Recorrer las costas de Colima para conocer más sobre su cocina, su gente y la vida diaria es una de las formas más inteligentes de acercarse a la vida del mar, a una Colima
que no termina en sus fronteras políticas, sino que entrelaza costumbres y tradiciones con Jalisco y Michoacán, los estados vecinos que en el pasado fueron uno mismo.
La riqueza gastronómica de Colima es incalculable; sin embargo, los autores muy atinadamente decidieron incluir a sus dos estados colindantes para entenderlos como una
gran región gastronómica en la que se intercambian y conviven mucho más que platillos, ingredientes y música.
Éste es un recorrido ideal para los amantes del mar, desde el que mete los pies en la orilla hasta el que surfea sus grandes olas o el que se adentra en sus profundidades
para recoger sus más bellos frutos.