2011, XV CSE, Granada (2 de 3)

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escuela es vivida por la comunidad educativa, es la cualidad más duradera del contexto educativo que afecta el carácter y las actitudes de todos los implicados y se basa en la percepción colectiva de la naturaleza y el sentido de la escuela (Hernández et al. 2005). Es por ello que analizar cómo el alumnado vive sus relaciones con los demás actores en el centro educativo, en el marco de la diversidad lingüística y cultural, nos puede aportar ideas e información respecto a las vivencias del alumnado en marcos interculturales más amplios. El centro educativo, o la escuela, y los propios actores -en este caso el alumnado- se encuentran con sus necesidades instrumentales, emocionales y expresivas para responder de forma positiva a los elementos conflictivos externos y dirigir sus energías hacia las finalidades educativas que se han propuesto (Holt et al. 2002). Decimos por ello, que una escuela no pertenece a lo orgánico en sentido biológico, pero sí tiene las cualidades de un organismo vivo en el sentido cultural y organizativo. El clima escolar se vincula a una perspectiva psicológica y emocional, de cómo los individuos sienten la escuela en la que participan. Así, el clima es la percepción del alumnado, no sólo individual, sino también colectiva, que tiene un impacto directo en su motivación y capacidad para aprender y que es producto de una elaboración humana construida a partir de la vivencia con distintas personas y de diferentes culturas. El entramado clima escolar y convivencia interétnica es una de las partes sustantivas del acto educativo, relacionándose con el aprendizaje y la formación en la ciudadanía. Las escuelas son micro-sociedades, en tanto poseen una organización y estructura determinadas, con normas de convivencia, sistemas de reglas que regulan las interacciones y la participación, entre otras (Bolívar 1996). Son un pequeño sistema político y social. Este último hecho encierra una gran riqueza: la escuela permite aprender las habilidades, actitudes y valores de la convivencia democrática, practicándolos y no sólo a través de discursos. Si la convivencia se enseña conviviendo, la escuela es un lugar de privilegio para realizarlo. La convivencia y las relaciones interculturales nos llevan a poder indagar en el clima escolar que se vive en el centro educativo. La convivencia, es decir, las relaciones interpersonales, es una actividad con la que el ser humano se enfrenta a diario, en la que es socializado de una u otra manera a partir de los contextos de interacción que le toca enfrentar.


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