Dándole Vueltas, enero 2014

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Caj贸n de sastre de inter茅s general #05 | Enero 2014



«Dándole Vueltas» es una publicación independiente que nace con la finalidad de servir de plataforma cultural, mayormente a jóvenes torrijeños. «Dándole Vueltas» es un proyecto llevado a cabo por Fernando de Miguel Cuesta, Rosa Quirós Querencias y Olalla Ruiz-Ayúcar. Si quieres colaborar con nosotros o tienes alguna propuesta que nos ayude a mejorar, escríbenos a vueltasdandolevueltas@gmail.com Podéis encontrarnos en: Facebook: Facebook.com/vueltasdandolevueltas Twitter: @dvueltas Blog: revistadandolevueltas.blogspot.com.es Issuu: issuu.com/dandolevueltas

Editada en Torrijos (Toledo) por Dándole Vueltas. Diseño y maquetación: Olalla Ruiz-Ayúcar. «Dándole Vueltas» no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores ni se identifica necesariamente con lo expresado en sus textos. A no ser que se indique lo contrario, todos los contenidos originales que publicamos se distribuyen bajo la licencia Creative Commons Atribución-No comercial 2.5 España. Esto implica que se puede copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra siempre que se reconozca la autoría de la misma y no se use la misma para fines comerciales.


EDITORIAL Propósitos Dicen que no hay quinto malo. Y ése es el número que os presentamos en estas páginas. Tras unos meses de andadura, la consolidación de la revista, de sus colaboradores y de quienes nos seguís y leéis va por muy buen camino. Sin embargo el nuevo año nos empuja a querer seguir creciendo, a emprender nuevos desafíos. Una de las costumbres más extendidas al rebasar las doce de la noche del 31 de diciembre, es que todos los mortales nos fijamos nuevos propósitos para los 365 días siguientes. Bien es cierto también, que a gran parte se le olvidan estos propósitos pasadas las veinticuatro primeras horas, esperemos que a nosotros eso no nos pase. Y como no podía ser de otra manera, nosotros también hemos fijado nuestro propósito para 2014: sacar un número impreso especial para el primer aniversario. Pero en este proyecto no queremos marchar solos. Queremos que nos acompañéis, que nos deis vuestro apoyo. Para ello en las próximas semanas lanzaremos una iniciativa de crowdfunding. Un palabro más que añadir a nuestro vocabulario. ¿Y qué es eso? Pues en castellano moderno, se trata de una forma de financiación colectiva. Una forma de conseguir los recursos necesarios para sacar un proyecto adelante, mediante pequeñas aportaciones de muchas personas. Como todos sabéis Dándole Vueltas es una publicación independiente, sin publicidad y sin ánimo de lucro. Un espacio diferente con el que hemos logrado dar visibilidad a las opiniones, creatividad, conocimientos, andaduras, etc. de jóvenes torrijeños. Pero un espacio al que, de momento, sólo han tenido acceso aquellos que se conectan a internet. Cuando nos hacéis llegar vuestras opiniones y comentarios acerca de la publicación, nos encontramos con que la inmensa mayoría de las valoraciones son positivas: por ofrecer algo nuevo, por romper algún preconcepto, por prestar atención a diferentes temáticas o por nuestro dinamismo. Pero sobre todo, la inmensa mayoría coincidís en una cuestión: ¿para cuándo un ejemplar impreso? Esa misma cuestión también ronda la cabeza de estos tres «Quijotes», por eso cuando nos planteamos cómo hacerlo sin romper este espíritu de diversidad, de libertad, de independencia; sólo encontramos una forma, que nuestros lectores nos ayuden a financiar la impresión. Todo proyecto cultural como el nuestro depende en gran medida de la sociedad, de la comunidad a la que se dirige, por eso os invitamos a convertiros en mecenas de esta publicación que es sobre todo vuestra. Somos conscientes de que los tiempos que corren no son los más propicios para las iniciativas colectivas, pero esto no va a amedrentarnos. Sabemos de las dificultades, conocemos las barreras, pero también somos conscientes de que siempre se puede intentar. Ésa es la fuerza con la que partimos hace meses y ya vamos por el quinto. Sabemos que os gustan estas páginas, ahora se trata de ir un paso más allá. ¿Le damos?

Nota: En breve publicaremos toda la información de cómo podéis colaborar con la financiación en nuestro blog así como en nuestros perfiles de Facebook y Twitter.


Han colaborado en este número: Ángela Martín López Asociación de Escritores Insomnes | www.escritoresinsomnes.blogspot.com.es David Moreira Díaz | www.moreocio.blogspot.com Elena Lorenzo Martín Faustino Pérez Barajas Fernando de Miguel Cuesta | @F_de_Miguel Gema Lorenzo Gerardo A. de Marcelo Jaime Cedillo Jesús Talavera Tritencio | @JesuTalaTriten Juan Fardo | www.cargocollective.com/juanfardo Julia Rubio Margarita Díaz Ramos | marga_diaz@yahoo.es Marta Fernández Sebastián Marta Hidalgo Nuria González Sanz Olalla Ruiz-Ayúcar | www.olallaruiz.com Rosa Quirós Querencias Rubén Torres | @rubencomico Sabrín Yermak Senén Iglesias Sergio Rodríguez Castaño | @serodcas93 Sonia Sepúlveda Muñoz-Alegre Virginia Chaparro

Desde «Dándole Vueltas» agradecemos la participación a todos nuestros colaboradores.


SUMARIO 08 | El vagabundo Quién habita la calle, por Rosa Quirós.

10 | El muro de la Prehistoria Cavernícolas y niños unidos por la fuerza de las imágenes, por Margarita Díaz.

14 | Haciendo las maleta Marta Fernández hace un equipaje de sensaciones.

16 | Vayas donde Vayas, torrijeño hallas: Virginia Chaparro Virginia Chaparro nos cuenta sus sensaciones desde las Islas Británicas.

20 | Libros perdidos Marta Hidalgo nos recuerda la estrecha relación entre las historias y sus lectores.

22 | Costa Oeste de Cantabria: de Comillas a Unquera Subido al sillín junto al Cantábrico, por David Moreira.

28 | Torriciario [1] Rubén Torres nos trae humor made in Torrijos.

30 | El escondite Los sentimientos escondidos en un hueco, versos de Jaime Cedillo.

34 | Generación «Es lo que hay» Elena Lorenzo nos cuenta cómo una frase cierra cualquier conato de inconformismo.

36 | África se siente Nuria González nos presenta el pálpito rotundo de un continente que atrapa.


42 | Flores de cartón para floreros de cristal De la esencia de las cosas y de las cosas con esencia, por Jesús Mª Talavera.

44 | Recuerdos de un torrijeño leyendo la novela «Intemperie» Faustino Pérez nos acerca a la novela del año en los recuerdos de alguien de la tierra.

48 | Delinéate Echa un ojo al poder de la línea, de la mano de Sonia Sepúlveda.

50 | Se busca ayudante Las Asociación de Escritores Insomnes nos trae un relato sobre una oferta laboral irrechazable.

54 | Festivaler@s: Arenal Sound Sergio Rodríguez nos acerca un cóctel de público joven y bajo coste.

56 | Las reflexiones pasajeras Palabras de asiento de bus que invitan a pensar, reflexión de Fernando de Miguel.

60 | Manuel La historia de alguien que se atreve a ser algo más que estatua, por Sabrin Yermak.

62 | El crisol de Canal Nou Se utilizó por unos pocos, se cerró para todos. Por Ángela Martín.

68 | Se trata de ti, se trata de mí Una herramienta al servicio del cambio, por Gerardo A. De Marcelo.


Olalla Ruiz

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Rosa Quirós Querencias

EL VAGABUNDO Detrás de aquellas largas barbas blancas había un hombre de ojos taladrantes y pocas palabras. Sobre su cuerpo enjuto colgaba un abrigo gastado por el paso de los años que le daba un aspecto aún más triste y melancólico. Tenía el caminar lento de los que ya no respetan el tiempo, de los que perdieron la prisa, de los que guardan un secreto en cada uno de sus pasos. Caminaba lento pero erguido. Caminaba con la firmeza del que tiene más preguntas que respuestas. En una bolsa guardaba su ropa de verano y en la otra todo lo demás, un libro de poemas, una botella de ron, una lata de mejillones, un despertador. Cuatro fotos viejas, una bolsa de pipas, unas cuantas monedas, un encendedor. Algunas colillas, una navaja oxidada, una cuchara y un tenedor. - Su café y su tostada - Gracias Dejé de mirar por la ventana.

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El MUrO de lA

PrEhistoRIa

Margarita Díaz Ramos

Margarita Díaz Ramos

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Realicé esta ilustración para proyectar un mural cerámico que serviría como marco para la pizarra de un niño. Tomé como inspiración las representaciones artísticas de la Prehistoria dadas las semejanzas existentes en algunas de ellas a los dibujos infantiles. Creo que resulta un modo poético de establecer un paralelismo entre los comienzos de la sensibilidad artística en la humanidad y los inicios del niño que comienza a realizar las primeras representaciones de su entorno. Quizá entre uno y otro arte haya más paralelismos que la simple metáfora.

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El arte como algo mágico Gombrich, en su «Historia del Arte» utiliza el siguiente ejemplo para hacer entender «esos extraños comienzos del arte»: «Supongamos que tomamos un retrato de nuestro jugador de fútbol favorito o de la estrella de cine que preferimos, publicado en el periódico del día. ¿Disfrutaríamos pinchándoles los ojos con una aguja?, ¿nos sentiríamos tan indiferentes como si hiciéramos un agujero en otro lugar cualquiera del papel? Creo que no. A pesar de saber muy bien, con plena conciencia, que lo que hagamos en esos retratos no perjudica en nada a los representados, experimentamos un vago reparo en herir su imagen.» Lo que nos quiere decir es que si aún hoy, en nuestra época, nos sobreviene de alguna forma el sentimiento irracional de que lo que se le hace a un retrato se hace también sobre la persona que representa, es bastante menos sorprendente que nociones semejantes existan entre los pueblos primitivos que es lo más aproximado que tenemos hoy en día para imaginar cómo debió ser la vida en la Prehistoria. Como anécdota que confirma esta idea nos cuenta que en una ocasión, al dibujar sus animales un artista europeo, los nativos se alarmaron: «Si usted se los lleva consigo, ¿cómo viviremos nosotros?» Todas estas ideas son importantes porque pueden ayudarnos a comprender las más antiguas pinturas llegadas hasta nosotros. Al ser descubiertas en las paredes de las cuevas de Altamira o de Lascaux en el s. XIX, los

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arqueólogos no podían creer que aquellas representaciones tan vívidas y naturales hubieran sido hechas por hombres del período Glaciar. Fue después, al descubrir en los mismos lugares las rudas herramientas de hueso y piedra cuando quedó claro que aquellas pinturas de bisontes, mamuts y renos sí habían sido pintadas por hombres que cazaban a estos animales y por esos los conocían tan bien. Para llegar a estas pinturas es necesario descender por las cuevas, pasando a veces por pasadizos bajos y estrechos, adentrándose en la oscuridad de la montaña. Está claro que nadie se arrastraría a estos lugares solamente para decorar un lugar tan inaccesible. Es verosímil que sean vestigios de la creencia universal en el poder de las imágenes; en otras palabras, los cazadores primitivos creían que con solo pintarlos los animales verdaderos sucumbirían también a su poder. Esta percepción de las imágenes, en su sentido mágico, es también experimentada por los niños. Para un niño pequeño la línea divisoria entre realidad y representación es aún delgada. Sirva como ejemplo la reacción que tuvo el hijo de una amiga, de poco más de un año de edad, al ver la figura de Mickey bordada en su pijama. Recién cambiado miraba y tocaba su ropa y con sorpresa descubrió el dibujo animado sobre su pierna. Lo reconoció porque lo veía en la televisión. Contento lo tocaba, hasta que finalmente se agachó para darle un beso. El niño, casi un bebé, no razona, sino que siente y experimenta su entorno de modo que las imágenes tienen la misma fuerza y presencia que lo real.

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HACIENDO LA

MALETA Marta Fernández

Nunca me ha gustado hacer maletas, se me da mal y me parece un rollo, además siempre meto cosas que no necesito y me dejo aquí otras que una vez que llego a mi destino me doy cuenta que son indispensables. -¡Qué tostón de maletas!- exclamaba cuando ayudaba a mi madre a hacerla porque nos íbamos de vacaciones o para algún campamento. Cuando sea mayor, espero no tener que hacer muchas maletas. Mi madre, con su sabiduría de madre no me decía nada. Ya soy mayor y aunque hacer maletas me sigue sin gustar tengo que hacerlas muy a menudo porque pertenezco a esa generación en la que al terminar la carrera universitaria éramos demasiado tontos para encontrar un trabajo por lo que teníamos que seguir formándonos y que ahora tras tener másteres, idiomas y hasta doctorados somos demasiado listos y tampoco nos quieren dar trabajo. Así que hacemos las maletas que también es un trabajo aunque no está remunerado porque dice la Secretaria General de Inmigración y Emigración que «los jóvenes no emigran por falta de oportunidades sino por espíritu aventurero». Mi «espíritu aventurero» siempre ha querido aprender a hacer submarinismo, hacer escalada en los Pirineos y descender el río Sella en piragua, eso sí, bajo el sol radiante español y pensando en la caña y el pincho con la que voy a celebrar mi osadía. Así que ahora preparo mi maleta y esta vez sí que voy a hacerla bien. Me dejo «el espíritu aventurero» porque quiero hacer submarinismo en las playas de

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o enz Lo r ma Ge

Calpe y de momento tengo que esperar. Dejo también las lágrimas porque no las necesito, ni el miedo, ni la pena. Llevo un chubasquero porque esas tierras son muy verdes gracias a la lluvia que no cesa ni un momento. Entre los jerseys meto mucha ilusión, con los pantalones un poco de coraje que viene muy bien sobre todo para los primeros días. Llevo optimismo entre las camisas, alegría con los zapatos, fuerza en los abrigos y entre la cremallera de mi maleta veo que ya están enredadas mis ganas de trabajar y hacer cosas, siguen allí desde la última vez que viajé porque aquí no las he podido usar. Creo que está todo. –Te dejas algo encima de la cama- me recuerda mi familia. Miro extrañada… -no, eso es la esperanza y aquí os hace más falta, he pensado que mejor me la dejo para cuando vuelva, yo siempre quiero volver- porque a pesar de los pesares, yo también quiero seguir siendo española.

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Ésta es la historia de una torrijeña que anduvo más allá del Cerro la Mora...

Virginia Chaparro

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Virginia Chaparro

· BRADFORD · Voluntaria en Educación Ambiental

¿Cuánto tiempo llevas fuera? Un año y casi cuatro meses.

¿Por qué elegiste este país? Llegué a Inglaterra para trabajar en Educación Ambiental mediante un Voluntariado Europeo. Fue el proyecto y aprender inglés lo que me atrajo y no el país, que era de mis últimas opciones.

¿Qué te impulsó a dejar Torrijos? La ilusión de ampliar la experiencia laboral en mi área, aunque la realidad es otra... trabajar en lo que sea y «casi» como sea... siempre con la oportunidad de conocer, aprender y tener experiencias que ayudan a crecer.

Lo que más te gusta de vivir aquí La mezcla de culturas. Me encanta la campiña inglesa, vivo cerca de tres parques naturales preciosos. La cultura de huertos urbanos y el espíritu de voluntariado.

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Y lo que menos El clima, poco sol y lluvia, lo bueno, con arco iris increíbles. Anochece pronto y las calles se quedan sin vida....y lo peor, ¡no tienen verano! El sistema de recogida de residuos y reciclaje, al menos en «mi» ciudad. En cuanto a educación, colegios con grandes instalaciones y recursos pero donde no me convenció nada el sistema de enseñanza «clasista» basado en «encasillar» en grupos según habilidades. De la comida ni hablamos...

Por muchos kilómetros que haya por medio, no hay día que te levantes y no te acuerdes de Mi familia lo primero, mis amigos, mis perros, el sol (¡aunque sea el de invierno!), los conciertillos, terminar de trabajar y salir un rato, el pan «pan»... La situación actual de España, todo lo que se está viviendo y perdiendo... y sobretodo, el cómo poder cambiarlo, qué y cómo poder hacer algo efectivo aunque sea a largo plazo... Te hace sentir siempre dividido, con los pies aquí y la cabeza y el corazón allí, preguntándote si realmente haces bien intentando buscarte la vida fuera, si será una buena solución a la larga para un país que se quedará sin mucha gente joven, si realmente voy a ser feliz con una nueva vida lejos de los míos mientras ellos ven y sufren de primera mano cómo todo cambia o si me voy a sentir tranquila aquí mientras otros jóvenes también valientes se quedan y luchan en España... Una doble moral que creo nos acompañará siempre a los que nos vamos...

¿Te sientes inmigrante en este país? Hoy por hoy, sí. Cada vez los ingleses se sienten más «amenazados» por la inmigración. Te exigen más requisitos para todo... Entiendo que la llegada masiva de gente a un mismo país no es sostenible, pero me duele lo que todo esto conlleva... que se ve reflejado en recelo hacia los extranjeros y en disminución de oportunidades laborales con peores condiciones ya que oportunistas aparecen para aprovecharse de la necesidad o ganas de luchar de otros... ahora que lo pienso, esto me

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parece haberlo vivido de alguna manera ya antes, pero al contrario... Personalmente he tenido suerte y he conocido también a gente maravillosa y me han tratado como una más tanto en el trabajo como en las amistades.

Lo que más te gustaría que los españoles copiásemos es Según están las cosas ahora... ¡La moneda! Aprovechar iglesias y edificios, estando en activo, para uso público, sin restricción de cultura, raza o religión. Los increíbles museos gratis.

Algo de lo que nunca pensaste que fueses capaz hasta llegar aquí Soportar el frio trabajando al aire libre, bajo la lluvia y la nieve... Sonreír cada día a pesar de no tener el sol. Llegar puntual «casi» siempre. Cocinar.

Algo que nunca valoraste lo suficiente cuando estabas en Torrijos Ir andando a todos sitios y llegar rápido. Encontrarte a gente que conoces por la calle y pararte un ratito.

¿Lo más curioso que te haya pasado desde que vives aquí? Hacer zumba en la sacristía de una catedral. Asistir a un bautizo africano. Conducir un camión con 4000 pollos vivos ¡y por la izquierda!

Recomendación cultural de algún autor/es de este país que te guste (cine, literatura, música, pintura, etc.) Charles Darwin, para los amantes de la naturaleza, y William Shakespeare, porque hace poco estuve en Stratford, donde nació, y conocí más acerca de él y sus obras.

Tu próxima aventura es ¡Vivir ya es una gran aventura! pero creo que el próximo verano no lo paso en Inglaterra...

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Conservo, como si fuera una cáscara olvidada, la sobrecubierta de un libro. Está en la balda más alta de la estantería y solo cuando voy a sacar uno de los libros que están debajo la vuelvo a ver. Y sigue estando ahí precisamente para que no me olvide de ella, porque no espero que vuelva a cubrir el libro del que formaba parte, sé de sobra que eso no va a ocurrir. Soy de esas personas que disfrutan con un libro en las manos. Entre otras muchas pequeñas cosas, la lectura me proporciona momentos de paz. Es como una terapia, me pongo a leer y me olvido de todo. Entonces, si yo lo he pasado tan bien, ¿cómo evitar que me entren ganas de compartir esa felicidad con alguien que aprecio? Hay muchos refranes que aconsejan sobre el tema; «Libro prestado, libro robado», «Existen dos clases de tontos: los que prestan libros y los que los devuelven», «El dinero y los libros no se prestan»... En cada casa habrá un dicho propio. Y aun así ¿cómo resistirse? Yo misma tengo en mi casa dos libros y un CD huérfanos de dueño, se los dejó a mi padre un amigo para que yo los leyera poco después se mudó y perdimos su pista. ¿Recordará que nos los dejó y nunca se los devolvimos? de esto hace ya más de 15 años y aun cuando los cojo me arden en las manos, siguen sin ser míos. Porque creo que el hecho de prestarte un libro, significa compartir contigo una parte de mí. Significa una complicidad mayor. Y presupone una confianza que en muchos casos se demuestra no justificada. ¿Quién, como yo, no tiene alguno de sus libros perdido por el mundo? ¿quién no ha perdido amistad y libros con el tiempo? En algunos casos por la pérdida de contacto, en otros casos por excusas absurdas del receptor, y en los peores por una ruptura total de las relaciones. El caso es que yo sigo prestando, con más miramientos pero sigo. Porque la vida sin confianza me parece un sinsentido. A veces pienso cuántos más iré perdiendo con los años, además del libro de la sobrecubierta abandonada hay otros cuatro de los que no me olvido. Para terminar os confesaré lo que más me asusta, saber que añoro mis libros y no a aquellos «amigos» perdidos por el camino. dándole 20 vueltas


Libros perdidos

SenĂŠn Iglesias

Marta Hidalgo

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COSTA OESTE DE CANTABRIA DE COMILLAS A UNQUERA David Moreira

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David Moreira

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Viajar paralelo a una línea de costa te permite percibir ciertas sensaciones que despiertan por completo tus sentidos. De Comillas partimos hacia Trasvía por la parte trasera de la Universidad Pontificia de Comillas. Esbeltos y nobles edificios que caracterizan la alcurnia de esta localidad. Mientras tanto, a la derecha podemos observar el infinito y lineal horizonte azul del mar. De frente, y alzando la mirada sobre el ondulado tapete verde que inunda el paisaje, podemos divisar los recortados y abruptos Picos de Europa. Repentinamente los acantilados desaparecen para dar paso a la playa de Oyambre. Debemos cruzar Trasvía y la ría de la Rabia para llegar esta inmensa, basta y paradisiaca playa. Todos los adjetivos que pueda describir quedarían pequeños para la sensación que nos produce el rodar sobre su apelmazada arena gracias a la bajamar. Tras unos intensos minutos debemos abandonarla para ascender a la pequeña sierra de Uriambre. Esta nos permitirá observar una asombrosa estampa.

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A nuestro lado, las reses pastando en el verde prado junto al mar; un poco más lejos, la kilométrica playa de La Barquera; al fondo, el pueblo de San Vicente, escondido entre la neblina provocada por la humedad de las olas; todo vigilado por los imponentes Picos de Europa donde a simple vista se podía observar su afamado Naranjo de Bulnes. Una vez a nivel del mar, la sensación de grandeza de nuestra Madre Naturaleza vuelve a apoderarse de nosotros. Rotos acantilados a nuestra izquierda, el infinito mar a nuestra derecha y un recortados horizonte al frente. El piso con la arena compactada hace que el tramo sea cómodo y rodador. La neblina que produce las olas engrandece el momento. El sonido de las olas retumbaba en los acantilados produciendo una sensación acústica en la que al cerrar los ojos parecías tener el mar a ambos lados. Salimos hacia San Vicente, para llegar a la característica ría de San Andrés. Su lineal y prolongado puente nos permitió salvar esta obra de arte de la naturaleza. Un breve paseo por su paseo marítimo nos permite salir por un escondido sendero sitiado entre una vetusta valla de madera, a la derecha; y un pequeño muro vegetal, a la izquierda.

David Moreira

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Estábamos pasando muy cerca de las ruinas de la ermita de Sta. Catalina en la loma del monte Boria. Un tramo en ascenso, pero corto y bonito. Rumbo a Prellezo el camino desaparece y nos obliga a hacer «prado a través» junto a las vacas que nos miraban extrañadas a nuestro paso. En esta localidad, a los pies de la Sierra de Jerra, nos encontramos con flechas amarillas del Camino de Santiago del Norte. El tránsito por sus calles nos sitúa a los pies del monte que la domina y dispuestos a luchar contra sus lomas. Un impecable bosque de eucaliptos nos espera a la salida, cada cual más alto uno que otro. Elevar la mirada hacia arriba es como buscar el infinito en el cielo guiado por los delgados y rectilíneos troncos de estos árboles. Absortos en ello, llegamos a la ría de Tina Menor. La rodeamos hasta llegar al mirador, donde podíamos observar la unión de las aguas dulces del río Nansa y saladas del Cantábrico, que se mezclan entre dos contundentes lomas que les abren paso. Toca ahora descender hasta Pechón, una peculiar tierra escondida del resto que alberga unos de los paisajes más bonitos de la costa cantábrica. Un camino adecentado con hormigón nos lleva a pasar junto a las peculiares playas de Mío, con su isla unida por un istmo que aparece y desaparece según la marea, y su bonita playa de Arama. El hormigón deja paso a un sendero que se introduce en un denso bosque a modo de túnel vegetal. Tramo técnico y muy divertido en descenso que nos conduce, sin contemplación, a la playa de las Arenas. Aquí la única salida que tenemos es «colarnos» en el camping por su puerta trasera que está abierta para el acceso de los campistas a la playa. Tras cruzarlo, volvemos a salir al asfalto. Descendemos bordeando la ría de la Tina Mayor, desembocadura del río Deva que hace de frontera natural. Al otro lado del cauce podemos divisar ya tierra asturiana. Pronto llegamos a Unquera, final de nuestra ruta, para hacer un poco de turismo culinario y reponer energías, degustando sus dulces, ricas y famosas «Corbatas de Unquera».

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David Moreira

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TORRICIARIO 1 NOTICIAS FICTICIAS (O NO) QUE PODRÍAN HABERSE DADO (O NO) EN NUESTRA LOCALIDAD RUBÉN TORRES, CÓMICO Y ACTOR. Puedes escucharme en Radio Castilla la Mancha dentro del programa «El Pasacalles», en mi sección de humor «¡Pero qué me estás contando!», todas las tardes de lunes a viernes a partir de las 16:40 h.

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un pueblo cercano Hallan un anciano en decirle «Soy de a Torrijos el cual al de: Donde según son on Torrijos», no te resp jos. hi los padres son los

rijos, a no pueblo de la comarca de Tor Increíble pero cierto. En un vez en mo se ha hallado por primera más de 15 kilómetros del mis tar a un o de 84 años el cual al pregun la historia a J.P.G., un ancian Torrijos, en y éste decirle que era de torrijeño sobre su lugar de orig los chascarrillo «donde según son no le respondió con el típico o. rañ ext y co . La verdad, un caso úni padres, son los hijos, jejeje»

9 de cada 10 «canis/chonis bakala tas», de la capital de España y alrede dores, cuando escuchan la palabra Torrij os, instintivamente dicen: «Donde el Rádika

l».

Según un estudio realizado en botellones poligo

neros y concentraciones tunning, por un prestigioso medio, o no tan prest igioso, ni siquiera medio, bueno, pues eso, que 9 de cada 10 canis o choni s bakalatas al escuchar la palabra Torrijos, instintiva y automáticamente sueltan la coletilla: «Donde el Rádikal». El 1 de 10 restante no responde nada porque está pendiente del subwoofer nuevo que ha puesto en el maletero de su Seat León. ¡Qué guapo, tío!

*

P.D.: Si eres por casualidad alguno de los nombrados en esta sección, no lo tomes a mal, todo en la vida, con una sonrisa, sienta mejor.

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Esconderse está directamente relacionado con tener miedo. Supongo

que

cuando

se

escriben poemas como éste se está huyendo de algo. Yo, que toda mi vida he sido un cobarde en este tipo de asuntos que abajo

explico,

he

tratado

siempre de refugiarme en los escondrijos más confortables.

El Escondite Jaime Cedillo

Ahora, con 23 años llenos de incertidumbres y de miedos, sé que mi escondite favorito es la poesía. Pero eso no significa que haya dejado de tener miedo.

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Julia Rubio

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Te va a faltar valor para quedarte, y cuando azote el viento te olvidarás de todo. Volarás como las hojas de un otoño intempestivo. Guardarás mis recuerdos en una caja fuerte y perderás a propósito la llave. Me darás con la puerta en las narices si acaso se me ocurre ir a buscarte, preso de la abstinencia de tus manos. Verás cómo te tragas ese llanto y respondes, mirando hacia otro lado, que hace tiempo dejé de hacerte falta. Luego lo pensarás unos segundos, quizás arrepentida por las formas. Pero después creerás que yo, precisamente yo, no me merezco menos. Y entonces volverás a ocupar el vasto hueco que el tiempo y la distancia originaron. Un escondite frío que te aleja de la verdad que aprieta.

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Un paraíso estúpido que duerme cruel e intranscendente. Un malecón repleto de mil banalidades. Para entonces, yo ya estaré de vuelta en casa, imaginando la exhibición de mañana. Con la sonrisa puesta llegaré puntual a la oficina. Y hablaré de idioteces que le importan a la gran mayoría de los humanos. Seré el perfecto imbécil que obedece las normas insociales. ¡Si en realidad me muero por saltármelas contigo! ¡Por vomitar en ellas con tu arcada! Pero aquí sigo, mira, como tú pero más viejo. Más cerca del abismo y menos cuerdo. Refugiado, también, en mi escondite.

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generación

ESLOQUEHAY Elena Lorenzo

Generación «es lo que hay». Nunca ha sido más fácil esconderse detrás de un dicho o frase, es el recurso por excelencia que oigo por todas partes. Pero cuando analizas la situación social en la que nos encontramos y vuelvo a oír esta frase, más me enfurezco, entiendo el conformismo o el confortismo de algunas personas, entiendo y respeto. Pero cuando desde ese conformismo tiran la piedra y esconden la mano mi enfurecimiento se convierte en ira. A veces, y solo a veces, cuando pregunto por las piedras que tiran y sus argumentos son sacados de un codicilo del siglo XV mi ira se convierte en frustración y desconcierto general hasta el punto en el que me planteo si seré yo misma la que vivo en un siglo equivocado, me planteo la educación, muchísimo, y me consuelo con que en un futuro por lo menos habrá más gente con más cultura que la que tenemos en este momento y en todo caso argumentarán de acuerdo a lo que estén viviendo, entonces se dialogarán las cosas mejor y con más perspectiva, eso espero al menos. Aun leyendo opiniones de jóvenes que te dicen que ir a la universidad no te garantiza nada, sigo siendo optimista y procuro no enfurecerme mucho, aunque me digan que hay que valorar más lo español, no pienso en que «es lo que hay», pienso en lo que somos y lo que seremos, porque como he manifestado antes soy optimista por naturaleza y seguro superaremos los obstáculos. El problema es cómo y el precio a pagar, porque si algo hemos aprendido de los alemanes y esto está grabado a fuego en los españoles, pagar pagaremos, pero ¿quiénes pagaremos? Esto pregunto y me contestan «es lo que hay».

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Fardo Juan dรกndole 35 vueltas


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Nuria Gonzรกlez Sanz


áfrica se siente

Nuria González Sanz

Mientras

Fatoumata

Diawara

resuena aún en mi cabeza, percibo aún cada una de las

sensaciones que ese extenso continente encerrado en los países de Kenia y Tanzania me regalaron al corazón hace tan sólo unos meses. Alguien me dijo una vez que la diferencia es que África se siente porque allí pisas la tierra. No es asfalto. Pisas la vida. La naturaleza. Desde el agua del lago Victoria, a orillas de aquella Rusinga Island recóndita, hasta el sol cayendo en la extensidad de la sabana.

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Nuria Gonzรกlez Sanz

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Nuria Gonzรกlez Sanz

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Nuria Gonzรกlez Sanz


Adoraba las mañanas... Por su «ducha» entre hojalata temprana, con los jarritos viendo las montañas. Los torpes malabares con mis chanclas, para no embadurnarlas de tierra. El caminar entre las piedras, vigilando torpemente la toalla. El cantar a mi paso de gallinas y cabras, o los burritos que subían el agua. Nunca olvidaré aquella imagen al entrar en aquel Masai Mara, reserva natural donde las cebras nos recibían a saltos. Esta vez no eran aquellas de los zoos que mi infancia podía recordar. Éstas vivían en libertad, aunque ya los humanos formaran parte de su cotidianidad. Más allá de la belleza animal, presente casi en cualquier lugar, fueron sus gentes, las que aún hoy protagonizan las primeras fotos de mi mente. Nairobi era una masa de vida, de aromas, de caminar, de atascos, de claxons… Matatus atestados de gente. Esos curiosos «catangas» en versión keniata, que uno sólo cree de su realidad cuando no le queda más remedio que montar, mientras a un lado te hincan un codo y al otro, un niño te observa con unos ojos inmensos lleno de asombro. Mujeres recorriendo las calles, cuyos sombreros se componen de cazuelas, vasijas y bandejas. Niños que salen bajo las piedras. Te saludan con un «Mambo» o «Karibu» que viene a ser el saludo coloquial para todos, incluidos nosotros, los «Usungu», como nos denominan a los blancos. Tras un mes allí pensaba ya si me podría acostumbrar de nuevo a no tener ese saludo constante allá por donde caminara…. Y los niños en su humilde escuela. Mi pasión y profesión desde una óptica bien distinta. Imagen que al llegar te oprime el corazón. Unida a la contradicción posterior, cuando te lo llenan del todo lo que esos pequeños te enseñan.… No tener les roba la ansiedad de este mundo desarrollado u «occidental». Pies descalzos curten su piel para saltar entre piedras. Sus dientes blancos casi perfectos invitan a sonreírte sin parar. La facilidad con la que se divierten y juegan con nada, te dan la oportunidad de reflexionar. Aun sabiendo que volverás a este mundo nuestro, donde la sociedad debería atreverse a envidiar ese «menos es más» sabiendo que es posible, como ellos. Que con poco, si hay vida, el alma también rebosa de felicidad.

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uiz ll a R Ola

Flores de cartón para floreros de cristal Jesús Talavera

«Vive como si murieras para poder morir diciendo que esto mereció la pena...», pues siguiendo estas palabras, en este 5º número (gracias a tod@s) de DÁNDOLE VUELTAS voy a tomarme la licencia de emplear un lienzo un tanto diferente a lo habitual. Bienvenidos a Girando Sinergias, hoy voy a hablaros de flores de cartón en floreros de cristal.

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Poquito a poquito, como si de un cuentagotas se tratase, vamos perdiendo la personalidad y la naturalidad de todo, absolutamente todo, y en la búsqueda de esa esencia anhelada nos refugiamos en artificialidades a modo de parches, que a veces tapan pero nunca cubren y final e irremediablemente siempre terminan por caerse. Porque de un tiempo a esta parte, la imagen de nuestro reflejo no es la que esperamos que nos sea devuelta y buscamos la arcilla para moldearla cual ingenieros resolutivos en busca de soluciones eficaces mas también carentes de la inherencia de su fundamento. Perseguimos a Moby Dick tras cada esquina para satisfacer nuestra desidia, y lo hacemos a tal velocidad que olvidamos que lo importante no es llegar primero sino saber llegar. Ansiamos esa percepción ajena a nosotros mismos, y en el proceso de consecución nos envuelve la banalidad que nos trastoca y nos empuja a no luchar contra esas reglas del juego que a veces nos imponen, o a veces nos imponemos nosotros mismos. Porque nuestra vida debería de constar de autenticidad, sin edulcorantes, sin aspiraciones superficiales e insustanciales que inexorablemente, os lo garantizo, repudiaremos cuando estemos bajo la guadaña. Al igual que la belleza que una mariposa nos otorga radica en su vuelo, su pose, su vuelo... pero de ninguna manera pinchada en una cajita de poliestireno, debemos aprender, puede que descubrir e incluso re-inventar nuestra posición sobre el valor y las cualidades innatas e intrínsecas de todo, más allá de nuestra propia frivolidad y de las etiquetas que nosotros mismos expendemos. Porque merece la pena cada sonrisa, cada beso, cada abrazo, cada momento compartido, cada elección clara y sincera que nos define por lo que somos y que ojalá todos aceptáramos, confrontando así la duda que asoma y que nos tiende a la comodidad, a la prisa, a la pérdida de la dignidad y al sinsentido de una vida que es sólo una, tan efímera, breve, fugaz y delicada que si me permites me atrevo a reafirmarte: vive como si

murieras para poder morir diciendo que esto mereció la pena. -Gritando en silencio es uno de mis grupos favoritos y para este artículo he cogido prestado alguna de sus frases; qué difícil es mejorar cualquier cosa expresada a través de la música-.

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Faustino Pテゥrez Barajas

RECUERDOS DE UN TORRIJEテ前 LEYENDO LA NOVELA

IN TEM PE RIE dテ。ndole 44 vueltas


Olalla Ruiz

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Estos días he disfrutado con la relectura de la estupenda novela «Intemperie» del torrijeño Jesús Carrasco, recorriendo de nuevo la huída del niño protagonista a través de los escenarios de la novela, donde acuden a mi memoria recuerdos y evocaciones de la infancia y de la juventud, que son inconfundibles en las vivencias de un torrijeño. Así describe «Un hombre inválido que recorría las calles sobre una

especie de triciclo con una manivela delante que el hombre hacía girar, encorvado como un organillero». Seguramente se inspiró en una persona que vivía en la calle Jabonerías, 4 o 5 casas al lado de la mía, y que se llamaba como mi padre. Hace una alusión a la visita del gobernador al pueblo para inaugurar el silo de grano, y el recibimiento de los niños agitando banderitas de papel. Esta escena figura en mi memoria a la edad de 8 o 10 años recibiendo a alguna personalidad en la Carretera de Toledo, agitando los niños banderitas de papel. El niño protagonista tiene un «recuerdo agradable, de una tarde de

verano jugando bajo la higuera de la estación del ferrocarril». Ahí sigue todavía la higuera. El autor relata lo siguiente: «se sentó contra el tronco de uno de los

árboles y recorrió el paraje con la mirada. Pensó en la reguera, el arroyo en el que el pueblo vertía sus aguas fecales». Se refiere a la reguera que surcaba toda la calle Jabonerías. Yo nací en la actual calle Jabonerías, 23. La reguera, por tanto formó parte de los lugares habituales de mis juegos de niño, de coger lagartijas en el puente o renacuajos en primavera. Uno de los juegos más habituales y más irresponsables de los chicos cuando se ejecutó el colector de hormigón, en los años 60 del pasado siglo consistía en meternos por uno de los huecos circulares y recorrer toda la galería por el interior hasta salir al final de la misma, a la altura del actual polideportivo. Afortunadamente, nunca pasó nada.

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En otras páginas, el niño protagonista evoca como es su pueblo: «Las

casas concentradas en torno a la Iglesia y al palacio medieval». «La franja de olivos que se extendía sobre la ladera norte del viejo cauce». «La vía férrea que atravesaba el pueblo de este a oeste siguiendo el eje

del antiguo valle». «A un lado quedaba el pueblo propiamente dicho, con la iglesia, el ayuntamiento, el cuartel y el palacio. Al otro, una colonia de casas bajas en torno a una fábrica de vinagre abandonada». Todo ello nos indica que el autor se inspiró en Torrijos, pues no cabe duda de que todos los elementos que describe de forma magistral forman parte del paisaje descriptivo de nuestro pueblo. El chico y el pastor llegan a «un alto muro de piedra y argamasa coronado

por una hilera mellada de almenas…. Los restos de un castillo o una fortificación medieval, sobre cuyo torreón alguien había colocado la figura de Jesús, que bendecía la llanura con dos dedos unidos». El autor, en este caso está describiendo las formas y la estructura de los restos del Castillo de Caudilla. En este paraje tienen lugar unos episodios fundamentales en el desarrollo de la novela. En el episodio en que el chico está a punto de morir abrasado en el interior del torreón de las ruinas del castillo, «Pensó que podría

ser una ventana o la hornacina de un santo a media escalera, como las que había en el ascenso al camarín del Cristo de su pueblo». Cualquier torrijeño sabe a qué camarín y a qué Cristo se está refiriendo el autor. El autor omite el lugar y la época en que tienen lugar los acontecimientos de la novela, pero si se lee con atención, y yo invito a los torrijeños a realizar ese ejercicio, uno se da cuenta de las «pistas» que narra de forma magistral, que a mí me parecen inconfundibles y que tenemos que agradecer a Jesús Carrasco por el regalo y el placer de recrearnos en la lectura de su estupenda novela.

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a Ruiz O l a ll

Sonia Sepúlveda

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Uno de los puntos más destacados en nuestro maquillaje suelen ser son los ojos, las tendencias actuales apuestan fuerte por los delineados, perfectos para definir e intensificar nuestra mirada. Existen muchos delineados tipo: pin-up, ojos de gato, doble delineado... desde líneas prácticamente imperceptibles hasta delineados dramáticos, podemos jugar con los grosores, ángulos y terminaciones de los trazos para conseguir infinidad de efectos diferentes. Una vez decidamos qué queremos conseguir, debemos adaptarlo a nuestra forma de ojos para sacarles mayor partido, y utilizar el producto que más fácil nos haga su aplicación ya que no es tarea fácil, requiere mucha práctica llegar a dominar una buena técnica de delineado. Para comenzar a practicar podemos optar por el clásico lápiz de ojos, es fácil de aplicar y nos dará un aspecto natural. Una vez esté dominado, podemos intensificar los trazos y aumentar la durabilidad con delineadores líquidos o en gel, que una vez secos se fijan más al párpado. Debemos utilizar productos de confianza que cuiden nuestros ojos de irritaciones y alergias, si tu intención es delinear el interior, comprueba siempre que el producto no esté desaconsejado para ese uso. Ahí van algunos consejitos: cuidado al estirar el párpado para maquillaros puede que si tiráis demasiado, cuando la piel vuelva a su estado natural, la línea no quede limpia. Rellenad siempre bien el trazo de la línea, que no se vean huequitos sin color entre las pestañas o por alguna arruguita del párpado. Comenzad siempre haciendo la línea lo más fina posible e id aumentando el grosor poco a poco, si comenzáis por un trazo demasiado grueso que no os agrade, tendréis que comenzar de cero de nuevo si queréis rectificar. ¡¡¡Paciencia para las principiantes!!!

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o Juan Fard dรกndole 50 vueltas


SE BUSCA AYUDANTE

Asociaci贸n de Escritores Insomnes

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La oferta distaba mucho de lo que se considera un trabajo ideal, pero aceptable para alguien como Juan tras dos años en el paro.

Se busca persona para trabajar en un negocio con mucho futuro. Bien remunerado, aunque exigimos dedicación plena y discreción. Imprescindible no tener familia. Esto de no tener familia era de lo más extraño, porque Juan no podía entender para qué clase de trabajo se podría requerir estar solo en la vida – Será para agente secreto, qué se yo, porque no puede haber otro motivo. En fin, no tengo nada que perder; irónicamente, la muerte de mi mujer y mis dos hijos al final va a servir de algo – A veces, intentaba hacer humor negro de su desgracia, porque era la forma en la que se le hacía más fácil sobrellevarlo. – Cuarentón, viudo, huérfano y sin trabajo, un gran partido para vivir debajo de un puente. Espero que me cojan y recupere la esperanza... – Buenos días, señor Óbito. – Juan, perdona que te tutee, pero quiero ir al grano. – Está bien, usted dirá, porque la verdad es que la oferta resulta tan interesante como extraña. – Pronto lo comprenderás. En fin, quiero decirte que eres la única persona que nos ha interesado por su perfil familiar. Siento las desgracias que te han acontecido en los últimos años, pero tienes que entender que para nosotros es de una gran importancia. – No pasa nada, aunque suene macabro, mi desgracia ha sido la única manera por una vez de encontrar trabajo.

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– En tu nuevo cometido te hartarás de lo macabro, pero, tranquilo, hoy descansa, que mañana te llevaré a cumplir tus funciones para que luego puedas ser totalmente independiente. – De acuerdo, pero he de decirle que no dispongo de vehículo propio, por lo que si me tengo que desplazar por asuntos laborables, deberé disponer de un vehículo de la empresa. – Tranquilo, porque vas a heredar mi coche... con un ayudante ya no lo necesitaré. Debes entender que no puedes hablar de tu trabajo con nadie, ya que nadie debe conocerte. Tendrás que abrir tu mente para poder comprender todo lo que pasa y escuchar a tu voz interior, que te dirá adónde debes dirigirte. Tu zona será Villa Parca, aunque, en determinadas circunstancias, deberás marchar muy lejos, pues en ciertas tragedias se requiere de la presencia de todos nuestros hombres; por ejemplo, en el 11M tuvimos que desplazarnos todos a Madrid, y en el 11S Nueva York fue nuestro destino. – Entiendo... Pero aún no me ha dicho en qué consiste mi trabajo, ni mi horario, ni mi sueldo... No sé, estoy necesitado y acepto cosas que antes no haría, pero al menos eso he de saberlo. – Ya no puedes escoger. El trabajo es tuyo y mañana te enseñaré todo lo que debas saber, pero una última cosa, olvídate de tu nombre. – ¡Esto es lo último! ¿Y cómo se supone que me tengo que llamar ahora? – Tu nombre a partir de hoy será Muerte.

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ARENAL Festivaler@s II

Sergio Rodríguez Castaño

SOUND Coctel de público joven y bajo coste

Burriana, una población castellonense de poco más de 30.000 habitantes ha conseguido ostentar la calificación de emplazamiento clave de uno de los festivales veraniegos más importantes del panorama musical nacional, con grupos reconocidos tanto españoles como un amplio abanico de artistas extranjeros, dentro

Banco Arenal Sound

del indie rock, indie pop, electrónica y mestizaje.

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Con motivo de la presentación y salida a la venta este mes de las entradas y abonos para la quinta edición, Arenal Sound 2014, se presupone como la última en esta localidad. El éxito de la edición de 2013, celebrada entre los días 1, 2, 3 y 4 de agosto, se basa en una oferta de vacaciones playeras para un público joven (especialmente veinteañero) a un coste bajo (con precios de salida de 35€). Ésta es una de las razones obvias que presentan al festival como un triunfo total, debido a que asegura una semana de conciertos, con grupos importantes tanto nacionales como extranjeros y una oferta playera a un precio reducido (el festival completo con camping, entrada y gasto medio por persona ronda los 200€), dado que se presenta como un festival más dirigido al público español en contraposición con otros festivales, que acogen en su mayoría un público británico. Además, este evento exhibió unas cifras a tener muy en cuenta, partiendo de salida con unos beneficios económicos en torno a los 30 millones, ubicándose como el festival de música más multitudinario de España en este año, con una asistencia media diaria de 60.000 sounders y un total de 280.000 visitantes sobrepasando a festivales punteros como el propio FIB de Benicassim, junto a una acogida extraordinaria en los puntos establecidos de descanso y ocio creados para la edición, con 16.000 personas en el Camping Arenal y otras 25.000 en el Camping Malvarrosa, situado a dos kilómetros del centro neurálgico del evento, donde se celebran los conciertos (basado en cuatro escenarios repartidos en una zona virgen en plena línea de playa). Haciendo un repaso a la trayectoria del festival, destacamos aspectos importantes, como que nació en 2010 y tuvo lugar del 27 de julio al 1 de agosto, introduciéndose en el panorama musical con artistas de la talla Lori Meyers, The Cranberries, Armin Van Buuren. Por otra parte, la edición de 2011 celebrado los días 4, 5, 6 y 7 de agosto acogió 160.000 sounders y 40.000 diarios, contando con artistas como Scissor Sisters, Vetusta Morla, Calvin Harris o Love of Lesbian. Por último, el Arenal Sound 2012 celebrado los días 2, 3, 4 y 5 de agosto deparó unas ganancias totales que giran los 28 millones, con una asistencia diaria de 54.000 visitantes, con un cartel amplio de artistas importantes como Two Door Cinema Club, Kaiser Chiefs, Crystal Fighters o Kakkmaddafakka.

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Olalla Ruiz

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Las reflexiones

PASAJERAS Fernando de Miguel Cuesta

Madrid, 23 de Diciembre. Asiento 17 del Continental. Faltan cinco minutos para que el autobús se disponga a iniciar su marcha y me devuelva al lugar desde donde once horas antes había salido rumbo a la capital del reino. Estaba a punto de colocarme los auriculares para escuchar música, cuando la palabra mágica llama mi atención: “Torrijos”. Mi curiosidad se pone en guardia, y no puedo evitar focalizar mi atención en la conversación que las dos personas mantienen sobre mi pueblo. En un primer momento la ausencia de nombres, motes o elementos nominales de referencia me hace entender que mi afán de cotilleo no se verá resarcido y las expectativas de amenizar mi viaje se difuminan. Mi adrenalina igual que sube, baja. Aun así no desisto, y escudriño el diálogo, ávido de información que me distraiga. Hilo unas ideas con otras y llego al asunto del palique: la cantidad innumerable de cosas que ofrece Madrid frente a la quietud dolorosa y casi insultante de la cabeza de comarca. Incapaz de despegar el oído, me sumerjo en una reflexión conmigo mismo paralela a la conversación de los dos viajeros. No todo ello sin esfuerzo, que mantener la atención, no perder baza, y elaborar tu propia argumentación, tiene su complejidad. Eso sí, admito que entrenada y perfeccionada a lo largo de los viajes.

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Los argumentos que uno y otro van manifestando parecen ideados para trenzar una misma cesta. El contraste entre el dinamismo de Madrid, y el carácter casi estático de Torrijos. La agradable flexibilidad mental de lo urbano, frente al prejuicio claustrofóbico del pueblo. La posibilidad de encontrar espacios de gran diversidad, frente a la incapacidad para la existencia de espacios alternativos. La oportunidad de encontrar siempre a alguien con ganas de hacer algo nuevo, mientras en otros sitios corren despavoridos ante lo desconocido. La cesta estaba trenzada con ideas, experiencias y quizás, algún que otro tópico. Pero siempre que existe un estereotipo, existe un sustrato de realidad. Desde que los pasajeros zanjaron su conversación y se dedicaron simplemente a mirar por la ventanilla el paisaje, yo me dediqué a seguir viajando en mi reflexión. Tenía que llegar a algún punto tras el titánico esfuerzo de no perderme una palabra y mantener mi propia disertación. Lo más curioso es que gran parte de toda esa cantidad de factores positivos que tiene una ciudad, son en gran medida de un desarrollo mucho más factible en comunidades pequeñas. Todo se puede articular con mayor impacto para las personas. Sin embargo, hay algo que nos empuja a experimentar con el cambio en ambientes más ajenos a lo que es nuestra propia vida. Supongo que queremos poner en práctica todos nuestros sueños en realidades menos hostiles, aunque eso suponga renunciar a la transformación que dio pie a ese sueño. Y así, disertando, llego a la conclusión. Anteponemos vivir un sueño a cambiar una realidad. El autobús se adentra en la estación y hace su parada, poniendo fin a mi trayecto, y a la reflexión que me ha acompañado. No sé si esta quedará desechada en algún lugar de mi cabeza, o podré mantenerla viva para compartirla con alguien. Supongo que todo dependerá de los compañeros de viaje. A ver si hay suerte.

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Olalla Ruiz

Sabrin Yermak

MANUEL dรกndole 60 vueltas


Otra historia de tantas y mis ganas de luchar. Aquella noche, como otras, cogí mi caja y me dirigí a casa de mis padres con unas cuantas monedas y un billete de algún que otro turista. Antes, paré a comprar tres barras de pan, un par de huevos y el desayuno del día siguiente. Raquel, la dependienta del Mercadona, ya no me mira raro por ir maquillado color plata a comprar. Me llamo Manuel, tengo dos hijos y el recuerdo de una mujer encantadora que hace tres años nos dejó por leucemia. Antes era carpintero, aunque mi sueño siempre fue dedicarme a la música. Mis 1200 euros daban para mucho. Pero cuando la fábrica se fue a pique y la profesora de mis ojos enfermó, todo cambió. Cuando nos quedamos solos y sin mi trabajo, nos vimos obligados a depender de los abuelos, como muchas otras familias hoy en día. Estaba destrozado, pero no podía aislarme y arrebatar el futuro a mis hijos. No paré de echar currículos, sin una respuesta. Hasta que un día me decidí, compré maquillaje y spray plateados del chino de la esquina y me lancé. Me pinté la cara y el mono de trabajar. Y, acompañado de una gran amiga, mi guitarra, salí de casa. Al principio parecía de locos, pero si un hobby era un medio para poder comer mientras disfrutas… ¿por qué no intentarlo? Me convertí en una estatua-cantante y la verdad, no me arrepiento. Aunque muchos no me tomaron en serio, hoy soy la estrella de Plaza España y los guardias del metro de Madrid ya me conocen. No me avergüenza lo que hago. Las canciones que cantaba mientras hacía somieres, son ahora la melodía de viajeros estresados en los vagones. Y cada una de ellas dedicada a esa estrella que no deja de brillar, cada moneda destinada a mis hijos y cada sonrisa herramienta de motivación. En un cartel, escrito: «el arte muere en los museos, el artista sobrevive en la calle». En cada nota tocada, la ganas de seguir luchando. Luchando por seguir adelante, por vivir, por avanzar, por no perder la esperanza. Aquella noche, de vuelta a casa, escribía un curriculum en mi mente por si algún día lo necesitaba. El curriculum de mi vida empezaría con… «Manuel Jiménez; mimo, músico, artista, luchador, papá, hijo. Lo que es, lo es sin prejuicios, ni fecha, límite de contrato.» Y acabaría con... «Otros datos de interés: Ten paciencia, ganas, puedes salir adelante haciendo lo que nadie haría. Siendo el mejor en lo que tú sabes; ser feliz es satisfacer a tus seres queridos, ser feliz es saber conformarse con poco.»

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テ]gela Martテュn

EL CRISOL DE

CANAL dテ。ndole 62 vueltas


NOU

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A las 12:19 del mediodía, Canal Nou era fundida a negro, desenchufada del servicio informativo valenciano. Una televisión pública defendida por sus trabajadores, apagada por sus dirigentes. El crisol de 25 años de trabajo, con la fecha de defunción, el 29 de Noviembre de 2013. Horas antes, a las 2:00, de la madrugada, los estudios de televisión de Canal Nou, en la localidad de Burjassot, están en plena ebullición. Los trabajadores se atrincheran en el interior, sabiendo que el momento del cierre es inminente. La emisión sigue con una programación especial, un debate con políticos de la oposición y los profesionales que querían despedirse de la mejor forma: trabajando. Amanece y alrededor de las 07:00 el programa sigue en emisión, tras superar un intento frustrado de acabar con el ente público. Radio Nou, sin embargo, ya ha dejado de sonar en las ondas valencianas, y el apagón de la televisión, se dibuja en el horizonte. En pocos días, la audiencia de Canal 9, había aumentado más que en dos años de programación. Por primera vez los trabajadores eran los que estaban informando, y estaban dando voz a muchos que habían sido silenciados.

«Sólo sirvió de herramienta manipuladora de la población y atendió únicamente intereses muy distintos a los de todos los valencianos. La línea editorial estaba totalmente alejada de la realidad social valenciana, y me producía completo y absoluto rechazo», considera Edgar B. Murcia, estudiante valenciano del Máster de Audiovisuales de la Universidad de Valencia, que como otros muchos ciudadanos, habían dado la espalda al medio por verlo muy politizado. El mediodía del 29N llega a los estudios de Burjassot, y a su vez las autoridades que quieren terminar de una vez por todas con la emisión del canal. Los televisores valencianos ya no sintonizan esos últimos coletazos de vida del ente. La televisión gallega y otras autonómicas están dando la señal en directo a través de su canal en Internet. A las 12.19, el último frame de emisión que se ve, son los mil disparos de flashes de todos los fotógrafos que captan la imagen del cierre. Y desde ese momento, la carta de ajuste es lo único que queda tras 25 años de trabajo.

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«Fue cerrada de forma vergonzosa, ni las razones para el cierre se sostenían, ni las maneras de efectuarlo fueron acertadas. Me pareció un espectáculo triste y vergonzoso», matiza Paula García, compañera de estudios de Edgar. En este mismo tono, David M. Bosch, otro alumno del Máster de Audiovisuales, señala la impotencia y rabia que sintió viendo este cierre. «Son los propios ciudadanos los que han permitido que pase esto, debido a quienes han votado año tras año». Un sentimiento amargo que se mezcla con la esperanza de quienes vivieron el cierre. «La dignidad en cómo se afrontó por parte de los trabajadores el cierre. Vergüenza en lo político y fe en lo social», señala José Soler, periodista valenciano. «Los últimos días de Canal Nou resultaron inolvidables ya que nos dieron la oportunidad de observar un fugaz reflejo de lo que hubiera significado poseer un canal de televisión autonómico público honesto y veraz», considera Edgar. El anuncio del cierre se hizo efectivo el 5 de Noviembre, en cuanto el Tribunal Superior de Justicia valenciano, emitía que el ere efectuado en el ente (que afectaba a más de 1000 trabajadores de la casa) era irregular. La sentencia ponía sobre la mesa la readmisión de todos ellos, y su indemnización correspondiente. Por su parte, el Gobierno de la Generalitat valenciana argumentaba no tener solvencia económica, por lo que pasaban directamente a liquidar todo el ente. El comité de empresa presentó nuevas fórmulas para evitar el cierre, la gente se echó a la calle, twitter echaba humo, pero la decisión ya estaba tomada. «El vacío dejado por Canal Nou nunca se podrá llenar a menos que se ponga en funcionamiento otro canal público de similares características aunque, esta vez sí, bien gestionado», subraya Edgar. Para muchos valencianos, se pierde algo más que una televisión pública. «Canal 9 era nuestra televisión autonómica, con la que hemos crecido. Sin Canal 9, dejamos de hablarnos a nosotros mismos, de conocernos y de salvaguardar y apreciar nuestra identidad como pueblo en las tradiciones, lengua y cultura diferenciadas del resto de españoles. Perdemos gran parte de nuestro ADN», enfatiza José.

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«Se pierde la única televisión que podíamos ver en valenciano, nuestra lengua tan válida como el castellano. Se pierde la posibilidad de tener noticias a nivel autonómico-local, que no salen en las noticias nacionales. Últimamente estaban intentando contenidos de ficción en valenciano como l'Alqueria Blanca, Señor Retor o Unió Musical DaCapo, que funcionaban bastante bien y con las que además se podían sentir bastante identificados los valencianos», subraya Paula. Al día de hoy la industria audiovisual valenciana afronta un temporal difícil de capear. «Esto hace que nuestra industria decaiga estrepitosamente, ya que nuestra mayor fuente de demanda de producto audiovisual ha dejado de existir», asume David. «El panorama audiovisual con Canal 9

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era desolador, sin él, prácticamente desaparece, ahora el poco pastel que quedaba, muere», puntualiza José. «Relega a los profesionales del sector a la limosna mercantil o a la emigración, ya sea dentro o fuera de las fronteras nacionales», concluye Edgar. Con un futuro incierto, y con los trabajadores aún pendientes de su despido y su indemnización, Canal Nou sigue siendo la lucha de muchas de las personas que no quieren quedarse con preguntas sin responder. Mientras tanto, en los televisores valencianos, donde antes tenían una ventana a su realidad más próxima, ahora se encuentran una carta de ajuste, una ventana completamente cerrada.

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SE TRATA DE TI SE TRATA DE MÍ Gerardo A. de Marcelo

Olalla Ruiz

Puede sonar un poco oportunista, pero no me resisto a dedicar estas líneas al poder de las redes sociales no sólo como vehículo de información y socialización, sino como catalizador y potenciador de las más hermosas y emocionantes de las acciones humanas. Con la gran pérdida de un líder como Nelson Mandela, la red se ha llenado de mensajes e iniciativas que son capaces de dar la vuelta al mundo, poniendo de manifiesto que la unión hace la fuerza, que juntos «podemos». Tras conocerse la noticia de la muerte del premio Nobel de Paz, instituciones, jefes de Estado, cantantes, periodistas, deportistas y usuarios de la red social Twitter despidieron con emotivos mensajes a

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‘Madiba’, símbolo de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica. Etiquetas como #RIPNelsonMandela fueron trending topic mundial la muerte del líder sudafricano, apenas treinta minutos después de la noticia. Porque las redes sociales despiertan nuestros instintos innatos de colaboración, ayuda y solidaridad. Sin embargo, el uso de las redes sociales como instrumento de cambio social no es nuevo, ni mucho menos. Quizá el ejemplo más determinante han sido las Primaveras Árabes, donde Internet, su accesibilidad y su globalidad fueron una de las piedras angulares del cambio, aunque ejemplos tenemos antes y después de estos acontecimientos, y a lo largo y ancho de todo el mundo. De nuevo los casos más mediáticos son los producidos en el continente africano, pero no nos podemos olvidar de la lucha constante por la transparencia y la libertad de expresión en superpotencias como China. Un ejemplo quizá algo menos conocido fue #Sunu2012, que se convirtió en el hashtag de referencia durante las elecciones de Senegal en 2012, velando por su transparencia y ofreciendo información en tiempo real sobre aquellos comicios, convirtiendo a cualquier ciudadano senegalés en «observador», hasta tal punto que fue una de las fuentes más fiables de las que bebían las televisiones del país. Y es que la sensación que queda después de cada momento histórico es que las redes sociales son herramientas que pueden llegar a conseguir ciertos cambios sociales en su mejor sentido: en el sentido de la participación ciudadana, en el sentido de la colaboración global. Porque la «apropiación» de las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación) permite a sus usuarios modificar sus fines originales y adaptarlas a las necesidades concretas de cada comunidad, de cada momento. Porque en las redes sociales no hay barreras, no hay fronteras, no hay distancias. ¿Pero son las redes sociales quienes consiguen todo esto? No, ni mucho menos. Detrás de cada perfil de Facebook, de cada cuenta de Twitter, de cada usuario virtual hay un usuario real, un ser humano que participa sin miedo y con ilusión. No se trata pues de las redes sociales, sino de las personas. Se trata de ti y de mí.

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