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EN CONVERSACIÓN CON REVISTA AQUA, EL PRESIDENTE DE SALMONES AYSÉN COMENTA LOS RESULTADOS ECONÓMICOS DE LA EMPRESA Y SE ADENTRA EN LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA INDUSTRIA, TANTO A NIVEL NACIONAL COMO INTERNACIONAL.

Corría el año 2007 cuando Pablo Baraona, junto con Icicle Seafoods, irrumpía en las salmonicultura chilena luego de un receso de cinco años, para montar Salmones Aysén. El hoy director de la compañía conversó con Revista AQUA y habló sobre los resultados actuales de la empresa y sus planes futuros, así como del panorama actual de la industria y su opinión respecto a los procesos que se viven hoy en la industria nacional y mundial.

¿Cómo describiría el desempeño financiero de Salmones Aysén en el año 2022?

Como toda la industria acuícola, hemos tenido un buen desempeño, acorde a lo que pensábamos. La verdad es que producto del estancamiento productivo que ha tenido Chile y Noruega, los principales productores del mundo, ha provocado que la oferta de salmón en el mundo sea menor a la requerida, y por tanto los precios han subido.

¿Cuál fue el logro más importante que alcanzó la empresa durante el año pasado?

Hoy sobre el 40% de nuestra producción se vende como valor agregado, lo que tiene a mi juicio dos beneficios: El primero, entregar un mejor trabajo a la gente en Chile; y en segundo lugar penetrar más en destino hacia un usuario final. Eso tiene la ventaja de que los precios tienden a ser más estables en el tiempo que cuando uno le vende a grandes reprocesadores que normalmente arbitran con el precio.

Eso ha sido el gran logro, no solo de Salmones Aysén, sino que la industria chilena en general ha migrado hacia ese lugar.

¿Cuáles fueron los principales desafíos que enfrentó Salmones Aysén en 2022?

La logística fue un año muy duro en 2021. Este año se mejoró bastante, pero si tuvimos grandes desafíos en los valores de los alimentos, porque producto de la guerra de Ucrania aumentó el costo del grano, por lo que los valores en alimentos subieron mucho.

Y por otra parte, si bien mejoró la capacidad logística, se mantuvieron los precios muy altos. Entonces esos fueron los grandes desafíos.

¿Cómo están implementando prácticas de sostenibilidad y responsabilidad social en la operación?

Nosotros ya hace unos cuatro años estamos midiendo efectivamente la huella de carbono en nuestra operación, e implementando varias medidas para la reducción de huella y producción más sostenible, con proyectos muy interesantes y exitosos. Y yo siempre digo, falta mucho que la gente conozca de mejor manera o con mayor profundidad a la industria, porque la industria del salmón claramente, y así lo dicen muchos estudios, es parte de la solución del problema climático, y no de la problemática.

Si uno mide la producción de proteína en términos de huella de carbono, de conversión del alimento, o de utilización de agua, la industria del salmón sale con claras ventajas respecto a cualquier proteína que se produzca en tierra. Además que sabemos que por delante se nos vienen desafíos importantes de alimentar una población creciente en el mundo, y el mar puede jugar un rol importante en la solución a este problema, hoy en día la acuicultura tiene un porcentaje de esa producción de proteína, y por lo tanto es un desafío para nosotros, como productores, y para Chile. Porque el país tiene una ventaja comparativa excepcional al tener un equipo de profesionales y técnicos que trabajan en la industria y que tienen muy altos conocimientos. Y además unas aguas que van desde Arica a Punta Arenas, que se podrían producir diferentes especies de productos.

Fotografía: Consejo del Salmón

Entonces cuando el Estado de Chile y sus autoridades entiendan esa problemática, entonces Chile se va a convertir en una potencia importante en materia acuícola, porque tiene toda la base para serlo.

¿Cuáles son las proyecciones de la empresa para este 2023 y cómo se planea alcanzarlo?

Nosotros estamos siguiendo nuestra política de diversificación de mercado, intensificando la producción de productos con mayor valor agregado, y ese es el gran desafío.

Cuando uno sale de Japón para vender a otros lugares se hace más complejo, porque son países que realmente no conocen muy bien el salmón, y les es difícil desarrollar los mercados. Entonces el esfuerzo económico que tienen que desarrollar las compañías para poner a disposición el producto en aquellos lugares, con importadores y distribuidores que en general no tienen el capital para mantener los stocks necesarios para abastecer sus mercados y por lo tanto eso lo tienen que hacer las empresas productoras.

Yo creo son de gran ayuda todos los convenios que tiene Chile, especialmente el TPP-11, recientemente firmado, abre muchas puertas y coloca al país a la vanguardia del mundo en términos de comercio exterior, y eso es muy importante para la industria chilena, y especialmente para la gente que vive en la Macrozona sur del país, porque la industria salmonicultora representa un porcentaje muy relevante del PIB de la IX a la XII región, principalmente en la X y la XI.

Estado General De La Salmonicultura En Chile

¿Cómo describiría el estado actual de la salmonicultura en Chile?

“Hoy sobre el 40% de nuestra producción se vende como valor agregado”.

Yo diría que desde el punto de vista institucional, la veo sólida, es decir creo que los acontecimientos ocurridos en el último tiempo han demostrado que todas las acciones que hemos visto, están cubiertas por la institucionalidad.

En el caso del ISA, tuvimos un evento que en el año 2007 y hasta 2010 causó un desastre mayúsculo, y ahora hemos tenido un evento en Punta Arenas que se manejó de manera adecuada y de acuerdo a la institucionalidad, sin causar un problema mayor a la industria.

Respecto al tema de sobreproducción que está en boga hasta hoy día, también está funcionando muy bien la institucionalidad, porque la empresa cuestionada se autodenunció y está tomando un camino de transparencia, que yo creo que es el camino que se tiene que seguir.

Así que yo, desde esta tribuna aprovecho de felicitar a Andrés Lyon. No es fácil hacer lo que él hizo, pero es el camino adecuado, el camino del liderazgo que deberían seguir el resto de las empresas.

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta la industria salmonera en el país actualmente?

El principal desafío, es que no producimos suficiente salmón para alimentar al mundo, y en eso los principales culpables son Noruega y Chile, el primero por el impuesto que no mueve la aguja en términos de recaudación y que va a inhibir las inversiones requeridas para poder crecer y atender las crecientes demandas, y por otra parte Chile, que tiene una capacidad enorme, y seguimos entrampados, sin tener un acuerdo social que pueda darnos posibilidades de crecer, en acuerdo con los científicos y las comunidades.

Lo que se ha hecho hasta ahora ha sido un principio inhibitorio de crecimiento, de discusión, y yo creo que eso es malo porque el avance tecnológico que ha ocurrido en la industria del salmón ha sido fantástico. Basta ir hoy día a ver lo que es un centro de cultivo o una planta de procesos y compararla con lo que era hace 20 o 25 años atrás, realmente es completamente distinto.

Entonces yo creo que es una urgencia que el Estado, los productores, las comunidades y los científicos nos sentemos en una mesa y discutamos cómo podemos ver a futuro, de 2025 al 2035 a Chile siendo líder mundial de acuicultura, no solamente de salmones, sino que de muchas otras especies. Creo que es un desafío para todos los profesionales y técnicos que estamos trabajando en esta industria.

Hoy se sigue debatiendo la salida de las empresas acuícolas de los parques nacionales. ¿Cómo cree que afectará esto a la industria?, ¿qué alternativas debiesen tenerse en cuenta?

Yo creo que siempre es bueno comparar lo que es Chile con el resto de los países que tienen riveras costeras. Y si uno revisa el porcentaje de maritorio que tiene Chile como área marina protegida es infinitamente superior al de Noruega, o al de Canadá. Chile tiene un 41% de su maritorio protegido, mientras que Noruega es un 9,9%, y Canadá algo así como el 8,9%.

Chile exporta el doble de dólares en carne de salmón, que Argentina en carne de res, y ocupamos apenas algo así como 15.000 ha, o sea es muy muy eficiente, que es justamente lo que hace la diferencia entre una producción de futuro, con una producción de antaño.

Entonces tenemos que sentarnos a conversar, a discutir con altura de miras, pero teniendo presente de que aquí hay un espacio tremendo para las futuras generaciones, especialmente aquella gente de la Macrozona sur.

¿Qué aspectos deben ser incluidos en una eventual nueva Ley de Acuicultura para que sea beneficiosa para la industria, y que asegure la sustentabilidad y sostenibilidad del recurso y el medio ambiente?

Yo creo que todos estamos de acuerdo que todas las concesiones deben ser evaluadas ambientalmente. Yo creo que no hay ninguna empresa productora que no esté disponible para aquello, pero por supuesto, se tiene que hacer con gradualidad y con el conocimiento adecuado de qué cosas vamos a medir.

Yo creo que lo más importante es que se siente la autoridad con los productores, con los científicos, a conversar primero qué quieren proteger, y por qué lo quieren proteger, pero con una base científica, no con una base ideológica.

Yo creo que todos estamos disponibles para aquello, nadie quiere pasar por arriba de nadie o producir como se producía hace muchos años atrás. Ahora hay mucho conocimiento respecto de cómo se debe llevar a cabo la actividad y en qué lugar se debe realizar, pero estamos entrampados en no conversar, no discutir, a no intercambiar opiniones.

Hoy en día el crecimiento de la industria se encuentra prácticamente paralizado. ¿Cuáles considera que son las causas de esto y qué medidas se deben tomar para revertir la situación?

Bueno, las causas son claras, un congelamiento del otorgamiento de concesiones en las regiones de Los Lagos y Aysén, y hoy día un congelamiento de la producción también en Magallanes, esa es la causa.

No podemos dejar pasar esa oportunidad. Chile se está farreando oportunidades en el litio, en los salmones, y que son oportunidades que realmente la gente necesita.

Una de las grandes virtudes de la industria del salmón es la movilidad social. Gente que nació en el Seno del Reloncaví, fue a una escuela pública, después estudió en Puerto Montt, luego siguió sus cursos superiores en la noche y hoy día es gerente de producción. Hay muchos de esos ejemplos, sin ir más lejos el CEO de Mowi creció y estudió en Maullín. Por esto es importante que la autoridad se siente y vea y palpe esa realidad, que pueda apreciar la potencia monumental que tiene la industria para cambiar la realidad de la gente de nuestro sur y aportar a la regionalización.

¿Qué acciones se deben tomar desde el gobierno y como industria para mantener la competitividad de la industria chilena salmonicultora a nivel mundial?

Yo creo que lo que ocurre cuando uno congela una industria es que pierde representatividad, pierde importancia. Hoy día hemos tenido un poco de suerte porque los sistemas RAS no han tenido el éxito que algunos auguraban, y eso ha permitido a Chile mantener una cierta relevancia en el concierto mundial, pero si eso no hubiese ocurrido, hubiésemos perdido ese liderazgo, y por tanto a los grandes inversionistas.

Aquí tenemos las empresas más grandes del mundo: Mowi, Cargill y Mitsubishi, entre otras; entonces estamos con los grandes actores, no es que estemos jugando un partido de segunda división. Pero si nosotros congelamos la industria, lo que va a ocurrir es que vamos a ir perdiendo relevancia a nivel mundial poco a poco, pero la vamos a ir perdiendo.

Nosotros necesitamos progreso, necesitamos educación, necesitamos trabajo justo y adecuado, necesitamos tecnología, y tenemos la posibilidad, está la oportunidad. Pero las oportunidades tienen un tiempo, y si ese lapso se pierde, se pierde la oportunidad. Entonces es muy importante que la autoridad, y nosotros mismos y los científicos y la gente que trabaja en la industria se dé cuenta de aquello.

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