También hay que de mencionar a la maderista o valeriana (Eriogonum fasciculatum), la cual domina este tipo de vegetación y de cuyo néctar proviene gran parte de la miel que consumimos en la región. El matorral costero en su expresión más amplia aparece desde la costa de Big Sur, California, hasta la región de El Rosario, Baja California. Sin embargo, el matorral mexicano que crece al sur de la frontera presenta un mayor número de especies adaptadas al clima más seco, con mayor presencia de suculentas y plantas en forma de roseta. A este tipo particular de vegetación se le denomina matorral costero rosetófilo, y es sorprendente la cantidad de plantas endémicas que contiene, más de 100 especies sólo en la parte costera. Es indispensable subrayar que el matorral costero es una vegetación que la World Wildlife Foundation (WWF) y otras asociaciones han declarado críticamente amenazada por el desarrollo urbano y agropecuario. Se calcula que únicamente 15% de las áreas con vegetación original permanecen naturales. Tanto la agricultura como la alta presión demográfica que existe en las zonas cercanas al mar, las más cotizadas en el mundo de los bienes raíces, son la causa principal de que cada año perdamos considerables áreas de este ecosistema. La conservación del matorral costero presenta diferentes retos: 1) Sigue sin tener un esquema de protección gubernamental a nivel nacional; 2) Nula existencia de parques estatales o municipales que protejan estos espacios y todo lo que en ellos habita; pero, sobre todo, 3) La población local desconoce la importancia de esta vegetación y por lo tanto la descuida. Nuestra intención con este libro es ayudar a reconocer la utilidad y el valor que estas plantas poseen y que en comunidad contribuyamos a su conservación y aprovechamiento respetuoso.
Detalle de la flor de la planta maderista, Eriogonum fasciculatum.
58 Plantas nativas comestibles de Baja California