siglo XX, el psicólogo suizo C.J. Jung reprochaba al mundo moderno una negligencia en el trato con los arquetipos, ya que para él estos eran una especie de «ángeles custodios» de los sentimientos morales ¿Será verdad que lo «moral» se ha vuelto arcaico en nuestras sociedades dominadas por el enfoque tecno-científico? Y si esto fuese así en nuestro ambiente usebista, ¿no habría que darle nuevos bríos y actualizar el componente humanístico y social caracterizado por los cursos de Estudios Generales, eje transversal indispensable de la formación profesional integral de nuestros egresados? Nadie puede sustraerse a las exigencias de la moral. A lo largo de toda la vida se nos plantea la cuestión irrecusable de cómo gobernar la existencia propia. Algunas veces la urgencia de la acción pide decisiones rápidas y sin ambigüedades. El estudiante que decide no copiarse en el parcial, el profesor que decide plagiar o no plagiar, el dilema de pasar o no al acto de corrupción… La existencia es implacable: a cada paso nos pone en la disyuntiva de la decisión. Si nos hacemos los «locos», corremos el riesgo seguro de que la vida misma decida por nosotros. O lo que es más grave, otros lo harán, no siempre con la conciencia moral más adecuada. Todo sistema educativo debe coadyuvar en la construcción del consenso colectivo necesario para interiorizar normas convenientes para la mayoría, éticamente correctas, convirtiéndolas en una conciencia moral operacional. En este sentido el Decanato de Estudios Generales ha contribuido modestamente, siguiendo los lineamientos del plan de gestión 2005-2009, con la organización de foros anuales sobre ética, plagio y honestidad académica. En conclusión, podemos decir que el «ser moral» tiene dos facetas: el de «buena voluntad» y el de «buen saber intelectual». «El talento sin probidad es una perla en un muladar», decía Cervantes. Hoy en día pudiéramos decir más prosaicamente: el profesional inmoral, por muy talentoso que sea, corre el riesgo de convertirse en un auténtico flagelo social. No puedo terminar este editorial sin antes dirigir unas palabras de sincero reconocimiento a la Profesora Lourdes Sifontes, quien ha desempeñado con mucho tino, ponderación y prestancia el cargo de Decana de Estudios Generales. Hoy me corresponde a mí el honor, la responsabilidad y el desafío académico de mantener y continuar el excelente trabajo cumplido por Lourdes, seguro como estoy de contar con el valioso equipo que la ha acompañado en esta exigente pero gratificante labor.

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editorial (es)

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Lourdes C. Sifontes Greco decana de estudios generales enero 2004- marzo 2008

Estudios Generales… ¿Para qué? ¿Para quién?

Este texto debería llamarse «despedida sin despedida». Después de cuatro años en el Decanato de Estudios Generales, o más bien cinco, si tomo en cuenta el tiempo transcurrido desde mi ingreso como Coordinadora del Ciclo Profesional, en el momento de pasar la antorcha a otras manos uno se debate entre la nostalgia de lo que se convirtió en un hogar y entre el agradecimiento por la liberación y la recuperación del propio tiempo personal y profesional, que sin duda llegó a diluirse entre los compromisos, comisiones, consejos, discusiones, mortificaciones y gratificaciones que estas responsabilidades traen consigo. Despedida sin despedida porque sé que, aun cuando existen y existirán más programas para los cuales los servicios de mi departamento de adscripción son y serán requeridos, los vínculos del mismo con los programas del Decanato de Estudios Generales son permanentes, y por eso soy, sigo y seguiré siendo parte de ello. ¿El objetivo de estas líneas? Quizás hay más de uno. Por un lado, agradecer a todos aquellos que me acompañaron en esta aventura, algunos ya incoporados a otras tareas en la institución, otros todavía «al pie del cañón» en las dependencias del decanato. Sólo gracias a ustedes fue posible, y además, grato, mantener la nave a flote e irla llevando, poco a poco, a los puertos de los distintos programas y proyectos que ofrecemos a la Universidad y a los estudiantes. O al menos cuidar la brújula para quienes, en el futuro, se embarquen en el camino. Por otro, reflexionar en voz —o en letra— alta sobre el rol que el Decanato y sus Coordinaciones juegan en la consolidación de la formación que ofrece la Universidad Simón Bolívar a quienes pasan por sus aulas. Sobre la importancia de los Ciclos Básicos en ese «cambio de vida», de lenguaje y de ritmo que representa para los nuevos estudiantes el ingreso a la universidad, y sobre la concepción de los Estudios Generales en la visión de un profesional integral e íntegro, delineado en la ética, el respeto y el amor al conocimiento en cualquiera de sus formas, y en la tolerancia hacia diversos quehaceres, saberes, seres y pensares. Ambos programas se articulan con la formación profesional y la formación complementaria en ese sueño uesebista que hemos visto hecho realidad en un historial de egresados que nos enorgullece y nos renueva la razón de ser, esa que hace bulla en los pasillos, que se apiña en los comedores, que pasa frío en la biblioteca, que se desahoga en las canchas, que se agrupa para construir nuevos proyectos, que imagina el día en que la corbata o los tacones harán juego con la toga para recibir el título. Esa razón que es múltiple, diversa y única, y que, como su naturaleza lo exige lleva su nombre en plural: los estudiantes. Más de uno de nuestros estudiantes se preguntará el porqué del primer año. Más de dos verán trimestralmente la oferta de estudios generales y pensarán que su Universidad, esa con la que tanto soñaron cuando aún no recibían el título de bachiller, les exige «cosas raras». Pero quizás por programas como éstos, en concierto con muchas otras cosas, es precisamente que la USB es lo que es y se convirtió en objeto de sus sueños. La antorcha de esta tarea sigue y seguirá escribiendo su historia en manos del porvenir y de otros colegas que aceptan el reto de incorporarse a este proyecto cotidiano. Y por eso quisiera sumarme a quienes, en el decanato, reciben hoy con los brazos abiertos al nuevo Decano, el profesor Rafael Escalona. Abrazo de felicitación y de buenos augurios de alguien que le cede con gusto el paso, y que en cierto modo tiene idea de todo lo que le espera… y que tiene, también, la certeza de que dará los pasos necesarios en la dirección que hará del Decanato de Estudios Generales un espacio cada vez más sólido, más uesebista, más dedicado a formar, a crecer y a hacer crecer. No es poca cosa. Pero cuenta con un equipo del que me llevo el mejor de los recuerdos, con el respaldo de la institución y la comunidad, y con su propia capacidad de trabajo, su seriedad y su sensibilidad, que me constan. Y cuenta, sobre todo, con quienes comprendemos y seguimos aprendiendo, día a día, por qué, para qué y para quién existe el Decanato de Estudios Generales. UNIVERSALIA

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www.universalia.usb.ve

universalia@usb.ve

carta de empleo

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Gilberto Hernández

#0 #1 #2 #3 #4

presentación

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William Anseume

La propuesta impuesta

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¿Ser o no ser? ¿Pensar o no pensar?

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No todos los bachilleres venezolanos...

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Somos la tapa del frasco

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una voz entre las ruinas

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una breve reflexión sobre la ortografía

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francisco carreño: difusor del cuatro

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la leyenda negra y la conquista de américa

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Andrés Chacín

Desirée Reholón Inojosa Jhosbert Contreras William Anseume Rafael Fauquié

Lourdes C. Sifontes G. Sonia García

José M. Beson

contenido n˚ 27

películas de antier

La paradoja: una mirada a la aritmética del diablo

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Cuestionar la realidad

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CABU y parís

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Roberto Lambertini Roberto Lambertini

Universidad Simón Bolívar

rector

Benjamín Scharifker |

vicerrectora académico

Aura López |

vicerrector administrativo

José Ferrer |

secretario

Alejandro Teruel |

Decanato de Estudios Generales decano Rafael Escalona | coordinadoras de los estudios generales del ciclo profesional prof. Gioia Kinzbruner, Daniuska González | coordinadoras del ciclo básico prof. Ingrid Salomón, prof. Zaira Reverón | asistente al decanato Ingrid Salazar Romero | personal de secretaría Arcelia Sánchez, Neyda Alcalá | edificio Mecánica y Materiales · primer piso · oficinas 110-114 · Valle de Sartenejas · apartado postal 89000 | teléfono 906 3912 | fax 906 3927 | universalia@usb.ve | www.universalia.usb.ve | universalia Revista de Estudios Generales año 11 nº 27 | depósito legal pp 199002CS968 | issn 1317-5343 | edición 4.000 ejemplares | director Rafael Escalona | coordinadora editorial Ingrid Salazar Romero | diseño Daniel Saint-Aubyn | webmaster universalia digital José De Freitas | ilustraciones Cabu | impresión Dirección de Servicios USB | circula

gratuitamente

entre

los

estudiantes

del

ciclo

básico

y

de

estudios

generales

del

ciclo

profesional

UNIVERSALIA no se responsabiliza por las opiniones emitidas en los artículos publicados

como

un

instrumento

de

apoyo

a

su

formación

general


carta de empleo

Gilberto Hernández 2005

es licenciado en química usb año

Estimado San Nicolás/ Santa Clós o Niño Jesús Les escribo sin saber a ciencia cierta si son tres distintos personajes, o uno sólo que se hace llamar por muchos nombres, o si entre los tres forman una unidad muy al estilo de la Santísima Trinidad que tantas horas ha intentado explicarme la Iglesia sin lograr por ahora darle un poco de sentido a la cosa. De todas formas, para asegurarme de no dejar por fuera a ninguno he preferido dirigir esta importante carta a todos. Como evidentemente saben por allá, el mes de noviembre está por llegar e imagino que esa es la época del año con mayor actividad en el Polo Norte mientras realizan los arreglos necesarios para cumplir con su archiconocida fecha de entrega. Suponiendo que probablemente se encuentren cortos de personal para entonces, o al menos en la necesidad de contratar uno que otro pasante (por darle un nombre), les ofrezco por medio de la presente mis servicios como elfo. Primero, les quisiera explicar las razones por las que he tomado la decisión de aplicar a una posición tan inusual: soy licenciado en una de las tres ciencias básicas más temidas durante la época de estudio diversificado (para mayor información al respecto revisar el curriculum vitae anexo a esta carta), de haber sabido cómo era la vida de un profesional en ciencias hubiese sido más sensato durante el bachillerato y hubiese desarrollado hacia ellas la misma fobia que salvó de ese horrible destino a tantos de mis compañeros. Resulta ser que en mi país ser un profesional en mi área es tan útil como un bolsillo de chaqueta ubicado en la mitad de la espalda, y de hecho para emigrar y solicitar la visa a otros países que te ofrecen trabajos por sistemas de puntos, estoy calificado por debajo de un jardinero o de un peluquero. Pero como no suelo sentir sensibilidad alguna ante la presencia de un jardín florido, ni me llama la atención afeitarme el pecho para usar camisas escotadas hasta el ombligo, me vi obligado a tomar la triste decisión de abandonar ambas posibilidades de carrera. UNIVERSALIA

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Mucho me temo que para obtener un puesto en su organización tampoco sea mi profesión una de las primeras escogencias, pero les pido que consideren el esfuerzo que significó para mí sacar adelante la carrera y confío en que me den la oportunidad de demostrarles que soy el hombre indicado para el trabajo, asumiendo, claro, que tengan posiciones de empleo disponibles. Mi motivación principal para aplicar en su organización es mi amor incondicional a los juegos y los juguetes, aún a mi edad (dato que aparece en el curriculum vitae anexado) ante la presencia de un juguete me vuelvo a sentir un niño, mi madre y varias de mis amistades cercanas me califican injustamente de inmaduro en dichas ocasiones, pero yo les contesto con toda la sensatez del caso que más bien es todo lo contrario, argumentando que mi posición ante el juego y los juguetes no es otra cosa que un signo inequívoco de madurez, siguiendo la misma lógica que se emplea cuando uno escucha «estoy tan seguro de mi sexualidad que puedo decirte que, sí, me parece que Tom Cruise está bueno», aunque claro, de quien escuché dicha frase estaba seguro de su sexualidad, el problema es que su sexualidad lo llevaba a gustar de Tom Cruise. Además, y a pesar de que vivo en un país de clima tropical, me encuentro a mis anchas en climas fríos, con eso de la nieve y los dedos entumecidos, por lo que la perspectiva de mudarme hacia el Polo Norte por razones de trabajo no deja de ser excitante para mí. Entre las cualidades con las que cuento como profesional y que pretendo poner a su servicio (de nuevo, todas ellas aparecen en mi curriculum vitae) se encuentra el dominio de los idiomas español e inglés, aparte de medio machucar el francés, machucar es un término muy de mi tierra que quiere decir «hacerlo mal pero hacerlo» o algo parecido a eso, por lo que considero que podría serles de alguna utilidad en el Departamento de Traducción de las cartas que les envían año tras año los infantes del mundo esperando que sus sueños navideños se hagan realidad. Por otra parte, el dominio de varios idiomas sirve como garantía para ustedes de que en poco tiempo me estaría comunicando con los demás elfos en su propio idioma, minimizando así cualquier confusión posible con mis futuros compañeros de trabajo. Otra razón por la que me considero apto para su organización es mi rápida adaptación a distintos grupos y culturas, siendo prácticamente un camaleón de la convivencia humana. Comprendo que puede representar para ustedes una preocupación tanto mi estatura sin duda mayor que la de un elfo promedio al igual que la presencia de vello facial y corporal, característica atípica en un elfo. Pero les puedo asegurar por escrito que no representaría problema alguno en mi caso y en caso de ser necesario pudiera aceptar un período de prueba o de adaptación remunerado, mientras ustedes mismos observan mi desarrollo y mi rápida adaptación al mundo élfico. Al igual que si se da el caso de que existan en su organización códigos sobre la presencia de vello corporal en sus empleados gustosamente las aceptaré. En cuanto a la cultura élfica, por lo que he visto en varias películas y

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leído en uno que otro libro sobre el tema, no creo que exista mayor problema para adaptarme. Primero, los elfos son seres que poseen una gran cantidad de años de vida, lo que debe seguramente traducirse en personalidades tranquilas y responsables, que son precisamente el tipo de gente con quien mejores relaciones suelo tener, además vale la pena hacer notar que siempre he sido sumamente respetuoso hacia mis mayores y dudo encontrarme con un elfo de menor edad a la mía en su organización. El único problema posible, debo admitirlo, es la creencia que se tiene de que los elfos son dados a pasarse el día cantando, lo que podría causarme cierta incomodidad puesto que no soy muy aficionado al canto ajeno, ni considero que mi voz se preste para cantar. Finalmente, quisiera reiterar mi intención de trabajar con ustedes y asegurarles que pueden depositar en mi persona plena confianza puesto que me considero un ejemplo de trabajo y responsabilidad. Atentamente Gilvin

Departamento de reclutamiento del Polo Norte Estimado Sr(a) Gilvin. Después de haber estudiado su aplicación lamentamos informarle que su profesión no califica para un empleo en nuestra empresa. De igual manera queremos agradecerle su interés en nosotros. P.D. A nivel personal si conoce a alguno de los jardineros o peluqueros de los que hablaba, por favor remítalos a nosotros puesto que tenemos varias vacantes para dichos cargos. UNIVERSALIA

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Presentación

#1 #2 #3

tres trabajos elegidos

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Se muestran aquí tres textos con un mismo propósito y tema. Se podrá apreciar que, además, poseen una misma orientación hacia la problemática planteada. Esto último no fue una exigencia. A todo el curso básico de lengua y literatura (sección 23 del trimestre enero-marzo) se le pidió un trabajo para el segundo parcial, cuyo tema debía ser polémico y actual, por tratarse de la construcción de textos argumentativos. Percibí que si algún asunto podía motivar al estudiantado sería, como lo fue en gran medida, el de la eliminación de las pruebas para el ingreso a las universidades y la nueva propuesta oficial para dar solución a tamaño inconveniente. Lo limité a dos cuartillas y, por tratarse de un asunto de interés colectivo, les dije a los estudiantes y estudiantas que posiblemente conseguiríamos publicar el mejor trabajo en algún medio de la USB. Acudí por otro motivo al Decanato de Estudios Generales y la afable editora de la revista que tienen en su mano me sugirió publicar un correo que a ella le atrajo mucho, sobre todo por lo de la «tapa del frasco». Le ofrecí revisar el texto, no sin antes sugerirle que le diera espacio al mejor de los trabajos de mis alumnos. Se mostró interesadísima y me dio lugar para tres de ellos. Elegir los trabajos no constituyó fácil tarea. Primero hicimos la lectura en voz alta de algunos. Casi por unanimidad se seleccionó el del bachiller Jhosbert Contreras. Y allí vino el primer gran inconveniente. A las alumnas y alumnos todos los trabajos subsecuentes les parecían publicables, y a mí también. Como se dice, me «zumbaron el carro de leña». Acepté ser el jurado y me presenté con la decisión, en todo sentido perjudicial para el resto de mis pupilos. Escogí, también, el de Andrés Chacín y el de Desirée Reholón. Tómenlos como lo que son, el resultado de un ejercicio de escritura y la posición de la mayoría del estudiantado y tal vez del profesorado de la Universidad Simón Bolívar ante un problema que nos afecta como comunidad educativa más que a cualquier otra universidad venezolana. Por supuesto, queda también mi correo remozado, porque considero que las universidades somos ahora la tapa del frasco educativo, mañana no sabemos si seremos otro liceo al que solo se ingrese con franelas rojas. William Anseume es profesor del Departamento de Lengua y Literatura USB UNIVERSALIA

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la pro puesta im puesta Andrés Chacín

es estudiante del ciclo básico

En los últimos años, la política ha tomado un importante papel en la vida de los venezolanos, debido a un proceso revolucionario, que aspira importantes cambios en nuestra sociedad. De esta manera, el actual gobierno, mantiene una ideología socialista, reflejada en sus acciones y proyectos, que han influido de forma considerable en las instituciones venezolanas. A tal efecto, no era de extrañar la presencia del ojo revolucionario sobre la educación superior, dada su primordial función de preparar y capacitar a los futuros profesionales, que conformarán la fuerza laboral, encargada del desarrollo del país. Así pues, el gobierno desea imponer ciertas propuestas (contradicción con sentido oficial), que permitan cambios ideológicos enmarcados dentro del llamado proceso. En concreto, se persigue la modificación del sistema de admisión, ya que es excluyente e injusto, y solo favorece el ingreso de los hijos de la oligarquía. Además, los estudiantes universitarios, formados académicamente a costas del estado, son enviados a la CIA por el imperio norteamericano, para aprender estrategias desestabilizadoras, que serían aplicadas luego de su llegada a Venezuela. Con esto, no intento insultar la inteligencia del lector, sino demostrar que se requiere de una gran paciencia y tolerancia, para tomar en cuenta una propuesta engendrada por la línea de pensamiento del discurso anterior. Reconociendo, pues, a la universidad como propulsora de novedosas ideas y visiones de mundo, recibimos con los brazos bien abiertos la propuesta impuesta del Ministerio de Educación Superior. No obstante, para mal del gobierno, la lógica y la racionalidad son cualidades propias de la humanidad, que particularmente son desarrolladas con gran vivacidad por los estudiantes. Por lo tanto, es inevitable no poner en duda la vialidad y efectividad de un sistema de ingreso creado de un Aló Presidente para lunes.

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Ahora bien, el número de bachilleres que desean ingresar a la educación superior es mayor a la cantidad de cupos que ofrecen la totalidad de las universidades, por tal razón se requiere de un mecanismo para elegir a los aspirantes, de acuerdo al nivel de preparación académica. De allí, la existencia de las pruebas de admisión. Como resultado, la mayoría de los ingresados provienen de colegios privados, lo que nos lleva a la rápida deducción: La educación privada es superior a la educación impartida por el estado. Un gobierno normal realizaría planes de educación para mejorar la calidad académica de sus colegios públicos, y así, mejorar las oportunidades de los sectores menos favorecidos. Sin embargo, regresando a la incoherente política nacional, el gobierno ha mantenido la firme decisión de eliminar las prueba internas, y basar el sistema de ingreso en el promedio de notas obtenido en educación secundaria. Tal que, los primeros estudiantes de cada promoción, tendrían la potestad de elegir la carrera y la casa de estudio de su preferencia. Si bien es injusto para un alumno proveniente de un liceo público, competir con personas que disponen de suficientes recursos para optar por una educación de mayor calidad, también es cierto que el nuevo sistema discriminaría a aquellos jóvenes de bajos promedios, que deseen redimirse para optar por un grado académico en la educación superior. Aunado a esto, el control de calidad de la educación en Venezuela es deplorable, para no decir inexistente. De tal forma que una nota o número dado, no siempre podría representar el nivel de esfuerzo y conocimientos de los estudiantes. En muchos casos, premiarían las habilidades de copiado, o variadas e interesantes estrategias de adulación, o sencillamente el abandono. En definitiva, la lucha es por la equidad y la igualdad de oportunidades, pero con esta propuesta no se logra solventar los problemas, al contrario, compromete la calidad de las universidades, para dar rienda suelta a nuestro peor enemigo: La mediocridad. UNIVERSALIA

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¿ser o no ser? ¿pensar o no pensar?

Desirée Reholón Inojosa es estudiante de ciclo básico

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En un gran dilema se encontraba Hamlet, famoso personaje de Shakespeare, al emitir la famosa frase «ser o no ser, he ahí el dilema». A pesar de la diferencia de épocas y ya envueltos en la realidad del día a día, muchos de nuestros jóvenes se enfrentan a la gran responsabilidad y largo proceso de decidir qué hacer con sus vidas, en el ámbito familiar, ciudadano y profesional; donde se van a formar y desenvolver, y lo más importante, la calidad de individuos que harán de ellos mismos. 12

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Así se va formando una sociedad. Y la clave de todo el proceso son los valores, los principios y la educación que recibe el individuo. Tal pareciera que el Gobierno venezolano, escudándose en una mal llamada «igualdad social», desea controlar la educación según su ideología y de acuerdo a su conveniencia, para que así nadie se atreva a preguntarse qué quiere ser o qué quiere pensar. El gobierno dará respuesta a estas interrogantes según las «necesidades» del país. En sus inicios fueron los liceos bolivarianos aplicando libros dictados por el ministerio. Con intentos fallidos en cambiar la ley de educación se incorporaron las misiones Robinson y Rivas. Y sin poder intervenir en la educación superior, casa de la diversidad, crea la Universidad Bolivariana de Venezuela y elimina la prueba de admisión del CNU (la cual en su última edición fue aplaza por más del 60% de los bachilleres, una muestra de donde estamos parados en materia de calidad educativa). Si toda esta energía se le hubiese dado un buen uso y desde un principio se hubiese trabajado en mejorar y dotar las unidades educativas, en darle una mejor remuneración y preparación a los docentes, en abrir programas de calidad para la formación de técnicos, entre otras cosas, la historia sería otra. Actualmente el Gobierno Bolivariano Socialista arremete nuevamente contra la educación venezolana., tras la activa y determinante actuación de los estudiantes universitarios en la derrota del proyecto constitucional, propuesto por el señor presidente. Es por esto cada vez más importante, para él, intervenir las universidades autónomas, eliminar las fuentes formadoras del pensamiento crítico e individual, para así poder mantenerse en el poder. Esta vez el MPPES (Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior) que tiene oído a una sola voz, quiere implantar un nuevo sistema de ingreso a las universidades, después de eliminar la prueba de admisión nacional CNU y de no reconocer las pruebas internas de admisión que realiza cada institución, por considerarlas métodos de exclusión social, según ellos, a los sectores más pobres. ¿Es una acción social o un pase de factura? Las universidades luchan constantemente por mantenerse activas con presupuestos muy cortos y enfrentándose a una escasez de profesores por sueldos que dan lástima. Pretender que sobrevivan a un ingreso masificado y aun así mantenga la calidad, es muy difícil, por no decir una utopía. ¿Cantidad vs. calidad? Tomando en cuenta de que dicho ingreso será dictaminado por el MPPES y su registro de bachilleres, de acuerdo a promedios y habilidades determinadas por ellos mismos. ¿Ya no tenemos suficientes listas? Aún más incoherente es este cambio, si lo que se quiere es solucionar una desigualdad que no se debe a una exclusión social según el nivel económico sino de preparación y educación. Los liceos públicos junto a la educación básica y media diversificada, decaen cada vez más, hasta el punto de que sus estudiantes pueden aprobar materias como matemática, biología, castellano, entre otras, sin haberlas cursado por falta de profesores. Con todo y esto, en la Universidad Simón Bolívar, conocida por su difícil prueba de admisión y su excelencia educativa, uno de cada tres estudiantes proviene del sistema público. El problema de la educación venezolana es muy profundo, y eliminar el instrumento de medición lo que hace es empeorar la situación, acarreando gastos materiales, deterioro de infraestructura y deficiencias en el personal, sin dejar de un lado la creación de estudiantes frustrados y mal preparados. A los personajes del alto gobierno interesados en implantar un sistema educativo con ideología socialista, se les recuerda lo dictaminado en el art. 102 de la actual Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, donde se deja en claro que «la educación es un servicio público y está fundamentado en el respeto a todas las corrientes del pensamiento, con la finalidad de desarrollar el potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad en una sociedad democrática». Los universitarios se mantienen alertas con debates, marchas y nuevas propuestas, como la del grupo de vice-rectores académicos. Esta última anima a mantener una prueba de ingreso, elaborada por cada institución, e incorporando a un programa de nivelación a los que la reprueben (esto a corto plazo) para que posteriormente este programa se anexe como un año más a la educación media, con el objetivo de mejorar su calidad. Tanto los estudiantes de educación media como los de la superior están dispuestos a defender su futuro y las autonomías de las universidades, sin importar amenazas, insultos ni agresiones. Mientras se apuesta a la mejor decisión, los estudiantes no bajan la guardia y se preparan con pisada firme para la construcción de un mejor país en el que no importe color, raza, ideología, credo o religión. UNIVERSALIA

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Jhosbert Contreras

es estudiante de ciclo básico

no todos los bachilleres venezolanos están capacitados para ingresar al sistema de educación superior El estado venezolano, a lo largo de estos últimos años, ha buscado la manera de ingresar a todos los bachilleres a las universidades. En un intento desesperado, ha propuesto eliminar las pruebas internas a estas casas de estudio y marcar el ingreso de estos estudiantes por su promedio, vocación y región donde habita. Es ridículo pensar que un joven no pueda estudiar lo que desea sólo por vivir por vivir lejos de una universidad o por tener un promedio bajo. Es necesario acotar que el nivel de exigencia de unidades educativas privadas es mucho más alto que en la mayoría de las instituciones públicas, en las cuales es una vergüenza estudiar, debido a su bajo nivel y condiciones generales. Dicha situación nos lleva a analizar mejor el discurso de dirigentes oficialistas, en los que figura el mismísimo presidente, el cual califica de excluidas a las personas que no tienen la capacidad de estudiar en una universidad. ¿Son ellas excluidas? O, a ustedes, integrantes del oficialismo ¿los han excluido con sus patéticas absurdas gestiones en cuanto a educación se refiere? Muchos sabemos las respuestas a estas preguntas. Además, para nadie es un secreto el poco interés del gobierno en la educación; los integrantes del oficialismo fingen interés para ganar popularidad y control. Un ejemplo claro de esta situación son las misiones educativas, en las cuales no se imparte una educación de calidad. Aun así, el gobierno tiene el descaro de exigir un ingreso masivo a las universidades. Un irrefutable y excelente ejemplo de qué pasaría de haber un ingreso sin condiciones en las universidades, es la situación de la UNEFA y la UB. En ellas solo existe anarquía y un número exagerado de estudiantes que no están siendo correctamente formados. En este momento las palabras de Benjamín Sharifker son las más acerta14

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das, cuando expresa que si el gobierno quiere que se «regalen» los títulos así se hará, y luego los interesados en formarse correctamente pueden venir a la universidad. Muchos bachilleres no cumplen con las condiciones mínimas de ingreso, este resultado es arrojado por las pruebas internas, que, de eliminarlas, dejaría a las universidades y a muchos estudiantes capacitados, fuera de una educación de calidad. En el 2007, la prueba realizada por el CNU arrojó un resultado de más de 60% de estudiantes aplazados, lo cual resalta que el problema viene de la educación media y diversificada. El gobierno debe hacer énfasis en las dificultades que originan la mala preparación de los bachilleres, ir directo a la educación básica pública. El país tiene que apostar por la calidad y no por la cantidad. Es inaceptable la propuesta populista que regalaría un puesto en la educación superior y no hacer a las personas trabajar por conseguirlo. Cabe solo imaginar ¿Qué será de las universidades de aprobarse esto? Además, hay muchos otros factores que hacen improcedente al nuevo sistema de ingreso. El poco personal capacitado para impartir conocimientos es el principal inconveniente. Debido a los bajos salarios y garantías de la profesión docente, cada vez son menos las personas interesadas en dictar clases, lo cual genera un déficit de estos profesionales. En conclusión, el verdadero objetivo buscado, es acabar con la población pensante y racional, en mi opinión, necesaria para el desarrollo del país, porque somos nosotros los estudiantes, quienes realmente podemos acabar con este régimen de tiranía. UNIVERSALIA

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El examen es «la simón»

somos la tapa del frasco

William Anseume

es profesor del departamento de lengua y literatura usb

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El tema continúa en el tapete. Y se hace indispensable colocar el freno a las nuevas pretensiones autoritarias educativas. Los universitarios somos la tapa del frasco educativo. Lo que no hay es frasco, o cada vez menos frasco hay. La universidad no está llamada a suplir las innumerables carencias de la formación previa a ella en Venezuela. Su misión es muy otra. Y, sin embargo, lo ha hecho. Allí están las muestras del Robinson, del Pío, del Ciu, por ejemplo. Para nadie es un secreto que, en términos generales, la educación pública venezolana no sirve. Se ha masificado en los niveles bajos y medios. Un logro, en especial de la IV. Se ha vuelto mediocre en casi todos, acentuándose en la V. Las escuelas depauperadas en el aspecto físico trasladan su agonía a lo académico. Los liceos enseñan cada vez menos. No hay profesores capacitados para todas las materias, si acaso los hay en algunas. No acude el profesor, porque no existe. Los alumnos pintan las paredes, baten mezcla o pegan bloques y aprueban con esas acciones las asignaturas, o el director firma su aprobación ante la total carencia del profesor respectivo. Abunda el dogmatismo capta votos, sin mayores logros reales tampoco en ese sentido. La prueba de la USB y seguramente de algunas otras universidades es el rasero de lo que acontece con la educación venezolana. Muy especialmente con la pública. El problema no es la prueba. Es el país. Eliminando un examen no cambia para bien la situación. Al contrario. Se pretende también que la USB se hunda en la agonía. Y que al hundirse se sume a la caída. Como todo se derrumba, vénganse ustedes también, nos dice la (in)conciencia gubernamental. La educación superior masiva no es posible en Venezuela. Se necesitaría una infinidad de instituciones para cubrir la cuantiosa demanda. Todo lo demás es un fiasco. El bachillerato público es en la actualidad una burla generalizada. Una burla al educando y una frustración, y se sabe. Peor aún. Los mismos cursantes y bachilleres lo saben. Muy claramente respecto de algunos liceos y de algunas universidades. Saben que entran a un barco del que saldrán con garfio y todo. Que los títulos son como antes y ahora las licencias de conducir, de fácil obtención (como se decía, se consiguen en las antiguas cajas de Ace). Y están conscientes de que algunas instituciones son otra cosa, por exigentes. Dentro de lo mínimo son lo máximo. Porque en el país de los ciegos el tuerto es rey. La USB no debe aceptar de buena gana que la quebranten. Sería una inmensa debilidad ante el populismo y la más balurda politiquería. El país hoy nos exige otro tipo de acciones. Aquí el examen es la simón. Y debe ser infranqueable. El gobierno desea apropiarse ideológicamente de lo que cree que le pertenece, y no es ni será así. Corremos el riesgo de seguir perdiendo frasco, y, desde luego, de quedarnos sin la tapa. Defendamos la tapa. Salvemos lo que queda del frasco y reconstruyámoslo, antes que sea demasiado tarde y nos unefemos. 16

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una voz

Rafael Fauquié

es profesor del departamento de lengua y literatura usb

entre las ruinas

«Próxima y no perdida quedaba, en medio de todo lo perdido, una sola cosa: la lengua. Ella no estaba perdida, no, a pesar de todo. Pero debía atravesar aún su propia falta de respuestas, atravesar un terrible enmudecimiento.» Paul Celan «Discurso de Bremen»

Alguna vez dijo Mallarmé que escribir le había llevado a entender que «cada verdad adquirida no nacía sino de la pérdida de una impresión que, habiendo chispeado, se hubiera consumido (permitiendo) gracias a las tinieblas liberadas, avanzar más profundamente en la sensación de las tinieblas absolutas». Uno de los legados esenciales de la Modernidad fue la Razón: otra manera de mirar, de valorar y de entender que terminó por imponerse a cualquier otra. Desvanecida o debilitada la fe, llegó hasta los hombres el tiempo nuevo de la Razón; y, junto con él, el de la Crítica, su inseparable compañera. Juntas, Razón y Crítica, comenzaron a conducir la aventura del pensamiento y la creación humanas. Juntas, se encargaron de demoler antiguas obediencias y de disipar muy arraigadas tinieblas; y, por supuesto, de imponer, también, nuevas formas de fe. Parafraseando a Mallarmé, podría decirse que Razón y Crítica liberaron a los hombres de viejas tinieblas sólo para conducirlos hacia otras diferentes. Una de ellas, acaso la más densa de todas, fue el escepticismo. De la oscuridad del dogma, los hombres entramos en la oscuridad de la sospecha y de la desconfianza, de la ciega solidez en naturalizadas obediencias nos adentramos en el desamparo del nihilismo. La Razón, que había comenzado por darnos absoluta confianza en nuestros actos y decisiones, nos colocó, también, a causa de demasiados excesos y absurdos errores, al margen de cualquier certeza y optimismo. La Razón terminó por decirnos que nuestras creaciones e ideales podían ser muy deleznables y que nuestros logros y sueños podían desvanecerse con demasiada facilidad. Razón y crítica influyeron, también, en el arte, al que convirtieron en expresión de toda clase de inconformismos, cuestionamientos y condenas. «¡Es el tiempo de la Razón ardiente!» exclamó Apollinaire a comienzos del siglo XX. ¿Razón ardiente o Razón crítica? En realidad, la una no podría existir sin la otra. Pasión crítica: apasionada actitud cuestionadora, escepticismo como mecanismo de cualquier forma de comprensión. A la larga, Razón y Crítica terminarían por cuestionar, incluso, el sentido mismo del arte. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Theodor Adorno pronunció una frase que llegó a ser célebre: «toda forma de cultura después de Auschwitz es mierda». O sea: no hay sentido en el arte, en la literatura, en el juego de las palabras después de un suceso como Auschwitz. Sin embargo, Paul Celan, un ser de palabras, judío y sobreviviente de un campo de concentración, pudo llegar a desmentir a Adorno cuando escribió poesía en medio de aquellos lugares de muerte a los que había sido confinado y de los que logró sobrevivir. Celan escribió. O sea: creó palabras, jugó con las palabras, jugó el juego de las palabras, y, haciéndolo, introdujo su propio mundo de voces dentro del universo de pesadilla que lo rodeaba. Y años después pudo afirmar que, tras las ruinas creadas por los hombres, había logrado sobrevivir «algo accesible y cercano: el lenguaje». UNIVERSALIA

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Ruina es muchas cosas y puede aludir a muchas cosas: a lo destruido, a lo saturado, a lo absurdo, a lo inconsistente, a lo vacuo. Alguna vez leí el comentario de que a las espaldas de los hombres de nuestro tiempo se encontraban las ruinas y que, delante de ellos, se hallaba el vacío. O sea: en medio de los despojos del pasado y del cada vez más incierto rostro del porvenir, se encuentra el presente: un aquí y un ahora de instantes vividos y de experiencias nombrables. Entre las ruinas de un pasado cubierto de despojos y el desconocimiento de un futuro que podría ser sólo oquedad, se halla el presente: exaltado o denunciado o condenado por los poetas. Y, de nuevo, regreso a Celan: en medio de la agonía de aquellos terribles momentos que él vivió y, junto con él, la Humanidad toda, ese ser de palabras que fue Celan se entregó a su juego estético movido por la más válida de las razones: la supervivencia. En uno de sus textos más célebres, «Fuga de la muerte», escribió una poesía extraña, incomprensible; impactante y macabro juego de palabras convertido en asidero, resistencia, refugio necesario para su cordura (*). Escribir: nombrar: decir la realidad de quien escribe. Ni la realidad ni la vida podrían nunca eludirse. El ser de palabras precisa enfrentarlas. Vivirlas. Sobrevivirlas. Por eso escribe; y, haciéndolo, nombra su propia vida. Y en ésta, al igual que en todas las vidas, junto a los descubrimientos maravillosos y a la siempre posible felicidad, habitan también lo absurdo y lo terrible, lo dolorosamente insoportable. El ser de palabras escribe y, al hacerlo, se apoya en sus experiencias. En ocasiones, acaso en las más desgarradoras e intolerables; y el resultado pudiese ser, como en el caso de Celan, una escritura irreal, críptica; pero siempre poseedora de significados. O sea, que ante la afirmación de Adorno sobre la absoluta inutilidad de la poesía después de Auschwitz, de que la poesía tras Auschwitz no podía ser sino «mierda», Celan mostró que sí era posible el juego de las palabras, incluso en medio del infierno de los campos de exterminio; un juego que no podía dejar de ser, al igual que cualquier juego poético, testimonio, diálogo, sustento y, también, redención. Con su palabra de sombras, confusa y extraña, pero, sin embargo, viva y desgarradoramente expresiva, Celan logró rescatarse de las ruinas, redimirse de la devastación dejada tras de sí por poderes y Estados y la cruel estupidez humana. Ante las ruinas, la escritura sirvió a Celan para conjurar la degradación que lo rodeaba. Herido por la realidad, logró recrear, poéticamente, la realidad; y logró sobrevivirla. Desgraciadamente, a la larga, la realidad llegó a pesar demasiado sobre él y su escritura se hizo insuficiente para ayudarlo a vencer tantas trágicas memorias. Los años de la guerra, el asesinato de sus padres; y, décadas más tarde, las acusaciones de plagio lanzadas en su contra por Claire Goll, esposa del poeta Ivan Goll, terminaron por arrastrarlo hacia cada vez más fuertes

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y frecuentes depresiones. Celan se suicidó en París, a fines de marzo de 1970, lanzándose desde un puente al río Sena. Pocos días antes, había escrito estas palabras que poseen todo el significado de un epitafio: «(esta) boca enmudecida por la verdad sobreviviente de las múltiples tinieblas del discurso mortífero». A todos los seres humanos nos rodea el lenguaje. Todos lo escuchamos y lo aprendemos, todos lo repetimos; pero, dentro de ese universo de signos comunes, está el mundo verbal de cada quien: su voz individual capaz de acompañarlo a la hora de enfrentar las ruinas e infiernos personales que pudiesen rodearlo: las de las incomprensiones e incertidumbres, las de los fracasos y anquilosamientos, las de las frustraciones y sinsentidos. En el caso de los seres de palabras, sus ruinas e infiernos propios serán conjurados a través de expresiones teñidas de penumbras y de solitario dolor. Ahora bien, proponer, como tantas veces escuchamos en nuestros días, que la degradación de los itinerarios humanos debería necesariamente coincidir con la vacuidad de los lenguajes de los seres de palabras, luce insuficiente, atrozmente insuficiente. La voz del poeta, con sus entonaciones hechas de ilusiones tanto como de sufrimiento, de memorias tanto como de sueños, de esperanza tanto como de desaliento, de armonía tanto como de incoherencia; en fin, eso que llamamos escritura o literatura o poesía, puede llegar a convertirse para cualquier ser humano en compañía y verdad, en aprendizaje y rescate. Aceptar, como alguna vez sugirió Jacques Derrida, que la conexión entre las palabras y el mundo era por entero arbitraria porque el mundo no desempeñaba papel alguno en las voces que lo evocaban, no pasaría de ser una apuesta a la ausencia de compromiso de los seres de palabras para con sus voces. Distinguir tanta devastación como la que a veces percibimos los hombres a nuestro alrededor o en nosotros mismos, no debería nunca llevarnos a quienes amamos las palabras al mutismo de lo ininteligible ni al vacío de lo inexpresivo ni a la banalización de las jergas. Llevada a tales límites, la poesía, el juego de palabras terminaría por convertirse en irrelevante parodia de la desolación: una ingeniosa destrucción —o deconstrucción— de las voces, una intelectualizada manera de hablar para no decir nada. Opaca en ocasiones, en ocasiones luminosa e inspiradora, a veces aplastantemente agónica, la vida no podría nunca dejar de sugerir en los seres de palabras una escritura igualmente brillante o igualmente oscura, igualmente estimulante o mortecina; pero, por sobre todo, una escritura siempre viva y tensa. Cada ser de palabras deberá hallar en sí mismo la voz que le pertenece, la que es la suya; la que, por sobre todo, lo testimonia a él: genuina voz que surge de su alma y que humaniza sus comprensiones.

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* Transcribo el poema «Fuga de la muerte», según versión de José Ángel Valente:

Negra leche del alba la bebemos al atardecer la bebemos a mediodía y en la mañana y en la noche bebemos y bebemos cavamos una tumba en el aire no se yace estrechamente en él Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe escribe al oscurecer en Alemania tus cabellos de oro Margarete lo escribe y sale de la casa y brillan las estrellas silba a sus mastines silba a sus judíos hace cavar una tumba en la tierra ordena tocad para la danza Negra leche del alba te bebemos de noche te bebemos en la mañana y al mediodía te bebemos al atardecer bebemos y bebemos Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe escribe al oscurecer en Alemania tus cabellos de oro Margarete tus cabellos de ceniza Sulamita cavamos una tumba en el aire no se yace estrechamente en él Grita cavad unos la tierra más profunda y los otros cantad sonad empuña el hierro en la cintura lo blande sus ojos son azules cavad unos más hondo con las palas y los otros tocad para la danza Negra leche del alba te bebemos de noche te bebemos al mediodía y la mañana y al atardecer bebemos y bebemos Un hombre habita en la casa tus cabellos de oro Margarete tus cabellos de ceniza Sulamita él juega con las serpientes Grita sonad más dulcemente la muerte la muerte es un maestro venido de Alemania grita sonad con más tristeza sombríos violines y subiréis como humo en el aire y tendréis una tumba en las nubes no se yace estrechamente allí Negra leche del alba te bebemos de noche te bebemos a mediodía la muerte es un maestro venido de Alemania te bebemos en la tarde y la mañana bebemos y bebemos la muerte es un maestro venido de Alemania sus ojos son azules te hiere con una bala de plomo con precisión te hiere un hombre habita en la casa tus cabellos de oro Margarete azuza contra nosotros sus mastines nos sepulta en el aire juega con las serpientes y sueña la muerte es un maestro venido de Alemania tus cabellos de oro Margarete tus cabellos de ceniza Sulamita.

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Una breve reflexión

sobre la ortografía

Lourdes C. Sifontes G.

es profesora del departamento de lengua y literatura usb

¿Del hecho al dicho?

Es posible que sea cierta, o al menos en parte, aquella noción —que se maneja en muchos ámbitos como saussureana— de la escritura como transcripción del habla. En ese caso, las propuestas de recurrir a la «k» para casa, cosa y coprofagia, o a la «y» para lleno, llorar y billete, y dejar la «s» para lo que hoy escribimos bajo la forma de cigarro, cimitarra o círculo no serían en absoluto descabelladas, y la propuesta de aceptar (aseptar, o en fiel transcripción del habla localísima, asectar) una escritura que se presuma fonética (obviando que la representación gráfica ya la convierte en abstracción y en alteridad) podría ganar terreno. Sin embargo, hay algunas consideraciones importantes: ese soñado vehículo del habla, ese medio visualizable y relativamente permanente que llamamos escritura no es solamente eso. Es pensamiento. Es organización. Es memoria. En primer término, la idea de «buena ortografía» como mero cascarón apegado a normas de superficie es una aberración, en todos los sentidos y acepciones que el diccionario registra. La ortografía no es sólo forma. Esa idea de que hay que «tener buena ortografía» porque si no «eso da pena», constituye, a pesar de su camino empedrado de buenas intenciones, una simplificación de lo que la ortografía contiene. UNIVERSALIA

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la pirámide del louvre

En segundo lugar, una cosa es el habla, esa maravilla de la calle, de la casa, de la cotidianidad, y otra es el discurso al que irremediablemente nos asociamos cuando decidimos, sea en el rol que sea, formar parte de eso que llamamos academia. En sus espacios físicos y virtuales la canción es otra. Nos guste o no —y por algo nos metimos en ella— es un mundo de códigos, registros, precisiones, historias e innovaciones... Y algunos —los profesores—, en ella, somos eso que nuestro académico Barrera Linares llama «hablantes públicos», y escribientes públicos también. En materia de escritura, la «ortografía-cascarón» no es lo que cuenta (el inglés y el francés, cada cual a su modo, son testigos de ello). Pero sí cuenta aquello de lo que la ortografía es portadora, y que se manifiesta en eso que hemos ido desvirtuando al denominar «forma». No porque no lo sea, sino porque damos a esa «forma» la connotación más ligada a la superficie, y llegamos a pensar que es prescindible u ornamental. Y no. Es verdad: aquí no somos de zetas, jotas y elles peninsulares. En el territorio de la transcripción del sonido del habla, los que recibimos el español de manos —o lenguas— de la Conquista tenemos esa posible desventaja. Pero así lo hemos construido en estas tierras, y ése ha sido uno de nuestros no pocos aportes. Y llámese raza, resistencia indígena, imperialismo, colonización, mestizaje o etcétera, hay algo irreversible: aquí estamos, esto somos y esto hablamos. Reitero entonces que lo importante es lo que hay detrás, o quizás dentro, de la ortografía hispana. Un mapa revelador de historias, parentescos, orígenes y mezclas de palabras. Un mapa de organización que apoya a la conciencia del hablante alfabetizado en el ejercicio de la economía del lenguaje, y que, bien aprovechado, redunda en la claridad de que el sufijo de ciertas patologías es «osis» y no «ocis», o en la de que un «ciclo» es distinto de un «siclo» e «intención» se relaciona con «intento» e «intentar» e «intensión» con «intenso». O, para llegar a extremos, en la comprensión de que un beneficio se diferencia (y no ligeramente) de un veneficio. El hablante o escribiente académico (estudiante, profesor) no se plantea (corrijo: no debería plantearse) preguntas como «¿Es ‘haya’ con ‘y’ o ‘halla’ con ‘ll’?», o si existe algo que pueda llamarsa «a sin hache y a (ha) con hache». Plantear las dudas desde ese lugar constituye parte de nuestro problema, y parte de la percepción de que «un cursito» podría resolverlo. Parte de nuestro intento fallido de pensar «fuera» del lenguaje. Las preguntas sobre la ortografía no son para el cascarón. Verla como barniz externo, en el lenguaje académico, es quizás parte de nuestros problemas de autoestima lingüística y de devaluación de eso que es nuestro primer instrumento de definición, clasificación, reconocimiento y organización del mundo y de nuestros mundos posibles: nuestra lengua. Las preguntas deseables, en el caso de esos ejemplos particulares, tendrían que estar en el orden del «querer decir»: ¿Dónde estoy, hacia dónde voy con mis palabras? ¿Qué pretendo? ¿Hallar, encontrar, o haber? ¿Quiero una preposición, quiero vincular, dirigir, destinar, o quiero estructurar una forma verbal? Entre «haya» y «halla» o «a» y «ha» no debe haber azar, ni adivinación, sino conciencia. Quienes dudan entre la «c» y la «s» ante la escritura de la palabra «necesidad», disipan una nube importante cuando evocan «necesario». «La lengua es una trampa que sólo 22

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el fórum des halles

ella puede abrir», escribió Mario Satz. Y la ortografía es el grabado comprehensivo del funcionamiento histórico y cultural de las palabras, que comienza a tallarse en el intelecto con el aprendizaje de la lectoescritura. No se trata de cincelar reglas en la memoria, sino de encariñarse con el funcionamiento —y la historia— del sistema. Estos procesos, a veces, no son ni siquiera conscientes. Muchas veces están allí, en la intuición y sistematización de algo que podría considerarse similar a las estructuras profundas chomskianas. Más aún en la gente que lee, que ha leído, esa gente que hace del pensamiento organizado, la exposición, la argumentación, la precisión, el diálogo y la reflexión su modo de vida. Pero es justamente ésta la gente que tiene responsabilidades con una lengua de la que se sirve día tras día para operaciones intelectuales y comunicativas en las que se cifran, según solemos pensar, el conocimiento y su futuro. La gente que debe tener este asunto en la conciencia. La ortografía es bastante más amigable de lo que parece, o de lo que a veces queremos o nos han querido vender. A través de sus realizaciones, nos cuenta la historia de las palabras, establece familias, nos relata los caminos y preferencias del desarrollo de la lengua. ¿Que no es absolutamente regular en estos caminos? ¿Que hay excepciones? ¡Por supuesto! Y he allí una parte importantísima de su riqueza. Con su registro particular, con sus huellas profundas y también con sus inconsistencias a través del tiempo (que revelan, también, imperialismos y conquistas, como los antiguas oscilaciones entre «u», «v» y «b», o como la gran mentira de que las mayúsculas no se acentuaban, producto de la industria de máquinas fabricadas para lenguas sin tildes), la lengua escrita, sin duda, deja constancia de un devenir que es parte de eso que llamamos cultura. Nos abre horizontes ante nosotros mismos al hacernos comprender, por ejemplo, las afinidades profundas entre contar con números y con palabras que hermanan hoy a un cuenta-cuentos y a un computador en los viejos caminos del verbo «computare». Aquello de «Verba volant, scripta manent» se redimensiona en tiempos en los que el registro de la oralidad puede ser el pan de cada día. Pero se redimensiona en los dos sentidos, y lo que en la escritura permanece es una historia que la oralidad, aunque grabada, no registra. Cada una tiene sus senderos y sus virtudes. La llamada «norma» que se asocia a la palabra escrita es parte indisoluble e inexorable de la academia, la universidad y su lenguaje (o sus lenguajes). Éste es el territorio de los lenguajes sobreconscientes de sí mismos. Es el territorio de la precisión y la especificidad, y el de la asociación de conocimientos. Aquí no valen sobreentendidos, ni vale confundir la irreflexividad con la libertad de expresión. El compromiso con el lenguaje lo tenemos todos. Piense cada cual en su lenguaje particular de trabajo, y en los problemas que genera quien lo utiliza a la ligera o comete imprecisiones. Ciertamente, el caos (o kaos, como leí recientemente en un comunicado de la Junta de Condominio del edificio en el que vivo, nostálgica evocación de los antagonistas de Maxwell Smart) que puede producirse en materia de puntuación y sintaxis es inmenso. Pero la ortografía es parte del paquete. De un paquete complejo que tiene algo —o todo— que ver con el respeto y el cariño por el conocimiento, y por ese prodigio que los seres humanos tenemos para aprehender el mundo: la palabra, a la que se suma la sistematización de sus organizaciones en la escritura. ¿Tenemos ese respeto y ese cariño? Tal vez podríamos —o deberíamos— comenzar por allí. UNIVERSALIA

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Urbanos de la Venezuela Contemporánea PLX-111 Problemas

La ciudad, sin duda una de las mayores creaciones humanas La ciudad es multicolor; es el receptáculo de saberes, de sabores, de ruidos, de música, de olores, de encuentros y desencuentros. Es un escenario donde podemos ver a cada minuto una película diferente. A la ciudad la disfrutamos y la odiamos al mismo tiempo. Es allí donde se aglomera la mayoría de personas; por ello, en parte, enfrentamos tantos problemas, pero tendrá sus encantos, cuando insistimos en quedarnos allí. Alrededor del 90% de la población en Venezuela está radicada en centros urbanos. Las principales ciudades del país confrontan serios problemas ambientales, de ineficiencia en el funcionamiento de los servicios públicos, déficit de viviendas, carencia de equipamientos y parques, déficit en cantidad y calidad de espacios públicos para la convivencia ciudadana. Aunado a ello, más de la mitad de la población habita en asentamientos que no cumplen con los estándares mínimos de urbanización. Extensiones de territorios ocupados y autoconstruidos por sus pobladores para dar una solución a la necesidad de alojamiento, pero que, por no contar con la asistencia técnica adecuada y la improvisación o desatención de los gobiernos de turno, se han convertido en una de las mayores urgencias urbanas por atender de nuestra sociedad contemporánea. Todos tememos por la catástrofe que puede llegar con mayor calamidad en estos sectores por la baja calidad constructiva y las condicionantes de vulnerabilidad del terreno, por citar un caso, cuando nos sorprenda en la ciudad capital un terremoto. En este contexto, desde el Departamento de Planificación Urbana se imparte el curso de estudios generales «Problemas Urbanos de la Venezuela Contemporánea» que busca desarrollar en el estudiante, una actitud crítica, reflexiva y analítica con relación a los problemas urbanos con los cuales se consideren involucrados o afectados. El tipo de problema que estudiamos pueden variar tanto en la escala (condominio, calle, urbanización, ciudad, municipio, estado, país) como en el contenido (servicios públicos, ambiente, vivienda, seguridad, etc.). El curso pretende, que los participantes: (1) reflexionen sobre las ciudades venezolanas y su importancia en nuestra vida cotidiana así como en el desarrollo nacional. (2) Analicen algunos de los principales problemas urbanos que en la actualidad confrontamos los venezolanos, con énfasis en los problemas de la ciudad de Caracas y, (3) Discutan el papel que juegan los gobiernos locales y los ciudadanos organizados en la solución de los problemas urbanos. No nos queda más que convocar a nuestros apreciados estudiantes a que nos acompañen en las ediciones de estos cursos para que aprendamos, juntos, a soñar la ciudad que queremos reflexionando sobre la ciudad que tenemos.

curso eegg

Arq. Elfide Mariela Rivas Gómez dicta este curso de Estudios Generales y es profesora del Departamento de Planificación Urbana USB

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Francisco Carreño

difusor del cuatro

Sonia García

es profesora del departamento de lengua y literatura usb

el centro georges pompidou

Francisco Carreño (Porlamar 1910-Caracas 1965) maestro, intérprete, compositor, investigador y difusor de músicas e instrumentos de la tradición venezolana, dejó un inestimable legado al país. Llegó a Caracas a los 20 años en compañía de sus tradiciones margariteñas buscando mejores condiciones de vida. Del entorno familiar y del ambiente traía el gusto por la música y así, se inscribió en la Escuela Superior de Música junto con su hermano Inocente Carreño (Porlamar 1919) quien trabajaba también con él como zapatero para mantener a la familia. Ambos formaron un dúo de guitarras que actuaba en el teatro y en programas radiales, además acompañaba el canto de sus hermanas, de 7 y 9 años de edad. La radio apenas había llegado al país en 1930. A fines de la década, Carreño comenzó a recorrer el país en investigación de campo, experiencia que hizo de él uno de los pioneros en la materia. Luego fue contratado como Comisionado de investigación del Ministerio de Educación y comenzó a colaborar en el Instituto de Folklore, creado en 1946 bajo la dirección de Juan Liscano; allí fue director musical de un evento histórico: la Fiesta de la tradición, organizada en 1948 por Liscano en el Nuevo Circo de Caracas. Así se reunió, por primera vez, una muestra de expresiones tradicionales del país: Diablos de Yare, Comparsas de Oriente, tambores costeños y otras que hasta entonces no se conocían más allá de sus lugares de celebración. Era un modo de «descubrir» nuestras raíces. UNIVERSALIA

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Poco después Carreño sucedió a Liscano en la dirección del Instituto de Folklore y realizó una intensa labor de investigación en sus recorridos por el país. Por la época logró la inclusión de bailes tradicionales en el programa escolar que sustituyeron las cuadrillas y otros bailes de salón de la herencia europea. Así comenzó a proyectarse por toda Venezuela El Pájaro Guarandol, El Chiriguare, El Carite y otros. Pero de los tiempos de Pérez Jiménez en adelante su identificación política con la izquierda le ganó crecientes adversidades. Al ser sustituido, en 1953, en la Dirección del Instituto de Folklore, Carreño se dedicó a desarrollar una inestimable labor: la difusión masiva del cuatro y de otros instrumentos tradicionales del país. De inmediato creó el primer centro de enseñanza de esos cuatro, arpa criolla, maracas, tambor, bandolín, la escuela de Folklore, y pocos meses después reunió en concierto a los alumnos de ese instituto y de otras escuelas de la capital donde también enseñaba. Así entró el cuatro a los más importantes escenarios del país: Teatro Municipal, salas de la UCV, Biblioteca Nacional y otros. Esos exitosos conciertos reunían unos 400 alumnos, niños de 4 años en adelante. Por otra parte en 1956 transmitía por la televisión —llegada a comienzos de los años 50— su programa La lección de cuatro de los jueves. Así, Francisco Carreño consolidaba su labor de difusor del cuatro. Entretanto organizaba ciclos de conferencias a cargo de apreciados intelectuales en la escuela de Folklore y en otros espacios. Además dejó unas 400 composiciones en las cuales ensayaba merengues, valses, pasajes y otros aires regionales, entre ellas la más conocida, La zapoara:

«Llegando a Ciudad Bolívar me dijo una guayanesa que si comía la zapoara no comiera la cabeza»

django reinhardt

Carreño falleció en 1965 después de la persecución política que lo rodeó de silencio y lo separó de la escuela de folklore que llevaba su nombre... Dejó, sin embargo, fundamentales aportes a nuestro movimiento musical del siglo XX. 26

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la leyenda negra

y la conquista de América

José M. Beson

Aunque el término Leyenda Negra nació en 1914 con el libro de Julián Juderías: «La Leyenda Negra y la Verdad Histórica», éste comenzó a convertirse en una herramienta de propaganda antiespañola desde finales del Siglo XVI con la finalidad de desprestigiar la actuación política de los reyes españoles justamente en la época durante la cual España era una de las mayores potencias mundiales. Este fenómeno propagandístico histórico, cuyo contenido estuvo cargado en su gran mayoría de falacias y sofismos, fue una reacción al poder imperial español por la amenaza que representaba para las demás naciones europeas, sobre todo para Gran Bretaña, los Países Bajos y Francia, entre otros; quienes se apoyaron en primer lugar, en sus pensamientos calvinistas y en segundo lugar, en el hábil uso de la imprenta, que fue una novedosa y gran arma en la creación de un imaginario colectivo de la sociedad de aquella época. La Leyenda Negra tiene varios capítulos. Se puede hablar de una leyenda negra en Italia. Otra rama tiene su raíz en los Países Bajos, donde los patriotas holandeses publicaron todo tipo de panfletos, con el fin de desprestigiar a los que consideraban invasores, desde Fernando Álvarez de Toledo, Duque de Alba, hasta los monarcas españoles. La Inquisición se convirtió en un filón inagotable a la hora de difundir propaganda anti hispánica. Otro foco importante fue Inglaterra, donde Isabel I, apoyaba constantemente todo lo que podía debilitar a su gran enemiga España. Francia, su rival durante siglos, fue otro patrocinante de la Leyenda Negra cuando entre otras obras publicó «Antiespañol», en donde se trataba muy mal a todo lo hispano. UNIVERSALIA

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sidney bechet

Ahora bien, el gran pilar fundamental de la Leyenda Negra se encuentra en lo relativo a la interpretación de la conquista de América, sobre todo en los textos del fraile dominico Bartolomé de Las Casas. Su obra «Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias», publicada en 1552, llena de apasionamiento y exageraciones, iba a servir en bandeja todo lo que necesitaban los cultivadores de dicho mito. Resulta significativo que esta obra cuando se reimprimió en los Países Bajos en 1620, se hizo con el siguiente titulo: «Espejo de la tiranía española en que se trata de los actos sangrientos, escandalosos y horribles que han cometido los españoles en las Indias». Lo cierto es que con la publicación por primera vez de su obra en Sevilla en 1542 (dada a conocer al emperador Carlos V diez años antes), la intención de este fraile dominico era denunciar las manifestaciones de violencia y despojo a que eran sometidos los pobladores originales de América; el uso y el abuso por los españoles de la encomienda, institución en la cual Bartolomé de Las Casas no ve sino una auténtica esclavitud de la población sometida. Esta obra cargada en algunos casos de datos poco creíbles le permitió obtener la firma regia de las Leyes Nuevas, que trataron de reducir la explotación de los indígenas por los conquistadores y colonos. Que en la práctica no se hayan cumplido estas normas jurídicas, es otra cosa, pero lo importante es que se llevó a cabo una autocrítica española ante estos hechos y que lejos de propiciar la trata de negros, como lo afirma, entre otras cosas, la Leyenda Negra, buscaba la defensa y conservación de los indígenas. Unido a ello, es importante resaltar la actuación de Francisco de Vitoria en Salamanca, quien elevó esta crítica a un alto nivel intelectual, sentando las bases del Derecho Internacional con sus «Relecciones», acerca de la problemática india, con las cuales lo que se perseguía era debatir las injusticias de la conquista y poner sobre el tapete el respeto por estos seres humanos. Los españoles constituyen, pues, el primer pueblo de la historia que se hace las grandes preguntas sobre los derechos de las personas. Además, la mayoría de los frailes que se dedicaron a predicar el evangelio trataron de aprender las lenguas indígenas, reforzaron, sistematizaron y extendieron el estudio de las lenguas indígenas como una forma de conservar estas culturas; en cuanto al estudio de la historia anterior a la conquista, los textos que hay se deben a los españoles y el caso probable cimero es el de Fray Bernardino de Sahagún con la historia de México. También vale la pena indicar, que los españoles no tuvieron reparo en mezclarse con los indígenas, dando origen a una nueva raza, al mestizaje característico de los pueblos latinoamericanos. 28

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ella fitzgerald

Todo lo anterior, señala algunos hechos que buscan derribar ciertas afirmaciones que alimentan a la Leyenda Negra en la conquista de América. Por lo mismo hay que distinguir las desapariciones culturales producto de exterminios (lo que sí ocurrió en la conquista anglosajona) de las que son consecuencias del mestizaje (situación que corresponde al proceso español). Los protestantes, precisamente por su teoría calvinista de la predestinación (Destino Manifiesto), consideraban que los indios no podían salvarse. En el norte no hubo, salvo escasamente, mestizaje ni evangelización. Los colonos protestantes consideraban a los indígenas: criaturas inferiores, animales, seres impuros, y por lo tanto, no podían ser bautizados. Eran vistos como unos pecadores que no habían sabido rentabilizar las tierras y talentos que Dios les había dado y que el creador, triste por tanta ingratitud, había decidido readjudicarlas a sus fieles hijos anglosajones. Al analizar objetivamente la historia se puede encontrar que todas las conquistas fueron crueles, sanguinarias e injustas; incluyendo las emprendidas por los mismos pueblos precolombinos. No hay que juzgar esas actuaciones ya que se trata de contextos temporales y culturales diferentes a los actuales, sino tratar de comprenderlas. Sin embargo, esta Leyenda Negra solo resalta los aspectos negativos de la conquista española (o medias verdades) y nada dice de las atrocidades de la conquista anglosajona, que no sólo incurrió en hechos tan graves como la española, sino que tuvo un elemento adicional: el racismo. Si bien es cierto que no todo fue color de rosas (o una leyenda blanca), tampoco fue del todo negra.

«la religión en el proceso histórico de américa latina» | CSX-235

El trabajo aquí reproducido fue presentado en este curso de Estudios Generales dictado por el profesor del Departamento de Ciencias Sociales Rodrigo Conde

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Roberto Lambertini

es estudiante de ciclo básico

la paradoja una mirada a la aritmética del diablo

películas de antier

El corazón late tan fuerte que parece querer abandonar el pecho, se hace un nudo en la garganta. Todo enmarcado en la sensación de estar cayendo en un precipicio sin final, el vértigo toma el poder y… en ese momento despierta, quizás con un sentimiento de agotamiento físico como sí realmente hubiese estado cayendo por un precipicio. Probablemente lo descrito anteriormente sea un experiencia más que familiar. Eventos como el anterior ocurren en la vida cotidiana. Un hecho aparentemente real puede estar inmerso en una realidad aún mayor. El problema surge cuando una de estas paradojas invade escenarios dond,e utilizando un mimetismo casi imperceptible, logra camuflarse haciendo muy difícil su detección y, por tanto, su asimilación. En el género cinematográfico el recurso paradójico es usado habitualmente. Una manera es sin duda, el uso de la autorreferencia como posibilidad apelativa. Se produce una especie de juego de espejos donde un episodio se enmarca dentro de otro sin un centro estable de organización. Muestra de ello es The Devil`s Arithmetic (La aritmética del diablo) dirigida por Donna Deitch (1999), donde Kirsten Dunst interpreta a una adolescente llamada Hannah Stern, que lleva una vida típica de las jóvenes de su edad, un poco despreocupada y superficial. Al igual que todos los años, debe acudir con sus padres a la casa de sus familiares para celebrar la pascua judía. Al parecer ella no tomaba muy en serio esa celebración. 30

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Justo en el momento de entrar a la casa de sus tíos ve a un joven judío que sólo resultará relevante un poco más adelante (¿o atrás?) en la historia. Adicionalmente, nos enteramos de que su tía Eva (Loise Fletcher) fue quien le otorgó el nombre de Hannah, en homenaje a una persona bastante especial que conoció en el pasado. Sus tíos estuvieron en un campo de concentración. Después de la cena de conmemoración del éxodo de Egipto, Hannah abre una puerta que la transporta en el tiempo hasta 1941 en la Polonia ocupada por los nazis. Allí sus padres acaban de morir. El desconcierto se apodera de ella, ya que no puede comprende lo que ocurre y cree que está viviendo una pesadilla; sin embargo, todo le resulta muy real. Ahora tiene que vivir en casa de su prima (Brittany Murphy), sin saber que pronto será trasladada a un campo de concentración nazi donde vivirá en carne propia esa historia que antes le parecía tan aburrida. Allí conoce a un joven cuyo parecido con el muchacho que vio antes de entrar a casa de su tía es innegable. Su nombre es Ario. El desasosiego se apodera de la vida de Hannah. Es como despertar en Pompeya el 24 de agosto del año 79 d.C. No hay escapatoria posible. A esta joven no le queda otro remedio que aceptar esa «realidad» en la que está inmersa, y cuyo desenlace es más que conocido. El viaje en el tiempo, aunque asimilado, no deja de causar horror, ya que su estadía en el campo de concentración es lo más cercano a un infierno literal. Intentos de escapatoria por parte UNIVERSALIA

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de algunos de los prisioneros agrandan el sufrimiento. Pero llega lo peor: el ejército nazi, llevado por una especie de aritmética diabólica, debe ejecutar a cuantos judíos pueda, pues mientras más rápido será mejor. En ese punto la vida de la prima de Hannah está en riesgo y, la única manera de salvarla es tomando su lugar. Es este hecho el que hace la situación aún más confusa, ya que antes de ser llevada por los soldados a la cámara de gas, su prima le dice que sí sobrevive se llamará Eva. En el momento de su muerte, Hannah despierta rodeada de su familia moderna. Su tía está allí también y Hannah no puede más que abrazarla y recordarle las penurias que pasaron durante su funesta estadía en el campo de exterminio. En ese instante Hannah Stern entiende por qué lleva ese nombre, pues al parecer fue ella misma quien estuvo con su prima (ahora tía) en un campo de concentración en 1941. «La aritmética del diablo» es muestra inequívoca del uso de estrategias literarias por parte del cine. La autorreferencia en este film quizás no sea fácil de identificar debido a lo complejo del libreto. Sin embargo, según Luis Navarrete se considera que hay una autoreferencia cuando un texto se refiere a sí mismo. Y en «La aritmética del diablo» se observa una historia que está íntimamente ligada a la otra en una relación más que compleja, pues el final de la historia es el principio mismo de ella. Es como una serpiente que se muerde la cola; una historia cíclica donde a su vez no habría habido un comienzo sin la existencia de el final. ¿Parece una paradoja? Pues lo es. El diccionario de la RAE dice de la paradoja: «Figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones o frases que envuelven contradicción». Y sin duda que esta historia cumple con ese requisito, pues la idea de «¿quién fue primero: el huevo o la gallina?», hace inmediatamente su aparición, ya que nunca sabremos cuál Hannah estuvo primero: ¿la que vivió en Polonia en pleno holocausto nazi o la que vive en Estados Unidos en la actualidad? Ni que decir del joven que aparece en ambas etapas de la película cuyo (Ario), que, al igual que Hannah, se nos presenta joven, a finales del siglo XX y con exactamente la misma apariencia que tenía en el pasado. La posibilidad de que la historia de Hannah esté emparentada con la de Ario en un futuro hipotético de la película cobra mucha fuerza pues se percibe un gesto de cierta familiaridad en sus rostros al momento de conocerse en el pasado y de verse en el futuro. La relación entre las dos historias —como ya se dijo— es sumamente compleja. Muchas serían las líneas escritas de seguir indagando en el tema. Pero no serviría de nada, ya que solo se marchará por un camino que volverá al mismo punto de partida. Navarrete afirma que: «Cuando hablamos de cine autorreferencial no podemos olvidar tampoco la figura del destinatario. Sin un espectador conocedor de sus recursos, éste carece de sentido convirtiéndose en una pirueta. El espectador es el más intransigente manipulador discursivo existente». Y al parecer está en lo correcto, pues descifrar este enredo depende en gran medida del espectador. En efecto, he aquí una muestra de autorreferencia: una historia que remite a sí misma y, lo que es más, no tiene ni principio ni final. Las oraciones autorreferentes conducen a paradojas. Y debido a que Hannah se durmió para viajar al pasado, ¿quién puede afirmar que dicha historia no está elle misma dentro de un sueño? La «realidad», incluso dentro del cine, puede ser bastante relativa.

Bibliografía

«Una aproximación al metacine» por http://www.zemos98.org/spip/article.php3?id_article=28 «Paradoja». Diccionario de la Real Academia Española (RAE) 2006 32

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cuestionar la realidad «The Truman Show»: una metapelícula

Roberto Lambertini

es estudiante de ciclo básico

películas de antier

Por definición, la metaficción es, en términos básicos, una ficción dentro de otra ficción. En literatura y cine, la metaficción se puede definir de varias formas, entre las cuales esta una historia dentro de la historia del libro o película, o en ciertos casos el movimiento de personajes entre dimensiones o planos. En todos esos casos, la metaficción se usa para crear un efecto de confusión. Un ejemplo se puede ver en la película The Truman Show (Dirigida por Peter Weir, 1998), en la que el personaje principal, Truman Burbank (Jim Carrey), esta viviendo una vida ficticia. Este mundo ficticio es, en realidad, un estudio gigante donde se filma un programa de televisión que gira alrededor de la vida de Truman. Este estudio esta lleno de cámaras escondidas, puestas ahí para filmar a Truman, quien no sabe que está siendo filmado. Este programa de televisión ha estado en el aire desde el nacimiento de Truman, y él piensa que el mundo en el que él vive es real. Hacia la mitad de la película, Truman se comienza a dar cuenta de cosas raras que están pasando, como su padre, quien había muerto, regresando a su vida, y otras cosas que le indican de que algo «no está bien». Ya hacia el final, Truman descubre que estaba viviendo en un estudio, y el creador del programa, Christoph (Ed Harris), habla con él para tratar de convencerlo de que se quede en el mundo de ficción. La historia termina con Truman saliendo del estudio. UNIVERSALIA

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el pont-neuf «embalado en papel de regalo» por christo en 1985

Truman cree que el espacio que lo rodea es la realidad, mientras que Christoph sabe la diferencia entre la realidad que él creó y la realidad que existe afuera del estudio. Ahora, viendo el tema desde el punto de vista de Truman, se puede comenzar a analizar el efecto que eso genera en el espectador. Al final de la película, Christoph le dice a Truman que todo era un programa de televisión, y lo que siente él en ese momento quizás podríamos sentirlo todos nosotros. Cuando se presenta la situación en la cual se muestra la relatividad de la realidad, uno se pone a cuestionar su propia realidad y cuán concreta es. De ahí sale uno de los problemas que plantea la película: ¿la realidad es concreta y definida, o subjetiva y maleable? La película The Truman Show presenta en su interior un programa de televisión, con una pequeña cantidad de tomas del mundo «real», es decir, el mundo fuera del estudio. Así, en la película se ve una ficción X (el programa de televisión) dentro de una ficción Y (la película). Esto ya comienza a crear confusión sobre qué es realidad y qué es ficción, y en consecuencia surge el efecto de confusión y desconfianza sobre lo que es real. El hecho de que haya una ficción dentro de una ficción, para el espectador, quizás no cause tanta confusión, pero viendo las cosas desde el punto de vista de Truman, cuando le dicen que toda su vida ha sido un programa de televisión, su concepto de lo que era real se derrumba y comienza a crearse otro. La confusión que crea el cambio de realidades en la película es el efecto creado por lo que la teoría literaria reconoce como metaficción. 34

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Es esencial señalar la importancia del espacio en la creación de este efecto que hace al espectador cuestionar su propia realidad. Este espacio juega un rol importante para crear el «efecto de realidad» (González, 1997: p. 30), que sirve como base para que los personajes interactúen. En el caso de esta película, quizás simplificando la explicación, existen dos espacios diferentes, que constituyen dos planos de realidad completamente distintos. El primer espacio es el mundo que se representa como «real», donde viven todas las personas que ven el programa de Christoph. Dentro de ese primer espacio, esta encapsulado el segundo espacio, que es el mundo en el que viven Truman y todos los otros actores de la serie de televisión. Eso en sí demuestra los dos diferentes planos de realidad: uno, el mundo ficticio de Truman (real para él como personaje), y el otro, el mundo real, en el que viven todos. Quizás es más difícil abordar este punto con respecto al personaje de Christoph, que es un tipo de dios para el mundo de Truman y también es valorado, en su mundo «real», por ser el creador y genio detrás del programa. Para el espectador, Christoph es el único que tiene el poder de llevar a los espectadores a la vida de Truman, y de continuar haciendo creer a Truman que está viviendo una vida normal y real. Sabiendo esto, uno puede ver que la diferencia entre los dos espacios contribuye a la diferencia entre los dos planos de realidad… sin olvidar que nosotros también somos espectadores. Volvamos a nuestra pregunta: ¿la realidad es concreta y definida, o subjetiva y maleable? Según lo anterior, la realidad puede construirse … O al menos ése es el efecto que esta metapelícula crea en el espectador. Después de ver que Truman se da cuenta de que ha estado viviendo en una ficción toda su vida, nos pone a cuestionar si la realidad que nosotros conocemos es, verdaderamente, una realidad. Ya que Truman vivió toda su vida creyendo firmemente que lo que vivía era la realidad, al darse cuenta de que no, toma la decisión de ir a conocer la verdadera realidad. Este cambio de realidad crea en el espectador un sentido de paranoia y escepticismo, llevándolo a cuestionar todo a su alrededor y a buscar respuestas sobre su realidad «concreta». Según esto, la realidad se muestra relativa. Es decir, la realidad de Truman era un mundo utópico, mientras que la realidad de Christoph era una muy diferente, estando constantemente entre las dos realidades y manipulando una de ellas a su antojo. Esto ya abre las puertas a la posibilidad de admitir la existencia de varias realidades aparte de la que uno conoce en la vida cotidiana. No todos tenemos (no podemos tenerla) la misma perspectiva sobre la «realidad». En una película como ésta, se pone al espectador en la situación de cuestionar la realidad cuando se le muestra que es posible que dos realidades diferentes coexistan sin conocerse. El espacio nos ayuda a ver cómo nuestro entorno físico refuerza nuestro conocimiento de la realidad, y nos muestra que en diferentes entornos físicos, los individuos tendrán diferentes realidades. En una sociedad en la que no se conoce la navegación aérea, un avión no es parte de la realidad, porque, aunque para otros los aviones existen, para esa sociedad hipotética no es así. Es notable que en el cine o en la comodidad de nuestro hogar ante una pantalla, la representación del juego entre espacios diferentes pueda generar un efecto de duda y desconfianza sobre la realidad al espectador, que hace que cuestione su propio mundo, buscándole una respuesta definitiva, cuando lo único que se necesita saber es que quizás no la hay.

Texto citado

GONZÁLEZ, Mercedes L. 1997. Leer Textos Narrativos. [2 de Diciembre del 2007] Disponible en Web: http://www.filosofiayliteratura.org/ UNIVERSALIA

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CABU Los dibujos de Jean Cabut, caricaturista y dibujante francés conocido bajo el seudónimo de Cabu, que ilustran hoy nuestra Universalia forman parte de la exposición «Cabu y París» efectuada en el Hôtel de Ville de la ciudad París, hace justamente un año. Cabu nace el 13 de enero de 1938 en Châlons-sur-Marne, en Francia. Desde los 15 años comienza a mostrar sus primeras ilustraciones en el diario regional L’Unión de Reims. Por los años sesenta colabora con la publicación Paris-Match. Y en 1962, inspirado en sus recuerdos de cuando era estudiante, inventa bajo los consejos de René Goscinny (creador, junto al dibujante Albert Uderzo, de la tira cómica Astérix y Obelix) un personaje caracterizado en un torpe, soñador e ingenuo liceísta: «El gran Duduche», en la portada de esta edición. Entre los años 70 y 80, Cabu tuvo un renombrado éxito, editando abundantes libros y orientando su arte hacia la caricatura política. Sus dibujos desde entonces se han divulgado en el Charlie Hebdo, Le Canard Enchaîné, Ici Paris, Jazz Hot, Rallye, Rock & Folk, Candide, Le Journal du dimanche, France Soir, ParisPresse, Le Figaro, Le Figaro littéraire, La revue de médecine, Nouvel Observateur, Le Monde, Ciné-Revue, Action, Jours de France, Pariscope, CFDT syndicalisme, 20 ans, Le Journal de la maison, Journal des messageries maritimes, la Gueule Ouverte, Charlie mensuel, Politique hebdo, La Grosse Bertha… Damien Sausset nos dice, en el folleto que acompañó esa exposición, que «decenas de caricaturas y dibujos satíricos han llevado a Cabu a abrir los ojos sobre la mediocridad de nuestra sociedad y sobre la pequeñez de nuestros gobernantes». Por su parte, Cabu opina que un dibujante no tiene necesidad de galerías, «los periódicos son las verdaderas galerías. El dibujo permite mostrar la belleza pero también el sufrimiento y eso necesita una verdadera difusión. Yo considero mis dibujos como testimonios. Es por esa razón que no soy un colorista… el blanco y negro es, sin duda, lo que va mejor con mi sensibilidad». Para Cabu el dibujo es un arma que dispara, se expresa y es, al mismo tiempo, caricatura, reportaje, ilustración, tira cómica… Cabu, sensible y burlón, apasionado por el jazz y amante de la ciudad, dichoso ante la exposición «Cabu y Paris», señala que la misma le permitió presentar todo ese trabajo tan importante y quitarse un poco la etiqueta política que tiene pegada a la piel.

Fuente

Cabu et Paris, Connaissance des Arts, H.S. Nro. 296, Mairie de París, 2007

y París et Paris


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