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Biden envía un desafiante mensaje a Putin con su abrazo a Zelenski en Kiev
ñado por Zelenski.
La visita es histórica por ser la primera de un presidente de EU a un país en guerra sin sus tropas que le protejan
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Invasión rusa
Fran Ruiz
Agencias en Kiev
A tres días para que se cumpla el primer aniversario de la invasión rusa de Ucrania, el presidente estadounidense, Joe Biden, quiso enviar un poderoso y desafiante mensaje a su homólogo ruso, Vládimir Putin, con una histórica visita a Kiev, donde anunció una nueva ayuda de 500 millones de dólares en armamento estadounidense.
El viaje de Biden a la capital ucraniana, donde fue recibido por un satisfecho presidente Volodimir Zelenski, fue planeado en secreto durante meses, con la participación de solo un puñado de asesores y sin aviso a Rusia, que sólo supo de los planes del mandatario unas horas antes de su salida de Washington.
“Un año después, Kiev sigue de pie. Ucrania sigue de pie y la democracia sigue de pie. Estados Unidos permanece a su lado y el mundo entero permanece a su lado”, proclamó Biden desde el palacio Mariinsky, rodeado por banderas estadounidenses y ucranianas, y acompa-
El mandatario recordó como hace casi un año, cuando comenzó la invasión, habló por teléfono con Zelenski y él líder ucraniano le pidió que reuniera a los líderes del mundo para que apoyaran a Ucrania.
“Me dijiste que podías escuchar explosiones de fondo, nunca olvidaré eso”, afirmó.
“APOYO INQUEBRANTABLE”
Un año después, Biden dijo que no quería que quedara ninguna duda sobre el apoyo “inquebrantable” de Washington a Kiev y anunció un nuevo paquete de ayuda militar que incluirá municiones de artillería, obuses y misiles Javelin, un arma portátil diseñada para destruir tanques y otros vehículos pesados.
Además de esa ayuda militar, Biden adelantó que esta semana impondrá nuevas sanciones sobre Rusia con el objetivo de golpear a aquellas élites y compañías rusas que están ayudando al Kremlin a esquivar las sanciones impuestas por Estados Unidos y otros países desde el inicio de la guerra.
Al lado de Biden, Zelenski le agradeció su visita en un momento “difícil” para Ucrania y adelantó que Estados Unidos está considerando suministrar a Ucrania un tipo de misiles de largo alcance que hasta ahora Biden se había resistido a autorizar, y que colocarían a Ucrania, según el mandatario eslavo “más cerca de la victoria”.
“Nuestras negociaciones hoy han sido muy fructíferas”, afirmó Zelensk, dando a entender que el mandatario demócrata ha cedido en la solicitud ucraniana de suministrar misiles ATACMS, que pueden golpear objetivos a casi 300 kilómetros de distancia y que podrían llegar incluso a la anexionada península de Crimea.
SIRENAS ANTIAÉREAS
Luego los dos líderes visitaron la Catedral de San Miguel, símbolo de la resistencia de Ucrania después de que en 2013 sus sacerdotes dieran allí refugio a estudiantes que protestaban contra el entonces presidente Víktor Yanukóvich, aliado de Moscú.
Biden y Zelenski entraron en la iglesia durante unos 10 minutos y, a la salida, empezaron a oírse sirenas antiaéreas en toda la ciudad, aunque no hubo ataques rusos, que habrían supuesto una temeridad por parte del Kremlin y un seguro choque diplomático entre EU y Rusia.
A continuación, los dos líderes depositaron una corona de flores a los pies de un muro conmemorativo en honor a los soldados ucranianos caídos en la guerra contra Rusia y, mientras sonaba un saludo militar, los dos miraron hacia el suelo y permanecieron en silencio durante unos minutos.
La Casa Blanca reveló que el avión de Biden despegó en la noche del domingo al lunes de la base aérea de Andrews (Maryland), a las afueras de Washington, y llegó a Kiev sobre las 08.00 hora local.
RARA VISITA A UN PAÍS EN GUERRA Biden fue quien el viernes tomó la decisión final de ir a Kiev al considerar que había riesgos, pero que eran manejables.
El presidente llegó a esa conclusión después de una extensa reunión el viernes en el Despacho Oval de la Casa Blanca con sus asesores y con miembros de su gabinete.
El viaje fue especialmente complicado porque los presidentes de EU no viajan a países en guerra y cuando lo realizan, como hicieron en los últimos años en Irak o Afganistán, suele haber tropas estadounidenses sobre el terreno para salvaguardar su seguridad.
Sin embargo, Estados Unidos no tiene tropas en Ucrania y, por eso, el viaje requirió de mayor planificación y mucho más cuidado, explicó la directora de comunicaciones de la Casa Blanca, Kate Bedingfield.
“Esta visita, la de un presidente de EU a una zona donde se libra una guerra, es histórica y no tiene precedentes”, aseveró Bedingfield.
Pese a los riesgos, Biden decidió acudir a Ucrania para mostrar su compromiso con Ucrania, justo cuando quedan cuatro días para que se cumpla el aniversario de la invasión rusa que empezó el 24 de febrero de 2022.
Visita A Polonia
Tras la simbólica visita a Ucrania, Biden, llegó este lunes por la noche a Varsovia después de un viaje en tren de más de ocho horas desde Kiev hasta la ciudad fronteriza de Przemyśl y de un vuelo en el Air Force One hasta la capital polaca.
me costo del esfuerzo militar no le han bastado al gobierno ruso para reconsiderar su posición. Parece sumido en un callejón sin salida en el que no queda sino seguir empujando por una solución militar para no perder la cara. Un esfuerzo bélico tan absurdo que ha llevado al gobierno ruso a enfrentarse, así sea de manera indirecta, a buena parte de los países más ricos del mun- contra sus cálculos, ha dado una cohesión de unidad y acción a la OTAN, a Europa, a Estados Unidos y a sus aliados, que no experimentaban desde los buenos años de la guerra fría. No es el único favor no intencionado de Rusia. En el plano económico los europeos a lo largo de un año han venido dando muestras claras de su voluntad de romper su dependencia energética con Ru- do poco en esas latitudes. Es claro que el mandatario ruso es indefendible en esos términos, pero también cabe cuestionar el pretendido carisma del presidente ucraniano batido en duelo para defender la democracia -la de su país sin duda- pero cuestionablemente la de todos los demás. Todo ello sin mencionar el riesgo latente de una escalada fatal del conflicto