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Las dos pasiones de Rafael Conde
LLEVA AL MISMO ESCENARIO SU FUSIÓN PREFERIDA: MÚSICA BARROCA Y CLÁSICA CON REPERTORIO DE MARIACHI. Y ABRE FOROS PARA QUE NUEVOS PÚBLICOS ESCUCHEN LOS SONIDOS QUE LO LANZAN AL OTRO LADO DEL ATLÁNTICO
Textos: Dulce Liz Moreno
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Fotos: Margarito García
El aplauso enérgico y efusivo resuena en la bóveda, detrás del altar mayor, más vibrante que en las mejores bodas que han ocurrido en ésta, la parroquia de San Isidro Buensuceso.
Lo recibe un veinteañero.
Acaba de tocar una de las obras del repertorio que se exige en Europa a los trompetistas que aspiran a tocar como solistas con las más importantes orquestas sinfónicas.
La interpretación, impecable.
El alto grado de dificultad de los conciertos para trompeta en Re Mayor de Telemann y en Mi Bemol de Haydn lo notan hasta los que de esto nada saben:
Se siente que es de virtuosos tanto en el estallido de amplios sonidos brillantes como en el contrastante rumor clarísimo de la intrincada melodía suave.
El rostro de Rafael Conde de la Rosa está sereno; no se altera en los pasajes rudos ni se percibe cambio durante los más dulces. Sonríe al terminar.
La mayor parte de su público escucha este tipo de tejido de los sonidos por primera vez:
La abuela que se tapa la cabeza con un rebozo grueso, el padre de familia que trajo niños a los juegos mecánicos de la feria patronal y oyó algo diferente en el templo, el matrimonio que pasó a santiguarse, la familia de un músico invitado a tocar con el trompetista; tío y sobrino que compraron pan de fiesta.
Los Mejores Solistas Del Mundo
Multiplicadores
Los más destacados trompetistas del planeta están reunidos en la World Bras Association, que acoge bajo su guía a jóvenes que destacan en sus países como ejecutantes
Profesores de la plantilla:
Armando Cedillo
Sergei Nakariakov
Andrea Tofanelli
Jon Faddis
Iskander Akhmadullin
Benny Wiame co guía, ejemplo y primer maestro que tuvo en la vida: su padre, trompetista de mariachi. Por él comenzó a estudiar el instrumento cuando su mano no alcanzaba aún a sujetarlo por completo.
Por él aprendió a fabricar los sonidos más brillantes de la música de los que visten de charro. Con él engrosó su repertorio y activó la memoria.
Por él se convirtió, también, en ferviente fan de Rafael Méndez y le entró al repertorio de la música sinfónica.

Y con seis, ocho horas diarias de estudio, con otros lazos y guía de grandes maestros, es uno de los dos mexicanos aceptados e impulsados por la World Brass Association, la organización que prepara a los solistas internacionales de esta especialidad con clases diarias de los maestros más experimentados del planeta.


Y quiere que todo mundo disfrute lo que a él le hace vibrar y le fortalece el corazón.
Justamente esto quería el trompetista cuando ideó este concierto: que sus vecinos escucharan un poco del universo musical que a él lo sedujo y le duplicó las aspiraciones cuando pasaba de niño a adolescente.
Cómo no iba a quedar sorprendido y admirado, si el primer solista del género clásico que escuchó fue Rafael Méndez, michoacano considerado el mejor trompetista del mundo por haber rebasado las posibilidades que el instrumento tenía ante las orquestas sinfónicas europeas y estadounidenses a mitad del siglo XX, como lo reseña Delon Glenn Lyren.
Con su interpretación fuera de serie, hizo que el instrumento destinado al modo triunfal, impetuoso y hasta bravío alcanzara el otro extremo, impensado hasta entonces: que sonara cantarín o dramático en filigranas destinadas por Paganini a las cuerdas de violín.
O interpretara con propia voz y sólo tres pistones las exquisiteces destinadas a la flauta transversa, de 15 “llaves” para cerrar 16 agujeros.
Dejó tan alta la medida que no ha sido superado, coinciden críticos y biógrafos de los dos lados del Atlántico.

La música del mexicano más notable en el mundo y en la historia de la interpretación sinfónica se le ancló al corazón a Rafael niño con un garfio extrafuerte: fue el ídolo del músi -
Por eso está aquí, en medio de la fiesta anual para San Isidro Labrador, tocando música barroca y clásica.
Para vecinos que nunca habían oído un concierto de este género.
Para quienes no habían visto de cerca una trompeta piccolo ni una “de llaves” -al lado de los pistones–, obligada en Europa para intérpretes de las obras escritas hace 200 años.
Y para contagiar su entusiasmo por la herencia que expande cada día, bajo la guía de los mejores trompetistas del mundo.
Mentor e impulsor
Armando Cedillo es el profesor de la World Brass Accademy que vio en Rafael Conde de la Rosa el potencial de concertista.

Alterna con su alumno en el concierto dentro de la parroquia.
Comparte su diagnóstico: el chico de 21 años tiene la estatura profesional para que, en un año o dos, sus maestros europeos le impidan regresar a México y lo catapulten como solista con los ensambles más aplaudidos de ese continente.
Cedillo abrió el mundo del jazz a oídos y práctica del estudiante. Y éste se zambulló en ese otro gran espacio. Y la big band.
Son pocos alumnos latinos de la organización internacional. Hay un colombiano, un brasileño y la queretana Ana Jiménez, también impulsada por el mexiquense Cedillo, quien llegó a éstas, las Grandes Ligas de la trompeta cuando fue a tomar un curso en Londres y sus profesores no lo dejaron volver a su patria, para acompañarlo a escalar a solista y ocupar el lugar que hoy detenta.
Agrega un plus de la educación que recibe su alumno poblano: las clases de Sabine Kierdorf, quien enseña a los instrumentistas a abrirse paso en el mercado musical de cara a las orquestas.
Para brillar en el mundo.
Las clases de la World Brass Accademy son diarias. On line. Rigurosas.
Y dos meses se realizan presenciales en distintas sedes: Alemania, Francia.
Conde de la Rosa estuvo allá el año pasado, el verano entero.
Su primer vuelo en la vida, su primer contacto con colegas de distintos idiomas. Italia, Irán.
Y su más grande salón de clases: Alemania.
Lo cuenta emocionado.